Umi: ¡HOLA CHICOS Y CHICAS DEL CLUB! ¿Como tan mis fieles lectores? ¿Ya bien listos para leer este capi? Pues agárrense de la silla, porque este capi estará bien interesante, ahora, sin más que comentar, mejor pasemos a los reviews.
Shadir: Así es, chavalita, le estoy robando la inocencia al joven Shun, tú sigue leyendo.
Zen: Que bueno que volviste, ya se te extrañaba un buen, claro que le voy a seguir, sigue al pie del cañón, que yo aquí voy a seguir.
Abby Lockhart: Si, pobre Shun, si, Seiya es un pen, y si, ya lo voy a seguir, y pobre de ti si no dejas review. Si, si eres un engendro demoníaco.
Hikari Izumi: Aclaración: Umi es mujer, por si no lo notaste, jeje. No te preocupes, después de siglos de no actualizar, ahí viene un nuevo capi, jeje. Sigue leyendo.
Silverhell: Nop, pero creo (Solo creo), que en este salen Pandora-Sama, Myu y Radamantis, sigue leyendo Silver-chan, que todo se pone mejor. Te disculpo, no te apures.
Ahora si, al fic.
Capitulo 8: Deja que te cuente, o la vida en el Hades
Umi subió las escaleras hasta el templo de Piscis, tenía que hablar con Arika.
-¡¡¡ARIKA! ¿Estas?-
-Si, ya salgo.-
Arika salio del cuarto, llevaba su ropa de entrenamiento, como siempre, su cabello estaba atado, y el día de hoy le dio por ponerse la máscara, aun cuando nunca se la puso estando Afrodita con vida.
-¿Y ese milagrito?-
-¿Cual milagrito?-
-Pues que te pones la máscara, mira que nunca te había visto con ella puesta, y si Dieguito lo ve, se va a poner muy enojado ¿Eh? Ya sabes que le cae gordo que traigas esa cosa puesta.-
-Ay, Dieguito no dice nada porque nada mas me la puse para hacer trabajo de soldadura.-
-¿Uh?-
-Si, estoy haciendo una cosa y para ello ocupo soldar, así que heme aquí, soplete en mano, haciendo reparaciones en este horrible lugar.-
-Si Afrodita viviera te mataría, pero después terminaría por agradecerte.-
-Bueno, dejando de lado eso ¿A que vienes?-
-¡AAAAAAAAH! He aquí lo que sucedió ayer que te fuiste y me quedé con Shun en la entrada del templo de Escorpio.-
-¿Que pasó? Anda cuenta, que me muero de curiosidad por saber que sucedió.-
-Pues resulta ser... Que... Cuando tu te fuiste me quedé solita con Shun en la entrada ¿Verdad?-
-Si, eso ya lo se, pero eso no es lo que quiero saber, maldita sea, dime que paso después.-
-Bueno, pues le dije que tendría que irme ya, y me dijo que se había divertido mucho conmigo y que si tal vez podríamos salir otro día.-
-¿Y que le dijiste? Si le dijiste que no, te juro que te voy a...-
-Ya, Arika, le dije que si, pero aquí es donde la puerca tuerce el rabo, porque...-
-¿Que? No me digas, Milo no te deja tener novio, ahora nos va a salir como Afro.-
-No, eso no es el problema, además no me puede prohibir tener novio porque en ese caso yo le prohíbo que salga con sus viejas esas pirujotas. Bueno, me explico, lo que pasa, es que Hyoga aun no se iba... Se quedó en la salida, y ahora temo, como Judas temió, que le vaya a decir algo a Milo de lo que pasó...-
-¿Pues que pasó tu? ¿A poco hicieron algo que no debían?-
-No, no y no... Pero si pasaron ciertas cosillas...-
-¡Te odio! ¡Yo ni siquiera le he podido hacer cosquillas a Diego!-
-Porque Diego es un peneque, acéptalo, tu novio es un soberano pendejo que no tiene gracia ni para batir un huevo.-
-Bueno si, pero es muy lindo conmigo y yo lo quiero mucho.-
-Tanto que dejas que te ponga en ridículo frente a los demás...-
-Ya, no estamos hablando de Diego y de mi, estamos hablando de Shun, de ti y de lo que pasó ayer.-
-Bueno, pues de seguro te acuerdas del sustote que le di a Shun en la mañana que le di un suave besito... Que se puso como si lo hubiera querido matar, el pobre es tan tímido, pobre el.-
-Bueno, si, ¿Que tiene que ver eso?-
-Pues Shun dijo que si lo perdonaba por ponerse así y yo le dije que fue mi culpa por haber hecho lo que hice, ya sabes que hice... Pero entonces Shun hizo "algo", yo, no puedo decirlo en este lugar, porque luego ya sabes que las paredes oyen...-
-Me consta...-
-Bueno, después te digo lo que hizo, por ahora te dejo en ascuas con eso, y ya me voy porque Milo ya mero viene con otra de sus pirujas.-
-Ay Umi, ¡Lo traes de encargo!-
-Pues si, que se comporte ¿Que ejemplo me esta dando? ¿Eh? ¿Que ejemplo?-
-Pues el de ser una devoradora de hombres que dudo que algún día lo seas.-
-Ya lo se, no me lo tienes que decir, y por cierto, dentro de poco voy a tener mi primer combate contra Diego ¿Vendrás a ver la pelea?-
-Tal vez, eso no me emociona mucho, más bien me cae gordo ver que alguien tiene dos aprendices, y los pone a luchar uno contra el otro, y tal vez vaya, no me esperes.-
-Ok, nos vemos entonces, por cierto, y antes de que se me olvide, debes ir a desayunar a la casa de Aries... Si es que logras desayunar con semejante niño en la casa dando el desayuno...-
-Ay, ni me lo recuerdes, maldito tuberculoso...-
-¿Por que tuberculoso?-
-Porque se la ha pasado jodiendo con que hace frío y yo, en lo personal, me estoy asando acá adentro.-
-Ay, ya se, a veces Mu se pasa... Pero es buen chico de todos modos.-
-Bueno, vamos a desayunar...-
-Pues vamos...-
Salieron del templo de Piscis y bajaron hasta Aries, para desayunar, ahí, las dos niñas se encontraron con los caballeritos de bronce, Umi se sentó al lado de Shun, para vigilar que comiera bien, había notado que estaba considerablemente delgado.
Mientras tanto, en un castillo muy alejado del Santuario, más concretamente, bajo la tierra, en un campo lleno de flores, donde no había dolor ni guerras: El Eliseo.
Un hombre alto, como de unos 25 años, esperaba en la puerta.
Sus ojillos amarillentos al igual que su cabello, se movían de un lado a otro, viendo a la gran cantidad de adolescentes que se habían registrado, una joven mujer de largos cabellos negros se detuvo frente a él.
-Radamantis... Dime ¿Donde esta tu alumna?-
-Es exactamente lo que venia a preguntarle ¿Donde esta Silver?-
-¿Como quieres que sepa eso?-
-Usted debería saberlo, después de todo, usted es la que nos manda a todos lados y la que controla nuestro destino, de usted depende que vivamos o que la muerte nos halle, y en este momento, temo que solo me imagino que usted sepa donde se encuentra Silver.- Mientras hablaba, Radamantis pasó su dedo índice por la palma de la mano de la mujer, provocando que ella retirara su mano con brusquedad.
-¿Que te hace pensar que yo se donde se encuentra?-
-La conozco, usted no puede mentirme a mí, he estado a su lado desde que era una niña, y a mi no puede engañarme, la conozco mejor de lo que usted misma nunca se conocerá y en su mirada noto que usted sabe donde se encuentra Silver.-
Dejaron de discutir porque un chico de cabellos rosados, y ojos que a pesar de su aspecto, no tenían apariencia humana, se acercó a ellos con mucha prisa y se detuvo frente a ambos, respirando agitado.
-¡Lady Pandora! ¡Radamantis!-
-¿Que pasa Myu?- Preguntó la mujer de cabello negro, que era Pandora.
-Es que Silver... Silver ha escapado... Dijo que se iria al Santuario, que tenía que ver a alguien ahí...-
-¡Se fue! ¿Escapó? ¿Pero no sabes como estaba vestida?-
-Con un saco negro y una sombrilla, y con lentes oscuros, la ropa debajo del saco no la pude ver.-
-Ah bueno, ya no tengo por que preocuparme, pero ¿A donde dijiste que dijo que iba?-
-Al Santuario, señor.-
-Al Santuario, bien, al San... ¿¡AL SANTUARIO? ¿¿POR QUE CHIBATOS NO LA DETUVISTE?-
-Porque me atacó con su látigo y me dijo que no tratara de seguirla, porque si lo hacia, Zafiro me iba a comer...-
-¡¡¡DEMONIOS! ¿¿¿NO PUDISTE DETENERLA? ¡¡¡SILVER ES INTOLERANTE AL SOL! ¡ESTAR AFUERA LE HARA DAÑO! ¡ENCUENTRA A SILVER Y NO VUELVAS SIN ELLA! ¿ME ENTIENDES?-
-S-si, Radamantis, señor ¿Pero tendré que ir al Santuario?-
-¡VE A DONDE CREAS NECESARIO PERO TRAE A MI ALUMNA AHORA MISMO!-
-Si, señor, no volveré a menos que la encuentre, señor...-
Myu se fue, y Radamantis le dio una mirada asesina a Pandora.
-¡Ahí esta la gran seguridad de Giuddeca! ¡Ni siquiera pueden retener a una chica de 16 años, que es intolerante al sol y que sufre de urticaria con el color dorado!-
-No estaba enterada de esto.-
-¿Que va a pasar si un caballero de Athena la descubre y ella les dice sobre Hades? Solo dígame que es lo que va a pasar-
-¡No lo se, Radamantis, no me reproches a mi estas cosas, porque tu tampoco estabas cuidando a tu alumna muy bien que digamos!-
-Lo que yo haga o no haga no es su problema, esta es mi alumna, la quiero como a una hija, hija que se que nunca tendré por su causa ¿Comprende? Dado que usted me tiene atado a este lugar, nunca voy a tener mas familia que mi alumna, y por eso no quiero que los caballeros de Athena la descubran y no quiero que revele nada sobre lo que va a suceder, por eso quiero que mi alumna vuelva sana y salva a este lugar, y que rece a su hermano por que no le pase nada, porque si a Silver le ocurre algo, lo que a ella le pase, se lo haré yo a usted ¿Me comprende?-
Pandora asintió, Radamantis podría no ser muy agresivo, o tal vez serio en extremo, pero cuando en verdad estaba molesto, era capaz de hacer cualquier cosa, incluso emprenderla contra la mujer que lo había convertido en "alguien" cuando el estaba lleno de fracasos.
Silver había escapado, corría saltando piedras y en un momento dado, no tuvo mucha suerte y se lastimó el tobillo con una roca muy filosa, pero Zafiro estaba ahí.
-Amita Silver ¿Se encuentra bien?-
-No, Zaf, creo que me he lastimado la pierna.-
-Suba a mi espalda, amita, llegaremos mas rápido así y no tendrá que lastimarse mas.-
-Gracias Zafiro, te quiero mucho...- Silver se abrazó a su enorme mascota. -Yo te quiero mucho, Zaf, tú has sido mi único amigo desde hace años.-
Silver subió a la espalda de Zafiro, y cuento largo hecho corto, llegaron al Santuario, Silver comenzó a buscar entre la gente a esas dos personitas que había conocido cuando niña.
Flash back.
Silver caminaba de la mano de su maestro por una concurrida calle de Grecia, cuando vio a una niña en bicicleta, su maestro Radamantis, estaba muy entretenido comprando cosas, y a Silver se le hizo fácil soltar la mano de su maestro y salir corriendo tras esa niña, cuando dio con ella, se dio cuenta de que estaba en el Santuario, y la niña de cabello azul bajó de la bicicleta y se la subió en hombros, subiendo paso a paso las escaleras.
Silver entró al Santuario sin que nadie la notara, era demasiado bajita para su edad, por eso ningún guardia la notó dentro del Santuario, subió las escaleras de las doce casas, sin que un solo caballero dorado notara su presencia, Silver recordó que su maestro le había dicho que los caballeros dorados eran malos y mataban y herían a las personas, pero estos caballeros dorados se veían muy simpáticos, por lo menos con esa niña.
Silver siguió subiendo, hasta que fue a dar a donde la niña se detuvo: La casa de Escorpio, la séptima casa del Santuario, entró sigilosamente y de puntitas, procurando no hacer ruido, de pronto escuchó una voz detrás de ella.
-Tienes que quitarte los zapatos en la entrada.-
-¡Ah! ¿Quien esta ahí?- Silver se dio la vuelta y encontró frente a ella a una niña de su edad, con cabello azul hasta los hombros y ojos grandes que miraban a Silver con interrogación, era Umi, sin embargo, ella nunca había visto a este mocosa en el Santuario, de seguro era de otro lugar, o era nueva, pero nadie le iba a quitar la armadura de Escorpio a ella, a Umi Yagami del templo de Escorpión.
-¿Quien eres tú?-
-Mi nombre es Scyke Silverhell, pero mis amigos me dicen Silver ¿Y tu como te llamas?-
-Yo soy Umi Yagami ¿Y tu que haces aquí?-
-Oh, yo soy una aspirante a espectro, compito por la armadura de Daimon Drako, de la estrella de la guerra.-
-Entonces no eres del Santuario.-
-Nop.-
-¿Y que haces aquí? No has respondido mi pregunta-
-Es que tenía curiosidad de venir, mi maestro me dijo que el Santuario estaba lleno de gente mala, pero creo que me mintió.-
La puerta del templo se abrió, y Umi se volvió asustada, Milo acababa de llegar y ella aun no había guardado los víveres que compró en el pueblo.
-¡Debes irte Silver! ¡Si mi maestro te ve, me va a regañar!-
Silver se escondió, pero Milo no apareció, era Arika.
-Oye Umi, no sabía que ya habías vuelto.- Dijo quitándose los zapatos en la entrada.
-¡Arika me asustaste! Pensé que era Milo.-
-Tampoco me confundas tan feo-
Umi se volvió para hablarle a Silver.
-¡Silver, ya puedes salir! ¡No es mi maestro!-
Silver salio de su escondite.
-¿No te van a regañar?-
-No, no era mi maestro, mira, es Arika, ella es mi amiga.-
Entonces la puerta volvió a abrirse, esta vez si era Milo, Silver no tuvo tiempo de esconderse, Umi y Arika la taparon con sus espaldas.
-Hola niñas ¿Que tanto hacen?-
-¡Nada!- Dijeron las dos al mismo tiempo.
-Ah bueno, entonces me voy a dormir, hasta luego.-
Milo se metió a su cuarto, y cuando cerró la puerta, Arika y Umi salieron corriendo con Silver.
-Mira Silver, te tienes que ir, porque si no, tu maestro se va a preocupar mucho por ti.-
-¡Ah! ¡Mi maestro! ¡Lo había olvidado! ¡Debo irme, nos volveremos a encontrar algún día, se los prometo!-
Silver salio corriendo del Santuario, como en un principio nadie se dio cuenta, Radamantis estaba buscando a Silver afuera del Santuario.
-¿Entraré al Santuario a buscarla? No, mejor ni me acerco, si alguien se entera que he entrado ahí, me cuelgan.-
Radamantis ya se estaba preocupando mucho por Silver, aun cuando trató en todo momento de calmarse, no pudo oprimir las lagrimas de preocupación que comenzaban a brotar de sus ojos, Silver era demasiado pequeña, y si algo le pasaba el nunca se lo perdonaría, de pronto escuchó una vocecita entre la gente.
-¡Sensei! ¡Sensei!-
Era Silver, la pequeña criatura apareció entre la gente para alegría de Radamantis, quien la abrazó con los ojos llenos de lagrimas.
-¡Silver! ¿En donde estabas? ¡Estaba muy preocupado por ti!-
-Es que me perdí... Perdóname Radamantis-Sensei...-
-¡Silver, tu no tienes por que pedir perdón, pequeña! ¡Lo que haya pasado ya no importa, no pude hacer lo que vine a hacer porque te estaba buscando!-
-Radamantis-sensei ¿Por que no hiciste lo que venias a hacer?-
-¡Lo que vine a hacer puedo venir a hacerlo otro día! ¡Pero tu eres MI tesoro y siempre vas a ser lo mas importante en este mundo!-
-¡Gracias Sensei!-
Fin del Flash back.
Silver seguía sobre la espalda de Zafiro, el enorme felino caminaba por el pueblo con Silver a espaldas mientras todos los del pueblo miraban a la chica y al felino, con gran confusión. Y preguntando, Silver y Zafiro llegaron al Santuario, para entonces ya había oscurecido y Silver estaba dormida en la espalda de su mascota.
-¡Amita, ya llegamos al Santuario!-
-¿Eh? ¡Ah, si! Ya llegamos...-
-Vamos a subir entonces...-
-Espera, las doce casas son cuidadas por caballeros dorados, si nos ven vamos a causar gran conmoción, será mejor que busquemos una manera de llegar mas fácil sin que nos noten.-
-¿Y si nos vamos sobre los techos de los templos?-
-¡Genial idea, Zaf! ¡Vamos sobre los techos!-
Subieron hasta la casa de Escorpión, Umi estaba afuera, sentada en las escaleras de la entrada al templo, como si ya presintiera que alguien vendría, entonces sintió como alguien se sentaba a su lado.
-Hey ¿Que haces?-
-Ah, Arika-chan, solo estoy aquí sentada.-
-Deberías irte a dormir y seguir el ejemplo de tu huevón maestro.-
-No tengo sueño, siento como si alguien fuera a venir y ya sabes que me gusta recibir a los visitantes afuera del templo.-
-Sip...- Arika vio hacia la entrada, después de una pausa volvió a hablar. -Ya fue mucho tiempo, ¿verdad?-
-¿Hoe?-
-Desde que conocimos a Silver, ya paso mucho tiempo.-
-Hai. Ya fue hace mucho tiempo, y según parece nos mintió cuando dijo que nos volveríamos a encontrar.-
-Yo no lo creo... Tal vez no ha podido venir a visitarnos.-
De pronto vieron hacia la casa de Libra, había una enorme silueta sobre el techo del templo, como la de una persona montada sobre un animal similar a un tigre, pero más grande.
-¿Que es eso? ¡Arika-chan, mira!-
-¡Que Athena me mate si no es Silver!-
El animal dio un salto y fue a pararse delante de ambas chicas, la persona que lo montaba se quitó la enorme sombrilla negra de la cara, ya estaba oscuro para seguir usándola, y efectivamente, era Silver.
-Hola chicas ¿Me extrañaron?-
-¡Silver! ¡Sabía que algún día volverías!-
-Vaya, tienes una mascotita muy linda.-
-¡Ah! El es Zafiro, es mi guardián.-
-Es muy...-
-Grande... ¿Que es?-
-Aun ni yo lo se, me lo dieron cuando cumplí 8 años, dijeron que siempre iba a estar conmigo, y sería el animal que me protegería toda mi vida.-
-Ah, que extraño.-
-¿Y ha que has venido, Silver?-
-A visitarlas, mi querida Arika, a visitarlas.-
Continúa
Maestro.
¿Eh?
Umi: ¡HOLA, SI QUE SI, CHICOS Y CHICAS DEL CLUB! ¡NOS VEMOS EL PROXIMO CAPITULO AQUI EN UMI DE ESCORPION! Bueno, una suplica: dejen mucho review, por favor, además se que muchos lo han leído y no dejan un review porque les da hueva dejarlo, por favor, nada les cuesta dejar un review, háganlo por esta autora que solo escribe con el propósito de divertir.
Bueno, a partir del próximo capi creo ya no voy a leer los reviews, antes lo hacía, pero ¿Sabían que está prohibido hacerlo? Yo hasta hace poco me di cuenta, así que si me mandan uno, cinco, diez o mil, a lo mejor no los voy a poder poner en el fic, porque es una practica que está prohibida, y a mi no me gusta romper las reglas, por lo tanto, quizás ya no responderé ningún review, lo siento, ordenes de los superiores que uno.
Y como ya Afrodita y Shaka me están mirando muy feo porque digo puras sandeces, mejor me despido y les ruego que dejen mucho review.
Hasta luego comadritas y compadritos, nos vemos en el próximo capitulo.
Me restiro, no sin antes pedirles que tengan la bondad de ser felices.
Atte.
Umi Yagami Sagara Khon Kido Shirou Arisugawa.
P.D.: Recen por el eterno descanso del Papa Juan Pablo II que acaba de morir. Que Dios lo tenga entre sus mas queridos ángeles y que descanse en paz.
