CUANDO LAS SOMBRAS NOS CUBREN
Escrito por Ula Herarc
Capitulo VIII: Querida hermana, Parte 1
Eriol se paseaba por toda la biblioteca como perro encerrado.
No había dormido en toda la noche y su inquietud crecía a cada minuto.
No podía quitarse de la cabeza que algo muy malo iba a suceder... algo terrible, y lo que mas le asustaba era que el estaba encabezando a un grupo de personas a una misión en la que ni siquiera sabia si tendrían alguna posibilidad de ganar.
¿Y si los llevaba a sus muertes?
Eso nunca se lo perdonaría.
Eriol se detuvo súbitamente, se había percatado de la presencia de alguien más en la habitación.
Subió su mirada lentamente y vio a la Princesa Esmeralda de pie en la puerta, sosteniendo una charola.
- Disculpa te haya interrumpido Eriol-sama - Le dijo Esmeralda con una pequeña inclinación de cabeza.
- No se preocupe Esmeralda-Hime - Le sonrió Eriol, cansadamente. - ¿Se le ofrecía algo?
- Eh notado que no ah dormido en toda la noche - dijo Esmeralda - Y la compañía dejara el palacio en unas horas, así que pensé que le haría bien tomar un buen desayuno - Dijo ofreciéndole la charola - le dará energías.
Eriol sonrió aun mas, La princesa siempre se preocupaba por todos, ahora entendía por que su gente la quería tanto.
- Muchas gracias Esmeralda-Hime - dijo tomando la charola.
- Hay algo mas - Dijo la princesa - Puedo sentir un gran poder creciendo en Céfiro y no quiero que ninguno de ustedes arriesgue su vida por mi mundo.
Así que quería darle esto - Esmeralda saco un anillo de oro con una piedra de zafiro, muy parecida al que Guru Clef poseía. - Este es un anillo que solo los Gurus de Céfiro Poseen, su poder depende del corazón del quien lo porte, Por favor me honraría si lo aceptara.
La honra es mía - Dijo Eriol, tomando el anillo - Muchas gracias.
Esmeralda sonrió y abandono la habitación.
Los ojos de Eriol se tornaron tristes, ahora mas que nunca deseaba proteger este mundo y su gente del mal que les acechaba.
Justo en ese momento alguien toco la puerta.
- Adelante - dijo Eriol, saliendo se sus pensamientos.
Nakuru abrió la puerta y al verla, Eriol supo inmediatamente que algo andaba mal puesto que el rostro de la guardiana se mostraba preocupado, algo que era muy raro en ella.
OOO
Kohaku, Yue, Tomoyo y Kerberos se encontraban en una habitación redonda, intensamente iluminada.
El suelo y las paredes eran de cristal pulido que destellaba brillos encegedores como estrellas en la noche.
La habitación carecía de mobiliario a excepción de un gran trono blanco en el que yacía una mujer sentada.
La mujer tenía largo cabello negro y unos intensos ojos color miel, su piel era muy pálida y sus orejas alargadas como las de un elfo.
Ella sonreía ampliamente con gran satisfacción reflejada en su rostro, algo que irritaba de gran manera a Yue.
- Te dije que tarde o temprano volverías a la torre de los ángeles, Yue querido - Dijo la mujer complacida.
- ¿De que habla? - Tomoyo se sorprendió - ¿Acaso se conocen?
-shhh - Kero le dio un empujoncito, haciéndole entender que era mejor no intervenir.
Yue sin embargo no se inmuto y continúo mirando a la mujer de cabellos negros sin ninguna expresión alguna.
- Vamos, no hay necesidad de ser tan formales - Continuo la mujer - ¿No estas ni siquiera un poquito contento de verme?
- No - Contesto Yue.
Ashura sonrió aun más.
Entonces de tras del trono salio algo que parecía un conejo blanco y bastante gordo.
- PUPUPUUUUUUUU! - Nikona salto a los brazos de Ashura que le acaricio, sin quitar su vista de Yue.
- ¿Por que no lo aceptas? - le dijo - Todo había sido ya previsto por nuestro señor creador - El te permitió dejar tu rango, el te permitió llegar a Clow Reed, El..
- ¡Basta! - La impaciencia de Yue crecía - Todo lo que dices es mentira, no tienes ni la menor idea.
Los ojos de Yue temblaron de rabia y sin decir otra palabra mas se dio la vuelta y salio de la habitación.
Tomoyo observo la escena confundida, había estado vigilando a Yue desde que habían llegado a la torre; a pesar de los años Tomoyo aun conservaba su gran sentido de percepción y sabia que Yue tenia un gran secreto, un secreto que ocultaba aun de su propia ama y que tenia que ver con la torre de los Ángeles.
Así que sin decirle nada a los demás Tomoyo siguió a Yue.
Lo encontró sentado en las escaleras de caracol, como las estatuas de piedra en los cementerios con su largo cabello plateado cubriéndole el rostro.
Tomoyo se sentó a su lado sin hacer ruido y así se quedaron varios minutos, sin que ninguno de los dos pronunciara palabra alguna, hasta que Yue levanto su rostro y la miro a los ojos.
Tomoyo sonrió.
- Sabes - Tomoyo dijo en voz baja - Te admiro bastante.
Los ojos de Yue se abrieron del asombro, no podía creer lo que acababa de escuchar.
- Siempre pareces tan tranquilo, tan indiferente a las emociones humanas - decía Tomoyo - pero detrás de esa cortina, siempre te preocupabas por Sakura... sin embargo no dejas que nadie se preocupe por ti.
Yue estaba demasiado sorprendido para contestar.
- Tu pasado te esta persiguiendo y puedo ver que haber venido te lastima mucho, pero sin embargo viniste por Sakura, dejas todo tu ser a tras con tal de protegerla, por que tu la quieres mucho, ¿No es así?
Yue asintió con la cabeza, aun mudo.
Tomoyo sonrió.
- Ella también te quiere mucho, pero tú conoces a Sakura, es muy distraída y ella no sabrá que te encuentras triste si tú no le dices
- Pero lo que menos quiero es preocuparla... - Dijo Yue, finalmente.
- Estoy segura que Sakura estaría muy triste si se enterara que algo te atormenta y que no se lo dijeras - Le interrumpió Tomoyo - Además es malo mantener secretos de tus amigos.
Yue no dijo nada, estaba pensando lo que le acaba de decir.
- Y creo también - continuo Tomoyo con una sonrisa picara - que deberías contarle sobre lo de Hikaru.
Eso fue demasiado para Yue, ¿Como lo sabia?
- ¿Soy tan obvio? - dijo algo perplejo.
- No - dijo - pero yo soy muy buena observadora.
Yue sonrió débilmente, ahora entendía por que era ella justamente la elegida a ser el pilar de la tierra.
Desde que era niña, siempre noto como siempre cuidaba de sus amigos y al parecer aquella cualidad no había desaparecido. Pero también por primera vez, Yue se preocupo por la muchacha, aquella niña que había visto crecer junto con su ama.
Tal vez su personalidad era una bendición para las personas que la rodeaban, pero una maldición para ella misma.
Después de todo, si lo que las guerreras mágicas habían dicho sobre el Pilar de Céfiro era cierto, entonces un destino cruel le esperaba a la pobre muchacha.
- Gracias - dijo Yue
OOO
Los ojos de la dragón se llenaron de lágrimas que caían en sus mejillas como perlas brillantes.
- ¿Kakyo...? - Pregunto entre sollozos la muchacha.
- Shhhh... Todo estará bien - le tranquilizo el dragón de la tierra.
- Tienes que salir de aquí - le dijo Yuzuriha entrecortadamente - No queda mucho tiempo.
- No me iré sin ti - declaro Kakyo - Eh venido por ti.
- ¿Por que?
Kakyo se asombro ante la pregunta y por un momento no supo que decir.
- ¿Por que? - Repitió Yuzuriha - ¿Por que eh de continuar viviendo?
Kyaku la miro tristemente
- Por que tu muerte causaría gran dolor a mucha gente - le contesto, con ojos tristes.
Yuzuriha le escucho asombrada, eso ya se lo había dicho alguien antes... pero no podía recordar quien, ¿Por que?
Kakyo tomo su rostro con delicadeza y acercando su propio rostro al de ella le dijo: - estaría muy triste si me dejaras... Salgamos de aquí, ven conmigo Yuzuriha, ven conmigo.
Yuzuriha tomo su mano. Tal vez todavía no era su hora de morir, tal vez aun quedaba algo para ella... tal vez.
- Iré con tigo con una condición - dijo, sus fuerzas crecían mas débiles a cada momento- Me dejaras entrar a tu mundo, me dejaras que te ayude en lo que pueda, confiaras en mi...
Kakyo sonrió: - Siempre eh confiado en ti.
El cuerpo de ambos dragones brillaron intensamente mientras desaparecían poco a poco.
- Gracias - susurro Yuzuriha, y ambos desaparecieron.
El dragón verde que Yuzuriha había creado entonces se desmorono como arena y junto con el, el mundo de los seres sombra callo.
Sombras volaban de un lado a otro como hormigas asustadas, gimiendo desesperadamente, buscando una salida.
Una explosión
Un silencio
Un final
El cielo de Providence se aclaro, el viento volvió a recorrer las calles y una lluvia fría callo sobre la ciudad purificándola hasta el último rincón.
- Se han ido... - Caldina sonrió, su cabello mojado pegado a su piel - Ella sola lo logro...
A su lado, el cuerpo de los demás comenzaron a moverse: Shaoran, Kaoh y Latiz.
- ¿Donde esta Satsuki? - pregunto Sakurazuka, mirando a su alrededor.
- ¿Que? - Caldina busco por ella con su mirada.
- ¿No me digas que la has dejado en la ciudad? - pregunto Li, asombrado.
- ¡NO!- exclamo la bailarina - ¡estoy segura que la trajimos con nosotros!
- Yo también estoy seguro de eso - dijo Sakurazuka, tan asombrado como Caldina.
- ¿Estas diciendo que la Srta. Satsuki simplemente desapareció? - Inquirió Kaoh - eso es imposible.
- ¡Pero... no había manera que ella pudiera irse de nuestro lado sin que nos diéramos cuenta! - se exasperó Caldina - ¡Simplemente desapareció!
- No puedo sentir su presencia en ningún lugar - comento el dragón de la tierra.
- ¿Que sugieren que hagamos al respecto? - Pregunto Kaoh
- bueno... no mucho, creo que este donde este no hay mucho que nosotros podamos hacer - se resigno Caldina
- En ese caso, ¿Que hacemos ahora? - Pregunto Li - ¿Vamos en busca de Guru Clef?
- Es demasiado tarde para eso - Dijo Latiz - es imposible que podamos entrar a esa ciudad de nuevo...
Todos cerraron los ojos y se concentraron. Era cierto algo en la ciudad había cambiado, no podían descifrar exactamente que era pero sabían que no había ninguna manera en que ellos pudieran entrar a esa ciudad nuevamente.
Si, la misión estaba ahora en manos de Clef, Subaru y Hokuto y no había nada que ellos pudieran hacer, solo esperar.
OOO
"¿Que es esto?"
Hinoto se encontraba dentro de una esfera de cristal, frente a ella se extendía un mar de aguas oscuras que continuaba infinitamente.
"¿No lo se... que es esto?"
- ¿Este es el futuro? - Kanoe se encontraba a su lado observando el escenario tan asombrada como su hermana - ¿Me estas diciendo que este es el futuro que vez para nosotros?
- Los sueños... - Kotori se encontraba al otro lado de Hinoto - No nos muestran nada... solo incertidumbre.
"¿Pero como puede ser eso posible?" Hinoto se toco el rostro como asegurándose que aun estaba ahí, "Nunca había pasado algo así, siempre desde que tengo uso de la razón eh vivido en sueños que me muestran el futuro, pero esto... no muestra nada"
- amenos... - La voz de Kanoe tembló por un segundo - amenos que esto signifique que no hay un futuro.
Hinoto la miro horrorizada, ¿acaso eso era posible?
- OH tal vez... tal vez el futuro aun no ha sido decidido - dijo Kotori pensativamente.
- "¿Por que tratan de entender algo tan complicado como el futuro?" - una voz se escucho repentinamente detrás de las tres Dream watchers.
La voz tomo por sorpresa a las tres, alguien había entrado al sueño de Hinoto, ¿pero como? solo aquellos maldecidos con el poder de predecir el futuro por medio de los sueños eran capaces de entrar a su sueño, y hasta el momento los únicos que podían hacer eso eran su hermana Kanoe, Kotori y Kakyo; y puesto que las dos primeras estaban a su lado y el tercero se encontraba en el planeta tierra, no había nadie mas... ¿Quien era el dueño de esa voz?
Cuando se voltearon en dirección de donde provenía la voz, pudieron ver la silueta de una mujer vestida en extraño vestuario, seguramente de algún origen ceremonial, y largo cabello arreglado en un chongo.
Su rostro sin embargo estaba cubierto por las sombras.
- ¿Quien es usted? - Se asombro Kotori
- O más bien ¿que eres? - dijo Kanoe con desconfianza - Tu aura es bastante extraña...
- "Una pregunta interesante" - dijo la voz nuevamente - ¿Que soy? - Una sonrisa amarga se dibujo en su rostro - No lo se... alguna vez llegue a pensara en que era humana... ¿Pero que hay de mi pregunta?
"¿Por que? ¿Eres tu acaso? ¿Eres tu la que esta bloqueando mis sueños?", Le pregunto Hinoto.
- "No" - Hubo un largo silencio - "La razón por la que no puedes ver nada, es por que no hay nada que ver".
"Eso es inaceptable, después de todo solo hay lo inevitable, DEBE HABER UN FUTURO", Exclamo Hinoto.
- "Este es Céfiro" - Dijo la voz - "La realidad en esta dimensión esta construida de manera muy diferente a la realidad de tu mundo, el futuro depende de la fuerza del corazón del que lo desee."
- ¿Quien eres? - Kotori pregunto nuevamente.
Silencio
La mujer dio unos pasos a delante, lo suficiente para que la luz cayera en sus ojos.
- Se me conoció alguna vez como la Sacerdotisa de Céfiro - Sus ojos azules relampaguearon en la oscuridad.
Aquellos ojos... aquellos ojos... Kotori los miro asombrada había algo en aquellos ojos
- Lo que ustedes llaman futuro, no es más que el plan de dios, ustedes no son más que sus ojos.
- ¿¡QUE?! - grito Kanoe.
- Lo que ustedes veían en sus sueños era el futuro, si, un futuro determinado por que era el plan que el creador había decidido para todos ustedes. Pero ahora... no hay ningún plan, es por eso que no pueden ver nada, por que el mismo creador no sabe que va a suceder con la invasión de los primordiales - La mujer comenzó a reír - El verdadero futuro no puede ser previsto.
La sacerdotisa se acerco a Kotori a y acarició su cabello mientras inclinaba su rostro hacia adelante.
- Ahora, solo el presente es claro - una risa amarga broto de sus labios - Y hoy será un día oscuro, lleno de lagrimas... Dime ¿Aun quieres saber que te depara el futuro... Kotori?
La chica tembló inconscientemente al sentir el aliento de la sacerdotisa tan cerca de su piel.
- ¡Aléjate de ella! - Kanoe se enfado - ¿De que rayos estos hablando?
Sin embargo La sacerdotisa había desaparecido dejando a las tres mujeres cubiertas en una sombra de incertidumbre.
- ¿Que sucede Nakuru? - Eriol la invito a tomar asiento - Te vez muy pálida...
- Amo... no quiero que vaya al bosque... regresemos... regresemos a la tierra... - Lagrimas se escaparon de los ojos de la guardiana.
OOO
- ¿Nakuru...? - Eriol se sorprendió, nunca antes la había visto llorar - ¿Pero que dices? sabes que no puedo hacer eso.
- ¡Por favor! - Nakuru rompió a llorar incontrolablemente - Temo... temo que no pueda protegerlo y... y...
Eriol acaricio la cabeza de la guardiana y la miro tiernamente.
- No te preocupes todo saldrá bien...
- ¡NO! ¡no saldrá bien! Amo algo muy malo va a suceder si ustedes entran al bosque del silencio.
Eriol la miro con severidad.
- Nakuru, ¿acaso has mirado en el futuro? ¿Aunque te lo había prohibido?
- ¡No amo!, no hay manera que yo pueda hacer eso... por que... por que no hay un futuro que pueda ver...
FLASBACK
Nakuru había estado vigilando a la pequeña niña que todos conocían como Suluhu, algo muy raro había en esa niña, algo increíblemente inquietante. Estaba casi segura que algo les ocultaba a todos, ¿Pero que?
Suluhu estaba sentada en suelo, con un cuaderno de dibujo en sus piernas y crayones de colores esparcidos en el suelo.
Nakuru se acerco a ella lentamente y se arrodillo a su lado; la niña subió su mirada dejando su cuaderno para prestarle atención a la guardiana.
- ¿Quieres dibujar con migo? - pregunto la niña.
Nakuru miro el cuaderno: - ¿Que dibujas?
- ¡A las guerreras mágicas! - sonrió ampliamente la niña
- ¿Conoces a las guerreras mágicas? - Le preguntó Nakuru.
La niña negó con la cabeza.
- nooooo - dijo entre risitas - Pero mi hermano me prometió que el las traería para que las conociera!!!
Nakuru miro a Suluhu con curiosidad, definitivamente esta niña era algo especial, hace unas horas cuando primero la vio, la niña despedía un aura como el hielo y sus palabras tan hostiles... Algo muy malo va a suceder y ahora, ahora actuaba tan inocente y su aura tan tranquila, La gente de céfiro era bastante tenebrosa eh impredecible.
- Dime... lo que me dijiste cuando llegamos a céfiro, ¿acaso era una predicción?
- ¿Predicción? - La niña sonrió, pero esta vez su sonrisa carecía de alegría, un escalofrió recorrió el cuerpo de Nakuru - No seas tonta - rió - Hace mucho que nadie puede ver el futuro en Céfiro, gracias a las guerreras mágicas.
- ¿Que? - Nakuru se desconcertó.
- Y de todos modos aunque no estuviéramos en céfiro, no creo que nadie pueda ver el futuro, ni siquiera en el mundo místico.
- ¿Por que? mi amo puede ver el futuro...
- Podía... - corrigió la niña - Por que ya no hay un futuro que el pueda ver.
- ¡Pero que hay de lo que me has dicho, sonabas tan segura de ello!
- Si, por que lo que te eh dicho no es el futuro es el presente...
- ¿Que quieres decir? - pregunto la guardiana nerviosamente.
- ¿Que acaso no lo sientes? - La mirada de la niña cambio repentinamente - puedo sentirlo, puedo verlo...
La pequeña mano de la niña tomo la mano de Nakuru y se la puso en su frente.
- Mira... - Dijo la niña.
Nakuru sintió una corriente de electricidad entrar por sus dedos y recorrer todo su cuerpo, inmediatamente un frió se apodero de ella, sentía como si su cuerpo se estuviera congelando por dentro; lenta y dolorosamente.
Entonces miro los ojos de la niña, ojos como ventanas de vidrios azules, y en ellos vio una cruz, una larga cruz de metal que se alzaba sobre un monte oscuro.
Vio montañas y vio abismos, todos cubiertos en nieve.
No había sol ni luna, no había estrellas ni nubes... no había cielo, simplemente un gran vació que se alzaba sobre la resplandeciente nieve.
Y entonces los vio, como sombras que se movían sigilosamente, miles de Shantaks, aquellas terribles criaturas de las que el Necronomicon hablaba, servidores del sexteto divino.
Nakuru sintió nauseas, pero nada se comparo con el terror que despertó en ella cundo vio una oscura figura alzarse detrás de la cruz... ¡La cabra negra!
El contacto entre Nakuru y Suluhu se rompió, el frió desapareció de su cuerpo, y las visiones desaparecieron.
- ¿Como? - Nakuru se puso en pie, en uno solo impulso - ¿Como puedes sentir estas cosas a través de tu cuerpo?
Suluhu permaneció en el suelo.
No contesto.
- ¿Quien eres?
- ¡Suluhu! - una voz interrumpió a Nakuru.
Detrás de ellas apareció Presea.
- Suluhu, ¿Que haces? - Presea se acerco a la niña y la tomo de la mano - Vamos, ven con migo.
La niña sonrió.
- Solo dibujaba.
Presea miro a Nakuru que aun seguía en estado de shock, ¡y su mirada! ¡Aquella mirada!
No pudo entender el completo significado de aquella mirada, pero algo si estaba claro, le había advertido que se mantuviera alejada de Suluhu, pero ¿por que?
- ¿Quien era esa niña?
FIN DEL FLASH BACK
Eriol permaneció en silencio por unos minutos, simplemente contemplando a su guardián.
- ¿Suluhu? - Su voz era seria - ¿Ese es su nombre?
Nakuru asintió con su cabeza.
- Ella... se parece mucho a Guru Clef, ¿no lo crees?
- ahh.. Ahora que lo dices... si, podría decirse
- Me pregunto - Eriol se acomodo sus lentes - ¿Me pregunto cual será la relación entre ellos?
- ¿No entiendo, a que quiere llegar?
Eriol se acomodo su cabello hacia atrás y suspiro hondamente.
- Si lo que dices es cierto entonces no me queda otra opción - Eriol tomo a Nakuru por la barbilla, en un gesto cariñoso - tendré que ir yo solo...
Los ojos de Nakuru se llenaron de terror.
- ¡NOOOO! ¡Es muy peligroso! - chillo.
- Precisamente - Eriol sonrió melancólicamente - No podría guiar a los demás a un lugar que tal vez no tenga salida.
- ¡Amo!
Nakuru se iba a transformar en Rubymoon pero Eriol coloco su mano sobre su rostro poniendo un hechizo sobre ella.
- Eriol... - Nakuru perdió la conciencia y callo al suelo.
- Lo lamento mucho mi querida Nakuru, pero no puedo llevarte con migo.
OOO
Joseph Curwen era un individuo sorprendente, enigmático y oscuramente horrible. Había huido de Salem, trasladándose a Providence - aquel paraíso universal para gente rara, libre o disidente -, al comienzo del gran pánico brujeril, temiendo verse acusado a causa de su vida solitaria y de sus raros experimentos químicos o alquimistas.
Era un hombre de tez pálida que tenia alrededor de 30 años.
En su comportamiento siempre había una especie de sardónica arrogancia, como si encontrara entupidos a todos los seres humanos después de haber alternado con entes extraños y más poderosos.
Un dato curioso acerca de Joseph Curwen es que no pareció envejecer con el paso del tiempo. A medida que trascurrieron los años aquel hecho comenzó a llamar la atención de la gente; pero Curwen lo explicaba diciendo que el conservarse joven era una característica de su familia, y que el contribuía a conservarla llevando una vida extremadamente sencilla.
Pero cuando había transcurrido mas de 50 años desde su llegada a Providence, sin que su rostro y físico hubiera tenido cambio apreciable, las habladurías se hicieron mas suspicaces, incluso algunos creían que entre sus practicas alquimistas, Curwen había descubierto la piedra filosofal.
En el Pawtuexet Road tenia una granja y en el desván de aquella casa se encontraba el laboratorio donde se llevaba a cabo la mayoría de los experimentos químicos.
La gente contaba cosas raras de aquella casa, según ellos durante la noche se escuchaban raros ruidos, se oían gritos y prolongados aullidos; además les parecía raro que en el edificio de piedra junto a la casa tenia una especie de angostas troneras en vez de ventanas.
La gente estaba convencida de que debajo de la granja se extendía una red de túneles y catacumbas habitadas por numerosas personas.
La casa era una antigua reliquia de mediados del siglo XVII, con una enorme chimenea central y ventanas enrejadas; el laboratorio se encontraba en la parte norte donde el tejado casi llegaba al suelo.
¿Que había descubierto en aquel laboratorio? pues bien uno de sus trabajos mas exitosos fue reanimar a seres muertos.
El decía que las sales de los Animales pueden ser preparadas y conservadas, de modo que un hombre hábil puede tener todo el Arca de Noe en su propio estudio, y reproducir la forma de un hermoso animal a voluntad partiendo de sus cenizas, y por el mismo método, partiendo de las Sales esenciales de Polvo humano, un filosofo puede, sin ninguna nigromancia delictiva, reproducir la forma de cualquier antepasado muerto. Había descubierto medios sacrílegos para mantener vivos a sus cerebros, bien en el mismo cadáver o en cadáveres distintos, y era evidente de que había encontrado el modo de reavivar la conciencia de los muertos, que aquellos absorbían.
Existía una formula para evocar la sombra en cuestión y otra para hacerla desaparecer de nuevo, y ahora había sido tan perfeccionada, que bien podría ser enseñada con éxito.
Ese era el Joseph Curwen...
OOO
Meilin abrió los ojos lentamente, al principio todo a su alrededor estaba borroso, pero con el tiempo su vista fue mejorando.
Sobre ella había un techo que no logro reconocer.
¿Que había sucedido?
Estaba confundida.
Se reenderezo con algo de dificultad y entonces descubrió que estaba en una confortable cama.
¿Como había llegado ahí?
AH! ¡Ahora lo recordaba! ¡Aquella chica se había convertido en un cuervo!
Todo lo que le había sucedido durante el día anterior paso por su mente en rápidas imágenes, como si estuviera viendo una película antigua, de esas películas que lo único que logran en ti es ponerte mas triste de lo que uno ya estaba.
En un impulso repentino, trato de salir de su cama y huir.
¿Huir? ¿Huir donde?, se pregunto ella misma, no importaba solo quería encontrar a Shaoran.
- Seria mejor que no hiciera mucho esfuerzo Li-San - Meilin escucho una voz bastante amable.
Meilin volteo su cabeza a su derecha, y vio a un hombre de cabello castaño que usaba lentes, sentado cerca de la cama.
El hombre le sonreía ampliamente.
- ¿Kinomoto-sama? - Meilin se asombro
Una corriente de sentimientos extraños recorrieron su cuerpo, su labio inferior estaba temblando y entonces se dio cuenta que había comenzado a llorar.
- ¡OH! ¿Le duele algo Señorita Li? - Se preocupo Fujitaka Kinomoto.
Meilin negó con la cabeza mientras se limpiaba las lágrimas.
- No sabe cuanto me alegra verlo Kinomoto-Sama - dio la chica - Pensé que estaba completamente sola en este lugar, ¡Todo mundo desapareció!
Fujitaka sonrió melancólicamente.
- No estamos solos - dijo - ahí mucha gente ahí afuera luchando por nosotros, incluyendo Sakura-chan y probablemente Shaoran Li también.
Al escuchar el nombre de su primo y de su vieja amiga Sakura, sus esperanzas se alzaron.
¿Entonces estaban juntos?, Meilin sonrió mentalmente, sintiéndose mucho mejor.
- ¿Que están peleando? ¿Como llegue aquí? ¿Donde estamos? ¿Que paso con la muchacha-cuervo? - Meilin comenzó a bombardear a Fujitaka con innumerables preguntas.
- Tranquila, son muchas preguntas a la vez - rió el hombre - ahora ¿por que no lo discutimos con un poco de te?
Meilin asintió.
- Watanuki-San ¿podrías informarle a Yuko-Chan que nuestra invitada ah despertado?
Meilin fijo su mirada en un muchacho que se hallaba parado al otro lado de la habitación, con la emoción de ver al señor Kinomoto, no se había percatado de su presencia.
El muchacho tenia cabello negro y unos ojos azules que escondía detrás de unos lentes.
Meilin se sonrojo cuando descubrió al chico mirándola.
- OH y mandame a Maro y a Maru - agrego Fujitaka.
- Si - contesto el muchacho saliendo de la habitación.
Unos minutos después, dos pequeñas niñas entraron a la habitación con amplias sonrisas en sus rostros.
- ¡Estamos aquí! - Exclamaron las niñas al unísono.
- Quiero que se hagan cargo de esta señorita y que le ayuden a tomar un baño y que le den ropas limpias - Les ordeno Fujitaka con una sonrisa - Meilin, ellas son Maru y Moro.
- ¡Mucho gusto! - Saludaron las dos niñas energéticamente - Ahora al baño, si al baño, baño ¡baño!
Una gota de sudor resbalo por la frente de Meilin, estas niñas eran DEMASIADO energéticas.
Después de tomar un baño refrescante y de que sus heridas fueran vendadas por las dos niñas, Meilin se cambio en un traje chino de color negro y rojo que le quedo muy bien.
Entonces Maru y Moro la llevaron a la sala, donde los demás le esperaban para tomar el Te.
Cuando entro a la habitación, Meilin vio al señor Kinomoto sentado junto con aquel muchacho de hermosos ojos azul cielo... momento, había dicho ¿hermosos? ¿De donde había venido eso?
Meilin sacudió la cabeza y entonces miro a la tercera persona en la habitación.
Era una mujer de largo cabello negro, vestida en un hermoso y elegante Kimono (que seguramente le habría costado una fortuna); su piel era pálida como el marfil y su edad?? Bueno por alguna extraña razón no podía adivinar su edad, era como si aquella mujer fuera increíblemente joven y vieja al mismo tiempo. Extraño, pensó.
- Deja que te presente - dijo Fujitaka - este es Kimihiro Watanuki - dijo señalando al muchacho de ojos azules, el muchacho le sonrió - Y ella es Yuko.
Esta también le sonrió, pero aquella sonrisa fue tan extraña y a la vez conocida... ¿donde había visto aquella sonrisa?
- Ella es Meilin Li.
- AHHH! - exclamo Meilin repentinamente, acababa de recordar donde había visto esa sonrisa - Su sonrisa!!
Todas la miraron extrañados.
- ¡¡¡Usted sonríe exactamente igual que Hiragizawa-san!!!! - Dijo Meilin, olvidándose de sus modales y señalándola con el dedo índice.
- ¿¡QUUEEE!!?? - La mujer se indigno cómicamente.
- Como te atreves a decirme que me parezco a ese... ese... - Yuko estaba en el verge de un ataque, y mirarla era bastante chistoso.
- ¿Conoce a Hiragizawa-san? - pregunto Meilin aun mas asombrada.
- Que si lo conozco... - la expresión de Yuko se torno en la de una persona que acababa de recordar algo desagradable. - ese muchacho es la copia exacta de Clow Reed, no solamente en personalidad pero en aspecto también - Yuko puso una cara de asco - me da ganas de vomitar.
- JAJAJA - Fujitaka parecía divertido - Tu nunca cambias.
- Ah! ¡Tu ni me digas nada, que tu también tienes algo de la personalidad de Clow! - dijo con una vena en la frente.
- ¿Por que Rayos tenias que regresar? - Dijo en un tono que solo los niño usan cuando no están conformes con algo - además tenias que regresar en dos personas, ósea que el problema es doble!
Meilin los observaba con curiosidad, ¿De que se trataba todo esto?
- No le hagas caso, Yuko es algo rara y si no tienes cuidado buscara la forma de sacarte algo de ventaja - Era Kimihiro el que le hablaba - Esa mujer siempre esta pensando en negocios.
- Pero... no entiendo ¿Por que dice esas cosas de Clow Reed y Hiragizawa-San? - Meilin seguía confundida.
- Bueno al parecer Yuko no se llevaba muy bien con Clow Reed, dice que su personalidad le volvía loca y puesto que Kinomoto-san y Hiragizawa-san son sus reencarnaciones...
- OH - dijo Meilin entendiendo la situación.
Yuko había terminado de "pelear" con Fujitaka así que comenzó a servir el Te.
- Muy bien, ¿Tu nombre es Li Meilin? - Dijo Yuko - ¿y tu fecha de nacimiento?
Meilin iba contestar sin saber realmente que tenia de relevante, cuando Kimihiro tomo el cachete de Yuko y lo estiro como si se tratara de hule.
- ¡Ni se te ocurra! - exclamo en tono exasperado - Señorita Li, le recomiendo que no conteste ninguna de las preguntas tontas de esta mujer, ¡ella solo esta buscando información para que después tenga algo con que chantajearla!
- ¡Watanuki! ¡mas respeto! - Exclamo Yuko, sobandoce el cachete.
- ¡No crea que me eh olvidado de como me arrastro usted en convertirme en su trabajador! - Continúo el muchacho...
- Blah blah - Le moco la mujer.
Watanuki parecía apunto de explotar.
- Bueno, bueno, ¿Por que no dejamos esto para después? - Interrumpió Fujitaka, tratando de suprimir la risa - No tenemos mucho tiempo después de todo.
- Cierto - El rostro de Yuko se torno serio en una fracción de segundos. - Como ya sabes algunos me llaman Yuko, la bruja del tiempo-espacio, y esta es mi tienda.
- ¿Tienda? - Meilin miro la casa donde se encontraban, con curiosidad - ¿Que tipo de tienda?
- Aquí la gente viene para que sus deseos sean cumplidos - aclaro Yuko - A cambio de un precio, claro esta.
- ¿Y que hago yo aquí? - Pregunto Meilin, algo escéptica.
Yuko sonrió misteriosamente.
- Primero lo primero - dijo la mujer - ¿Quería saber como llegaste aquí, no es así?
Meilin asintió.
- Florinda te trajo.
Al ver la cara de confundida de Meilin, Fujitaka dijo:
- Ese es el nombre de la mujer cuervo, a la que llamas tú.
Los ojos de Meilin se abrieron con asombro, peor antes de que pudiera decir algo, Yuko continuo.
- Ella es una bruja como yo, pero su especialidad es otra, a brujas y brujos de su estirpe les llaman "Diableros" - Yuko tomo un trago de su te - Y como lo has visto, tienen la habilidad de cambiar de forma, depende con que tipo de espíritu estén asociados.
- Pero... - Meilin trataba de salir de su shock - ¡Pero esa chica estaba matando a todas las personas que quedaba, ella y un bonche de chotacabras!
- No, te equivocas - Le dijo Yuko - Ella simplemente esta llevando el alma de todos los seres humanos a un lugar llamado "la torre de los ángeles" si las almas sobreviven o no, el viaje, no tiene que ver con ella.
- Entonces... ¿por que me trajo aquí?
Yuko sonrió.
- Eso es precisamente el tema principal de nuestra conversación, el por que estas aquí y que es lo que va implicar.
Meilin escuchaba bastante intrigada
- Eso es Hitsuzen
OOO
Seishiro Auki estaba sentado en una de las bancas del jardín interno del palacio de Céfiro.
Eran las 11 de la mañana y estaba decidido que dejarían el palacio a medio día, dejándole una hora de paz.
Por una extraña razón se sentía muy triste, no sabia por que, pensaba que ya lo había superado, pero aparentemente no.
Había pasado 9 meses desde que inexplicablemente todos habían regresado a la vida, confundido ante el por que había sucedido esto, fue al que había sido su hogar antes de la batalla de 1999, sin embargo estaba vacío.
Y entonces se entero de las terribles noticias que le rompieron el corazón y le lastimaron más que ninguna herida física que hubiera recibido durante alguna pelea.
Había pasado exactamente 4 años desde su muerte, y su querida y amada esposa había muerto de tristeza después de haberse enterado de su caída en batalla, dejando a su hija huérfana a tan temprana edad.
Después de llorar por el cruel destino de su querida esposa se dispuso a averiguar de los andares de su hija.
Le informaron que esta había sido adoptada 3 anos atrás y que era ahora legalmente hija de una familia en Kyoto.
Esto le rompió aun mas el corazo, el solo quería abrazarla, quería cuidarla y darle todo su amor; pero ¿como reclamar a su hija si legalmente el estaba muerto?
Ah tanto dolor.
Justo en esos meses de desolación y confusión fue cuando encontró a su viejo compañero de cuarto de la universidad, Fujitaka Kinomoto, el único que tal vez podría entender su sufrimiento, después de todo el también había perdido a su esposa Nadeishko.
Fujitaka no solo le consiguió un nuevo trabajo sino que le prometió que le ayudaría en lo posible en tratar de pelear la custodia de su hija, aunque las posibilidades fueran muy pequeñas.
Entonces todo esto había sucedido, de nuevo se vio envuelto en una pelea en la que tal vez muriera de nuevo...
- ¿Seishiro-San? - dijo una voz, interrumpiendo los pensamientos del dragón.
Auki miro a la persona que le había hablado, era una mujer vestida en un largo vestido negro de cuello y mangas largas, con botones al frente, y en su pecho colgaba una cruz.
- ¿Karen?
- Esa cara no le queda muy bien - sonrió la mujer
- ¡OH! - Seishiro sonrío levemente - no me di cuenta y súbitamente me vi pensando en cosas tristes.
Karen se sentó a su lado y tomo las manos de Seishiro en las suyas.
- Seguimos siendo amigos, ¿verdad? - Le pregunto Karen en tono preocupado.
- Pero por supuesto - dijo Seishiro, asombrado ante tal pregunta.
- Entonces me tiene que prometer que se cuidara, no sabemos que nos espera en el bosque - le dijo Karen con ojos suplicantes.
- Y usted me debe prometer que no hará algo tan arriesgado como la ultima vez - le advirtió Seishiro - Prométame que pelearemos juntos no importa que.
Un leve sonrojo tiñó las mejillas de Karen.
- De a cuerdo.
Karen se levanto y comenzó a caminar hacia la puerta.
- Por cierto, se requiere de nuestra presencia en la sala del trono - Dijo Karen sin darse la vuelta - aparentemente ahí un problema.
Cuando esta salio del jardín, Seishiro se preparaba para seguirla cuando se percato del objeto en su mano:
Un rosario de piedras rojas.
Seishiro sonrió.
¡Ehy! ¡esperame! - exclamo.
OOO
Ferio miraba a su hermana mayor rezando en cuclillas frente al altar del pilar.
Su largo cabello se esparcía en el suelo como una cascada de oro, sus manos unidas y sus ojos cerrados.
Parecía un ángel.
Como le dolía ver a su hermana de esa forma, pero le dolía aun mas no poder hacer nada por ella, le dolía verla sonreír cuando el sabia que detrás de esa sonrisa estaba un corazón roto.
Ferio continuo mirándola mientras su mente divagaba en memorias del pasado.
Aquella vez cuando el pilar invoco a las guerreras mágicas, el ni siquiera era conciente de que tenia un hermana; su memoria había sido bloqueada por los "Guardianes", unos misteriosos entes de los que nadie sabia absolutamente nada a excepción de que eran aquellos que cuidaban que las reglas de Céfiro no fueran rotas por nadie.
Paris se había convertido en un pequeño "inconveniente" contra el sistema del pilar así que su memoria fue tomada en contra de su voluntad.
Y probablemente nunca la hubiera recobrado si no hubiera sido por esmeralda - ella que desafió y rompió cada una de las reglas de Céfiro - que momentos antes de su muerte se la regreso con un ultimo adiós.
Ferio se había sentido miserable, todo aquel tiempo y el no pudo hacer nada para protegerla, la había visto sufrir y morir; con el único consuelo de que tal vez en muerte hubiera encontrado paz y felicidad.
No, no permitiría que eso volviera a suceder, no le importaba que métodos o que entupidas reglas tuviera que romper, esta vez protegería a su hermana mayor a costa de lo que fuera.
- Ferio...
El muchacho se sobresalto, había estado tan concentrado en sus pensamientos que no se había percatado que Esmeralda había interrumpido sus rezos.
- ¿Si?
- ¿Sucede algo malo? - le pregunto la hermosa mujer.
Ferio suspiro con cansancio y acercándose hacia donde la princesa se encontraba, coloco su cabeza en las piernas de su hermana como cuando era un niño.
- Nada...
- Ferio... - Esmeralda acarició su cabello.
- Es solo... ¡Es que no entiendo por que tengo que ir al bosque del silencio! - exclamo el príncipe.
- Por que eres el Príncipe y tu obligación es hacia Céfiro - Le contesto la princesa.
- ¡Lo se! - Ferio se restregó los ojos con una mano - Pero no puedo irme y dejarte desprotegida.
- Ferio nada malo me va a suceder, los sirvientes del sexteto divino no pueden venir al castillo, por lo menos no aun, es precisamente la razón por la que van al bosque, para evitar que venga.
- Pero...
- Estaré bien - le dijo sonriéndole - Además, Ascot, presea, Suluhu y las dream watchers estarán con migo.
Hubo un silencio...
- ¿Tu no cambias verdad? - le susurro Esmeralda al oído - A pesar de que eres mi hermano menor actúas como si fueras mi hermano mayor, siempre cuidándome... ¿Recuerdas? ¿Cuando eras un niño? no importaba donde estuviera o con quien estuviera o que estuviera haciendo, tu siempre encontrabas la forma de escabullirte y estar ahí mirándome con ojos protectores.
- Era lo único que podía hacer - Ferio se enderezó y miro a su hermana a los ojos - a pesar de que era tu hermano, no dejaban que realmente habláramos... porque eras el Pilar.
- Eso ya no importa querido Ferio, el pasado es pasado.
- ¿Si pero ahora que? - Ferio pareció enfadado por un momento - ¡Mírate! ¡Estas atada a rezar por céfiro nuevamente! ¿Cuando serás feliz Esmeralda? ¿Cuando?!
- Soy feliz, esta fue mi decisión, yo acepté el puesto de pilar nuevamente, por que quiero protegerlos a todos.
Ferio la miro por unos minutos sin decir nada.
- Los "guardianes" han de estar demasiado ocupados con todo esto del sexteto divino, por que con esta conversación hemos roto por lo menos unas 4 reglas - Sonrió Ferio, poniéndose en pie - Esmeralda... te prometo... ¡te prometo que después de todo esto no descansaré hasta que vea esa maldita corona destruida!
Esmeralda iba a responder pero un soldado entro repentinamente.
- ¡Princesa, Príncipe! - El soldado parecía muy agitado - ¡Se requiere de su presencia urgente en la sala del trono!
Esmeralda y Paris se miraron confundidos.
Pero... aun falta una hora para nuestra partida - pensó Ferio preocupado.
OOO
- ¿Podemos continuar? - Pregunto Ranshuu, ante la interrupción.
Para ese entonces Kamui se había tranquilizado al sentir que el aura de Yuzuiriha se había reestablecido.
- ¿Desea alguien ser el siguiente o yo lo escojo?
Nataku y Fuuma se vieron mutuamente.
- Yo - Dijo Nataku dando unos pasos adelante.
Por más que Fuuma tratara de disimularlo, Nataku había notado que este temblaba ligeramente y este podía entender por que, así que se ofreció a ser el siguiente para darle un poco de tiempo para tranquilizarse.
Nataku no había tenido ni tiempo de sostenerse a la mesa de piedra puesto que Ranshuu simplemente clavo su brazo en si pecho.
Ahhh, aquella sensación, ¿que era? ¿Dolor?, si seguramente dolor, pero... esta era la sensación que siempre había sentido cuando se encontraba en el laboratorio donde le crearon, bajo todos aquellos cables y sumergido bajo aquel liquido verdoso... entonces... ¿había sido dolor lo que había sentido todo aquel tiempo?
Que peculiar.
Ranshuu deposito el corazón en la balanza y esta inmediatamente se balanceo: el corazón de Nataku era más ligero que la pluma de Ranshuu.
Kamui y Fuuma observaron el resultado sin palabras, que significaba eso? Ranshuu había mencionado que si su corazón era del mismo peso que la pluma era por que su corazón era puro y si el corazón era más pesado era por que no era digno, pero nunca menciono la posibilidad de que este pudiera ser más ligero.
La razón por que no lo había mencionado era por que el mismo Ranshuu no se imaginaba que realmente pudiera haber un corazón que pudiera pesar tan poco.
El silencio fue absoluto por unos minutos que se sintieron como horas hasta que finalmente Ranshuu le regreso el corazón a Nataku.
- Has pasado - dijo aun con un deje de sorpresa, definitivamente tenia que observar a este sujeto mas de cerca. - Ahora es tu turno - Dijo Ranshuu señalando a Fuuma.
Este vacilo por unos minutos, no era que le asustara el proceso - aunque sinceramente se veía bastante doloroso - pero lo que le preocupaba era la posibilidad de que su corazón pesara mas que la pluma, después de todo a el mismo le pesaba dentro de su propio pecho.
Las memorias de lo que había hecho como el Kamui oscuro le atormentaban día y noche; y le atormentaba aun mas saber que "el" aun era parte de su ser y que tal vez siempre lo seria, después de todo sus poderes se los debía a el.
Pero no había otro modo, si quería redimir todo les que había hecho a sus amigos y a su hermana, entonces tenia que estar dispuesto a darlo todo, no importa las consecuencias.
Fuuma se acerco a Ranshuu quien coloco su mano en el pecho.
Ni siquiera se molesto en cerrar los ojos, solo rezo para que dios le diera otra oportunidad para proteger a Kotori y a Kamui, que le diera fuerza para dominar a él Kamui oscuro...
Un dolor agudo recorrió todo su cuerpo, repentinamente sus piernas perdieron todas sus fuerzas y se desplomo en el suelo y permaneció ahí hasta que el dolor desapareció junto con sus sentidos del tacto y de oído.
Estaba ahí como una marioneta rota que solo podía observar e implorar que todo terminara rápido.
Ranshuu coloco el corazón en la balanza.
Por un momento la balanza no pudo hallar un equilibrio, el corazón de Fuuma pasaba de ser más ligero que la pluma a ser más pesado hasta que la balanza por fin se balanceo: el corazón de Fuuma era más pesado que la pluma.
Kamui y Nataku contemplaron horrorizados, ¡no podía ser!
Entonces... entonces eso significaba que Fuuma...
- ¡NO! - Exclamo Kamui - ¡NO! FUUMA!!!
- Kamui Shiro y Nataku, se les espera en la cúpula de la torre - Les ordeno Ranshuu, sin quitar su mirada de Fuuma - Tomen esa puerta - Dijo señalando la chica - les transportara automáticamente hasta la cúpula.
- No! no dejare sin Fuuma - Exclamo Kamui, arrodillándose a lado del cuerpo de su amigo - Regrésale su corazón!
- Eh dicho que se vayan - Volvió a repetir Ranshuu - Fuuma Monou no a pasado mi prueba, por lo tanto no puedo permitir que continué.
El rostro de Kamui se enfureció y se dispuso a atacar a Ranshuu cuando sintió la mano de Fuuma sobre la suya, demasiada débil para tener peso.
- Ka-kamui - La voz de Fuuma salio de su garganta con debilidad - Lo-lo pro-me-tiste... debe-s pro-tejer a... a Ko-kotori. Vete.
- También prometí protegerte a ti!
- Vete - A este punto Fuuma ya había perdido la vista - Si no... no nun-ca te-lo per-donare.
- Fuuma... - Los ojos de Kamui se llenaron de lágrimas.
Nataku tomo a Kamui de los hombros haciéndole entender que no había nada que el pudiera hacer al respecto.
Nataku se llevo a Kamui por la puerta y ambos dragones desaparecieron.
Entonces Ranshuu tomo el corazón de Fuuma y se arrodillo ante el cuerpo inerte del muchacho.
¿Sabes lo que esto significa? - dijo.
OOO
Eran las 11:20AM cuando todos se reunieron en la sala del Trono.
Todos ocupaban unas sillas flotantes, esperando a la princesa y al príncipe de Céfiro.
Nadie sabia aun la razón de la reunión puesto que las dream Watchers – quienes la habían convocado – se rehusaron a hablar hasta que Esmeralda y Ferio se hicieran presentes.
A pesar de la tensión que se respiraba en la habitación, el día era excepcionalmente hermoso gracias a los constantes rezos del Pilar.
La luz entraba por los grandes ventanales de la habitación y el cantar de los pájaros se escuchaba en todo el palacio.
Como había sido ordenado, las fuerzas armadas del palacio custodiaban a los restantes habitantes que se encontraban en el tercer piso del palacio. Ningún intruso se había reportado, ningún suceso extraño había sucedido, y no había ni una sola desaparecido entre los habitantes; así que los presentes no podían explicarse la razón de la reunión.
Ferio y Esmeralda entraron a la habitación.
¿Que sucede? – Pregunto el príncipe.
La razón por la que hemos convocado esta reunión son dos – Les dijo Kanoe – Y me temo que una de ellas es un gran problema – Kanoe hizo una pausa y miro a los cefirianos. – Tal vez ustedes pudieran explicarnos algunas cosas.
¿A que se refiere? – Preguntó Presea, algo molesta ante el tono que la Dream watcher estaba usando.
¿Nos podrían decir quien es la sacerdotisa de céfiro?
Los cefirianos ahogaron una exclamación, mientras que trataban de ocultar su sorpresa.
¿Y bien? – Insistió Kanoe, mientras el resto de los dragones escuchaban atentamente.
Céfiro no tiene sacerdotisa – Contesto el Pilar.
"No queremos ser groseras su majestad", Les dijo Hinoto, "Tal vez no nos hemos explicado bien, lo que sucede es que esta mañana estaba teniendo uno de mis sueños y Kanoe y Kotori se encontraban con migo, estábamos discutiendo acerca de este sueño cuando alguien interrumpió, y para que alguien entre a mis sueño sin mis consentimiento, tiene que ser alguien extremadamente poderoso", Enfatizo Hinoto.
El intruso era una mujer quien dijo haber sido la sacerdotisa de Céfiro – Kano meció su largo cabello a un lado – Nunca pudimos verle el rostro, mas que sus brillantes ojos azules, pero un aura demasiado extraña la rodeaba. ¿Nos podrían decir quien es esta mujer?
Como ya le eh dicho Srta. Kanoe Céfiro no tiene Sacerdotisa – Esmeralda repitió – Eso fue cosa del pasado y no hay manera que la mujer que ustedes dicen haber visto exista en este mundo.
¿Esta diciendo que estamos mintiendo? – Kanoe se exasperó - Esa mujer es tan real como tu y yo y para ser sinceros no estoy segura que ni siquiera sea humana!
¿Eso es todo lo que tiene que informar? – Les preguntó Ferio.
¿Les parece poco? – Kanoe estaba enfadada – Esta mujer podría ser peligrosa.
¿Eso es todo? – Volvió a preguntar Ferio ignorando su reproche.
Kanoe se quedo callada por un momento, ¿Qué le sucedía esta gente?
Estaban evitando el tema a propósito, ¿pero por que? ¿Qué sabían de esta mujer? ¿Y por que no les decían nada?
Al parecer eso lo tendría que averiguar por su cuenta.
No, no es todo – dijo finalmente.
"La mujer de la que les hablamos mostró un interés en particular en Kotori", dijo Hinoto, "Y momentos depuse de que la mujer desapareciera, también Kotori desapareci
Hubo conmoción entre los presentes que hasta el momento no se habían dado cuenta de la ausencia de la chica.
¿Desapareció? – El normalmente sereno rostro de Arashi se contorsionó de angustia y desdén.
Si – Le contesto Kanoe – Y mi hermana y yo pensamos que esa mujer misteriosa tiene algo que ver con su desaparición.
No digas tonterías – dijo Suluhu, en tono irritado – Si no tienes pruebas concretas seria mejor que no hagas acusaciones insensatas.
¿Qué? - Kanoe se irrito ante la intrusión de la niña.
Lo que escuchaste – Le espeto Suluhu.
¡Suluhu! – Esmeralda la miro con severidad – Vete a la sala de rezos, te veré ahí mas al rato – Le ordeno.
Pero... – Suluhu puso una mueca.
Has lo que te digo – dijo seriamente.
Suluhu se resigno y salio de la sala en una pequeña rabieta.
- Ya no importa como fue secuestrada ni quien se la llevo! - Exclamo Arashi - Solo hay un lugar en el que la señorita Kotori pueda estar secuestrada.
- Eso es... - Seichiro se acomodo los anteojos - Se la han llevado para uno de los sacrificios.
- En ese caso no tenemos tiempo que perder, tenemos que partir de inmediato y rescatar a la señorita Kotori antes de que sea muy tarde - Sugirió Karen.
- ehh.. - Yuuto interrumpió, mientras miraba hacia todos lados - ¿Alguien sabe donde esta el mago?
En ese momento todos se dieron cuenta que no solo Kotori estaba ausente de la sala, pero Eriol y sus guardianes también.
- ¡¿Donde están?! - Exclamo Ferio - Que nadie les informo de la reunión?
El pánico se alzo entre los presentes, ¿Cómo habían sido tan descuidados?
Todos habían estado tan ocupados con sus propios problemas que ni siquiera se habían molestado en ver quienes estaban en la sala.
¿Dónde estaba el mago?
Se suponía que el les guiaría en la misión, ¿Entonces? ¿Acaso había sido secuestrado tal y como Kotori?
Ferio trataba de poner orden en la situación cuando las puertas de la sala se abrieron de par en par y frente a los atónitos ojos de todos, vieron entrar a Spinel-Sun con una desmallada Nakuru en su lomo.
Todos cobraron silencio y dirigieron su atención hacia los guardianes esperando una explicación y de alguna forma esperando escuchar que Eriol simplemente se había quedado dormido y que esa era la razón de su ausencia.
Aunque muy en el fondo todos sabían que esa no podía ser la razón, de lo contrario Spinel no se hubiera presentado de aquella manera.
La pantera negra deposito a la chica de cabellos castaños en el suelo y miro a todos; su expresión imposible de descifrar.
La encontré inconsciente en la biblioteca de Guru Clef – Les Explico el Guardián del Sol – No encontré rastros de Eriol-Sama y no siento su presencia en todo Céfiro.
Entonces también se lo han llevado junto con Kotori - Sugirió Karen, preocupada.
Spinel negó con la cabeza.
No, Puedo sentir uno de los hechizos de mi amo sobre Nakuru – La pantera señaló a la chica – Fue el quien la dejo inconsciente.
¿Eso quiere decir que Hiragizawa la durmió a propósito? – Pregunto Seiochiro - ¿pero por que?
Para evitar que ella nos avisara a tiempo – Murmuro Yuuto, más para si mismo que para los demás. – Me temo que el mago se nos adelantado.
¿Dejo sin nosotros? – Karen no podía creerlo - ¿Pero por que?
Por que sabia que no había mucha esperanza – Dijo Esmeralda, tristemente – Seguramente ya sabía que no había mucha posibilidad de que regresaran sanos y salvo así que decidió llevar acabo la misión sin sacrificarlos a ustedes.
Esmeralda bajo la mirada.
Ya se lo veía venir, desde que conoció al joven mago pudo ver su corazón desolado y sus pocas ganas de vivir.
Para todos, Eriol Hiragizawa era un muchacho de 16 años, un mago poderoso de personalidad extravagante y despreocupada, alguien que bien podría ser un líder a pesar de su misteriosa personalidad.
Pero ella podía ver a través de toda esa fachada; Eriol era un muchacho solitario cuya vida siempre había sido dictada por su vida pasada como Clow Reed.
No haber podido encontrar su vida separada de las memorias de Clow le atormentaba.
Fue ese dolor en sus ojos, ese vacío y desesperanza, invisibles para el ojo no entrenado, que la había conmovido, puesto que ella misma alguna vez tubo es mirada.
Pero Esmeralda sabia que muy en el fondo había aquella pequeña luz que lo mantenía vivo; que o quien alimentaba esa luz, no lo sabia y dudaba que el mismo lo supiera. Y precisamente por esa luz, Esmeralda creo el anillo.
El anillo era una de las armas mas poderosas que existían, como las espadas de las guerreras mágicas, estaba hechote del material escudo, así que solo Eriol podría usarlo, así como solo Clef podía usar su anillo.
¿Que hacia el anillo? No podía saber, su poder dependía enteramente del su poseedor.
Las cosas iban de mal en peor, ahora no solo tenían que preocuparse de Kotori y Eriol, pero de "Ella" también. ¡OH Clef se iba a enfadar tanto cuando se enterara!
¡Pero eso es sucedió! – La voz de Karen había interrumpido los pensamientos de la princesa – Tenemos que ir en su ayuda.
Todos asintieron con la cabeza.
Ráfaga, ¿puedes guiar el camino hacia la piedra negra? – Pregunto Ferio.
Si – Contesto el hombre – Y si vamos en los caballos de Ascot llegaremos en menos de 15 minutos.
Entonces vamonos en seguida – Ordeno Ferio – Dream Watchers, Ascot, Presea, necesito que se queden en el castillo y lo protejan.
Los mencionados asintieron.
Ferio se preparaba para partir junto con los dragones y Spinel Sun, cuando Esmeralda se le acerco y le susurro al oído: Si las cosas se ponen muy peligrosas, quiero que uses tus poderes... tu espada sola no tendrá mucho efecto contra estas criaturas
Ferio la miro y sen decir nada salio de la sala junto con los demás.
¿Sus poderes? ¿Hace cuanto que no los usaba? ¿Seria realmente capaz de usarlos? ¿Después de haber jurado nunca volver a hacerlo?
No importaba, no había tiempo de pensar en esas cosas.
Mientras tanto Suluhu había desobedecido las órdenes del Pilar, y en vez de ir a la sala de rezos, fue a otra sala, una sala ubicada en la punta del castillo.
La habitación no tenía ventanas y estaba en semi-oscuridad, iluminada solo por dos lámparas que colgaban del techo.
Al fondo de la habitación se alzaba un pequeño altar adornado con flores cuyo aroma inundaba la habitación y en medio del altar había una estatua de piedra que tenia la forma de una mujer con largo cabello hasta el suelo.
Suluhu se sentó en el suelo con los ojos cerrados.
¿Y ahora que hacemos? ... Sacerdotisa
Sin recibir respuesta alguna, Suluhu se hincó frente al altar donde había una pequeña caja dorada, hizo una pequeña reverencia y después intento abrirla pero una barrera invisible se lo impidió.
Retiro su mano de la caja y miro a la estatua nuevamente.
Puedo sentir la presencia del sacerdote de Céfiro en el castillo – murmuro – El a regresado, ¿Qué piensas hacer?
Suluhu tomo dos velas del altar y las coloco detrás de la caja al mismo tiempo que las encendía.
Clef... perdóname por lo que estoy apunto de hacer – Una lagrima recorrió su mejilla – Pero no hay otra manera.
Nuevamente puso su mano en la caja y la barrera apareció nuevamente pero esta vez Suluhu hizo un símbolo con su mano mientras conjuraba un hechizo. La barrera había desaparecido.
Es hora – Suluhu abrió la caja y una luz dorada salio de ella, dentro había un Ovum.
OOO
10:00AM
Después de haber dormido a su guardián, Eriol se preparo para marcharse.
Aun era temprano, se supone que todos deberían de dejar el castillo a medio día, así que eso le daba dos horas de ventaja y aunque se dieran cuenta de su ausencia antes de tiempo ya seria demasiado tarde.
Le dolía engañar a todos de esa manera, especialmente cuando había logrado ganarse su confianza, pero no encontraba otra salida. Si la piedra negra era activada serviría como portal entre Céfiro y la dimensión de los primordiales.
Y si lo que Nakuru le había dicho era verdad... entonces le deidad Shubnigurath estaría ahí esperando a que fuéramos.
Sabia que este era un viaje sin regreso y no podía permitir que todos los dragones sacrificaran sus vidas.
El los había observado, cada uno de ellos tenia un deseo para el futuro, ninguno de ellos deseaba morir, no aun.
En la mente de Yuuto vio su deseo de regresar a lado de Satsuki; Karen una mujer envuelta en soledad desde que era niña había encontrado la estrella que le daba luz a su vida aunque el amara a otra persona, ella lo protegería, protegería a Seichiro Auki quien a su vez tenia el mas ardiente deseo de recuperar a su pequeña hija.
Y Ferio, Príncipe de Céfiro, su deseo era el mas fuerte de todos, proteger a las dos mujeres que mas amaba en todo el mundo: su prometida Fuu Houji, guerrera del viento y su hermana Esmeralda, Pilar de Céfiro.
Todos ellos tenían un fuerte deseo por vivir, todos, todos menos el.
Quería desaparecer, quería desvanecerse en la nada con la esperanza de que volviera a nacer pero esta vez libre de la sombra de una reencarnación.
A comparación de Fujitaka Kinomoto, quien era la otra reencarnación de Clow Reed, El cargaba con el peso de todas las memorias de Clow.
Pero que había de sus memorias? No tenia ninguna, estaba vacío.
Por un tiempo pensó que podría llegar a ser feliz con Kaoh Mizuki, peor al final ella no pudo entenderlo, nadie podía.
Sin embargo tenia la leve impresión de que había algo en su corazón, algo calido que bien podría ser su salvación, pero no podía entender que era... ya no importaba fuera lo que fuera había tomado su decisión.
Llave que guardas los poderes de la oscuridad, muestra tu verdadera identidad, por el contrato que tenemos, yo, Eriol te lo ordeno. LIBERATE!
Un báculo dorado con forma de sol apareció en las manos de Eriol.
Una luz dorado lo envolvió y entonces desapareció dejando a la inconsciente Nakuru, sola en la biblioteca.
Eriol se había tele-transportado al lugar donde se encontraba la piedra negra.
Estaba en medio del bosque del silencio y ni un alma se movía a los alrededores; Ráfaga y sus hombres habían hecho un buen trabajo, no quedaba ni un solo monstruo a kilómetros de distancia.
Enfrente de el estaba la piedra flotante con extraños gravados en la superficie luminosa que despedía destellos oscuros como si se tratara de una estrella en sus ultimas horas de vida.
Eriol se acerco a la piedra y entonces se dio cuenta que no estaba solo, había alcanzado a ver 3 figuras encapuchadas escondidas entre el follaje, seguramente adoradores del sexteto divino, no representaban ningún peligro para el, sus poderes eran muy limitados y si el lo deseaba se podría deshacer de ellos en un abrir y cerrar de ojos.
Pero por alguna razón los encapuchados no mostraban ninguna intención de atacarle, ¿por qué? ¿Acaso le estaban dejando pasar a propósito?
Eriol frunció el ceño, tenía un mal presentimiento.
Sin embargo decidió ignorarlos y se acerco mas a la piedra; con su mano libre toco la superficie de la roca. Los gravados en la piedra se encendieron con una luz pálida y una sensación de escalofrió recorrió el cuerpo entero del joven mago.
Lo que había sido una superficie firme y sólida se convirtió en una especie de liquido viscoso y pegajoso que absorbió la mano de Eriol.
La sensación de que hielo crecía dentro de sus venas le invadió mientras que la extraña sustancia se iba tragando el resto de su brazo y el resto de su cuerpo.
Por un momento no sintió nada, no escucho nada y no vio nada hasta que de repente un frío insoportable le golpeo la piel y los huesos.
Abrió los ojos y se descubrió tumbado en un suelo cubierto por nieve y sobre el... sobre el había una vasta oscuridad.
Tal y como Nakuru se lo había dicho.
Eriol se puso en pie mientras acomodaba sus anteojos correctamente.
No se había equivocado, la piedra negra era definitivamente un portal; ya no podía sentir la presencia de ninguno de los guerreros, era como si todos se hubieran desvanecido, pero la verdad era que el se había desvanecido.
Se encontraba en otra dimensión muy diferente a la de céfiro o a la del planeta tierra, una dimensión fuera de los límites, una dimensión entre los espacios negros de las estrellas, una dimensión en medio del caos.
Eriol tomo su báculo en posición de defensa; oscuras masas tomaban forma a su alrededor, pero ninguna de ellas se movió.
Permanecieron ocultas en las sombras abriéndole el paso libremente, ¡Le estaban dejando pasar deliberadamente!, tal y como las figuras encapuchadas que vio cerca de la piedra negra.
¿Pero por que? ¿Por que le dejaban pasar?
Un solo pensamiento vino a su mente: CLOW REED.
Una furia se apodero de Eriol y con rabia grito fuertemente: ¡No soy Clow Reed, ¿por qué me dejan pasar? No soy el hombre que vino hace muchos años aquí, no soy el mismo hombre, ¿Me entienden?
No hubo respuesta.
Todas las masas amorfas permanecieron inmóviles en la oscuridad.
Aun enfadado, Eriol decidió continuar hacia delante, ignorando las miradas de los Shantaks. Tenia que encontrar el centro que alimentaba el portal, si lo encontraba y lo destruía entonces también destruiría la piedra negra.
Avanzo decididamente a través de la gruesa nieve cuya blancura era inconcebible en aquella oscuridad.
Después de varios tropiezos y de resbalar una colina hacia abajo, Eriol llego enfrente de una taburete de madera negra donde se hallaba un libro abierto cuyas hojas amarillentas parecían apunto de desmoronarse de lo antiguas.
Eriol lo miro con desprecio mientras una de las memorias de Clow vino a su mente, si este era el libro que Clow y la bruja que se hacia llamar Yukô habían rehusado firmar hace ya mucho tiempo.
Este era un libro en el que tenias que firmar con tu propia sangre, después de eso los primordiales te darían un nombre secreto, te convertirías en eterno devoto de ellos.
Solo aquellos con conocimientos o poderes resaltantes eran llamados a firmar.
Y aquellos que firmaban no solo adquirían poderes inimaginables pero algo en ellos cesaba de ser humano.
Eriol sabia de dos hombres que llegaron a firmar: Curwen Joseph, el actual poseedor del prohibido Necronomicon y el llamado "Hombre negro" .
Y aquellos que no firmaban solo había una salida: La muerte.
- ¡No soy Clow Reed! – Grito Eriol furico.
Esta vez una voz sin sonido, una voz sin lenguaje le contesto en su mente:
Ciertamente no eres Clow Reed, de haberlo sido no hubieras llegado aquí vivo, pero posees sus poderes y poses sus conocimientos, así que has sido llamado a firmar el libro negro
Eriol no contesto por un momento, se limito a contemplar el casi podrido libro.
¿Qué iba a hacer? Ni siquiera el mismo lo sabía.
Entonces Eriol escucho una segunda voz, muy débil y casi inaudible que provenía del espacio oscuro enfrente de el.
La voz susurrante pronunciaba su voz suplicantemente. Eriol...Eriol... llamaba la voz, no lo hagas Eriol... suplicaba la voz ...Eriol... huye de aquí... huye
Esa voz, había algo familiar en aquella voz.
Sin pensarlo dos veces corrió hacia donde la voz provenía y lo ahí encontró lo dejo paralizado.
¡Kotori-San! – exclamo aterrorizado.
Frente a sus ojos estaba una gran cruz de metal oxidado por la nieve y en ella colgaba el cuerpo inerte de Kotori Monou.
Firma el libro Eriol Hiragizawa , dijo la voz sin sonido.
¿Qué le hacen a Kotori-San? – exigió, horrorizado ante el estado de la muchacha quien sangraba de varias partes de su cuerpo.
No hubo respuesta.
Eriol intento acercarse a la cruz pero una fuerza invisible le aventó lejos de ella.
Hiragizawa-san – Kotori abrió sus ojos con dificultad – Debes de salir de aquí inmediatamente.
No me iré sin usted –declaro.
Eriol entonces realizo que era lo que sucedía: El Sacrificio Kotori era uno de los sacrificios que el rito exigía para abrir el portal.
Y la cruz de la que colgaba Kotori, La cruz que le había descrito Nakuru, era el punto energético que sostenía a la piedra.
Nunca serviré a tan abómbales deidades, nunca, no importa cuantas veces reencarne, nunca. – Sentencio, al mismo tiempo que partía en dos la barrera que le separaba de Kotori. – Nunca.
Antes sus palabras una forma oscura como la de una cabra emerjo detrás de la cruz, y por primera vez un terror imaginable inundo el cuerpo y la mente de Eriol.
OOO
Yuzuriha y Kakyo aparecieron en el centro de la ciudad envuelta en diluvio.
¿Te encuentras bien? - Le pregunto Kakyo, ayudándola a sentarse en una banca.
Si – contesto la chica, con evidente fatiga – pero no creo ser capaz de moverme o caminar dentro de un buen tiempo, estoy demasiado cansada. – Murmuro.
No te preocupes – Le sonrió el dragón – No iré a ningún lado.
Te equivocas – Le sonrió a la chica – Ahí un lugar donde tienes que ir.
Kakyo la miro sorprendido.
Hay alguien que te necesita, ¿No es así? – Kakyo se limito a asentir con la cabeza – Ve, Kakyo, ya has hecho demasiado por mi.
Pero no puedo dejarte sola – sentencio el Dream Watcher.
No estará sola – Dijo una tercera voz.
Empapado hasta los husos y con el cabello pegado a su siempre jovial rostro, Sorata se acerco a donde estaban ellos y coloco su mano en el hombro de Yuzuriha.
¡Sora! – Yuzuriha sonrió ampliamente.
Me diste un buen susto – Le dijo entre serio y bromeando – No te preocupes Kakyo, yo tomare a Yuzuriha donde están los demás, tu ocúpate de tus asuntos – Le dijo enseñándole el pulgar hacia arriba.
Kakyo asintió agradecido con ambos y se preparo para marcharse, pero antes, ante el estupor de Yuzuriha y de Sorata, este le dio un tímido beso en la mejilla al la paralizada chica y sin decir nada mas desapareció.
Guru Clef y los gemelos Sumeragi se encontraban en los pies de la entrada de la casa de Curwen.
Después de que los seres sombra desaparecieran, la ciudad había regresado a la normalidad y Hokuto fue capaza de encontrar su camino hacia la granja de Curwen.
La casa ere tan antigua y sucia que era casi imposible imaginar que alguien fuera capaz de habitarla en tal estado, pero de algo estaban seguros, Joseph Curwen estaba dentro de esa casa.
Clef y Subaru se adelantaron hacia la casa, peor la voz de Hokuto les hizo detenerse de golpe.
Curwen es mío – declaro la chica con determinación.
¿Qué dices? – Pregunto su hermano con estupor, pensando que había escuchado mal.
No me discutas Subaru, Quiero que tu y Guru Clef encuentren el libro mientras yo encuentro a Curwen.
Es muy peligroso – Le advirtió el mago de Céfiro.
Precisamente, Curwen no es un humano común y corriente, no podemos adivinar hasta donde lleguen sus poderes y conocimientos.
Más razón para no dejarte enfrentarlo tú sola – Argumento Subaru.
Yo conozco una formula... un encantamiento que le destruirá – Confeso la médium – Lo leí en el Necronomicon, estoy segura que funcionara, además... esto es una cuestión entre Curwen y yo.
Subaru cedió aun preocupado, diciéndose a si mismo que si las cosas se salían de control intervendría de todas maneras. Mientras tanto Clef cedió por respeto a la venganza de Hokuto, pero con sus propias sospechas; algo le decía que Hokuto les ocultaba algo.
Al abril la rechinante puerta de la casa, se encontraron con una escalerilla de hierro que llevaba a una habitación subterránea.
Clef alumbro con su báculo el camino y los tres bajaron las escaleras con sumo cuidado, puesto que si las escaleras eran tan fuertes como se veían, estas podrían colapsarse de tan solo respirar en ellas.
La luz proveniente del báculo hacia resplandecer el musgo de siglos que se adhería a las paredes húmedas de lo que parecía ser el vestíbulo.
Apenas habían llegado a piso firme cuando les llego un leve sonido:
Era un sonido impío, dale el nombre de apagado lamento, de desesperanzado aullido o de un gemido angustiado de una carne sin mente, seria omitir su asquerosidad esencial.
Era la cosa más impresionante que habían escuchado.
Tratando de reprimir la inquietud que el sonido les había despertado continuaron caminando entre el polvo y las telarañas de medio siglo, hasta que por fin llegaron a una habitación amueblada con numerosas mesas repletas con libros y papeles antiguos y nuevos, con sillas, armarios y estanterías, además de varias velas, candelabros y lámparas de petróleo.
Cada quien tomo una lámpara y la encendió; La habitación era evidentemente la biblioteca de Curwen.
Tratando de ignorar el olor fétido que inundaba la habitación y de los horrendos sonidos que continuaban llegando hasta ellos, los tres iniciaron una búsqueda minusuosa por el libro que preferían no nombrar dentro de aquella casa.
Después de un rato decidieron que el libro no se encontraba en aquella habitación y que lo más probable fuera que el mismo Curwen lo tuviera bajo vigilia, así que abandonaron la habitación en busca de Curwen.
Las estancias contiguas estaban abandonadas o llenas de cajas rotas y de ataúdes de plomo de aspecto ominoso y no fue sino hasta que atravesaron por lo menos unas 4 habitaciones que llegaron frente a una gran escalera de piedra que dedujeron debía conducir a uno de los edificios contiguos de la granja – tal vez el famoso edificio de piedra con troneras en vez de ventanas -. La fetidez y los extraños lamentos aumentaban en intensidad.
Los tres llegaron a un amplio vestíbulo, tan grande que la luz despedida por el báculo de Clef no alcanzo para iluminarlo.
Aquí, los lamentos se escuchaban con más claridad y era ahora obvio que provenían de un lugar debajo de ellos.
En medio del vestíbulo había un altar de piedra – que prefirieron no inspeccionar debido a su tenebrosa apariencia – y en las esquinas del vestíbulo había arcos que conducían a diferentes habitaciones.
Hokuto subió unos peldaños y camino a lado de un borde de piedra que los llevaba directamente a los arcos.
Síganme – Les ordeno Hokuto – y no pisen fuera del borde.
Subaru y Clef caminaron detrás de ella obedeciendo sus indicaciones; pero no pudieron evitar notar que en el suelo de la habitación había numerosos pozos engarrotados con barrotes de hierro oxidado. Lo que habitaba en aquellos pozos... no podían adivinarlo.
Los lamentos provienen de las profundidades de esos pozos – Comento Subaru.
Y como si le hubieran escuchado, los tonos de los lamentos incrementaron.
Hokuto se detuvo y miro a su hermano; su rostro lleno de sufrimiento.
Estos son algunos de los experimentos de Curwen – les dijo, desviando la mirada – Son criaturas traídas de la muerte, almas atrapadas en cuerpos que no son suyos, masas vivas pero sin alma que solo conocen el sufrimiento de su imperfecto sistema.
Clef y Subaru escucharon horrorizados.
Subaru... ¿podrías quedarte? – Le pidió Hokuto – Estos no son exactamente espíritus, pero se que podrías exorcizar las almas que se encuentran atrapados ahí, han sufrido ya bastante...
Si ese es tu deseo me quedare y haré lo que me has pedido – dijo Subaru.
Si, te lo agradecería... y cuando hayas terminado... quema sus cuerpos... quémalos hasta que las mismas cenizas desaparezcan...
Clef y Hokuto continuaron sin Subaru desapareciendo en la oscuridad, en completo silencio de forma que solo sus pasos, los gemidos y las plegarias de Subaru eran escuchados.
"OM SANMAJI HANDOMEI KIRUKU... OM SANMAJI HANDOMEI KIRUKU... OM SANMAJI HANDOMEI KIRUKU... OM SANMAJI HANDOMEI KIRUKU... PYO...TOU...SHA...KAI...CHIN...LETSU...ZAI...RIN...ZEN..."
Clef y Hokuto empezaron a entrar en los arcos al azar esperando encontrar a Curwen en alguno de ellos.
Le pediste a Sumeragi-San que se quedara atrás a propósito, ¿no es así? – Le cuestionó Clef, después de un rato.
En parte – confeso Hokuto – no quiero que Subaru este presente cuando me enfrente a Curwen.
Clef la miro en silencio por unos instantes y finalmente suspiro con resignación.
¿No crees que haya otra forma de...?
No – le interrumpió la chica – Es la única forma, por favor te suplico que no interfieras.
¿Ese es tu deseo?
Ese es mi deseo – Dijo con una voz cansada.
No se dijo más.
La mayoría de los arcos conducían a pequeñas cámaras, algunas vacías y algunas utilizadas evidentemente como almacén, ¿el contenido de dichas cámaras? preferían no recordar.
En uno de los arcos había numerosas puertas que conducían a más cámaras, sin embargo una de ellas las condujo a una amplia habitación llena de cubetas, crisoles e instrumentos modernos, de libros y estanterías ocupadas por recipientes de todos los tamaños y botellas. Se trataba indudablemente del laboratorio de Joseph Curwen.
Pero lo mas interesante en la habitación eran las dos paredes vacías, las cuales estaban cubiertas de símbolos místicos y de formulas burdamente cinceladas en la lisa pared. El húmedo suelo también llevaba símbolos grabados y Clef descifró un enorme pentagrama en el centro, con un círculo de tres pies de diámetro a medio camino entre el pentagrama y cada uno de los rincones.
Y hay en medio del pentagrama se encontraba el terrible libro que descifraba secretos que serian mejor no ser descubiertos.
Ninguno de los dos se movió, había alguien mas en la habitación; detrás de un escritorio, encubierto por las oscuras sombras y por las gruesas telarañas se hallaba un cuerpo que descansaba en una silla como si de un cadáver se tratara.
Clef ilumino la habitación con un encantamiento. La luz amarillenta hacia brillar las paredes como si estuvieran cubiertas en miel.
Y ahí estaba, un hombre en sus treinta pero con una mirada como oscuros abismos sin fondo, ojos como los del mismo Guru Clef.
Ninguno de los tres se movió, ninguno de los tres hablo, simplemente se observaron por un largo rato.
Finalmente el inmóvil rostro de Curwen se rompió en una sonrisa sarcástica.
Te eh estado esperando "Sumeragi no Hokuto"
Hokuto no respondió, continuo mirándolo llena de odio.
Mientras tanto, Guru Clef ya se había acercado a la pared llena de símbolos, hincado enfrente del pentagrama observo el libro.
No se atrevió a tocarlo, sabia que poderosa magia le protegía, así que con toda la paciencia del mundo, comenzó a leer las inscripciones en la piedra.
Hokuto se acerco más al escritorio.
Eh regresado... mi amo.
Curwen rió secamente y la miro con sumo interés.
Nunca antes ninguno de mis experimentos había escapado... nunca. Claro también tengo que tomar en cuenta que nunca antes había llamado por un integrante de un poderoso Clan como el Sumeragi.
Se ha acabado Curwen.
Joseph sonrió aun más ampliamente.
Con migo están el décimo tercero líder de los Sumeragi, y el Guru de Céfiro. El necronomicon será destruido.
Para la sorpresa de la chica, Curwen soltó una carcajada.
Lo has hecho... – La voz de Clef se escucho a través del otro lado de la habitación – Has invocado los dos portales.
Hokuto lo miro incrédula: - No puede ser.
Todo esta aquí – Dijo señalando la pared – Los ha invocado...
La mirada de Hokuto regreso a la inmóvil figura de Curwen.
Creo que tenemos otra visita – dijo Curwen, aun con su sonrisa de satisfacción, y hablándole como si fuera una pequeña niña.
Hokuto volteo su cabeza en dirección de la puerta por donde habían entrado, esperando ver a Subaru, sin embargo no había nada. Regreso su mi rada a Curwen que aun llevaba su sonrisa sardónica.
Hokuto no tubo tiempo de cuestionarlo cuando una figura se comenzó a formar en el aire, hasta que muy débilmente, Hokuto pudo distinguir las facciones de Kakyo.
La chica se quedo sin aliento, sus ojos dilatados por la sorpresa. No podía creerlo, ahí estaba, como un fantasma, mirándole con ojos suplicantes.
AHH! ¡No con esos ojos!
Lagrimas comenzaron a encontrar su camino en las mejillas de Hokuto, quien luchaba desesperadamente de recobrar la compostura.
No había contado con este imprevisto, sinceramente; no contaba con volverlo a ver.
Hokuto... déjame salvarte... – La voz de Kakyo era débil, su imagen frágil como la de un holograma.
Lo siento Kakyo... lo siento tanto... perdóname por hacerte sufrir – Hokuto le sonrió tiernamente – No hay nada en mi que puedas salvar... déjame ir Kakyo, déjame descansar...
HOKUTO!!! – La voz del dragón se escucho lejana, su imagen desapareciendo poco a poco. Seguramente el poder que radicaba en aquel laboratorio era demasiado grande y Kakyo no podía cruzarla del todo.
Ahí alguien mas que necesita de tu protección.... Kakyo... gracias por todo.
Lagrimas cayeron del rostro del desdichado hombre, cuya figura se desvaneció en el aire.
El eco de pasos se escucho provenir de los arcos, alguien se acercaba corriendo.
Es hora...- Hokuto miro suplicante a Guru Clef - ... Por favor.
Clef cerró sus ojos con tristeza y haciendo su báculo a un lado, comenzó a murmurar un encantamiento con ambas manos entrelazadas en un símbolo que apuntaba hacia la puerta.
Hokuto se dirigió a Curwen, quien se había puesto de pie al percibir el poder del Guru.
Eh jugado con tigo lo suficiente – Dijo Curwen, sus facciones llenas de locura – Es hora que desaparezcas... PER ADONAI ELOIM, ADONAI JEHOVA, ADONAI SABAOTH, METRATION...
Te llevare al infierno con migo – dijo Hokuto , saboreando las palabras.
En aquel momento Subaru apareció en la puerta, empapado en sudor y respirando pesadamente.
HOKUTO! NO!
Desesperado se lanzo hacia delante con el único deseo de tomar a su hermana en sus brazos, pero fue rechazado violentamente por una barrera invisible.
Sacudiéndose el estupor que le ocasionó la inesperada barrera, Subaru descubrió a Guru Clef en una esquina del laboratorio, sus labios se movían pero no alcanzaba a escuchar lo que decía.
¡Guru Clef! – Suplico Subaru – AYUDA A HOKUTO.
Clef abrió sus ojos y lo miro sin detener su encantamiento.
Eres tú... – Subaru no podía creerlo - ¿Qué estas haciendo?
No hubo respuesta.
Déjame entrar... GURU CLEF!!!! DEJAME ENTRAR!!! – Subaru comenzó a atacar la barrera de Clef - HOKUTO...
Clef cerró sus ojos, no podía soportar verlo.
Mientras tanto, Hokuto, sin voltear a ver a su hermano, saco una daga dentro de sus ropas corto las arterias en su muñeca.
Fueron cenizas las que salieron de la herida en vez de sangre.
Finalmente con las ultimas fuerzas que le quedaban, Hokuto exclamó la formula secreta que había aprendido del Necronomicon OGTHROD AI'F GEB'L-EE'H YOG-SOTHOTH 'NGAH'NG AI'Y ZHRO
Cuando Hokuto pronuncio la primera palabra, Curwen interrumpió en seco su empezada formula. Incapaz de hablar, el monstruo agito salvajemente los brazos, cuando fue pronunciado el nombre de Yog-Sothoth empezó en espantoso cambio.
Hokuto cerró los ojos, no deseaba ver, no deseaba saber nada más.
Se dejo caer en el suelo, exhausta.
Clef abrió los ojos, y detuvo su encantamiento, el poder de Curwen había desaparecido y nada quedaba de aquel hombre de siglos impíos.
Sin perder tiempo, y sin que los gemelos Sumeragi se dieran cuenta, Clef tomo el libro y lo introdujo en su Ovum.
Todo estaba en silencio, a excepción del llorar de Subaru, incluso el fétido olor había desaparecido.
Hokuto... – Subaru había corrido al encuentro de su caída hermana al momento en que la barrera había desaparecido - ¿por qué? ¿Por qué has hecho esto?
Una última sonrisa apareció en los labios de la muchacha y entonces su cuerpo se desintegro en cenizas, dejando a un desconsolado Subaru tumbado en el suelo.
Guru Clef no se atrevió a acercársele, y su corazón lloro a su manera, puesto que por segunda vez había ayudado a alguien que apreciaba a planear su propia muerte.
Let the dead rest in peace.
CONTINUARA....
Notas de la autora:
De una vez les digo, todos los personajes pertenecen a sus respectivas autoras CLAMP a excepción de Curwen y el sexteto divino que son de HP Lovecraft; y de Suluhu y Florinda que son enteramente de mi imaginación.
Sumeragi no Hokuto forma antigua en que los japoneses decían sus nombres, con el nombre de familia al principio.
Hitsuzen Un evento predeterminado.
Que les pareció?
Tantos enigmas jajaja:
¿Qué paso con Satsuki?
¿Quién es la sacerdotisa de Cefiro?
¿Qué es lo que planea hacer Suluhu?
¿Qué pasara con Meilin?
¿Ferio tiene poderes?
¿Qué sucederá con Fuuma?
¿Por qué Clef guardo el necronomicon!?
¿Y que sucederá con Eriol y Kotori?
Waaaaaaa todo esto en el próximo capitulo (hmm eso espero jijiji)
