¡HOLA A TODOS! Podría decirse que esto pasa en forma paralela a la semana previa al nacimiento del bebé. Cuenta como un fic aparte, si se quiere decir de algún modo. Las cosas son simples. Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas. Les ruego que se den una vuelta por el perfil de Ekléctica, donde encontrarán la línea de tiempo oficial: al principio de cada año aparecen las edades.

Un especial agradecimiento a Ekléctica, quien se dio el enorme trabajo de corregir el fic.

Una recomendación especial, si quieren ver este universo expandido, lean "Madness of Love", de Lady Seika Lerki y el omake "Lo que Sueño de ti" y las adorables miniserie "Familia" y "Futuro" de Ekléctica. Finalmente, y en este caso se recomienda mucho, "Luz Amatista", de Tsuyu Ryu, es una joya. Las conversaciones que las inspiraron a ellas, de paso me inspiraron a mí para retomar este hábito mío de escribir fanfictions. ¡VAYAN A LEER! =D

Una velita para que el Concilio actualice los spin offs…

Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. No estoy ganando dinero con esto, nada más entretengo a mi imaginación y le doy más trabajo a mi Musa. D8 ¡NO TENGO FINES DE LUCRO!


ADVERTENCIA.

Principio 17 para ver y entender Manga: La venganza con un martillo es la más dulce de todas.

Se requiere criterio al leer. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.


Capítulo 2: Una nota para Hades.

Giudecca. Palacio de Hades.

Mañana siguiente. 6 de Noviembre. 9:32 am.

Abrió la puerta del estudio sin el menor cuidado. Pandora se dirigió resuelta hacia las ventanas, para abrir las cortinas y las ventanas. Si bien su propósito no era dejar entrar la luz del sol (no hay tal luz en el inframundo, pero sí otras fuentes de luminosidad), sí lo era dejar entrar el fresco aire de la mañana.

Ok. Hacía frío, pero la idea era ventilar.

Pandora se acercó al primer ventanal que encontró, tomó las cortinas con sus dedos y en un enérgico movimiento, reveló las ventanas. Detrás de su cabeza escuchó un gruñido sordo, pero no le prestó atención. Buscó la silla más cercana a ella, la arrastró sin mucha ceremonia hasta la ventana y se encaramó arriba de ella para alcanzar los seguros para poder abrirlas. Como los engranajes de las ventanas necesitaban algo de lubricación, cuando Pandora las abrió de par en par, hicieron un desagradable chirrido. Una corriente de aire frío entró al estudio.

"¡Ya Basta Con El Escándalo! ¿Qué pasa?" Exigió saber Hades muy molesto. Pandora no solo casi se muere del susto, sino que además casi se cae de la silla ventana abajo.

"¡Señor Hades! ¿Qué hace aquí?" Preguntó la arpista, sujetándose el corazón.

Hades, el dios del inframundo, príncipe de la humanidad difunta, el implacable… estaba sentado en el sillón del estudio y por las pintas había dormido en él. Pandora pestañeó un par de veces: el dios no sólo la miraba con el aspecto de haber dormido arriba de un tractor en movimiento, sino absolutamente despeinado (MÁS que de costumbre) y con cara de haber mordido un ajo.

"¿Qué no ves que estaba durmiendo?" Nopes. El dios sonaba muy molesto.

"¿En El Estudio?" Preguntó Pandora extrañada. ¿Acaso Perséfone no lo había dejado entrar al cuarto?

"Sí, en el Estudio. ¿Algún problema con eso? Yo Soy Hades y Este Es Mi Castillo. Duermo donde se me da la regalada gana." Gruñó Hades de un humor horrible. Pandora bajó la mirada. "Feh. La próxima vez que vayas a hacer tanto escándalo al entrar a algún cuarto, por favor, fíjate bien que puedes despertar a alguien."

"Sí Señor. Lo haré. La próxima vez tendré más cuidado." La chica se mordió el labio inferior. Hades se incorporó sobre sus pies y sacudió sus ropas.

"Feh. Ni modo. ¿Qué hora es, Pandora?"

"Son las… 9:35 am."

"¡¿QUÉ?! ¡¿LAS 9:35?! ¡TENÍA QUE DESPERTARME A LAS 8:00!" Exclamó Hades mientras se giraba hacia Pandora. "¿POR QUÉ NO ME DESPERTASTE ANTES?"

"…"

"No importa. ¡BAH! Todo me está saliendo torcido." Hades se pasó las manos por el cabello y recuperó la compostura. Acto seguido salió del Estudio. "Dile a Perséfone que la espero para tomar desayuno…"

"¿Está seguro?"

"¡Claro que estoy seguro! ¿Por qué no debería estarlo?"

"Ya sabe… por lo de anoche."

Hades se quedó en silencio unos instantes. Se llevó el índice hacia los labios y miró hacia arriba en pensativa e inocente actitud. Luego se rascó la cabeza y suspiró resignado.

"Cierto. Casi lo olvido." Dijo Hades, para luego mirar a Pandora con su propia severa versión de ojos de cachorro. "¿Podrías decirle a Perséfone que la espero para tomar desayuno?"

Pandora asintió sin estar muy convencida. Conocía bastante a su señor Hades y sabía que como era un tipo muy apegado a sus rutinas, no querría alterar el ritual diario del desayuno… además… no era un misterio que Hades disfrutaba y esperaba ansioso las comidas con Perséfone, aunque no le diera bola durante estas.

"Iré a buscarla enseguida, Señor."

"Te lo agradezco, Pandora."

Hades salió del estudio con elegancia y dignidad, dejando a Pandora tras de sí. La chica se sopló el flequillo y reanudó la tarea de abrir cortinas y ventanas. Luego iría por Perséfone: no tenía ganas de importunarla, menos aún con su cambiante mal humor.

20 minutos después.

Hades estaba sentado a la cabecera de la mesa en una aburrida actitud: su cabeza estaba apoyada en una mano, mientras que con la otra jugueteaba con el servicio. Seguro que si lo llegaban a ver su madre Rea o su hermana Hestia lo regañarían por malos modos. La mesa estaba dispuesta para dos personas y la divina panza de Hades tenía ganas de comer ya. Pero el divino orgullo del dios le impedía probar bocado a menos que Perséfone llegase.

La puerta del comedor se abrió de pronto. ¡POR FIN! Hades corrigió rápidamente su postura por otra más a la altura de su título. Pandora asomó la cabeza y entró casi como con miedo. Caminó con dignidad hasta llegar junto a su hermano, aunque no se acercó mucho. Tragó saliva y lo miró largo rato. Hades apenas le dirigió la mirada: su vista estaba fija en la puerta, esperando por Perséfone, quien al parecer se estaba haciendo de rogar.

"¿Señor Hades?" Tentó Pandora con temor.

"¿Dónde está Perséfone?"

"Err… nolosé." Dijo Pandora. Hades enarcó una ceja.

"¿Qué?"

"No lo sé."

"¿Cómo que no lo sabes?"

"No sé cómo no lo sé, pero el caso es que no lo sé."

"¿Y dónde está Perséfone?"

"No lo sé." Repitió Pandora. "Fui a despertarla, pero no había nadie en el cuarto… el baño estaba vacío… y…"

BAH! Seguro está en el invernadero. ¿No la buscaste allí?" Preguntó Hades sin hacerse mayor problema. Pandora aguantó la respiración.

"No encontré a la Señora Perséfone en su cuarto… pero encontré esto." Dijo la chica tras soltar el aire. Le entregó a Hades un sobre sellado con la insignia de su mujer, que estaba dirigido a él. El dios lo recibió, rompió el sello, abrió el sobre, sacó una esquela y la desdobló:


Hades:

Ya que no te importo ni me amas en lo absoluto, ¡ME LARGO! No te molestes en buscarme, ¡No Quiero Volver Contigo! ¡Mi Madre Tenía Razón Sobre Ti, Embustero de Mala Muerte!

Cariños,

Perséfone.


Hades puso cara de nada. Toda expresión abandonó su rostro y releyó unas tres veces el mensaje. Le dolía… cada una de esas palabras le dolían y mucho: era como si le hubieran quitado el piso. En forma sutil, tragó saliva y corrigió su postura. ¡BAH! Al cabo que ni le importaba lo que hiciera esa mocosa mal agradecida. Frunció el ceño y apretó los dientes. ¡Las mujeres solo traían problemas! Si Perséfone no quería estar con él, allá ella, le valía un condenado pepino lo que hiciera con su vida. Por él que se muriese de frío. Hades arrugó el papel y lo lanzó al suelo. Se levantó tan bruscamente que botó la silla al suelo con gran estrépito. Dando grandes zancadas abandonó el comedor.

Pandora, una vez que Hades se hubo alejado lo suficiente, recogió la nota del suelo, la desarrugó y leyó, para saber qué había descompuesto tanto el ánimo de Hades. Se cubrió la boca con una mano tras leerla. Dobló el papel y se lo dobló en el bolsillo: mejor ponía a algunos espectros a buscar a la diosa por el inframundo, antes que algo malo ocurriese.

Siempre y cuando Perséfone todavía siguiera en el Inframundo.

"¡Ay, Qué Calamidad!" Se lamentó Pandora.


Santuario de Athena.

6 de Noviembre. 19:00 horas.

Saori estaba muy enfrascada en su lectura del manga favorito, que Junet solía prestarle. De hecho estaba soltando gruesos lagrimones al ver como uno de los personajes centrales moría lentamente, luego que el villano de turno le hubiera torturado cruelmente, y sin darle tiempo a defenderse.

Estaba en el momento más álgido de la lectura, cuando sonó su celular. Saori frunció el ceño y lo miró con disgusto. Este celular era especial: sólo los dioses llamaban a él. Cada dios tenía un celular para comunicarse entre sí, y no compartían los números con nadie que no fuera un dios. Con toda la gimnasia diplomática a la que Saori se había visto forzada a hacer los últimos días, el que sonase este celular le brindaba un soberano disgusto. Encima no reconocía el número. Ni modo.

"¿Diga?" Nada. Saori no captó nada al otro lado de la línea. "¡Diga…! Oye… yo no tengo problemas con el aparato: eres tú el que gasta minutos… ¡HABLE!" Al ver que no obtenía respuesta, Saori colgó. "Ocioso." Murmuró enojada antes de reanudar su lectura.

¿En qué iba?


Inframundo. Palacio de Hades. Salón del Arpa.

6 de Noviembre, 19:30 pm.

Los dedos de Pandora se deslizaban con gracia por el arpa. La chica estaba totalmente abstraída en las notas y en los sonidos que arrancaba con tanta habilidad de su arpa. Tocar música la relajaba, la liberaba: la hacía sentir única. Radamanthys de Wyvern entró al cuarto de música, seguido de Myu de Papillon, deteniendo con su mera presencia los sonidos. Pandora se quedó estática, con los ojos cerrados. Ambos espectros hicieron una leve reverencia.

"¿Alguna noticias, Radamanthys? ¿Myu?" Preguntó casi en susurros. Los hombres cruzaron una mirada.

"Erm… no."

"No encontramos a la señora Perséfone por ningún lado."

"Todavía no hemos levantado la búsqueda."

"Mis hadas siguen buscando, pero todo en balde: Sísifo se dio el lujo de reírse de nosotros." Se lamentó Myu. "Debí haberlo pegado más a su piedra."

Pandora les miró con ojos grandes y llenos de lágrimas a los espectros que tenía frente a ella.

NO Me Pudieron Haber Dado Peor Noticia! ¿Seguro buscaron bien? ¡El Señor Hades está insoportable! No almorzó bien y está enojado porque ninguno de los espectros de la casa hizo su trabajo porque Perséfone no les dijo que tenían que hacerlo." Pandora se acercó a los espectros, mordiéndose el pulgar. "¿Qué esperan? ¡Sigan buscando!"

Radamanthys y Myu asintieron con la cabeza y tras pedir permiso, se retiraron lo más rápido que pudieron. Pandora observó la puerta en silencio unos momentos.

"¡PANDORA! ¿SABES POR QUÉ NO FUNCIONA EL MICROONDAS?" Bramó la voz de Hades al fondo del castillo. Pandora miró suplicante al cielo como en busca de respuestas.

"¡Porque No Has Apretado El Botón de Encendido, por eso!" Gruñó para sí al tiempo que se disponía a ir en ayuda de su señor.

Esto daba para largo.


Santuario de Athena.

Dos días después. 8 de Noviembre. 5:15.

El agudo pitido del celular de Saori no dejaba de sonar. La joven diosa, quien aún estaba en su quinto sueño, se resistió por todos los medios para no despertar. La fiesta de celebración en el Santuario, que de pronto se había convertido en un compromiso, había durado mucho más de lo esperado y lo único que quería Saori era dormir, pues estaba convencida que Shion la despertaría a eso de las 7:00 de la mañana.

¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIING, RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING, RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

Tenía que cambiarle el ringtone a su celular por uno menos insistente y más amigable.

¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIING, RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING, RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

¡Por Todos los dioses! Saori emitió un gruñido y abrió los ojos, para nada feliz con la vida. ¿Qué podía hacer una diosa de dieciséis años para que la dejaran dormir como se merecía? Bah.

"… ¿diga?" Saori contestó el celular absolutamente somnolienta. Nada. Tan solo se escuchaba mucha estática y viento. La diosa bostezó. "¡Diga…!" Insistió, pero nada ocurrió. Aunque si no hubiera estado tan dormida, habría oído sollozos. Athena colgó. "… ociosos…" Balbuceó antes de caer dormida de nuevo.

¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIING, RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING, RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIING, RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING, RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

Athena, en sueños, tomó el aparato en sus manos y a medio abrir los ojos, a tientas casi, apretó el botón de apagado, sin dignarse a contestar. Se quedó dormida casi de inmediato.


Algún lugar de Atenas.

"el número al que está intentando llamar, se encuentra apagado o fuera del área de cobertura. Su llamada será trasmitida a buzón de mensajes…"

Gráciles dedos apagaron el celular casi con resignación. Se cubrió más con su delgado abrigo y miró a su alrededor: todo estaba oscuro y hacía mucho frío. Había muy poca gente en las calles… o bien eran quienes madrugaban para ir a trabajar, o bien quienes seguían buscando algún tipo de fiesta. Suspiró sonoramente.

Tenía mucho frío.

Continuará.

Por
Misao-CG.


Próximo capítulo.

"¡Dionisos! ¡Pan!" Bramó Saori al celular, muy molesta. "¡Si esta es otra de sus bromas, No es divertido! ¡YA DEJEN SU…!"

"¿Prima?" Dijo la voz al otro lado de la línea. Saori se tragó la lengua: esa voz… como que la reconocía. "Por favor, no me cuelgues, necesito ayuda."


PS: Ya sé que me salió cortito. Pero conste que me habría salido más cortito si me hubiera apegado al plan original. Como pudieron ver, puse las fechas para que se ubiquen más o menos en qué momento ocurren estos hechos. Eso era nada más una referencia. ¡GRACIAS POR LEER!