Capitulo 2
"La boda"

Mi boca se seco, mis ojos se dilataron, mi cuerpo dejo de responderme, mi cerebro estaba en un completo estado de caos, frente a mi estaba la persona a que había besado pensando que jamás volvería ver, y lo peor la bese sin saber que resultaría ser el hermano de mi prometida.

No sabría describir mi rostro pues no tuve un espejo para poder verlo, pero si recuerdo bien el de él, tenia una mezcla de sentimientos entre desconcierto, sorpresa, perplejidad, asombro y creo que un poco de miedo, y no dudo, ni por un segundo, que mi rostro tuviera la misma expresión.

Como ya dije él estaba sorprendido, yo estaba sorprendido, y Pillika lo notó.

"¿ya se conocían?" pregunto dudosa mi novia

"no" respondió presuroso él con algo de temor aun en sus pupilas.

"¿entonces por qué actuaron así?" volvió a interrogar la peliazul

"no, sólo me pareció alguien conocido..." dijo son una falsa sonrisa de despreocupación "mucho gusto Len Tao" extendió su mano hacia mi para la formal presentación.

En ese momento muchas opciones pasaron por mi cabeza, talvez era su gemelo, pero no Pillika sólo tenia un hermano, talvez por alguna obra del destino alguien muy parecido a él con ropas similares fue al que conocí, pero no, su rostro de sorpresa al verme lo decía todo, era él... y era tanto mi desconcierto que de cierta forma me molesto su mentira, por qué no decirle a Pillika que nos conocimos de casualidad y ya, porque mentir, después de todo no habíamos hecho nada malo... bueno... podíamos omitir partes de la historia pero no negarla completamente. Aun así mis labios sólo dijeron:

"lo mismo digo" respondí aun atónito dándole mi mano, y juro que en ese momento sentí una corriente eléctrica circulando por mis venas, mientras mi corazón comenzaba a latir a mil por hora.

"Pillika me ha hablado mucho de ti" otra vez sonreía tiernamente, mientras me soltaba con algo de prisa, pero una vez más en ese momento su actitud me pareció falsa.

"si, a mi también me ha hablado de ti, Horokeu" dos podían jugar el juego de la indiferencia.

"Len no seas tan formal... le puedes llamar HoroHoro como todos los demás" ofreció Pillika sonriente, aunque inapropiado pues el dueño del nombre es el que debe de decidir "¿no es verdad?"

"si... claro" respondió sin ánimos.

Yo nunca he creído en el destino, ese es sólo un pensamiento de cursis románticos que creen que todo esta escrito, una forma fácil de darse por vencido, pero ahí, por primera vez en toda mi vida, no pude darle otra explicación a ese encuentro mas que esa... destino... porque no puedo creer que fuera simple casualidad, aun así casualidad o destino... esa situación no me estaba gustando.

"¡Len!" oí la voz de mi hermana llamándome mientras entraba a la habitación

"¿Qué pasa?" respondí tratando de notarme normal.

"mi padre y mi madre han llegado, será mejor que salgamos a recibirlos" contesto algo agitada.

"muy bien" salí de la habitación en dirección a la puerta principal de la casa.

Mis pasos eran firmes, mi expresión volvía ser severa, mi semblante era serio, pero todo en mi interior me daba vueltas, tenia ganas de... tenia ganas... no sé de que tenia ganas, eran tantas emociones juntas que me daban miedo. Quería salir corriendo como niña desesperada por su primera decepción amorosa, a refugiarse a los brazos de su mami (talvez por eso es que salí tan rápido a recibir a mis padres)... y a la vez quería ir corriendo lleno de felicidad a refugiarme en los brazos del chico que me acaban de presentar.

Aun así trate de parecer natural, y claro que debía hacerlo, en ese momento vería a la cabeza de la familia Tao, el gran En Tao, al cual yo llamaba padre. Mi padre es un hombre astuto, implacable y capaz de reconocer el miedo tan sólo viéndote a los ojos. Había estado al frente de las empresas por mas de 50 años, la mayoría de mis antecesores la habían cedido a el paso de 30 y talvez menos años, pero no, mi padre no podía dejar a cargo a su hijo ya que lo consideraba muy inepto para manejarla... lo único bueno de este día es poder restregarle en la cara mi fructífero trabajo... bueno, eso y lo de Horo.

Como ya dije mi padre es un hombre duro para el cual la etiqueta es lo más importante, es por eso que siendo aun el jefe de la familia debía ser recibido como tal. Fuera de la casa y justo enfrente de la limosina que mi padre usa toda la servidumbre y sus hijos, ósea, Jun y yo, debíamos esperarlo a que se dignara a bajar del auto. Y lo hizo, bajo lentamente mas no se digno a dirigirle a nadie la mirada hasta que con caballerosidad ofreció su mano para que la dama que viajaba con el saliera. Afortunadamente era mi madre, la verdad nunca me ha dado motivos pero algunas veces he tenido miedo que en una escena parecida que la baje de la mano de mi padre no sea mi madre.

"Padre, madre es un placer tenerlos con nosotros" saludó solemnemente Jun con una sincera sonrisa

"cariño sabes que nunca nos perderíamos la boda de nuestro pequeño" en cierto modo mi madre siempre fue cariñosa con nosotros, en contraste a mi padre claro esta

"Padre, madre, me da gusto volverlos a ver" salude yo seriamente... y la verdad una parte de mi si los extrañaba, pues no los había visto en un año.

"ya te lo dijo tu madre... no nos perderíamos tu boda... no me subestimes hijo" lo ultimo lo dijo en un murmuro al pasar a mi lado, para que sólo yo lo oyera. Se detuvo antes de entrar a la mansión al notar la presencia de los hermanos Usui "¿tu eres Pillika?" pregunto a mi prometida

"si señor" respondió algo temerosa, si, mi padre tenia el don de la intimidación.

En Tao, la vio de pies a cabeza, analizándola, criticándola... buscando el más mínimo defecto que tuviera.

"eres muy delgada muchacha" y siendo este su grandioso saludo, entro a la casa.

Note que el joven hermano de mi prometida trato de objetar algo, pero fue detenido por la misma, y fue lo mejor, pues es bien sabido que no es prudente pelear con mi padre.

"En no es muy expresivo... así que puedes tomarlo como un halago" señalo mi madre siguiendo a mi padre.

Pasaron talvez 15 minutos cuando la cena fue servida y los habitantes de la casa fueron llamados al comedor. La mesa es un mueble rectangular muy largo, mi padre, como era de esperarse, se sentó en la silla principal y yo enfrente de él, a un costado de la mesa estaban sentadas mi madre y mi hermana, y al otro los hermanos Usui. La atmósfera era algo tensa y muy silenciosa.

"dime Len..." hablo mi padre "¿piensan seguir viendo aquí después de la boda?"

"no padre, después de que todo esto pase viviremos en mi departamento en el centro" conteste serenamente

"un departamento por mas lujoso que sea no es un buen lugar para criar a un hijo"

"lo sé..." respondí con un sonrisa "sin embargo Pillika y yo hemos hablado del asunto y hemos decidido no tener hijos"

No fue la reacción de mi padre la que me sorprendió, me esperaba que estuviera en desacuerdo con nuestra decisión, la reacción que no me esperaba era la del Horokeu, este abrió los ojos en sorpresa y miro a su hermana esperando una respuesta, la cual sólo escondió su mirada a la de su hermano, parecía apenada y temerosa.

"si no piensan tener hijos no veo el caso de casarse" sentencio mi padre

"nunca en mi vida me he visto como un padre... no creo ser capaz de serlo puesto que no siento el deseo..." respondí "pero no creo que la única razón de casarse sea tener hijos, se supone que te unes a una persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, con la que comparte sentimientos y pensamientos... y si hay cariño en esa unión no hay necesidad de traer al mundo a un ser únicamente para reforzarlo... al menos no si no lo deseas" cada una de mis palabras eran mis pensamientos y creí que los de Pillika también.

"Len sabes lo importante que es para la familia Tao tener un heredero" sus palabras eran duras.

"lo sé, y estoy consiente de ello, pero el que yo no tenga un hijo no quiere decir que se acabe le linaje... Jun puede tener herederos... también pertenece a la familia, y además ella desea tenerlos"

Pude ver en los ojos de mi padre el enojo que en ellos había. Supongo que siendo yo su único hijo varón, seria yo el que le daría el heredero que seguiría con los negocios de la familia, pero conociéndome bien, no creo que pueda ser un buen padre, y no le veo el caso a tener un hijo que se echara a perder por mi culpa.

"bueno hijo... no puedes estar seguro..." sonrió mi madre tratando de calmar las cosas que ya estaban subiendo de temperatura

"si Len, talvez pase un tiempo y ya que tu matrimonio con Pillika se encuentre estable podrán pensar en otras alternativas" completo Jun

"si... talvez" lo dije sólo para terminar con esa platica, más sabia que mis ideas no cambiarían.

Paso otro rato de silencio sin que nadie más se atreviera a hablar.

"hay un joven sentado en la mesa al cual no conozco" mencionó mi padre rompiendo el silencio una vez más. Su mirada era dirigida al joven de cabello celeste.

"disculpe mis modales" hablo por primera vez Horokeu "mi nombre es Horokeu Usui, soy el hermano mayor de Pillika" se presento haciendo una reverencia.

"Horokeu Usui... he oído hablar de ti... al parecer eres un gran empresario"

"es un honor que eso se diga, pero no lo creo así, tan sólo trato de que lo que esta en mis manos no fracase" dijo con verdadera modestia pues en sus mejillas apareció un leve tono rosado.

"tengo entendido que también tienes tratos con nuestras empresas"

"es correcto, hemos estado en platicas con sus empresas para negociar una asociación, hemos llegado ya a un convenio y en tres semanas se firmaran los acuerdos"

"¿Qué tipos de acuerdo son?" pregunto mi padre interesado

"cariño no creo que sea el momento de hablar de eso" intervino mi madre

"no veo porque no" respondió En "es una simple charla con alguien que se volverá de la familia... a menos que a mi querido hijo le moleste que hable se sus negocios" habló con su sonrisa burlona que a veces me fastidiaba

"no padre... para nada" respondí con cierto cinismo que no pude evitar "joven Usui ¿podría continuar?"

"por mi no hay problema pero creo que Pillika es la que tendría que explicar, pues ella siempre fue mi representación en estas negociaciones" dijo algo apenado

"¿porque?" pregunto simplemente mi padre

"tuve algunos problemas personales que me impidieron asistir a las primera reuniones, y después creí mal educado de mi parte aparecerme"

"pues fue desde un principio inapropiado de su parte no asistir a algo tan importante" al menos esta vez mi padre dijo algo que realmente tenia ganas de decir yo.

"lo sé... y me disculpo con él joven Len por mi mis actos tan inadecuados" dejo de ver a mi padre para verme a mi "Discúlpame" pidió sinceramente, pero, por un momento me dio la impresión de que esa disculpa se ampliaba más de lo que aparentaba.

No sé porque, pero me sentí sonrojar, su mirada parecía apenada y me la dirigía sólo a mi, su rostro me parecía lo más tierno que hubiera visto jamás.

"no hay porque" dije secamente desviando la mirada, fue extraño pero creo que sentí algo revoloteado en mi estomago.

La cena siguió sin contratiempos, Pillika contó los detalles de las negociaciones a mi padre. Mientras los demás escuchábamos. Así llego la hora de dormir pero antes En Tao pidió hablar conmigo.

"¿Quería hablar conmigo padre?" pregunte al entrar a la biblioteca donde me había citado

"si" respondió secamente sin quitar la vista del libro que tenia entre sus manos.

"¿que pasa?"

"Len... ¿estas seguro de lo vas a hacer?" me cuestiono quitando por fin su vista del libro.

"no le entiendo"

"mañana te unirás en matrimonio con una persona... ¿estas seguro que ella es la indicada para ti?"

"no veo porque no"

"esa no es una respuesta Len"

"Padre me halaga que este preocupado por mi, pero no debe de hacerlo, estoy seguro de que lo que hago es correcto" conteste con seguridad

"vaya, no sólo crié a un hijo si no a un Dios que cree que todo lo que hace es correcto" hablo con sarcasmo

"no veo la necesidad del sarcasmo... Pillika es perfecta... es lista, amable, simpática y hermosa, prácticamente todo lo que un hombre puede pedir"

"si... sin duda es perfecta... pero que sea así no quiere decir que sea lo que tu quieres"

"es lo que cualquiera querría"

"¿y es lo qué tú quieres?"

"me voy a casar con ella ¿no?"

Mi padre me sonrió de manera extraña, creo que fue algo así como nostalgia, pero era imposible ver una expresión así de mi padre... ¿o no?

"creo que esta es la parte que todo los padre dice donde se debe dejar a sus hijos cometer sus propios errores"

"no lo comprendo"

"Me has dicho lo perfecta que es tu futura esposa, el hecho de que estas seguro de ti mismo y de tus decisiones... pero en ningún momento me has dicho que la amas"

No saben lo mucho que me sorprendieron sus palabras... ¡¡¡¡mi padre hablando de amor!!!!, imposible.

"¿la amas Len?" su pregunta era tan significativa que de pronto no supe como responderla "¿la amas?"

"Mentiría si le dijera que estoy locamente enamorado de ella... siento un gran cariño por ella, la admiro como mujer, la aprecio como amiga y la valoro como persona"

"entonces será tu mejor amiga, pero no tu esposa" hablo con seriedad "o dime Len... ¿crees que pasado el tiempo tu la puedas amar como se debe querer a una esposa?"

"el amor ha pasado de moda" conteste pues no supe responder a su pregunta.

Lo extraño fue su reacción, me miro con ternura, como nunca me había visto, me sonrió y camino hacia la puerta pero antes de salir.

"Como padre y como hombre he cometido mucho errores, pero en mi vida sólo ha habido dos cosas de las que no me arrepiento... una de ellas es haberme casado con tu madre, porque aun ahora, cada día que pasa me siento privilegiado al despertar a su lado... Len, he amado a tu madre cada día de mi vida desde el día que la vi, y es por ese amor por lo que he luchado... ¿tu eres capaz de luchar por algo que no has sentido?... ¿serás capaz de sentirte feliz cuando despiertes al lado de alguien a quien no amas?" y dejándome con esa gran incógnita salio de la habitación

Era buena pregunta ¿sería capaz de vivir así?... se supone que ya lo había decidido y que estaba de acuerdo, después de todo no despertaría con una adefesio si no con alguien a quien estimo, que importaba si sólo podía sentir amistad por ella, era más de lo que había sentido con otras, al menos Pillika no sólo me atraía físicamente como mis otras novias. El amor no era necesario cuando ya se tiene todo, y yo lo tenia todo, que más podía pedir...

Eso pensé en aquellos momentos, jamás pensé que me tragaría mis palabras... bueno mis pensamientos.

Salí del lugar tratando de olvidar por completo las palabras de mi padre que ya, de cualquier forma, no tenia caso analizar. Camine para dirigirme a mi habitación pero la conversación que se desarrollaba en otra me llamo la atención. La puerta de la recamara de mi prometida estaba entre abierta y pude escuchar lo que se hablaba dentro de ella.

"Pero ese siempre ha sido tu sueño" esa voz hizo que algo diera vueltas en mi estomago, pero no supe porque.

"vamos, no se puede decir que sea mi sueño, es algo que talvez quise tener" la otra voz era de Pillika, la cual trataba de restarle importancia a algún asunto.

"Pillika siempre dijiste que lo que más querías en este mundo era ser madre y de buenas a primeras dices que es algo sin importancia" Horo estaba sobresaltado.

"pues no la tiene, las cosas cambian, no es tan necesario tener hijos en estos días, después de todo el mundo esta sobre poblado no"

"no salgas con tonterías, el que tengas hijos o no, no remediara los problemas mundiales, y eso no tiene nada que ver... tu siempre quisiste ser madre me lo has dicho desde que éramos pequeños, de pronto te vas a casar con alguien y decides que no los quieres... ¿lo decidiste tu o él?"

"es una decisión de ambos y..."

"¿él es el que no los quiere?"

"bueno talvez si es él al que no le guste la idea, pero yo estuve de acuerdo... además es muy pronto para decir que todo esta escrito... ya oíste a Jun, talvez cuando pase el tiempo él quiera tenerlos y..."

"y tu te vas a atener a ese talvez... porque estas aferrando tu sueño a una decisión ajena a ti y eso no es correcto y lo sabes... además sabes que es imposible que cambie, ese tipo de sujetos son obstinados, necios..."

"igual a ti..." su contestación fue enérgica "además no puedes saber como es Len si tan sólo has cruzado dos o tres palabras con él"

Sus palabras dejaron sin ellas a su hermano, que aunque, de hecho, cruzo más que dos palabras conmigo no podía decírselo a mi prometida.

"Pillika eso es lo que menos importa..."

Ese fue el momento en que yo entre en escena, no me gustaba que hablaran de mi sin que yo supiera, toque la puerta más no espere permiso para entrar.

"Len" me llamo Pillika al verme entrar

"escuche una pelea... quisiera saber si pasa algo" hable haciéndome el desentendido pero mi tono era serio

"no, mi hermano y yo sólo..." fue interrumpida por su hermano

"En realidad me gustaría poder hablar contigo un momento..." esta vez él fue interrumpido por ella.

"hermano no tienes nada que hablar con él..."

"a mi me gustaría poder hablar por un momento con mi futura esposa" dije mirando seriamente al joven frente a mi "si no te molesta"

Su mirada parecía molesta, estaba enojado conmigo.

"si claro, de todas forma ya tengo sueño" contesto Horokeu molesto saliendo del cuarto inmediatamente.

"No le hagas caso... esta un poco tenso por el viaje y creo que un poco celoso pero ya se la pasara" su voz se notaba nerviosa

"no te he pedido explicaciones, no tienes que dármelas" hable con el tono más severo que me pudo salir "me mentiste" afirmé muy molesto

"no, nunca te he mentido" contesto con preocupación

"cuando te pregunte si querías tener hijos me dijiste que no... fingiste que estaba de acuerdo conmigo... ¿no es así?"

"no... no fue así"

"Pillika ¿quieres o no tener hijos?" esa era la simple pregunta que tenia que hacerle

"te mentiría si te lo negara... si, me gustaría mucho tener hijos..."

"sabias que yo no... ¿Por qué seguiste con esto?" pregunto aun molesto

"porque te amo... y si no los quieres lo aceptare... no niego que los deseo pero era verdad cuando estuve de acuerdo en no tenerlos... además pasara el tiempo y talvez cambiaras de opinión" dijo dulcemente

Siempre me creí muy seguro de mi mismo, y creí que esa era la imagen que daba a los demás. ¿Quién demonios me vio la cara de ser de lo que cambian de opinión de un momento a otro?... bueno eso ya no importaba, no íbamos a cancelar la boda sólo por esa diferencia.

"ya es tarde... además no vamos a cancelar todo sólo por esto" suspire resignado "te prometo que llegado el momento lo pensare"

Salí de su habitación sintiéndome aun molesto, odio que fingieran estar de acuerdo conmigo sólo para complacerme, y es que no hay nada más patético que eso, pero me sentí mal cuando me dijo que me amaba y yo no le pude contestar, talvez esa es una de las razones por la que no quiero tener hijos con ella, y es que no la amo ¿Cómo voy a traer un ser al mundo con alguien a la cruel no amo? Sería cruel tanto para ella como para la criatura.

Por fin a eso de la media noche pude ir a dormir, estaba muy cansado y lo único que quería era por fin reposar, pero no duro mucho mi descanso ya que un sueño, que si bien, no fue nada horripilante y si muy agradable, me despertó. Talvez decir sueño no es lo correcto, ya que mientras dormía un recuerdo vino a mi cabeza, uno muy reciente. Unos labios danzando junto con los míos en un baile lento y sensual, un cuerpo calido y complaciente cerca del mío, una piel tersa y tibia en mis manos. En mi mente la imagen de aquel beso rápido y dulce se repetía una y otra vez, cada sensación que tuve en aquel momento se repetía en mi cabeza, era un sueño agradable pero no duradero.

Desperté lentamente, como quien no quiere abrir los ojos para no toparse con la realidad, me sentía desconcertado pero relajado a la vez, sin querer lleve mis manos cerca de mi rostro y con mis dedos toque mis labios tratando de recordar bien aquella sensación que el joven de cabellos celestes me había proporcionado. Era extraño pero creo que anhele volver a sentirla. El choque con la realidad que se da al momento de despertar me hizo darme cuenta que eso sería imposible y me sentí decepcionado.

Ya más despierto vi que el reloj de la habitación anunciaba las 3:30 am. demasiado temprano como para empezar arreglarme para la boda, pero mi sueño había sido perturbado y siempre que pasaba algo así no podía volver a conciliar el sueño hasta tomarme un vaso de leche, algo infantil, lo sé, pero que más puedo hacer yo cuando ya estoy acostumbrado.

Baje a la cocina en silencio, no tenia caso despertar a la servidumbre por algo así, ya en la cocina tome mi vaso y llene otro para el camino (lo acepto tengo debilidad por la leche), sin embargo al ir caminando note una luz salir del cuarto de juegos de la casa y decidí ir a investigar.

Ahí justo dentro de la habitación el chico que me quito el sueño se concentraba en jugar en la mesa de billar que ahí había. Sin pensarlo mucho entre a la habitación.

"buenas noches" salude haciendo ver mi presencia.

Él se sobresalto un poco al escuchar mi voz, pero era lógico ya que no me esperaba.

"Hola" contesto aun algo nervioso "no lo escuche" sonrió.

"¿no es algo tarde para practicar billar?" pregunté viendo el taco en sus manos

"si, claro..." respondió sonriente y con un leve rubor "lo que pasa es que no podía dormir, y me desespera estar dando vueltas en la cama cuando no puedo conciliar el sueño, por eso decidí dar un paseo, esta casa es hermosa, y me disculpo por no haber pedido permiso para husmear pero creí que era algo tarde para despertar a alguien y pedir permiso... encontré este lugar y creí que sería bueno jugar para matar el tiempo... espero no haberlo despertado"

Si lo hizo, pero no de la manera que el creía.

"no... sólo baje a tomar algo" le mostré mi vaso. "pensé que estaba tratando de dejar de fumar" dije al notar el cenicero cerca de la mesa, con ceniza y cuatro colillas de cigarro.

"¿eh?" de pronto no entendió hasta que observo al mismo lugar donde yo miraba "ah... eso... bueno si lo intente, pero la verdad esos parche no sirven, y además me sentía algo ansioso y es la única forma en que se me quita"

"ya lleva cuatro, ¿no le parecen muchos?"

"es que no había fumado en todo él día" sonrió como un niño que acababa de hacer una travesura mientras se rascaba la cabeza con nerviosismos "¿quiere jugar?" preguntó de pronto.

"si... porque no" conteste yo, después de todo yo tampoco podía conciliar el sueño.

Tome un taco mientras él acomodaba las bolas.

"ya no parece molesto" comenté

"¿yo?... no, ya no lo estoy, es decisión de ella" supo rápido a que me refería

"parecía que quería reclamarme algo... ¿ya no lo hará?"

"no... no tengo nada que reclamarle a usted... usted habló claro con ella, dejo su punto de vista y sus deseos en claro cuando decidieron casarse, fue ella la que se resignó y ella la que tomó su decisión... aunque..." sonrió con cierta tristeza "debo admitir que me tomó de sorpresa que ella haya hecho eso, ya que siempre fue su sueño tener hijos, talvez por eso en un momento dado quise culparlo a usted, pero ya tranquilo puse mis ideas en orden"

"es más razonable de lo que parece" dije yo mientras daba inicio al juego.

Saben este es uno de mis juegos favoritos siempre que tengo tiempo libre lo práctico, y siendo sincero este chico era bueno en este juego, claro no como yo. De nuevo no supe del correr de las horas, no me interesaba, y al parecer a él tampoco pues en ningún momento nos preocupamos de averiguar la hora.

"Mozart" dije yo mientras golpeaba la bola blanca de para meter a la tronera la bola 7

"Beethoven" y como era de esperarse me contradijo

"claro que no"

"que si"

"como puedes comparar la obra de Mozart con la de Beethoven"

"no las comparo, sin embargo si me dan a escoger para mi el mejor compositor de la historia es Beethoven"

"Mozart era un maestro"

"Beethoven también"

"si mal no recuerdo el mismo Beethoven quiso ser instruido por Mozart"

"no lo niego, aunque fue imposible por la muerte de este, mas aun si lo hubiera sido eso no quiere decir que el alumno no supere al maestro"

"pues lo único que tiene de impresionante él es el hecho de haber logrado componer melodías siendo sordo"

"en serio... haber tu compón algo como la novena sinfonía estando sordo"

Una vez más discutíamos de algo sin sentido, pero esa discusión sin relevancia me hacia sentir bien, y como pensé este chico no actuaba frente a mi, aun sabiendo quien soy no me daba la razón sólo por complacerme y créanme eso si me agradaba. Ahora que lo pienso tampoco me fije en que momento comenzamos a tutearnos.

"no compares yo ni siquiera se tocar el piano" dije mientras apuntaba para meter la penúltima bola

"lo vez... no es tan fácil"

"talvez si a eso me hubiera dedicado desde niño lo lograría"

"si claro y yo sería un cantante famoso" hablo con cierto sarcasmo pero me hizo reír. Mientras, metía a la tronera la bola a la que apuntaba, sólo me faltaba la última.

"no veo la necesidad de usar el sarcasmo"

"pues si no me llevaras la contraria todo el tiempo no la usaría"

"no creas que quiero llevarte siempre la contra... aun así" hablaba mientras apuntaba a la ultima bola, con esto ganaría "tu y yo diferimos mucho en nuestras ideas... y me he dado cuenta que al parecer lo único agradable que puedo hacer contigo el pelear por algo" sonreí mientras estaba a punto de pegarle a la bola blanca

"también es agradable besarme..." ese comentario lo hizo mientras golpeaba la bola, y me llego tan de sorpresa que me hizo fallar el tiro, mandando la bola blanca hacia ningún rumbo. "... ¿no lo crees?"

Nos quedamos observando uno al otro, él tenia un pequeño rubor en su mejilla y una sonrisa algo triste.

"creí que no querrías hablar del tema" ya que no lo habíamos sacado a la luz supuse que el no lo deseaba

"me imagino que algún día tendríamos que hablar, sólo que no vi conveniente hablarlo frente a Pillika" dijo mientras tomaba su taco y apuntaba para golpear la bola blanca y meter la ultima de las bolas.

"¿no crees conveniente decirle a tu hermana que se va a casar con alguien que no tiene empacho en besar a un completo desconocido?"

"como hermano supongo que es mi deber darle a conocer con el tipo de gente con que va a emparentar..." dicho esto golpeó la bola blanca para después golpear la ultima bola y meterla en la tronera "claro, eso si no fuera que cuando le diga: 'sabes Pillika, no creo que debas casarte con Len Tao ya que se anda besando con cualquiera', y entonces ella me pregunte '¿Cómo lo supiste?' y yo le conteste 'pues porque se beso conmigo', me va a odiar mas a mi que a ti"

"oye..." hable algo molesto "no soy de los que se andan besando con el primero que se me para enfrente"

"entonces... ¿Por qué me besaste?"

"No me eches a mi la culpa completa porque si mi memoria no me falla el beso fue mutuo... no fue sólo cosa mía"

"si, eso no lo niego, pero no era yo el que se iba a casar al día siguiente ¿o si?" me contesto ya molesto también

"no, yo soy el que se va a casar, pero no lo tengo que anunciar a cada gente que me topo en la calle"

"no, si yo no te pedía explicación, pero por puro sentido común no debiste dejar que él beso pasara si ya sabias tu responsabilidad"

"y tu eres un ángel libre de culpas ¿verdad?" mi sarcasmo se hizo presente "después de todo si no me equivoco tu también te besaste con un desconocido"

"si, pero yo no tengo ningún compromiso, además como iba yo a saber que eras el novio de mi hermana"

"¡¡exacto!!... como iba yo saber que eras el hermano de mi prometida"

"si hubieras tenido la decencia de presentarte no hubiera ocurrido nunca"

"tu tampoco te presentaste"

"pero tu fuiste el que me hablo primero"

"y deberías agradecerme... sólo intentaba ayudarte pues tenias cara de que todo el mundo te odiaba" bien ya estaba enojado

"o claro, debo agradecer que el gran Len Tao me habló, que falta de modales los míos... pero yo no te pedí que hablaras conmigo ¿o si?" al menos no era el único enojado

"Ahora que lo dices, hoy aprendí una lección"

"preguntar el nombre de las personas a las que vas a besar... no vaya a ser que sean futuros familiares" él también sabia usar la ironía

"no, esa es la que 'tú' aprendiste, yo aprendí que no debo hablar con el primer idiota que se siente a mi lado"

"me alegra, a ver si así le eres más fiel a mi hermana"

"siempre le he sido fiel"

"¡¡¡¡me besaste!!!!" afirmo fervientemente

"fue un error"

"pudiste haber besado a cualquiera"

"nunca había besado a un desconocido... es más nunca había besado a un hombre, sólo me ha pasado contigo"

"no lo creo"

"pues no te lo dije para convencerte, ni tampoco tengo que demostrarte nada, pero no me creas como tú que se besa con cualquiera"

"tu eras ese cualquiera"

"pero no dejo de ser alguien a quien no concias"

"eres la única persona a quien he besado que no conociese" los roles se cambiaron

"o sí claro, ahora resulta que lo nuestro fue amor a primera vista" mi voz estaba llena de ironía, y lo peor es que ya no pensaba en lo que decía

"si creo que eso fue" y al parecer el tampoco lo pensaba ya que su respuesta fue enérgica pero coherente.

Después de esa 'declaración' ambos nos quedamos callados viéndonos uno al otro, primero nos lanzábamos miradas desafiantes, al parecer ninguno calló en cuenta bien de las palabras antes dichas, hasta que ambos las razonamos y en ese momento vi su mirada cambiar a una de suma vergüenza, sus mejillas se colorearon de un rosa claro que por alguna razón lo hacía lucir adorable.

"... yo..." trato de explicar algo pero...

"¿Qué esta pasando?" la voz de mi hermana interrumpió toda nuestra conversación. "¿Qué demonios hacen los dos aquí y a esta hora?" preguntó entrando al cuarto de juego.

Ambos conservábamos los tacos de billar en nuestras manos

"¿estaban jugando?" cuestionó algo desconcertada, pero para mi fue un alivio pues no escucho nuestra conversación

"Jun ¿te despertamos?"

"no Len yo baje por algo de agua... pero como la luz esta prendida decidí echar un ojo... ahora ustedes díganme ¿Qué hacen aquí?"

"sólo estábamos jugando, lamento haberla molestado señorita Jun"

"tres cosas..." hablo mi hermana levantando tres de sus dedos "uno, soy señora... dos, ya casi somos familia así que no tienes que llamarme tan formalmente, sólo dime Jun... y tres, ¿Por qué están jugando a billar a las 6:52 de la mañana?"

¿6:52?, eso fue sorprendente, no pensé que fuera tan tarde, o tan temprano, bueno no se como se le diga el caso es que tenia planeado despertar a las 7:30 de la mañana y apenas si había dormido 2 horas.

"acaso los dos piensan dormir en la iglesia o algo así ¿Por qué estaban jugando?"

"no podíamos dormir y nos encontramos aquí..." habló Horokeu

"... jugábamos sólo para matar el tiempo y no nos dimos cuenta de la hora" termine yo de explicar.

"pues no quiero ni preguntar desde a que hora juegan... mejor vayan a dormí, no vaya a ser realidad que se queden dormidos en la iglesia" ella parecía la madre de ambos, pues nos estaba regañando.

Ninguno dijo nada más, únicamente salimos en silencio de aquella habitación y nos dirigimos cada quien a la propia.

Desperté dos horas después de cuando me fui a dormir, y eso fue de milagro pues mis parpado pedían con desesperación continuar cerrados, pero mis hermana tiene sus técnicas de persuasión y me hizo levantarme.

La casa era un completa locura, esa casa que siempre estaba hundida en la soledad, ese día se asemejaba un manicomio, Jun gritaba como loca al auricular el cual no había soltado desde las 10 am, mi madre andaba de aquí para allá vociferando ordenes a la servidumbre para que tuviera arreglado para recibir a los invitados, Pillika lloraba con desesperación desde su habitación cuando no encontraba algún articulo necesario para su arreglo, Bason se movía de un lado a otro supervisando que cada cosa estuviera en su lugar, incluso mi padre gritaba al no poder encontrar paz dentro de su propia casa. Yo definitivamente prefería ser un fantasma en esos momentos.

Cuando nada más faltaba una hora para la celebración religiosa comencé a arreglarme porque no le vi sentido hacerlo antes, me encontraba en mi recamara colocándome la camisa, Bason me ayudaba, pero...

"¿Estas aquí Bason?" preguntó mi madre entrando sin aviso a mi recamara.

"¿Qué pasa mi señora?"

"necesito tu ayuda, no entiendo nada de lo que el cocinero dice esta hablando ruso o alemán..."

"es italiano mi señora"

"lo que sea no le entiendo necesito que vengas"

"voy para allá" contesto saliendo de la habitación

"no te preocupes cariño mandare a alguien más para que te ayuda" dicho esto cerro la puerta

En realidad no necesitaba ayuda, hace mucho que aprendí a vestirme yo solito, pero creo que todos estaban nerviosos y pensaban que yo también, más no era así, en realidad estaba muy relajado, cualquiera pensaría que no era yo quien se iba a casar.

Toc, toc, toc.

"pase" dije si meditarlo, mientras veía al espejo frente a mi, debía ser algún sirviente que mi madre mando a ayudarme.

"Hola" esa voz... cada vez que oía esa voz mi cuerpo se erizaba, "tu madre me envió a ayudarte" me explicó mientras cerraba la puerta tras de si.

Pude ver su figura recargada en la puerta a través del espejo, él ya estaba listo, y se veía hermoso (claro que cuando lo pensé en aquel momento me dio miedo haber usado esa palabra para describirlo), traía puesto un elegante esmoquin negro, una camisa de un blanco impecable, y moño y faja de seda color tinto, muy tradicional pero muy elegante, claro algo que no caía de mi gracia era su extraña costumbre de usar una banda en la cabeza que ni para esta ocasión había dejado, pero al menos era negra y combinaba con su atuendo... me pregunto cuantas de esas bandas tendrá... bueno ese no es el caso.

"no necesito ayuda... gracias" señale con seguridad.

"jeje" lo escuche reír calladamente, mientras observaba a través del espejo como su sonrisa se ensanchaba.

"¿algo te parece gracioso?" cuestione dándole la cara por fin.

"se que no necesitas ayuda pero..." volvió a sonreír.

"¿pero que Horokeu?" estaba perdiendo mi paciencia

"bueno es que no se si lo sabrás, pero los nudos que se usan para las corbatas y los que se usan para los moños son diferentes"

"¿Qué?" no entendí a que se refería hasta que volví a verme en el espejo.

Mis mejillas se encendieron en un rojo intenso al darme cuenta que había atado el moño de mi esmoquin como si fuera una corbata. Bien si no estaba nervioso con la boda, la presencia de ese hombre si me ponía nervioso

"déjame que te ayuda" no tuve tiempo de negarme pues cuando lo dijo ya tenia sus manos en la prenda. "es normal que estés nervioso por todo esto" comento él

"no me siento nervioso por esto... la verdad no sé que paso" si lo sabia pero no podía decírselo

"¿en serio?" tenia cierta gracia en su voz "pues eres el único, esta casa es una locura"

"tu tampoco parecer nervioso"

"no soy yo quien se va a casar" respondió con simplicidad, aun trabajaba en mi moño.

Nos mantuvimos en silencio unos segundos, no sabía que más decirle.

"Horo Horo" expresó de pronto

"¿perdón?"

"hace un momento me dijiste Horokeu... puedes llamarme Horo Horo, todos mis amigos lo hacen" no se porque pero sonreí por aquel sobrenombre.

"sabias que si cambias la r por la t diría Hoto Hoto" sentí un apretón en mi cuello.

"si me dieran una moneda por cada persona que hace ese chiste... no necesitaría trabajar nunca en mi vida" su sonrisa tenia algo de enfado, sonreí de nuevo, ya tenia algo con que molestarlo "listo" anuncio al terminar.

"gracias"

Después de eso me sostuvo el saco para ponérmelo, y por ultimo me coloque las mancuernillas de mi camisa.

"te ve bien" comentó sonriendo

"gracias" dije otra vez. "creo que ahora sólo queda esperar"

"si... que tal si jugamos una vez más para matar el rato"

"yo encantado, pero no creo que mi hermana lo permita"

"tienes razón a menos..." en su rostro apareció una sonrisa maliciosa "a menos que temas perder una vez más frente a mi"

"¡¡¿Qué?!!" dio justo en mi punto más vulnerable, mi orgullo

"no debes avergonzarte, no es deshonra perder frente a él mejor" habló con seguridad en sus palabras.

"yo no perdí, tu hiciste trampa" dije enojado

"no hice trampa" al menos logre molestarlo también

"si lo hiciste"

"no"

"si"

"no"

"que si"

"que no, no lo hice ni siquiera toque la mesa"

"pero hiciste un comentario que me sorprendió"

"que tu te sorprendas con facilidad no es mi culpa"

"lo hiciste a propósito porque sabias que ibas a perder"

"no lo hice, yo gane justamente"

"hiciste trampa".

A lo largo de la pelea y sin darnos cuenta fuimos avanzando hasta quedar casi pegado.

"no, yo gane, gane, gane" dijo haciendo un puchero como si fuera un niño pequeño

"a si y ¿que quieres?, un premio" empezaba a notar que cuando pepeaba con este chico no razonaba debidamente.

"si me lo merezco" hablo él con entusiasmo.

"¿y que quieres?" repetí la pregunta

"esto..."

Cuando me di cuenta él ya tenia sus labios contra los míos. No niego que me sorprendí, pero fue poco lo que me duro la impresión ya que casi al instante abrí mis labios para permitirle a su lengua explorarme una vez más mi boca. Ese beso no fue tan dulce como el primero, ese fue más apasionado, ardiente, deseoso y a la vez lleno de frustración.

"LEN" el grito de mi hermana llamándome acabo con el beso.

Nos separamos al instante ambos jadeantes y asustados. Por suerte mi hermana grito antes de llegar siquiera a la puerta.

"Len..." me llamo otra vez al entrar "se hace tarde ya deberías estar en la iglesia, Pillika saldrá después de tu porque es de mala suerte que la veas antes de la boda así que ponte en marcha y Horo tu iras en la misma limusina de tu hermana entendido"

Estaba tan exaltada por la boda que no se dio cuenta de lo agitados que nos encontrábamos los dos. Sin darme tiempo de nada me tomo del brazo y me arrastro hasta la salida y me metió a la limusina de mi padre, donde apropósito iba este y mi madre.

Llegamos a la iglesia donde se oficiaría la unión religiosa. Había tantos invitados a unos los conocía a otros no, pero no recuerdo de momento haber reconocido a algún invitado y es que mi mente aun estaba perturbada por el beso anterior, que sólo saludaba a la gente que se me acercaba más no prestaba atención a sus rostros.

Llego la hora, me encontraba en el altar esperando a la persona con quien uniría en matrimonio. La música instrumental comenzó anunciado le llegada de la novia, en el umbral de la puerta la silueta de dos personas se vislumbrara, a pasos lentos ambas siluetas se acercaban a mi.

Observe a Pillita, se veía hermosa, su vestido era sublime, no por nada mi hermana dijo que había sido su mejor diseño después de el suyo, aun así, aun tan radiante como Pillita se veía mi atención en ella sólo estuvo unos segundos ya que, mi vista se dirigió casi de inmediato a la persona que la acompañaba hacia el altar... su hermano seria quien la entregaría. Durante el largo trayecto a lo largo de la iglesia mi vista estuvo fija en los ojos de Horo Horo, y los de él en mi.

La culpa me carcomía en esos instales, no era posible que estuviera apunto de casarme, y en mi mente sólo rondaba el recuerdo de los pocos momentos que estuve con Horo, los besos, las conversaciones, las peleas, todo, incluso el echo de que no pudiera, por más que quería, quitar mi vista de los ojos del hermano de mi futura esposa.

Al llegar al altar Horo soltó el brazo de su hermana y me lo entrego, en ningún minuto perdí contacto visual hasta el sacerdote comenzó. La celebración siguió.

"Pillika Usui... prometes honrar y respetar a Len Tao hasta que las muerte los separe"

"acepto" contesto contenta Pillika.

"Len Tao... prometes honrar y respetar a Pillita Usui hasta que la muerte los separe"

Mientras el sacerdote decía estas palabras, la cuales duraron siglos para mi, mi vista recorrió el lugar en busca de algo que yo mismo no sabia, pero lo encontré. Observe como Horo cerraba los ojos de forma dolida mientras sus puños se apretaban con gran fuerza, y yo diría que hasta con desesperación.

"acepto"

Continuara...

N/A: este es el final del capitulo dos, espero que les este gustando.

Quiero agradecer a las personas que han dejado sus cometarios, me alegra que les guste, y espero que no les decepcione mi fic. Gracias, y disculpen por no dar un agradecimiento personalizado.

Otra cosa es que no quise poner al padre de Len como un maniático pervertido y malvado, y creo que lo quiero poner un poco más humano, espero que eso no les moleste.

Bueno de nuevo gracias, y espero que disfruten mi fic.

Adios.