7.-¿Y ahora, qué?
El hall quedó en completo silencio, interrumpido únicamente por el murmullo de la cuerda que sujetaba la araña de cristal, la cual se balanceaba peligrosamente a causa del disparo.
Los invitados estaban clavados en sus sitios, contemplando perplejos el cuerpo sin vida de su último visitante.
Margaret sollozaba sobre el hombro de Rogers.
-¿Por qué han tardado tanto? –gritó.
-No... encontrábamos la llave... –consiguió articular Sirius.
-¡YO NO PUEDO MÁS! –gritó Arthur mientras se encaminaba hacia el centro del recibidor-. ¡UN SUSTO MÁS Y ACABAN CONMIG...
La cuerda que sujetaba la lámpara venció, dejando caer la impresionante obra de cristal a apenas unos centímetros de Arthur Gioio con un gran estruendo.
Este último se puso pálido como el papel mientras se llevaba una mano temblorosa al corazón, justo antes de desplomarse jadeando sobre una silla del hall.
Todos corrieron a socorrerle, pero Arthur empezó a recuperar rápidamente el color de su cara, así como la movilidad normal de sus brazos.
-E... estoy bien – consiguió articular.
Rogers se volvió hacia Valerie, la cual continuaba petrificada frente a la puerta, con los puños apretados.
-Valerie, ¿con qué abrió la puerta del salón?
La camarera aflojó su mano derecha para dejar a la vista una reluciente varita, que atrajo la atención del resto del grupo.
-¿De dónde la ha sacado? –preguntó Sirius.
-¡Es la varita que había en el armario de las armas! – chilló Gioio con los ojos como platos - ¡Pero si el armario estaba cerrado!
Valerie frunció el ceño haciendo memoria. Luego abrió mucho la boca.
-¡No, no! ¡Estaba "abiegto"!
-¿¡¿ABIERTO?!? –gritaron los demás al unísono.
-Si, yo pensaba "abguiglo" "gompiendolo", pero cuando llegué ya estaba "abiegto" .
Gioio se levantó bruscamente de donde estaba sentado para seguir al grupo de invitados, que ahora se encaminaba a gran velocidad hacia la sala de estar.
-¡ "Miguen"!
Valerie se encontraba en el centro de la sala en la que antes desvelaron sus secretos, señalando con el dedo el grueso armario en el que se encontraban las armas del señor Byrnison, ahora abierto de par en par.
-¡Está abierto! –gritó Sirius con incredulidad- ¡Alguien lo ha abierto!
-Muy perspicaz –murmuró Bellatrix.
-¿Y la llave? –preguntó Snape.
-¡La tiré! –dijo Rogers-. Todo el mundo lo vio...
-Pues este armario ha sido abierto limpiamente.
Todos se giraron hacia Margaret, que estaba agachada sobre el armario, examinando de cerca la cerradura. Al sentirse observada, se giró a su público.
-Sé un par de truquitos con las cerraduras –dijo sonriente- y sé perfectamente que esta cerradura no ha sido forzada. La única manera de abrir este viejo mazacote es con la llave (o con magia, evidentemente).
-Bien, pero lo último queda descartado –dijo Snape mirando con odio a Rogers.
Rogers rebuscó en sus bolsillos.
-Aquí no hay ninguna llave –sentenció.
¡¡DING, DONG!!
Todos se quedaron petrificados en sus sitios menos Abigail, quien rompió a llorar.
-¡Por favor, haz que quien sea se marche y nos deje en paz!!!
Sirius se dirigió a la puerta de entrada.
-Bueno, al menos esto no puede empeorar –dijo Bellatrix con una discreta sonrisa.
-¿Cómo que no? –Snape la miró-. Todavía nos falta que aparezca aquí alguien del Ministerio o de la policía...
En ese momento Sirius reapareció en el cuarto de estar sonriendo por no llorar y pálido como un muerto.
-La policía está aquí.
Se produjo un enorme silencio, interrumpido por una risotada histérica de Margaret.
-¡Jajajaja! ¡Perfecto!¡Lo que nos faltaba: un Sherlock Holmes!
-...y muggle –añadió Sirius.
-¡Esto si que es lo mejor! – estalló Abigail-. ¡No se que es mejor: que descubra que somos magos y brujas O QUE SE DÉ CUENTA DE QUE TENEMOS TRES FIAMBRES EN LA CASA!!!
-SHHHHHHHHHHHHHHHHH- hicieron todos a la vez.
-¿Y dónde está, Sirius? –preguntó Bellatrix.
-Bueno.... yo... la impresión... –se rascó incómodo la nuca- Le dejé fuera.
Rogers se puso rápidamente en pie.
-Habrá que recibirle –dijo-. Intentaré que no pase del recibidor...
Una vez mas, el conjunto de los invitados formó un circulo en torno a la puerta mientras que Rogers giraba el picaporte con la mejor de sus sonrisas.
En la calle apareció un hombre de mediana estatura y entrado en carnes, que iba vestido con un uniforme de policía un poco pequeño para su envergadura, y que por tanto dejaba escapar una gran papada bajo sus rechonchos mofletes.
-Buenas... ¿podría llamar por teléfono? Al principio pensé que quizás no había nadie en casa, pero al ver su coche...
Señaló con uno de sus rollizos dedos el coche del desafortunado visitante.
-Bi... bien –empezó Rogers-. Puede llamar desde el despach....¡no! o mejor desde el salo...¡tampoco!... Si hace el favor de aguardar en la biblioteca...
Rogers acompañó al policía hasta allí y finalmente cerró la puerta con llave.
-¿Y ahora qué?- preguntó Sirius consternado.
Sonó el ruido de un forcejeo con el picaporte de la biblioteca.
-No parece que vaya a durar mucho ahí...- comentó Bellatrix.
-¡Escuchen! –gritó el policía- ¡No pueden encerrarme...!
-Dejémosle ahí encerrado un rato –sugirió Snape-. ¿Qué puede pasar?
El asombrado policía no paraba de agitar y mover el picaporte de la puerta con todas sus fuerzas, pero sin éxito. ¿Qué se creían esos? ¿Y por qué le encerraban? Definitivamente, en esa casa había gato encerrado...
-¡Como no me abran... se van a enterar! ¡Les acusaré de desacato a la autoridad, de secuestro! ¡Y DE ASESINATO!
En ese momento la puerta de la biblioteca se abrió y el policia quedó cara a cara con el mayordomo, el cual apareció hecho un flan y pálido como un muerto.
-¡Qué tonterías dice usted! –Rogers forzó una amplia sonrisa-. ¿Qué es eso de asesinato?
El policía se encogió de hombros.
-Lo he dicho para que me abrieran la puerta.
El recién llegado fue pasando su mirada uno a uno a todos los invitados, los cuales se encontraban nerviosos, con la ropa desarreglada y como vestidos de fiesta.
-¿Celebran algo? –añadió frunciendo el ceño.
Margaret se adelantó y puso una mano en el hombro del policía.
-¡Celebramos una fiesta! –contestó sonriente.
-Pues parecen ustedes un poco asustados...
-Es por la lámpara –dijo Rogers-. Se ha caído y casi nos mata.
-Bueno, entonces no entiendo por qué me encierran en esa sala...
-¡SIRIUS! –le interrumpió el mayordomo-. Señor Black, venga aquí... ¿Por qué no le enseña la casa a nuestro visitante...?
-¡¿LA CASA?! –preguntaron al unísono Gioio y Abigail, ambos con los ojos como platos.
-Claaro –dijo Margaret cogiendo suavemente al policía de los cuellos de la camisa-. Podemos enseñarle el comedor, el billar, la sala de baile...
-S..si... ¡Claro! –respondió rápidamente el aludido.
¡¡BAM!! ¡¡BAM!!
Antes de que los demás se dieran cuenta, Snape y Margaret se encontraban en el umbral de las puertas del salón y la sala de estar respectivamente (nota: donde se encontraban los cuerpos); las habían cerrado de golpe y silbaban distraídamente como si nada pasase.
-¿Qué hay en esas dos salas? –preguntó el agente.
-Nada, se lo aseguro –Sirius apoyó su brazo en el hombro del policía y le dirigió una de sus caras más carismáticas-. Ahora, si me acompaña, veremos el comedor, el billar y la sala de baile...
-Pero...
Los dos se alejaron por el recibidor en dirección al comedor.
-Será mejor que yo los acompañe, no sea que el señor Black le acabe metiendo en un armario...Valerie, ¿me acompañas? -dijo el mayordomo, momentos antes de desaparecer él también con la camarera.
Poco después, Abigail encendía su enésimo pitillo con cara de desesperación.
-Muy bien, señorita –se dirigió a Margaret-. Brillante su idea... Dígame, si no es indiscreción... ¿Y ahora, QUÉ HACEMOS?
-No os alarméis. Tengo una idea... –dijo mirando con ojos maliciosos a los que quedaban en el hall-. Aunque... no se si estarán dispuestos...
-Suéltalo –respondió Bellatrix tajante.
-Está bien. Señor Snape... ¿Me haría usted el favor de acompañarme?
Severus tragó saliva.
-Bueno, ya ha visto todo.
-No del todo –dijo el policía, harto de divagar por la casa-. ¿Y qué hay en esas dos habitaciones?
-Nada, se lo aseguro... –dijo Sirius.
Pero apenas acabó la frase, el policía avanzó con paso decidido hacia una de las dos puertas, la que conducía a la sala de estar.
Sirius corrió hacia él y le agarró por el hombro para detenerlo.
-Usted... No puede ver esto... –le suplicó con cara melancólica.
El policía se deshizo de él con una sacudida y continuó avanzando.
-Bueno, yo... iré a por una escoba para la lámpara –intervino Rogers un segundo antes de desaparecer en dirección a la cocina.
-Yo "tambguién" –dijo Valerie y siguió a su jefe por el pasillo.
Esta vez, Sirius se lanzó contra el umbral de la puerta.
-¡ESCUCHE! –gritó-. Es que... ¡es algo horrible!
El recién llegado, cansado de las evasivas que recibía por parte de "ese payaso", lo apartó de un empujón y abrió la puerta de golpe.
Música... Sonaba música... Pero, ¿por qué estaban las luces tan bajas? Casi no podía ver nada... Esa música, sensual y romántica...
Algo llamó su atención en uno de los sofás: un bulto negro.
El policía fue avanzando lentamente hacia el centro de la habitación, mientras que Sirius se quedó petrificado en la puerta.
Por fin el bulto negro fue tomando forma. Era... ¿Una mujer? Si, una mujer de pelo y traje negros.
Los labios del agente se curvaron en una sonrisa maliciosa. La mujer estaba recostada elegantemente sobre un hombre al que no alcanzaba a ver la cara, debido a lo acaramelado que se encontraba con su pareja. Ella le acariciaba el pelo mientras le besaba delicadamente por todo el rostro. Él parecía bastante a gusto, ya que no se movía ni un milímetro.
Giró la cabeza y sus ojos toparon con lo que parecía una silueta de colores chillones y sexualidad dudosa. Estaba abrazada a una mujer grande y corpulenta, con los ojos cerrados y la barbilla sobre su hombro. Hubiera pensado que estaba dormida si no llega a ser pos dos delicadas manos que acariciaban la espalda de la silueta indefinida.
El policía se dirigió a Sirius, quien seguía pegado a la puerta con la boca abierta.
-Pues no veo dónde está el problema.
-Rápido, date prisa.
En el salón, Severus se encontraba tapándole la cara al muggle asesinado con un gran sombrero que encontró en un cajón.
Entre los dos, habían sentado al cadáver en un sillón que había en el salón, le habían puesto el sombrero y Margaret había conseguido una de las botellas de ron de grosellas del estudio, con la que le había rociado la boca y la cual había puesto en su mano derecha. El resultado quedaba muy verosímil: un hombre completamente borracho.
Sonaron ruidos en el recibidor.
-Ya vienen –murmuró Snape.
En ese momento, Margaret derribó a Severus a la alfombra, cayendo ella encima de él y besándole con locura.
Justo un segundo después apareció el policía en la puerta del salón.
-Ejem, ejem –carraspeó Sirius desde la puerta.
La pelirroja se levantó sorprendida, y se sentó a un lado de la alfombra, dejando sitio a Snape para que pudiera recomponerse.
Pero el agente pasó directamente a observar al cadáver "borracho".
-¡EH! ¡AMIGO! –le gritó-. No me escucha...
-Lleva bebiendo toda la noche –intervino Snape.
El policía le gritó una vez más, pero finalmente abandonó toda esperanza de respuesta.
-¿No irá a conducir, verdad?
-Nooo... le pediremos un coche
-... largo y negro... –añadió Severus con una sonrisa.
- DE LUJO –añadió Margaret a toda prisa con voz de pito, propinándole un codazo en las costillas a su compañero como respuesta a su broma.
Rogers regresó de su astuta escapada a la cocina justo para encontrarse de bruces con el policía, el cual acababa de salir del salón seguido de cerca por Sirius.
-No se moleste –dijo el agente-. Lo he visto todo.
-¿¡TODO?!
A Rogers le caían los goterones de sudor por la cara al ritmo que su nuez chocaba con el cuello del esmoquin.
-Le..aseguro...que todo tiene una... explicación –consiguió articular.
-No, si no hay nada que explicar –dijo el agente sonriendo.
Sirius negó enérgicamente con la cabeza a espaldas del agente (pero bien a la vista para el mayordomo). Rogers frunció el entrecejo.
-Ah... ¿¿no??
-Por supuesto que no –dijo el policía con aire alegre-. Este, amigo, es un país libre.
-No sabía que lo fuera tanto...
Sirius seguía gesticulando detrás del agente.
-Ahora, yo...
Se volvió a tiempo para pillar a Sirius con sus gestos, y éste le dedicó la mejor de sus sonrisas, de oreja a oreja.
-Bueno...- se volvió con un suspiro-. Creo que hay un teléfono en la biblioteca, mejor será que lo use pronto...
Y dicho esto el policía se metió en la biblioteca. Rogers le siguió de cerca, hasta que consiguió volver a cerrar la puerta.
En ese momento aparecieron Severus, Valerie y Margaret en el recibidor.
-¿Qué demonios? –preguntó Rogers, aún perplejo.
-Ven y lo verás –dijo Sirius con una sonrisa.
Los cinco entraron en la sala de estar, aún en penumbras, y encendieron la luz.
-Ya basta, tortolitos...-gritó Margaret divertida.
Bellatrix se soltó de golpe del cadáver del señor Byrnison, al cual había estado abrazada hasta entonces.
-Esta se la debo, señorita Shannon.. –dijo mientras se limpiaba la boca con un pañuelo de su manga.
-¿No te ha gustado? –dijo Sirius desafiante.
-La necrofilia no es la rama de la oscuridad que más me apasione... –dijo con voz juguetona-. Prefiero que aún estén vivos cuando llegan a mis manos.
-¡YA NO AGUANTO MÁS!
¡¡¡BOOM!!!
El cadáver de la cocinera cayó con ruido al suelo, dejando ver a la señora Campbert, la cual se encontraba detrás de las cortinas.
-Un minuto más... –dijo con exasperación-. Un solo minuto más acariciándole la espalda a ese cretino de Gioio y exploto!
-"Pog" "ciegto" –dijo Valerie-. ¿Dónde está?
-A..Aquí....
Una diminuta vocecilla salió de debajo de la enorme cocinera.
-Por favor, ¡ayúdenme!
Varios minutos después, todos se encontraban otra vez en lo que habían estado haciendo hasta que apareció el policía: el registro de la casa, por parejas y distribuidos tal como estaban antes.
Una mano enguantada se acercó con sigilo al cuarto de la electricidad.
En unos segundos, la casa se sumió en la más completa oscuridad.
N/A: Waaaaaaaaaaau!!!!!! He tardado todo el verano pero no ha quedado mal, eh?? Weno, muxas gracias a tos los que me leéis desde vivelamagia, me habéis animado a seguir escribiendo XD. Bueno, como siempre se me olvida, doy esta vez las contestaciones a los reviews.
Livia Riddle: Oks. Gracias por decir que te gusta. Espero no decepcionarte!! Bueno, no me funciona bien el correo, xo cuando vaya te mando el mapa.
Ari Malfoy: Ey!!Gracias por dejarme los reviews aquí. Te digo lo mismo que a Livia, cuando pueda te paso el mapa. Nos vemos en VLM!!
Mairim: Siiiiiiii, soy mala... lo suficiente para teneros en vilo todo el verano XD.
Joanne Distte: Bueno, esto ya está en marcha... qué te voy a contar!!! Dime que tal te parecen los cambios. Tu también puedes adivinar!!!
Kristen Black: Donde te habías metido todo este verano??????
Talhos: Jejejeje... haz memoria con la película... o estrújate el cerebro XD. No digas que no dejo pistas...
Snivelly: Jejejje... Gioio es un personaje de propia cosecha XD.
