Notas del Autor
El año pasado publiqué cuatro capítulos de esta historia, pero a los meses los borré.
Sin embargo cuando volví a tocar esta historia a la par de unos apuntes del 2013 que tenía reservada para otra historia se me prendió el foco.
La historia que publiqué al inicios del 2021 era la segunda ejecución de la idea, la primera había sido muchos años atrás y la historia tenía un titulo diferente, con el tiempo cuando le di un "aura" a la historia pude encontrarle un mejor titulo y una trama mas "picosa". Espero que les guste mucho y que no les saque tantas canas de rabia lo que tengo preparado.
Etiquetas: Romance, Drama, Angst, Happily Ever After, Juvenil, Universo Alternativo, Vida Escolar, Relación Profesor/Estudiante, Triángulo amoroso, Slice-of-life.
Rating: +16
Advertencias: Uso de drogas implícito/descriptivo, Sexo Implícito/Descriptivo, Adicción Implícita/Descriptiva, Diferencia de edad, Adolescente/Adulto,
Progreso: En proceso, comencé a escribir esta historia en Febrero 2022 [Idea Vieja de hace 8 años reescrita]
Pueden también visitar La Biblioteca/Blog [Que está en construcción] para ver la portada del fanfic y si lo desean también leer las historias ahí por cualquier cosa.
www,sofiaescribeaqui,blogspot,com/2022/03/sobre-la-marea-fanfiction,html
(sustituya comas por puntos)
Muchas gracias por (si eres un lector que se leyó hasta hace 4 capítulos) la paciencia y también por leer mi fanfic.
Cuando lo descubrió no fue casualidad, no creía en ellas. Estaba destinado a ser. Sintió como se le desgarraba el pecho, como si hubiese sido una herida real y tangible. Un hacha invisible sostenida por un cruel verdugo abrió su pecho luego presiono su pie sobre las costillas para poder zafar el filo, después a mano desnuda el verdugo metió la mano por el hueco, hizo a un lado las entrañas que le parecían inútiles hasta alcanzar el corazón aun latente y lo apretujó entre sus dedos. Cómo juguete de gel el corazón no se destruía ni se exprimía, aguantaba una tortuosa existencia, se expandía para escurrirse entre los dedos, recuperaba su forma y se volvía a estirar y escurrirse en otra forma que los dedos formaban desesperados por tenerlo deshecho entre ellos.
Cuando Sasuke había dejado en claro que ya no la quería el dolor había sido menos horrible, fue un sofoco que le pesaba en el pecho como un globo lleno de mercurio que ardía pero de algún modo era un dolor que se podía sobrellevar, semanas después el sofoco a veces ni se notaba. Pero esto era muy diferente, era casi adictivo, se torturó por tres semanas viendo la misma escena tras la ventana del aula hacia los jardines del instituto bajo la construcción de unas aulas y cerca de unos arbustos que a lo alto desde el ángulo de Sakura las siluetas se veían tras las hojas desperdigadas. Su mirada estaba preparada para lo que venía y pronto lo veía, una de las puertas del edificio se abría y Sasuke con cautela, se cercioraba de que nadie le seguía. Sacaba el teléfono de su bolsillo trasero como revisando la hora, luego volvía a guardarlo. En minutos Ino le acompañaba, intercambiaban palabras y ambos tenían impresas leves sonrisas. Ino entonces iniciaba ese coqueteo, sus manos se deslizaban a los brazos de Sasuke, acariciando con la yema de los dedos, Sasuke extendía una de sus manos y apretaba la de ella, no la dejaba avanzar hasta sus hombros o cuello tomaba la mano de Ino entre la suyas con gentileza.
—Entonces señorita Haruno ¿Quiere pasar a explicarnos como funcionaba el feudalismo?
—No —respondió ella sin pensarlo dos veces, seguida de una expresión de sorpresa al encarar lo que pasaba—. Quiero decir, sí. Disculpe.
Sakura se levantó de inmediato, enfrentó a la clase perpleja. Shikamaru uno de sus compañeros se talló el rostro aburrido, primer vez que ponía tanta atención a alguien.
—El feudalismo —resopló Sakura incapaz de formular las primeras palabras en su cerebro—. Se originó en Europa y…
—Siéntese, por el amor de Dios —ordenó Kakashi viéndola fijamente con un libro entre las manos y un plumón de pizarra en la otra con la que hacía ademanes al hablar—. Usted no está poniendo ni una pizca de atención últimamente. Llevamos más de una semana analizando los orígenes del sindicalismo.
El restó de la clase soltó una carcajada, Sakura no pudo evitar sentir una rabia contra sí misma y volvió a sentarse. De reojo al salón su mirada se topó con la de Karin que la miraba con una expresión incrédula mezclada con desdén, Tenten por su parte frente a ella se había encogido de hombros intentando restarle importancia a la situación pero Sakura no se calmó quería vomitar de la vergüenza. El profesor también la miraba con lástima, Kakashi le hizo una señal con la cabeza que inclinó hacia la pizarra como recordándole que tenía que pasar las notas a su libreta, Sakura suspiró y acató las direcciones.
La campana sonó, el salón se llenó del sonido de las sillas rechinando en el suelo y el pronto murmullo que las voces de los demás alzaron. Era hora de ir a casa. Sakura volvió su mirada al ventanal hacia el jardín, ya no había nadie ahí. Tomó su libreta y lapicero y los guardó en su mochila roja con una sola asa de hombro.
—Lleva días distraída señorita Haruno —comentó Kakashi cuando Sakura pasó cerca del escritorio.
—Perdone, no volverá a pasar.
Kakashi sonrío escéptico pero calló respuesta. Sakura por otro lado no notó la mirada reprobatoria que el profesor le había hecho, estaba ansiosa, vería a Ino de nuevo a la salida, llevaba tres semanas fingiendo no saber nada, esperando que Ino por si sola tomara la iniciativa de decirle la verdad pero no lo hacía y Sakura no sabía cuanto más iba a aguantar.
—Hey, planeta Sakura —Ino estaba feliz, cierto, últimamente sus hoyuelos eran más profundos a causa de sonreír día y noche. Su mano se movió lado a lado frente a los ojos vacíos de Sakura.
—Lo siento —contestó Sakura en un respingo.
—No pasa nada ¿Todo bien?
—Sip —la sonrisa de Sakura fue forzada.
—¿No estás emocionada acaso?
—Perdón no escuché.
—¿Vacaciones de verano? Chica, que pasa planeamos esta etapa desde que íbamos a la secundaria. Playa, Bikinis, chicos surfistas buenísimos —La mano de Ino comenzó a pirotear frente a ambas, indicaba con cada dedo los deseos del documento que escribieron en esas épocas—. Alcohol ¡alcohol! ¿Puedes creerlo?
Sakura no podía mostrar ese grado de entusiasmo, no con tantas ideas revueltas en su cabeza. Por un momento se sintió como un robot, tenía que actuar frente al humano, tenía que imitar las expresiones humanas para mezclarse. Día con día sentía que su relación con Ino llegaría a un punto de quiebre. Las vacaciones de verano era de lo que todos hablaban. En especial en esa época por los festivales de la isla. Las fogatas de la playa y la gastronomía deliciosa. Esta vez sin embargo Sakura no tenía ganas, no deseaba ir, desperdiciaría el primer verano donde ya podía tomar alcohol y divertirse como una adulta por despecho. Eso parecía. Su noviazgo con Sasuke fue fugaz, él dio el primer paso. Sus ojos negros no se despegaban de ella en la cafetería o en los saludos matutinos a la bandera. Sakura comenzó a caer, a desistir, a decir más "sí" y menos "no". Pero, a los meses, algo no iba bien. Ino le llenaba la cabeza de rumores, que le veían entre chicas, una diferente cada tanto. La duda, su ineptitud, su falta de experiencia y las emociones adolescentes la llevaron a rabietas. Los celos la consumieron y con ello la relación.
Una mañana se levantó vacía, sabía que la última pelea era la última. La noticia se había esparcido como pólvora, Sasuke y Sakura ya no estaban juntos. Fue como tirar un hueso a los perros hambrientos. Ino, por supuesto la apoyó en todo momento. La visitaba regularmente con algo para picar, mantenía los temas de conversación actualizados, la saliva nunca se le secaba. Sakura estaba agradecida, de verdad lo estaba.
Cuando descubrió los encuentros entre su mejor amiga y su ex-novio siguió torturandose.
"Ino estuvo a mi lado".
"Ino me apoyó".
"Ino nunca lo haría con malas intenciones".
Ahora ya no podía convencerse de sus propias palabras. Había esperado lo suficiente para que su amiga se abriera a ella tal y como Sakura siempre lo había hecho hacia ella, con honestidad. A Sakura le costaba apartar los ojos de Ino, que no paraba de hablar. Ino le mentía en su cara no entendía como Ino era capaz de llevar el secreto como si no existiera. De actuar frente a ella como si su boca no le apestara a los besos de Sasuke, tomarle las manos como si ambas no hubieran compartido los mismos brazos. Era una clase de rencor lo que comenzaba a arder en su pecho. No había ningún ápice de vergüenza o tanteo en sus palabras ¿Acaso se reía de ella por dentro?
Ese día el calor era más duro que lo usual, pararon en una paletería; Sakura escogió Guanabana, Ino escogió piña.
—Solo faltan dos semanas más para la libertad —el cuerpo de Ino se recargó en el barandal fuera del negocio, mirando hacia el mar.
—No creo poder asistir —Sakura limpió una gota de sudor de sus mejillas.
—¿Cómo? ¿Por qué? ¿Te castigaron?
Ambas dieron un mordisco a sus paletas sin despegar los ojos una a la otra.
—No, no me apetece —Sakura analizó las expresiones de Ino y lo soltó—. Veré a Sasuke tontear con otras chicas y no me apetece ver esas escenas. Es decir, ya van siete meses pero sigo buscándolo con la mirada cuando se me da la oportunidad, creo que aun estoy enamorada.
Ino desvió la mirada, tragó con dificultad.
—No puedes seguir muriéndote por Sasuke, Sakura. Debes dejar el pasado atrás.
"Claro, pero parece que tu no puedes dejar el pasado de tus amigas existiendo tantos chicos a quien escoger" refunfuñó Sakura en silencio.
—Pues no puedo, quizás aún no —suspiró —. No creo que tengas idea de como sentí esto, de como sentí toda esa relación. Fue mi primer novio, mi primer beso…
Ino no respondió, el flequillo tapó parte de su rostro cuando volvió la mirada al mar quedando de perfil a Sakura.
Entonces, ambas divisaron a Sasuke hasta la banqueta próxima con Naruto y Kiba junto a él. Desde que se separaron, Sasuke nunca más había dedicado su mirada azabache a Sakura, ella podía quedarse horas mirándolo y él jamás hubiera cruzado mirada, ni siquiera intencionalmente. Entonces, como los dedos del verdugo que apretaban su corazón de manera dolorosa, Sasuke volvió su rostro a ella o más bien a Ino y le sonrió. Él alzó la mano en un leve gesto de despedida y prosiguió su camino. El resto del grupo hizo un bullicio que intentaba avergonzarlo ante su nueva conquista, como niños. Él parecía no ocultarlo, no estaba al tanto de que Sakura no tenía ni idea.
El aliento de Sakura cesó, sus manos se aferraron al barandal, el último mordisco de la paleta cayó de sus manos hasta la acera, las lágrimas se le acumularon en los ojos.
—¿Qué fue eso?
—No tengo idea —mintió Ino restándole importancia.
Sakura emitió sonidos sin sentido, incapaz de volver a pronunciar palabra coherente. No era un simple ligue, esto iba de largo, era serio, era oficial, estaba transformándose en algo oficial. No era tonta, esa sonrisa serena que le dedicó era la misma que el le daba desde el pasillo de la escuela cuando pasaba por su aula, era la misma, la misma.
—¿Sakura? —Ino esta vez sonaba preocupada, se volvió a Sakura con el rostro abatido.
—¿Qué haz hecho? —Habló por fin. Una mezcla de furia y desconsuelo maquillaban sus palabras. Las escabullidas estúpidas a mitad de clase que ella notó y creyó como pasajeras no se comparó en absoluto a lo que sentía arrebatado.
—Puedo explicarlo —ahí venía, la bomba.
—No no puedes, no lo haz hecho en estas últimas semanas.
—¡Tú!
Los ojos de Ino se contrajeron, sus párpados se abrieron y dejó salir un jadeo resentido.
—Pensé que lo que hacían era pasajero ¡te excusé por semanas! Pero eso —su mano se alzó a señalar el punto donde Sasuke se había detenido por segundos—, eso no indica nada pasajero.
—Eso explica tu actitud —Ino sacudió la cabeza, dejando que las piezas del rompecabezas encajaran.
—Y eso explica la felicidad arrogante que presumes en mi cara ¿No eras tú la que me llenaba la cabeza de rumores de infidelidad y ahora te vas con él?
—¡Es injusto! —Ino alzó la voz—, los rumores eran rumores, nunca los comprobaste.
—Hija de… —La furia ganó al desconsuelo, en segundos Sakura impregnó la mejilla de Ino de un dolor agudo—. Confiaba en tí. Para mi tu honestidad y que yo te importara era prueba suficiente.
—Jódete Sakura.
Ino no se soltaba la mejilla, respiraba aturdida, su pecho se levantaba y bajaba con rabia.
—Espero que acabes igual de jodida que yo —gritó por última vez, antes de irse del lugar.
