*--*--
NOTAS iniciales DE la AUTORA: (17/04/02). ¡Hola!, aquí les saluda CieloCriss. Primero que nada quiero agradecer que sigan leyendo este fic, espero que sea una **secuela** decente de Fusión Prohibida. La verdad es que tengo muchas ideas para el proyecto, pero para poder desarrollar todo eso, primero es necesario adentrar en la historia a todos los personajes; así que este segundo capítulo es de introducción, espero lo disfruten.
--*--*
MEMORIAS borradas.
Por CieloCriss.
Capítulo 2 **Peligro + Fútbol...**
Yamato Ishida manejaba su auto-nave con mucha tranquilidad junto a su familia; sonreía tenuemente, admirando la extraña paz que acogía al auto, no sabía porqué sus dos hijos y esposa estaban tan callados.
El paisaje era una mezcla de metal y naturaleza seca. La carretera lisa provocaba un magnetismo fuerte, mágico y eléctrico, que hacía flotar los transportes; la era de los neumáticos había muerto, sólo se usaban en bicicletas y carros de colección /que se utilizaban en competencias de diversas índoles/.
Kotaro terminó de engullir la paleta que momentos anteriores su madre le había proporcionado para mantenerlo tranquilo. Aflojó el cinturón de seguridad que se le atascaba en las costillas y bajó la ventanilla de su lado del vehículo. Sonrió al sentir aire en su tierna carita, y se aventuró a sacar su mano, para desafiar al viento.
- Kotaro, mete la mano al auto - ordenó Matt, su papá.
El pequeño frunció el ceño al oír el mandato.
- Es que estoy aburrido, y esto es divertido - excusó, sin obedecer.
- Haz lo que dice tu padre, hijo - mandó Sora, con voz pausada - . Recuerda que prometiste portarte bien.
La hermana del niño se acercó y comenzó a subir el cristal; Kotaro tuvo que adentrar su extremidad al auto, si no, se iba a machucar. Miró a su alrededor con pesar, y como buen pequeño ocioso, preguntó:
- ¿Falta mucho para llegar al estadio de Fútbol, papi?
- No distraigas a papá, Kotty - contestó la madre (Sora) - ya falta poco, sé paciente.
- Mientras llegamos para ver el partido de mi hermana, ¿No puedo sacar la mano y sentir el aire?, ¡Parece que mi mano vuela!
- ¡Que no, Kotty! - reprendió Mayumi, la hija mayor de Yamato y Sora - Ya te dijeron que es una imprudencia, entiende y no des lata.
- Mmm, está bien... pero ¿Por qué no quieren que saque la mano?
- Bueno, pues por... la leyenda - dijo la apodada May.
- ¿Cuál leyenda, hermana?
Mayumi Ishida sonrió con malicia, apretó el cinturón de seguridad que protegía a su consanguíneo y dijo:
- Hay una leyenda que habla de un pequeño niño, más o menos de tu edad.
- ¿De siete años?
- Creo que sí - respondió la damita rubia, haciendo brillar sus ojos azules - . Como te iba diciendo, ese niño, que era muy chico, se portaba mal.
- ¿Qué hacía él? - interrogó Kotaro. Sora y Matt seguían atentos la narración de su hija de 11 años, pero no habían interrumpido.
- Hacía muchas travesuras; - contestó la niña - pero un día, le pasó algo malo, muy malo.
- ¿Qué cosa, May?
- Desobedeció a sus papás - siguió - . Sacó su mano por la ventanilla de un auto.
- ¡Como yo!, ¿Quiere decir que soy malo, como ese niño? - preguntó Kotaro con su inocencia infinita.
- Entonces... al no obedecer a su mamá.... ¡ZAZ!
- ¡¿ZAZ, qué?!
- Pasó un carro gigante muy cerca.
- ¿Y qué le hizo el carrote?
- ¡Le arrancó la mano!, por eso no debes sacarla.
- ¡Buaaa, Buaaa! - lloró el pelirrojito, haciéndose bola en su asiento - ¡No quiero que me pase eso!
Yamato abrió sus ojos al doble y sonrió con ironía "¡Cómo se parece Kotaro a Takeru, cuando era niño!" se dijo antes de negar con la cabeza, como queriendo decir que no aceptaba la acción de Mayumi.
- Si haces caso, no te pasará nada - dijo May.
- ¡Mayumi!, no asustes a tu hermano - regañó Sora, volteando hacia sus vástagos. Kotaro lloraba y Mayumi se hacía la indiferente.
- Es que sólo así hará caso por la buenas - juzgó ella, respondiendo a su madre.
- ¿Por las buenas?, hija, esa no es forma de tratar a niños pequeños... además, es deber de los padres corregir a sus hijos, ¿Entendido?
- Sí, lo que digas - dijo para librarse del regaño - Ni que fuera a traumatizarse por eso.
Kotty miró hacia atrás por instinto, tras la auto-nave de su familia, venía un transporte enorme a toda velocidad.
- ¡Papá, Mamá, viene un carrote! - avisó con rapidez, algo asustado.
- ¿Ves lo que te dije, May?, tiene miedo e imagina cosas -agregó Takenouchi (apellido de soltera), alzando sus cejas de forma graciosa - Hijito, lo que tu hermana dijo, era una broma.
- No, mami, sí viene una auto-nave hacia nosotros.... ¡Va muy rápido!, nos va a chocar.
- ¿Queeeeé? - dijo May, mirando hacia la parte trasera, como su hermano - ¡Kotaro tiene razón, alguien nos persigue!
Matt miró por el espejo retrovisor, era verdad, alguien los seguía y parecía querer estrellarse con ellos. "¿Qué rayos hace ese sujeto?" se dijo mientras notaba que la velocidad de su vecino de carretera aumentaba.
Viéndose amenazado, aceleró el auto.
- Sujétense bien - imperó a su familia -. Lo voy a burlar.
Dio una curva imprevista, los chicos y Sora lanzaron un grito.
- ¡Matt, hubieras avisado!, casi nos matas del susto - reprendió Sora - ¿Qué tal si hubiéramos chocado?
- Tranquila, Sora - calmó Matt - es que ese maniático nos seguía, por eso di esa vuelta. Ahora ya lo perdimos.
- ¡No, papá!, acaba de dar la vuelta y nos sigue de nueva cuenta - informó Mayumi.
- ¡¿Qué pretende ese demente?! - renegó el rubio Ishida, volviendo a tratar de huir.
- No le sigas el juego - pidió su esposa - Seguro es un fan maniático que quiere un autógrafo por tu regreso al medio artístico.
- Entonces es un fanático loco - opinó Mayumi - como el que mató a John Le... - pero se censuró al ver algo que la asustó - papá, ¡El hombre sacó un arma!
- No es un juego, ¿verdad? - Dijo Kotty, ya temblando.
- ¡Al suelo, niños! - ordenó Yamato - Sora, tú también.
- ¿Qué busca ese tipo? ¡Nos quiere matar! - gritó la señora Ishida, agachando la cabeza de sus hijos, que no habían obedecido por el pánico.
Se oyeron disparos, el cristal trasero fue penetrado por balas que por suerte pasaron por todo el auto sin herir a nadie y salieron por el vidrio delantero.
Yamato comenzó a sudar frío, trató de burlar al agresor con sus movimientos de piloto experto, pero no lo consiguió, el atacante se acercaba cada vez más.
Ishida observó al conductor, le reconoció en seguida.
- ¡Sora, es Akira!
- ¿Akira? - cuestionó Sora, sin comprender.
- Formaba parte de mi banda, en la secundaria - informó.
- ¿En serio, padre? - agregó May - Entonces... o tu amigo te odia, o te está jugando una broma demasiado pesada.
El hombre sintió su mente aturdida, lo descontroló el hecho de saber que un viejo conocido lo atacaba; ¡Era imposible que Akira quisiera acabar con él de esa manera!. Se distrajo un poco reflexionando eso.
- ¡Papi, cuidado! - chilló Kotaro, al ver que su progenitor se iba a estampar contra un poste por pensar en el porqué del ataque.
Matt volvió a la realidad y giró el volante, por suerte logró librarse del impacto. Sin embargo, el conductor Akira, no pudo evitar chocar contra el obstáculo que desvió Yamato.
- ¡Akira! - gritó Ishida, frenando bruscamente, notando el fuerte choque ocurrido - Espérenme aquí, por favor - pidió. Luego salió del auto.
- ¡No vayas, papá!. Ese tipo intentó matarnos.
- May, tal vez ese señor está muerto.
- ¿Y qué?, ¡Pudimos morir nosotros!, ¿Qué tal si está vivo y quiere atacar a papá de nuevo? ¡No debió ir!
- ¡Niños, cálmense, su padre estará bien! - animó Sora, estremeciéndose desde el asiento del copiloto.
Yamato Ishida llegó hasta donde estaba la nave terrícola, había dejado de flotar por la descompostura que le había causado el accidente. Corrió hacia donde yacía su antiguo camarada, y trató de bajarlo del auto. Akira abrió los ojos al sentir que lo tocaban, esa no era su mirada de siempre, ahora se veía siniestro, sucio, peligroso... como un loco esquizofrénico invadido por el mal.
- Ya-Yamato Ish-Ishida - dijo con trabajo - Debo matarte... debo acabar contigo, con tu amistad ridícula... te mataré, así como aniquilé a tu lobo amistoso...
- Akira, ¿Qué demonios estás diciendo? - "¿Mi lobo amistoso?" pensó extrañado, sintiendo que el corazón le brincaba. - Baja del auto, olvidaré lo que hiciste... pero eso sí, no te vuelvas a meter con MI familia.
El poseído de Akira, escupió el rostro del antiguo astronauta y encendió la máquina, el vehículo todavía funcionaba a pesar de que se había convertido en chatarra.
- ¡Te voy a atropellar!, yo sí haré brillar las tinieblas.
- ¡Dios mío! - dijo Matt, muy asustado, al sentir la maldad, con asco se limpió la cara repleta de saliva hirviente.
Akira hizo mover el carro en reversa, tomó viada y cambió al movimiento normal; comenzó a avanzar, dispuesto a machucar al antiguo poseedor de la Amistad.
Sora se pasó al asiento del conductor y arrancó el carro; viendo las intenciones de ese sujeto, se estampó contra el auto de Akira, para calmarlo, para salvar a su esposo.
Hubo un pequeño impacto, Akira salió huyendo después de eso. Matt subió al asiento del copiloto, lucía agitado.
- ¿Ya se fue? - preguntó el pequeño de 7 años, que físicamente se parecía a Sora.
- Ya se fue, hijo - respondió Yamato, tratando de recuperar el color en su rostro, para no asustar a Kotaro.
- ¿Y no va a volver?
- Querida, vamos al partido - dijo el esposo, sin responder a su niño - . Gracias por ayudarme... y por favor, no quiero que se les ocurra comentarle a los demás lo que pasó.
- ¿Por qué?
- Porque suficiente tienen ellos con el asalto que sufrió Takeru hace dos días... además, yo resolveré lo que pasó.
- Pero, papá...
- ¡Ya dije!, confíen en mí...
May suspiró resignada, no iría en contra de las órdenes de su progenitor. Miró el número "9" de su camiseta, el fútbol le ayudaría a olvidar este atentado.
/Sora y Yamato estaban casados y tenían dos hijos, por un tiempo estuvieron separados debido a diferencias y problemas matrimoniales, pero el cariño que le tenían a su familia, y la pasión de su bendito amor, los había vuelto a unir. Yamato había dejado de ser el astronauta estrella y ahora trabajaba como supervisor de operaciones espaciales; en sus ratos libres se dedicaba a la música pues había retomado su carrera artística. Sora era diseñadora de modas/ .
--*--*--
Ken llegó al estadio infantil y compró los boletos para entrar al espectáculo deportivo con su familia. El 2028 lo presentaba como una de las figuras más importantes de todo el Japón moderno, ya que era uno de los detectives más especializados y expertos que había, incluso, era un héroe para la juventud, y un ejemplo de valentía, según los libros de texto. Se había casado con Miyako Inoue y tenía tres hijos. La mayor ya era adolescente, tenía 14 años y se llamaba Kurumi; el mediano tenía 10, y su nombre era Zetaro; mientras que el más pequeñito, de dos años y medio, se llamaba Satoru. Apreciaba a su gente más que a nada y aprovechaba cada instante libre que tenía para convivir con ellos.
- Aquí tengo las entradas - informó a su familia, sonriendo con su eterna bondad.
- Gracias, mi amor - agradeció su mujer, mirándolo con simpatía.
- Espero no hayan comprado mi boleto - interrumpió una hermosa jovencita de cabellos azules y ojos cafés - saben bien que yo entro gratis, tengo trabajo aquí.
- Ya lo sé, hija - dijo Ken, viendo con nostalgia a su niña.
- Bueno, entonces me voy - avisó - Matsuo me espera en la entrada D4
- ¿Matsuo? - interrogó el padre, frunciendo el ceño.
- Mi novio, papá - aclaró la chica, que se llamaba Kurumi - te lo he dicho todo el camino, ¿No me digas que estás enojado y celoso?, ¿Acaso querías que te pidiera permiso?, ¡Yo quiero a Matsuo!
- Pero tiene más años que tú - dijo Yolei - estoy de acuerdo con tu padre, eres muy joven para tener novios de esa edad.
- ¡Déjenme en paz! - renegó dándose la vuelta y abandonando a su familia.
Hubo un corto silencio. Los padres suspiraron desganados, no querían que su hija se rebelara, debían apoyarla; pero a Ken Ichijouji no le agradaba la idea de ver a su princesa en manos enemigas.
- No es que sea conservador - dijo con pesar - pero ese tal Matsuo me da mala espina, Miyako. ¿Por qué no se pone de novia con alguno de los chicos?, con Kyo, o Seiyuro, por ejemplo.
- Son menores que ella, mi amor.
- Yo soy menor que tú - siguió el detective.
- Lo sé, pero Kurumi siente que los niños son más inmaduros que ella... dejémosla, estoy segura de que es un enamoramiento fugaz, ¡Ya lo verás! - animó la violeta señora, besándole la mejilla al padre celoso y preocupado.
- Menos mal que sólo tenemos una adolescente - replicó al mirar que sus dos pequeñitos se acercaban.
Zetaro traía de la mano a Satoru, ambos llevaban un globo de metano, que flotaba en el aire.
- Miren que bonito globo le compré a Satoru - le dijo Zetaro a sus papás, sonriendo con una boca pura y simpática. Tenía el cabello lila, como su madre y los enormes y hermosos ojos de Ken.
- El tuyo también está genial, Zet - dijo su madre.
- Lo sé, pero no es para mí, quiero llevárselo a Osen - aclaró sonrojándose - Quiero que sepa que yo... que yo...
- Que siempre la apoyarás y la cuidarás - finalizó Ken, encantado por la actitud dulce y caballerosa de su varoncito - Osen saldrá muy bien de sus estudios, no te preocupes.
- ¡Claro que saldrá bien! - animó el niño de 10 años. - ¿Dónde está Kurumi?
- Se fue con su...
- ¿Novio? - terminó Zetaro, algo irritado - Me cae mal ese tipo.
- Hednano... ¡Tet! - gritó la vocecita aguda de bebé Satoru, (Quiso decir: Hermano, ¡Zet!)
- Mande, Sato-kun - respondió Zetaro (Zet) con amabilidad.
- ¡Mío!, dame gobo, ¡Mío!
- No, hermanito - dijo - este globo es mío, tú tienes otro más bonito.
- ¡NOOOOO!, ete mío, ¡quiedo ete! - agregó apuntando la bomba del mediano Ichijouji.
- Pero... Uff, está bien, te lo regalo, así tendrás dos, ¿Qué te parece?
- ¡Gachias, hedmano!
- Zetaro, no deberías hacer eso, vas a malacostumbrar a tu hermanito - regañó cariñosamente Miyako.
- No hay problema - replicó sonriendo -. Papá, ¿Me das más dinero para comprar otro globo?
- ¡Ay, Zet! - exclamó la Señora Ichijouji, muy divertida al notar la cara de resignación que ponía Ken.
Antes de que le diera el dinero a su vástago, fueron interrumpidos.
- ¡Miyako!, ¡Ken! - gritó una voz melosa.
- Pero si son los Izumi -dijo Miyako, alzó la mano para saludarlos - ¡Por aquí!
La familia Izumi-Tachikawa se acercó. Mimi, la portadora de la voz melosa, saludó a sus amigos con su rostro alegre y despreocupado. Obligó a sus niños a saludar y también a su marido, Izzy no se veía muy alegre.
- Qué coincidencia vernos aquí mismo, así podremos sentarnos juntos - opinó Mimi - ¿Verdad, mi amor?
- Sí, fue suerte... pero de cualquier modo ya habíamos quedado sentarnos en las gradas de la parte B10, acuérdate.
- ¡Ah, es verdad! - dijo su encinta esposa.
- Pensé que no vendrías, Izzy - platicó Yolei - el estudio de Osen es largo, ¿Todo está bien?
- Sí - respondió secamente, mirando algo decepcionado a su hija, quien le desvió la mirada - no pasa nada malo. El estudio médico se suspendió.
- Ah... ya veo - dijo Miyako, muy intrigada.
- Mejor pasemos al estadio, el partido comienza dentro de unos minutos - atinó a decir Ken, notando que el ambiente se tensaba.
Los adultos comenzaron a caminar, Zet ya no pudo comprar su globo, pero le preguntó a Osen:
- ¿Estás bien?...
- Me siento mal por decepcionar a mi papá - dijo la pequeña Izumi - le demostré que era una miedosa.
- No, Osen... eres muy valiente - animó Zet, mirándola con amor - ¿Qué pasó?
- La cerebrito se rebeló contra los médicos - contestó el hermanastro de Osen, Ben - lo cual, no puso contento a su padre. Ni a mí.
Osen suspiró resignada "Ustedes no me entienden" pensó, y se alejó un poco de los chicos. Ben tenía la intención de chismearle todo a Zetaro antes de irse a jugar soccer, y ella no quería oírlo.
- La ahuyentaste Ben, no debes tratar así a tu hermana. - renegó Zetaro.
- Está enojada consigo misma, y se va porque quiere - dijo Ben con firmeza, sin rodeos .
- Quería darle un globo, para animarla...
- No seas bobo, Zet - dijo el principito Tachikawa - un globo no va a animarla; además, ¿Con autorización de quién le ibas a dar eso?.
- ¿Autorización?
- ¡Claro!, necesitas mi autorización, soy como su hermano mayor, ¿Comprendes?
- Lo que digas, Ben.
- Bueno, me voy, "tengo que entrenar"
El hijo de Mimi, que tenía el cabello rizado y perfectamente peinado, se alejó con pereza de los demás, tenía que jugar soccer ¡Qué fastidio!.
- ¡Osen! - gritó Zet. La niña se detuvo y lo miró - ¿Puedo hacer algo para que estés mejor?
- Sí - respondió ella - sé el de siempre y no me recuerdes lo que pasó.
--*--*--
Kurumi Ichijouji llegó hasta la entrada D3 y vio a un muchacho a lo lejos, era su novio Matsuo Minomoto, un joven que fácil tenía 16 años. Lo miró con curiosidad y sonrió pillamente al notar que era guapo, le agradaba la idea de presumirle al mundo que tenía un chico mayor junto a ella.
- ¡Matsuo-chan! - saludó ilusionada. El llamado la miró con rostro algo arrogante.
- Sabes que no me gusta que me digas así, Kurumi - dijo secamente.
- Lo siento... ¡Te extrañé mucho!
- Nos vimos ayer.
- Sí, lo sé... pero te extrañé, ¿Acaso tú no? - interrogó con los ánimos caídos.
- Supongo. - resopló, con indiferencia - ¿Y tus padres?
- Se fueron por su parte, recuerda que tengo que trabajar, seré una de los conductores. - informó ella - ¡Gracias por venir!
Cody Hida pasó cerca de ahí, a su lado caminaban su hija Yuriko Hida, su esposa Hiromi y su "sobrino" Doguen Kido.
- ¿Esa no es Kurumi, Doguen? - preguntó Yuri Hida, que portaba un uniforme de fútbol color azul, traía el número 12 en su espalda.
Doguen asintió.
- pero no sé quien es ese tipo, desde que Kurumi entró a la secundaria no la vemos mucho.
- Vamos a averiguar - dijo la supuesta tímida niña.
- ¿Qué, Yuri?, ¿Tú, diciendo esto?
- No tiene nada de malo, Doguen - agregó Yuri, luego le dijo a sus padres: - Papás, iré a saludar a Kurumi, luego me presentaré en la cancha, así que adelántense.
- De acuerdo, preciosa - dijo su madre, Hiromi Hida.
- Y mucha suerte en el juego, querida Yuri - agregó Cody, el menor de los elegidos.
Yuriko era hija de Iori, tenía el cabello castaño oscuro y los ojos verdes y brillantes, como la esmeralda. Contaba con 12 años de edad y se distinguía por ser una persona juiciosa, dulce y rígida consigo misma.
Doguen Kido tenía la misma edad que la mencionada anteriormente. El cabello azul cubría su cráneo y unos lentes grandes enmarcaban sus temerosos ojos negros, era el único vástago de Joe, que se había casado con Jun Motomiya.
Los niños se acercaron a Kurumi.
- Hola Kurumi - dijo Yuri, unos metros alejada.
- ¡Yuri!, ¡Doguen! - respondió la chica Ichijouji con simpatía - Matsuo, son amigos míos.
- ¿Esos niños?
- Bueno, son menores que yo, ¿Tiene eso algo de malo?
- Haz lo que quieras... mira, me iré con los muchachos, ahí estaré viendo el dichoso partido.
- Si no te gusta, no hubieras venido - replicó algo molesta.
- Sabes que vengo a oírte - dijo el sujeto, que tenía el cabello negro y los ojos marrones.
Matsuo se alejó al momento que los chicos llegaron.
- Kurumi, ¿Quién era ese chico? - preguntó Yuriko.
- Es mi novio - dijo rápidamente, tratando de verse feliz - . Disculpa que no te lo haya dicho antes.
- No hay problema - agregó Yuriko - ... bueno, me voy, tío Davis debe estar desesperado.
- ¡Mucha suerte, Yuri-chan! - gritó el hijo de Joe a su mejor amiga.
Kurumi suspiró desganada, la actitud de Matsuo la desconcertaba. Miró a Doguen Kido y recordó que tenía trabajo.
- Doguen, vamos a comenzar la acción.
- Este... no te ves muy animada, ¿Te hizo algo ese tipo?
- ¿Matsuo?, ¡Claro que no, sonso!, es mi novio, no haría algo que me lastimara - cambió la expresión por una alegre - ¿O qué?, ¿Encelas a tu amiga?, ¡Doguen, ya sé que soy bonita, pero no es para tanto!, ¡Ya estás como Kyosuke! - agregó, recordando lo mucho que se alteró su amigo Motomiya al saber la "buena" nueva.
El niño se ruborizó.
- No me digas esas cosas, Kurumi.... mejor vamos a planear los comentarios del partido.
- Jeje, nunca cambiarás, Doguen.
--*--*--
**¡¡Queridos espectadores y fanáticos del fútbol, sean bienvenidos al flamante estadio de los dragones azules; donde se enfrentarán cara a cara Los Dragones azules del Club Odaiba contra los enemigos!!** se oyó una voz aguda y simpática.
**Eh... lo que quiso decir mi compañera, es que se realizará un duelo amistoso entre el Club infantil de Osaka contra el del Odaiba**
**Sí, sí, como sea, Doguen** interrumpió la conductora **Damas y caballeros, niños y niñas... tomen sus asientos porque dentro de unos minutos más, empezará el partido, que será narrado en viva voz, por Doguen Kido y su servidora, Kurumi Ichijouji. ¡Gracias por su atención!**
Eso fue lo primero que escuchó Taichi al entrar al estadio, sonrió al distinguir las voces.
- ¡Vaya!, esa Kurumi no pierde oportunidad para aturdir personas - opinó el pequeño Taiki, el hijo de Yagami - ¿No, papá?
El padre asintió.
- Pero admitamos que tiene carisma, Taik - agregó Taichi.
- No sabía que los estadios infantiles tuvieran tan buena infraestructura - opinó una dama que los acompañaba, era Kaoru Takashima.
- Bueno, depende de muchos factores, como el impulso que le den los patrocinadores. Además, el entrenador es muy entusiasta. - agregó presumiendo a su amigo Daisuke - y es dueño de los Restaurantes Motomiya.
- Oh, ya veo, Señor Yagami - replicó la psicóloga Takashima, que había accedido a asistir al partido de su paciente.
- Por favor, dígame Taichi, cuando me llaman por el apellido, me siento como si se refieran a mi papá.
- Entonces dígame Kaoru, y dejemos atrás las formalidades - dijo la mujer, mostrando un gesto amable, la sangre le quedó estancada en las mejillas por unos instantes, se desvaneció al escuchar el grito de su paciente.
- ¡Papá, allá están Kyo, Sei y Toshiro! - avisó , luego corrió hacia las gradas y exclamó: - ¡Primo!, ¡chicos!
Kyosuke Motomiya alzó su mirada y vislumbró a su amigo Taiki, el rostro se le iluminó. /A lo mejor tampoco le gustaba la intervención de Benjamín Tachikawa en el partido/.
- ¡Taiki! - saludó - Seiyuro, Toshiro, miren quien llegó.
Los tres varones, que parecían de la misma edad, se acercaron a su amigo, al padre de éste, y a la acompañante.
- ¡No puedo creer que estés aquí! - dijo Kyosuke - íbamos a suspender el partido por falta de jugadores, los hermanos Yamada enfermaron.
- ¿Cómo?, ¿Pues qué les pasó? - preguntó intrigado.
- Les dio una enfermedad que volvió para torturar infantes: la varicela - informó un rubio apellidado Takaishi - según esto ya la habían erradicado del planeta...
- Ah...
- Pero contigo en el equipo, alcanzamos los 11 jugadores... claro, Ben jugará supliendo a un Yamada; Toshi, que es nuevo, suplirá al otro - siguió Kyo, el hijo de Davis - oye, ¿Y cómo te escapaste de tu cita?, los chicos y yo pensamos que ya te habían llevado al hospital psiquiátrico.
- ¡Claro que no! - se exaltó Taiki. Los adultos estaban presentes y pendientes de la conversación, y al junior Yagami, le dio vergüenza que Kyo dijera eso enfrente de la Dra. Takashima.
- Kyo, ya te dije que no hagas bromas de mal gusto - sentenció otro de los niños, el llamado Toshiro - No le digas eso a mi primo Taik.
Entonces los niños se permitieron ver más allá de Taiki y notaron la presencia de los dos adultos.
- Buenas tardes, tío Taichi - saludó Toshiro, con cordialidad. Entonces se dirigió a la mujer que los acompañaba: - Buenas tardes, señorita.
Seiyuro y Kyosuke sonrieron.
- Hola, niños - dijo Kaoru, algo mareada por tantas voces infantiles.
- Chicos, ella es mi psicóloga... es tan genial, que me permitió venir a jugar el partido.
- ¡Se lo agradeceremos eternamente! - se apresuró a decir Kyo - Taiki es muy necesario en el equipo. Mi papá saltará de emoción al verlo... ¡Yagami!, no has entrenado, será mejor que vayas a calentar.
- Es verdad, mejor me voy - los dos hijos de líderes se alejaron. Pero Seiyuro y Toshiro no los siguieron inmediatamente.
- Kaoru, éstos son dos sobrinos míos: Seiyuro Takaishi y Toshiro Yagami - zangoloteó el cabello color madera del niño - él es hijo de mi hermana Hikari... por cierto, el atarantado que se fue con Taik, se llama Kyo.
- Mucho gusto, chicos - siguió la dama Takashima.
- Tío Tai, te conseguiste una novia muy bonita - dijo Sei, consciente de su imprudencia. El rubio Takaishi sabía que con eso alteraría al adulto.
Toshiro realizó una reverencia y se disculpó:
- Discúlpenlo, por favor - el niño sentía pena ajena - A Sei le gusta molestar... nos vemos después.... ¡Vámonos, Seiyuro!
- Uy... como digas Toshiro, ¡Hasta pronto!
Los jóvenes se retiraron. Taichi sintió un extraño nerviosismo, su "sobrinito" hacía conseguido lo deseado.
- Je-Je, éstos niños... a veces lo ideal sería no tomarlos tan en serio. Lo mejor será buscar un asiento
- Como guste - respondió la doctora, menos agobiada por las frases de Seiyuro.
--
Ese era un año de muchos cambios, debido a que ciertos sucesos climatológicos, económicos, políticos y sociales, además de tecnológicos, habían sufrido una crisis el año anterior. El sistema computacional se había destruido inexplicablemente y las redes habían desaparecido de forma imprevista y rara. Los científicos e investigadores estudiaron las causas pero no encontraban nada coherente, y por ello, se dedicaron a diseñar y reconstruir la tecnología perdida, lo primordial era sustituir el llamado "Brazalete Digital", que había dejado de funcionar y era un elemento de suma importancia para el ser humano en la vida diaria (Había dejado de servir porque estaba hecho de un metal del Digimundo, y éste ya no existía en el Mundo Real).
Actualmente los problemas se habían estabilizado, y tanto Japón, como el resto de la Tierra, esperaban mejorías.
--
Daisuke Motomiya caminaba como loco por todo el pasillo de los vestidores generales; las manos le sudaban y una clara preocupación se asomaba en su rostro cándido y maduro. Ser entrenador lo había llenado de muchas satisfacciones, pero también de problemas. Vestía de una forma casual y traía el gorro clásico de los técnicos famosos del fútbol, la insigna de "Dragones azules" estaba bordada al frente de su camiseta.
La hermana de dicho personaje, entró a los vestidores, caminó hacia su consanguíneo y le sonrió.
- ¡Vaya!, te ves desesperado, Davis - dijo con ironía, Jun Kido - ¿Ya lograste completar los 11 jugadores?
- ¡Ay!, ya llegaste a molestar - renegó, aunque había crecido, seguía teniendo simpáticas peleas con su hermana mayor - ¿Qué quieres, Jun?
- ¡Grosero!, sólo quiero ayudarte, venía a desearte suerte - agregó sin dejar esa pillina sonrisa que desconcertaba a Daisuke.
- Pues, gracias...
- Si pudiera prestarte a mi "solecito", lo hiciera, pero Doguen no siente inquietud por cosas violentas.
- El fútbol es un deporte y no **violencia** - replicó Davis, moviendo sus cejas - y no creo que a tu hijo y marido les agrade la idea de que llames a Doguen, "Solecito"... jajajaja.
- Tú no cambias, Davis.
- Tú tampoco, Jun
- Oye, venía avistarte algo - dijo aplastando los cachetes de Davis - Kyosuke viene con Taiki.
- ¡¿Taiki?!, ¿Taiki Yagami? - gritó exaltado, besando las mejillas de Jun - ¡Aleluya! .
--*--*--
Fin de capítulo 2
--*--*--
NOTAS finales DE la AUTORA: No estuvo muy interesante, pero al menos hubo acción, ¿No?, por favor, díganme qué les pareció.
¡Gracias por leer!, de verdad me animan mucho con todos sus reviews y mails; yo sólo espero no decepcionar a nadie. Recuerden que acepto críticas constructivas, quejas, sugerencias, y por supuesto que comentarios. Ya aparecieron todos los personajes y la historia irá formándose poco a poco, así que ténganme paciencia, prometo mejorar.
Y repitiendo lo del capítulo anterior: Este fanfic está dedicado a todas aquellas personas que leyeron Fusión Prohibida y me animaron a seguir escribiendo.
Aclaraciones: Bueno, si notaron, traté de explicar otra vez lo que ha sido de los elegidos (por los que no han leído FP), espero no les haya resultado tedioso. Por cierto, recordaré los datos y edades de los niños (Aquí cumplo con la petición de darte las descripciones, "Jurik-Queen"):
+Kurumi: es la hija mayor de Miyako y Ken, que llevan un duradero matrimonio de 15 años, ella tiene 14. se distingue por ser una chica alegre, acelerada, extrovertida y, por cierto, le tiene pánico a las alturas.
+Kyosuke.- Es el chico que heredó unos googles por parte de su padre, Daisuke. Es un chico sincero, valeroso, atrevido e imprudente. Se enamora fácilmente y adora el fútbol. En Fusión Prohibida estaba molesto con Davis porque éste no parecía amar a su madre, Makoto, aunque actualmente las cosas para ese matrimonio han mejorado. (tiene casi 14 años).
+Seiyuro.- El llamado Sei, es el hijo mayor de Takeru. Se distingue por ser un fantasioso parlanchín esperanzado. Tiene trece años y parece estar muy contento por el nuevo matrimonio de su padre con Kari.
+Toshiro.- Es el hijo mayor de Kari. Su carácter es misterioso y puede ver cosas que otros no. Tiene 13 años y es un experto en "ping-pong".
+Yuriko.- Le dicen Yuri, y como lo mencioné anteriormente, es hija de Cody y Hiromi Hida. Es una experta en Kendo y tiene 12 años.
+Doguen.- Hijo de Joe y Jun. Cuenta con 12 años y es un chico muy tímido, llorón y miedoso, claro que esa es sólo su parte externa.
+Taiki.- es el único hijo de Taichi, con una mujer desconocida, tiene 11 años y es un niño muy sensible, valiente y algo inocente... su mayor trauma es no saber quién es su mamá.
+Mayumi.- Casi siempre la llaman May, y es la hija mayor de Sora y Matt. Ella es una niña que oculta sus sentimientos e intenta ser fuerte y seca en el exterior, tiene 11 años.
+Ben.- su nombre completo es "Benjamín", y es nombrado Principito Tachikawa. Es el hijo mayor de Mimi y su padre es Michael. Actualmente su madre se casó con Izzy Izumi y el enigmático y mimado niño, no ha terminado de aceptarlo. /tiene 11 años/
+Osen.- Hija de Koushiro Izumi, su madre murió al dar a luz. Es una niña enfermiza de 10 años que suele ser muy introvertida, pero curiosa.
+Zetaro (Zet).- El mediano Ichijouji. Un niño de 10 años que irradia ternura e inocencia, es amable con sus semejantes y parece estar muy enamorado de Osen Izumi.
+Kotaro.- Kotty tiene 7 años y es el hijo menor de Sora y Matt, es un angelito llorón y con gran capacidad de asombro, que vive dispuesto a desafiar al miedo por alcanzar a ser un héroe, como su papá.
+Satoru.- el menor de los Ichijouji. Es un bebé de casi tres años, muy travieso y dulce.
+Minagawa.- la hijita de TK y Kari, una misteriosa y hermosa bebé de unos meses que conoce (según el epílogo de Fusión Prohibida) a los digimons.
Por último, aquí les va mi e-mail: ziddycm@hotmail.com
¡Hasta la próxima y no se olviden del review!
NOTAS iniciales DE la AUTORA: (17/04/02). ¡Hola!, aquí les saluda CieloCriss. Primero que nada quiero agradecer que sigan leyendo este fic, espero que sea una **secuela** decente de Fusión Prohibida. La verdad es que tengo muchas ideas para el proyecto, pero para poder desarrollar todo eso, primero es necesario adentrar en la historia a todos los personajes; así que este segundo capítulo es de introducción, espero lo disfruten.
--*--*
MEMORIAS borradas.
Por CieloCriss.
Capítulo 2 **Peligro + Fútbol...**
Yamato Ishida manejaba su auto-nave con mucha tranquilidad junto a su familia; sonreía tenuemente, admirando la extraña paz que acogía al auto, no sabía porqué sus dos hijos y esposa estaban tan callados.
El paisaje era una mezcla de metal y naturaleza seca. La carretera lisa provocaba un magnetismo fuerte, mágico y eléctrico, que hacía flotar los transportes; la era de los neumáticos había muerto, sólo se usaban en bicicletas y carros de colección /que se utilizaban en competencias de diversas índoles/.
Kotaro terminó de engullir la paleta que momentos anteriores su madre le había proporcionado para mantenerlo tranquilo. Aflojó el cinturón de seguridad que se le atascaba en las costillas y bajó la ventanilla de su lado del vehículo. Sonrió al sentir aire en su tierna carita, y se aventuró a sacar su mano, para desafiar al viento.
- Kotaro, mete la mano al auto - ordenó Matt, su papá.
El pequeño frunció el ceño al oír el mandato.
- Es que estoy aburrido, y esto es divertido - excusó, sin obedecer.
- Haz lo que dice tu padre, hijo - mandó Sora, con voz pausada - . Recuerda que prometiste portarte bien.
La hermana del niño se acercó y comenzó a subir el cristal; Kotaro tuvo que adentrar su extremidad al auto, si no, se iba a machucar. Miró a su alrededor con pesar, y como buen pequeño ocioso, preguntó:
- ¿Falta mucho para llegar al estadio de Fútbol, papi?
- No distraigas a papá, Kotty - contestó la madre (Sora) - ya falta poco, sé paciente.
- Mientras llegamos para ver el partido de mi hermana, ¿No puedo sacar la mano y sentir el aire?, ¡Parece que mi mano vuela!
- ¡Que no, Kotty! - reprendió Mayumi, la hija mayor de Yamato y Sora - Ya te dijeron que es una imprudencia, entiende y no des lata.
- Mmm, está bien... pero ¿Por qué no quieren que saque la mano?
- Bueno, pues por... la leyenda - dijo la apodada May.
- ¿Cuál leyenda, hermana?
Mayumi Ishida sonrió con malicia, apretó el cinturón de seguridad que protegía a su consanguíneo y dijo:
- Hay una leyenda que habla de un pequeño niño, más o menos de tu edad.
- ¿De siete años?
- Creo que sí - respondió la damita rubia, haciendo brillar sus ojos azules - . Como te iba diciendo, ese niño, que era muy chico, se portaba mal.
- ¿Qué hacía él? - interrogó Kotaro. Sora y Matt seguían atentos la narración de su hija de 11 años, pero no habían interrumpido.
- Hacía muchas travesuras; - contestó la niña - pero un día, le pasó algo malo, muy malo.
- ¿Qué cosa, May?
- Desobedeció a sus papás - siguió - . Sacó su mano por la ventanilla de un auto.
- ¡Como yo!, ¿Quiere decir que soy malo, como ese niño? - preguntó Kotaro con su inocencia infinita.
- Entonces... al no obedecer a su mamá.... ¡ZAZ!
- ¡¿ZAZ, qué?!
- Pasó un carro gigante muy cerca.
- ¿Y qué le hizo el carrote?
- ¡Le arrancó la mano!, por eso no debes sacarla.
- ¡Buaaa, Buaaa! - lloró el pelirrojito, haciéndose bola en su asiento - ¡No quiero que me pase eso!
Yamato abrió sus ojos al doble y sonrió con ironía "¡Cómo se parece Kotaro a Takeru, cuando era niño!" se dijo antes de negar con la cabeza, como queriendo decir que no aceptaba la acción de Mayumi.
- Si haces caso, no te pasará nada - dijo May.
- ¡Mayumi!, no asustes a tu hermano - regañó Sora, volteando hacia sus vástagos. Kotaro lloraba y Mayumi se hacía la indiferente.
- Es que sólo así hará caso por la buenas - juzgó ella, respondiendo a su madre.
- ¿Por las buenas?, hija, esa no es forma de tratar a niños pequeños... además, es deber de los padres corregir a sus hijos, ¿Entendido?
- Sí, lo que digas - dijo para librarse del regaño - Ni que fuera a traumatizarse por eso.
Kotty miró hacia atrás por instinto, tras la auto-nave de su familia, venía un transporte enorme a toda velocidad.
- ¡Papá, Mamá, viene un carrote! - avisó con rapidez, algo asustado.
- ¿Ves lo que te dije, May?, tiene miedo e imagina cosas -agregó Takenouchi (apellido de soltera), alzando sus cejas de forma graciosa - Hijito, lo que tu hermana dijo, era una broma.
- No, mami, sí viene una auto-nave hacia nosotros.... ¡Va muy rápido!, nos va a chocar.
- ¿Queeeeé? - dijo May, mirando hacia la parte trasera, como su hermano - ¡Kotaro tiene razón, alguien nos persigue!
Matt miró por el espejo retrovisor, era verdad, alguien los seguía y parecía querer estrellarse con ellos. "¿Qué rayos hace ese sujeto?" se dijo mientras notaba que la velocidad de su vecino de carretera aumentaba.
Viéndose amenazado, aceleró el auto.
- Sujétense bien - imperó a su familia -. Lo voy a burlar.
Dio una curva imprevista, los chicos y Sora lanzaron un grito.
- ¡Matt, hubieras avisado!, casi nos matas del susto - reprendió Sora - ¿Qué tal si hubiéramos chocado?
- Tranquila, Sora - calmó Matt - es que ese maniático nos seguía, por eso di esa vuelta. Ahora ya lo perdimos.
- ¡No, papá!, acaba de dar la vuelta y nos sigue de nueva cuenta - informó Mayumi.
- ¡¿Qué pretende ese demente?! - renegó el rubio Ishida, volviendo a tratar de huir.
- No le sigas el juego - pidió su esposa - Seguro es un fan maniático que quiere un autógrafo por tu regreso al medio artístico.
- Entonces es un fanático loco - opinó Mayumi - como el que mató a John Le... - pero se censuró al ver algo que la asustó - papá, ¡El hombre sacó un arma!
- No es un juego, ¿verdad? - Dijo Kotty, ya temblando.
- ¡Al suelo, niños! - ordenó Yamato - Sora, tú también.
- ¿Qué busca ese tipo? ¡Nos quiere matar! - gritó la señora Ishida, agachando la cabeza de sus hijos, que no habían obedecido por el pánico.
Se oyeron disparos, el cristal trasero fue penetrado por balas que por suerte pasaron por todo el auto sin herir a nadie y salieron por el vidrio delantero.
Yamato comenzó a sudar frío, trató de burlar al agresor con sus movimientos de piloto experto, pero no lo consiguió, el atacante se acercaba cada vez más.
Ishida observó al conductor, le reconoció en seguida.
- ¡Sora, es Akira!
- ¿Akira? - cuestionó Sora, sin comprender.
- Formaba parte de mi banda, en la secundaria - informó.
- ¿En serio, padre? - agregó May - Entonces... o tu amigo te odia, o te está jugando una broma demasiado pesada.
El hombre sintió su mente aturdida, lo descontroló el hecho de saber que un viejo conocido lo atacaba; ¡Era imposible que Akira quisiera acabar con él de esa manera!. Se distrajo un poco reflexionando eso.
- ¡Papi, cuidado! - chilló Kotaro, al ver que su progenitor se iba a estampar contra un poste por pensar en el porqué del ataque.
Matt volvió a la realidad y giró el volante, por suerte logró librarse del impacto. Sin embargo, el conductor Akira, no pudo evitar chocar contra el obstáculo que desvió Yamato.
- ¡Akira! - gritó Ishida, frenando bruscamente, notando el fuerte choque ocurrido - Espérenme aquí, por favor - pidió. Luego salió del auto.
- ¡No vayas, papá!. Ese tipo intentó matarnos.
- May, tal vez ese señor está muerto.
- ¿Y qué?, ¡Pudimos morir nosotros!, ¿Qué tal si está vivo y quiere atacar a papá de nuevo? ¡No debió ir!
- ¡Niños, cálmense, su padre estará bien! - animó Sora, estremeciéndose desde el asiento del copiloto.
Yamato Ishida llegó hasta donde estaba la nave terrícola, había dejado de flotar por la descompostura que le había causado el accidente. Corrió hacia donde yacía su antiguo camarada, y trató de bajarlo del auto. Akira abrió los ojos al sentir que lo tocaban, esa no era su mirada de siempre, ahora se veía siniestro, sucio, peligroso... como un loco esquizofrénico invadido por el mal.
- Ya-Yamato Ish-Ishida - dijo con trabajo - Debo matarte... debo acabar contigo, con tu amistad ridícula... te mataré, así como aniquilé a tu lobo amistoso...
- Akira, ¿Qué demonios estás diciendo? - "¿Mi lobo amistoso?" pensó extrañado, sintiendo que el corazón le brincaba. - Baja del auto, olvidaré lo que hiciste... pero eso sí, no te vuelvas a meter con MI familia.
El poseído de Akira, escupió el rostro del antiguo astronauta y encendió la máquina, el vehículo todavía funcionaba a pesar de que se había convertido en chatarra.
- ¡Te voy a atropellar!, yo sí haré brillar las tinieblas.
- ¡Dios mío! - dijo Matt, muy asustado, al sentir la maldad, con asco se limpió la cara repleta de saliva hirviente.
Akira hizo mover el carro en reversa, tomó viada y cambió al movimiento normal; comenzó a avanzar, dispuesto a machucar al antiguo poseedor de la Amistad.
Sora se pasó al asiento del conductor y arrancó el carro; viendo las intenciones de ese sujeto, se estampó contra el auto de Akira, para calmarlo, para salvar a su esposo.
Hubo un pequeño impacto, Akira salió huyendo después de eso. Matt subió al asiento del copiloto, lucía agitado.
- ¿Ya se fue? - preguntó el pequeño de 7 años, que físicamente se parecía a Sora.
- Ya se fue, hijo - respondió Yamato, tratando de recuperar el color en su rostro, para no asustar a Kotaro.
- ¿Y no va a volver?
- Querida, vamos al partido - dijo el esposo, sin responder a su niño - . Gracias por ayudarme... y por favor, no quiero que se les ocurra comentarle a los demás lo que pasó.
- ¿Por qué?
- Porque suficiente tienen ellos con el asalto que sufrió Takeru hace dos días... además, yo resolveré lo que pasó.
- Pero, papá...
- ¡Ya dije!, confíen en mí...
May suspiró resignada, no iría en contra de las órdenes de su progenitor. Miró el número "9" de su camiseta, el fútbol le ayudaría a olvidar este atentado.
/Sora y Yamato estaban casados y tenían dos hijos, por un tiempo estuvieron separados debido a diferencias y problemas matrimoniales, pero el cariño que le tenían a su familia, y la pasión de su bendito amor, los había vuelto a unir. Yamato había dejado de ser el astronauta estrella y ahora trabajaba como supervisor de operaciones espaciales; en sus ratos libres se dedicaba a la música pues había retomado su carrera artística. Sora era diseñadora de modas/ .
--*--*--
Ken llegó al estadio infantil y compró los boletos para entrar al espectáculo deportivo con su familia. El 2028 lo presentaba como una de las figuras más importantes de todo el Japón moderno, ya que era uno de los detectives más especializados y expertos que había, incluso, era un héroe para la juventud, y un ejemplo de valentía, según los libros de texto. Se había casado con Miyako Inoue y tenía tres hijos. La mayor ya era adolescente, tenía 14 años y se llamaba Kurumi; el mediano tenía 10, y su nombre era Zetaro; mientras que el más pequeñito, de dos años y medio, se llamaba Satoru. Apreciaba a su gente más que a nada y aprovechaba cada instante libre que tenía para convivir con ellos.
- Aquí tengo las entradas - informó a su familia, sonriendo con su eterna bondad.
- Gracias, mi amor - agradeció su mujer, mirándolo con simpatía.
- Espero no hayan comprado mi boleto - interrumpió una hermosa jovencita de cabellos azules y ojos cafés - saben bien que yo entro gratis, tengo trabajo aquí.
- Ya lo sé, hija - dijo Ken, viendo con nostalgia a su niña.
- Bueno, entonces me voy - avisó - Matsuo me espera en la entrada D4
- ¿Matsuo? - interrogó el padre, frunciendo el ceño.
- Mi novio, papá - aclaró la chica, que se llamaba Kurumi - te lo he dicho todo el camino, ¿No me digas que estás enojado y celoso?, ¿Acaso querías que te pidiera permiso?, ¡Yo quiero a Matsuo!
- Pero tiene más años que tú - dijo Yolei - estoy de acuerdo con tu padre, eres muy joven para tener novios de esa edad.
- ¡Déjenme en paz! - renegó dándose la vuelta y abandonando a su familia.
Hubo un corto silencio. Los padres suspiraron desganados, no querían que su hija se rebelara, debían apoyarla; pero a Ken Ichijouji no le agradaba la idea de ver a su princesa en manos enemigas.
- No es que sea conservador - dijo con pesar - pero ese tal Matsuo me da mala espina, Miyako. ¿Por qué no se pone de novia con alguno de los chicos?, con Kyo, o Seiyuro, por ejemplo.
- Son menores que ella, mi amor.
- Yo soy menor que tú - siguió el detective.
- Lo sé, pero Kurumi siente que los niños son más inmaduros que ella... dejémosla, estoy segura de que es un enamoramiento fugaz, ¡Ya lo verás! - animó la violeta señora, besándole la mejilla al padre celoso y preocupado.
- Menos mal que sólo tenemos una adolescente - replicó al mirar que sus dos pequeñitos se acercaban.
Zetaro traía de la mano a Satoru, ambos llevaban un globo de metano, que flotaba en el aire.
- Miren que bonito globo le compré a Satoru - le dijo Zetaro a sus papás, sonriendo con una boca pura y simpática. Tenía el cabello lila, como su madre y los enormes y hermosos ojos de Ken.
- El tuyo también está genial, Zet - dijo su madre.
- Lo sé, pero no es para mí, quiero llevárselo a Osen - aclaró sonrojándose - Quiero que sepa que yo... que yo...
- Que siempre la apoyarás y la cuidarás - finalizó Ken, encantado por la actitud dulce y caballerosa de su varoncito - Osen saldrá muy bien de sus estudios, no te preocupes.
- ¡Claro que saldrá bien! - animó el niño de 10 años. - ¿Dónde está Kurumi?
- Se fue con su...
- ¿Novio? - terminó Zetaro, algo irritado - Me cae mal ese tipo.
- Hednano... ¡Tet! - gritó la vocecita aguda de bebé Satoru, (Quiso decir: Hermano, ¡Zet!)
- Mande, Sato-kun - respondió Zetaro (Zet) con amabilidad.
- ¡Mío!, dame gobo, ¡Mío!
- No, hermanito - dijo - este globo es mío, tú tienes otro más bonito.
- ¡NOOOOO!, ete mío, ¡quiedo ete! - agregó apuntando la bomba del mediano Ichijouji.
- Pero... Uff, está bien, te lo regalo, así tendrás dos, ¿Qué te parece?
- ¡Gachias, hedmano!
- Zetaro, no deberías hacer eso, vas a malacostumbrar a tu hermanito - regañó cariñosamente Miyako.
- No hay problema - replicó sonriendo -. Papá, ¿Me das más dinero para comprar otro globo?
- ¡Ay, Zet! - exclamó la Señora Ichijouji, muy divertida al notar la cara de resignación que ponía Ken.
Antes de que le diera el dinero a su vástago, fueron interrumpidos.
- ¡Miyako!, ¡Ken! - gritó una voz melosa.
- Pero si son los Izumi -dijo Miyako, alzó la mano para saludarlos - ¡Por aquí!
La familia Izumi-Tachikawa se acercó. Mimi, la portadora de la voz melosa, saludó a sus amigos con su rostro alegre y despreocupado. Obligó a sus niños a saludar y también a su marido, Izzy no se veía muy alegre.
- Qué coincidencia vernos aquí mismo, así podremos sentarnos juntos - opinó Mimi - ¿Verdad, mi amor?
- Sí, fue suerte... pero de cualquier modo ya habíamos quedado sentarnos en las gradas de la parte B10, acuérdate.
- ¡Ah, es verdad! - dijo su encinta esposa.
- Pensé que no vendrías, Izzy - platicó Yolei - el estudio de Osen es largo, ¿Todo está bien?
- Sí - respondió secamente, mirando algo decepcionado a su hija, quien le desvió la mirada - no pasa nada malo. El estudio médico se suspendió.
- Ah... ya veo - dijo Miyako, muy intrigada.
- Mejor pasemos al estadio, el partido comienza dentro de unos minutos - atinó a decir Ken, notando que el ambiente se tensaba.
Los adultos comenzaron a caminar, Zet ya no pudo comprar su globo, pero le preguntó a Osen:
- ¿Estás bien?...
- Me siento mal por decepcionar a mi papá - dijo la pequeña Izumi - le demostré que era una miedosa.
- No, Osen... eres muy valiente - animó Zet, mirándola con amor - ¿Qué pasó?
- La cerebrito se rebeló contra los médicos - contestó el hermanastro de Osen, Ben - lo cual, no puso contento a su padre. Ni a mí.
Osen suspiró resignada "Ustedes no me entienden" pensó, y se alejó un poco de los chicos. Ben tenía la intención de chismearle todo a Zetaro antes de irse a jugar soccer, y ella no quería oírlo.
- La ahuyentaste Ben, no debes tratar así a tu hermana. - renegó Zetaro.
- Está enojada consigo misma, y se va porque quiere - dijo Ben con firmeza, sin rodeos .
- Quería darle un globo, para animarla...
- No seas bobo, Zet - dijo el principito Tachikawa - un globo no va a animarla; además, ¿Con autorización de quién le ibas a dar eso?.
- ¿Autorización?
- ¡Claro!, necesitas mi autorización, soy como su hermano mayor, ¿Comprendes?
- Lo que digas, Ben.
- Bueno, me voy, "tengo que entrenar"
El hijo de Mimi, que tenía el cabello rizado y perfectamente peinado, se alejó con pereza de los demás, tenía que jugar soccer ¡Qué fastidio!.
- ¡Osen! - gritó Zet. La niña se detuvo y lo miró - ¿Puedo hacer algo para que estés mejor?
- Sí - respondió ella - sé el de siempre y no me recuerdes lo que pasó.
--*--*--
Kurumi Ichijouji llegó hasta la entrada D3 y vio a un muchacho a lo lejos, era su novio Matsuo Minomoto, un joven que fácil tenía 16 años. Lo miró con curiosidad y sonrió pillamente al notar que era guapo, le agradaba la idea de presumirle al mundo que tenía un chico mayor junto a ella.
- ¡Matsuo-chan! - saludó ilusionada. El llamado la miró con rostro algo arrogante.
- Sabes que no me gusta que me digas así, Kurumi - dijo secamente.
- Lo siento... ¡Te extrañé mucho!
- Nos vimos ayer.
- Sí, lo sé... pero te extrañé, ¿Acaso tú no? - interrogó con los ánimos caídos.
- Supongo. - resopló, con indiferencia - ¿Y tus padres?
- Se fueron por su parte, recuerda que tengo que trabajar, seré una de los conductores. - informó ella - ¡Gracias por venir!
Cody Hida pasó cerca de ahí, a su lado caminaban su hija Yuriko Hida, su esposa Hiromi y su "sobrino" Doguen Kido.
- ¿Esa no es Kurumi, Doguen? - preguntó Yuri Hida, que portaba un uniforme de fútbol color azul, traía el número 12 en su espalda.
Doguen asintió.
- pero no sé quien es ese tipo, desde que Kurumi entró a la secundaria no la vemos mucho.
- Vamos a averiguar - dijo la supuesta tímida niña.
- ¿Qué, Yuri?, ¿Tú, diciendo esto?
- No tiene nada de malo, Doguen - agregó Yuri, luego le dijo a sus padres: - Papás, iré a saludar a Kurumi, luego me presentaré en la cancha, así que adelántense.
- De acuerdo, preciosa - dijo su madre, Hiromi Hida.
- Y mucha suerte en el juego, querida Yuri - agregó Cody, el menor de los elegidos.
Yuriko era hija de Iori, tenía el cabello castaño oscuro y los ojos verdes y brillantes, como la esmeralda. Contaba con 12 años de edad y se distinguía por ser una persona juiciosa, dulce y rígida consigo misma.
Doguen Kido tenía la misma edad que la mencionada anteriormente. El cabello azul cubría su cráneo y unos lentes grandes enmarcaban sus temerosos ojos negros, era el único vástago de Joe, que se había casado con Jun Motomiya.
Los niños se acercaron a Kurumi.
- Hola Kurumi - dijo Yuri, unos metros alejada.
- ¡Yuri!, ¡Doguen! - respondió la chica Ichijouji con simpatía - Matsuo, son amigos míos.
- ¿Esos niños?
- Bueno, son menores que yo, ¿Tiene eso algo de malo?
- Haz lo que quieras... mira, me iré con los muchachos, ahí estaré viendo el dichoso partido.
- Si no te gusta, no hubieras venido - replicó algo molesta.
- Sabes que vengo a oírte - dijo el sujeto, que tenía el cabello negro y los ojos marrones.
Matsuo se alejó al momento que los chicos llegaron.
- Kurumi, ¿Quién era ese chico? - preguntó Yuriko.
- Es mi novio - dijo rápidamente, tratando de verse feliz - . Disculpa que no te lo haya dicho antes.
- No hay problema - agregó Yuriko - ... bueno, me voy, tío Davis debe estar desesperado.
- ¡Mucha suerte, Yuri-chan! - gritó el hijo de Joe a su mejor amiga.
Kurumi suspiró desganada, la actitud de Matsuo la desconcertaba. Miró a Doguen Kido y recordó que tenía trabajo.
- Doguen, vamos a comenzar la acción.
- Este... no te ves muy animada, ¿Te hizo algo ese tipo?
- ¿Matsuo?, ¡Claro que no, sonso!, es mi novio, no haría algo que me lastimara - cambió la expresión por una alegre - ¿O qué?, ¿Encelas a tu amiga?, ¡Doguen, ya sé que soy bonita, pero no es para tanto!, ¡Ya estás como Kyosuke! - agregó, recordando lo mucho que se alteró su amigo Motomiya al saber la "buena" nueva.
El niño se ruborizó.
- No me digas esas cosas, Kurumi.... mejor vamos a planear los comentarios del partido.
- Jeje, nunca cambiarás, Doguen.
--*--*--
**¡¡Queridos espectadores y fanáticos del fútbol, sean bienvenidos al flamante estadio de los dragones azules; donde se enfrentarán cara a cara Los Dragones azules del Club Odaiba contra los enemigos!!** se oyó una voz aguda y simpática.
**Eh... lo que quiso decir mi compañera, es que se realizará un duelo amistoso entre el Club infantil de Osaka contra el del Odaiba**
**Sí, sí, como sea, Doguen** interrumpió la conductora **Damas y caballeros, niños y niñas... tomen sus asientos porque dentro de unos minutos más, empezará el partido, que será narrado en viva voz, por Doguen Kido y su servidora, Kurumi Ichijouji. ¡Gracias por su atención!**
Eso fue lo primero que escuchó Taichi al entrar al estadio, sonrió al distinguir las voces.
- ¡Vaya!, esa Kurumi no pierde oportunidad para aturdir personas - opinó el pequeño Taiki, el hijo de Yagami - ¿No, papá?
El padre asintió.
- Pero admitamos que tiene carisma, Taik - agregó Taichi.
- No sabía que los estadios infantiles tuvieran tan buena infraestructura - opinó una dama que los acompañaba, era Kaoru Takashima.
- Bueno, depende de muchos factores, como el impulso que le den los patrocinadores. Además, el entrenador es muy entusiasta. - agregó presumiendo a su amigo Daisuke - y es dueño de los Restaurantes Motomiya.
- Oh, ya veo, Señor Yagami - replicó la psicóloga Takashima, que había accedido a asistir al partido de su paciente.
- Por favor, dígame Taichi, cuando me llaman por el apellido, me siento como si se refieran a mi papá.
- Entonces dígame Kaoru, y dejemos atrás las formalidades - dijo la mujer, mostrando un gesto amable, la sangre le quedó estancada en las mejillas por unos instantes, se desvaneció al escuchar el grito de su paciente.
- ¡Papá, allá están Kyo, Sei y Toshiro! - avisó , luego corrió hacia las gradas y exclamó: - ¡Primo!, ¡chicos!
Kyosuke Motomiya alzó su mirada y vislumbró a su amigo Taiki, el rostro se le iluminó. /A lo mejor tampoco le gustaba la intervención de Benjamín Tachikawa en el partido/.
- ¡Taiki! - saludó - Seiyuro, Toshiro, miren quien llegó.
Los tres varones, que parecían de la misma edad, se acercaron a su amigo, al padre de éste, y a la acompañante.
- ¡No puedo creer que estés aquí! - dijo Kyosuke - íbamos a suspender el partido por falta de jugadores, los hermanos Yamada enfermaron.
- ¿Cómo?, ¿Pues qué les pasó? - preguntó intrigado.
- Les dio una enfermedad que volvió para torturar infantes: la varicela - informó un rubio apellidado Takaishi - según esto ya la habían erradicado del planeta...
- Ah...
- Pero contigo en el equipo, alcanzamos los 11 jugadores... claro, Ben jugará supliendo a un Yamada; Toshi, que es nuevo, suplirá al otro - siguió Kyo, el hijo de Davis - oye, ¿Y cómo te escapaste de tu cita?, los chicos y yo pensamos que ya te habían llevado al hospital psiquiátrico.
- ¡Claro que no! - se exaltó Taiki. Los adultos estaban presentes y pendientes de la conversación, y al junior Yagami, le dio vergüenza que Kyo dijera eso enfrente de la Dra. Takashima.
- Kyo, ya te dije que no hagas bromas de mal gusto - sentenció otro de los niños, el llamado Toshiro - No le digas eso a mi primo Taik.
Entonces los niños se permitieron ver más allá de Taiki y notaron la presencia de los dos adultos.
- Buenas tardes, tío Taichi - saludó Toshiro, con cordialidad. Entonces se dirigió a la mujer que los acompañaba: - Buenas tardes, señorita.
Seiyuro y Kyosuke sonrieron.
- Hola, niños - dijo Kaoru, algo mareada por tantas voces infantiles.
- Chicos, ella es mi psicóloga... es tan genial, que me permitió venir a jugar el partido.
- ¡Se lo agradeceremos eternamente! - se apresuró a decir Kyo - Taiki es muy necesario en el equipo. Mi papá saltará de emoción al verlo... ¡Yagami!, no has entrenado, será mejor que vayas a calentar.
- Es verdad, mejor me voy - los dos hijos de líderes se alejaron. Pero Seiyuro y Toshiro no los siguieron inmediatamente.
- Kaoru, éstos son dos sobrinos míos: Seiyuro Takaishi y Toshiro Yagami - zangoloteó el cabello color madera del niño - él es hijo de mi hermana Hikari... por cierto, el atarantado que se fue con Taik, se llama Kyo.
- Mucho gusto, chicos - siguió la dama Takashima.
- Tío Tai, te conseguiste una novia muy bonita - dijo Sei, consciente de su imprudencia. El rubio Takaishi sabía que con eso alteraría al adulto.
Toshiro realizó una reverencia y se disculpó:
- Discúlpenlo, por favor - el niño sentía pena ajena - A Sei le gusta molestar... nos vemos después.... ¡Vámonos, Seiyuro!
- Uy... como digas Toshiro, ¡Hasta pronto!
Los jóvenes se retiraron. Taichi sintió un extraño nerviosismo, su "sobrinito" hacía conseguido lo deseado.
- Je-Je, éstos niños... a veces lo ideal sería no tomarlos tan en serio. Lo mejor será buscar un asiento
- Como guste - respondió la doctora, menos agobiada por las frases de Seiyuro.
--
Ese era un año de muchos cambios, debido a que ciertos sucesos climatológicos, económicos, políticos y sociales, además de tecnológicos, habían sufrido una crisis el año anterior. El sistema computacional se había destruido inexplicablemente y las redes habían desaparecido de forma imprevista y rara. Los científicos e investigadores estudiaron las causas pero no encontraban nada coherente, y por ello, se dedicaron a diseñar y reconstruir la tecnología perdida, lo primordial era sustituir el llamado "Brazalete Digital", que había dejado de funcionar y era un elemento de suma importancia para el ser humano en la vida diaria (Había dejado de servir porque estaba hecho de un metal del Digimundo, y éste ya no existía en el Mundo Real).
Actualmente los problemas se habían estabilizado, y tanto Japón, como el resto de la Tierra, esperaban mejorías.
--
Daisuke Motomiya caminaba como loco por todo el pasillo de los vestidores generales; las manos le sudaban y una clara preocupación se asomaba en su rostro cándido y maduro. Ser entrenador lo había llenado de muchas satisfacciones, pero también de problemas. Vestía de una forma casual y traía el gorro clásico de los técnicos famosos del fútbol, la insigna de "Dragones azules" estaba bordada al frente de su camiseta.
La hermana de dicho personaje, entró a los vestidores, caminó hacia su consanguíneo y le sonrió.
- ¡Vaya!, te ves desesperado, Davis - dijo con ironía, Jun Kido - ¿Ya lograste completar los 11 jugadores?
- ¡Ay!, ya llegaste a molestar - renegó, aunque había crecido, seguía teniendo simpáticas peleas con su hermana mayor - ¿Qué quieres, Jun?
- ¡Grosero!, sólo quiero ayudarte, venía a desearte suerte - agregó sin dejar esa pillina sonrisa que desconcertaba a Daisuke.
- Pues, gracias...
- Si pudiera prestarte a mi "solecito", lo hiciera, pero Doguen no siente inquietud por cosas violentas.
- El fútbol es un deporte y no **violencia** - replicó Davis, moviendo sus cejas - y no creo que a tu hijo y marido les agrade la idea de que llames a Doguen, "Solecito"... jajajaja.
- Tú no cambias, Davis.
- Tú tampoco, Jun
- Oye, venía avistarte algo - dijo aplastando los cachetes de Davis - Kyosuke viene con Taiki.
- ¡¿Taiki?!, ¿Taiki Yagami? - gritó exaltado, besando las mejillas de Jun - ¡Aleluya! .
--*--*--
Fin de capítulo 2
--*--*--
NOTAS finales DE la AUTORA: No estuvo muy interesante, pero al menos hubo acción, ¿No?, por favor, díganme qué les pareció.
¡Gracias por leer!, de verdad me animan mucho con todos sus reviews y mails; yo sólo espero no decepcionar a nadie. Recuerden que acepto críticas constructivas, quejas, sugerencias, y por supuesto que comentarios. Ya aparecieron todos los personajes y la historia irá formándose poco a poco, así que ténganme paciencia, prometo mejorar.
Y repitiendo lo del capítulo anterior: Este fanfic está dedicado a todas aquellas personas que leyeron Fusión Prohibida y me animaron a seguir escribiendo.
Aclaraciones: Bueno, si notaron, traté de explicar otra vez lo que ha sido de los elegidos (por los que no han leído FP), espero no les haya resultado tedioso. Por cierto, recordaré los datos y edades de los niños (Aquí cumplo con la petición de darte las descripciones, "Jurik-Queen"):
+Kurumi: es la hija mayor de Miyako y Ken, que llevan un duradero matrimonio de 15 años, ella tiene 14. se distingue por ser una chica alegre, acelerada, extrovertida y, por cierto, le tiene pánico a las alturas.
+Kyosuke.- Es el chico que heredó unos googles por parte de su padre, Daisuke. Es un chico sincero, valeroso, atrevido e imprudente. Se enamora fácilmente y adora el fútbol. En Fusión Prohibida estaba molesto con Davis porque éste no parecía amar a su madre, Makoto, aunque actualmente las cosas para ese matrimonio han mejorado. (tiene casi 14 años).
+Seiyuro.- El llamado Sei, es el hijo mayor de Takeru. Se distingue por ser un fantasioso parlanchín esperanzado. Tiene trece años y parece estar muy contento por el nuevo matrimonio de su padre con Kari.
+Toshiro.- Es el hijo mayor de Kari. Su carácter es misterioso y puede ver cosas que otros no. Tiene 13 años y es un experto en "ping-pong".
+Yuriko.- Le dicen Yuri, y como lo mencioné anteriormente, es hija de Cody y Hiromi Hida. Es una experta en Kendo y tiene 12 años.
+Doguen.- Hijo de Joe y Jun. Cuenta con 12 años y es un chico muy tímido, llorón y miedoso, claro que esa es sólo su parte externa.
+Taiki.- es el único hijo de Taichi, con una mujer desconocida, tiene 11 años y es un niño muy sensible, valiente y algo inocente... su mayor trauma es no saber quién es su mamá.
+Mayumi.- Casi siempre la llaman May, y es la hija mayor de Sora y Matt. Ella es una niña que oculta sus sentimientos e intenta ser fuerte y seca en el exterior, tiene 11 años.
+Ben.- su nombre completo es "Benjamín", y es nombrado Principito Tachikawa. Es el hijo mayor de Mimi y su padre es Michael. Actualmente su madre se casó con Izzy Izumi y el enigmático y mimado niño, no ha terminado de aceptarlo. /tiene 11 años/
+Osen.- Hija de Koushiro Izumi, su madre murió al dar a luz. Es una niña enfermiza de 10 años que suele ser muy introvertida, pero curiosa.
+Zetaro (Zet).- El mediano Ichijouji. Un niño de 10 años que irradia ternura e inocencia, es amable con sus semejantes y parece estar muy enamorado de Osen Izumi.
+Kotaro.- Kotty tiene 7 años y es el hijo menor de Sora y Matt, es un angelito llorón y con gran capacidad de asombro, que vive dispuesto a desafiar al miedo por alcanzar a ser un héroe, como su papá.
+Satoru.- el menor de los Ichijouji. Es un bebé de casi tres años, muy travieso y dulce.
+Minagawa.- la hijita de TK y Kari, una misteriosa y hermosa bebé de unos meses que conoce (según el epílogo de Fusión Prohibida) a los digimons.
Por último, aquí les va mi e-mail: ziddycm@hotmail.com
¡Hasta la próxima y no se olviden del review!
