9 Julio de 2003

No pongo el disclaimer ese, porque todo el mundo sabe que CCS no es mío, sino de las Clamp, solo eso :P

- "diálogos"

·~-·~-·~-·~- Cambios de escenario

Recuerdos

- "Pensamientos"

Competición, juegos del destino

Capítulo 12: Batalla interior

¿Qué me prepara ahora el destino?

By: Kassy99

Lucha con todo tu VALOR

Enfréntate a tu DESTINO

Solo juega para GANAR

Y sigue hasta alcanzar el final

En la batalla no habrá PIEDAD

Así que guíate por tu instinto

Que solo hallarás en el CORAZÓN

Porque la VERDAD la encontraras

En el JUEGO que el destino te preparó

Así que: ¡Qué gane el MEJOR!

- "Deseo desaparecer y morir, deseo morir y que mi alma desaparezca, deseo no volver jamás a ver este mundo que tanto me atormenta"

La gente de la sala de espera había aumentado en cuestión de minutos. Después de la llamada de Shaoran a su prima, esta se llevó a Eriol y a Tomoyo, prácticamente arrastrándoles, al hospital. Los dos no supieron la razón de tanta alteración por parte de la joven hasta que llegaron al mismo hospital y allí, tras un gran alboroto creado por Meiling, Shaoran les explicó los sucesos de esa noche, pero dejando ciertas cosas en secreto.

Los padres de Sagara no podían sentir más que desesperación y frustración. Aunque Hua no era su hija de sangre nunca la habían visto ni tratado como a una extraña sino como a su propia hija. La habían criado y educado como a su propia hija pero en el momento en que su matrimonio empezó a derrumbarse su niña empezó a cambiar y transformarse en un ser encerrado en sí mismo, cada día más y más encerrada en sí misma, hasta el punto de no volver a ser la misma de antes. Una chica callada, introvertida, soberbia y reservada, buena estudiante y muy aplicada en los deportes, una niña con un expediente académico perfecto pero... sus ojos... ya no eran los ojos de una niña, sino de un adulto sin vida.

- "Desaparecer de este mundo y no volver a ver esos rostros que me persiguen, esa gente que no conozco y que no para de venir a mi. Quiero desaparecer, quiero ser libre de estas cadenas que me atan a esta vida, que me encadenan a esta tortura"

Taraka estaba sentado junto a su novia. Miaka no se separó ni un momento de él, le sostuvo la mano con fuerza y le apoyó en todo momento, aunque no lo hacía solo por él, sino por ella también, conocía a Hua desde hacia algún tiempo y sabía que era una buena chica. Aún recordaba como la conoció y lo que en ese momento pasó.

Las calles de Nueva York, llenas de gente, polución, criminales e inseguridad. La gente caminaba mezclándose unos con otros sin distinción de raza, sexo o credo, todos caminaban absortos en sus problemas, cada uno pendiente de como debía seguir con su vida, sin importarle la de los demás. Una mujer de cabellos oscuros, cortos, a la altura del cuello y ojos marrones oscuros caminaba entre ellos, vestía con traje de falda y llevaba un gran portafolios colgando de su brazo. La joven caminó entre esas personas intentando salir a la carretera y pedir un taxi pero alguien la empujó y la tiró al suelo tirándole sus materiales.

- "¡Ah! ¡Dios mío!"- La joven empezó a recoger las cosas con rapidez hasta que el último papel que le quedaba por coger flotó delante de ella, la mujer levantó la cabeza y vio ante ella a una chica, era una adolescente y además era asiática, la joven cogió el papel y se lo agradeció. Una persona que se había separado de su ritmo de vida para ayudarla, una persona de buen corazón sin duda- "Gracias"- La joven solo sonrió- "Disculpa tengo mucha..."- La joven se separó de ella y se despidió con la mano sin más que decir, Miaka se quedó parada en la calle hasta que miró el reloj y descubrió que ya llegaba con 10 minutos de retraso. Salió de la acera a llamar un taxi y después de cinco minutos paró uno, entró le indicó una dirección y el taxista se apresuró a llegar, por orden de su pasajera. Al cabo de 15 minutos llegó delante de un edificio, donde pagó al taxista y entró para subir a la planta 23. Cuando llegó al piso salió corriendo del ascensor y entro a unas oficinas, donde la recepcionista la recibió con una sonrisa- "¿Llevo muy tarde Amanda?"- Preguntó a la recepcionista.

- "No, para lo que sueles tardar se puede decir que no tanto"- La chica la sacó la lengua de forma infantil- "Será mejor que entres, la jefa lleva esperándote cerca de..."- La mujer miró su reloj de pulsera- "... 37 minutos exactamente"- La recepcionista señaló a un lado y allí se encontró con una mujer con los brazos cruzados.

- "Llegas tarde Hasashi"- La joven hizo una reverencia y se disculpó.

- "Siento mucho la tardanza señora Takano"- La mujer le hizo un gesto y entraron a un despacho.

El lugar de trabajo era una gran casa de diseño. Los diseños de la señora Takano eran mundialmente famosos y de gran renombre. La casa Belle Femme era una de las más prestigiosas y Miaka fue aceptada como ayudante en practicas de la gran diseñadora, estaba estudiando la carrera de diseño y su padre había conseguido que la gran Feng Lian Takano fuera su maestra. La señora Takano era muy exigente con ella pero la había aceptado porque vio que la joven tenía talento para el negocio y también... grandes sueños.

Ese día como muchos otros, fue ajetreado y lleno de prisas y agobios para sacar la línea de Primavera-Verano del año que viene, andaban atrasados en algunos diseños, aún faltaba concertar citas con las modelos del desfile y aclarar las telas a utilizar para los diseños. El día había pasado rápido y ya era hora de comer y la gente salía del edificio, como norma general Miaka se quedaba la última, era bastante trabajadora y muy aplicada, ya que su objetivo era ser una diseñadora tan buena o mejor que la señora Takano. Ese día después de quedarse unos minutos más como era habitual en ella, conoció a alguien especial. Al salir del edificio se despidió del guarda de la puerta y se giró a su derecha para ir a comer al restaurante de siempre, solo que ese día comería sola ya que Taka tenía unos asuntos que atender en la universidad, algo relacionado con una competición de fútbol. Miaka conoció a Takara un día que fue al apartamento de su mentora. Allí se conocieron los dos y pese a que al principio ninguno de los dos notó la existencia del otro, poco a poco fueron relacionándose hasta cultivar una relación que perduraba hasta el momento.

La joven caminó hasta el restaurante sin notar que alguien detrás de ella la seguía. Miaka entró al lugar y uno de los camareros la ofreció la mesa de siempre. Era su restaurante favorito porque ese fue el lugar donde tuvo su primera cita con Taka. El camarero volvió con una carta de los platos y se volvió a marchar. Miaka levantó la carta y miró con detenimiento los platos, no era una mujer de gustos fijos y le gustaba catar casi todo lo que fuera nuevo o aún no había probado. Después de decidir que iba a tomar bajó la carta y delante de ella vio a una joven muchacha.

- "Hola"- Saludó la joven con naturalidad.

- "Hola..."- La mujer se quedó mirándola por un instante y después la preguntó- "¿Te conozco?"- Reflexionó por un momento y entonces recordó lo que le sucedió esa mañana- "¡Oh! Tú eres la chica de esta mañana... la que me ayudó"- Dijo con algo de sorpresa.

- "Sí, mucho gusto en conocerla señorita Hasashi"- Dobló un poco la espalda y la saludó, la joven hizo lo mismo.

- "No quiero parecer descortés... ¿pero nos conocíamos de antes?"- La chica la sonrió.

- "No, no me conoce, pero yo a usted si la conozco, la he seguido hasta aquí"- Con esas palabras empezó a sentirse insegura, no era buen augurio que alguien la siguiera- " Fue fácil esperar a que saliera del edificio, esperarla fuera y seguirla hasta aquí. Es un lugar muy bonito"- Dijo mirando a su alrededor. La mujer no sabía si huir de allí o que pensar. ¿Estaría loca? en Nueva York uno no estaba nunca seguro de los maníacos...- "¡Oh! Perdóneme, no me he presentado... Me llamo Ying Tao Hua Sagara, sé que es un nombre muy largo, pero si le place puede llamarme Ying Tao"- La mujer se quedó helada, ¿dónde había escuchado antes ese nombre?

- "Encantada Ying Tao"- La chica suspiró al ver que la joven no parecía conocerla.

- "Lo sabía... no le ha hablado de mi"- Dijo con pesadumbre y haciendo una mueca infantil de enfado.

- "¿Quién?"- Le preguntó aún sin saber quien era.

- "Sabía que era malo pero no que fuera tan cruel"- En ese momento Miaka empezó a recordar que había visto a alguien con esos mismos colores de ojos en alguna parte.

- "Creo que te he visto en alguna parte"- Dijo aún sin recordar.

- "Entonces Taka nunca te ha hablado de mi"- A la mención de su novio se quedó pálida... no sería una ex novia ¿verdad? La aprendiz de Feng Lian se quedó mirando a la joven, era una adolescente, no podía ser una ex novia... Taka no era esa clase de hombre.

- "Eh... pues a decir verdad..."- No sabía que pensar de la chica. Parecía buena persona y bastante amigable pero...

- "Creo que me voy a deprimir..."- Dijo bajando la voz y la cabeza, la mujer inclinó su cuerpo preocupada para encontrarse que la chica estaba temblando. La tocó la mano y Hua levantó la cabeza con fuego en sus ojos y una mirada furiosa- "Ese maldito... mira que no presentarme a su novia y para colmo mantenerme en secreto que esta saliendo con una chica... Yo que creía que era de su confianza"- La mujer la miró con preocupación mientras sudaba- "Perdona... no quise asustarte, pero es que Taka no me ha dicho nada y siempre me lo cuenta todo, sino fuera porque intercepté unos e-mails de mi padre, que se lo ha dicho a él y a mi no, a mi. Su única hermana"- La mujer parpadeó un par de veces.

- "¿Hermana?"- Repitió introduciendo el dato en su cabeza.

- "Sí, hermana... lo sabía... no te lo ha dicho... no te ha hablado de mi"- Dijo apretando el puño de forma dramática mientras entrecerraba los ojos una vena se hinchaba en su frente.

- "No... es eso... si me ha hablado de su hermana, es decir, de ti. Pero siempre me habla de su bicho o su cosa como él suele llamarte. Además pensaba que eras una niña más pequeña... no sé, una chica de primaria"- Vio que unas llamas se encendían en los ojos de Hua mientras una gota caía por su cabeza.

- "Con que su bicho... y su cosa... con que sigue llamándome así. Una chica de primaria..."- La joven se levantó con un aura poderosa a su alrededor- "Perdóname tengo que matar a un hermano"- Pero antes de que dijera nada Miaka la había detenido y la había invitado a comer con ella. Cuando vio que la chica comía tranquila y pacíficamente dejó escapar un suspiro. La miró con disimulo mientras comía. Taka le había contado que su hermana era una chica muy temperamental y emocional, lo que llaman una persona de sangre caliente. Le había dicho que aunque parecía una niña muy mona y tranquila era todo un carácter cuando se enfadaba, ante eso dejó escapar otro suspiro. La verdad es que era una chica guapa, pero más que guapa era mona y graciosa, con un cierto aire infantil que la hacia adorable, te daban ganas de achucharla como a un peluche, algo que según Taka le irritaba mucho a su hermana, podía morderte si la llegabas a rozar una de sus mejillas. Taka siempre hablaba de su hermana como si fuera una niña pequeña, que si 'el bicho...' hacia tal cosa, que si 'la cosa...' hacia tal otra, siempre le dio la sensación de que hablaba de su hermana con mucho aprecio, pero como si ella fuera una niñita, jamás pensó que fuera una adolescente. De la señora Taraka no había oído nada, no le gustaba hablar de problemas personales, pero si recordaba una foto de una niña pequeña en su escritorio, por eso le sonaba su rostro.

- "Ying Tao..."- La chica levantó la vista de su plato y miró a la mujer- "¿Me podrías decir por qué no vives en Nueva York con Taka y la señora Feng Lian?"- La niña inclinó la cabeza hacia un lado graciosamente.

- "¿No te lo ha contado mi hermano?"- Dijo curiosa, Miaka negó con la cabeza- "Mis padres están divorciados, yo me quedé con papá y Taka se quedó con mamá. Mamá encontró un buen lugar para expandir su negocio de diseño en Nueva York y se mudó aquí. Papá es doctor y por líos de trabajo hemos estado mudándonos de un lado a otro hasta llegar aquí, pero antes vivíamos en Japón"- Dijo mientras seguía comiendo- "Mamá y Taka no saben que estamos aquí"- Añadió esto último mirando a la chica.

- "Entiendo"- Fueron las palabras de la joven. Siguieron comiendo hasta terminar con sus platos y esperar al postre.

- "Yo me comunico con mi hermano por e-mail, me escribe todos los días, pero hay veces que no puede, por asuntos de la uni. Pero lo que me molestó fuera que no me dijera que tenía novia"- Dijo esto entrecerrando la mirada y haciendo un puchero- "Me enteré espiando el correo de papá"- Miaka no pudo evitar dejar escapar una risita- "No te rías, de verdad... siempre que se trata de sus novias parece ser que se le olvida decírmelo"

- "¿Con sus novias?"- Le empezó a entrar curiosidad al salir esa palabra, 'novia'.

- "Ahí donde le ves, con su cara de pobre diablo, era todo un conquistador entre las chicas"- Dijo mientras traían el postre a su mesa- "Pero no le duraban mucho las chicas..."- Miaka se quedó mirándola con muchísima curiosidad- "Porque yo, personalmente, me encargaba de espantarlas"- Un extraño brillo se encendió en su mirada y por un momento Miaka sintió miedo de esa chica de inocente rostro.

- "¿De veras?"- Dijo sonriendo con nerviosismo.

- "Pero a ti no te haré nada"- La mujer no sabía si sentirse halagada u ofendida- "Si mi hermano se ha molestado tanto en ocultarme lo vuestro es que le debes importar de verdad"- Miaka se sonrojó repentinamente- "Sé que es egoísta de mi parte querer que la atención de mi hermano sea exclusivamente para mi y aunque a veces era toda una molestia... es mi hermano"- La mujer sonrió con ternura, así que había venido detrás de ella para saber como era la novia de su hermano, estaba preocupada por él, sin duda era una chica muy considerada.

- "No te preocupes, yo cuidaré de él y si alguna vez no te escribe avísame que yo ya se lo recordaré"- La chica la miró durante un tiempo para después mostrarle una sonrisa.

- "Me tengo que ir, si mi padre descubre que he estado vagando por Nueva York sola, me matará. Me dirá: '¿Cómo eres tan inconsciente de salir sola por la calle? ¡Una chica de tu edad, con tan solo 15 años y recién llegada!' Así que prefiero ahorrarme el sermoncito"- Miaka la miró incrédula.

- "¿15 años? No sé, me dio la impresión de que eras algo mayor. Y tú padre tiene razón en decirte eso, no deberías salir sola en esta ciudad"- La chica se levantó de la mesa y cogió su bolsa.

- "No hay que preocuparse, no estoy sola, tengo una especie de ángel de la guarda, además es de día"- La mujer no comprendió lo que quería decir con ello, pero no le dio mayor importancia- "Por favor no le digas a Taka que he venido siguiéndote y que he hablado contigo"- Le dijo con las dos manos unidas por las palmas.

- "No se lo diré, será nuestro secreto"- Sonrió divertida- "Espera..."- La mujer buscó en su bolso y sacó una libreta con un boli- "Toma mi dirección, mi teléfono y mi correo de e-mail, así cuando quieras algo, lo que sea puedes hablar conmigo"- La chica cogió el papel y su mirada se volvió como la de un diablillo travieso.

- "Jejeje..."- Se rió para ella misma- "Gracias... creo que me será de ayuda..."- La chica se guardó el papel y se despidió- "Gracias por la comida y por no decirle nada a Taka, ha sido un placer conocerte, espero volver a verte"- La chica se despidió con efusividad y salió del restaurante corriendo. Después de ese encuentro se hicieron grandes amigas. Hua la preguntaba de vez en cuando por su relación con Taka, con lo que descubrió una forma de molestar a su hermano. Hua le mandaba indirectas por e-mail que a veces le molestaban y hacía que el joven se preguntara si su hermana era vidente o algo similar. Miaka se reía cuando veía su entrecejo fruncido mientras pensaba en el e-mail que había recibido ese día de su hermanita. Era tan gracioso hacerle rabiar. Después de casi un año en la ciudad la pequeña se había mudado de nuevo, no la veía muy a menudo pero descubrió que ella tanto como su hermano y la señora Feng Lian, ocultaban algo, había ocasiones que sus miradas se oscurecían y entristecían, era un tema tabú, imposible de mencionar. Un secreto que nadie quería mencionar y recordar.

Las dos entablaron una amistad y compartieron una afición, picar a Taka. Entre las dos se juntaron para compincharse, pero aunque lo hicieran, Hua no podía verle la cara a su hermano. Nunca supo la razón pero había veces que sentía que Hua no era feliz... parecía triste, muy triste, como si cargara con una gran melancolía.

Al cabo de varias horas de angustiosa espera apareció un doctor acompañado de una enfermera, los dos hablaron de algo y el hombre fue guiado por la enfermera hacia la sala de espera donde todos esperaban impacientes por noticias. El señor Sagara se acercó al hombre y los dos estrecharon manos como compañeros que eran.

- "Yushui..."

- "Sishou"- Los demás quedaron detrás del padre de Hua esperando alguna palabra del doctor.

- "Voy a ser sincero Yushui... tú hija está muy grave, apenas entiendo como se ha hecho esas heridas y menos aún como ha podido sobrevivir a ellas. Tiene contusiones de todas clases, cortes muy profundos, algún órgano dañado y aún así sigue viva... ahora está en cuidados intensivos, debemos esperar 24 horas antes de poder decir nada, de momento se encuentra estable"- El doctor puso su mano en su hombro y le ofreció una sonrisa de apoyo- "Tú hija es fuerte..."- El señor Sagara le miró y no vio nada inspirador en sus ojos, no vio gran esperanza por su hija.

- "Gracias"- Dijo agradecido por su esfuerzo aún a pesar de la poca esperanza que el mismo doctor tenía.

- "Será mejor que descansen, aquí no harán nada"- Los demás miraron al doctor y aceptaron esa instrucción.

Allí no serían de gran ayuda, aún así, el doctor se quedó en la sala de espera junto a su hijo, las mujeres se marcharon con los demás jóvenes, por orden de los hombres. Shaoran se marchó en el coche de Touya junto con su prima y Tomoyo, Eriol acompañó a las otras dos mujeres a la casa de la señora Feng Lian y la profesora simplemente desapareció, en un momento que nadie se había fijado en ella. Cuando Shaoran llegó al campus marchó directamente a su habitación sin decir ninguna palabra. No podía decir palabra alguna, se encontraba extrañamente callado y pensativo. Lo primero que hizo fue tumbarse en su cama, sentía su cuerpo cansado, de alguna manera era como si estuviera enormemente fatigado. Se hundió sobre la cama con los ojos abiertos pero permaneció despierto, no sabía el motivo que le mantenía despierto pero olvidó todo cuando sintió un dolor en sus brazos y en sus piernas. Sin más que esperar se levantó y de un movimiento se quitó la parte de arriba de sus ropas y vio unas extrañas heridas ¿por qué eran extrañas? Porque se asimilaban a los moratones pero eran heridos rojas y finas como cortes, sin llegar a sangrar, ¿cómo llegó a hacerse esas heridas? De repente un dolor muy agudo en su costado le hizo debilitarse, se dejó caer sentado sobre la cama.

- "¿Qué es esto?"- Se preguntó desconcertado. Su vientre también tenía una herida, pero mucho mayor y más rojiza- "¿Qué me está pasando?"- Toda su alarma se evaporó al oír algo.

- "Duele... duele mucho... pero es tan apacible sentirse libre de deberes"- Era una voz femenina que le invadía la cabeza- "Estoy tan cansada... de esta misión... de esta vida..."- Shaoran cerró los ojos y se dejó llevar por esa voz. Era un sentimiento tan grande de tristeza el que sentía... tan doloroso...- "Ya no lo soporto... ya no puedo seguir... necesito descansar... quiero descansar..."- Sin saber como el joven se encontró de repente en un lugar totalmente oscuro, sus ojos miraban a los lados viendo el nuevo lugar en el que se encontraba. No era su cuarto, eso era cierto. El guerrero deambuló por ese desolado lugar para llegar a un punto donde pudo ver una luz muy lejana.

- "¿Qué será esa luz?"- El joven se acercó a ella, pero parecía hacerse más pequeña por momentos... en un momento dado pudo ver un cuerpo inerte en el suelo. Corrió a su lado y vio que la joven que se hallaba en el suelo era Sagara- "¿Sagara? Despierta"- La mujer abrió los ojos con pesadez y vio ante sí el rostro del chino.

- "¿Li?"- Preguntó débilmente.

- "Sí... ¿Qué es este lugar?"- Preguntó aún mirando a su alrededor- "¿Qué haces aquí? Mejor dicho... ¿qué hacemos aquí?"- La mujer apoyó sus manos en su brazo sobre la camisa y sus lágrimas empezaron a caer.

- "Gracias..."- Murmuraba entre sollozos, Shaoran no comprendía nada en absoluto, ¿qué significaba todo aquello?

- "Sagara... tranquilízate"- El chino se sentó en el suelo y cogió el cuerpo de la chica sin saber que otra cosa podía hacer.

- "Gracias..."- Seguía murmurando- "Pensaba... pensaba que iba a quedarme sola"- La chica se aferró con más fuerza y Shaoran se quedó tan impresionado por la delicadeza de sus actos y su fragilidad, jamás había pensado que fuera tan... delicada... tan... pequeña entre sus brazos.

- "No te preocupes... yo estoy aquí"- La mujer siguió llorando hasta calmarse, cuando sus lágrimas se detuvieron, levantó la cabeza y se sonrojó.

- "Lo siento... no debí actuar de una forma tan... infantil"- Shaoran la miró y vio como sus ojos verdes parecían más claros de lo normal.

- "Si te sientes con ganas de llorar... llora, no te reprimas... no te guardes lo que sientes... no hace falta que siempre seas fuerte... no hace falta que hagas todas las cosas sola, siempre puedes pedir ayuda"- Dijo acariciando su rostro. Hua cogió su mano y la apartó sin desviar su mirada de los ojos de ese hombre.

- "No lo entiendes... debo ser fuerte, debo ser fuerte para cazar las Cards, para enfrentarme a los demás equipos de fútbol... para verle la cara a mis padres sin reclamarles ni llorar"- Dijo con una triste sonrisa- "Debo ser fuerte para no sentir tanto dolor, debo ser fuerte para no mostrar realmente lo débil que soy"- Shaoran no dejó la mano de ella, la apretó con fuerza.

- "Eres... como alguien que conozco... siempre preocupándose por los demás antes de sus propios sentimientos... siempre siendo tan amable y dulce... aunque tú no eres así con los demás, si te preocupas por ellos, te preocupas por ellos y a su vez te alejas para que no te hagan daño... ¿por qué?"- Dijo con tono preocupado.

- "Porque... porque es mejor estar sola... es mejor estar sola que dejar que te hagan daño... dejar que te mientan y que te engañen, es mejor sentir la soledad que el dolor que los demás te causan"- La soledad... un sentimiento que Li también conocía muy a fondo. Siempre le trataron de forma especial, estaba rodeado de amigos y familia pero... se sentía tan vacío, su madre era distante, sus hermanas vivían sus vidas, sus amigos se acercaban a él por ser el más destacado, sí, estaba rodeado de personas, pero se sentía igual de solo que Sagara.

- "Sé lo que sientes... pero esa no es excusa para huir y hacer sufrir a tanta gente"- La chica le miró y por un momento le pareció recordar algo.

- "¿Huir? Huir... creo que..."- Shaoran vio como la joven Cazadora pensaba en esa palabra... como si fuera familiar- "¿Pero eso no es lo que hacen todos? Mis padres huyeron para no afrontar las dificultades de su matrimonio... mi hermano huyó de mi porque no quería afrontar la carga de cuidar de una niña pequeña... Alexander huye siempre de una relación formal... y tú... huyes de un fantasma"- Dijo perdiéndose en su mirada marrón- "Huyes de un fantasma y del pasado que trae con él"- El chico estrechó su mirada y habló con aspereza.

- "¿Qué sabes de eso?"- La mujer se alejó de él y se sentó.

- "Por como la miraste a ella, por como la viste ese día en el Corner, tú mirada se iluminó con solo verla, un fantasma del pasado"- Shaoran quedó sin palabras... ¿qué era lo que estaba sucediendo?

- "¿Cómo...? ¿Por qué la llamas fantasma?"- La chica bajó la mirada.

- "Ella era la antigua dueña de las Cards que ahora poseo yo. Ella murió en un accidente hace años. Ella vivió en la casa que mi padre compró cuando nos mudamos a Tomoeda. ¿Casualidad o... el destino?"- El asombro de Shaoran era inmenso... ¿vivía en la casa de Sakura?

- "¿Cómo puede ser todo eso que me dices? Que poseas las cards, que fueras a vivir en la casa de Sakura"- La chica se agarró la cabeza y empezó a mecerse sola.

- "Fue todo por culpa de un libro en la biblioteca de mi madre... era un libro extraño... se le había olvidado el libro, lo cogí y de allí salieron sus guardianes... de allí salieron diciéndome que yo era la escogida para prevenir al mundo del mayor mal conocido por el hombre. Me dijeron que podía escoger, pero como escoger cuando la opción que te dan es salvar el mundo o dejar que se destruya... Fui fuerte, fui fuerte y afronté la caza, atrapé esas cards que despertaron a la misma vez que abrí el libro. Yo provoqué que esas cards de maldad se esparcieran al abrir el libro, al abrir el libro que las tenía que cazar, abrí el libro que las sellaba"- Shaoran la cogió de los brazos intentando que dejara de mecerse.

- "Pero... ¿cómo cazaste las cards?"- La chica temblaba mientras él la sujetaba.

- "Un libro rosa... un libro rosa apareció delante de mi, un libro rosa con la palabra Sakura en su portada"- La chica se encogió más en sí misma.

- "¿Y qué más?"- Preguntó muy interesado, con urgencia y nerviosismo.

- "Sky selló a sus guardianes, Sky me proporcionó el poder de las cards... me dijo que podía usar las cards porque había sellado sus guardianes... me dijo que todo saldría bien... me dijo que solo podía enfrentarme a ellos con el poder de esas cards"- Se estaba desmoronando lentamente en el desconsuelo.

- "Pero... ¿cómo llegó a tus manos?"- Shaoran la seguía presionando con preguntas.

- "No lo sé... no lo sé... no lo sé... no lo sé... no lo sé..."- Repetía una y otra vez sin parar.

- "Sagara... cálmate... no te preocupes..."- Dijo a la vez que la chica se hundía cada vez más en un oscuro pozo en el interior de su corazón.

- "No lo sé... no sé nada... no sé nada... así que... no me abandonéis... por favor... no me dejéis, seré buena, seré una buena niña"- Decía bajando su cuerpo hasta tocar el suelo con la frente y quedar tendida sobre él. Shaoran intentó levantarla pero fue inútil. Ahora no se encontraba con él si no enfrentando sus propios miedos, tanto de su pasado como de su presente.

- "Sagara... no te voy a dejar... cálmate..."- Era extraño pero parecía que la oscuridad estaba rodeándolos cada vez más, parecía que empezaba a oscurecerse su visión- "Sagara... tus padres están preocupados por ti... no puedes dejarles... está tu hermano... tus amigos... tus guardianas... no estás sola, no lo estás"- La chica levantó la vista y su mirada era la de una desesperada.

- "Sí lo estoy... siempre lo he estado... siempre sola... sola... por eso ocurrió todo esto, por eso el destino me preparó este camino... morir en soledad... siempre sola... desde que nací hasta morir... siempre sola... eternamente sola..."- Shaoran la cogió de su rostro y la miró con fiereza para después hundir sus labios en un beso. La mujer sintió como un cosquilleo la invadía el cuerpo. No sabía porque pero se sentía tan bien al sentir esos labios sobre los suyos. Era como una armonía que sonaba desde los principios de los tiempos... una armonía tranquilizadora... una dulce armonía que era tocaba por el mejor de los artistas, un artista que enseñaba el único arte que podía convertirse en pecado. La mujer correspondió el beso con la misma fuerza y pudo sentir como un sentimiento la invadía, un sentimiento de excitación de hacer algo que... era incorrecto ante los ojos humanos, pero tan correcto en sus corazones. Los dos se separaron y ella le vio con una mirada perdida, tan perdida como la de él.

- "Yo..."- Shaoran no tenía palabras que alcanzaran a salir de su garganta. La mujer levantó su mano y con sus dedos recorrió su rostro, cada centímetro, cada línea que conformaba la expresión de su rostro. Cada línea que le hacía ser como era, único en el mundo. Sagara pudo ver sus labios, palpitantes y rojizos, llenos de un dulce sabor amargo. La chica le sonrió y fue entonces cuando se empezaron a separar, era como si algo los separara- "¿Qué ocurre?"

- "Este es mi mundo... esta es mi pesadilla y tú no eres un sueño o una pesadilla, solo eres un inalcanzable. Algo que no puede ser, no será, deberías de haber aprendido eso"- Shaoran vio como una extraña sombra detrás de la chica se acercaba a ella, la chica se giró y vio que llevaba en sus manos una guadaña- "¿Has venido a llevarme contigo?"- La sombra levantó la guadaña y eso fue lo último que Shaoran Li pudo alcanzar a ver, ya que abrió los ojos viendo el techo de su habitación. Su corazón latía con fuerza pero por lo demás se encontraba bien. Miró al exterior de su ventana y vio la luz del día brillar hacia el interior. Sin su camisa y solo vestido de pantalones vio que su cuerpo no tenía ninguna marca.

- "Una pesadilla"- Dijo dejando ir un suspiro de desahogo- "Solo una pesadilla"- Se cubrió el rostro con las dos manos. Miró su reloj pero los golpes en la puerta hicieron desviar su atención. Shaoran cogió una camisa y se la puso para abrir la puerta.

- "¿Pero que pasa contigo Li?"- Dijo Hui entrando enfurecido sin antes el permiso del dueño del cuarto- "Hace días que no te presentas a los partidos... ¡Por dios eres el capitán!"- Shaoran cerró la puerta después de que entrara y se dirigió al baño cansado y agotado. Se refrescó la cara mientras Hui seguía regañándole.

- "He estado ocupado"- Hui le vio salir y su capitán solo pasó de largo hacia el armario.

- "Llevas días sin aparecer en el campo... hemos tenido que jugar sin ti, los chicos piensan que ya no eres digno de seguir siendo el capitán"- Shaoran se quitó la ropa para ponerse otra- "Esa chica lleva hospitalizada casi una semana, lo cual no tiene sentido dado que ella no tiene ningún vínculo contigo"- Vínculo... desde que Sagara había sido hospitalizada había tenido un sueño, el mismo noche tras noche. Después del primero, tenía el sueño de que él llegaba a su habitación, exhausto de aquel día de lucha contra la card y se tumbaba en la cama, tenía unas marcas en el cuerpo y de repente se despertaba, al ver como una guadaña caía sobre ella. Se repetían esos sueños, que eran tan reales pero a la vez tan lejanos de la realidad.

- "Pues si creéis que debéis destituirme de mi puesto considero que tenéis todo el derecho de hacerlo"- Shaoran se dirigió a su escritorio y cogió varias cosas de él.

- "¿Cómo has podido cambiar tanto? Creía que esta competición era muy importante, no solo eres tú, el capitán del equipo de los Halcones también tiene un extraño comportamiento y tu prima Meiling... y que decir del entrenador del equipo americano... en serio... ¿qué importancia tiene esa chica?"- Shaoran no se dignó a mirarle en ningún momento- "E incluso... mi hermana está sufriendo las consecuencias de tus actos... deberías pensar mejor en los demás y no ser tan egoísta Li"- Shaoran se dio la vuelta antes de abrir la puerta y le miró con un ceño en su rostro.

- "Hay cosas que no puedes entender Hui, pero solo te diré que por primera vez en mi vida me estoy dando el lujo de ser egoísta como tú dices. De ser egoísta y cumplir con un deber, tengo obligaciones más importantes que una competición, algo más allá que un simple juego"- Y dicho esto se marchó dejando la puerta abierta- "Cierra cuando salgas"- El joven Hui se quedó parado indignado y molesto con esa actitud de Shaoran.

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Casi una semana y el pequeño cuerpo de la joven seguía sin moverse. Cuidada por el funcionamiento de unas máquinas, seguía inconsciente y aún con peligro de que su corazón se detuviera en cualquier instante y que en ese momento su vida terminara, así... tan fácilmente como había sido creada. La madre de Hua se encontraba a su lado, cuidando de que a su hija no le faltase nada. Era tan triste ver como la mujer esperaba a que su hija se levantara y la abrazara, estaba cansada pero no dejaba que nadie la dijera que descansara porque no quería apartarse de su hija, no volvería a dejarla sola, no otra vez, esta vez no la fallaría, esta vez haría lo que debía haber hecho desde un principio... cuidar de su hija.

- "Deberías de descansar A Feng"- Dijo un hombre de bata blanca entrando en el cuarto.

- "No dejaré que la apartes de mi de nuevo, Yushui"- Contestó ella aceptando una taza de café que el hombre le había ofrecido, pero siempre en actitud hostil.

- "Yo no fui quien te apartó de ella, fuiste tú misma la que huyó... la abandonaste... nos abandonaste"- La mujer dejó la taza sobre sus manos que quedaron apoyadas en su regazo.

- "No la abandoné... solamente... no podía mirarla a la cara sin sentir vergüenza... no podía mirarla después de que descubriese la verdad..."- Dijo apretando los dedos en la vaso de papel.

- "No es vergonzoso ser padres de Hua... no es vergonzoso ser padres de una niña tan buena y dulce como lo es Hua. Ella no merecía lo que le hiciste, incluso apartaste a Taka de su hermana, cuando sabes lo unidos que estaban los dos. Hua cambió, cambió de tal manera que se convirtió en una niña distante y solitaria... jamás pude volver a hacerla sonreír como cuando era pequeña"- La mujer le miró con una profunda desolación en sus ojos- "Que me dejaras de amar no significa que dejarás de amar a nuestra hija, porque es nuestra hija"- La mujer apartó la mirada. El hombre se acercó a la cama de la joven y vio su rostro pálido y sus ojos cerrados mientras las máquinas la mantenían convida. Después de haber pasado las 24 horas de alerta los doctores habían declarado el estado de coma, por suerte su cerebro no había sufrido daños y no había entrado en una muerta cerebral, lo que hubiera significado la perdida absoluta de su hija. Pero en cambio... a medida que seguía callada y durmiente sobre esa cama, las esperanzas de que se levantaran eran más y más pequeñas y alejadas. En ese momento entraron cuatro personas más a la habitación. Los padres de la joven vieron a las personas que llegaron.

- "Buenos días"- Saludó la profesora francesa. Los padres saludaron con un movimiento de cabeza- "Doctor Sagara una enfermera le estaba buscando fuera"

- "Gracias Sofie"- El hombre salió del cuarto dejando a su ex esposa con los otros 4 visitantes.

- "Señora Takano debería de tomar algo, yo la acompaño a la cafetería a que desayune algo"- Dijo Tomoyo con una sonrisa. La mujer miró a los otros tres algo insegura- "No se preocupe, ellos la cuidaran bien, venga"- Daidouji se acercó a la mujer y la empujó con delicadeza fuera del cuarto.

- "Llámenme si pasa cualquier cosa"- Dijo la mujer aún insegura de dejar el cuarto. Los otros tres cabecearon de acuerdo a lo que la diseñadora dijo. Fuera los intrusos, salió del bolso de la profesora un peluche blanco. Que se acercó a la joven en coma.

- "Ama..."- Los otros dos, se sentaron en unos sillones. Eriol y Shaoran permanecieron en silencio hasta que la mujer habló.

- "Sé que ahora deberéis tener muchas preguntas que hacernos..."- La mujer se acercó a un lado de la cama mirando a la joven.

- "La verdad es que sí, hay muchas incógnitas alrededor de ella"- Contestó Eriol ya que Shaoran parecía muy sumido en sus pensamientos.

- "Preguntad lo que necesitéis saber"- La mujer dio una vuelta a la cama y miró a la calle. Esperando a sus preguntas.

- "¿Cuál es la misión de la Cazadora?"- Preguntó Shaoran atento ahora a todo lo que se iba a decir.

- "La misión de la Cazadora es recolectar todas las cards oscuras que hay y sellarlas en el libro"- Contestó la pequeña felina.

- "¿En el libro de donde proceden?"- Preguntó Eriol.

- "No, en el libro en el cual nosotras fuimos selladas. Es un libro con un solo objetivo... cerrar y sellar el poder de las cards eternamente... para eso lo creó nuestra creadora"- Siguió contestando la felina.

- "¿Vuestra creadora? Si creó ese libro es que sabía como sellar las cards... entonces... ¿por qué no los selló ella?"- Preguntó ahora Shaoran.

- "Ella cerró las cards en su libro de procedencia ya que fue lo último que consiguió hacer antes de morir. Esas cards han existido desde los primeros tiempos de la existencia humana... Un libro creado por los dioses para controlar y aumentar sus poderes, pero su poder era tan grande y devastador que tuvieron que sellarlo en un libro, custodiado por uno de ellos"- Dijo la profesora mirando al exterior.

- "Pero si estaba custodiado..."- Fue entonces que Shaoran lo recordó, fue entonces cuando recordó- "La guardiana que mi antepasado conoció..."- Eriol miró a Shaoran.

- "Exacto... era una semidiosa... hija de una diosa y un humano, fue castigada por los dioses a la eterna protección del libro... un castigo por haber nacido siendo la bastarda de un humano y una diosa... Castigada y juzgada desde su nacimiento creció encerrada en un templo sagrado, escondido e inalcanzable que estaba protegido en su exterior por unos animales sagrados"- Relató la mujer sin mirar a los dos hombres.

- "¿Eso está descrito en el diario de Long Lei?"- Preguntó Eriol.

- "Sí, pero según he leído... esa semidiosa dejó su puesto y dejó las cards guardadas en el templo"- La felina levantó la mirada y sus ojos se oscurecieron.

- "Fue por ello que las cards pudieron aprovechar para liberarse, al no tener el poder de su guardiana para someterlas podían escapar con mayor facilidad. Pero..."- La gatita se detuvo un momento para después continuar con un tono más sombrío- "... después de liberarse de su prisión tenían que buscar a alguien... a un ser humano dispuesto a entregarse a su poder y dejarse tomar por ellas..."- Los dos hombres quedaron pensativos y Eriol fue quien prosiguió.

- "Necesitaban a alguien que les sirviera para contener el poder de las cards. Una persona dispuesta a crear un caos en el mundo a cambio de poder ser el recipiente que transmitiera el poder de las cards"- La felina levantó la mirada y sonrió con frialdad.

- "Correcto. Por sí solas no pueden causar ningún daño, después de todo fueron creadas por los dioses para que ellos las controlaran. Al ver los dioses que esas cards podían causar tales desastres y dominar a quienes las controlaban decidieron sellarlas. Cuando se liberaron tenían la necesidad de encontrar a alguien en sustitución de esos dioses que en el pasado las controlaban. Pero las cards no buscaban humanos cualesquiera, necesitaban hechiceros, ya que un humano no podría soportar su poder y moriría en el intento. Pero... tampoco se conformaban con hechiceros cualesquiera, necesitaban hechiceros con una voluntad fuerte, pero débil a las tentaciones. Alguien que sea tan fuerte de corazón una vez que lo tomen que le sea imposible deshacerse de su influencia y creednos... no hay muchas personas así en esta vida"- El asunto se ponía cada vez más feo... si era ese el poder de las cards, entonces tenían que buscar un hechicero en el campus, alguien debía de estar controlándolas, pero ese alguien debía ser especial.

- "¿Y habéis averiguado quién es?"- Preguntó Eriol.

- "No y la verdad nos interesa muy poco"- Dijo la profesora viendo como ambulancias llegaban y salían del hospital.

- "¿No os importa?"- Repitió Shaoran sin entender esa actitud.

- "Solo tenemos una misión, capturar las cards. Quién este detrás de todo no es asunto nuestro, sabemos que es un ser peligroso, pero si capturamos todas las cards ya no habrá porque preocuparse, después de todo sin su poder no es nada"- Dijo la felina en lugar de la profesora.

- "¿No soy muy frívolas en este asunto? No tenéis en cuenta los perjudicados que saldrán si algo sale mal. Hasta el momento la gente que ha estado bajo el efecto de las cards ha salido bien parada, pero... ¿y si falla algo?"- Reclamó Shaoran molesto por esa actitud.

- "No importan los medios mientras se consigan resultados... eso fue lo que aprendimos... y eso será lo que seguiremos"- Dijo la profesora.

- "Vuestra creadora fue una persona muy fría, si es eso lo que os enseñó"- Dijo Eriol seriamente.

- "Te equivocas reencarnación de Clow"- Respondió la felina, para asombro de los dos hombres. Sabían muchas cosas, demasiadas- "Nuestra ama y creadora, nos creó por un solo motivo, proteger. Nos contó que había visto el futuro y que el de ella llegaba a ser bastante efímero. Nos dijo detalles del futuro, nos dijo cosas que debíamos hacer para derrotar esas cards porque sabía que ella mismo no llegaría a derrotarlas. Solo pudo demorar lo inevitable para que la elegida terminara lo que ella debió hacer"- La felina se detuvo para acercarse a los dos hechiceros- "Era una persona de buen corazón y muy ingenua, creía que las cosas saldrían bien, aún conociendo la realidad. Ella nos enseñó, pero nosotras aprendimos de lo que vimos y creednos cuando os decimos que aprendimos muy bien. Los fallos que ella cometió no los cometerá Hua, los errores que ella cometió los resolverá Hua porque son distintas. Hua es una buena chica y sabe lo importante que es su misión. Ella cumplirá pase lo que tenga que pasar"- Dijo confiando en sus propias palabras.

- "¿Y eso implica no contar con lo que siente ella?"- Preguntó Shaoran- "La obligasteis a realizar algo que ella no supo entender al principio. Tuvisteis que enseñar a alguien que no conocía la magia a utilizarla, aunque posea poderes, no sabía que los tenía y tuvisteis que obligarla a aprender. No contasteis si ella sería lo bastante fuerte para afrontar la presión de esta misión, simplemente la obligasteis a seguir pese a sus dudas, miedos y temores... la obligasteis a aprender a ser una persona diferente"- Alegó con gran fuerza en sus palabras.

- "Te equivocas Li. Ella lo quiso así, así que si no sabes lo que dices, será mejor que calles. Ella lo pensó y accedió de buena gana, a cambio de que la ayudáramos a ser alguien fuerte, alguien que afrontara todo lo que pudiera dañarla"- Dijo la felina a la acusación de Li.

- "La convertisteis en un ser solitario, en una persona sin voluntad que perseguía el simple objetivo de que alguien la aceptara"- Dijo Eriol con un tono excesivamente serio para su carácter- "El doctor Sagara me contó el comportamiento de Sagara, me contó la razón de porque es tan reservada y fría"- La actitud del inglés parecía diferente a la de un joven, hablaba con madurez y serenidad- "Tal vez su vida, en estos días, no sea tan diferente de la de muchas otras personas, después de todo los divorcios son muy comunes hoy en día. Pero hubo circunstancias que hicieron que ella se hiciera responsable del divorcio de sus padres, la separación de su hermano y el desencadenamiento de un mal que ella misma no conocía. Esa presión la obligó a convertirse en quien es ahora. La habéis protegido... pero... solo su cuerpo... ¿qué pasa con su alma?"- La felina retrocedió unos centímetros, con una expresión entre asombrada e indignada.

- "Tal vez parezcamos duras y frías pero... nos preocupamos por ella y de la experiencia hemos aprendido a como evitar esos errores"- Intervino la profesora dándose la vuelta.

- "Pero hay destinos que no se pueden cambiar por mucho que intentes cambiar a la persona que lo camina, cambiar a quien lo camina, no cambiara el camino a recorrer, simplemente hará que la decisión que tome al final pueda ser diferente, nada más"- Todos miraron al joven chino con seriedad.

- "Puede ser..."- Dijo la felina con mirada desconfiada.

- "¿Y qué nos decís de las cards? ¿No son cards de Sakura?"- Preguntó Eriol.

- "Lo son"- Contestó de nuevo la felina- "Son las cards de Sakura Kinomoto, ya que no fueron creadas cards para la Cazadora, que pudieran enfrentarse a esas cards. Fuimos proporcionadas de unas esferas mágicas para sellarlas y una vara"- Shaoran estaba sorprendido, ¿sería que su sueño era certero en lo de las cards?

- "¿Y de dónde sacasteis el libro? ¿Sus guardianes no se despertaron?"- Preguntó Shaoran con urgencia.

- "A como conseguimos el libro, eso es un dato que no podemos facilitaros, en cuanto a lo de los guardianes, fue gracias a un hechizo que nos enseñó nuestra creadora, sabía lo de las cards y nos enseñó el hechizo para que no despertaran los guardianes cuando Hua abriera el libro"- Eriol quedó bastante sorprendido pues el fue el creador de las cards y por lo tanto el único que conocía un hechizo para sellar a los guardianes, a excepción de que la misma Sakura supiera uno, al ser la segunda ama, pero eso era imposible ya que en esa época aún no existía.

- "Así no os molestarían en vuestra misión"- Reflexionó en voz alta- "Pero... eso no explica como conseguisteis el hechizo para sellarlos, pues como sabéis yo soy la reencarnación de Clow, el hechicero que creó las cards y que por tanto, era el único que sabía como sellar a los guardianes"- Shaoran miró a las dos guardianas y ninguna de las dos se dignó a mirarles- "Vuestro silencio solo me indica que el anonimato de la persona que os proporcionó esa información es importante"- Los ojos de las dos se entrecerraron levemente con un sentimiento de incomodidad.

- "¿Y las cards oscuras solo se pueden sellar con esas esferas? ¿por si solas se podrían sellar?"- Las dos mujeres miraron con incredulidad y asombro al chino.

- "Eso es imposible, ninguna card se puede sellar sola, es totalmente imposible"- La felina se acercó a la maestra francesa y se sentó en su hombro- "Solo pueden sellarse con esas esferas... porque..."- La felina se detuvo y su compañera continuó.

- "Como ya sabéis nuestra creadora no pudo sellar las cards en el libro que creó, sabía que moriría, sabía lo que la ocurriría y lo preparó todo para el futuro"- Los hombres se miraron con extrañeza, ¿qué estaba diciendo?- "Antes de morir realizó varios hechizos y con uno de ellos consiguió dividir su alma en varias partes, las justas para su propósito. Las esferas que Hua utiliza para sellar las cards... son parte del alma de nuestra creadora, ya que ella fue su guardiana en vida, su poder es el único que puede contenerlas en su forma de carta"- ¿Así qué su espíritu no descansó en paz? Perduró en esas esferas, en posesión de sus guardianas hasta el día que tuviera que enfrentarse de nuevo a esas cards oscuras.

- "Realmente era una mujer esplendorosa vuestra ama, por no decir fuerte y..."- Shaoran le detuvo con un comentario.

- "¿... Por qué tantas molestias? ¿Por qué se tomó tantas molestias? Si sabía cual era su destino... ¿no quiso cambiarlo?"- Dijo en tono melancólico.

- "Ya nada pudo hacer, pues... había perdido una de las dos cosas que más le importaban"- Contestó la maestra mientras su puño se cerraba con una fuerza inusitada. En ese momento algo sintieron los presentes en el cuarto y todos quedaron parados mirándose, muy inquietos. La profesora se giró inmediatamente y descorrió las cortinas para ver como el cielo estaba cubierto de nubes negras, avisando la llegada de tormenta.

- "Las cards..."- Murmuró la gatita- "Maldita sea"- Las dos miraron a su ama y sus rostros se ensombrecieron de ira- "¿Cómo no lo pudimos sentir antes?"- Eriol y Shaoran quedaron aturdidos.

- "Son... tres... cuatro... no... cinco"- Las guardianas se miraron asustadas- "Esto no es bueno..."

- "¿Qué pasa?"- Preguntó Shaoran yendo a su lado.

- "Algo está pasando, son 5 cards a la vez... una medida tan desesperada no es una buena señal"- Dijo la maestra transformándose ya en ángel.

- "Y más aún cuando la Cazadora se encuentra bajo el influjo de ellas"- La felina extendió sus alas para transformarse- "Por eso no despierta... porque el poder de las cards la tienen dominada"- Eriol y Shaoran se miraron algo anonadados y giraron sus cabezas hacia el cuerpo tumbado en la cama.

- "Pero... ¿cómo puede haber sucedido? ¡Ya había sido tomada por una card!"- Dijo Shaoran sin poder creer lo que realmente estaba pasando.

- "Por eso te decimos que esto es preocupante, porque es totalmente fuera de lo esperado, ni siquiera nuestra creadora nos informó de que esto sucedería"- Gritó la felina en su tamaño original.

- "Es lógico"- Todos se giraron a mirar a Eriol- "El futuro es algo que no podemos leer con facilidad porque siempre existen distintas sendas que pueden tomar, un pequeño giro en algún acontecimiento puede haber cambiado lo que vuestra creadora os contó, no es posible predecir todo lo que puede suceder, eso es algo que ni el mejor de los hechiceros tiene en su poder"- Eriol hablaba con experiencia y sabiduría, pues él mismo sabía las consecuencias de dar predicciones ya que nunca podían ser exactas.

- "¿Entonces que podemos hacer?"- Preguntó el ángel en tono serio, sin el más mínimo atisbo de preocupación.

- "Buscar las cards"- Dijo la felina mirando con preocupación a su ama- "Aún no sabemos si su influjo es interino o externo"- Las dos guardianas se miraron y después miraron a los dos hechiceros.

- "Aún así..."- Murmuró Shaoran mirando preocupado a Eriol- "... si descubriéramos de qué cards se tratan y por donde atacan no podríamos sellarlas"- Todos se miraron con preocupación.

- "Entonces solo podemos hacer lo imposible por esperar a que ella despierte por sí misma"- Las palabras del ángel sonaron ásperas y sin más dilación y sin añadir ni una sola palabra más, salió por la ventana. El cielo ya estaba cubierto por sus nubes negras y pronto la lluvia volvería a caer sobre la ciudad.

- "Vosotros también tendréis que ayudarnos en esta búsqueda"- Los dos hombres se encontraban muy serios ante estos acontecimientos- "Cómo no podéis sentir la presencia de las cards como nosotras, os daré esto"- De la diadema que llevaba la gran gata había una joya de donde salió una esfera luminosa, la esfera que empleaba la Cazadora para sellar las cards- "Saca tu tablero chaval"- Shaoran miró de mala manera a la felina y esta no mostró síntoma de haberle visto. Shaoran invocó el tablero que en su niñez empleó para buscar las Clow cards y una luz se hizo. La felina introdujo la esfera en el centro del tablero donde se encontraba su esfera oscura y se fundieron. La felina se dispuso a marchar detrás de la otra guardiana, pero no sin antes añadir una cosa más- "Esto os ayudará a buscarlas pero será mejor que no hagáis nada que no esté en vuestras manos"- Shaoran y Eriol vieron como la felina volaba desde la ventana a lo desconocido, en ese momento llegaron Tomoyo y la madre de Hua.

- "¿Ya se ha marchado Sofie?"- Preguntó la madre de Hua. Eriol y Shaoran se dispusieron a salir.

- "Sí, tenía asuntos que atender y nosotros también, si nos disculpa"- Tomoyo los miró extrañados pero la señora no tuvo en cuenta el tono de sus voces.

- "Comprendo"- Shaoran salió del cuarto y Eriol le susurró algo al oído de Tomoyo.

- "Cuida de Sagara, si se despierta avísanos, tenemos problemas con las cards"- Fue todo lo que le dijo a la japonesa. Entró en el cuarto con la desolada madre y quedó algo intranquila por las palabras del inglés, pero no podía hacer nada, ella no tenía poderes como ellos.

- "Hua siempre ha sido una buena chica"- Dijo de repente la madre.

- "Sí, es una buena persona"- Dijo Daidouji yendo al lado de la mujer y sentándose en un sillón cercano.

- "De pequeña siempre había sido muy alegre y despreocupada, pero todo cambió cuando descubrió la verdad. En realidad la culpa fue nuestra, no parábamos de discutir y la pobre tuvo que sufrir eso y la verdad que la concernía a ella"- Tomoyo la miró extrañada pero siguió el monólogo que estaba manteniendo la mujer- "Y después la separación... creo que se echó la culpa del divorcio pero no fue así, hay matrimonios que acaban, así sin más. La separamos de su hermano y rompimos esa familia que tan idealizada tenía en su corazón. Nuestra vida parecía tan perfecta que nadie vio caer nuestro hogar"- La mujer murmuraba incoherencias para Tomoyo, pero esas palabras resultaban muy dolorosas para la señora- "Después de todo ese dolor que tuvo que afrontar se resignó a la soledad. Tuvo que aprender a vivir por sí misma y afrontar su destino por sus propios medios. La tuve que dejar con su padre para que pudiera madurar, para que pudiera hacerse fuerte, porque ese era su destino..."- Tomoyo la miró totalmente desconcertada.

- "¿Cómo dice?"- No sabía porque pero tenía un extraño presentimiento.

- "Desde el día que la tuve en mis brazos supe que ella sería una mujer fuerte, que ella era la que afrontaría un destino muy agrio, sabía quien era y sabía lo que la depararía"- Tomoyo quedó algo aturdida como si un fuerte golpe la hubiera dejado atontada por un momento.

- "¿Qué quiere decir?"- Pero en ese momento la puerta se abrió y dejó pasar a alguien. Tomoyo giró su cabeza para ver a una solemne mujer de cabellos oscuros- "Señora... Li"- La matriarca de los Li estaba allí, delante de ella, con semblante digno y vestida con elegancia.

- "Yelan..."- La mujer la miró con tristeza mientras unas lágrimas caían por su rostro.

- "Feng Lian..."- La mujer entró al cuarto despacio, sin prisas. Su porte erguido y fuerte se hacía presente en el cuarto. Tomoyo no acababa de entender que hacia la presencia de la señora en ese cuarto.

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Meiling no podía salir de su asombro, todos a su alrededor empezaban a caer como moscas al suelo, era algo que no entraba en la comprensión humana. Había ido al Sweet Spring a tomar algo que la hiciera entrar en calor, algo que la animara un poco pero después de que la trajeran una taza de café descafeinado, la gente empezó a comportarse de manera extraña. En un momento la gente empezó a sentir un malestar, algunos dolores en el cuerpo y en poco tiempo la gente de la sala no paraba de toser y de caer al suelo con altas fiebres. Meiling miró a su alrededor dudosa, si pensar que todo pudiera ser solo una pesadilla o la realidad, era como si una repentina epidemia los hubiese asolado. La gente caía al suelo y seguidamente cerraba los ojos cayendo en un profundo sopor.

- "¿Qué pasa aquí?"- Dijo la dueña del local saliendo de la trastienda, sin entender porque sus clientes caían al suelo de manera tan repentina. Meiling se había acercado a varias personas pero ninguna de ellas respondía y el calor corporal era alto y seguía elevándose- "¿Li?"- Dijo la dueña acercándose a la chica- "¿Qué sucede aquí?"- Meiling se levantó dejando un cuerpo inerte en el suelo y se acercó a la mujer.

- "No lo sé, es como si todos hubieran caído enfermos de repente"- La señora miró como la gente era incluso incapaz de escapar del pavor pues o se sentía muy débil o simplemente no se encontraba con ganas de moverse.

- "Había oído de extraños sucesos en el campus pero esto es la gota que colma el vaso"- La mirada de las dos mujeres se desvió cuando oyeron el ruido de la campanilla de la puerta.

- "¿Qué sucede aquí?"- Preguntó Lin Liu en la puerta del local cuando la cerró detrás de ella.

- "Liu, pon el cartel de cerrado"- La joven hizo lo que se le dijo y dio media vuelta a un cartel de cartón que ponía 'closed'. Se acercó a las dos mujeres esquivando por el camino a los cuerpos tumbados en el suelo.

- "¿Qué haces aquí Liu?"- Preguntó Meiling algo arisca por la presencia de la prometida de Shaoran.

- "Quería preguntarte por el paradero de Xiaolang pues ni mi hermano quiere darme esa información"- Dijo con el mismo tono arisco.

- "Pues será mejor que dejéis esa búsqueda porque esto es un asunto mágico y muy grave"- Las dos mujeres miraron a la dueña del local cuando vieron como con la mirada intentaba escrutar ese extraño ambiente que empezaba a adquirir el local- "Otra cosa no puede ser"

- "Pero aunque sea un asunto mágico deberías haber presentido algo, además... ¿no tenías una barrera que impedía que se lanzaran hechizos sobre el local?"- Meiling miró a Lin, sin duda era buena, no era por anda que los ancianos del Círculo la hubieran escogido como prometida de Li.

- "Sí, pero esta magia es más poderosa que la mía... mucho más poderosa"- Las dos mujeres quedaron en silencio hasta que Meiling murmuró lo que había temido desde un principio.

- "No puede ser otra cosa que las cards"- Las dos mujeres la miraron intrigadas.

- "¿Cards?"- Preguntaron al unísono las dos mujeres que la acompañaban.

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Touya estaba en el estadio en su entrenamiento matutino cuando la gente en su alrededor empezó a descontrolarse. En un momento había gente en el suelo moviéndose como si estuviera loca, era como si estuvieran entrado en un grado de profunda desesperación y esquizofrenia. Todos gritaban como si fueran un grupo de dementes.

- "¿Pero qué diablos...?"- Murmuró el entrenador bajo su respiración mientras no salía de su asombro ante semejante espectáculo. Vio que había gente que gritaba, otra que parecía hacerlo pero no podían, agarrándose el cuello con desesperación, algunos de ellos se tiraban al suelo intentando buscar un camino que pudieran seguir, como si no pudieran ver por donde iban. Un grupo de chicos se alejó de ellos y miró lo que sucedía, igual de pasmados que el entrenador americano.

- "¿Se han vuelto locos?"- Dijo una voz acercándose a Touya.

- "Tal vez estén practicando una absurda obra de teatro"- Dijo otra persona acercándose a él. Esa mañana, en el campo, entrenaban dos grupos, el suyo y el inglés. El primero que había hablado fue Alex Kazuo y el segundo fue Paul Scott, a su lado estaba Andrew Roberts, los tres jóvenes miraban asombrados esa parodia que se había formado delante de ellos.

- "Esto es muy raro"- Dijo Andrew viendo como la gente gritaba que no podía ver o escuchar o sentir con su piel.

- "Parece salido de una peli de terror, si me dejas opinar"- Dijo Paul viendo desvariar a toda esa gente.

- "Esto no es normal"- Dijo Alex con tono solemne y serio. Se acercó a paso medido y lento hacia uno de los jugadores, metió una mano en su bolsillo y sacó algo de su interior, lo cual dejó metido en su puño cerrado. Invocando con una plegaria, una luz se formó en sus manos para luego hacer aparecer un largo bastón donde en lo alto había enganchado una piedra enorme alrededor de las ramas que partían del bastón y se enrollaban a su alrededor como se enrolla una planta trepadora. El bastón era similar a como lo portaban antiguamente los ancianos hechiceros. Invocó sus poderes para lanzar un hechizo pero no resultó sobre su compañero.

- "¿Qué ha pasado?"- Preguntó Andrew sin sorprenderse de que fuera hechicero, pues todos los que no habían caído en la locura se conocían porque eran hechiceros de la nueva Generación, como así eran llamados.

- "Nada"- Respondió el joven haciendo desaparecer su bastón.

- "¿Nada? ¿qué quieres decir con nada?"- Dijo Paul algo indignado por su tono altanero.

- "Pues nada. El poder que los tiene envueltos es tan poderoso que ni mi magia puede hacer nada sobre ellos. Es un aura negra y tétrica lo que los envuelve"- Dijo el hechicero poniéndose serio.

- "Esto no me gusta"- Murmuró el mayor de los hermanos Kinomoto acentuando su ceño. Los tres jóvenes le miraron con curiosidad. El hombre elevó su cabeza y vio como las nubes negras empezaban a cubrir sus cabezas- "¡Diablos! ¡Maldigo el día en que me metí de entrenador en esta competición!"- Los tres jóvenes no comprendían la furia y resentimiento del hombre.

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Yukito estaba en su clase, dando la lección del día cuando todos empezaron a murmurar, ese murmullo empezó a elevarse a un tono que se alzó hasta llegar al sonido del grito y todos en su aula empezaron a gritar incoherencias. El profesor miró atónito su aula y vio como todos habían entrado en un estado de ira, depresión, miedo y locura, todo simultáneo. Pero eso desapareció cuando los gritos se extendieron al exterior del aula. Toda la planta había enloquecido, pero no sabía que no solo toda la planta sino todo el edificio e incluso los demás también se hallaban afectados. El hombre salió a mirar la conmoción cuando un alumno se acercó a él.

- "Por favor aléjeme de esas arañas"- Yukito vio la mirada desesperada del chico y vio como seguía andando enloquecido, sin ninguna araña a la vista. Avanzó por las aulas en busca de una respuesta cuando alguien se acercó a él.

- "Señor, veo que está bien"- Dijo un joven chino al notar que Yukito estaba en buen estado y no sumido en esas misteriosas auras negras. Yukito le miró y después contempló su aula y como la gente corría, se escondía y gritaba en plena locura.

- "¿Qué pasa aquí?"- Yukito no comprendía la razón de toda esa locura cuando el joven le empujó al ver llegar a un chico corriendo.

- "¡No me atraparéis! ¡No!"- Los dos vieron como el joven llevaba unas tijeras en las manos amenazando al aire.

- "¿Qué significa todo esto?"- Hui Liu le miró con extrañeza, era la única persona que había quedado cuerda y no entendía por qué.

- "No lo sé, pero al parecer se trata de una magia muy fuerte, sino no podría haber causado todo este caos"- Yukito le miró con los ojos abiertos e inmediatamente se acercó a la ventana más cercana, la abrió y sacando la mitad de su cuerpo divisó las nubes negras del cielo.

- "¡Las cards!"- Dijo al propio descubrimiento.

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Eriol y Shaoran levitaban a gran velocidad mientras seguían la luz del tablero de Shaoran, pero la alerta en ellos aumentó cuando la luz que apuntaba a un lugar se había separado apuntando tres lugares diferentes.

- "Al parecer el efecto que tienen sobre Sagara es desde el exterior"- Dijo Eriol mirando las luces.

- "Sí, pero no es una noticia alentadora"- Dijo Shaoran con cierta ironía.

- "Será mejor separarse"- Dijo Eriol parándose en el aire.

- "¿Qué lugares tomaremos?"- Preguntó Shaoran austero y sereno. El tablero apuntaba tres lugares, pero recordaba bien que las guardianas habían dicho que eran cinco cards, lo cual deberían de estar preparados para lo peor.

- "Yo iré al lugar donde apunta al campo, allí está de entrenamiento mi equipo"- Dijo Eriol tranquilo y haciendo aparecer su vara en la mano.

- "Entonces yo iré por allí, creo que las guardianas han ido por aquel lado"- Dijo apuntando el lugar al que las dos guardianas habían ido.

- "¿Cómo puedes saberlo?"- Preguntó levantando una ceja con una sonrisa jovial.

- "Es una corazonada"- Los dos se miraron a los ojos seriamente y asintieron a la vez.

- "Suerte y no hagas nada que yo no haría"- Eriol le ofreció su mano y Shaoran la estrechó con fuerza.

- "Lo mismo digo"- Y sin más palabras partieron cada uno al destino que habían elegido, a enfrentarse a lo desconocido, a enfrentarse a un mal que sabían que no podrían vencer.

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- "Las cosas no son siempre lo que aparentan ser, eso es algo que todo el mundo sabe, pero que olvida cuando hay que emplearlo en el momento adecuado. Un mundo donde las apariencias no tienen importancia es un mundo que no existe pues... prejuzgamos, juzgamos con ello y sentenciamos sin más miramientos. Así es como viven los seres humanos, ante la ley que ellos mismos aplican, ante la ley que ellos mismos crean, ante la ley que ellos mismos cambian. Nada, nada es igual en el cielo y en la tierra, esas fueron una de las reglas que una diosa tuvo que aprender cuando bajó a la tierra para proteger un libro, un libro creado para el fin y pues por ello se le llamó el libro del final, el libro del fin. Ese libro traería todas las desgracias y con ellas acabaría con todos los seres de la tierra, un libro en donde se encerraban pecados y miedos, un libro creado por dioses para combatir entre ellos, pero que ante el temor de la propia destrucción de su raza fue enviado a la tierra, para que sus inferiores decidieran elegir que harían con ello"- Una mujer estaba en una amplia cama con una niña pequeña tumbada a su lado boca abajo, con la cabeza sobre sus brazos apoyada sobre una almohada y sus ojitos mirando al rostro de la mujer.

- "¿Y que pasó con ese libro? ¿Lo destruimos?"- La mujer miró a la niña con una sonrisa suave, era una niña muy inocente.

- "Como te dije, los humanos juzgan por sus apariencias y ello les llevó a su propia destrucción"- La niña se levantó un poco y ahora se apoyó sobre sus codos- "Al ver que solo era un mero libro lo llevaron consigo sin ninguna complicación. Los dioses quedaron aliviados pues pensaban que con ello acabarían con la carga que conllevaba ese libro"- La niña hizo una mueca de irritación.

- "Qué egoístas"- La mujer rió ante su comentario y prosiguió con la historia.

- "Sí, mucho, pero no puedes criticar a alguien que hace lo posible por sobrevivir"- La niña se levantó y se sentó con los brazos cruzados.

- "Pero dejarnos a nosotros esa carga no es muy responsable de su parte, deberían de saber cargar con sus propios problemas"- La mujer puso su mano sobre su cabeza y la sonrió.

- "Eso mismo pienso yo, pero... no puedes culparles puesto que nosotros aceptamos el libro aún sabiendo el peligro que atañía tenerlo"- La niña resopló por la nariz enfadada- "Bueno... prosigamos con la historia. El libro fue entregado a un rey, poderoso y benévolo con sus subalternos. Era un país apacible y tranquilo y nada perturbaba a los habitantes, no había guerras y no tenían que temer, hasta que un día todo cambió, el cielo se volvió negro por el polvo de la batalla y los hogares se tiñeron de rojo por la sangre derramada por sus aldeanos y guerreros"- La niña siguió escuchando atenta- "El rey... presa del pánico y del temor a perder la guerra recurrió al libro, el cual fue abierto por primera vez por un humano, el rey intentó hacerse con el poder del libro pero... este no le aceptó pues era un ser muy débil"- La niña se acercó a la mujer y apoyó su cabeza sobre el regazo de la mujer, mirándola a los ojos- "Y a consecuencia de esto, su poder viajó por el reino en busca de un ser adecuado, un ser poderoso en mente, corazón, cuerpo y espíritu"- La niña parpadeó un momento- "Una persona fuerte en todas características, pero débil ante la maldad de su poder, fácil de tentar, un ser fuerte que estuviera herido era el más fácil de tentar"- La niña comprendió entonces lo que antes no había entendido- "Y en su camino encontró un joven muchacho, fuerte y poderoso, pero que hervía en su corazón las ansías de poder. Fue poseído por el libro, aunque él creyó que él era el que lo poseía"- La niña se levantó con prisa y se sentó sobre el regazo de su madre.

- "¿Y entonces que pasó?"- La mujer la sonrió con ternura al ver su ansia infantil a saber el final de la historia.

- "Los dioses vieron lo sucedido y decidieron actuar por su error y enviaron a una de los suyos, que liberó al joven del poder del libro y lo llevó de nuevo al cielo con ella"- La niña sonrió con alegría- "Pero aquí no acaba la historia"- La niña cabeceó poniendo una mirada seria- "La diosa se enamoró de un mortal y de ese amor nació una preciosa niña"- La pequeña sonrió- "Esa niña creció como diosa, entre dioses, pero... no era aceptada por ellos. La criaron como si fuera una de ellos pero solo por un motivo, que tuviera el poder y entrenamientos necesarios para poder guardar el libro, protegerlo"- La niña abrió la boca con sorpresa- "Ese fue el castigo que impusieron a la diosa por su relación prohibida, que su hija, fruto de la deshonra, sufriera eternamente en la soledad de una vigilia"- La niña se enfureció.

- "¡Qué injustos!"- Dijo con pasión e ira.

- "Ya crecida, como para ocuparse de la misión, fue desterrada a un alto monte, un monte perdido donde nadie podría llegar. Un monte entre el cielo y la tierra, como la sangre que fluía en las venas de la joven. Allí fue encerrada en un templo, en un cuarto oscuro atada por unas telas sagradas que solo la desatarían cuando un intruso llegara, en ese cuarto también dejaron el libro, cerrado por un sello mágico y que nadie podría abrir mientras ella estuviera con él. Y así la joven soportó la vigilia, viviendo en la más infinita oscuridad"- La niña miró a la mujer con ojos llorosos.

- "¿Y no moriría nunca? Sin comer ni beber..."- La mujer acercó la cabeza de la niña a su pecho.

- "No tenía esas necesidades humanas, su cuerpo podía ser herido, podía comer y beber, pero no se veía en la necesidad ya que un dios vive eternamente, como ella"- La niña ahogó un gemido de tristeza.

- "¿Y esa diosa sigue guardando el libro?"- La mujer acarició su cabeza pero en ese momento llegó un hombre a la habitación. Viendo a las dos mujeres con un ceño- "¡Papá!"- Gritó con alegría la pequeña, se abalanzó sobre él en un gran abrazo.

- "¿Qué haces aún despierta?"- Le preguntó mientras miraba a su mujer.

- "Mamá me estaba contando una historia de dioses"- El hombre la recriminó con la mirada y ella giró la cabeza a un lado indignada. La niña no se percató de la tensión del ambiente.

- "Así que una historia... Será mejor que vuelvas a tu cuarto, ya es hora de dormir"- El hombre la dejó en el suelo y con una palmada en su trasero la echó del cuarto, la niña se tocó en el lugar golpeado y se marchó a su cuarto, pero al olvidarse de un libro, volvió al cuarto de sus padres, para hallar algo que no debería haber visto. Su padre estaba gritando efusivamente mientras la mujer le devolvía los gritos, ahora levantada de la cama. Los dos movían los brazos con violencia mientras seguían gritando, en algunas ocasiones insultándose, la niña retrocedió un paso asustada y se chocó contra algo, levantó la cabeza para mirar que era con lo que había chocado y se encontró con el rostro de alguien.

- "Deberías estar en tu cuarto durmiendo"- La niña le miró asustada por lo que había visto en el cuarto de sus padres, el chico se agachó y la miró con dulzura.

- "Se están peleando..."- Dijo algo triste lanzando una mirada fugaz indicando la puerta.

- "No te preocupes no es nada. En todo caso es hora de que las crías como tú, estén durmiendo. Vamos"- Dijo dándole la vuelta echando una mirada al interior del cuarto. Su mirada se tornó seria y entristecida, pero no dejó que su hermana lo viera- "Hua..."- La niña levantó la cabeza- "Jamás te olvides de tu familia... ¿vale?"- La niña le miró extrañada.

- "¿Qué quieres? Seguro que me quieres cambiar las tareas de casa"- La niña refunfuñó y el joven sonrió. Después la cogió de la cintura, se levantó y se la llevó al cuarto- "Suéltame"- Dijo pataleando.

- "Pesas como un gran saco de patatas- "La niña empezó a patalear ya que no podía golpearle, pues la rodeaba la cintura con sus brazos, estando ella de espaldas a él.

Sagara abrió los ojos y se halló de nuevo ante ese lugar de oscuridad, se dio media vuelta y allí estaba de nuevo, esa luz al fondo.

- "Ya no sé cuál es la realidad y cual es la ilusión"- Dijo en tono quedado.

- "Es lo que tu escoges"- Esa voz de nuevo, esa mujer misteriosa que se le aparecía.

- "¿Y si mi elección no es correcta?"- Preguntó al aire.

- "Entonces corrígela y toma el camino correcto"- La joven quedó quieta delante de ese infinito punto de luz, que jamás era capaz de alcanzar- "Tener miedo y esperar no solucionará nada"- La chica miró hacia ese punto que parecía tan lejos de su alcance- "Siempre quisiste saber la verdad... ¿pero te encuentras preparada para ella?"- La chica levantó la mano en favor de intentar alcanzarla pero le era imposible hacerlo solo levantando un brazo- "No le temes a la verdad sino a los cambios que con ella traerá"- La chica vio como delante de ella veía a una mujer formarse, aparecía a partir de unas burbujas luminosas hasta convertirse en un ser de carne y hueso, o por lo menos algo que su vista podría apreciar en ese mundo como carne- "¿Qué puedes perder?"- Preguntó la mujer y la chica retrocedió asustada.

- "Nada"- Dijo con tristeza bajando la cabeza- "Ya no me queda nada"- La chica levantó la cabeza con indecisión y la mujer se acercó flotando.

- "Por qué sigues negando la realidad... puedes perder mucho y ganar más o puedes perder todo lo que te queda y no ganar nada, incluso los vestigios de tus recuerdos"- Dijo la mujer solemne y firme.

- "Mis padres me dejaron sola, mi hermano, no tengo amigos... no los quiero, no los necesito y tampoco necesito recuperarlos, he vivido muy bien sola"- Dijo poniéndose de lado y evitando mirar a esa mujer.

- "¿Y por eso no quieres recordar? ¿Por qué recordarás a esa gente que un día te rodeaba?"- Cayó al suelo gimiendo y llorando.

- "Porque sé que se apartarán de mi, sé que al final me quedaré sola, como siempre ha sucedido. Lo sé, lo siento en mi corazón. No quiero ganar nada para después perderlo"

- "Si ya das por sentado que perderás, entonces ten por seguro que lo harás"- La chica miró el rostro de la mujer, era tan apacible, era la primera vez que lo veía, pero le invadía una profunda calma y un gran sentimiento de nostalgia. Las lágrimas afloraron ahora desde su corazón y la joven siguió arrodillada delante de la mujer.

- "No quiero volver a sufrir... es lo único que pido, mi único deseo"- La mujer se acercó a ella y se agachó para levantarle el rostro y mirar sus ojos.

- "Ya has huido demasiado, no te preocupes por lo que puedas hacer si no lo que puedes hacer ahora. Has escapado de la realidad dos veces, es hora de que te enfrentes a ella. Ahora ya no estás sola, ahora ya no tienes que temer. No tengas miedo a abrirte a los demás, a que te hagan daño. Todo seguirá como debe seguir, tu camino ha sido este por una razón, ha sido así porque debías aprender una lección, algo que te preparará para mirar a la muerte a la cara y no mirar atrás"- La mujer le ofreció la mano para que se levantara y ella la tomó. La joven se levantó y con su brazo se frotó la cara quitándose las lágrimas- "Ten fe en ti misma, ten valor en tus acciones y en tus palabras. Confía en que todo saldrá bien"- Sagara caminó decidida hacia la luz y esta vez no se empequeñecía ni parecía escapar de ella. Esta vez parecía que se acercaba, que podía estar al alcance de su mano. La joven se acercó a la luz y se tapó los ojos por su intensidad. No iba a retroceder ahora, iba a persistir. Acercó su mano hasta tocar algo liso y frío. Intentando divisar lo que había tocado se puso la mano sobre sus ojos e intentando hacer sombra sobre ellos para mirar hacia delante, abrió lentamente los ojos. Delante de ella había un cristal, y en él vio el reflejo de una chica, una chica que le daba la bienvenida con una sonrisa.

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- "¿Qué hace aquí señora Li?"- Preguntó a la señora que se acercaba a ellas con calma. La mujer se acercó a Feng Lian y se saludaron con una pequeña reverencia con la cabeza, signo de respeto mutuo. La mujer miró a Tomoyo.

- "Ya es hora de que acabemos con todo"- La mujer se acercó a la cama de la que se hallaba en coma.

- "Yelan... yo..."- La diseñadora tenía la mirada dubitativa.

- "Para acabar con esta maldición que pende sobre ella, es hora de que acabemos con todos los malentendidos"- Tomoyo las miraba preocupada, algo no andaba bien.

- "¿Qué malentendidos?"- Yelan miró a Tomoyo intentando descubrir algo que la hiciera ver que no podía confiar en ella, pero no fue así y la mujer se tranquilizó, era una buena joven, de buenos sentimientos.

- "Una vez le conté un cuento a Hua, un cuento sobre dioses"- Tomoyo dirigió la mirada a la señora Takano- "Pero jamás le conté el final ya que la historia jamás tuvo uno"- Le mujer miró a Tomoyo con tristeza.

- "En nuestra familia existe una historia de una hechicera que encandiló a uno de los más respetados hombres de nuestro clan. Esa historia ha sido contada de abuelas a madres y a hijas generación tras generación para enseñarles a nuestras hijas el valor del matrimonio"- Habló ahora la señora Li- "Pero una vez que crecemos nuestras madres y abuelas nos cuentan la verdad de los hechos o al menos la verdad que le contaron a ellas en su momento"- Dijo con tono lento y tranquilo.

- "Creo que Meiling me mencionó algo sobre esa historia"- Dijo Tomoyo entendiendo que esas dos señoras sabían más de lo que aparentaban.

- "Esa mujer amaba al hombre de nuestro clan, pero debido a que él ya estaba desposado ella tuvo que resignarse a ser su amante, pero no podía vivir de esa manera, así que finalmente decidió casarse con un buen hombre"- Tomoyo absorbía la información con cuidado de no perder detalle- "Al final un mal cayó sobre ellos, el cual tuvo que enfrentar y el cual finalmente la mató. La historia es muy confusa y el pasar de los años se le resta importancia a algunos detalles, así que es muy difuso que mal fue el que enfrentaron"- Las piezas que habían faltado en el puzzle de toda esta historia de las misteriosas cards empezaban a aparecer lentamente- "Pero en nuestros días pudimos descubrir, con aún algo de ambigüedad, lo que ocurrió. La esposa de nuestro antecesor sabía los sentimientos de su marido y por ellos empleó magia oculta, se dice que ese poder la consumió y la mató, un poder tan grande que ningún humano es capaz de dominar. Nuestro antecesor también murió y el hijo que había nacido de su unión quedó huérfano, gracias a su entereza y fuerza, la línea de nuestra familia no murió en él"- La mujer se sentó en una silla cercana a la cama y miró a Hua, inconsciente- "La joven murió también, pero antes de hacerlo lanzó una predicción"

- "En ella describía el futuro, un futuro lejano"- Prosiguió Feng Lian- "Predijo que el mal que la mataría, nos acecharía a nosotros, tanto a sus sucesores como a los de la familia Li. Decía que su futuro estaba oscurecido por una nube de oscuridad, que el mal que no pudo destruir destruiría a sus descendientes y por ello accedió a todos sus poderes para evitarlo, creando un libro y dos guardianas fieles a su misión y a su última palabra"- Tomoyo entendió a que guardianas se refería- "Pero como su poder no era tan grande como para crear unas armas lo suficientemente poderosas pidió a un gran amigo su ayuda"- Sin saber como, un nombre solo vino a su mente.

- "Clow"- Yelan la miró silenciosa mientras la otra sonreía ante su agudeza.

- "La mujer predijo quien sería la que se encargaría de esta misión, su nombre, su edad, sus rasgos físicos, todo estaba predestinado, solo necesitaba poner cada cosa en su sitio y dejar que por sí solo actuara lo que era inevitable"- Contó la diseñadora.

- "Pero aún quedan muchos detalles que desconocemos. La mujer dejó escritas unas palabras sobre el final de esta batalla y los males precedentes que acontecerían"

- "Pero... esto significa que usted es descendiente de esa mujer"- Dijo la chica mirando a la señora Feng Lian.

- "Sí"- Contestó con un hilo de voz.

- "Entonces Hua estaba predestinada a enfrentar esta batalla desde los antiguos tiempos y además le dejó las armas para que luchara, pero... ¿ella no tenía el poder de enfrentar ese mal si podía hacer todo esto?"- Las mujeres se miraron apenadas.

- "El problema no era que no pudiera enfrentar a ese mal, sino que ya no quería hacerlo. Lo que sabemos es que hizo la predicción porque temía algo terrible y después de descubrir su futuro prefirió acabar con su vida y dejar que el destino siguiera su curso"- Explicó la madre de Hua.

- "Entonces tuvo que tener un gran motivo para sellar su final ese día"- Dijo Tomoyo apenada, intentando pensar cual era esa pena que soportaba y que no pudo soportar.

- "Jamás creí en esta leyenda, ya que decía que yo sería la madre de esa chica, siempre tuve el presentimiento de que jamás sucedería"- Dijo llevándose la mano al pecho.

- "¿Por qué?"- Preguntó Tomoyo al notar el cierto tono de dolor y angustia en su voz.

- "El parto de mi hijo Taka fue muy difícil y complicado, nació con antelación y tuvo que quedarse en la incubadora algún tiempo. El doctor que me atendió me dijo que no podría soportar otro parto, que mis condiciones para tener otro hijo serían muy complicadas y que me podría costar la vida"- Dijo dejando escapar una lágrima de su rostro.

- "Pero entonces tuvo a Hua"- Dijo Tomoyo con una sonrisa.

- "Se predijo que tendría una hija, hermosa y bella de ojos verdes a la que llamaría Ying Tao Hua y que ese nombre que portaría con honor sería las palabras que sentenciarían su destino desde su principio hasta su fin"- No entendía porque pero las palabras de la mujer le parecieron a Tomoyo unas palabras de rencor y dolor. Pero las palabras no salieron de la boca de ninguna de las mujeres pues la máquina que hasta ahora mantenía convida a la joven Cazadora empezó a emitir un pitido, largo y sonoro, interminable, un pitido que no se detenía, que seguía sonando, iniciando la peor señal posible.

- "¡Dios mío!"- Tomoyo abrió los ojos asustada y salió de la habitación de una exhalación, gritando- "¡Llamen al doctor!"- Las dos mujeres quedaron de pie al lado de la joven.

- "Llegó el momento"- Dijo Yelan cerrando los ojos.

- "Su destino empieza aquí"- Dijo la madre de la joven- "Ya aceptó el camino a tomar, ya aceptó la realidad y la verdad de su existencia"- Dijo cambiando su rostro a una triste sonrisa.

En tres caminos se ha separado el destino, cada uno seguido por diferentes personas, cada uno con mal al que enfrentar, cada uno unido a un final... un final donde todo acabará de una vez al fin. Allí les espera la guadaña que decidirá quien pasará para ver al señor que la domina, para saber quien se queda con ella o quien se queda al otro lado esperando. A lo lejos descansan, esperan y encerradas en la oscuridad miran el destino que aún no se ha cerrado para ellos, dos pares de ojos.

En este juego que el destino creó, lucharás con valor para al final ganar. La piedad no existe ya, la verdad solo hallarás en tu corazón y al final el vencedor obtendrá en sus manos el derecho a cerrar el libro que el destino tejió, pues en sus manos tomará la decisión de sucumbir a este mundo en la luz de un nuevo día o a la infinita y fría oscuridad de la soledad, absoluta y desoladora.

Un susurro se oye a lo lejos... unas palabras se escuchan... el viento las arrastra hasta nuestros oídos...

- "Adiós..."

N. de la A.: Sip, este fic no ha muerto ^^. Que nadie piense que voy a abandonar este fic ¬¬, jamás se me ocurriría hacer tal cosa, pase lo que pase y aunque tarde mucho XD, tendréis siempre el final de mis fics, no soy de las que se rinden ;). Bueno, al principio no sabía si hacer este cap muy informativo o no, pero he decidido empezar a poner el fin, es decir, el punto culminante, pero ante todo hay que cazar las 20 cards sueltas, así que no voy a decir que le queda poco, nop, aún veo que le quedan bastantes caps O.o.

Si soy sincera había terminado este fic hace una semana, pero no lo he puesto hasta hoy porque he estado vagueando O.o, sip, he cogido y me liado a vaguear con mis apuntes de clase y mis clases en la autoescuela XD, q voy a sacar el carnet de conducir :P. He estado pendiente de otra cosa y además he estado escribiendo en otro fic y se me olvido subir este, esa es la verdad ^^UUU, ya muchos lo sabrán, la memoria no es lo mío XP.

Reclamaciones, sobornos (acepto toda clase de dinero, no os preocupéis por la moneda, siempre la puedo cambiar a € XD) y amenazas de odio al fic (por favor ahórrense esto último a eternal_phoenix_light@yahoo.es

Aps!!!!! Aviso!!!! Si no has 5 reviews o más no hay actualización ¬¬, yo que creía que no tenía que recordar esto y últimamente me he encontrado con algunas desilusiones T_T. Espero no tener que volver a recordarlo ¬¬.

Zai Jian