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NOTAS Iniciales DE la AUTORA: De nuevo los saluda CieloCriss, quien se ha puesto a transcribir todos los capítulos que lleva atrasados. Este lo escribí el 20 de junio del año en curso, espero les guste. Está escrito en primera persona, desde el punto de vista de Taiki Yagami, el hijo de Taichi, y seguro que gracias a ese estilo de narración, el capítulo será más entretenido.
¡Muchas gracias por seguir atentos a mi fic!, en verdad significa mucho para mí.
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MEMORIAS borradas


Capítulo 7 **Cuatro aventureros y los monstruos digitales**



Detesto que me oculten cosas.

Desde que vi sus caras al entrar a la casa me di cuenta, algo no estaba bien.

Papá y yo vivimos con tía Kari y su familia; antes vivían Osen y el tío Izzy, pero ellos ya tienen una "nueva" vida y se han mudado (al piso de arriba... sin embargo, eso no quita que sea una mudanza). Nuestro departamento es un lugar amplio, casi un condominio, y la pasamos contentos la mayor parte del tiempo.

Esa noche Toshiro llegó más amarillo que de costumbre, su silencio era frío y parecía que había sido víctima de algo macabro, como de esas criaturas que salen en las películas de horror. Generalmente es callado y nunca se sonroja, pero claramente se veía descontrolado, lleno de tierra y... ¡vaya!, también golpeado. Traía un morete alrededor del ojo, ¿cómo le decimos comúnmente a eso?, ¡ah, sí!, **ojo morado** (aunque yo creo que es un término mal usado, sus ojos siguen siendo color caoba). Mi tía Kari dejó de alimentar a mi primita Min y corrió hacia su hijo.

- ¡Toshiro! - exclamó angustiada - ¿Qué te pasó?

- Nada de gravedad, he oído que con un trozo de carne cruda en el sitio afectado se cura - intervino mi amigo Sei, ¡Woooow!, si Toshi descontrolaba la escena, su hermanastro no se quedaba atrás.

Los cabellos de Seiyuro estaban más despeinados que de lo ordinario, y sucios, su playera verde menta tenía manchas de sangre impresas y su boca estaba tan hinchada, que iba a reventarse.

- ¿Es que se pelearon con el novio de Kurumi-san? - pregunté con mucha curiosidad, ¡seguramente eso había pasado!, aunque... no se veían felices.

- Me voy a dormir, no te preocupes por mí, madre - avisó mi primo, con el ánimo por los suelos. Si bien era considerado como ingenuo, no era tonto, y conocía a Toshi como si fuera yo mismo.

Lo miré irse, ya sabía que no me diría nada.

- Yo también estoy cansado - dijo Seiyuro, me miró unos instantes y recordó mi pregunta - Y, sí, Taik... nos peleamos con Matsuo, quizá nos vemos golpeados, pero te aseguro que él quedó peor.

- ¿Perdieron?, ¿por eso traen esas caras?

Tía Kari y yo vimos como dejaba atrás sus rojos cachetes, quizá se le bajó la presión, ¿cómo saberlo?, lo que sí es que se puso nervioso.

- Bueno, tal vez no sea el momento de decir cosas que no entiendo. - habló para sí mismo, dejándonos con todavía con más interrogaciones - Necesito descansar un momento para luego comer... mamá ¿Qué harás de cena?

- Lo que quiera mi pequeño artista - tartamudeó mi tía.

- ¡Hot cakes! - se entusiasmó Sei - Jeje, sé que son usuales en las mañanas, pero se me antojan. ¡Ah!, otra cosa que quería indagar, ¿cómo está Zetaro?

- Muy bien - me adelanté a decir - ¿Qué te parece si mañana vamos a verlo?

- Es una buena idea. - respondió - Entonces, será mejor que los deje, familia, o me voy a dormir aquí en el suelo... mmm, por mi aspecto debería ducharme, ¿verdad?, lo haré después.

- Sei, ¿dónde están tu padre y mi hermano?

- No tardan en subir. - informó - Y, Taiki.

- ¿Qué?

- ¡Por supuesto que no perdimos el combate!

Seiyuro prácticamente desapareció de mi vista. Ahora tenía nacidas muchas dudas.

Mi tía Hikari se acercó a la entrada de la casa y se asomó para ver si los adultos venían, se miraba rara, como que presentía algo. Me hubiera gustado preguntarle, pero de lo seria que estaba hasta me daba "pánico" interrumpirla.
Pasaron 5 minutos y me los pasé entreteniendo a Minagawa; hay que admitirlo, mi prima heredó mi simpatía... bueno, sé que debería mostrar modestia ¿No?... ¡Bah!, siempre debo ser honesto, eso es lo que la Dra. Kaoru me ha sugerido, aunque en realidad lo dice para que le cuente lo de mi mamá; a lo mejor debería hacerlo.

Por la cara que puso mi tía, ya venían. Papá entró y besó a su hermana en la mejilla, luego sonrió y me miró fingiendo alegría. Siento que cuando mi padre miente, se desaparece el gran valor que tanto le admiro. Takeru traía la misma facha de como si otra vez lo hubieran asaltado, ¿y si eso había pasado?

- Mi amor, estás sudando, ¿qué pasó?

- Dilo, Tk - dijo papá - No importa que esté Taik.

¡No lo podía creer! ¡Iban a contar secretos de mayores ante mí!, me iba a poner bien listo, para captar todo.

- Atacaron a Ken. - dijo - Nosotros no estuvimos presentes; no obstante sucedió lo mismo que en mi caso y en el de Daisuke y en el de mi hermano.

- ¿Yamato? - cuestionó tía Kari asustada - Yo... presentía que algo pasaría... de hecho, seguirá pasando.

- Los niños estuvieron presentes en el intento de asesinato, eso les afectó - siguió tío Takeru -; pero hay más...

- ¿Más?

- Lo comentaremos después - interrumpió mi papá, ¡mmmm!, se censuraban por mí, no me gustaba estorbar.

- Iré a ver si Toshi y Sei están bien - dije, aunque debió sonar bien estúpido.

- Y yo prepararé té, quiero que se calmen.

- No hay problema, mi hermosa princesita rubia va a alegrarme, ¿no, Min?

- Vamos Takeru, no seas malo y comparte a la nena - alcancé a oír, luego seguro que comenzaron a mimarla.

No sabía si estar enojado, indignado o seguir de curioso. Si los "grandes" no querían hablar frente a mí, ni modo. No había porqué alarmarme, podía investigar de otra forma (¡Oigan!, no vayan a creer que soy chismoso ¿Ehh?)
Me dirigí al cuarto de los dos chicos mayores, y como lo imaginé, no estaban dormidos, murmuraban cosas en bajito, me puse a espiarlos (habían dejado la puerta un poco abierta).

- ¿Estás dormido, Toshiro?

- Tengo sueño, mas no me puedo dormir.

- Entonces sugiero que hablemos.

- Es verdad... hay muchas cosas qué hablar, Sei, pero me da algo de temor sacarlas al "aire".

- ¿Miedo?

- Esas cosas quieren matar a nuestros padres y a sus amigos... cada vez las siento con más potencia, como si se fueran a tragar algo, y... duele.

- ¿Duele?

- Me arde el pecho cuando pasa algo malo, es una sensación extraña.

¡Por Dios!, ¿de qué carajo hablaban esos dos?

- Vaya...

- Espero no creas que estoy loco o algo así.

- ¿Cómo crees, Toshi?. Eres mi hermano del alma, jamás me reiría de ti, sé que hemos tenido pequeñas diferencias estos últimos días, pero no por ello dejaré de creerte. Estamos juntos en esto.

- Gracias Sei.

- ¡Oye! - dijo en son de reclamo, con indignación graciosa - Es deber de hermanos eso de preocuparse - estaban recostados en sus respectivas camas, y miraban hacia el techo como si fuera un firmamento - ¿Qué haremos con todo lo que está pasando?. Mientras atacaban al Sr. Ichijouji, el Aro Mágico que nos dio Wizardmon brilló y nos protegió.

¿Quién era Wizard-mon?, creo que estaba excluido de ese mundo de secretos . Me dio tristeza que no confiaran en mí, ¿por qué no sabía nada?. Por esa pequeña apertura vi que sacó un anillo algo grande, se veía color mostaza porque estaba el cuarto a oscuras, en realidad debía ser dorado (al menos eso supuse).

- Ese Aro es la clave, Sei - dijo mi primo - Mira que si nos protegió sin estar descifrado, hará maravillas si logramos resolver su enigma.

- Lo que sí no sé es cómo vamos a descifrarlo. No sabemos nada de signos raros y viejos... ¡ya sé!, ¡OSEN!, ¡ella podrá ayudarnos!

- ¿O-chan?, bueno, tienes razón. - Toshi se arrepintió inmediatamente - No, Sei. No podemos involucrarla, no quiero que le pase algo; ella es ajena a esto.

- Quien sabe. - agregó Seiyuro - Es posible que ataquen a su papá, nunca se sabe, ya ves lo que pasó con el tío Ken. Yo pienso que es probable que los malos estén interesados en el grupo de amigos que formaron los adultos cuando niños, parece un círculo vicioso, además, a veces se dice "Haré brillar una doceava parte de las tinieblas".

- Tienes razón, ¿no sería prudente darles el anillo mágico a los mayores?. Entre tío Izzy, Ken y Yolei seguro resuelven la situación.

- No sé, Wizardmon dijo que nosotros éramos los #niños elegidos# y que teníamos que desaparecer las tinieblas... aunque no es mala tu idea, después de todo él resaltó: **Salúdame a Hikari y dile que no se olvide de Gatomon** .

- Hagámoslo mañana.

No estaba entendiendo mucho, ante todo debía averiguar quien era ese tal Wizard-mon.

- Tengo una idea Toshi, ¿y si invocamos al espectro de Wizardmon otra vez?

- ¿Quééé? ¿Estás loco?

°_°... ¡No me esperaba que fuera un espíritu del más allá!. O Seiyuro estaba jugando, o lo sobrenatural existía.

- Es cuestión de que le hable a May, engañamos al abuelo, nos infiltramos en el mirador de la televisora y lo llamamos: **Ven Wizardmon... te necesitamos...**, ¿no sería genial y misterioso al mismo tiempo?

- No bromees con eso.

- Jeje, lo siento; además, no creo que mis primos quieran invocar fantasmas... aparte nadie sabe hacerlo.

Al parecer mi mejor amiga estaba enrolada con el asunto y no me informó, ¡qué decepción!; juré enterarme de todo.

- Ahora que recuerdo, mañana tenemos que hablar de lo que nos pasó a Yuri y a mí.

- ¿Por qué mañana?

- No estoy razonando bien, Sei... necesito dormir y comer, ¿de acuerdo?. Espero que Yuri se haya puesto contenta con la presencia de su papá.

- Apuesto a que sí.

Se callaron, y casi al instante se quedaron dormidos, sí que estaban exhaustos, ¡y yo con tantas energías perdiéndome de la acción!. El descuidado de Seiyuro dejó el aro raro sobre un mueble, esa era mi oportunidad de entrar en acción.
No me agradaba cuando el misterio hacía daño, Toshiro se veía débil, atemorizado, y Sei estaba medio paranoico; lo que tenía que hacer era ayudarles, ¿cómo?, ya lo vería.

Entré sigilosamente, tratando de no hacer ruido (con decirles que hasta caminé de puntitas para no despertarlos). Sin mayor problema tomé el Aro y acto seguido, salí.

Ahora ya tenía el secreto en mi poder, pero Sei tenía razón, jamás podría descifrarlo, tendría que pedirle ayuda a Osen; era lo mejor, así tendría una cómplice, y jugaríamos a los investigadores como cuando estábamos más pequeños (¡Vaya!, tengo que admitir que la hecho de menos).

En un 2 x 3 tenía mi plan listo; en realidad no fue una estrategia muy original ya que copié las ideas de mi amigo Takaishi, pero al fin y al cabo era lo más acertado.

Marqué el teléfono de Osen, por suerte me contestó ella; le dije que tenía algo muy importante qué contarle, y me pidió, como lo supuse, que fuera a su casa; así que no me hice el del rogar. Al parecer estaban todos en sus respectivas habitaciones, lo cual fue muy provechoso, ya que no tuve problemas para irme. Tía Kari había dejado muchos Hot cakes en la mesa, y empaqué algunos en mi mochila (iba a emprender un misión secreta y necesitaba estar bien alimentado). El caso es que no tardé en el llegar a casa del Tío Koushiro. Eran 9:30 PM.

Osen abrió, y como si fuéramos presos escapándose, corrimos a su pieza. En seguida le puso llave y se cercioró de que nadie estuviera cerca.

- Estamos fuera de peligro, aquí podemos hablar con calma .^_^.

- ¿Dónde están los demás, Osen?

- Ben está encerrado en su cuarto, está enojado porque "el cruel destino le jugó chueco" .

- ¿Cómo?

- Al menos eso me dijo; según sé, tuvo problemas con su padre. - noté que no se sentía bien hablando sobre cosas privadas de Ben - Papá fue a comprar almejas al supermercado, se le antojaban a mamá-Mimi.

- ... vaya antojos, ¿almejas? - opiné, algo asqueado al imaginar a alguien comiendo eso, no me simpatizaban los mariscos /al menos no los raros/ - Oye, dime, ¿ella es buena madre?, ¿eres más feliz que cuando vivías con nosotros?

- Es muy diferente.

- Te extraño mucho Osen... sé que vivo abajo, pero no es la misma. Además envidio que tengas una nueva mamá y Toshi un nuevo papá.

- No te pongas triste, Taik - me pidió, viéndome con melancolía... ¡ah, demonios!, yo no debería estar hablando de estas cosas, venía por lo del misterio del fantasma - yo también te extraño - dijo, tocando mi cabello, es muy dulce cuando quiere.

- Mejor no hablemos de eso. Si vine aquí tan tarde es porque necesito de tu ayuda, sabia compañera.

- ¿Ah, sí?, dígame entonces, "jefe" - bromeó, estaba conforme con el cambio de tema.

- Ve esto, - dije mostrándole el Aro - quiero que lo descifres.

Vi como le brillaron los ojos, parecían shakira negra mostrando luces en todas direcciones.

- ¿Y qué es?

Osen sí que era extraña, ya estaba emocionada y ni sabía de lo que se trataba la misión.

- Por lo que oí, es un "Aro mágico", ¡deja y te explico todo!

Fue así como comencé a narrarle los hechos, creo que tenía mejor memoria de lo que recordaba. Ella me escuchó con atención a pesar de que al mismo tiempo seguía mirando el aro dorado y hacía anotaciones. Tiene un don que le permite hacer varias cosas a la vez.

- Y eso es todo... - terminé agotado, porque me faltaba aire.

Levantó la vista y se rascó el cráneo, seguro ataba cabos o algo así.

- Taiki, si no estuviera viendo la prueba de tu historia, creería que has superado a Seiyuro en inventos y fantasías que a veces creo que pueden hacerse realidad. Espérame un momento.

Sin que pudiera replicar, salió de su alcoba. En tanto, me puse a observar la nueva decoración, no me cabía duda, tía Mimi había metido la mano aquí, todo estaba muy ordenado y lindo, hasta había cosas color rosa, como en los cuartos de niñas normales (bueno, Osen no es anormal, pero sí diferente).

Regresó con esa sonrisa curiosa más grande todavía, traía cargando una computadora gorda y vieja; Tío Izzy seguro la guardaba para venderla a un museo.

- Estoy muy entusiasmada. - admitió - ¿Tienes idea de lo que he descubierto?.

- La verdad, no - sinceré.

- Te lo voy a explicar - dijo, luego me mostró los signos que tenía el anillo - , ¿ves los símbolos?, mi papá los ha estado buscando desesperadamente, son el lenguaje digital que desapareció el año pasado. Desde que dicho sistema operativo se destruyó /inexplicablemente/ muchos científicos han tratado de recuperarlo, pero no han podido conseguirlo, ¡y la clave está aquí!.

- ¿Cómo sabes que es ese lenguaje digital?

- Aparte de que me es familiar y lo recuerdo con fugacidad, he observado los acertados intentos de recuperación de papá... bueno, no sé explicarlo.

- Déjalo así, de todas maneras no entiendo mucho cuando empiezas con tus términos.

- ¿Dices que un fantasma llamado Wizard-mon se lo dio a los chicos? ¿No te parece rarísimo?, además, ¿qué tiene que ver con los ataques que han sufrido los adultos?

- Pues no sé, por eso he venido en tu ayuda; lo mas conveniente es invocar al tal Wizard-mon en la televisora.

- ¿Y cómo entraremos al sitio?, ¿acaso sabes invocar fantasmas?, yo no, casi ni creo en ellos.

- Yo sé quien puede auxiliarnos: Doguen; he oído que su papá tiene grabaciones para espantar espíritus y cosas por el estilo.

- Pero al Superior Doguen le dan miedo esas cosas.

- Bueno, ya es hora de que se haga valiente, ¡lo obligaremos!, esto es cuestión de "vida o muerte". Tenemos que ayudarle a los demás, para que se arrepientan de no habernos informado antes.

- De acuerdo, suena genial. Será como nuestros antiguos juegos de detectives privados ¿Recuerdas? - ninguno de los dos estábamos preocupados y lo veíamos todo fácil y como si fuera una aventura de mentira - Nada más falta ver como vamos a meternos a la televisora del abuelito de Sei, según sé, está abierta las 24 horas.

- Eso es sencillo, le robé los gafetes de identificación a Sei, May, Min y Kotty, así creerán que somos nietos del señor Ishida.

- Eres temible cuando te lo propones, Taik. - opinó mi pelirroja - Mayumi se enfurecerá cuando se entere... mejor hay que avisarle.


Negué con la cabeza. ¡Claro que no le informaríamos!, estaba muy descontento con May, me sentía traicionado, hasta la hermosura de mi amiga había disminuido, para mí, un 0.01% por unos segundos.

- Vaya, vaya, no sé qué reclaman los insectos. - oímos, me agaché, debajo de la cama occidental de Osen estaba escondido Benjamín Tachikawa - Se enojan porque les ocultan cosas, y hacen lo mismo conmigo.

Intentó salir de su "guarida", pero el inepto se quedó atorado, ¡JA!, ¿quién le manda espiarnos?.

- ¡Hey!, ¿qué esperan?, ¡sáquenme de aquí!

- ¿Cómo se dice, Ben? - preguntó Osen, usando ironía.

- Ush... **Por favor, cerebro rojo**

- No escuché bien, ¿qué dijiste?

- ¡Por favor!- Lo jalamos de los brazos y salió; se sacudió el polvo y agregó - He decidido ir con ustedes, necesitarán de mi protección.

- Como quieras, Ben - respondí - ; en ningún momento quise ocultarte esto, entre más seamos, mejor

- Eso espero, Taik... no me obligues a **insectearte** .

Ben debe tener un trauma con los insectos, eso no se cuestiona, en fin... la verdad era que me causaba gracia cuando nos llamaba así, aunque según él, era una ofensa.

- Será mejor irnos, aquí tengo las "credenciales", Seiyuro las tenía desparramadas por toda su habitación. Debería aprender modales, ya ni yo soy tan desordenado.

- Hasta ahora conviene que siga con sus hábitos de cerdo - dijo Benjamín.

Osen se había entretenido con el aro y esa vieja computadora portátil.

- ¡Increíble, chicos! - dijo emocionada - Esta máquina puede ser reprogramada con estos signos, mañana mismo arreglaré eso. Quizá hay un secreto en todo esto y pueda descubrirlo investigando, ¡ah, a papá le encantaría ver esto!, pero no sé si molestarlo, ha tenido muchas tensiones en el trabajo con eso del desarrollo del suplente para el Brazalete Digital.

- Hablas mucho Cerebrito, mejor vayámonos, aún tenemos que pasar por el llorón, a ver si lo convencemos.

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Qué bueno que los Kido vivían en una casa, así era más fácil llamar la atención de Doguen. Nos saltamos la barda, y cuando estuvimos frente a su ventana, comenzamos a arrojar piedras hacia el cristal, lo malo era que el muy sordo no escuchaba.

- ¡En la vida con el cuatro ojos! - renegó Ben, mientras levantaba una roca muy grande del jardín de la Señora Jun.

- Ben, ¿estás demente?, ¡romperás el vidrio!

- No me importa, Osen, de alguna manera tiene que oírnos.

- ¿Incluyendo a sus papás? - agregué, con algo de desconfianza.

Mi amigo Tachikawa arrojó la dura piedra muy alto, pero para sorpresa nuestra, la roca comenzó a caer directo a su cabeza... Auch, eso debió dolerle. No sabía lanzar.

- ¡¡¡MALDITA ROCA DEL DEMONIO!!!

- ¡Cállate! - le rogamos, Ben no era tan buen aventurero como mi "hermanita" y yo.

- ¿Quién anda ahí? - Osen apuntó hacia la ventana, Doguen se había asomado - ¿Hey, qué hacen ahí?

- ¿Qué crees, bestia?, ¡baja ya! - Ben se tocaba frenéticamente el cráneo, suerte que no se le había abierto la cabeza.

- Necesitamos hablarte, pero que nadie lo sepa - susurré, Doguen asintió con nervios, ya esperaba algunas de nuestras famosas sorpresillas.

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- ¡Definitivamente están mal de la cabeza!, ¿qué les hace pensar que iré con ustedes?, son unos irresponsables e inconscientes, ¿tienen siquiera la más remota idea de lo que harán?...

- Sí, ya lo tenemos planeado...

- ¡No tenías que responder a eso, Taiki!, en verdad ignoras el peligro, tus teorías se basan en puros disparates.

- Superior Doguen, ¿verdad que no nos dejará ir solos? - dijo Osen.

- Sencillamente no los dejaré ir, ¿cómo que quieren que invoque a un espíritu?, ¡qué incoherente!

- No puedes impedir que vayamos. - comenzamos a alejarnos; y como lo supusimos, Doguen se resignó y anunció:

- No puedo dejarlos ir solos a esta locura. Iré por las cintas espirituales de papá... pero conste que no me parece buena idea y no creo en lo que me cuentan.

- Velo por el lado amable, a Seiyuro le dará envidia tu acto de valentía y no te dirá llorón por... algunas horas - animó Ben.

Y ahí estábamos los cuatro, buscando espectros, parecíamos esos mentados cazafantasmas que salían en la TV en la época de mis abuelos.

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Entrar a la televisora no fue muy complicado. El abuelo Ishida debía ser muy excéntrico con sus horarios de trabajo, porque a los guardias y personal /que era reducido, por ser de noche/ no le pareció inverosímil nuestra **visita**. Preguntamos por el mirador y nos dieron instrucciones precisas; lo único malo era que cada vez todo se veía más espeluznante, bueno, mejor así, ya que estábamos en una aventura.
Algunas señoras comentaron sobre los muchos nietos que tenía el Sr. Ishida y nosotros reíamos para despistar, tengo que admitir que fue divertido fingir ser pariente de May. Arriba, en el mirador, no había ningún ser vivo, si acaso las cámaras de seguridad, pero esas nada más eran objetos.

- ¿Y si llega la policía y nos encierra? - preguntó Doguen.

- Mala suerte. - respondió el irónico de Ben - Supongo que tendrás que rezar para que te rescate tu PAPI.

- Ya, dejen de discutir; y alégrense, al fin hemos llegado al sitio donde apareció el fantasma. El único problema son las cámaras de seguridad y las voy a paralizar.

- ¿Puedes hacer eso?

- Es ilegal y un delito - dijo Osen con seriedad escalofriante /al menos para Doguen/ - , pero sí puedo. La imagen se congelará y los guardias creerán que todo sigue igual, es una suerte que las cámaras sean mudas, ¿verdad?.

- ¡En qué líos me meten!

Nuestra amiga paralizó las cámaras (no me pregunten cómo). Ya estábamos listos para invocar al espíritu mago.

Primero nos sentamos formando un círculo, puse el Aro mágico en medio y Doguen prendió el mini-componente musical.
Se comenzaron a oír sonidos raros y anormales, y juro que no pude evitar comenzar a reír como loco, a Ben también le dio un ataque de risa, es que era imposible dejar pasar por alto esos simpatiquísimos "rezos" o invocaciones... además, Doguen remataba todo con su voz diciendo: - **Que aparezcan los buenos espíritus, Que aparezcan los buenos espíritus... Ven Wizardmon**.

- ¡Taiki, Ben, NO se burlen! - renegó Doguen.

- Yo creo que no es suficiente con lo que estamos haciendo - opinó Osen, con sabiduría.

- Mmmh, ¡ya sé!, necesitamos un tambor, ¡tráiganme un tambor! - ordenó el anteojudo, acomodándose lo que le permitía ver bien (no hacía calor, pero estaba sudando por el "esfuerzo").

- Lo más cercano a un tambor aquí, es la cabeza de Taik.

- ¡Oye, cálmate Benji!, a ti te cayó un piedra gigante en la cabeza y no se te abrió, seña de que la tienes más dura.

- Al revés, insecto. Si no se me abrió fue porque tengo neuronas muy bien entrenadas que protegen mi delicado y brillante cráneo; en cambio tu mollera está hueca.

- ... Creo que traeré ese bote de basura, Superior Doguen.

- Gracias Osen, no sé que haría sin ti, estos dos no parecen ayudantes.

- En ningún momento pasó por mi mente prestarle mi ayuda a un nerd.

- Lo imaginaba, Ben.

- ¿Para qué un tambor? - pregunté - ¿Vas a tocar?.

Osen vació el bote color marrón, lo volteó y se hincó junto a nosotros; se veía muy contenta; por otra parte Doguen se estaba portando como todo un profesional /aunque no sabía nada/.
Reinició su llamado hacia el más allá, invocábamos a un espectro bueno, porque el tal Wizardmon seguro era bueno.

Después todo fue diferente. No quise asustar a nadie, pero una niebla empezó a surgir o nacer, y sentí frío, ¡no sólo eso!, la verdad es que también tenía miedo.

- ¡Ya!, mejor deja de hacer eso, Doguen, ¿qué rayos está pasando? - dijo Ben, tratando de verse normal.

- Venimos a invocarlo, tal vez Wizardmon no tarda en aparecer - murmuré, sin seguridad.

- Ben tiene razón, esto es peligroso, ¡no seguiré llamado a nadie! - gritó Kido con voz quebrada - Regresemos a casa.

La bruma era tan densa, que nos tenía paralizados, temerosos, y torpes. Osen comenzó a toser como siempre que enfermaba gravemente, al tocarla me di cuenta de lo helada que estaba, ¡no quería que volviera a recaer!.

- ¿Dónde está la salida?, me arden los ojos - exclamó Benjamín. Por una vez envidiamos los cristales que protegían los ojos del que llamábamos **Llorón**, ya que no sentía esa aguda molestia.

- ¡Taik, mira eso! - pidió mi "hermanita".

Eran como dos sombras o dos seres que poco a poco se fueron aclarando. ¿Era mi imaginación o en verdad el lugar se estaba despejando?; no lo sé. Mi grito se unió al de mis camaradas al ver a monstruos al frente.

No les miento, eran bestias. Uno de ellos , el que era una momia deshilachada, traía una metralleta gigante, y sin piedad la disparaba provocando un semi-temblor... menos mal que su puntería no era tan buena.

Me agaché y jalé a Osen, que no reaccionaba.

- ¡Dios mío!, ¿ninguno de ustedes es Wizardmon, verdad? - se atrevió a preguntar. La tarántula sonrió como maniática, vi que Doguen retrocedía hasta acercarse a la salida.

- Mummymon, deja de jugar; hemos venido porque el Amo dijo que aquí estaba el Aro mágico.

Y vi con angustia que el anillo misterioso que había "pedido prestado" estaba abandonado en el piso; me barrí hasta alcanzarlo y lo aprisioné en mi pecho con el mayor valor que pude.

- UHF, qué fastidio, estos niños tienen que estar en todo.

- Oye Arukerimon, ¿no crees que esos chiquillos tienen el poder del Aro con ellos? - supuse que el loco con el arma había visto mi acto, debí verme muy obvio al estremecerme y fruncir las cejas... No me culpen, no pude evitarlo.

Ben y Osen estaban más tranquilos, no sé porqué. El principito comenzó a reírse, la piedra que le había caído en la cabeza seguro le había zafado un tornillo.

- ¡Ja-ja-ja-ja!, por un momento casi me engañan. - dijo caminando hacia los malos - Es obvio que son humanos disfrazados del día de Brujas; incluso es posible que como estamos en una televisora estén filmando un programa, ¿a que si?, sus vestuarios son antiestéticos y feos, digo, se ven falsos y exagerados.

Tocó a la araña con cinismo, y ésta lo aprisionó con sus toscas manos y comenzó a dejarlo sin aire.

- ¡BEN! - gritamos al mismo tiempo - ¡Déjalo!

- ¿Qué pretendes?, ¡él no tienen nada de lo que deseas!, - rogó Osen - ¿quiénes son?, ¿qué son?, ¿qué tienen que ver con Wizardmon?, ¿para qué buscan el Aro mágico?

- Ya oíste a mi hermana ¡Suéltame, bruja antiestética! - mi amigo Tachikawa no podía moverse, esa cosa era MUY fuerte; por otra parte me había admirado al oír que llamaba hermana a Osen.

El otro nos siguió asustando con sus disparos; teníamos que huir.

- Esto es muy divertido, Arukerimon, sin esos odiosos digimons estos niños son basura.

"Arukerimon" rió, traía en la cabeza dos cuernos rojos, como si fuera un demonio.

- ¡Contesten mis preguntas! - insistió Osen - Si me las responden, les daré el anillo; YO LO TENGO.

¡Eso no era verdad!, ¡yo lo tenía!, su mirada me contuvo y no dije nada, quizá tenía un plan. La tipa la miró incrédula.

- ¿No me crees?, pues peor para ti. Escucha, el Aro no lo traigo conmigo, está escondido... te lo daré si respondes.

Como ninguno de los tres negó su mentira, la mujer-araña soltó a Ben, su trasero se estrelló en el suelo. En instantes capturó a nuestra pelirroja.

- ¡Suelta a Osen! - chillé - ¡Yo lo tengo!

- No Taik, no mientas... - se entercó.

- ¡Eres una torpe, Cerebrito!, ¡no debiste hacer eso por mí! - renegó Benji, estaba muy conmovido.

- ¿Dónde tienes el Aro, niña?

- Te lo diré cuando respondas mis preguntas - no sé de donde saca tanta sangre fría, podría jurar que se estaba muriendo de miedo.

- Si no lo dices, te mataré.

- ¡No te atrevas! - esta vez habló Doguen, no le habían comido la lengua los ratones después de todo - Escuche, ella es una niña muy pequeña, no tenemos nada que ver con lo que buscan, ¡sólo somos niños!

- El problema es que son niños Elegidos, siempre molestan.

- ¿No se dan cuenta de que podría mentirles? - interrumpió Osen, sonaba interesante - Puedo decirles puras falacias, pero si cooperan conmigo, prometo darles la ubicación exacta... a nosotros no nos interesa el Aro.

"Lo que está diciendo no tiene mucho sentido" reflexioné, después de todo mi querida amiga estaba en garras enemigas. Aún así me impresionó que Arukerimon y su amigo se confundieran, creo que no eran muy listos.

- De acuerdo, niña... me recuerdas a alguien por insistente, ¿Quiénes somos?, pues Arukerimon y Mummymon, ¿qué somos?, no sé, quizá Digimons, ¿qué pretendemos?, claro que quitarles el Aro para dárselo a quien nos reconstruyó. Ustedes los humanos destruyeron el Digimundo, y nuestro señor quiere renovarlo.

No entendí nada, todo era demasiado surrealista.

- ¿Y Wizardmon?

- ¿Ese digimon?, está muerto, pero por lo visto puede comunicarse con los vivos, además, no perdió tiempo y les dio el Anillo de Gatomon.

- ¿Es que ya nos conoces?

- ¡Basta!, ya indagaste demasiado, ¡por supuesto que sé quienes son!

Mi Osen se mordió los labios, ovalándolos de manera rara.

- Si me tienes tan apretada, ¿cómo te daré el Aro?.

La soltó, Osen no sabía qué hacer. Huir iba a ser imposible... lo que sí era que si las cosas se ponían gruesas les daría el Aro.

Minutos después, los hermanastros se miraron y asintieron, Ben sonrió, luego se acercó con calma hacia una ventana, la abrió y de su ropa sacó un objeto dorado y del tamaño aproximado al Aro gigante, ¿saben qué era?, les dará risa, era uno de los panecillos que hacía tía Mimi: una dona de piña.

- ¿Saben qué?, ¡yo lo tenía! - dijo arrojando la comida.

- ¡Argggghh!, ¿cómo se atreven?. Mummmymon, vamos tras él, ¡ya me la pagarán! - los muy tontos saltaron por la ventana para buscar el objeto, se llevarían una gran decepción al encontrar el rico pan (uyyy, me dio hambre, lo malo era que ya me había comido todos los hot cakes que traía de provisiones) .

- Aprovechemos la oportunidad - sugerí, escondí el Aro en mi calcetín y salimos corriendo.

Lo que estaba pasando era muy confuso. Salimos al estacionamiento de la televisora y nos escondimos bajo un auto; muchas personas huían de Arukerimon y Mummymon, que estaban causando estragos porque no hallaron el anillo mágico.

- ¿Qué sucede? ¡Apúrate Doguen!

- No es mi culpa, el celular no me comunica.

- ¡Llama a mi casa! - pedí con pánico.

- Esperen... ya suena - entonces Tío Joe contestó - ¿Hola? ¿Papá? (...) ¡Tienes qué ayudarnos!

- No grites, o no te entenderá.

Intercambiaron varias frases; por lo que entendí iba a venir por nosotros, ya sé había dado cuenta de que su hijo no estaba y lo andaba buscando.
El primo de Kyo trató de tranquilizarse, de algún modo sentía la obligación de cuidarnos por ser el Superior Doguen.

No sé cuánto tiempo pasó, a mí se me hizo que casi nada, pero en esos instantes sentí que moriríamos, más cuando vi las múltiples patas de Arukerimon.

- Búscalos, es el único lugar que falta, ¡tenemos que robarles el Anillo!

Con la metralleta, el subordinado /se notaba que ella era la jefa/ comenzó a destruir los carros. Me dio mucho coraje que lo hiciera, ya que no era sencillo ganar dinero para comprarlos, y ese animal estaba acabando con esfuerzos de personas que no le hacían daño a nadie.

- **Digimon**, quiere decir: monstruos digitales - dijo Osen repentinamente - , si analizamos el nombre, es posible que sean seres creados por algún lenguaje digital, como el que está inscrito en el aro, como el que se borró el año pasado... quizá por eso se perdieron los datos del lugar llamado Digimundo, y por eso esos seres deambulan por el Mundo Real, y...

- Cállate Cerebrito, no es momento para tus deducciones, nos van a oír.

- ¡Salgan de la auto-nave!, vienen para acá - Fue un milagro, pero nos salvamos antes de que esa nave fuera electrizada.

- Vaya, vaya, ¡aquí estaban!, ¡acabemos con ellos!

Abracé a Osen y la traté de proteger, Ben me miró con recelo, pero se mantuvo firme y me sonrió como si agradeciera, estoy seguro de que también la quiere mucho. En esos momentos, Doguen se veía esperanzado, parecía que acababa de ver a su ángel de la guarda o algo así. ¡No!, mejor aún, era el Doctor Kido, el más grande y alto de los amigos de papá.

Tío Jyou entró al estacionamiento con rapidez de un papá estresado, lo seguía tía Jun. Ambos quedaron como estatuas al ver a los digimons.

- ¡Oh, demonios!, es Joe Kido. - dijo Arukerimon - ¡Huyamos, Mummymon!, no vaya a ser que nos recuerde.

En unos segundos sus apariencias cambiaron, se veían como dos humanos. Un jeep amarillo y de modelo arcaico surgió de repente y se alejaron conduciendo.

- ¡Mamá, papá! - chilló Doguen.

Sus papás lo abrazaron y mi amigo perdió su valentía. Posiblemente merecía el término de llorón que le daba Seiyuro, pero era mejor ser sincero y poder llorar con tanta libertad.

Para sorpresa mía no nos regañaron, ni siquiera nos preguntaron qué hacíamos. Nuestro aspecto debió ser muy preocupante y seguro no quisieron reprendernos; Osen estaba tosiendo como loca, parecía que revivía algo; Ben lagrimaba y se veía temeroso; ¿y yo?, no sé, no me pude ver pero seguía con miedo.

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Papá me mandó a la cama muy molesto, comenzó a darme un discurso y no me dejó rezongar. Dijo algo de que se acercaba un peligro, aunque no presté atención. Seiyuro y Toshiro seguían dormidos, después de los regaños, volví a entrar al cuarto y dejé el Aro donde mismo... me daba inquietud dejarlo tan desprotegido, pero si al otro día me veían con el anillo, sería el fin de mi vida y Sei y Toshi no me perdonarían (bueno, no sería el fin de mi vida, lo acepto, fue una exageración).

¿Saben qué?, me irrito cuando las aventuras no salen bien...
Detesto no conocer y aborrecer a mamá...
Y lo peor de todo, odio no tener el valor para gritar mis temores a los cuatro vientos.
Eso no es ser valiente como papá.


---FIN DEL POV Taiki---


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¿Cómo es posible que el Mundo Digital se haya borrado?. Al olvidar los humanos la existencia de ese lugar, todas las bases de datos se borraron, ya que no había quién soñara con ese tipo de magia.
Pero los Digimons no han muerto, nada más se desintegraron en polvos digitales y rondan por el universo.

Yo me encargaré de regenerar las bases de datos por medio de una imaginación infantil. Maldigo no tener la visión de un niño, por eso tuve qué usar mi ADN para hacer realidad mis anhelos.

No más juegos. Reconstruiré el Digimundo y lo haré mío, no importa que tenga qué matarlos a ellos, después de todo: nunca recordarán.

Ya llegaron mis súbditos, ineptos, no me consiguieron el anillo.

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Y sobre la figura de ese humano de piel clara habían chispas multicolores, chispas que hablaban y no podían comprenderse.

Nadie sabía que la venganza se acercaba, ni siquiera ese imbécil, que se creía un amo.

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Fin del capítulo 7
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NOTAS finales DE la AUTORA: ¿Qué les pareció?. Yo creo que se está poniendo interesante ¿no?, ^^, ojalá les haya gustado. Quizá me esté complicando la vida con la trama, pero ya saben que no me gustan las cosas superfluas y quiero innovar. Les prometo que muy pronto se aclararán las confusiones, el fic irá con más dinamismo, pero ténganme paciencia, ya saben que son muchos personajes y todos tienen una importancia especial.
Ya metí un poco de misterio con el enemigo, espero desarrollar más esto después para no aburrirlos.
Doguen, Osen, Ben y Taiki fueron los protagonistas en esta ocasión porque los tenía un poco abandonados.

Bueno, gracias por seguir leyendo. No se olviden del comentario, recuerden que lo único que deseo es no decepcionarlos con esta historia.

**Este fic está dedicado a los lectores de Fusión Prohibida**


No se pierdan el próximo capítulo, será sólo de los adultos elegidos y estará muy interesante (para los que hayan leído FP, se parecerá un poco a -Traumas infantiles-).

¡Hasta pronto!
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