Disclaimer

no tengo los derecho de pokemon, estos pertenecen a Nintendo y Game Freak, esta obra es únicamente para fan y sin fines de lucro, solo puro entretenimiento y espero lo disfruten tanto como yo disfruto de escribirlo.


Saben, siempre que me preguntan cómo inició todo este maldito embrollo, nunca pueda dar una respuesta exacta y precisa. Debo confesar que es extremadamente complicado recordar con lujo de detalles cómo empezó mi turbulento viaje por Johto y Kanto, pero de todas formas lo más acertado sería empezar hablándoles sobre lo que sucedió hace un par de años atrás…

El largo y ajetreado camino, desde que decidí volverme entrenador pokémon, empezó hace alrededor de tres (3) años atrás, más específicamente el día de mi cumpleaños número once (11). Yo en ese momento era un chico no tan común y corriente, ya que no tenía el más mínimo interés en ser entrenador pokemon, ni mucho menos deseaba emprender un viaje en busca de medallas para eventualmente entrar a la liga pokémon, muy a diferencia de varios de los otros chicos de mi edad. Así eran las cosas y así yo era feliz.

Sinceramente, siempre intente llevar una vida tranquila y pacífica junto a mi familia en Pueblo New Bark. Prácticamente, la mayor parte de mi infancia se la dedique a estudiar, leer, hacer uno que otro deporte, navegar por internet y jugar videojuegos. Pero, regresando al tema en cuestión, el veintiuno (21) de julio mi vida dio un enorme giro, puesto que mi madre junto con mi padre me entregaron cómo regalo de cumpleños un boleto de entrada para el evento más importante para todos los entrenadores pokémon de las regiones de Kanto y Johto.

Asumo a este punto saben a lo que me refiero, ¿verdad?

Pues me refiero al torneo de la liga pokémon, mismo qué cómo siempre sería realizado en un pequeño pueblito llamado Indigo Plateau (Meseta Añil), al noroeste de la región Kanto y prácticamente colindante con el Monte Silver.

En fin… Siendo completamente sincero con ustedes, mi desinterés por ser entrenador pokemon en ese entonces se debía a diversas razones que al día de hoy encuentro un tanto ridículas y exageradas, pero que en ese momento tenían mucho sentido para mi.

Yo, en New bark, cuando tenía seis (6) o siete (7) años de edad era considerado un chico con bastante talento para las batallas pokémon. Gracias a eso, conquiste varios torneos juveniles sin mucha dificultad. Digamos que tenía buen ojo para entrenar, crear y ejecutar estrategias en situaciones de presión a pesar de mi corta edad.

Lastimosamente, y muy para mi desagrado, me enteré a las malas que toda habilidad trae consigo una que otra desventaja. Yo odiaba que por mi talento las otras personas del pueblo me trataran de forma diferente ya que mi único deseo era el de algún día convertirme en entrenador cómo todo chico de mi edad. Pero, a medida que pasaban los años, me volví apático ante el concepto de ser entrenador y poco a poco me aleje de mi sueño y decidí no involucrarme en esta actividad. De un momento a otro, el solamente observar las batallas se volvió en mi pasatiempo preferido, más sin embargo, evitaba a toda costa el participar para no llamar la atención.

Pero regresando al tema… Para llegar al estadio en Indigo Plateau, tuve que viajar por un par de largas horas en el tren magnético, mismo que partía desde la gran estación de Ciudad Goldenrod y que llegaba a Ciudad Saffron en Kanto cómo destino final. Posteriormente, y cuando finalmente llegue, el compañero de trabajo, y mejor amigo de mi padre, me recibió en la estación del tren y, con ayuda de su Alakazam, me teletransporto sin problemas directamente a la entrada del estadio.

Confieso que cada vez que recuerdo la insoportable e intensa calor, la vívida y casi palpable tensión del ambiente, y la gran multitud de tensos y nerviosos entrenadores de todas partes de Kanto y Johto, siento mucha nostalgia y se me pone un poco la piel de gallina. Chicos y chicas de todas las edades compartiendo un mismo sentimiento al estar al final de sus respectivos viajes con el único objetivo de coronarse por sobre los demás y ganar el torneo.

Las reglas del torneo eran bastante simples. Todo entrenador que tuviera al menos ocho (8) medallas de gimnasio, ya sea de la región de Kanto o de Johto, se ganaba automáticamente el derecho a inscribirse al torneo. Posterior a esto, y cuando finalmente se cerrará el periodo de inscripción, darían inicio las rondas preliminares de eliminación directa, las cuales consistían en batallas entre los entrenadores sólamente utilizando tres (3) pokemon hasta que quedaran solo treinta y dos (32) entrenadores. Cuando se llegaba a este número, se volvía a organizar un torneo entre los entrenadores restantes, pero esta vez dándoles la oportunidad de utilizar un equipo completo compuesto de seis (6) pokemon.

El ganador del torneo tendría la posibilidad de retar a la Élite Four, también conocida como el Alto Mando. Ellos son un selecto, respetado y temido grupo de cuatro (4) poderosos entrenadores, de ambas regiones, elegidos cuidadosamente por la Asociación Pokémon, quienes son los encargados de organizar el torneo, además de también elegir a los líderes de gimnasio. Si la memoria no me falla, creo que ellos en ese momento estaban conformados por la reina del hielo, Lorelei, el eterno combatiente, Bruno, la oscura y sabía Agatha, y por último pero no menos importante, el maestro de los dragones, Lance.

Si el ganador del torneo de la liga pokémon lograra vencer a todos y cada uno de los miembros de la Élite Four en combate, entonces este sería proclamado oficialmente cómo el nuevo y vigente campeón por los próximos tres (3) años, cosa que es el mayor prestigio de la region y tambien es el sueño por el cual luchan prácticamente todos los entrenadores por igual. Curiosamente, muy pocos entrenadores han sido capaces de salir victoriosos contra toda la Elite Four a lo largo de la historia. Solo un puñado de campeones han podido lograr tal hazaña.

Luego de hacer una larga fila para la validación de mi boleto, deje mis cosas en un modesto hotel localizado en las afueras del ahora concurrido pueblo, lugar en el cual mis padres se tomaron la molestia de reservar una comoda habitacion para que pudiera pasar toda la duración del torneo. Poco después de la ceremonia de apertura, me dirigí al espacioso estadio principal en busca de un asiento vacío para ver un par de batallas de las preliminares. Pero, muy para mi mala suerte, solo una de estas batallas logró despertar un pequeñísimo interés en mí por sobre las demás.

La batalla en cuestión era la de una peculiar, pálida, alegre, voluptuosa y hermosa chica de cabello castaño claro, quién tenía puesto en ese momento un gran sombrero blanco, mismo que tenía lo que parecía ser el diseño de una pokebola en la parte de enfrente. Ella utilizó de manera magistral a un Blastoise para vencer sin problemas a los tres (3) pokémon de su oponente que consistían en Golem, Noctowl y Vileplume.

-LA GANADORA DEL COMBATE ES BLUE SATO DE PUEBLO PALETA-. Se escuchó comentar, con ánimo y energía, una voz femenina por el altoparlante alrededor del estadio. Esta, sin lugar a dudas, era la inigualable voz de Mary Anderson, la famosa Dj y presentadora de un popular programa de radio en Ciudad Goldenrod.

El resto de la mañana transcurrió con extrema rapidez, muy para mi sorpresa. A pesar de no disfrutar del todo de cada una de las batalla que observaba entre el estadio principal y los otros, podía sentir como dentro de mi se esparcía un cálido sentimiento de tranquilidad y alegría.

Mi estómago, por su parte, decidió en ese preciso momento rugir en señal de protesta por la falta de alimento. Poco después, decidí levantarme de mi asiento para de esa forma estirar un poco mis entumecidos músculos y también para buscar algo que comer. Por suerte, a un par de metros de mi posición estaba colocado un pequeño puesto en donde vendían palomitas de maíz, gaseosas, golosinas, hot dogs y hamburguesas.

-Unas palomitas de maíz grandes y una hamburguesa doble con queso, por favor-. Pedí enérgicamente, al acercarme al vendedor, el cual, ni corto ni perezoso, me entrego mi pedido luego de pagarle por la comida.

Justo al girar, y luego de darle un enorme mordisco a la hamburguesa, no pasaron ni quince (15) segundos cuando de repente un alto y delgado chico de cabello puntiagudo de color castaño, chocó descuidadamente de frente contra mi, tirando al suelo mis palomitas y mi hamburguesa.

-¡Fíjate por dónde vas, enano!- Exclamó agresivamente el chico, evidentemente irritado al aplicar un firme y despectivo tono de voz. -¡Por poco ensucias mi ropa!-

-¿Es que acaso eres un Zubat? Mira por donde caminas, idiota-. Replique con extrema molestia, mientras miraba estoicamente mi comida regada por el suelo. -Ughh, d-demonios.-

-¿Huuuuuh? Esa no es forma de hablarle a tus mayores, maldito enano insolente.- Vocifera el sujeto con molestia, desprecio y notables aires de superioridad, a la vez que peinaba de manera algo exagerada su cabellera. -¡Se nota que no sabes con quién estás lidiando aquí!-

-Tch… No me interesa en lo más mínimo quién rayos seas. Pero de lo que estoy seguro es que eres el que debe pagar por una nueva hamburguesa doble y palomitas.-

Al escuchar mi respuesta, el chico se puso tan rojo como un Scizor y, sin darme tiempo alguno de reaccionar, me tomo por la camisa y luego me empujó haciéndome caer contra el suelo, acción que llamó la atención de más de uno y provocó de igual forma que varias de las miradas de los espectadores cercanos se plasmarán sobre nosotros.

-Green, deja de molestar a los niños-. Se escuchó decir una voz algo grave y con extrema seriedad, justo detrás del chico de cabello castaño y puntiagudo. -Esa no es forma de comportarse en este lugar. Tu abuelo estaría decepcionado de ti si te estuviera viendo.-

Cómo por acto reflejo, Green giró lentamente su cuerpo y miró cara a cara a la persona quien hizo el comentario con una mezcla de nostalgia, molestia y asombro. Aparentemente, ellos ya se conocían y rápidamente se pudo palpar cómo la atmósfera entre ellos se tensaba tanto cómo la cuerda de un arco.

-Bahh… No nos vemos desde lo sucedido en Ciudad Saffron, hace un par de meses atras, ¿y lo primero que haces es regañarme? Tch… Esto es tan típico de ti, Red. Nunca cambias.-

-¿R-Red…?- Me repetí mentalmente, fijando ahora mis ojos sobre el otro chico. -¿Red…?-

A simple vista, Red era aparentemente un joven entrenador pokémon al menos dos (2) o tres (3) años mayor que yo. El, era de una contextura delgada, muy similar a la de Green, solo que un par de centímetros más pequeño. Su despeinado cabello era de color negro oscuro, mientras que sus expresivos ojos eran de un incandescente color rojo fuego. Red, en ese momento, poseía una peculiar y algo desgastada gorra de color negro con detalles en dorado, muy parecidos al diseño de una "Ultra Bola", sobre su cabeza, y por último, pero no menos importante, el tenía encima de su hombro derecho a un simpático y risueño Pikachu, quien estaba observando a Green con atención.

-Green, sé que todos estamos un poco irritables por este torneo, pero ese no es motivo suficiente como para molestar a un niño y desahogar la frustración con el. Siempre te he dicho que controles ese mal temperamento que tienes… -

-E-e-esperen un momento, y-yo tengo once (11) años-. Anuncie fervientemente, antes de mirar a ambos entrenadores con un poco de malhumor, y al levantarme del suelo. -Técnicamente ya no soy un niño. Y-yo puedo defenderme solo y-…

-¡Este enano grosero chocó contra mí!- Denunció Green, ignorando completamente lo que dije para luego arreglar nuevamente su peinado de manera muy exagerada. -Es un insolente que no conoce su lugar y tiene que-...

-Por favor, Green. Yo vi lo que sucedió y tu tuviste la culpa al chocar con el-. Testifico ahora Red, soltando un exagerado suspiro y apuntándome con su dedo índice. -Solo disculpate con el chico y olvidemos esto.-

-¿En s-serio, después de todo por lo que pasamos juntos, le creerás a este enano insolente antes que a mi?- Pregunta Green con evidente incredulidad, al momento en que se cruzaba de brazos y dirigía su mirada directamente a los ojos de Red. -¡Se supone que me conoces mejor que nadie! A pesar de nuestras diferencias, tu y yo somos amigos y-...

-Es precisamente porque te conozco demasiado de bien que le creo a el-. Comenta tranquilamente Red con una tímida sonrisa. -Además, te dije que vi lo que sucedió y tu fuiste el de la culpa al chocar. Solo disculpate y-...

-¡Grrr… N-no tengo tiempo que perder con perdedores y novatos!- Anuncia ácidamente Green, con irritación, al hacer rechinar sus dientes y volviendo a ponerse tan rojo cómo un tomate. -Necesito prepararme para mi próximo combate. Solo espero que no olvides nuestra promesa.-

-Siempre la tengo en mente.- Respondió el de oscura cabellera, volviendo a sonreír. -Te aseguro que nos veremos en la final.- Pocos segundos después, y posterior a las palabras de Red, Green nos dio la espalda a ambos y desapareció entre la multitud del estadio con cara de pocos amigos.

-¿Red y… Green?- Repetí mentalmente con angustia y muchas más dudas que respuestas. -Por alguna razón esos dos (2) me resultan extrañamente familiares. Incluso tengo la ligera impresión de haber leído o escuchado sus nombres en algún lado…-

-¿Te encuentras bien?- Pregunto Red, al ahora posar su relajada mirada sobre mi. -¿Cual es tu nombre, muchacho?-

-Uhhh… E-estoy bien y mi nombre es Gold Ethan Tsubasa. S-soy de Pueblo New Bark.-

-Ohh… ¿Asi que eres de la región Johto?- Pregunta retóricamente Red con amplio interés, a la vez que rápidamente tomaba mi mano derecha y la estrechaba con firmeza. -Como ya escuchaste, mi nombre es Red. Soy de Pueblo Paleta en la región de Kanto, y este en mi hombro es mi fiel compañero Pikachu.-

Yo tímidamente asenti, poco antes de tragar algo de saliva. -Mucho gusto y gracias por lo de hace un momento.-

-No tienes porque preocuparte por eso, pero de todas formas te pido disculpas por la actitud de mi amigo Green.- Manifestó Red con un poco de pesadez y vergüenza. -Digamos que el es un poco "tosco" con las personas que no conoce, pero él es un chico de buen corazón la mayor parte del tiempo. Sólo que este torneo nos tiene bastante irritables y la presión que tenemos sobre nosotros es muy alta. Espero por favor comprendas.-

-Tch… Eso ya lo note y también lo comprendo.- Exprese antes de soltar un exagerado suspiro de resignación, inmediatamente antes de volver a ver la que iba a ser mi comida en el suelo. -No lo culpo por estar algo distraído o tenso, pero al menos hubiera repuesto mi hamburguesa y mis palomitas.-

-Ohh… No te preocupes por eso-. Aseveró Red, tratando de restarle importancia a lo sucedido. -Yo me encargaré de todo. Solo sígueme.-

-¿H-huh...?-

-Yo répondre la comida que tiró Green-. Anuncio con extrema tranquilidad el de Pueblo Paleta. -Te invitare a comer en compensación por lo sucedido.-

-¿E-estás hablando en serio?- Pregunté con amplio escepticismo, después de levantar una de mis cejas en señal de asombro. -P-pero…Y-yo-...

-Hahaha, no te preocupes, Gold. Yo pagaré por todo si eso es lo que te preocupa.-

Yo obviamente dude, luego me crucé de brazos y procedí a analizar mentalmente lo dicho por Red. En sí, el no parecía ser una mala persona o algo por el estilo, pero aún así no podía creer lo generosa de su oferta. Esto era algo demasiado bueno cómo para ser verdad.

-¿Y bien?- Volvió a expresar Red, a la vez que esté ajustaba su gorra e intercambiaba miradas con su Pikachu. -¿Aceptas o-...?

-E-esta bien, esta bien. Tu ganas-. Replique con una mezcla de resignación y malestar. -Pero déjame decirte que esto no te saldrá nada barato. Eso te lo garantizo.-

-Hahahaha, eso es lo de menos. El dinero no es problema para mi.-

En compensación por lo sucedido con Green, Red me guió a un lujoso restaurante ubicado a un par de cuadras del estadio principal. La comida que nos sirvieron era todo un placer para el paladar. Cómo aperitivo nos dieron un enorme platillo mixto de carnes, luego y cómo plato principal, ambos pedimos filete con papas fritas y ensalada.

Alrededor de media hora después, salimos al amplio patio del restaurante y Red me enseñó su equipo de pokemon con los cuales tenía planeado ganar la liga. Ellos eran Venusaur, Snorlax, Lapras, Espeon, Aerodactyl y por último su fiel Pikachu.

-Por lo que veo todos tus pokémon están muy bien entrenados-. Comente con asombro, mirando de cerca a los pokemon de Red. -No puedo notar ninguna debilidad aparente en ellos.-

-Hehehe, eso es gracias a todos los años de entrenamiento y a las aventuras que pasamos juntos-. Informo Red, en un tono que demostraba orgullo. -Sin ellos, yo no estuviera aquí, literalmente.-

-Puedo notar que tanto Venusaur como Snorlax e incluso Lapras están entrenados específicamente para soportar todo tipo de ataques. Su fuerte es usar contraataques precisos cuando el oponente esté descuidado. Por su parte, Espeon, Aerodactyl y Pikachu están entrenados para atacar de manera rápida y aprovechar los puntos débiles.-

-A-así es. E-estas en lo correcto-. Afirma el de Pueblo Paleta, parpadeando un par de veces en clara señal de asombro. Todo esto, antes de mirarme fijamente con notable perplejidad. -¿C-cómo rayos es que pudiste-...?

-Pero hay algo que no logro entender del todo. Por más que lo intento, no le encuentro sentido.-

-¿Algo que no logras entender del todo?- Repitió Red, luego de alzar inconscientemente una de sus cejas. -¿De que se trata, Gold?-

-Todos ellos están en su última fase evolutiva, a excepción de Pikachu ¿Alguna razón en especial?-

-¡Ohh… Pues la respuesta es fácil!- Replica rápidamente Red, para posteriormente buscar en su mochila una pequeña y brillante esfera de color amarillo la cual aparentemente desprendía diminutas rafagas de luz. -Esta pequeña esfera que tengo en mis manos es un objeto muy especial conocido como Light Ball ( Bola Luminosa). Se dice que es prácticamente imposible de conseguir, pero yo pude arreglármelas para encontrar una cerca del Bosque Verde en Kanto, poco después de empezar mi viaje pokémon.-

-¿L-light Ball?-

El de Pueblo Paleta asintió de manera tranquila. -Para ponerlo de un modo más simple, la Light Ball es una esfera condensada de energía pura con propiedades eléctricas. Ella es capaz de canalizar e incrementar por encima de sus límites el poder de ataque de los Pikachu, siempre y cuando se tenga un fuerte vínculo con el entrenador.-

-Creo entender lo que dices… ¿Pero incluso es capaz de ser más poderoso que un Raichu?-

-Supongo que eso lo tendrás que descubrir cuando veas mi próxima batalla-. Propuso enérgicamente Red. -Aunque no lo parezca, Pikachu es extremadamente fuerte y capaz. No por nada estoy aquí en la liga pokémon.-

-Eso puedo notarlo a simple vista.-

-Por cierto, Gold…-

-¿Hmph?-

-¿Qué fue lo que te trajo a este lugar? ¿Acaso eres un entrenador o algo por el estilo?-

De manera prácticamente automática, termine negando con rapidez. -En absoluto. No soy entrenador ni tampoco tengo la mas minima intencion de serlo.- Informe de manera cortante, poco antes de bajar estrepitosamente mi mirada al césped.

-¿En serio?- Preguntó Red con incredulidad y escepticismo. -Eso es un poco difícil de creer por la forma tan natural en la que acertaste sobre el entrenamiento de mis pokémon con tan solo mirarlos por un par de segundos. Tu tienes un don bastante raro y pienso qué serías un excelente entrenador en un futuro.-

-En algún momento si quise ser un entrenador para seguir los pasos de mi padre y posteriormente superarlo.- Informe con molestia y nostalgia, mientras me giraba y le daba la espalda a Red. -Pero hoy vine aquí porque es mi cumpleaños. Cómo regalo, mis padres me dieron un boleto para entrar a ver la liga pokémon.-

-¡Woaa… Espera un momento! ¿En serio hoy es tu cumpleaños?-

-A-así es.- Murmuré volviendo a ver de frente a Red y a sus pokémon. -Hoy es mi cumpleaños número once.-

Una efímera sonrisa se posó sobre el rostro de Red. -En ese caso te daré un regalo.- Anuncio rapidamente el de Pueblo Paleta, al quitarse su desgastada gorra y colocándola en mis manos. -Se que parece poca cosa, pero esta gorra a lo largo de todo mi viaje siempre me trajo muy buena suerte. Toma esto cómo un obsequio para que siempre tengas buena suerte desde ahora.-

-Y-yo… Ehhh… Muchas gracias… S-supongo…-

-Hahaha, sabes Gold, tu me recuerdas mucho a mi mismo cuando tenía tu edad. Quizás fue el destino que tu y yo nos encontráramos aquí.-

-¿Huh? ¿En serio crees eso?-

-Así es. Yo empecé mi viaje un poco después de cumplir los doce (12) años junto con Green y otra compañera llamada Blue. Nosotros nos embarcamos en un viaje con el consentimiento y a petición expresa del famoso profesor Samuel Oak.-

-¿Blue? Ese nombre me suena conocido-. Dije rascándome la parte posterior de mi cabeza. -Hmph…-

-Si no me equivoco, hace cómo una hora atrás ella tuvo un rápido combate, en el estadio principal, en donde solo utilizó a su Blastoise para derrotar a todos los pokémon de su oponente.- Admitió Red. -Estoy bastante seguro qué tuviste qué haberla visto.-

-¡Ahhh… Si, ya la recuerdo!- Exclamé enérgicamente. -Blue fue la única de las batallas que vi que pudo captar mi atención. Sinceramente, las otras batallas fueron bastante aburridas en mi opinión.-

-Hehehe, ella es igual de fuerte que Green y que yo.- Confesó Red en un relajado tono. -El profesor Oak fue el que nos convenció de salir en nuestro viaje cuando creó la primera versión de la pokédex hace tres (3) años atras.-

-¿Ese es el anciano que habla en la radio en el programa de Mary en Ciudad Goldenrod, cierto?-

-Es correcto, pero aparte de eso el profesor Oak es un científico bastante reconocido a nivel mundial. El también fue en su juventud uno de los pocos campeones de la liga pokémon. Además de todo eso, él es el abuelo de Green.-

-E-espera, espera. ¿En serio aquel científico ganó la liga y también es el abuelo de ese cretino?-

-Así es, Gold. El fue quien me entrego a Bulbasaur cómo mi primer pokémon y, justo en ese momento junto con Green y Blue, prometimos que algún día alguno de nosotros conquistaría la liga pokémon y también a la Elite Four.-

-¿Pero y qué tiene que ver eso con que yo te recuerde a ti? No veo relación alguna para que pienses de esa manera.-

-Pues resulta que yo a tu misma edad no tenía la más mínima idea de qué era lo que deseaba hacer con mi vida.- Confesó Red en un tono nostálgico y condescendiente. -Ser entrenador pokemon fue algo que ocurrió de manera repentina para mi. Green siempre quiso ser entrenador debido en gran parte a la influencia de su abuelo y también a que admiraba con locura a cierto legendario entrenador de Johto, mientras que Blue amaba jugar y pasar el tiempo divirtiéndose junto con cualquier pokémon. Ella prácticamente decidió ser entrenadora un verano cuando convivió con su padrino en Ciudad Lavender.-

-Ok. E-entiendo el punto al que quieres llegar, ¿pero qué hay de ti?-

-Pues, yo era el único chico en Pueblo Paleta que aún no estaba decidido en ese momento sobre su futuro. La gran mayoría de los chicos de mi edad deseaban ser entrenadores, mientras que el resto se inclinaba a otro tipo de profesiones. Pero yo… Yo era feliz viviendo sin preocupaciones junto con mi madre. Digamos que me gustaba en cierta forma estudiar y ayudarle en los quehaceres y ese tipo de cosas. Incluso en algún momento pensé en estudiar para abogado o algo por el estilo, pero el convertirme en entrenador es una decisión de la cual no me arrepiento hasta el dia de hoy.-

-¿Y por qué?-

-Porque viajar te hace cambiar tu perspectiva de la vida y de las cosas en general, lo quieras o no.- Admitió animadamente Red, sin perder la sonrisa. -Curiosamente, tu y yo provenimos de los pueblos más pequeños de nuestras respectivas regiones. Ni Paleta ni tampoco New Bark demuestran cómo es en realidad es este mundo. Solamente al salir y viajar es que puedes ver lugares unico y hermosos, conoces personas que jamás olvidarás y lo más importante de todo es que puedes llegar a forjar amistades las cuales valen más que todo el dinero en el mundo. Además, y no es por alardear, pero gracias a que me volví entrenador es que finalmente el Equipo Rocket fue derrotado de una vez por todas.-

-¿Huh?-

-Ohhh… Hehehe, creo que hable más de la cuenta.- Murmuró tímidamente Red, rascando nerviosamente la parte posterior de su cabeza y claramente avergonzado por su desliz. -Se suponía no debería hablar sobre ese tema…-

-E-espera un momento… ¡Ya se porque tu nombre y el de Green me resultan tan familiares!- Manifesté enérgicamente, antes de mirar fijamente a Red a los ojos. -Ahora todo tiene sentido. Ustedes fueron los que vencieron a Giovanni en la cima del edificio de la corporación Silph en Ciudad Saffron. Yo recuerdo haber escuchado sobre este tema hace un par de meses atrás por mi padre y también por las noticias.-

-Blue también ayudó a derrotar a Giovanni.- Aseveró el de Pueblo Paleta, aún bastante avergonzado y ruborizado. -Pero el punto al que deseaba llegar es que jamás, ni en mis más alocados sueños, imaginé estar aquí dónde estoy. Creeme, tampoco pensé que terminaría ayudando a derrocar a una de las organizaciones criminales más famosas del mundo. Todo esto fue gracias a que me volví entrenador así qué quizás tú algún día escuches ese llamado dentro de ti.-

-¿Volverme entrenador?- Pensé dándole vueltas a esa idea en mi cabeza. -Hmph… -

-ATENCIÓN A TODOS LOS ENTRENADORES. LA PRÓXIMA RONDA DEL TORNEO ESTÁ A PUNTO DE INICIAR. RED TAJIRI DE PUEBLO PALETA Y ARTHUR CONRAD DE CIUDAD CELADON, REPORTENSE EN LA RECEPCIÓN PARA SU BATALLA EN EL ESTADIO PRINCIPAL EN TREINTA (30) MINUTOS.- Informó enérgicamente la carismática voz de Mary, por una serie de altoparlantes aparentemente colocados por todo alrededor de Indigo Plateau.

-Supongo que ya es el momento de retirarme.- Anunció alegremente Red, antes de estirar un poco su entumecido cuerpo. -Si deseo ganar mi próxima batalla, tengo que ir a prepararme.-

-Uhh… Red.-

-¿Si?-

-Muchas gracias por todo esto y también por hablar conmigo.- Murmuré en voz baja y con vergüenza, segundos antes de agachar mi cabeza en señal de respeto. -Creeme que nunca me espere algo cómo esto. Pero aprecio que te tomaras la molestia de reponer mi comida. En verdad, muchas gracias, Red.-

Ante mi respuesta, Red utilizó su puño derecho y luego súbitamente lo chocó contra el mío. -Hehehe, descuida, Gold. Ya te había dicho que no hay problema. Pero solo espero que vayas a ver mi próximo combate. -Advirtió alegremente el de Pueblo Paleta, a la vez que esté regresaba a todos sus pokémon de regreso a sus respectivas pokebolas. Acto seguido, Red se dio media vuelta y empezó a desplazarse hasta la salida del patio del restaurante. -Hasta la vista, Gold. Espero verte pronto.-

-Eso tenlo por seguro.- Comente en respuesta, para después mirar la gorra que recién me habían regalado. Poco después, y cómo acto reflejo, me coloque la misma sobre mi cabeza, solo que con la visera hacia la parte trasera de mi cabeza, dejando un mechón de cabello largo sobre mi frente.

Un par de minutos más tarde y cuando finalmente encontré un asiento disponible para poder observar la batalla de Red, pude notar cómo ya a su oponente le restaban solamente dos (2) pokémon, mientras que el de Pueblo Paleta tenía aún en el campo cómo primer pokémon a su Pikachu.

-¡Rhyperior, utiliza Giga Impact (Giga Impacto)!- Ordenó agresivamente Arthur. -¡Acaba con esa rata amarilla!-

-¡Pikachu, contraataca con Grass Knot (Hierba Lazo)!- Exclamó ahora Red sin titubear y con visible tranquilidad y confianza. -Ya sabes qué hacer, amigo.-

Haciendo caso a lo ordenado por su entrenador, el pequeño pokémon de tipo eléctrico colocó rápidamente sus patas delanteras en el suelo y luego este empezó a brillar y a recubrirse de una peculiar aura de color verde. Rhyperior, por su parte, se dispuso simplemente a correr en dirección a Pikachu para terminar con él. Pero, justo cuando el pokémon de tipo tierra se colocó a escasos metros del pokémon de Red, el pasto que estaba debajo de él se enredó con sus patas haciendo que perdiera el equilibrio y posteriormente cayera de forma bastante estrepitosa debido en parte a su peso y gran tamaño.

-Mientras más pesados, más fuerte y dolorosa es la caída.- Comente mentalmente al ver lo sucedido. -Utilizar Grass Knot en un pokémon tan pesado cómo Rhyperior siempre es una buena estrategia. Red definitivamente sabe lo que está haciendo.-

-¡Pikachu, terminalo con Iron Tail (Cola de Hierro)!-

-¡D-demonios… Rhyperior, levántate y esquivalo!- Ordenó Arthur con desesperación, al ver que su pokémon estaba a duras penas consciente. -¡N-no puedes dejar que te golpee!-

Pero por desgracia, fue demasiado tarde para él. Rhyperior era demasiado pesado como para poder esquivar el ataque de Pikachu, quien ya estaba a escasos metros de su objetivo. Ahora, de manera rápida, precisa y en un solo movimiento, el pokémon eléctrico golpeó ágilmente con su cola al pokemon de tierra en su cabeza, dejándolo sin poder continuar la batalla automáticamente.

-Grrr… Rhyperior, regresa.- Gritó su entrenador, bastante malhumorado al regresar a su pokémon para que descansara, al mismo tiempo que arrojaba otra al campo. -Es tu turno ahora Machamp, no me defraudes.-

Luego de que se abrió la pokebola de Arthur en el campo de batalla, se formó ante los ojos de los miles de espectadores que estaban en el estadio un fornido y musculoso pokémon de color gris, quien poseía en su cuerpo cuatro (4) enormes y fornidos brazos.

-Pikachu, creo que es el momento de terminar con esto de una vez por todas.- Propuso confiadamente el de Pueblo Paleta. -¡Utiliza Volt Tackle (Tacleada de Voltios)!-

El pokémon de Red asiente con la cabeza y, sin perder el tiempo, comienza a correr en dirección a Machamp. Alrededor del cuerpo de Pikachu se empieza a formar una inmensa cantidad de electricidad, misma que echaba chispas por doquier de forma violenta. Todo el estadio estaba en silencio, incluyéndome a mí. Era ahora obvio y hasta palpable el nerviosismo que transmitía todo el público presente.

-M-Machamp, necesito que lo esquives y luego utilices Close Combat (Combate Cercano).- Ordenó nerviosamente Arthur, mientras qué observaba cómo el pokémon de Red se acercaba cada vez más. -De lo contrario, este será nuestro fin.-

Instantes después de la orden de Arthur, Pikachu, sin mucho esfuerzo, y gracias a su abrumadora velocidad, embistió en el pecho a Machamp antes de que este pudiera ejecutar su ataque o reaccionar del todo. El impacto en sí produjo un gran estruendo y seguidamente se generó una explosión que llenó todo el campo de una espesa capa de humo que hacía difícil poder observar el resultado del choque.

Varios incómodos segundos llenos de incertidumbre pasaron lentamente. Poco después, el humo se disipó y se pudo empezar a ver cómo el Machamp de Arthur aún seguía tranquilamente de pie, en contraposición del Pikachu de Red, quien estaba ahora a escasos cinco metros de su oponente con una expresión de dolor, aparentemente debido a la gran cantidad de chispas eléctricas que aún se desprendían de su cuerpo.

-¡Machamp, utiliza Terremoto!- Ordenó Arthur. -¡Acaba con ese maldito Pikachu!-

Pero el pokémon no reaccionó a la orden de su entrenador y simplemente se quedo perfectamente inmóvil. -¿Machamp, qué rayos te pasa?- Preguntó Arthur con evidente preocupación, mientras miraba agresivamente como su pokémon no respondía ni reaccionaba del todo. -¿Qué demonios estás esperando? ¡ATACALO, AHORA!-

Milésimas de segundos después, Machamp cerró sus ojos y se dejó caer rendido al suelo. Ante esto, el referee, quien estaba a un lado del campo de batalla, levantó una de las banderas que sostenía en sus manos en dirección a Arthur en señal de que el ganador era Red. Ahora, y cómo por reflejo, el público enloqueció y empezó a aplaudir con euforia y alegría.

Red estaba entusiasmado y se notaba en su resplandeciente y sonriente rostro. Él alzó su brazo derecho en señal de triunfo y luego corrió en dirección a Pikachu para celebrar su victoria.

Posteriormente, el torneo prosiguió su curso sin problemas, y en cuestión de un par de horas más, Red logró avanzar a la final venciendo contundentemente a sus otros oponentes. Lo único que faltaba ahora era el resultado de la otra semifinal, misma que pondría frente a frente a Green contra Blue. Solo era cuestión de tiempo para saber quien pelearia contra Red en la gran final.