Parte 1
¡Vamos, aguanta un poco mas ya casi llegamos- Grito la vos de una mujer. -¡Solo un último esfuerzo, vamos-
De una patada la puerta de entrada a la sala de emergencias se abrió de par en par y todos voltearon a ver quien había echo esa entrada tan dramática, era una coneja vestía de traje y una corbata de seda roja era fácil notar que no eran vestimentas baratas, a su lado un erizo su pelaje era negro excepto por las franjas de púas rojas que coronaban su cabeza tenia varia heridas en todo el cuerpo y un hilo de sangre negra y espumosa le corría por la comisura de la boca, tenia el brazo derecho sobre los hombros de su acompañante obviamente no podía sostener su propio peso por si solo.
La coneja vio a la asombrada recepcioncita y al ver que esta la miraba impávida le grito -¡Esta persona necesita atención médica! ¿Qué esperas una invitación-
Tras la "amable" solicitud la recepcioncita reacciono y levantado el teléfono pidió una camilla tras lo cual vio como las fuerzas abandonaban al erizo y este caía pesadamente al suelo en un charco de su propia sangre, la camilla y dos enfermeros llegaron en menos de un minuto, pero ese minuto pareció ser el mas largo de la historia, ni bien vieron el cuerpo del erizo en el suelo se apresuraron hacia él y lo colocaron sobre la camilla, uno de los enfermeros miro a la coneja tenia manchas de sangre en la ropa -¿Esta usted bien- Le pregunto –Estoy ilesa- Contesto esta –Toda esta sangre no es mía-
Con esta respuesta y sin decir una palabra mas los enfermeros se apresuraron a llevar al erizo ante uno de los doctores de guardia, mientras que la coneja se quedo en compañía de una enfermera que le recomendó que se limpiara toda la sangre lo antes posible, solo como precaución por si el erizo padecía de alguna enfermedad infecciosa.
Ya dentro de la sala de emergencias uno de los doctores comenzó a trabajar en el erizo.
Que sabemos de él- Pregunto el doctor a uno de los enfermeros.
Solo que lo trajo una mujer, no sabemos como fue que se lastimo- Contesto el enfermero
Bueno, comencemos por el principio- Exclamo el doctor mirando a su paciente –Erizo, varón de unos veinte años de edad sufrió severos traumas de fuerza bruta- tras un rápido vistazo vio la sangre espumosa que manaba de su boca y escucho por un momento el sonido de su respiración. –Tiene sangre en los pulmones y el abdomen distendido, señal de hemorragia interna. - Concluyo. –rápido traigan el ecógrafo debemos ver que tan mal esta- Ya con el ecógrafo en la mano el doctor comenzó a examinar a su paciente –Es peor de lo que pensaba, un pulmón colapsado, el otro lleno de sangre y el hígado esta hecho pateé, pronto hay que llevarlo al tomógrafo para ver si hay lesiones neuronales y luego tendremos que llevarlo al quirófano de urgencia-
El paciente fue llevado rápidamente al tomógrafo y una vez allí el examen dio inicio, en una sala vecina el doctor le pedía los resultados del escaneo al operador –No hay lesiones cerebrales, sin embargo hay una pequeña fisura en la base del cráneo- Le contesto el operador
Bien- Pensó el doctor si logro detener el sangrado interno habrá una buena oportunidad que se recupere, pero sus pensamientos de vieron interrumpidos por el sonido de una alarma, miro en dirección del tomógrafo y vio como uno de los enfermeros lo sacaba a toda velocidad de la maquina, sin perder un segundo corrió en dirección del erizo y cuando entro en la habitación del tomógrafo el enfermero le grito -¡Entro en fibrilación ventricular-
¡Pronto, trae el desfibrilador- Grito el doctor al operador del tomógrafo que en el acto le hizo caso, mientras esperaban el desfibrilador El doctor y el enfermero comenzaron con la reanimación cardiopulmonar, cada tres masajes cardiacos que el doctor realizaba el enfermero insuflaba aire en los pulmones del erizo con una bomba manual, tras una pocos minutos el técnico regreso con el desfibrilador y se prepararon inmediatamente para usarlo –¡Doscientos Joules- Grito el doctor con las paletas ya en las manos, coloco una de ellas en el lado derecho del pecho de su paciente y la otra en el costado izquierdo de su torso. -¡Atrás- Grito y de inmediato aplico la descarga eléctrica, el cuerpo del erizo se sacudió pero no hubo respuesta -¡Trescientos Joules- grito el doctor listo para una nueva descarga, pero el segundo intento también fue infructífero -¡Una ultima vez, trescientos sesenta joules- coloco las paletas en posición y aplico la descarga espero un segundo y el monitor de inmediato comenzó a mostrar señales de actividad. –Pulso ochenta latidos por minuto, presión 8/6- Dijo el enfermero.
La presión esta muy baja, pero tendrá que ser suficiente, pronto vamos al quirófano…-
Veintiséis horas antes…
Era de noche y hacia frió la calle estaba mojada ya que había llovido hacia escasas hora, el ruido de una pelea proveniente de un bar cercano llamo la atención de todos los que estaban en la calle, cuando por la puerta de bar una figura emergió dando unos pasos hacia atrás y cayendo pesadamente en el suelo, era un lobo y le corría sangre por la nariz y la boca, de la puerta apareció otra figura, era un erizo negro se acerco al lobo lo tomo por el pecho y lo levanto hasta que sus pies se separaron del suelo, levanto el puño derecho listo para darle un golpe cuando el lobo lo interrumpió –¡No, por favor- Grito el lobo –¡Te pagare, te pagare-
El erizo detuvo su puño pero no soltó al lobo, y no lo soltaría hasta que este cumpliera con su palabra, el lobo metió la mano en el bolsillo y saco un fajo de dinero y lo extendió al erizo el cual lo tomo -¡Es todo, es todo, por favor déjame ir- El erizo lo soltó y el lobo aprovecho el momento para escapar, pero los problemas del erizo no habían terminado, no aun, pudo escuchar el ruido de una escopeta siendo cargada tras él, se volteo y vio al dueño del bar apuntándole directamente al rostro.
¡Pedazo de mierda- Grito el dueño del bar -¡Pagaras por todos los daños que causaste-
Crees que soy entupido respondió el erizo -Crees que no me di cuenta que el idiota que trato de estafarme trabaja para ti-
Lo que creas me importa un cuerno, pagaras por los daños que causaste o sentirás en carne propia cuanto daño una itaca puede causar-
El erizo no tenia tiempo ni paciencia para eso y con movimiento tan rápido que casi no se vio desarmo al dueño del bar tomando la escopeta por el caños y luego uso la escopeta como garrote y golpeo al dueño del bar rompiéndole el brazo, tras lo cual es erizo solo se alejo caminado y arrojo el arma en un cesto de basura, una persona que había visto todo lo sucedido se acerco al erizo y trato de hablar con él –Vi todo lo ocurrido, ese hijo de puta del bar siempre trata de estafar a la gente que entra, ya era hora de que alguien le diera una lección, eso fue increíble ¿Cuál es tu nombre-
Mi nombre es solo una palabra que nada significa para mí, pero si realmente quieres saberlo mi nombre es Shadow-dijo el erizo mientras se alejaba dejando al muchacho extrañado por la respuesta que recibió.
Bien ¿y ahora que haré? Es aun temprano para volver a casa- Pensó Shadow –Ja, casa, se necesita de mucho valor para llamar a esa sucia y desordenada habitación de hotel casa-
Shadow camino por las calles un largo rato eran las diez de la noche (aun muy temprano para él) caminaba mirando a su alrededor y no le gustaba nada de lo que veía, pandilleros, prostitutas, apostadores, vendedores de drogas… mientras mas los veía menos le gustaba, eran seres sin sentido ni propósito, pero lo que mas odiaba era que sabia que a cada momento se parecía a ellos mas y mas, Shadow se ganaba la vida como apostador usando sus sentidos mejorados podía leer a sus rivales y nunca perdía una partida ya fueran dados, cartas, dardos o lo que fuera siempre ganaba y eso no ponía contentos a sus contrincantes por lo que la mayoría de las veces todo terminaba en una pelea, caminaba por las calles cuando de repente el sonido de una explosión le llamo la atención, no era demasiado lejana –Yo me quejaba de aburrimiento- Pensó -pero tal vez la noche termine siendo mas interesante de lo que espere- y sin perder tiempo corrió en dirección del estallido.
