3 de Abril de 2005

No pongo el disclaimer ese, porque todo el mundo sabe que CCS no es mío, sino de las Clamp, solo eso :P

"diálogos"

·-·-·-·- Cambios de escenario

Recuerdos

"Pensamientos"


Competición, juegos del destino

Capítulo 15: Sombras del pasado

El pasado siempre persigue al presente

By: Kassy99

Lucha con todo tu VALOR

Enfréntate a tu DESTINO

Solo juega para GANAR

Y sigue hasta alcanzar el final

En la batalla no habrá PIEDAD

Así que guíate por tu instinto

Que solo hallarás en el CORAZÓN

Porque la VERDAD la encontrarás

En el JUEGO que el destino te preparó

Así que: ¡Qué gane el MEJOR!


El viento se mecía dulcemente entre las ropas de la joven, las levantaba y las obligaba a seguir la dirección que seguían. La cabellera castaña de la chica ondeaba en libertad, sin restricciones. Su mirada estaba fija en las dos cards que tenía en la mano, unas cards oscuras por detrás y sin embargo imprenta con un dibujo en la cara anterior. El dibujo de una de las cards era de una card que se abrazaba a sí misma en un intento de protegerse contra algo, mientras que todo su cuerpo estaba cubierto por heridas. El nombre que aparecía en el panel inferior era 'The Pain'. La otra card tenía un dibujo basado en una caja, una caja negra y tenebrosa la cual estaba encadenada, sin embargo de esa caja salían gotas de sangre, en su inscripción inglesa ponía, 'The Fear', eran dos cards que ya de por sí, con su dibujo, eran aterradoras. Lentamente levantó la cabeza para mirar al infinito, a un punto donde no podía hallar nada más que vacío.

"Cada vez falta menos"- Su voz sonó temblorosa, pero meramente un instante. Su mano tembló brevemente con las cards en las manos, un escalofrío surcó sus venas, desde las vanos a su columna vertebral, así que las guardó en su bolsillo. Sacó la mano y la puso sobre él, cerró los ojos y se concentró- "The Heartless, The Discord, The Madness, The Reflection, The Nightmare, The Fear, The Pain. 7 Damas. The Gluttony, The Envy, The Wrath, The Pride, The Greed. 5 cards de los pecados. Solo son 12 en total"- Abrió los ojos y los dirigió hacia un lado. Allí entrecerró la mirada y se concentró en ese punto- "Una card"- Giró la cabeza ligeramente hacia otro lado y se concentró en ese otro punto- "2 cards más"- Entrecerró la mirada y sus ojos empezaron a moverse de un lado a otro como si delante de ella hubiera algo que pudiera contar- "Son 15 cards, por lo que quedan otras cinco"- La Cazadora se dio media vuelta y miró al cielo. No cabía duda, había algo que iba mal y no lograba recordar el que, algo que no salía bien en sus cálculos, pero que no recordaba que era.

"Yin Hua"- Fue un susurro tan liviano que apenas pudo oírlo, un susurro del cual no pudo explicar su procedencia- "Serán 5 cards las de esta noche y sabes que detrás de estas aparecerán las demás, las que quedan antes de dar paso a la última, a la que debes temer. No debes bajar la guardia, sabes bien que él apareceràen cualquier momento estará ante ti para terminar lo que en el pasado quedó inacabado"- Yin Tao Hua, ese fue el nombre dado, el nombre que quedaría inscrito en el destino por la eternidad. La sucesora que capturaría las cards, la que lucharía con el último vestigio de ese mal que los asoló en el pasado, ese era su destino, un destino el cual aún se desconocía su final.

"Por eso ahora te manifiestas… Es perturbador el hecho de que en este cuerpo halla más de una consciencia"- Dijo avanzando por el ático hasta llegar a la verja que la separaba de una caída hacia abajo, pero no era esa caída la que temía, sino lo que se encontraría al llegar el impacto… ¿dolor¿o liberación?- "¿Por qué te manifiestas ahora?"

"Sé que necesitas respuestas y yo soy una de las que puede dar esas respuestas a tus preguntas, pero es ahora cuando necesitarás de mi apoyo, es ahora donde encontrarás dificultades"- Dijo esa voz susurrante en su cabeza.

"Acepté esta misión porque era mi destino, acepté el dolor para ser más fuerte, acepté terminar con el enemigo porque así… al final… me darían lo que se me prometió"- Se giró dándole la espalda a la valla y sacó una card, cerrando los ojos invocó la card y está le proporcionó alas en su espalda- "No sé porque estás aquí ahora, no sé porque en este preciso momento es cuando dices que te necesito, pero sé una cosa. Tú te arriesgaste y ahora soy yo lo que se arriesgaràaunque con ello deba…"- Su frase quedó suspendida en el aire, sin poder evitar que las palabras quedaran atascadas en su garganta.

"Mi sacrificio estaba escrito, mi destino fue este"- Fueron las palabras de su voz- "Ahora despierto en ti porque es ahora cuando el círculo empieza a cerrarse. El hechizo que completaba tu ser ha determinado definitivamente el final y ahora no hay manera de que todo quede al azar. Tú lo sabes"- Yin Hua sintió como esa voz la envolvía con una calidez que nunca sintió antes- "Ahora ya solo queda el final, la última nota de esta canción. La parte final que cerrará completamente el círculo"- Por muy resentida que estuviera por todo lo que le había deparado el destino una sonrisa se dibujó en su rostro.

"Cumpliré con lo pactado y terminaré de una vez por todas lo que se tuvo oportunidad de terminar"- Alzó el vuelo y con mirada determinada marchó a uno de los dos puntos que la deparaban- "No te decepcionaré pues por mis venas corre tu sangre"- Dijo esto al aire y no a la voz dentro de su cabeza.

El cielo era tan negro que no se podía saber donde terminaban las nubes y donde empezaba el cielo raso. Las estrellas no brillaban y la luna había desaparecido, empero todo esto no la desanimó, porque sabía que aunque todo lo que le rodeara era negro y oscuro, ella tenía una oportunidad, se le daba esta oportunidad para terminar de una vez la negrura con la que le había envuelto toda su vida.

Por fin encontraría paz para su alma.

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Desde la ventana podían ver como las gotas de llovizna chocaban contra el cristal y resbalaban hasta caer al marco inferior y desaparecer como el resto. Yelan Li pudo ver a la mujer que agarraba las sábanas, donde ya no yacía el cuerpo, donde el calor de ese cuerpo hacía tiempo había desaparecido. Tomoyo tenía un brazo estirado y el otro acariciándose ese brazo, como si estuviera intentando apartar el frío que repentinamente su cuerpo había acogido. Un frío que procedía de su interior y salía al exterior, un frío que no desaparecía ni con el calor de un fuente externa, solo había una manera de dejar de sentir ese infernal frío y encontrar una solución para lo que estaba aconteciendo.

"¿Entonces…?"- Tomoyo interrumpió el silencio, pero no pudo encontrar las palabras dentro de su voz. Volvió a intentarlo pero la duda se abalanzaba siempre sobre ella. Estaba en blanco, no podía encontrar las palabras exactas, pero finalmente soltó un resoplido y pudo encontrar algo al que aferrarse, algo no muy sólido, pero algo al fin y al cabo- "¿Entonces Yin Hua dónde estÿ"- Ella no estaba apartada del mundo de la magia, pero esto era algo totalmente diferente a lo que antes había vivido, acababa de morir y sin embargo su cuerpo había desaparecido. Esa joven había fallecido apenas unos minutos atrás y ahora su cuerpo se había evaporado de esta realidad, o al menos la realidad que componía ese cuarto de hospital.

"Ha ido a cumplir con su destino"- Dijo la mujer levantando la cabeza de la cama y mirando a la chica.

"¿Cuál destino?"- Preguntó sin pensarlo Tomoyo. Vio las lágrimas en su rostro, vio la pena que rodeaban sus pupilas y aunque sintió un relámpago de compasión por esa mujer, no pudo evitar sentir que esa mujer sabía más de lo que aparentaba y se le causaba cierta sensación de inseguridad, de desasosiego y desconfianza.

"Su destino, como descendiente es de terminar lo que la antigua hechicera no pudo terminar, ese es el cargo con el que llevamos generación tras generación"- Yelan se acercó a la mujer, puso sus manos sobre sus hombros y la obligó a levantarse, a que se sentara en un sillón del cuarto. Su voluntad había desaparecido, ahora solo era una vasija sin su contenido.

"¿Pero no había dicho que no era hija suya?"- Preguntó nuevamente Tomoyo- "Al menos no es su hija biológica"- Esa dolorosa verdad se clavó en el pecho de la mujer y se encogió un poco más.

"Pero al igual que yo, la sangre de la hechicera corre por sus venas"- Dijo después de tragar un vaso de agua que Yelan le había pasado. No pensaba, solo contestaba, de forma automática, sin saber realmente lo que importaba o lo que dejaba de importar.

"Según el registro de familias de China nunca existió la hechicera, su nombre fue borrado del registro, pero no fue el caso del hombre con el que se casó ni tampoco de los hijos que con este tuvo"- Contestó Yelan- "Nuestra familia tiene un registro propio y aunque algunos detalles fueron borrados, se pudo deducir ciertos otros datos por diarios oficiales, diarios personales y otros documentos útiles"- Yelan se acercó nuevamente a la ventana- "La hechicera tuvo un hijo, una niña en realidad, el nombre de la criatura era Jiao Zhen, el padre de la criatura se volvió a casar años más tarde y supimos que la pequeña, a edad casadera, fue entregada en matrimonio a un hombre de familia adinerada. La muchacha cumplió con su deber de esposa, le dio a su marido dos niños, un varón y una mujer, el varón se quedó en este país y construyó una familia fuerte que perduró por siglos, sin embargo su hermana desapareció"- Dijo la mujer mirando a Tomoyo.

"¿Desapareció?"- Dijo esperando el resto del relato, cada vez se veía más sumida en esa locura que la rodeaba.

"Una forma muy sutil de decir que se fugó"- Tomoyo giró su atención a la señora Tanako y vio una sonrisa sin humor en sus labios.

"Sí, la joven se escapó, conoció a un extranjero y se fugó con él a su país de origen"- Tomoyo tenía la cabeza saturada con ideas y teorías, no paraba de bullirle toda clase de ideas, pero esperó paciente la continuación de la historia.

"En los registros ya no se la volvió a mencionar, pues su padre repudió de ella al abandonar su familia por un extranjero. En aquella época era el peor deshonor que una hija podía causarle a su padre, ya era malo que su hija se escapara, pero era peor todavía que lo hiciera con un extranjero, alguien no solo ajeno a su familia, sino a su país y donde difería totalmente de la sangre noble de sus antepasados"- Yelan abrió su bolso y de allí extrajo un trozo de papel- "Aquí tengo el número de registro de la familia del joven que se escapó con ella, pedí la documentación hace poco a la biblioteca nacional, allí se comunicaron con el país y junto con algunos contactos pude convencer que me pasaran la documentación de toda la línea familiar del joven"- Tomoyo tomó el papel en su mano y lo miró fijamente mientras seguía escuchando- "Todavía no he sabido nada del registro y no puedo confirmar ningún dato, solo sabemos que debe ser, con muchas posibilidades, el registro de la familia del joven con el que se escapó"- Tomoyo se guardó el papel en el bolso, se levantó y traspasó la puerta de la habitación con decisión.

"Es lo único que puedo hacer"- Dijo Tomoyo mirándolas con tristeza, parándose sobre el umbral- "Descubriré todo lo que sea necesario"

"Después ve a mi casa, pequeña, allí te estaremos esperando"- Tomoyo salió corriendo de la habitación sin mirar atrás, si esto era lo único que podía hacer para ayudar no dudaría en hacerlo. Recorrió pasillos y se cruzó con personas, algunos trabajadores del hospital, otros pacientes paseando en ese día tan penoso. Algunas enfermeras la llamaron la atención por correr, pero nada pareció entrar por sus oídos y llegar a su mente con la suficiente firmeza y fuerza para apartar una idea que perduraba en su cabeza. La señora Li se acercó a al señora Tanako y esta se levantó de su asiento. Levantó la cabeza mostrando ahora un brillo en sus ojos que demostraban que aún le quedaban fuerzas para lo que quedaba de noche. Aunque ya estaba todo perdido, tenía que hacerlo por ella, a pesar de todo, era su hija.

"Debemos ir a tu casa"- Dijo la mujer intentado transmitir la firmeza de sus hombros a sus labios. La tarea fue ardua- "¿Ha llegado el invitado?"- Preguntó fijando su mirada en su amiga de la infancia.

"Sí. Hace días que se hospeda en mi casa"- Dijo con un tono inflexible.

"¿Crees que…?"- Yelan asintió antes de que terminara de formular cualquier pregunta- "¿Realmente estás segura de que ella es…?"- Yelan volvió a afirmar con la cabeza- "Tienes que tener en cuenta que no tenemos datos exactos de que esto sea verdad y además son muchas las reencarnaciones que se han producido en estas mismas fechas. Sabes que las almas se reencarnan una y otra vez si han dejado asuntos pendientes. Clow Reed volvió a este tiempo solo por un favor personal hacia ella. Los otros estaban predestinados a reencarnar para volver a enfrentarse en esta batalla final, pero nada aseguró que fueran a reencarnar el mismo siglo, que hayan reencarnado en la misma década es ya de por sí un milagro"- Sin darse cuenta sus pies habían empezado a moverse y la mujer daba vueltas de un lado a otro mostrando su inquietud en sus idas y venidas.

"Los elegidos nacieron en esta época, solo el alma de Clow ha vuelto, pero debido a varios percances no ha recuperado todos sus recuerdos"- Yelan cogió los objetos con los que habían venido y se los dio a la mujer- "Los demás cuerpos solo esperan a que sus respectivas almas vuelvan, esta noche será la noche en la que todo dará comienzo al fin"- Apoyando una mano en la espalda de la diseñadora la empujó para que saliera del cuarto- "Tú ya cumpliste con tu deber"- La señora Li se paró delante de la recepcionista y dándose la vuelta cerró los ojos e invocó un hechizo, un hechizo del olvido.

"No deberías de realizar esa clase de hechizos, pueden provocar daños a las personas"- Dijo con tono resentido, como recordando algo del pasado.

"Hay cosas que es mejor olvidar. Por su propio bien y por el nuestro"

Todas las personas que se hallaban andando de un lado para otro se pararon en seco en sus lugares, como si el tiempo se hubiera congelado y es que el tiempo se había congelado para ellos. Yelan Li borró todos los recuerdos que concernían a ellos de esa noche, nadie sabría nunca sobre el ingreso de Ying Tao Hua en el hospital, ni tampoco del estado crítico en el que ingresó, pero sobre todo, nadie descubriría la muerte de la joven y más tarde la desaparición de su cadáver. El hechizo fue lanzado sobre todos y todo, todo fue borrado, todo fue eliminado…

Todo fue olvidado.

Yelan Li se volvió a la mujer y todo volvió a su cauce normal, las personas siguieron su ruta y ellas siguieron la suya propia.

"¿Qué le diré a mi hijo?"- Se preguntó mientras Yelan la metía en un coche- "¿Qué hemos hechizado a todo el hospital para que no supieran que su hermana ha muerto?"- La mujer miró de soslayo a la dama y no pudo evitar un temblor cuando descubrió lo que escondían tras esas pestañas.

"Sabes bien lo que debes hacer"- Fue la imperturbable respuesta de la señora.

"Mi ex-marido sabe lo de la magia, tuve que contárselo, pero Taka…"- Se miró las manos, las cuales no paraban de estrujar la tela de sus ropas.

"Yushui Sagara no recordará nada de esta noche, recuerda que estaba en el hospital"- Dándose cuenta de esa verdad la mujer levantó la cabeza sobresaltada- "Es lo mejor que puedes hacer, le ahorrarás sufrimiento"- Dijo mirando a través de la ventana sin realmente mirar el exterior.

"Pero sería como… mentirle"

"¿Entonces como le vas a explicar la desaparición de su hermana a tu hijo?"- La mujer se calló sin saber como responderle- "Llegado el momento a ti también te tocará"- La mujer apretó más los puños sobre su regazo- "Es inevitable"- Yelan volvió la cabeza hacia la mujer y observó como los nudillos de su mano estaban completamente blancos de la fuerza que estaba empleando, que estaba conteniendo en su interior.

"En esta vida no existen las coincidencias…"- Dijo con tono resentido.

"Solo lo inevitable"- Volvió su mirada al cielo negro y tenebroso, del cual caían ahora lágrimas saladas en formas de gotas de lluvia- "Solamente lo inevitable"- Y por un breve instante un intenso dolor se reflejó en sus ojos, un dolor el cual solo una madre acarrea, el cual solo una verdadera madre puede sentir.

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Maldita sea, maldita fuera su insufrible vida.

¿Por qué tuvo que presentarse al puesto¿Por qué tuvo la maldita desgracia de tener la idea de presentarse en esa competición? Sí, claro, ahora lo recordaba. Por su maldito orgullo, por su maldita confianza. Por eso estaba ahora en semejante lío, con semejantes críos y en ese maldito país, aunque fuera su país natal. Todo fue mal, todo había ido mal desde el estúpido día que decidió hacerse a la vida independiente.

Todo parecía irle bien, todo parecía tan bien, tan perfecto y en que mentira se había hundido.

Había terminado los estudios secundarios y después de los duros exámenes consiguió una beca al extranjero donde estudiar medicina. Su padre lo aceptó con resignación, si su hijo iba a ser feliz de esa manera él no sería quien le impidiese alcanzar sus metas de futuro. Tuvo sus dudas cuando su padre se mostró tan comprensivo, pero todavía desconfió más cuando su hermana le insistió en que se marchara sin preocuparse, de que no hacía falta tanta preocupación, que aún tenía a Yukito cerca si alguna vez surgía algún problema, que tenía a ese pequeño guardián que la cuidaba con todo su cariño, le recordó que tenía a Tomoyo y a su padre, que nunca estaría sola, que siempre tendría a alguien con quien hablar, con quien compartir su tiempo. Le dio la tonta excusa de que podrían verse en vacaciones, que así tendría una excusa para salir del país y así poder ver mundo, poder conocer lugares más lejanos que Tokyo, más lejos que Hong Kong, que era lo más lejos que había llegado.

Yukito se apenó como los demás pero le deseó la mejor de las suertes, le pidió que cuidara de su hermana durante su ausencia, que se mantuviera alerta si pasaba cualquier cosa, intentó hablar con Yue pero el destino no le dejó un momento de tranquilidad para poder comunicarse con el guardián, es más, su petición a Yukito de cuidar a Sakura se la hizo en el mismo aeropuerto antes de embarcar.

Se marchó de allí, de Tomoeda, de su hogar, sin pensar en cual grave había sido esa decisión, de cual sería la verdadera magnitud de esa decisión. Jamás pensaría que su hermana, apenas un par de años después, desaparecería para siempre de sus vidas. A partir de ese entonces no pudo sobreponerse y sus estudios se vieron afectados hasta que finalmente tuvo que dejar la carrera. No podía concentrarse, no podía alejar de su mente el rostro de su hermana, en su mirada triste la última vez que la vio. Esa vez habían sido unas vacaciones de Sakura, que en realidad eran motivo de una conferencia a la que tenía que asistir su padre. Sakura se había tomado unas pequeñas vacaciones, su padre le dijo que su rendimiento académico iba en descenso pero no le comunicó las razones, quizá porque estaba tan absorto en su trabajo que su padre tampoco descubrió que su hija se había quedado sola.

Touya había visto en la mirada de su hermana una profunda tristeza cuando él partió pero ahora su hermana parecía ahogarse en la miseria de la desolación. No dijo nada, no mencionó nada, solo quiso pasar el tiempo que disponían para estar con su 'monstruo' sin saber que esos instantes serían los últimos que pasarían juntos.

Un día tormentoso su compañero de cuarto le dijo que alguien de Japón había llamado y que era un asunto urgente. Touya notó como su pecho se encogía en ese momento y llamó a su casa para descubrir la voz quebrantada de su padre. Le preguntó a su padre que había pasado, su padre tardó un par de eternos segundos en contestar.

"Sakura… ella…"- No pudo pronunciar ni una sola palabra más sin desmoronarse. Touya no necesitó ninguna palabra más, el dolor de su padre era casi tangible. Sin embargo, aún así, tuvo que presionar a su padre para que terminara.

"¿Qué pasó con Sakura?"- Su padre consiguió dominarse para decir dos palabras, dos palabras que seguían resonando en su cabeza después de tantos años.

"Ha muerto, Touya"- Se ahogó en una lamentación y volvió a pronunciar- "Sakura ha muerto"- Se quedó sin habla, petrificado, el teléfono cayó de su mano y sus piernas le fallaron.

No supo como, no supo cuando sucedió, pero cuando recobró conciencia de sus actos estaba delante de la tumba de su hermana. Había pasado los últimos días en una fantasía, en una tétrica pesadilla. Cuando estuvo delante de la lápida de su hermana no supo decir otra cosa que pedir perdón. Perdón por haber sido tan ciego, perdón por no haber seguido sus instintos, perdón por no haber sabido cuidar de ella.

Le desoló la tristeza, volvió a la universidad solo para ver como perdía el control de su vida, de todo para al final quedar en la nada. Finalmente tocó fondo y solo gracias a la ayuda de un desconocido volvió a levantar cabeza, un joven que conoció por casualidad cuando iba a concluir ciertos trámites en la universidad. Ese joven le dio una salida en el fútbol, entrenando jóvenes problemáticos a los que les daba una salida jugando a ese deporte, a los que se les daba una forma de evadirse o de querer superarse. Touya vio como sus días en el instituto jugando al fútbol aún seguían vivos en su interior. Jamás pudo agradecérselo lo suficiente, grabó su nombre en su mente.

Taraka Takano.

Jamás olvidaría la mano que le tendió cuando más lo necesitaba. Aunque Takano también sacó algo de provecho de su relación pues hacía poco que había llegado a la ciudad y se había separado de su hermana, a la que adoraba con toda su alma. Los dos compartieron su dolor y se animaron mutuamente hasta que Takano encontró una novia amable y comprensiva, después perdieron el contacto. Allí estaba él ahora, como entrenador de un equipo universitario de inmaduros, sí, no podía negar que Alexander Kazuo era el mayor patán engreído que jamás hubiera tenido la desgracia de conocer, por muy buen jugador que fuera.

Y ahora…

Ahora estaba nuevamente liado con asuntos de magia, aunque hubiera recuperado sus dones de percepción de los asuntos mágicos eso no significaba que quisiera meterse en semejantes enredos. Solo había querido recuperar sus poderes por una sola razón, para poder ver el fantasma de su hermana y por ello le pidió ayuda a ese engreído. Recuperó sus poderes pero algo no iba bien. Volvió de visita a su país solo una vez después de la tragedia, pero su espera no llegó a ser recompensada. Una sospecha asomó por su mente, por primera vez pensó fría y racionalmente la pérdida de su hermana.

¿Si su hermana estaba muerta¿Por qué no había visto su fantasma cuando fue a visitar su tumba como le sucedió cuando murió con su madre?

Los fantasmas solían visitar sus tumbas e incluso volver al lugar que residían en vida o visitar a la gente amada en vida, sin embargo su hermana… Esa pregunta le atormentó tanto que recurrió a la ayuda de Alexander Kazuo y este aunque se mostraba renuente porque iba contrario a todo lo que estaba escrito acabó por aceptar ese trato con semejante tipo. Si hubiera tenido opción le hubiera rechazado pero no lo tuvo y se resignó a ocuparse más tarde de posibles repercusiones.

Maldita su suerte.

"¿Por qué yo?"- Dijo el entrenador lamentándose con furia- "¿Qué he hecho yo para merecer este castigo?"- Eriol estaba delante de todos con su báculo en las manos, era el único con plena facultad de sus poderes y no es que fuera un gran alivio porque esas facultades eran pocas para luchar contra esas 4 cards.

"No se lamente ahora entrenador y estése atento de lo que ocurra porque en mi caso, créame, no podré estarlo por todos"- Dijo esto último Andrew con ironía, siempre con su humor ácido en los labios.

"¿Con que podríamos atacarlas?"- Touya ya más atento y concentrado en sus adversarias.

"¿Probamos con lo más elemental?"- Dijo Eriol mirándoles de reojo.

"Mi elemento natural es la tierra, aunque mi puntería en estos momentos no sea de lo más precisa"- Otra vez ese tono mordaz.

"Yo no os sirvo de mucho, mis poderes no son poderes activos sino latentes"- Explicó Touya a los jóvenes- "Puedo percibir la magia, puedo ver la magia pero no puedo transformarla en algo tangible como vosotros, no puedo emplear la naturaleza"

"En pocas palabras no puedes proyectar tu poder exteriormente"- Dijo Eriol en pocas palabras.

"Eso es un problema, tenemos a este patán aburrido…"- La cara indignada de Paul decía lo atento que estaba, aunque no pudiera expresarlo en palabras, ya arreglaría cuentas más tarde con el bufón de Andrew- "… que a pesar mía es muy bueno creando algún que otro vientecillo"- Eriol mostró su sonrisa, aun en toda esta situación no podían dejar de picarse el uno al otro, y ahora que Paul era incapaz de mostrar sus réplicas ácidas a Andrew, este no iba a defraudarle y dejarle tranquilo y en paz. Siempre hay que aprovechar todas las oportunidades que se ofrecen por delante.

"¿Puede intentar invocar sin tener que emplear un encantamiento?"- Preguntó Touya con el entrecejo fruncido. ¡Críos!. Paul puso cara pensativa y afirmó lentamente, no muy convencido.

"Puede intentarlo"- Respondió Andrew ahora con seriedad- "Por otro lado tenemos al gran capitán de los Black Snake"- Alexander que ignoraba todo lo que decían les miraba atento- "Que por supuestamente no sabe de que estamos hablando, y que aprovechando esta oportunidad de oro me voy a desquitar diciendo que es un cerdo egocéntrico que no sabe otra cosa que creerse Dios, que en vez de jugar al fútbol da pataditas al balón y que en vez de chutar como dios manda, tira cañonazos como si de la tercera Guerra Mundial se tratara, cuantos más muertos por el camino del balón, mejor"- Sonrió al capitán representante de Estados Unidos con una sonrisa apaciguadora y este no notó nada extraño. Paul estaba temblando mientras intentaba aguantarse la risa, por primera ve en su vida, de algo que había dicho Andrew. Eriol mostró una mueca por la parodia que estaban representando y Touya empezó a fruncir el ceño del intenso dolor de cabeza que tendría después de que terminara esto, pues ciertamente en esos momentos no se permitía vencer por la tontería de esos chicos. Con algo de cansancio le indicó a Alexander, con mucha dificultad, que invocara el agua.

"Será mejor que permanezcamos atentos"- Dijo Eriol repentinamente al percibir movimiento por parte de las cards. Alzó su báculo e invocó el fuego, mientras que Andrew empujado, no muy levemente, por Kinomoto era indicado en que dirección debía de lanzar su invocación sobre la tierra, se agachó y posó sus manos en el suelo. Paul se alzó los brazos al aire y cerró los ojos concentrándose todo lo que pudo. Sin que nadie dijera nada Andrew fue el primero que atacó.

Un temblor empezó a formarse bajo sus pies e inmediatamente después de que su mirada se levantara y se posara delante, hacia las cards, el temblor se dirigió presto al ataque. Las cards no se movieron de su lugar y una explosión que partió del suelo y que se levantó hacia el cielo cubrió de polvo y arena todo su alrededor. Seguidamente Eriol y Paul, como en acuerdo tácito, atacaron con su fuego y su viento sobre donde el polvo empezaba a disiparse.

Los ataques conjuntos fueron poderosos, pero el resultado aún quedaba por verse. El fuego se extinguió en una columna llameante y el viento se evaporó volviendo a su origen en forma de aire, la tierra se calmó y el polvo lentamente se dispersó. Vieron -los que podían- que el ataque no había sido efectivo e inmediatamente las cards se movieron con toda su agilidad y los rodearon, encerrándoles a ellos dentro.

Alexander invocó el poder del agua y las lanzó un potente torrente de agua. Las alejó apenas unos centímetros e inmediatamente después del ataque fueron ellas las que pasaron a la ofensiva.

La card que tenía la boca cosida miró fijamente a Paul y de su boca salieron unos hilos que le apresaron todo el cuerpo. Paul intentó esquivar los hilos pero se enredaron por todo su cuerpo y quedó aprisionado por unos hilos que le apretaban hasta hacerle sangrar. El hombre abrió la boca para gritar, pero ningún sonido salió de esos labios.

Andrew se vio envuelto en una maraña de vendas alrededor de sus ojos y de su cuello. Intentado con sus manos quitárselas de la cara, no pudo evitar que le alzaran sobre el suelo, dejándole suspendido en el aire sin más apoyo que el de sus manos sobre las vendas, el aire empezaba a escapar de sus labios mientras se esforzaba por sobrevivir a la presión alrededor de su cuello y al intenso dolor alrededor de su cabeza.

Alex vio como el ser que carecía de orejas se abalanzaba sobre él con un cuchillo en cada mano. Alex intentaba esquivar los ataques mientras el ser aparecía a cada instante en un lugar diferente y le atacaba con apuñaladas veloces y con pretensión de profundizarse en su piel. Su desventaja eran de segundos mientras con la vista intentaba adivinar donde aparecería nuevamente pues ni un susurro de las hojas contra el aire cuando le atacaba podía escuchar.

Touya se enfrentó al ser que tenía un cuchillo enorme por brazo. No controlaba bien su cuerpo, cada vez tenía menos control sobre su fuerza o su velocidad y sus reacciones iban ralentizándose cada vez más, haciendo que el cuchillo se acercara más a su carne sin poder evitarlo y sin poder sentirlo.

Eriol con su báculo atacó al ser que estaba cortando con sus hilos a Paul, convirtió su báculo en espada e intentó atacar a la card directamente, para ser apresado su brazo por unos hilos. Intentó tirar de los hilos pero cada vez que se movía los hilos se cercaban más alrededor de su carne y le hacían cortes más profundos. Cogió la espada con su otra mano e intentó cortar los hilos pero solo consiguió que la espada rebotara y los hilos se apretaran más sobre su brazo. La joven reencarnación de Clow giró su cabeza para ver como Andrew iba perdiendo sus fuerzas en esas vendas que le apretaban sin escrúpulos. Sin embargo algo inesperado ocurrió, una luz del cielo cayó hasta clavarse en el suelo pasando por la venda y rasgándola, haciendo que se rasgara y rompiera liberando a Andrew. Su cuerpo cayó pesado sobre el suelo de hierba. El joven se quitó con manos urgentes las vendas del cuello y respiró con alivio.

Eriol alzó la cabeza y pudo ver dos seres alados en el cielo, reconoció a las criaturas pero sus ojos no podían creer lo que veían. Un ángel y un ser alado con aspecto leonado descendieron de los aires. Del ser alado se bajó un joven que había visto hablar con Shaoran anteriormente. Se acercó a Andrew para ver si respiraba y miró a Eriol dándole a entender que podía respirar ya de alivio. Su amigo viviría un día más para contarlo.

El ángel volvió a apuntar con su arco a Paul y su flecha cortó los hilos, seguidamente y sin pausa apuntó a Eriol y cortó los hilos que retenían su mano. Las dos cards retrocedieron hasta quedarse juntas y los miraron hostiles.

"Supongo que sois los refuerzos"- Dijo Andrew ya con aire renovado en sus pulmones.

"¿Kerberos?"- Preguntó Eriol acercándose a la bestia del sello.

"La magnífica bestia del sello ha llegado"- Dijo petulante. Eriol miró a la bestia y después al ángel que seguía con el arco en sus manos y apuntando ahora a los otras dos cards, lanzó unas flechas más a las cards y estas indignadas recularon hacia sus otras dos compañeras. Todos se reunieron, todos malheridos.

"Deben ser selladas"- Dijo Tiang Kong seriamente- "Debemos resistir todo cuanto nos sea posible, mi señora no tardará en llegar"- Dijo a los presentes.

"De acuerdo, pero ¿podrían decirnos quienes son y que demonios hacen aquí?"- Eriol miró a Tiang Kong que fijaba su arco en las cards. Las cards se mostraban cautelosas y recelosas ante la guardiana.

"¿Puedes hacerles algo con tus flechas?"- Preguntó Hui, el recién llegado.

"Ya lo dije antes. Mi poder no sirve para sellarlas"- Los presentes, a excepción de Alexander la miraron fijamente.

"¿Entonces por qué se muestran tan cautas?"- Preguntó Andrew indignado.

"Están esperando"- Dijo frunciendo más el ceño.

"¿Esperando?"- Preguntó Touya mientras con una mano intentaba parar la hemorragia de un corte, aunque sin saber realmente si hacia efecto pues no sentía nada.

"A que las sellen"- Todos quedaron callados nuevamente.

"No quiero ser el aguafiestas de todo esto, pero… ¿qué sentido tiene lo que acabas de decir?"- Preguntó nuevamente Andrew con una mueca en su boca.

"Mucho"- Las respuestas de la guardiana eran poco alentadoras.

"Será mejor no pensar en sus respuestas solo os darán más dolores de cabeza"- Dijo Kero con un suspiro.

"¿Y tú que haces aquí Kero¿No te habían sellado? Además tu libro estaba desaparecido"- Kero miró a Eriol y solo supo mostrar una sonrisa nerviosa.

"Acabo de despertar no se sabe como del libro de las Sakura Cards, bueno… en realidad sí sé como, a partir de un hechizo, pero no sé quien lo lanzó, lo cual es bastante raro pues solo Clow sabe los hechizos necesarios para mantenernos dentro del libro. También está el hecho de que todo este tiempo he sido consciente de la utilización de las cards, pero me era imposible despertar y salir del libro. Teniendo en cuenta que tú eres la reencarnación de Clow y tus tendencias en cuanto a la diversión deberías de ser el principal sospechoso. Para tu suerte estas descartado muchacho"- Dijo Kero reflexivo- "Ella me trajo para esta batalla, no podía negarle mi ayuda aunque fuera ella la que me selló, bueno… el primer sello no fue por ella, pero el segundo sí y está el hecho de que me pidiera ayuda y…"- Touya fue el primero en cansarse de tanta palabrería.

"¡Basta ya peluche mentecato!"- Las cards se movieron ante el sonido y Tiang Kong lanzó sus flechas lo más rápido que pudo. Dos cards casi volaron hacia sus espaldas y atraparon a la guardiana con sus hilos y vendas.

"¡Mierda!"- Dijo Eriol al ver como las otras dos se disponían a atacar a la guardiana. Kero fue más veloz y lanzó una llamarada que los envolvió, cortaron los hilos y vendas e hicieron retroceder a las cards en su ataque. Lanzó más fuego en un círculo protector a su alrededor.

"¿Cómo puede ser que vuestro poder les haga efecto? Nosotros empleamos los elementos naturales y no sirvieron de nada"- Dijo Andrew que sintió y oyó el calor que emanaba de la boca de Kero.

"Porque nosotros somos prolongaciones de la Cazadora"- Dijo el ángel sentándose al suelo. Tenía cortes por sendos brazos y piernas.

"¿Cómo?"- Dijo Touya sin comprender.

"Al parecer Tiang Kong y Kirina son prolongaciones de su ama y creadora que es de lo que están hechas las esferas que pueden sellar las cards, por esa parte nos entendemos ¿no?"- Los jóvenes asintieron- "Por otra, la Cazadora, al ser descendiente directa de la creadora de las esferas, tiene su sangre corriendo por sus venas por lo que al sellarme en el libro con su sangre traspasó parte de su poder a mi y a Yue, por lo que nuestros poderes afectan a las cards. Nuestra magia puede repeler sus ataques, nos puede defender de ellos, pero en ningún caso hay que intentar un ataque directo pues no somos la entidad creadora en su totalidad, solo una parte, la mía más pequeña que Tiang Kong pues ella viene directa del poder de su creadora cuando yo solo vengo de una descendiente suya. Si hay suerte eso las detendrá por un rato más"- Dijo con cierta duda en la voz.

"Entonces cuando despertarte la Cazadora te trajo a esta batalla para ayudarla porque necesitaba de tu poder"- Dijo Eriol pensativo.

"No. No me trajo ella, fue alguien quien nos trajo, a mi, a Yue y a ella"- Dijo Kero pensativo- "Y pensar que si no fuera por ese sello la hubiéramos podido proteger antes, casi muere esta noche, sino fuera por ese hechizo…"- Tiang Kong miró fijamente al cielo y después a las cards.

"No comprendo"- Dijo Touya, cada vez más sumido en la confusión.

"Ahora lo comprenderás"- La guardiana mostró una pequeña e imperceptible sonrisa y volvió a mirar al cielo. Todos, por imitación, hicieron lo mismo y de ahí vieron aparecer un ángel. Eriol quedó callado, ya sabía la identidad de esa persona, pero Touya quedó algo sorprendido, aunque no demasiado. Los demás no entendían mucho sobre el asunto. El ángel los vio y descendió fuera del círculo delante de las cards.

"¿Están todos vivos?"- Fue una pregunta extraña y bastante distante.

"Sí"- Contestó la guardiana. La joven giró la cabeza y miró dentro de las llamas. Con un movimiento de su mano las apagó y retrocedió sin apartar la mirada de las cards.

"Debéis marcharos, Kira y Yue van en ayuda de los otros, debo ocuparme de estas cards aunque sin duda, por lo que veo no causarán problemas"- Dijo con cierto temblor en su voz.

"Esperan el momento. Ya falta menos y saben que cuanto antes ocurra, antes volverán a ella"- Ying Hua o Sakura, según quisiera uno llamarla después de tanta confusión, se dio la vuelta y miró fijamente a Touya, lo cual no pasó desapercibido para nadie. Pasó su mirada a Kero y el guardián negó con la cabeza a su pregunta no formulada.

"¿Qué cards son?"- Preguntó Eriol a la joven.

"Es una sola card"- Dijo mirando de reojo a las 4 figuras- "Es la card 'The Senseless', esta card arrebata los cinco sentidos del ser humano"

"¿Los cinco?"- Dijo Andrew incrédulo.

"La quinta manifestación es etérea, la del olfato, pues en algunas batallas hasta que no se le es arrebatado los demás sentidos no actúa el olfato, por ello es etérea, además como ataque no es muy poderosa"- Los que pudieron escuchar la explicación de la hechicera miraron a Eriol, después de todo el también estaba dentro del grupo de afectados por la card.

"Muy ingenioso"- Dijo Eriol de modo apreciativo.

"Eso mismo dijiste antes"- Eriol alzó la mirada y la miró repentinamente pero ninguno de los dos supo de donde había aparecido esa sensación de familiaridad.

"¿De dónde sacaste el libro de Sakura?"- Preguntó Touya ahora que su mente empezaba a recuperar su agilidad. Esa pregunta era demasiado evidente pero tenía que confirmar lo que sus ojos veían.

"El libro siempre estuvo con su señora"- Dijo Tiang Kong. Y esa respuesta cayó como una piedra sobre la cabeza de los jóvenes demostrándoles la verdad. Eriol parpadeó y Touya intentó levantarse para acercarse a la joven. Cuando cayó por falta de fuerzas la joven corrió a socorrerle. Examinó sus heridas y vio que dentro de lo graves que eran sobreviviría.

"Imposible"- Dijo Touya haciendo que la joven levantara la cabeza.

"En esta vida todo es posible"- Dijo la joven mirando a los ojos del que una vez fue su hermano.

"Pero…"- La joven se giró a mirar a las cards y después a Tiang Kong.

"Me temo que no podréis iros, si ellos están afectados por las cards deberán quedarse hasta que las selle, para así poder recuperar los sentidos robados. Antes vosotros superasteis el hechizo por propia voluntad y por ello pudisteis marcharos, pero ahora las cosas son diferentes"- Se levantó para enfrentarse a la card y se paró al lado de su guardiana.

"Será difícil, necesitas cinco cards y las cinco a su vez"- Comentó algo preocupada.

"Quizá incluso 6 o más si me atacan o resulta el ataque poco efectivo"- Dijo con humor- "Un buen entrenamiento para lo que me espera"- Y sin dudarlo un minuto más echó a correr hacia ellas. Invocó a 'The Jump' y saltó sobre ellas, mientras en el aire sacó 5 cards mientras guardaba a Jump- "¡Por el poder que el cielo me concedió en esta misión¡Sweet¡Flower¡Song¡Watery¡Light!"- Lanzó las 5 cards al aire y las cinco cards se transformaron y atacaron a las cards oscuras. La card 'The Song' cantó la melodía más hermosa que pudo entonar. La card 'The Flower' envolvió todo el estadio con flores plagando con su aroma la nariz de todos. La card 'The Sweet' creó unos dulces que lanzó en contra de la card que tenía la boca sellada con hilos, esta card los destrozaba con sus hilos pero a cada golpe suyo, más se impregnaban sus hilos con el dulzor de la card. La card 'The Watery' envolvió a la card más oscura de las 4 y la enredó con sus tentáculos líquidos, pero la card se escapaba. La card 'The Light' envolvió todo de luz ante la card que tenía los ojos vendados.

"¿Por qué las ataque con algo que no pueden sentir?"- Preguntó Hui.

"Porque solo sus opuestos pueden hacerlas debilitarse"- La Cazadora mandó volver a Watery e invocó otra card.

"¡Wood¡Envuelve con tus ramas y no dejes que no haya lugar sin que sienta el tacto de tus ramas!"- La card 'The Wood' apareció y persiguió con sus ramas a la card hasta envolverla. La Cazadora empezó a jadear y mirar como era la situación cuando percibió que la card con los ojos vendados atacaba a Light.

"No funciona"- Dijo Touya con algo de angustia en su voz.

"Dejadla. Ella sabe lo que tiene que hacer. Lo sabe"- La guardiana examinó a su señora y vio como se debilitaba a momentos. Entonces la vio erguirse de nuevo y sacar una card más- "No puede ser"- Murmuró sin entender el cometido de esa card, pero no pudo evitar que la invocara.

"¡Dark!"- La card salió de la carta que la encerraba y se dirigió a su antagonista y las envolvió en una espesa negrura, a la card oscura y a Light.

"¿Qué pretende?"- Dijo Hui sin comprender ese acto.

"Ese movimiento ha sido muy peligroso"- Dijo Eriol mientras veía como la Cazadora caía sobre sus rodillas. Percibió el movimiento de su mano hacia un pequeño bolsillo y la vio sacar algo de él.

Las cards fueron agrupándose, juntándose en la negrura, metiéndose en ella a medida que las acorralaban. Una vez que todas y cada una de las cards estuvieron dentro de la negrura de 'The Dark' alzó su báculo y se levantó con las mínimas fuerzas que le quedaban. Con un golpe apoyó su báculo sobre la tierra y allí enterró el pico inferior. Esperó unos segundos más, los cuales le acercaban más al desvanecimiento. Apretó las manos con fuerza y la esfera empezó a brillar con fuerza, separó el báculo del suelo y corrió hacia esa esfera ennegrecida para, en el instante en que se abrió con una luz cegadora, ensartar el báculo en los seres que se había entremezclado dentro de la esfera oscura. Las figuras se convirtieron en polvo negro y se mezclaron con la sustancia de la esfera para al final mezclarse con esa sustancia, un espectáculo de luces negras y blancas danzó alrededor de la Cazadora y finalmente esas luces se convirtieron en una card. La card se deslizó a sus manos y cuando sintió el contacto de la card en sus dedos se derrumbó sobre el suelo.

Touya y los demás recobraron sus sentidos, lo cual en el caso del entrenador fue algo poco deseado y muy, muy doloroso, pues de no sentir nada pasó a sentir el dolor más intenso que jamás hubiera pesando sentir, todo por culpa de los múltiples cortes y golpes que le efectuó la card.

Tiang Kong se acercó a su ama y levantó su cuerpo para verle el rostro.

"Por esta noche no podréis continuar, os matará"- Sentenció como si su palabra fuera ley.

"Me gustaría creerlo"- Dijo con una sonrisa en sus labios, lentamente dejó el profundo cansancio la venciera y que toda la energía que había sido absorbida de su cuerpo se recuperara mientras se dejaba sumir en un dulce letargo.

Tiang Kong sujetó a su ama con sus brazos, levantó su cuerpo del suelo y se dirigió a los jóvenes que se recuperaban de la impresión y la tensión que habían sufrido. Eriol que no apartó la vista ni un solo instante se adelantó hacia la guardiana y miró a la joven en sus brazos. Las cards de Sakura se fueron conviertiendo, una por una, en una carta.

"Morirá si sigue agotando su fuerza de esta manera"- Era evidente que Tiang Kong no era la única con esa opinión.

"El deber es el deber"- Aunque compartieran la misma opinión jamás le daría la razón a ese hombre. No a ese hombre, la reencarnación de Clow. Avanzó con el cuerpo hacia los demás jóvenes y dejó el cuerpo junto con Kerberos que hacía de apoyo a Touya Kinomoto. El mayor de los Kinomoto miró a la joven que tenía a su lado con sumo desconcierto mientras que los demás la miraban con curiosidad.

"Necesita descansar"- Reiteró Eriol. La guardiana le miró con ojos fríos.

"Eso es imposible. Aún quedan dos cards que atrapar, además varios de vuestros amigos están en peligro en estos instantes. Kirina marchó junto con Yue para ayudarlos y solo el destino sabe cuanto tiempo podrán resistir sus ataques mientras llegamos"- Paul levantó la cabeza hacia el ángel y la miró con un ceño.

"La estáis matando"- Dijo indignado- "Es un ser humano, su cuerpo está en sus límites, si esta noche continua no esperéis que viva más tarde"- La guardiana le lanzó un mirada asesina, pero no podía refutar sus argumentos porque ella misma sabía la razón que tenía.

"Vamos Paul, déjalo ya, esto no es asunto nuestro"- Dijo dándole unas palmadas a la espalda de su amigo, que las recibió con un quejido por los cortes que le habían provocado los hilos.

"Insensato"- Se oyó decir a Alexander- "¿Te crees que esto no nos incumbe?"- Dijo con una mirada altiva- "Esas cards o como se llamen tienen un poder infinitamente más grande que el de cualquier hechicero de la última orden de la Nueva o de la Antigua Generación. Su poder es tan grande que ni nosotros mismos hemos notado su presencia"- Dijo indignado ante tanta ignorancia.

"¿Y con eso quieres decir…?"- Paul suspiró ante lo corto de entendederas que podía llegar a ser su amigo.

"Te lo voy a explicar como le explico las cosas a mi sobrino"- Dijo Paul a Andrew- "Las cards son malas, las cards son más poderosas que nosotros, si las cards son malas y más poderosas que nosotros eso significa…"- Andrew se molestó por el tono empleado pero cuando hubo pensado en lo que Paul le dijo cayó en la cuenta de lo estúpido que había sido.

"Vale, he pillado la idea"- Dijo con el cejo entrecerrado. Touya, que se había abstraído de la discusión no pudo apartar la mirada del rostro de la joven. Era tan hermosa, igual a como se la había imaginado a esa edad. Piel clara, ojos grandes y vivaces, nariz picara y labios finos, una imagen idéntica a una mujer que siempre había querido. Su pelo castaño igual al de su padre y sus ojos efectivamente verdes como su madre.

"Si no fuera porque sé que sientes pensaría que te has enamorado de ella"- Dijo Eriol a su lado. El inglés de gafas había observado a la joven también. La muchacha lentamente, volvió al mundo de los vivos, alejándose de su letargo, para encontrarse a dos hombres observándola con profundo interés.

"Tiang Kong"- Murmuró aún ausente de este mundo. Miró detenidamente a los dos hombres nuevamente y al percatarse de su verdadera identidad intentó levantarse que fue acogida con una reacción rápida y dolorosa de Touya con un empujón de su brazo que la atrajo una vez más al suelo.

"No te vas a escapar tan rápidamente de mi, señorita"- Dijo Touya con tono acusador.

"Si yo no iba a…"- Pero no pudo terminar su frase, como un perro apaleado encogió el rabo y bajó las orejas, mientras su mirada se asemejaba a la de un corderito.

"Esas tretas no funcionan conmigo"- Dijo Touya al ver como su hermana, pese a los años se había convertido en lo que todo adolescente de su edad era. Una manipuladora emocional.

"Necesitamos respuestas"- Dijo Eriol acercando su mano a la de ella y examinando su pulso.

"Ahora mismo"- Dijo Touya con un tono más duro. Podría haber sufrido un profundo dolor por su pérdida, podría haber sufrido remordimientos por su abandono, pero ahora mismo sentía una furia indescriptible, primero por ocultarse todo este tiempo y luego por poner su vida en peligro.

"No hay tiempo"- Intervino la guardiana de rostro, al igual que Yue, siempre serio y sereno. Eriol vio que físicamente su cuerpo recuperaba su fuerza pero que espiritualmente su magia había quedado casi agotada- "Vuestros amigos corren peligro"- Les recordó como si eso les instara a dejar esa actitud exigente de respuestas.

"Yo no tengo amigos"- Dijo Touya con mirada cruda. Eriol no pudo evitar sonreír, la verdad es que si tenía un amigo pero no se lo iba a recordar en estos momentos, lo cual no incluía que Tiang Kong respetara las reglas del tacto como Eriol.

"¿Y Yukito Tsukishiro?"- Dijo alzando una ceja. Touya masculló algo que Eriol prefirió no entender y la Cazadora miró interesada este intercambio de pullas.

"Vale, de acuerdo, pero yo voy con ustedes"- Se levantó o al menos lo intentó, pero cayó pesado como era, sobre Kero, el cual manifestó su queja.

"Debería adelgazar un poco"- Fue lo que pudo decir Kero antes de quedarse mudo por la mirada que le estrelló Touya.

"Será mejor que os vayáis a un lugar seguro y resguardados para recuperaros de vuestra heridas, yo iré con Tiang Kong y Kero a sellar las dos últimas cards de esta noche"- Dijo la Cazadora mientras se levantaba. Eriol iba a decir algo más pero se abstuvo de pronunciar una palabra más, no así fue el caso de Touya.

"¿Y dejarte morir…?"- Fue el tono acusatorio lo que hizo que la joven se justificara.

"No me pasará nada"- Suspiró cansada.

"¿… Otra vez?"- Esas dos palabras dejaron mudos a todos. La joven levantó la cabeza y miró a los ojos del entrenador para observar un dolor desgarrador. Ahora no podía negar la verdad de esas palabras ni el dolor que había en ellas.

"Lo siento mucho"- fueron las únicas palabras que consiguió pronunciar. No es que ella hubiera planeado todo este enredo, pero se sentía culpable por no haber tenido en cuenta lo que hubiera sentido su hermano al recién descubrir de la inexistente pérdida que tuvo que soportar.

"Ella no tuvo consciencia de la verdad hasta hace breves momentos"- Sakura levantó la mirada hacia Tiang Kong por esa justificación, no era del carácter de la guardiana explicarse, pero por su ama era capaz de olvidar todo y ayudarla. Esa justificación fue aceptada silenciosamente por todos. Sakura fue a hablar nuevamente cuando sintió algo frío recorrer su espalda, sintió como una descarga helada recorría sus venas y su columna vertebral. Alzó la cabeza y la giró hacia un punto indefinido del espacio. Tiang Kong se percató de la reacción de su ama e intentó percibir lo que ella percibía, pero en vano.

"¿Qué ocurre?"- Preguntó Eriol al notar que algo no andaba bien entre la Cazadora y su guardiana.

"Esta sensación…"- Dijo llevándose la mano al pecho. Apretó su pecho izquierdo, sobre su corazón y sintió una punzada de reconocimiento. Jamás olvidaría esa sensación, no ella, no la que era ahora, no su cuerpo, si no su alma. Su alma jamás olvidaría.

"¿Qué percibes?"- Preguntaron Paul y Andrew al unísono. Y como si su cuerpo no sufriera ningún agotamiento se subió sobre Kerberos y sin orden hablada el león de ojos dorados se alzó al vuelo.

"Tiang Kong encárgate de que lleguen a la mansión Li sanos, pase lo que pase no te detengas, no te enfrentes contra nada y no vuelvas la mirada ante nada que sientas o percibas, por mínimo que sea"- Sin más dilaciones Kero salió volando dejando atrás a esos jóvenes, bajo la custodia de esa protectora guardiana.

"¿Qué ha pasado?"- Preguntó Alexander sin entender la urgencia de la joven.

"Le ha sentido"- Fueron las únicas palabras que escaparon de sus labios, que solo pudieron oír los que más cerca estaban de ella. ¿A quién se refería? Ese era el misterio que más tarde tendrían que descubrir.

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Sakura volaba a lomos de Kerberos mientras que un sentimiento de 'deja vú' la devolvía pensamientos del pasado. No supo como, no supo que provocó esos recuerdos, pero cayó inconsciente sobre el guardián mientras llegaba al lugar de destino.

- "Hermano…"- Una joven de cabellos largos y castaños se adentró en una sala iluminada solo por la luz dorada y anaranjada de la chimenea. El ocupante del cuarto giró su cabeza al ver entrar a la joven.

- "¿Qué pasa, mi pequeña?"- Dijo levantando la mano, ofreciéndole apoyo y consuelo silenciosamente. La joven se acercó al sillón donde siempre encontraba al hombre y aceptó su mano. Puso su mano encima de la de la palma abierta del hombre. No sabía como lo hacía, pero siempre sabía cual era su estado de ánimo, pese a que lo ocultaba con todas sus dotes interpretativas, las cuales no eran muchas. Se acercó más al cuerpo de él y se arrodilló delante de él apoyando su cabeza sobre su regazo y las manos sobre sus rodillas. Reflexionando más para sí misma que para su hermano empezó a relatarle su torbellino de sentimientos.

- "Vine aquí por un sentimiento que no conocía, tentada por mi curiosidad, atraída por algo nuevo, desconocido que hacía que mis años de soledad serían borrados con algo cálido y embriagador. Ahora… Ahora debo pagar por ese atrevimiento con un inmenso dolor en el pecho"- Dijo con la voz algo temblorosa- "Cuando llegué aquí, a este mundo, perseguí a alguien al que realmente no conocía, tú me encontraste, curaste mis heridas, me alimentaste, tú me acogiste bajo tu techo y le pediste a tus nobles padres que me adoptaran, me convertiste en tu hermana, en tu alumna, en tu única amiga"- La joven levantó la cabeza y vio una sonrisa cálida de los labios de ese hombre al que llamaba hermano, su corazón se encogió ante la debilidad que la había envuelto desde que llegó, poco a poco, lentamente fue asediada por la debilidad de un carácter fácil de conquistar. Así era como se sentía, conquistada y burlada- "Te conté a quién buscaba y por qué le buscaba y tú me dijiste que ese hombre era tu sobrino y que el sentimiento que me llevó a él era el amor. También me alentaste a dejar ese amor sin florecer en mi pecho para conservar de él un hermoso recuerdo, porque ese hombre al que amaba estaba unido a otra mujer que no era yo. No entendí bien ese lazo que los unía pero debí aprender mejor esa lección"- El hombre de vestimentas oscuras, con gafas y ojos azules le acarició la mata de cabello que le rodeaba la cara con suma delicadeza- "Me enseñaste todo lo que sabías, me apoyaste en las situaciones más duras, aprendimos juntos a vivir esta vida y no sé como pagarte todo ello, mas ahora debería volver del lugar que nunca tuve que abandonar porque ya no me queda nada de lo que me trajo aquí, ya nada conservo de la ilusión que me llevó a tu lado"- La joven sonrió con tristeza mientras contenía las lágrimas que amenazaban con derramarse.

- "¿Por qué, mi pequeña¿Qué te lleva a pensar eso?"- Preguntó con delicadeza.

- "La mujer que está unida a Long Lei me ha dicho que si me acerco más a su esposo con deseos inadecuados tú sufrirás las consecuencias de mis actos y los dioses saben que nada malo te desearía a ti"- El hombre frunció levemente el ceño ante la mención de la esposa de su sobrino.

- "Esa mujer siempre ha sido de temperamento inestable. Puede amenazarte todo lo que quiera pero no podrá hacer nada para perjudicarme, no tiene el poder necesario, tanto dentro del clan como mágicamente"- La joven le miró con ojos dubitativos- "Está resentida"- Dijo con un suspiro.

- "¿Por qué?"- El hechicero se lo pensó durante unos instantes pero finalmente se decidió a contestarle.

- "Ella ama profundamente a su marido"- La joven le miró con los ojos desorbitados, la pura incredulidad se reflejaba en sus ojos- "O al menos le amaba profundamente. Puede que en apariencia sea fría, pero eso se debe a la falta de atención de mi querido sobrino. Ella se casó ciega de amor, ella fue la que insistió en el matrimonio, pensando que una vez casados mi sobrino caería rendido ante sus pies y que llevarían una vida feliz hasta su muerte. Sin embargo… mi sobrino jamás la amó y cuando partió dejándola embarazada supo que en ese instante él la dejaría a un lado de su vida, pues ya había cumplido con el clan, había cumplido como líder proporcionando un sucesor, ya sea que hubiera nacido hombre o mujer la criatura. Desde el día de su partida se tornó agria y resentida"- Hizo una pausa para mirar el fuego que brillaba en la chimenea y dejó ahí su mirada mientras vagaba en sus recuerdos- "Me temo que tu presencia la trastornó todavía más, pues supo que el amor que ella no consiguió de su esposo, tu sí lo conseguiste"- Notó como la mano de la joven se apretaba sobre sus túnicas- "Ahora me temo que su alma anda perdida en las tinieblas, la razón ya no controla sus sentimientos y percibo una mala predisposición hacia ti, pero no temas, no me ocurrirá nada, eres tú la que me preocupa sin embargo"- La joven hundió su rostro sobre la pierna de su hermano y dejó fluir las lágrimas, sin mostrarlas ante él.

- "Hermano…"- Los sollozos se transformaron en desgarradores lloros- "Hermano… he cometido un error"- Dijo en su llanto- "No he podido resistirme, no he podido apartarme de él, he sucumbido como una tonta"- Levantó la cabeza y Clow pudo ver el insoportable dolor que soportaba la joven- "Sus caricias, sus palabras, sus besos, no pude evitarlo, no pude…"- Clow no necesitó más palabras, sabía lo que había ocurrido, hacia tiempo que lo sospechaba pero siempre tuvo la delicadeza de no decir nada, no valía la pena cuando sabía que no sería escuchado por ninguno de los dos jóvenes- "Ahora temo por ti. Por lo que yo he hecho, tú pagarás"- El hechicero, por primera vez, pudo sentir una rabia que le corroía en el interior de su alma. Ella podía ser más antigua que ninguno de los seres que poblaban la faz de la tierra, por el contrario era el ser más ingenuo e inocente que jamás había tenido el honor de conocer y Long Lei la había manipulado vilmente al convencerla para que se entregara a él. Ella era casadera, inocente y de un alma muy frágil. El muchacho sabía que debía alejarse de ella que no debía tocarla, pero la había marcado con el estigma del adulterio. Ahora la joven moría por dentro por el pecado que había cometido. Sí, podía haber sido más antigua que ningún otro mortal, pero había nacido sola, había crecido sola y había entrado en ese mundo cruel con ojos de niña y aún miraba el mundo desde esa mirada dulce y pura.

- "No llores. No te angusties, yo cuidaré de ti, yo haré que esto sea una mera pesadilla"- La joven levantó la cabeza y le miró desesperada- "Olvídale. Sabes que no debes seguir manteniendo esa clase de relación, tu alma jamás soportaría ser la querida de mi sobrino durante toda la vida, por mucho que tu corazón lata por él"- Eran palabras duras porque aunque reflejaban una realidad eran pronunciadas suavemente. Sabía que no lo hacía por maldad sino por un profundo amor por ella- "Crea una vida nueva, continua con esa vida y olvida lo que sientes ahora, sé que lo que te pido te parece imposible ahora, pero en este mundo hay hombres buenos que te harán feliz, que harán que tu vida sea más placentera en este mundo. Busca otro amor y descansa de esta agonía"- La mujer le miró triste, Clow sabía que ella jamás olvidaría a Long Lei, pero debía hacerlo, por su bien y por el bien de su sobrino, las cosas no podían seguir ese ritmo pues sino acabarían en desgracia- "Un día, volveréis a reencontraros en otra vida y entonces podréis estar juntos, entonces tu alma descansaràpero hasta que llegue ese día, haz que tu corazón lata con armonía, haz que el dolor se disuelva en un mar de tranquilidad, que no se agite en olas desesperadas por subir una cala cuando saben que jamás lo conseguirán. Llora hoy pensando que mañana será otro día, que mañana podrás encontrar algo de paz para tu torturado corazón"- Esa noche sería una de las más dolorosas de Clow, incluso más dolorosa que el día de su despedida porque esa noche había roto el hilo del cual colgaban las esperanzas de su niña.

- "¿Algún día dejará de doler?"- Dijo con la voz ahogada en las lágrimas.

- "El amor quedará siempre allí, pero lentamente se irá difuminando en el olvido, el dolor pasará y dará paso a un vacío que acompañará a ese amor. El tiempo empequeñecerá el dolor"- La joven levantó sus enormes ojos verdes, vidriosos por las lágrimas.

- "¿Me dejará de doler?"- Preguntó nuevamente mientras el hombre veía como el corazón de la chica se partía ante sus ojos.

- "El tiempo hará que duela menos, pero no hará que deje de doler. Solo tú puedes hacer que te deje de doler. Descansa, mañana será otro día"- La joven se llevó la mano al pecho y asintió levemente con la cabeza- "Eres fuerte, pequeña, con el tiempo olvidarás y pronto encontrarás otro amor que te llenará de alegría"- Clow no sabría hasta unos años más tarde lo equivocado de ese pensamiento.

Los recuerdos llevaron a la joven Sakura a otro punto de ese tortuoso pasado. Ahora estaba en un mausoleo y dentro se encontraba alguien cubierto por una capa oscura, esperando la llegada de alguien, de espaldas a la entrada, confundiéndose con las sombras del tétrico lugar.

- "Os agradezco vuestra presencia"- Dijo una joven mientras avanzaba al interior del mausoleo. La joven se acercó a la figura pero esta levantó la mano deteniendo a la joven.

- "¿Qué queréis de mi?"- Dijo con voz agria.

- "Os ruego que me perdonéis por esto, sé que no os puedo reclamar vuestro rencor, solo espero que algún día me podáis perdonar"- La figura se movió levemente y permaneció dándole la espalda.

- "Vuestro regreso ha sido inesperado, después de todos estos años pensamos que jamás volveríais"- Dijo la voz con un deje de rencor en su voz.

- "Mi esposo necesitaba resolver ciertos asuntos y tuvimos que venir con él, ahora me hospedo en la casa de mi hermano"- Dijo sabiendo que no era necesaria esa información, que seguramente ya le habrían hecho llegar esa información a sus oídos, después de todo… ¿quién no estaba enterado nunca de nada dentro del clan Li?.

- "Lo sé"- Fue la respuesta de la figura encapuchada- "¿Qué queréis?"- Preguntó ansiosa la voz, era evidente el deseo de esa persona de salir de ese mausoleo y perder de vista la presencia de la joven señora.

- "Sé que no os es ajeno lo que está pasando, algo oscuro se cierne sobre la casa Li y sé que vos podéis ayudarme"- Fue casi un ruego, una súplica muda, tácita entre dos personas que el tiempo había convertido en enemigas.

- "¿Acaso creéis que os ayudaría¿A vos¿Después de todo lo que he sufrido¿Por qué razón debería ayudaros?"- Contestó la voz indignada.

- "Mi partida fue lo mejor para todos"- Dijo poniendo todo su convencimiento en sus palabras, aunque ella misma no creyera realmente en ellas- "Y quizá me odiéis por todo lo que hice, pero vos también me hicisteis daño. No os pido que lo hagáis por mi, ni por vos, sino por el futuro, por el futuro de todos y por el de vuestro heredero"- El encapuchado calló, meditando sus palabras.

- "Quiero que os quede claro que vuestra partida fue lo que propició todo esto, aunque tampoco sé si vuestra presencia hubiera sido mejor. Si no os hubierais marchado tal vez jamás hubiera tenido que recurrir a la magia negra, pero solo el destino podrá determinarlo"- La joven sintió una punzada en el pecho ¿Tan extrema había sido la situación tras su partida para recurrir a la magia negra?. En cierta manera tenía razón, su llegada a ese mundo, su mera existencia en ese mundo humano había sido el desencadenante de las desgracias de esa familia, y como broche final, sería la causante de la destrucción del mundo.

- "Es más que magia negra. Necesito que hagáis un hechizo por mi"- Dijo la joven pasando al tema que la había llevado a ese lugar- "Un hechizo que solo vos podréis romper y que solo vos podréis lanzar. Necesito que hagáis un hechizo de contención"- La mujer miró a la sombra de tela oscura y vio que se daba la vuelta, sin poder ver aún su rostro. Aunque no le fue necesario, sabía cual era su reacción.

- "Ese hechizo me matará"- Dijo vehementemente. Sin negarla o apoyarla, simplemente mostrando los hechos, simple y llanamente.

- "Lo sé"- Dijo seriamente.

- "¿Durante cuánto tiempo tendría que permanecer activo ese hechizo?"- Preguntó interesada la sombra.

- "Durante siglos si es necesario, hasta que os volváis a reencarnar en vuestra siguiente vida"- Sacó de entre su capa un recipiente de cristal y se lo tendió. La sombra encapuchada cogió el recipiente y miró el líquido que había en él.

- "Sangre"- Dijo guardando el objeto entre sus telas.

- "Mía"- Dijo alzando la barbilla con el resto de valentía que le quedaba en el alma- "Sé que me arriesgo a que me maldigáis, pero es la única oportunidad que tengo de remendar el error que yo provoqué. Escribid el conjuro con esa sangre para conseguir la fuerza necesaria para poder contenerla durante siglos"- La persona debajo de la capa se quitó la capucha dejando ver su rostro, su mirada era oscura y sus labios parecían grisáceos. Aunque el hechizo la matara, no tenía muchas oportunidades de seguir llevando una vida larga y plácida, pues la magia oscura estaba devorando su alma. Separó los labios y preguntó mirándola a los ojos una última cuestión.

- "¿Qué contendré?"- La mujer miró a los ojos de la persona que había citado al lugar y pudo sentir cierto alivio, no había llegado al lugar con toda su seguridad, pues los rencores eran profundos, pero esas dos personas no podían permitir que ese maléfico ser hiciera más daño al mundo. Supo en ese instante que le debería un gran favor a esa persona en su siguiente vida, por dar su alma en este hechizo, pero era necesario, ella no tendría poder suficiente para hacer que ese hechizo perdurara por los siglos porque ya había agotado su energía en el propósito fijado, para el día en que ella misma perdería su vida terrenal para aguardar en el tiempo y el espacio a una nueva oportunidad para finalmente destruir este mal, solo tendría una oportunidad para sellarlo y solo tendría una reencarnación para destruirlo.

- "Almas"

Las imágenes que se sucedieron después fueron de dolor, sangre y una inmensa tristeza que inundó sus sentidos al final de toda esa agónica lucha.

Una figura en el suelo, inerte, vio como un hombre con las ropas desgarradas se acercaba a ella. Se arrodilló a su lado y la sostuvo la cabeza.

- "Perdóname"- Murmuró mientras que la sangre escapaba de sus labios- "Por favor, cuida de que todo salga como debe ser, haz que todo este esfuerzo no sea en vano"- La mujer apretó la mano, que el hombre le tendió, con mínima fuerza, ya no le quedaba mucha vida en este mundo- "Por favor, dile a mi esposo que lo lamento, lamento no haber podido ser una esposa adecuada, no haber podido darle lo que necesita, pero sobre todo, no haber podido amarle, como una esposa debe amar a su esposo"- Abrió la boca para tomar una bocanada grande de aire y volvió a hablar- "A ellas… Cuídalas de mi parte, enséñalas lo que tú me enseñaste. Son los seres más especiales que he creado"- Tosió y la sangre empezó a pintar sus labios de rojo- "Has sido para mí un ser muy especial… Uno de los dos hombres… a los que he llegado a amar… Hermano… siempre… estarás en una parte… de mi corazón. Te… quiero"- La mujer giró la cabeza a un lado y extendió la mano hacia un punto en el infinito, miró a algo que había a su lado y sonrió tristemente. Hizo un esfuerzo y se acercó a su objetivo, murmuró algo silenciosamente, pero antes de poder meramente rozarle, dejó caer la mano, ya sin vida, sobre el suelo. Sus ojos verdes se cerraron para anunciar la partida de su alma de ese cuerpo terrenal.

- "Xing…"- Susurró el hechicero más grande de todos los tiempos enterrando su cabeza en los cabellos de la joven, la abrazó con fuerza contra su pecho. Estuvo varios minutos en esa posición cuando finalmente levantó su rostro enmarcado en una expresión inescrutable. No había lágrimas en ese rostro- "No te fallaré"- Murmuró al aire. Miró al rostro de los dos guardianes que callaban el dolor de la muerte de su creadora y los miró con tristeza- "Yo no"- Miró a los otros dos cuerpo tirados en el suelo y se fijó en el objeto que había debajo de uno de ellos el cual encerraba el alma negra del causante de todo ese dolor.

Cogió el cuerpo sin vida de su hermana y se adentró en el bosque. Su hermana había muerto con dignidad y ahora la iba a enterrar como debía, entregándosela a los que eran sus padres. El cuerpo de la joven jamás sería encontrado. Esa noche se perdieron más vidas a parte de la de los tres implicados, esa noche la tragedia asoló el clan Li y como humanos que somos, borraron esa tragedia de sus vidas para poder seguir adelante. Nadie descubriría que había pasado esa noche y nadie jamás descubriría quienes habían sido esas personas.

Clow Reed moriría unos años después preparando la siguiente etapa del ciclo. Un ciclo tormentoso de sangre y odio.

"Sakura"- Oyó una voz a lo lejos, una voz cálida y familiar- "Sakurita, despierta"- La joven abrió los ojos repentinamente y se encontró con una mirada dorada mirándola con preocupación.

"Kero"- Murmuró llevándose la mano a la cabeza. No recordaba muy bien que era lo que había pasado, pero si recordaba esos flashbacks que le causaban esas punzadas en la cabeza. Parpadeó un par de veces y miró a su alrededor, vio una calle y repentinamente la invadió una sensación oscura, giró la cabeza hacia la fuente de esa sensación y divisó un local rodeado de un aura oscura.

"Hace rato que hemos llegado pero no despertabas"- Dijo el guardián frunciendo el ceño. La joven miró a sus lados y vio como Yue y Sky se mostraban con expresión seria ante la joven.

"Estáis muy débil, mi señora"- Dijo Sky mientras dejaba en claro su desaprobación con un bufido.

"En estos momento me preocupan más las personas dentro de ese local"- Dijo señalando con la cabeza el lugar- "También me preocupa la casa Li y por ello deseo que volváis allí"- Sky se envaró, dejando tieso todo su cuerpo, antes de replicar la Cazadora respondió- "No más reprimendas, soy vuestra señora y ahora volveréis a la casa Li para aseguraros de la protección de los demás, solo necesito a Kero, si en cualquier caso me pasase algo Kero podrá ir a avisaros o apoyarme"- Sky miró a Yue y la joven pudo percibir el desacuerdo que tenían con su ama ante esa orden- "Sky… Yue… Si me veo obligada os sellaré"- Sky fue la única que mostró su desaprobación en la cara, Yue se mantuvo impasible. Tras unos segundos de razonamientos Sky y Yue partieron a la casa Li. Kero la miró también con desacuerdo, pero se guardó los pensamientos para sí mismo. La japonesa giró la cabeza hacia el local.

"Noto dos cards"- Entrecerró los ojos y se concentró en un punto de la puerta- "Ha desaparecido"- Dijo recordando esa escalofriante sensación que antes le había recorrido el cuerpo. Había percibido su presencia débilmente pero ahora había desaparecido como había aparecido, como por arte de magia- "No podemos entrar allí"- El guardián miró hacia el lugar y asintió, se podía notar toda esa energía negativa inundando el lugar, absorbiendo la energía de su alrededor y de los seres que aún vivían dentro del local.

"¿Entonces como lo hacemos sin entrar?"- Dijo Kero algo impaciente.

"Hay que sellarlas desde fuera"- Se llevó la mano a un bolsillo de sus ropas y palpó con detenimiento cada card que había en su bolsillo- "Podríamos sacarlas de allí dentro"- Kero la miró con una ceja levantada.

"Te arriesgas a que absorban todo lo que hay fuera. Incluida tú"- En ese momento sacó de su bolsillo un par de cards.

"'The Erase' para eliminar la pared. 'The Move' para mover las cards de donde están a aquí fuera. 'The Sand' para que se queden enterradas en la arena y luego no puedan escapar o atacar"- Kero iba a objetar algo a su plan cuando Sakura ya actuaba por su cuenta invocando a Erase.

Kero recordaba a Sakura como a una chica valiente y decidida, tal vez, en sus principios, dubitativa por ser nueva en la magia, pero pronto descubrió el potencial que escondía. Sin embargo ahora… ahora apenas la reconocía, tan impulsiva, tan alocada que no discernía de lo que podía hacer dentro de sus posibilidades de las que no, era como si no le importara nada, simplemente actuaba, simplemente seguía una pauta: actuar, pasara lo que pasase, aun a riesgo de su propia vida. Era como si quisiera…

Sakura invocó Erase y la pared del local desapareció en su totalidad. Vio como la card se alimentaba de una persona y sin pensárselo un segundo más invocó a la card Move, la cual teletransportó la card fuera del local y la puso delante de la Cazadora. Inmediatamente vio un ligero fallo de planes, pues el suelo estaba asfaltado, sin llegar a tener tiempo a pararse y pensar en las consecuencias de tanto exceso en su forma de emplear la magia, invocó a Earthy y esta abrió la tierra que pisaba sus pies. Cuando tuvo un agujero formado delante de ella invocó a Sand y un remolino de arena envolvió a la card oscura. Sakura sacó una de sus esferas y con todo el poder que le quedaba selló la card. La card no opuso resistencia alguna, por el contrario, antes de convertirse en una carta normal sonrió a la Cazadora. Sakura lo vio y sus puños se cerraron con fuerza alrededor de su báculo. No ofrecían resistencia y eso era lo peor que podía sucederle.

Cerró los ojos y dejó que el proceso de sello de la card drenara la magia necesaria de su cuerpo. Kero se mantuvo detrás de ella para apoyarla, por si en su exceso se desmayara o cayera desplomada sobre el suelo en mitad del proceso. No se equivocó, apenas selló la card, le fue imposible sostenerse en pie ni un segundo más. Kerberos la ayudó convirtiéndose en su punto de apoyo. La joven estaba más que pálida, parecía una hoja de papel, blanca y a punto de ser rasgada.

Sakura se apoyó con su mano izquierda sobre el lomo de Kero, agitó la cabeza de un lado a otro e intentó centrar su vista hacia delante, a la parte descubierta del local sin que esa neblina le cubriera la visión. El guardián pudo percibir la pérdida de su poder, pudo sentir dentro de sí, como la llama de su magia se apagaba lentamente, no es que la llama se fuera a extinguir en la eternidad, pero sí que se debilitaba. Necesitaba descansar, recuperar energía y rápidamente.

Shaoran alzó su cabeza, todavía pesada y aturdida, para ver ante él la aparición de ese fantasma que le estaba acechando durante el comienzo de la competición. Un fantasma que ahora adquiría una forma diferente, con un pelo hermosamente largo y ondulado, cuando en su aparición era corto y más liso. Shaoran parpadeó un par de veces para asegurarse que no era una mala broma que le estaban jugando los ojos. Su vista estaba bien, quizá algo cansada pero sin duda lo que veía ante sí era real. Se levantó lentamente y sin saber como pudo, dio un par de pasos atraído por ese espectro. Su cuerpo se movía por propia voluntad y sus ojos solo se fijaban en un solo objetivo.

"¿Xiaolang?"- El susurro débil de esa voz fue ignorado. Shaoran estaba aislado de todo, estaba centrado en esa persona, no podía evitarlo, su cuerpo estaba cansado, pero no entendía de negativas. Dio varios pasos más hasta quedar a meramente dos pasos de cruzar la línea que separaba el local de la calle. En ese preciso instante algo se materializó detrás de él, flotando detrás de su cabeza.

"¡Xiaolang¡Detrás de ti!"- Gritó Meiling con todas las fuerzas que le quedaban. El joven se sobresaltó y se dio media vuelta, pero en ese preciso instante una flecha pasó a dos centímetros de su rostro para clavarse en lo que se había asomado detrás de él. Volvió la cabeza nuevamente hacia delante y divisó a la joven a lomos del guardián de ojos dorados y con un arco entre sus manos.

Disponiendo de la esfera blanca la joven levantó el báculo y selló la card rápidamente. Shaoran vio sudor correr de su frente por su cara. El excesivo esfuerzo que estaba haciendo la mataría, era algo que nadie dudaba en esos momentos. La card se fue mezclando con la sustancia de la esfera y finalmente volvió a su estado de carta. Cuando la card se posó entre los dedos de la joven, esta miró el objeto detenidamente, hasta que sus párpados fueron cayendo, junto con su cuerpo.

Shaoran vio como caía sin reaccionar aún, estaba como si le hubieran dejado en una burbuja, donde todo lo que pasaba a su alrededor no le afectaba. Meiling se acercó a la joven, ya con las fuerzas parcialmente recuperadas. Le tomó el pulso y suspiró aliviada, al menos estaba bien. Kero acercó su hocico a la joven con preocupación y Lin se levantó hasta acercarse a Shaoran. Levantó su rostro y le miró a la cara, sus manos fueron a la manga del hombre y apretaron la tela, su rostro reflejaba preocupación. Lin miró a la Cazadora como Shaoran y sus ojos se ensombrecieron. El hombre recién salido de su estupor parpadeó un par de veces y notó la presión de la tela en las manos de Lin, bajó la mirada y observó a la joven.

"Ya ha pasado todo Lin"- Dijo de manera seca, sin atisbo de consuelo. La china le miró y afirmó sonriéndole.

"¡Eh, tú!"- Dijo Kero hacia Shaoran- "¡Mocoso!"- Añadió, por si no entendían a quien se refería. De repente, como si le hubieran tirado un jarro de agua fría, el chino se dio cuenta de quién estaba delante de él. La sorpresa se mostró en su cara.

"¡Kerberos!"- Exclamó.

"El único y genuino"- Shaoran no entendió muy bien las cosas, no parecía procesar bien los datos que estaba asimilando. Era como si se le colapsara todo. Súbitamente entendió lo que todo aquello implicaba y miró a la joven inconsciente.

"Entonces ella realmente es…"- La frase se quedó en el aire al ser interrumpido por Kerberos.

"Nos largamos pero ya de aquí"- Dijo tajante el guardián.

"¿A dónde?"- Preguntó la dueña del local, la señora Tiao. Había estado en un rincón observando lo sucedido con interés, pero ahora no pensaba quedarse de espectadora cuando habían destrozado su local.

"A casa del mocoso"- Dijo señalando con la cabeza al susodicho 'mocoso'.

"¿Por qué?"- Preguntó Meiling al guardián con un ceño en su cara.

"Preguntas después, ahora mismo no estamos seguros en este lugar"- Era lógico que fueran a su casa, después de todo la mansión de la familia Li tenía una barrera muy poderosa que en esta situación les vendrían muy útil.

"De acuerdo, pero… ¿cómo vamos?"- Preguntó Meiling nuevamente.

"En mi coche podemos ir"- Se ofreció Sian-Sing. Dicho y hecho, todos se pusieron en marcha hacia el automóvil y nadie dijo nada durante el trayecto al vehículo. Sakura fue trasportada a lomos del guardián hasta el coche y allí fue metida en la parte trasera junto con las dos jóvenes, Mailing fue ayudada por la dueña del local, pues fue la más afectada por el ataque de la card. Shaoran se sentó delante mientras que la mujer que quedaba conducía. Kero quedó en su versión miniaturizada sobre el regazo de Sakura.

El viaje fue tranquilo y sin complicaciones. Media hora después llegaban a la mansión Li. Kero volvió a su forma de león y transportó el cuerpo de la joven, no quería que nadie la tocase a excepción de él. Todos entraron en la casa y allí se resguardaron de la lluvia, que hasta el momento en que Wei lo mencionó, nadie había notado.

"Enseguida les traigo ropa para cambiarse"- Dijo el mayordomo mientras les acompañaba a una sala- "Señora"- Dijo al abrir la puerta y hacerse anunciar- "El señorito Li está aquí"- No se oyó la réplica desde dentro pero el mayordomo les hizo pasar. Cuando todos hubieron entrado el hombre se marchó corriendo a por el cambio de ropa y toallas.

Ya dentro del cuarto notaron que el calor volvía a sus cuerpos. Dentro de la habitación había una concurrencia de personas. Shaoran pasó su mirada por toda la sala. Vio a su madre y a la señora Takano sentadas una al lado de la otra en unos sillones. Hui, Eriol, Andrew, Paul, y Alex se encontraban cerca de la chimenea que estaba encendida a causa del frío y la lluvia. Touya Kinomoto estaba al lado de Kerberos ayudando a levantar el cuerpo de la joven japonesa. Yukito Tsukishiro y Sofie Páris estaban sentados en uno de los dos sillones del cuarto, un pequeño peluche estaba enfrente de ellos tomando una taza de algo caliente. Todos estaban allí, o eso pensaron hasta que la puerta se abrió nuevamente a sus espaldas, dejando pasar a Tomoyo, que pasó como una exhalación al ver a Sakura tumbada en el otro sillón de la sala, ahogó una exclamación al verla de cerca y las lágrimas amenazaron con derramarse. Shaoran se acercó a su madre y le hizo una respetuosa reverencia. En estos casos que no sabía que debía hacer acudía al protocolo.

"¿Alguien podría explicarnos ya que ocurre aquí?"- Exigió Andrew tras recorrer con la mirada toda la sala.

"Debemos esperar a que ella despierte primero"- Dijo Sofie mirando a la joven inconsciente.

"Deberíais dejaros de tanto dramatismo y explicarnos que hacemos nosotros en este lío"- Protestó Alexander mirando a las dos jóvenes que acompañaban a Shaoran y que tenían las ropas pegadas al cuerpo por culpa de la lluvia. Shaoran le fulminó con la mirada, siempre se habían llevado mal, pero lo que más detestaba de ese americano eran sus modales.

"Calla criajo antes de que te cierre tu bocaza con mi garra"- Kerberos, que estaba volando sobre la cabeza de su ama, se fue directamente hacia él a atacarlo, pero Tsukishiro le cogió de la cola cuando pasó a su lado. Al parecer Shaoran no era el único que tenía mala opinión de ese hombre.

"Calma"- Fue lo único que dijo el profesor mientras retenía al guardián.

Shaoran se puso tenso al lado de su madre mientras veía como los ojos de la joven empezaban a abrirse lentamente, se abrían una rendija y volvían a cerrarse pesadamente. Después de tanto desgaste de poder le extrañaba que aún pudiera permanecer viva. Tanta magia no podía ser enteramente suya, debía de tener una fuente de poder. Era imposible sobrevivir a toda esa perdida de poder en tan poco tiempo si no se hallaba una fuente de la cual suministrarse. Parpadeó un par de veces para habituarse a la luz de la habitación. Finalmente pudo mantener los ojos abiertos, pero con la mirada entrecerrada. Lo primero que vio al situar la mirada fueron los ojos furiosos de preocupación de Touya, pudo percibir también la mandíbula apretada del hombre y el ceño que arrugaba su frente. Su reacción fue instantánea, como la de una niña que trata de esconderse del peligro y se levantó del susto pero Touya reaccionó con la misma velocidad y la empujó hacia el sofá mediante la presión calmada y dura de sus manos contra sus hombros, la joven soltó un pequeño grito.

"Ahí te quedas hasta que yo lo diga"- Fue la orden tajante del hombre. Sakura asintió lentamente tragando saliva y vagando la mirada a su alrededor, al percibir movimiento por la periferia de su mirada. Pudo ver a todas las personas dentro de la habitación y específicamente a la que hasta ahora había llamado madre. La mujer la miró con ojos tristes y Sakura no supo más que sentir una punzada en su corazón. No era su madre, que en paz descansase, sino una mujer que la había criado como tal. Su hermano como enfermero no solía ser tan aterrador, pero en esos momentos la furia bullía en sus ojos.

"Ya está despierta"- Ilustró Paul para que diera comienzo el interrogatorio.

"Empecemos por el principio si no os importa"- Dijo Meiling cogiendo las mantas y ropas que les pasaba Wei en esos momentos. Le agradeció su ayuda y el hombre asintió antes de marcharse. La prima de Li se giró y miró a la joven- "¿Realmente eres Sakura¿Sakura Kinomoto de Tomoeda?"- Los que la conocían aguantaron la respiración.

"Sí"- Fue la respuesta de la joven. Miró a Sofie y esta la transmitió un apoyo silencioso. La profesora francesa tan afable y alegre que Tomoyo había conocido en sus años académicos estaba ahora mortalmente silenciosa.

"Pero… habías muerto… esa vez… y además… lo de esta noche…"- Murmuró Tomoyo mirando a Sakura de arriba abajo, una y otra vez, para asegurarse de que no estaba soñando. Era casi como si estuvieran viviendo una pesadilla y ahora estuvieran despertando de ella.

"No morí, simplemente desaparecí"- Dijo cerrando los ojos, su tono era melancólico, distante. Estaba recordando cosas que quería dejar en el pasado. El dolor en su corazón aún perduraba. Aún recordaba los gritos, la sangre y más tarde la oscuridad.

"¿Y todo este tiempo¿Sabes el dolor que nos has causado?"- Dijo Touya con un deje de furia y dolor mezclados. Sakura abrió los ojos y le miró. Sentía pena por lo sucedido en aquel accidente, pero de ninguna manera iba a sentir pena por ellos.

"No fui yo quien abandonó os abandonó"- Dijo con un deje de amargura hacia tiempo que llevaba escondiendo en su interior.

En su momento pudo ser comprensiva, pero jamás podría sentir pena por ellos. Podía entender que cada uno siguiera con su vida, podía comprender que cada uno debía seguir por un camino diferente para poder superarse, para poder crecer, pero si querían reclamarla el haber 'muerto' ese día, eso no se los consentiría, no tenían derecho a reclamarla por algo que ella no planeó, que ella no hizo, cuando fue solo un peón más en la partida. Ella no controlaba el destino y nada de lo que había en el universo. Ella fue quien se quedó sola, la que tuvo que ir a ese viaje con su amiga, con la madre de su amiga, ella fue la que estuvo en un accidente automovilístico y casi no sobrevive para contarlo.

Ella fue la causante de ese accidente, pues a ella era a la que el destino quería poner a prueba. Ella fue quien provocó la muerte de esas dos personas inocentes. Nada hubiera ocurrido si ella no hubiera quedado sola. Ella podía ser todo lo que ellos querían, podía ser amable, dulce y comprensiva, pero jamás podría olvidar la soledad, el abandono de ellos fue el causante de todas esas dos vidas perdidas. Se atormentaba, se torturaba, siempre soñaba con ese viaje en coche, ese viaje de vuelta. Había sentido alivio, había sentido un profundo sentimiento de paz después del accidente, pero las pesadillas la atormentaban.

Primero la soledad, ese sentimiento de abandono, después el consuelo de un alma compasiva. Todo se sucedía una y otra vez, más tarde llegaba el sentimiento de dolor, el dolor por haber sido quien provocara la muerte, la que trajera la desgracia a dos vidas inocentes. Aún podía verlo: el trueno cayendo delante de ellas, el coche desviándose por el puente, girando hasta chocar contra el puente y romper la barrera que los separaba al río que había debajo. Podía ver como el coche quedaba suspendido, la mitad dentro, la otra mitad fuera. Podía notar como se mecía en un vaivén suave, recordaba abrir los ojos, sentir la sangre, verla. Recordaba haberse movido y ver a su amiga a su lado yaciendo sin vida. Recordaba quitarse el cinturón como somnolienta, un movimiento brusco que la llevó a sujetarse de su lado de la puerta abriéndola por accidente. Recordaba sujetarse con todas las fuerzas al asiento del coche, intentó entrar nuevamente en el coche, estiró la mano hasta coger algo con que asirse, cogió una tira de su mochila, otro movimiento brusco y finalmente una caída hacia el infinito.

¿Creían que sentiría pena de ellos cuando si ellos no la hubieran abandonado ella no tendría que haber ido a ese viaje y así no haber matado a su amiga y su madre?

Ella no era la culpable, no podía serlo.

Un sentimiento de reminiscencia. Sentía que la soledad siempre la seguía y que la catástrofe era algo que no podía desligarse de su vida. Ella no podía ser la culpable, su alma le decía que no podía serlo.

"No fue culpa suya"- Esas palabras entraron en su cabeza como un bálsamo- "Ella no recordaba nada de su pasado, solo recientemente ha empezado a recordar"- Todos se giraron al oír la nueva voz en el debate- "Yo la encontré en el río y me la quedé"- Dijo con tristeza la señora Takano.

"¿En el río?"- Preguntó Eriol que había permanecido callado en esos momentos. Había fijado su mirada sobre la joven y había percibido su inquietud, era algo superior a él, sentía deseos de consolarla, de serle de apoyo porque podía percibir su confusión, su dolor, su tristeza. ¿Por qué?

"Sí. Estaba de acampada con mi familia. Yo y mi, entonces, marido junto con nuestro hijo, Taka, estábamos paseando por el río, cerca de la cabaña que alquilamos cuando vimos un cuerpo tendido en la orilla. Mi marido se acercó y le tomó las constantes vitales, era médico y sabía lo que tenía que hacer, se ocupó de que estuviera bien. Estaba viva, pero muy malherida, también tenía un horrible golpe en la cabeza"- La mujer hizo una pausa y miró a Sakura. La diseñadora esperaba ver algún rencor en su mirada, algo que la recriminara, pero solo vio una mirada cálida, algo triste, pero llena de comprensión- "Yo… desde que era una niña deseaba tener una hija, esto era debido a cierta profecía en mi familia que decía que habría una niña, una descendiente que sería la salvadora del mundo, la más grande hechicera de todos los tiempos y que se llamaría…"

"Ying Tao Hua"- Eriol completó por ella, como acto reflejo. No entendía porqué, pero era como si todo eso ya lo supiera.

"Sí. Después de tener a mi hijo Taka, al tener problemas en su parto quedé estéril y ya no pude tener más hijos. Cuando tuve en mis manos a esa niña no pude evitarlo, deseé con todas mis fuerzas que fuera mía"- Hizo otro pausa y respiró con dificultad, tratando de aguantar las lágrimas- "Mi marido me complació. En lugar de denunciarlo mi padre se encargó de que en el hospital la cuidasen mientras se recuperaba. Conseguimos los papeles para los registros de nacimiento y Ying Hua se convirtió en nuestra hija"- Todos quedaron súbitamente callados. Sakura miró las expresiones de cada uno de ellos y suspiró. Cerró los ojos meditando, repasando los acontecimientos de ese día tan doloroso. Abrió los ojos y empezó a relatar lo que recordaba. Todos la miraron a ella nuevamente.

"Tuve un accidente de coche tras volver de una excursión, estaba tan deprimida en aquella época que ya nada me importaba y una compañera de clase me dijo que si quería ir de acampada con ella y su madre. Mis amigos se habían marchado, mis guardianes me habían abandonado, mi hermano se había fijado una meta lejos de mi, mi padre estaba absorbido en su trabajo… me sentía sola y pensé que algo que difiriera de lo que hago normalmente me alegraría algo"- Tomoyo mostró la culpabilidad en su mirada. Touya se sintió repentinamente incómodo. Eriol quedó muy serio al igual que Shaoran- "No es que os eche la culpa, fue el destino"- Dijo esto más para convencerse a sí misma que a ellos- "Es como si en esta vida me hubiera quedado grabada la memoria de ese día, tengo pesadillas de ese día continuamente, antes no recordaba el porqué, ahora sé que no eran sueños, sino recuerdos. Ese día era espléndido, hermoso y soleado cuando las nubes se cernieron inmediatamente sobre nosotras. El día se nubló y cuando llegamos al puente un rayo salió de la nada y cayó delante del coche. Perdimos el control del coche y nos estrellamos contra la valla del puente, la parte trasera quedó suspendida sobre el río, la puerta del coche se abrió y yo caí al agua"- Dijo entrecerrando los ojos y llevándose los dedos al entrecejo para aliviar la sensación de incomodidad y dolor- "Después no recuerdo nada, cuando desperté más tarde estaba en un hospital con mam…"- Se interrumpió y miró primero a la señora Tanaka y luego a Touya. Todos notaron la incómoda pausa- "Me desperté y no recordaba nada, me dijeron que me había caído, que me di un golpe en la cabeza y que mi familia eran ellos"- Touya le lanzó una mirada acusadora a la mujer. El dolor que había causado esa señora callando la verdad por el capricho de tener una hija había causado mucho dolor a muchas personas- "Más tarde descubrí que fui adoptada, mis padres se divorciaron más tarde, mi hermano se marchó con mi madre y yo quedé a custodia de mi padre, quien me adoraba a pesar de no ser hija de su sangre. En esos primeros días me sumergí en una espiral de dolor y confusión hasta que descubrí el libro de donde saqué a Sky y Tiang Kong. Ellas me enseñaron un hechizo para no despertar a los guardianes del libro de Sakura, el cual siempre estuvo conmigo. Me dijeron que me eran necesarias las cards, pero que no debía despertar a sus guardianes para poder utilizarlas. Acepté la misión que me encomendaron y me convertí en la Cazadora"- Le faltaba contar que ella había aceptado esa misión a cambio de algo. No fue una misión lo que aceptó, sino un intercambio, un detalle del cual no necesitaban saber.

Tomoyo se había sentado junto a ella y la había cogido de la mano a modo de apoyo, pero la Cazadora no mostró ningún signo aparente que aceptara ese gesto. La joven se mostraba reacia a cualquier signo de cariño por parte de los que eran su familia y sus amigos de la infancia.

"¿Y que me dices de tu yo fantasmal que ha estado vagando por el campus?"- Preguntó Shaoran irritado. Ese fantasma los había estado acosando y torturando.

"Eso se debe al subconsciente de Ying Hua"- Dijo el peluche que estaba delante de Sofie tomando una taza de té caliente- "Desde el mismo momento que pisó Japón la invadieron recuerdos de su pasado que se manifestaban en sueños. Más tarde su propio subconsciente creó una proyección astral de ella misma pero con un aspecto ligeramente diferente"- Tomó otro sorbo y se giró para alzarse delante de la cara de Li- "Su propia mente le exigía que recordara el pasado, un pasado duro y solitario que no podía y no quería recordar"- Fueron palabras acusatorias en vez de explicativas- "Dime, si tú no supieras nada de tu pasado, pero tuvieras una extraña sensación de deja vú y además supieras que esa sensación no era nada positiva… ¿harías algún esfuerzo por acordarte?"- Sky o Kirina como era conocida en su pequeña forma era un ser muy brusco que no atendía a las reglas clásicas de educación. Según Kirina lo más educado era decir todo de frente y a la cara, sin tapar la realidad con delicadezas o sutilezas. Shaoran apretó las manos a los costados y apretó los dientes antes de mal replicar a esa criatura, entonces fue él quien atacó.

"¿Si tanto deseaba olvidar porque su subconsciente creó ese fantasma?"- Pero esta vez fue Sakura la que contestó.

"Porque hay sentimientos que no se quieren olvidar"- Shaoran la miró algo desorientado y contrariado, no sabía como interpretar esas palabras, o más bien, no quería interpretar esas palabras como pensaba que significaban- "El tiempo hace que el dolor vaya disminuyendo, pero no lo hace desaparecer, solo desaparece si esa persona quiere. Yo no fui lo bastante fuerte para desear olvidar ese dolor"- Y como si la llave de una caja fuera, Eriol reaccionó ante esas palabras, pero no como él mismo, sino como otra persona.

"Tú eres más fuerte que nadie, pequeña, simplemente no has deseado olvidar porque ese no era tu destino"- Shaoran le lanzó una mirada extrañada para pasar a una furiosa, al igual que Touya. Las dos guardianas de la Cazadora le miraron sorprendidas, en cambio los guardianes creados por Clow le miraron extrañados sintiendo algo que no supieron explicar, Sakura también lo sintió y tampoco supo reconocer ese sentimiento.

"¿Qué dices Eriol?"- Dijo Andrew con una sonrisita pensando que estaba de broma, que su instinto de liante seguía presente aún esas circunstancias.

"No lo sé…"- Se llevó las manos a las gafas y se las quitó para acariciarse el puente de la nariz, como si le doliera la cabeza, aunque lo hacía para relajarse. Sakura reaccionó inmediatamente y saltó del sofàno pareciera que hace unos instantes se moría de debilidad. Sofie se transformó y Sky volvió a su forma original. Todos las miraron incrédulos.

"¿Qué hacéis?"- Preguntó Paul mirándolas alzando un ceño. Sakura no dijo ni una palabra, solo se acercó a Eriol invocando a su báculo para invocar a Sword, su mirada se tornó dura y miró fijamente a Eriol.

"¿Sakura?"- Los chicos que estaban con Eriol se pusieron en círculo alrededor de Sakura alertados por su extraño comportamiento. Ella ni se molestó en mirarlos y alzó la espada- "¿Qué haces?"- Eriol no se movió a pesar de lo peligroso que se estaba tornando la situación. La joven siguió sin contestar- "¿Sakura?"- La joven levantó la espada bien en alto y la dejó caer de golpe sorprendiendo a todos.

Un grito de horror fue lo único que se oyó en la sala.

Las nubes se movieron por el cielo al son del soplo del viento. Las negras nubes vagaban con ayuda del viento hacia el infinito. Pronto la luna se mostró y su luz empezó a tornarse de color. Antes una luz plateada ahora se tornaba colorada, antes blanca en el cielo ahora empezaba a adquirir un color poco característico de ella.

En un largo pasillo se pudo percibir un aura, un aura que a cada momento empezaba a adquirir más poder. En la oscuridad se pudo discernir dos figuras, una de ellas era un ser impoluto pero marcado por la sangre, un ser que estaba rodeado por los brazos del mal. Detrás de ese ser sin mancha ni macula tono era oscuridad, pero no cualquier oscuridad, una oscuridad que partía de ese otro ser.

Más antiguo que la humanidad, más fuerte que la vida misma, más eterno que el infinito, más extendido que una enfermedad, más grande que el más poderoso de los reyes… Así era… Una negrura que invadía el alma de todos, no había excepción, todos estaban poseídos por él. Peor que nada existente en el mundo, eso era él, ese era él.

Innombrable.

Sin vida.

Sin existencia.

Porque él era eso.

Dolor.

Destrucción.

Muerte.

Perdición.


N. de la A.: Espero tardar menos en los siguientes caps, solo puedo decir que me excusen por tanta tardanza, perdónenme. Ahora mismo ando enfermita por milésima vez… Ando con un dolor de cabeza que apenas sostiene mi cabeza. Tampoco sé si podré escribir con frecuencia, aunque lo intento. Para aquellos que quieran saberlo, intentaré actualizar en breve las traducciones. Por si no lo saben, el fic de 'El Poder de Dos Corazones' va a ser reescrito por su autora, por eso el motivo de su demora en las actualizaciones en su versión inglesa. Espero y deseo que sigan leyendo esta historia pues aunque no sé cuanto tardaré en escribir los caps, espero que no sean más de cinco caps más. Más o menos el fic constará de 20 caps, tal vez algunos más, pero no serán más de uno o dos.

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