N/A: Kyaaaa! Hoy entré para revisar cuando fue la última vez que actualizé y fue en Febrero! TTTTTTTT Muchos perdones (existe eso ¬¬?) luego cuento el por qué ahora vamos a los que nos compete .
Capítulo 4: "En esta esquina del mundo"Era una linda tarde de verano, ella estaba sentada en el jardín de su casa contemplando los anaranjados contrastes con los que el sol pintaba el paisaje. Ya estaba atardeciendo pero eso no evitaba que el clima fuera agradable.
Mientras una leve brisa se entretenía jugando con su cabello, Kaoru, observó a aquél pelirrojo que siempre la acompañaba. Él la miraba parado a unos pocos metros de ella, le sonreía como siempre solía hacerlo. ¿Cómo siempre solía hacerlo? ¿Dónde la había visto antes? Esa sonrisa... Esa misma sonrisa que le completaba el alma.
Pero de repente, todo aquél perfecto escenario se vio oscurecido. ¿Tan rápido había anochecido?
No podía ver nada, sólo la oscuridad que la rodeaba, la oscuridad que la había dejado totalmente sola. Giró la cabeza en todos los sentidos tratando de encontrar algo cuando detrás suyo escuchó una maquiavélica risa. Se volteó pero allí no había nada, cuando repentinamente una luz se encendió dejando al descubierto a una persona sentada, cabizbaja. Pudo distinguir apenas algo, ese color rojo... El cabello de esa persona... ¿Por qué estaba así? A pesar de la luz que lo iluminaba, él todavía seguía sumido en la penumbra.
Nuevamente la risa se escuchó detrás de ella, pero esta vez no tuvo tiempo de reaccionar, unas manos le taparon la boca y la arrastraron a las sombras...
TITITITITITITITITITITITITITITITITITIITITITI—CRASH!
Súbitamente una linda muchacha morocha despertaba en su cama. Nuevamente estaba empapada de un sudor frío y la cabeza le dolía al punto que sentía que en cualquier momento el cráneo le iba a estallar. ¿Qué eran esos sueños? Si es que eran sueños ¿Por qué todas esas imágenes se proyectaban una y otra vez en su cabeza? Eran como una película, que hasta el momento, parecía no tener final.
Se pasó una mano por la frente secándose un poco y con un gran esfuerzo se incorporó. Miró hacia la ventana, a pesar de que las persianas estaban bajas podía ver como unos débiles rayos de sol se colaban entre las rendijas.
De un saque se quitó las sábanas de encima y se sentó en el borde de la cama, buscando con los pies, por debajo de ésta, las pantuflas. Una vez que las encontró, se quedó quieta observando el dibujo (unos alegres pulpitos) que su calzado más cómodo exhibía.
En el silencio vespertino comenzó a escuchar un leve, luego evidente, sonido que hacía "Tic-Tac". Con los ojos bien abiertos agachó su cabeza por debajo de la cama y vio como su pobre reloj reposaba en el piso. Estiró una mano y lo recogió. Ahora, el despertador, tenía otra rajadura que, con la antigua, formaba inusualmente una cruz en diagonal.
Así que dando un último y fatigado bostezo, se levantó, dejando el reloj sobre la mesita de luz.
Era una fría mañana de invierno, el cielo estaba nublado, y si no fuera porque todavía faltaba, cualquiera diría que ese día iba a nevar.
Tan blanca como la nieve, era la hermosa joven que delicadamente peinaba su cabello frente al espejo del baño. Una y otra vez lo cepillaba, inconforme con su peinado.
Tomó de una cajita una linda hebilla celeste y se lo recogió con una media-cola. Se acomodó bien hasta el último pelo y cuando parecía que ya había terminado, con un chasquido de la lengua, se quitó la hebilla y tomó de nuevo el cepillo para continuar peinándose.
De repente se escucharon unos golpes en la puerta que provenían de afuera.
¿Megumi te falta mucho?- Le dijo una aguda voz.
No, ya casi salgo- Contestó ella acomodándose el cabello con las manos.- Un segundito...
Tsubame agachó la cabeza y soltó un fuerte resoplido, sabía que un segundito de Megumi era una eternidad. Sin embargo la puerta del baño se abrió abruptamente y la muchacha salió disparando hacia la puerta.
Vamos, ¿Qué esperas?- Le preguntó tomando la mochila y sacando las llaves. Tsubame negó silenciosamente con la cabeza y salió por la puerta que daba hacia el gran templo.
Ese templo había pertenecido por generaciones a una parte de la familia de Megumi, la familia por parte de la madre. La familia por parte del padre, eran unos reconocidos médicos de Aizu. Cuando sus abuelos fallecieron, debieron mudarse a Tokio, ya que era su responsabilidad la de cuidar aquella magnífica estructura.
Eran las 7:45 de la mañana, en un oscuro y desordenado departamento, ubicado en un edificio en el centro de Tokio, un muchacho dormía desalineadamente en un colchón sobre el suelo.
Hacía ya más de media hora que debía levantarse, pero el extremo frío, típico de la época del año y el cansancio ocasionado por un estilo de vida casi nocturno, provocaban que Sanosuke Sagara permaneciera en la cama más del tiempo debido, disfrutando así, de las comodidades de vivir sin sus padres.
Pero a pesar de que él lo negara, no podía evitar extrañar su antigua vida "familiar" en su Osaka natal. Aún recordaba como todas las mañanas él y su pequeño hermano Outa hacían molestar a la pobre de Uki, que era la única en esa casa que parecía interesarse en el bienestar de sus hermanos.
Lentamente abrió los ojos y se puso boca arriba para mirar el techo. Realmente no tenía deseos de ir a la escuela, pero sabía que debía hacerlo, porque sino nuevamente la escuela se encargaría de comunicarle a su padre que el no asistía y así se ganaría otro mes sin recibir ni una sola moneda.
Sólo por el auto- se dijo compadeciéndose mientras pegaba un salto fuera de la cama y agarraba del piso el uniforme.
Se vistió en un parpadeo, y de la misma forma, entró y salió del baño. Agarrando las llaves salió del departamento y bajó hasta el estacionamiento. Abrió la puerta delantera y arrojó la mochila contra el asiento del acompañante, colocó las llaves para encender el auto, pero con un movimiento casi involuntario apoyó su cabeza contra el volante. Sin darse cuenta, lo había olvidado...
En la fría mañana de invierno, Kenshin Himura, estaba preparando el desayuno para su hermana y él, como era costumbre.
Sus azules ojos estaban pedidos en el vacío, mientras con la mano revolvía una jarra en el fuego.
Estaba completamente abstraído en sus pensamientos, que no se dio cuenta que el líquido en la jarra que revolvía había comenzado a hervir y rápidamente una espuma blanca empezaba a desbordarse por los laterales del recipiente.
En ese momento entró en la cocina su hermana Misanagi. Ella se lo quedó observando un momento, ya estaba vestida con su ropa de trabajo pero todavía estaba sin peinar.
Sigilosamente se acercó a se hermano y levantó la mano derecha.
¡PLAF!
oroooooo!
Te lo tienes merecido ¿Quieres decirme qué es lo que estás haciendo?- le dijo apagando la hornalla.- ¡Ya te lo he dicho miles de veces! ¡Un día de estos me descuido y quemas toda la casa!
Lo siento muchísimo, no era mi intención... es sólo que... me había quedado pensando-le dijo Kenshin muy apenado.
No tienes remedio... Mejor ve a arreglarte mientras yo sirvo el desayuno.
sí...- Kenshin salió de la cocina disgustado consigo mismo. Esta no había sido la primera vez que se perdía en sus pensamientos y a causa de eso ocasionaba un desastre. Y eso que en esta ocasión sólo había derramado leche, porque un día con Sanosuke, ambos llegaron a quemar hasta las cortinas.
Entró al baño y abrió las canillas del lavabo, dejando que el agua tibia corriera llenando lentamente la pileta.
Una vez que estuvo repleta, cerró ambos grifos, y agachó la cabeza hasta la altura del lavamanos. Con ambas manos tomó tanta agua como podía cargar y se la echó en la cara.
Con un movimiento lento levantó la cabeza que chorreaba agua y se miró al espejo. La monotonía de su nueva vida se estaba haciendo peligrosamente normal en todos los sentidos. Suavemente se acarició la mejilla izquierda observándose muy concentrado. Suspiró profundamente y tomando una toalla se secó el rostro.
¡Kenshin se te va a enfriar el desayuno!
¡Ya voy!- dijo respondiendo al llamado de su hermana.- ... Ya voy...- y diciendo esto casi para sí mismo, desagotó el agua y salió del baño.
Megumi iba caminando sola por las alborotadas calles del centro de Tokio. Ya había dejado a Tsubame en la escuela, pero ahora estaba retrasada para llegar a la suya.
Sorteando gente se abrió paso para cruzar la calle, pero el semáforo le ganó y dio luz verde para que los autos circularan.
Este parecía ser otro día de mala suerte, y para colmo la luz del semáforo se hacía eterna. Resoplando se dio media vuelta y caminó en dirección contraria.
Seguramente si iba por una calle menos concurrida evitaría todo el problema del tráfico. Con su mano libre subió al máximo el volumen del discman, y comenzó a cantar a toda voz su canción favorita. Compenetrado en la música no se dio cuenta de que el semáforo tenía la luz roja.
Aprovechando su repentino cambio de fortuna, se apresuró hasta la esquina y comenzó a cruzar la calle.
La canción estaba llegando a su fin, así que abrió los ojos justo a tiempo para frenar. Un tremendo sonido proveniente del auto se escuchó.
Ambos se quedaron petrificados. Megumi, a unos centímetros del auto, alcanzó a girar su cabeza y con toda la ira del mundo gritó.
¿Qué te sucede imbécil?¿No ves que casi me matas?-Pero no obtuvo respuesta de la persona en el interior del vehículo- ¡Claro, no tienes la cara para mostrar tu identidad!¿No?- Lentamente la ventana se bajó, y un poco de miedo se adueñó de ella. No sabía de qué manera iba a reaccionar la persona.
Yo ...- Una voz familiar sonó desde adentro, sinceramente no podía ser... pero ahora que veía el auto...- NO MATO ZORRAS...
¡Arrrrrrgggggg! ¡No puedes ser tú! Eres un idiota...
Perdoname - dijo Sanosuke sacando la cabeza por la ventanilla- No te vi... ¿Vas para la escuela?
¡Eso no te interesa!- dijo ella iracunda y comenzó a caminar hacia el otro lado de la calle.
Como quieras, me iba a ofrecer a llevarte, porque es un tanto tarde para caminar y quizás la señorita perfección no querría ser reprendida por el profesor.- Megumi ni siquiera se dio vuelta- Buh! Da igual, kitsune amargada...- y se volvió a colocar los auriculares en las orejas.
¡Me dices amargada después de que casi me matas!
¡ehhhhhh!- exclamó Sanosuke pegando un salto del susto- ¿Cuándo entraste?
¡Hum! Recién y sólo acepto esto porque llego tarde.
Muy bien...- Dijo Sanosuke sonriendo y arrancando el coche.
En el resto del viaje reinó un silencio bastante incómodo, pero Sano sabía que Megumi seguía enojada con él por lo de la otra vez, aunque realmente no entendía el por qué.
De vez en cuanto la miraba de reojo, mientras ella sólo miraba por la ventanilla con el entrecejo fruncido.
Megumi entre tanto prefería entretenerse mirando el paisaje citadino en lugar de tener que hablarle a Sanosuke. Estaba teniendo una lucha interna para convencerse a sí misma la razón por la cual estaba en ese auto en ese instante.
-"Esto no quiere decir que lo haya perdonado"."Sólo lo hice por una buena causa, sino iba a llegar tarde, y yo detesto llegar tarde"."¿Me está mirando?""¡No, tonta no te des vuelta! ignóralo, sino pensará que ya lo perdonaste""¿Perdonarlo por qué? Después de todo no hizo nada malo""Sí, me está mirando""¿Qué hago""No te voltees, no te voltees..."Perfecto ya llegamos, ahora sólo salgo del auto y listo, no lo tengo que ver más..."
- Esteee... bueno muchas gracias- dijo apresuradamente Megumi mientras quitaba el seguro a la puerta. Ya la estaba abriendo, ya se iba a ir, cuando repentinamente siente que algo al empuja hacia adentro, nuevamente al asiento donde estaba.
¡ Esperá! No te vayas todavía- Sanosuke le había tomado la muñeca y la había arrastrado hasta su asiento.
Sin soltarla se le acercó mucho, demasiado ¿Qué era lo que se proponía ahora? Estiró como pudo el otro brazo y puso el seguro a la puerta de Megumi.
¡No!¿Qué haces?
Esperá un momento, tengo algo que decirte...-Le dijo mirándola fijo a los ojos. Todavía Sanosuke seguía muy cercano a ella. Megumi se sonrojó mucho y al sentir lo que le estaba pasando, rápidamente quitó la vista hacia un costado.
¿Qué quieres?- le preguntó tratando de parecer enojada.
Es sólo que... Yo me preguntaba... ¿¡Por qué estás enojada conmigo?- gritó sobresaltadamente como si esa no hubiera sido la pregunta inicial.
¡No tienes que gritarme!- gruñó ella- ¡Desde cuando te importa si me enojo o no por la cosas que haces!
¿Eh?...- Esa pregunta había sido demasiado para Sanosuke, realmente Megumi tenía razón ¿Desde cuando a él le importaba eso?
Hum! Lo sabía no tienes nada que decir. Ahora si me disculpas...- Pero Sanosuke volvió a frenarla con el cuerpo y se acercó mucho más que antes a ella. Ahora podían casi tocarse nariz con nariz.
No, es cierto... es sólo que yo... Megu...- ella sintió un fuerte calor en todo el rostro ¿Qué estaba haciendo Sanosuke? Corrió nuevamente la vista y por la ventana observó algo que captó su atención...
Es un tanto tarde pero, creo que hoy llegué bien- se dijo a sí misma Kaoru mientras se acomodaba los guantes en la entrada del patio de la escuela. Había tenido un largo viaje y para colmo se había topado otra vez en el tren con aquél antipático chico.
Levantó la vista para continuar cuando vio no muy lejos de ella una pelirroja cabeza conocida caminando cerca de unos autos.-¡Kenshin!- gritó muy sonriente y moviendo una mano. El pelirrojo en cuanto escuchó su nombre, se volteó para ver quién lo llamaba y al ver la persona responsable de esto no pudo evitar sonreír.
Buenos días Kaoru- le dijo cuando ella se le acercó.
Buenos días también- le sonrió ella.- aunque no sé que tiene de buenos- agregó mirando al cielo.
Sí, últimamente ha estado horrible el tiempo... además de que hace mucho frío
aha, pero, cómo no vas a tener frío si tienes esa bufanda mal acomodada- le dijo señalándole una bufanda azul.- te la tienes que colocar así...- le señaló quitándole la bufanda y acomodándosela ella misma. Kenshin se sonrojó un poco ante la noble actitud de Kaoru.
Sin embargo ellos no se dieron cuenta de que eran observados desde un auto.
Sin pensarlo dos veces gritó-¡Mira ya llegaron Kaoru y Kenshin!- dijo abriendo de un golpe la puerta del auto, sin fijarse en las consecuencias que esto traería.
Kaoru logró escuchar un débil- ¡Mira ya llegaron Kaoru y Kenshin!- proveniente del auto que se encontraba tras Kenshin. Estiró un poco la cabeza a un costado y logró ver a Megumi que abría de un saque la puerta.
Sin darle tiempo a reaccionar, la puerta empujó a Kenshin hacia delante cayéndose al piso con Kaoru y todo.
¡Lo siento mucho!- Se apresuró a decir Megumi mientras observaba a los chicos en el suelo.
Ninguno de los dos se movía, probablemente porque no sabían como reaccionar. Kenshin había caído completamente sobre Kaoru, ambos estaban muy sonrojados pero no se movían.
Ken, alcanzó a levantar levemente la cabeza, aunque eso fue peor porque se encontró con la mirada de Kaoru.
Se miraron fijo por un instante, mientras sus mejillas se iban poniendo más coloradas, y ambos comenzaron a respirar muy rápido. Pero cuando Kenshin no pudo evitar tragar saliva, Kaoru se dio cuenta la situación en la que estaban así que de un golpe y volviendo a la realidad, gritó lo único que se le vino a la mente en ese momento.
¡KYYYYYYYYYYYYAAAAAAAAAAAAAAAA!- levantó una mano, y con el golpe más fuerte jamás visto, se quitó a Kenshin de encima dejándolo en el suelo casi inconsciente.
¡Oroooooo!
Jajajajajajajajajajajajajajjajajaja, Kenshin esa es una nueva, no la conocía... la voy a tener en cuenta- rió burlonamente Sanosuke saliendo del auto. Kaoru ya se había levantado y estaba con Megumi, muy sonrojada y apenada por haberle pegado de esa manera.
En ese instante la campana del colegio comenzó a sonar.
Será mejor que entremos- dijo Megumi, llevándosela a Kaoru.
Sí, pero antes, creo que debemos llevar a Kenshin a la enfermería...- dijo Sanosuke burlándose de su amigo que aún seguía tirado en el piso.
N/A: Ahora sí! Hola a todo el mundo. Estoy de vuelta porque soy como las cucarachas y Cher, nunca terminas con ellas U.U
Hace mucho que no actualizo y debo pedirles a todas ustedes mis más sionceras disculpas. Quiero que sepan que no me olvidé de mis Fics, pero hace menos de un mes comenzé la escuela y me ha estado requiriendo más tiempo del que hubiera querido. Pero ahora que por suerte pasó la semana de exámenes me hice un pequeño break para escribir nn.
Sé que este capítulo es un tanto vacío y que no dice nada, pero no quería saltar a la temática de la historia de repente, después de no haber escrito nada por dos meses. Así que prometo (esta vez cumplo) que para el prox cap. Ya las cosas van a desarrollarse y voy a empezar con la verdadera temática de esta historia (que espero que les vaya a gustar).
Bueno, no tengo más que decir, no las sigo aburriendo con estupideces. Así que ahora paso a responder los reviews!
Holly-dono: Muchísimas gracias por tus comentarios. Y sí, Sanosuke es un insensible con Megumi, pero ya vas a ver que las cosas con el tiempo cambian. Me alegra mucho que te guste como va quedando, espero que siga así.
Naoko L-K: Jajajajaja, esa Yumi U jejeje. Con respecto a Kenshin, es cierto que en momentos de la historia parezca un poco frío y solitario, pero ya vas a ver el por qué de ese comportamiento.
Shysie Takiyah: Muchas gracias por tu mail! Me encantó que me lo hayas escrito. De todo corazón te agradezco tus comentarios. Me alegro de que te haya gustado. Este cap. Estuvo bastante flojo, espero no disgustarte. Pero el prox. Prometo que va a estar mejor. El tema de si Meg y Sano se quedan juntos... ya lo vas a ver en la eventualidad de la historia. Espero que te encuentres bien. Muchos Saludos.
Gabyhyatt: Hola! Cómo estás? Espero que bien. Este Sano y sus cosas raras... La hace molestar a la pobre Megumi que se preocupa por él, pero igualmente todos sabemos como terminan después las cosas.
Ghia-Hikari: Muchas gracias por tu review, sos muy simpática . Me pone muy contenta de que te esté gustando el fic. Perdón por no actualizar antes. Pero señorita, usted misma lo dijo, "no hay que descuidar los estudios" (aunque estos nos descuidan a nosotros). Espero que estés bien. Saludos.
Mari: Hola! Es una lástima que no haya podido actualizar antes, pero la escuela me tiene de aquí para allá UU. Muchas gracias por tus ánimos, vos también nunca fallás y estás acá, espero que este cap te haya gustado y no haber desilusionado a nadie. Pero ya dije que prometo que el prox las cosas van a empezar a andar . Suerte.
Odram-Chan: Sos muy amable! Muchas gracias por tus lindos comentarios! Ojalá que te siga gustando. Muchos saludos y cuidate vos también.
Aome-Hisoshima: Domo Arigatô! Debo decirte que en parte fue tu review el que me movió para escribir. El tiempo y la falta de inspiración hacen que mi cerebro deje de funcionar. La causa por la que Kenshin está así de triste ya la van a saber, un poco de paciencia . Espero tu review en este cap tb. Cuidate mucho.
Bueno eso fue todo por ahora. Ya sé que el cap estuvo algo flojo, perdónenme todas de verdad. Para mí su opinión es fundamental, porque gracias a sus comentarios me dan más ganas de escribir.
Espero no desilusionar a nadie.
Les mando muchos besos
Atte.AsUkA!
