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NOTAS iniciales DE la AUTORA.-¡Hola!, finalmente publico este capítulo, lamento la tardanza, pero la verdad es que aunque ya lo tenía hecho tuve algunos problemas que retardaron la publicación. Primero que nada no me decidía por un nombre, luego tuve que reformar el episodio entero porque este iba a ser el 13 y no el 14. ¡En fin!, espero haya quedado decente, debo agregar que este cap es más largo que el anterior, como resumen les recordaré que: La abuela Izumi había sido invadida por los datos digitales y estuvo a punto de matar a Izzy, quien fue salvado por Tentomon. Todos los que se encontraban con Izzy (Matt, Davis y sus hijos), recibieron la noticia de que Mimi también había sido atacada por el enemigo y se encontraba a punto de dar a luz y con muchos problemas... el caso es que ese grupo se desplazará al hospital, en donde están los demás (incluyendo a Seiyuro, que llegó de improviso después de salvar a Hidemi). También en este capítulo retomo a los personajes olvidados que estaban en espera de los adultos en casa de los Ichijouji (Taiki, Toshi, Kurumi y los bebés. Toshiro recibirá la luz de Gatomon que pidió Kari)... espero recuerden todo eso, está algo complicada la trama, pero en este episodio habrá más calma, ya que necesito neutralizar toda la acción para el verdadero desarrollo final... esperen drama, momentos alegres y cómicos... habrá casi de todo.

También hago una dedicación especial: Este capítulo se lo dedico especialmente a Pili-chan, por su pasado cumpleaños, deseo que haya tenido un muy feliz día... y claro, espero que le guste esta parte de MB.

¡Los dejo con la lectura!

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MEMORIAS borradas.

Por CieloCriss

Capítulo 14 **Bienvenido al Mundo**

No podía girar ningún ojo, era como si lamentablemente sus órganos visuales se hubieran entumido en la más angustiosa de las miradas. El niño no estaba viendo nada que le llamara la atención, enfocaba su vista en el vacío imaginario de su mente. Hacía unos instantes había sentido un flash de luz que le había cegado no sólo los ojos, sino el espíritu, por eso, en estos momentos, su alma estaba desorientada.

A su lado estaba una chica algo mayor que él, era ligeramente más alta, con figura cuidadosamente lograda y hermosa; aquella niña gimoteaba,  sus suspiros era tartamudos porque el llanto había cesado, sólo quedaban esas molestas secuelas. Ninguno de los dos se dirigía la palabra, estaban ocupados en cosas totalmente diferentes y no se interesaban en el otro, mucho menos tomaban en cuenta a los otros seres que se hallaban en ese cuarto durmiendo como angelitos.

La computadora estaba encendida, y la joven en ocasiones se acomodaba los lentes y enfocaba el monitor con notorio descontrol mental. Ambos esperaban, aunque quizá lo mismo no.

Un quinto elemento entró a la habitación y acercó una bandeja con comida, era un niño más pequeño, no mucho, pero su rostro aún estaba impregnado de la más fina y pura infancia.

            -Calenté los emparedados... – anunció, acercando a sus compañeros el alimento – creo que deberían comer algo, al menos Kurumi.

            -No gracias – se adelantó a decir la damita, devolviendo el plato -; es imposible que quiera comer estando mis papás y mi hermano en no se dónde y quizás hasta muertos, ¿cómo crees que en estas circunstancias puedo probar bocado?

            -Lo siento – se adelantó a decir - , ya no te ofreceré nada.

            -Yo sé que tu intención es buena Taik. Eres un niño muy lindo, pero no tengo hambre, mejor cómetelo tú, o si no dáselo a Toshiro.

            -Yo ya comí suficiente, pero por si cambian de opinión les dejo la bandeja – dijo Taiki Yagami, quien tenía qué admitir que le daba temor hablarle directamente a su primo por el aspecto que presentaba. –. Llamaré de nueva cuenta, a lo mejor mi papá ya está en casa... no aguanto la preocupación.

Marcó al celular de su padre, pero Taichi no contestaba, y cuando su vástago oyó de nuevo "El número que usted marcó está fuera del área de servicio o se encuentra apagado, favor de comunicarse más tarde" estuvo a punto de lanzar el auricular al escusado de los Ichijouji. Respiró lo más hondo posible, retuvo el aire, después pulsó el número de su casa, seguro Seiyuro ya había llegado y venía de vuelta con el anillo mágico. Tampoco obtuvo respuesta, esta vez se tensó aún más... habían pasado muchos minutos; sumándolos  saldrían casi dos horas, ¿cómo era posible que Takaishi no regresara? ¿Y si lo habían atacado los monstruos esos de Arukerimon y Mummymon?, la sola idea de imaginárselo lo aterraba. Fugazmente pasó por su mente la posibilidad de que Sei estuviera muerto y se llevó las uñas a la boca para mordisquearlas unos segundos... ante todo, Taiki Yagami era en extremo solidario, se sentía como un patán. Tomó una decisión, y la comunicó inmediatamente.

            -Toshiro, me largo de aquí. Voy a buscar a Sei.

El hijo de Kari reaccionó por un momento, toda su vista siguió igual de pesada, pero asió a su primo del brazo y lo atrajo hacia él.

            -No digas tonterías – reprendió –, no es conveniente que te muevas de aquí... ya le llamé a tío Daisuke, él ayudará a Seiyuro.

            -¡Quizás no sea suficiente! – gritó Taik – ¿Cómo puedes estar tan tranquilo mientras que el que consideras tu hermano puede estar muerto? ¿Y si el papá de Kyo no llegó a tiempo?, Toshi, han pasado dos horas, ¿sabes cuántas veces puedo ir y venir de esta casa a la nuestra en ese lapso de tiempo? ¿No?, ¡pues al menos 4 veces!, y eso contando el tráfico, en estos momentos no hay tal inconveniente.

            -¿Y qué ganas tú yendo hacia allá?, en todo caso llegarías más tarde, y de haber atacado esos digimons no seguirían ahí.

            -¿Qué tal si Sei está herido? ¿O si lo secuestraron? ¿Por qué mi papá no está en casa? ¿Qué pasará si el enemigo usa el Aro para el mal?

Kurumi estaba asustada, en tantos años de convivencia jamás había visto una discusión entre esos dos. Generalmente Toshi era muy paciente con su primo y Taik, a su vez, bastante obediente... ahora el menor desafiaba al mayor, o al menos eso parecía.

            -Pienso que debes calmarte, sé que las cosas no están bien, pero tú no puedes cambiar las situaciones con decisiones necias e infructuosas.

            -¡Todo es mejor que estar aquí sin hacer nada!... o dime ¿Qué estamos haciendo?, ¡NADA!... mientras tu mamá y los demás están en no sé donde y el Aro en manos desconocidas, Sei puede estar librando una batalla con los digimons junto al señor Motomiya; nosotros estamos sentados mirándonos, censurándonos, ¡por Dios, ni siquiera quieren comer lo que les preparé!

            -Taiki, ¡CÁLLATE! – volvió a decir Toshiro, algo alterado, pero más sereno que su interlocutor.

            -No Toshiro, guarden silencio los dos – ordenó Kurumi, interponiéndose en lo que ella creía que acabaría como una riña con golpes –, si siguen así, van a despertar a los bebés y las cosas se complicarán aún más, ¿entienden?, ¿o en qué idioma quieren que les hable?

Los hombrecitos guardaron silencio. Toshiro volvió a desviar su vista para inundarse en su mundo con toque autista; Taiki refunfuñó, avisó que iba al baño, y Kurumi volvió a tapar a los nenes que estaban a su custodia, no sin antes volver a tartamudear su suspiro.

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Seiyuro Takaishi había hablado con seriedad bien marcada, y su sonrisa natural no había hecho acto de presencia en su entonado discurso de preocupación. Taichi no sabía si gritar que no entendía o darle un abrazo al niño, pero como su amiga Sora optó por abrazar al rubio, él se decidió por lo primero y expresó, aunque sin grito, que no entendía las cosas.

            -¡Yo no sé! – expresaba con las cejas fruncidas de tristeza – Pero juro que desparecieron, vi que la frente de mi hermana brillaba, y la de Satoru también, se abrió una puerta... o algo así, y los cuatro adultos se fueron a rescatar a Zet.

            -Sei ¿Cómo dices que se llama ese lugar?

            -Mar de la Oscuridad, creo...

            -Haz hecho bien en contarlo todo Seiyuro, entonces – Tai aspiró el odioso aire de hospital – te encuentras a punto de partir hacia el departamento por un dichoso Aro mágico que era de Gatomon ¿No es cierto?

            -Eso mismo, y sobra decir que llevo prisa, porque si los digimons se apropian de él no podremos ayudar a mi papá y a los demás... Taiki dice que la noche pasada casi lo matan a él y a los chicos por andar tratando de averiguar sobre el anillo y...

            -¡Espera un poco, Sei!, ¿Taiki qué?

            -Que la travesura de Taiki tenía un fin, él quería ayudarnos, Tío Tai.

            -¿Ayudar a quien?

            -A los que conocíamos el secreto del Aro.

            -Querido – rogó Sora – habla lo más claro que puedas.

            -De acuerdo, ¡es que siento que pierdo tiempo! ¡Debo irme!

            -¿Y crees tú que si unos "no-sé-qué" intentaron matar a mi hijo por ese anillo mágico dejaré que te largues solo al departamento? No señor, ahora mismo me cuentas todo y vemos qué hacer.

            -Los atentados que están ocurriendo... me refiero no sólo a este, sino a los que les han pasado a todos los grandes, es a causa de algo sobrenatural, creemos que ese anillo que nos dio un fantasma el día que fuimos a la televisora del abuelo es la clave, y su brillo mágico nos ha ayudado antes, así que... – de pronto Seiyuro guardó silencio, temblaba, Sora y Tai creyeron que lo estaban presionando mucho.

            -Sei, si no puedes seguir, comprendo, sólo dime lo que ibas a hacer para ir contigo.

            -¡Dios mío! – chilló Seiyuro, apuntando inesperadamente un blanco.

Los amigos miraron hacia donde el chico señalaba, era afuera del hospital, y como los tres hablaban en el balcón de una de las habitaciones de la clínica, tuvieron la oportunidad de ver quienes venían.

Taichi se rascó la cabeza ávidamente. Sora se llevó su mano al pecho. En cambio, totalmente fuera de control, el sobrino de Matt salió corriendo del cuarto para dirigirse a la salida.

Yagami sabía que las cosas se estaban saliendo del control,  y no podía arreglarlas, porque sencillamente no sabía quién tenía el control, era torturante ver tantas escenas inesperadas, desde la nueva imagen que Hidemi robaba en su mente, hasta la manifestación de Agumon la madrugada pasada.

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En esos momentos estaban movilizándose hacia el hospital varios conocidos (eso fue lo que vio Sei). A Koushiro Izumi no se le veía buena pinta, de hecho, hasta tenía que apoyarse en los hombros de Yamato Ishida y Daisuke Motomiya. Los tres niños que acompañaban al "comité" caminaban sigilosamente, y el mayor, un joven con googles pegados en el cráneo, trataba inútilmente de tranquilizar a la niña pelirroja más pequeña.

Tai y Sora no salieron a toda prisa para encontrarse con ellos, sencillamente no tuvieron esa fuerza, estaban cansados,  además, estaban en esa habitación del hospital con otros propósitos.

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            -La manera en la que entró Matt... me dio miedo.

            -¿Miedo?

            -Mi esposo se veía angustiado a más no poder, Tai. – admitió Sora –. Yo tengo mucho miedo cuando le veo así, pierdo seguridad... ¿sabes?, pasa lo mismo cuando te miro temblar a ti, supongo con eso que ustedes son mis dos pilares.

            -Eso lo tomo como un cumplido.

A la habitación entró un químico fármaco-biólogo, les sonrió a los coetáneos, y preguntó con voz tranquila: ¿Quiénes son los donadores? (...) Ahhh, ustedes dos, pasen por acá, por favor.

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Lo que nunca pensaron ver, se lo encontraron en el Hospital. El niño de ojos color miel y mirada agresiva, se había derrumbado en los brazos de Cody Hida, llorando desconsoladamente.

Los recién llegados no tuvieron tiempo de sentir compasión por Ben antes de anunciar en voz alta que acababan de llegar,

            -Ben... – llamó Osen, con la voz temblorosa.

El hijo de Mimi alzó el cuello y enfocó a su familia postiza; Izzy estaba en una silla de ruedas (que le habían proporcionado inmediatamente) con el rostro más sombrío que el de un vampiro. Osen traía la carita irritada, como si momentos anteriores hubiera estado a punto de llorar.

Se le rompió el corazón en ese instante, el bombeo de la sangre quedó estático y más tarde se puso a jugar carreras con los segundos del maldito tiempo. El aire se le iba, y de haber podido, el  Principito, se hubiera desmayado. Ben Tachikawa sentía que había fallado en algo, más que nada, en su promesa de cuidar a su madre, quien desgraciadamente en esos momentos tenía un futuro incierto junto con su hermano. ¿Por qué su padrastro estaba en esa silla de ruedas?, eso pasó por su mente como un chiflido vándalo y prohibido, justo como visualizó a los demás, a May, Kyo y los respectivos papás.

No le importó ser normalmente un chico arrogante y presumido; ¡todas esas cosas eran patrañas!, ahora estaba débil.

            -¡Perdóname! – chilló, levantándose y alejándose de Iori con brusquedad, para dirigirse a Koushiro – No la cuidé como era debido, si se muere juro que... que, ¡ah, no sé!

            -No digas esas cosas, Ben – mencionó Osen - ¡No fue culpa tuya!

Benjamín corrió y abrazó a Izzy Izumi. El adulto de cabellos de fuego se enterneció, le sobó a su hijo la ondulada cabellera, pero no dijo nada.

            -¡Nos la envenenaron!... y no lo impedí.

Izzy lo apretó fuertemente, lo más que pudo, y sintió un dolor que recorría su cuerpo, a lo mejor eran las secuelas de la caída recién sufrida.

            -Es que tú no pudiste evitarlo – volvió a decir la niña Izumi, como si hablara por el progenitor.

Benji dejó a Koushiro y se aferró a su hermana con efusión deprimente.

            -Osen, gracias por querer quitarme la culpa.

Al contacto de ambos resurgieron las lágrimas, era muy conmovedor verlos, algo único en la historia de esa familia.

            -¿Qué le pasó a Izzy? – preguntó Cody.

            -Lo atacaron – explicó Davis –, así como supongo que atacaron a Mimi.

            -¿Cómo está ella, Cody? Dime, por favor – pidió Izumi, tratando de ponerse de pie.

            -Siéntate Izzy – mandó Yamato - , tu cuerpo está adolorido, te acaban de dar instrucciones precisas y por el momento no puedes andar, caer como te estampaste no es cualquier cosa.

            -En estos instantes no puedo precisar lo que sucede en el quirófano; lo único que supimos fue que le habían inducido el parto; también han pedido donadores de sangre – informó Cody, con empatía.

            -Voy a donar – avisó Koushiro, tratando de moverse.

            -Tío Tai y tía Sora ya se ofrecieron. – intervino Seiyuro, aparecido de quién sabe donde –. Tía Mimi tiene el tipo de sangre universal ORH+; por eso no hay falta de donadores.

            -Yo soy AB – aclaró Cody –, por eso no pude donar.

            -Entiendo... además, mi sangre tampoco es compatible – mencionó Izzy – y... apuesto a que mi esposa estará muy bien con la sangre de mis amigos.

            -¡Con que aquí estabas, Seiyuro! – dijo Kyo, admirado de ver al rubio por esos lugares.

            -Sí, yo siempre ando de inesperado y sorpresivo – musitó Sei sin su cándida sonrisa aunque tratando de ser positivo.

            -Escuchen, llevaré a Koushiro para que pida informes sobre Mimi y para tomarle unas radiografías, luego buscaré a Sora. Quiero que se queden calmados y sin hacer nada precipitado ¿De acuerdo, chicos?-mandó Matt.

            -Yo veré si necesitan más donadores; cuando regrese espero que me cuenten todo eso que está pasando en los libros de TK. Y no crean que se me ha olvidado que tenemos qué ir con Toshiro para tratar de rescatar a Ichijouji y los demás, ¿me acompañas Cody?

            -Claro, Daisuke... y de paso me cuentas de qué demonios hablaste.

Cuando los adultos desparecieron, el hijo de Takeru indagó:

            -Errr... ¿Toshiro le habló a tu papá, Kyosuke?

            -Sí, le pidió que te ayudara a conseguir esto – respondió el cuestionado, mostrando el Aro mágico.

            -¡Fiuuu!, me quitan un peso de encima; Taiki tenía miedo de que unos monstruos se lo llevaran.

            -Arukerimon y Mummymon – aclaró la pelirroja, que tenía la mano unida a la de Benji.

            -¡Esos monstruos malditos! – recordó Doguen Kido, uniéndose a la conversación mientras Yuriko Hida y el pequeño Kotty miraban y oían con signos de interrogación.

            -No tengo la menor idea de lo que están diciendo o lo que está sucediendo – opinó la hija de Iori.

            -Creo que necesitamos poner al corriente a muchas personas – dijo Kyo.

            -Ya lo sé – reforzó Mayumi.

            -A mí no me importa nada de eso, sólo quiero que mi mamá esté bien, ¿cómo se ponen a pensar en otras cosas insignificantes?

            -No Ben, los digimons no son insignificantes – corrigió Osen –. Para mamá Mimi su digimon es muy importante, y seguro que si pudiéramos traerlo, ayudaría en algo.

            -¿De quién rayos hablas?

            -De... – entonces hojeó un libro y se informó – de Palmon.

            -¡Pues quien quiera que sea ME VALE!, mejor no abras la boca.

            -Hey, cálmate Ben – mandó Sei –. Esos cambios de humor te van a enloquecer. Tienes que tener fe en la fortaleza que posee tu mamá para salir adelante. Ella no se dejará vencer, luchará hasta salvar a tu hermano con amor, ¿comprendes?

            -Es muy fácil y bonito que digas esas palabras, pero no sirven de nada si te metes en la cabeza que la realidad actual es muy distinta – bufó el niño, luego de patear el piso con desesperación.

El ambiente depresivo se siguió gestando y cada vez se oían menos esas voces infantiles. Seiyuro ya no había podido responder,  había optado por guardar un respetuoso silencio.

            -Lo sentimos, ojalá pudiéramos ayudarte... quisiéramos poder tener de sobra esa empatía que nos permite ponernos en los zapatos de otros – dijo al fin, el de cabellos dorados, después de reflexionar –. Pero entiende que no por hablar de otros temas somos irrespetuosos. Los Digimons, sean lo que sean, son importantes y misteriosos; si logramos saber qué pasa con ellos, podremos resolver todo este tormento y evitar otros ataques.

            -Mi primo Sei tiene toda la razón – razonó Kotaro –. Tenemos qué evitar que esos monstruos vuelvan a atacar...

            -¡YA SÉ! – cortó Ben – No me den sermones.

            -La respuesta es el dichoso Aro que querían los monstruos – aseguró Doguen.

            -Y la historia está en el resurgimiento de los libros de tío Takeru.

            -¿En los libros vacíos de mi papá?, déjenme ver eso.

            -Bueno... ya no están vacíos – aclaró May.

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            -Sora, estás pálida, ¿no habrás dado mucha sangre?

            -Son los nervios los que me hacen perder el color – dijo con tristeza –. Pobre de mi amiga...Tai, yo debí darme cuenta de que esa inyección contenía veneno.

            -¡Ni que fueras adivina!, deja de echarte la culpa, y sobre todo, deja de lamentarte.

            -Estaba tan contenta por su nuevo bebito y familia...

            -A Mimi no le pasará nada, saldrá triunfante, ¿acaso te olvidas de que es una princesita a la que todo le sale bien con sólo sonreír?

            -Tienes razón – Sora acomodó el algodón en el punto rojo de donde todavía le salía líquido escarlata.

La dueña del Amor /de piel tostada y cabellos naranja/ siguió mirando con intensidad a Yagami, algo extraño logró notar en su amigo, pues decidió interrogar:

            -¿Qué es lo que te sucede? ¿Estás bien?

            -Sora, sé que no es el momento, pero... ¿me puedes hacer un favor?

            -El que quieras, ya sabes que sí.

            -En cuanto tenga noticias de Mimi y mire a Hidemi tendré que irme a ver qué sucedió con mi Kari... como podrás imaginarte, no puedo dejar a mi hermana donde sea que esté.  Honestamente no sé  qué es el mar ese, pero si descubrí a Agumon, todo puede existir.

            -¿Agumon?

            -Sí. Cuando me atacaron lo recordé, aún no termino de entender quién es, pero el sentir su presencia y pronunciar su nombre es algo que me está ayudando a seguir... es como si siempre hubiera estado conmigo para cuidarme, ¿será un ángel guardián?

            -Yo también he sentido que alguien me espera – dijo la señora Ishida –. Oye Tai... esa niña...

            -¿Hidemi Fujiyama?

            -Sí, ella. Me pareció que, pues...

            -¡Si tan sólo lo supieras, amiga! – interrumpió Tai – Pero ahora no puedo hablar mucho, no hay tiempo, las horas se comen los pendientes. Mira, Hidemi es mi segundo descubrimiento, puede /remotamente/ que sea mi hija ¿Lo puedes creer?... ¡y ha tenido una vida tan diferente a la de mi Taik!, todo es culpa de esa mujer...

            -¡Vaya! ¿Cómo es posible?

            -Te lo explicaré más tarde. Ahora quiero que me hagas el favor de conocer y hablar con Hidemi; quiero verla sonreír antes de irme con Hikari, sólo así quedaré tranquilo.

            -Comprendo... pero Tai ¿Yo podré lograr esa sonrisa en ella?

            -¡Claro que sí!, Hidemi te admira, me lo dijo – Taichi le pellizcó la nariz a Takenouchi – Si fuera mi hija se comprobaría una vez más mi teoría: **no sé que tienen los Yagami, que actúan como metales con los Takenouchi, que son los imanes.**

            -¿Por qué habría de admirarme la pequeña?

            -La enloquece el diseño de modas, ¿no es eso genial?... Es muy linda, Sora, pero he notado que se rige por la tristeza, y no me gusta que esté sufriendo. No sé si es gemela de Taiki, pero sigue siendo su hermana... ¡Sora!, esa mujer siempre me da las sorpresas de mi vida.

            -Ya veo, Tai. Con razón noté que algo no andaba bien contigo... espero pueda ayudarte; si la pequeña Hidemi está triste, tú debes mostrarle tu optimismo, tu gran corazón... eres admirable, Taichi.

Se abrazaron, sus brazos se entrelazaron de forma pura, como si la amistad verdadera se exprimiera al momento del contacto. La puerta se abrió y entró Yamato, quien se quedó mirando el acto con mucha serenidad. Imposible sentir celos, él sabía que desde siempre había un lazo especial entre ellos dos, y lo respetaba precisamente porque había otro listón amistoso que lo unía a ese cabeza hueca de Tai, incluso debía admitir que se sentía orgulloso de su grupo de amigos.

La señora Ishida vio a su marido mientras estrechaba el cuerpo moreno de Tai. Le sonrió a su esposo y se le iluminaron los ojos.

            -¡Matt! – le llamó inmediatamente, soltándose cuidadosamente de Tai para cambiar de pareja – Qué bueno que has llegado.

Se besaron, Taichi se sintió sombra.

            -¿Estás bien, querida? ¿No te pasó nada en ese ataque? ¿No te hirieron?

            -Taichi cuidó de mí en tu ausencia, estoy perfectamente bien, mi amor.

Yamato le dio palmaditas en la espalda a Tai, agradeciendo.

            -Ese Taichi tan servicial – optó por decir.

            -Pues así es – agregó el servicial - ¿Y por qué esa cara, Matt?

            -La presión del momento, supongo. No sé si sepan, pero hace minutos atacaron a Koushiro, también estuvo a punto de morir, un milagro lo salvó... su digimon. La verdad es que hay mucho de lo que debemos hablar.

            -No entiendo porqué nos pasa esto... Yamato, ¿Izzy está bien? ¿Qué ha pasado con Mimi?

            -Koushiro está acalambrado por el golpe, pero sólo eso; lo traumático es verlo tan ausente por lo de Mimi... y no, no tengo noticias de ella.

            -Salgamos de aquí para ponernos al corriente.... debo hablarle a mi Taik.

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No le importó que sus extremidades flaquearan al ponerse de pie, aventó la silla que lo limitaba y se aferró al mostrador.

            -Por favor, búsqueme datos sobre Izumi Mimi.

            -Hace menos de dos minutos que indagó, ya le dije que sigue en el quirófano especializado en alumbramientos.

            -Se lo ruego...

            -No puedo hacer nada más, en cuanto me pasen datos le informo.

            -Entonces, localíceme al Dr. Kido.

            -Trate de tranquilizarse, haré lo que pueda.

            -¿Cómo puedo tranquilizarme si mi esposa e hijo se pueden morir?

            -¡Izzy! ¿Qué haces de pie?, siéntate – ordenaron Davis y Cody.

            -Déjenme tranquilo.

Milagrosamente Joe apareció caminando por el pasillo, tenía la mirada llana, sin expresión.

            -¡Jyou! – habló Izzy, dirigiéndose al médico.

            -¿Qué te pasó, Izzy?

            -Tuvo una caída – sintetizó Daisuke.

            -Te lo suplico, dame noticias, pero no la mala noticia que temo – Izumi estaba tan alterado, sus ojos tenían vida propia y jugaban a rotar por todo el espacio blanco. El cabello despeinado se le veía como cuando niño, a excepción de que el sudor se lo embarraba en la frente.

Kido se acercó y sostuvo a su camarada por los hombros.

            -Tú sabes que la situación se tornó delicada por el veneno que introdujeron en el cuerpo de Mimi; afortunadamente le inyectamos a tiempo el contraveneno y neutralizamos su acción, pero le inducimos el parto para que la sangre contaminada no afectara al bebé. También le hicimos una transfusión sanguínea... ella está un poco débil, fue una dura prueba.

            -Está viva... – dijo el esposo con emoción, despejando de la mente su mayor trauma.

            -Claro que sí, no podría ser de otra manera.

            -Temía que sucediera lo de Yue... no lo hubiera soportado...

            -Felicidades Koushiro, eres padre de un hermoso y sano varoncito.

A Izzy se le formó la más amplia de sus sonrisas.

            -¿Y está bien?

            -Admirablemente bien, no parece haber nacido un mes antes. Mi colega, la ginecóloga Aino, dice que Mimi cuidó muy bien su embarazo.

            -¿Puedo verlos?

            -En un momento. Por mientras te llevaré a los cuneros, para que conozcas a Tonny.

            -... ¿Tonny?

            -¿Qué no se llama así?

            -Se llama Kosuke.

            -Eup... como digas.

            -¡Esto es para celebrar! – gritó Davis, llamando la atención de varias enfermeras - ¡Y lo tienen qué saber todos!

Se retiró junto con Cody, los otros dos se dirigieron a los cuneros.

            -¿Cómo es él, Joe?

            -Eso mismo me preguntó Tk, a pesar de que había entrado al parto de Min.

            -No me has dicho cómo es.

            -Ya lo verás.

Llegaron al sitio señalado y Kou pegó su nariz en el vidrio mientras observaba detenidamente a los infantes.

            -Es aquél – aseguró, sin ninguna duda.

            -¡Qué buen tino!

            -No es el tino, es que es el más adorable – afirmó el padre, mirando con ternura al pequeño bulto.

            -Creo que tienes razón, es un bebé hermoso.

            -Este bebé es un regalo, Joe... su nacimiento ha borrado  todas la tragedias que pasaron hoy, ¡está sano! ¡Su mamá también!

            -Yo creo que se parece a mí – dijo de repente una voz a sus espaldas.

Era Ben y todos los demás que se hallaban en el hospital; Izzy sonrió al ver a sus hijos acercarse a él.

            -¡Mucha felicidades, papá!, mi hermanito está lindísimo, todo ha salido bien – extrañamente, y aunque Osen se veía feliz, podía notarse en ella una inquietud anormal.

            -Por supuesto que es bonito, mi mamá es su creadora... y ella ¿Cómo está?, ¿verdad que muy bien? – preguntó Benjamín, trastornado por la emoción.

            -Está fuera de peligro, Ben.

            -¡Exijo verla!

Taichi y Yamato observaron al nene luego de felicitar a Koushiro.

            -Apuesto a que esta vez voy a ganarte, Matt.

            -Falta que crezca un poco y verás que no, Tai.

            -¿De qué hablan estos dos? – preguntó Iori.

            -Verás Cody, éstos dos locos se la pasan haciendo apuestas y predicciones sobre los bebés. Cuando nació Minagawa, Yamato predijo que sería rubia y le ganó a Taichi, quien apostó que sería castaña... – informó Sora.

            -Por lo visto a veces no tienen nada qué hacer... – murmuró el de ojos verdes, recordando cuando nació Yuri, imaginando a su esposa con la bebé en sus brazos.

            -Yamato sólo ha tenido suerte las últimas veces, pero ésta vez ganaré los chocolates.

            -De cualquier manera, dejen eso para después – regañó Joe - , lo mejor será organizar la visita para que puedas ver a Mimi, Izzy.

Izumi alzó la vista deleitada por su tesoro y asintió agradecido. Kido sintió que ese día estaba resultando más complicado que su pasada boda. Los chicos se alejaron para dejar respirar a la familia, Sora los quería regresar a la cafetería para que no estorbaran, sólo quedaron Osen y Ben.

            -Sígueme, Koushiro – llamó el dueño de Gomamon.

            -¡Un momento, nosotros también queremos ver a mamá! – pidió Ben, con su rudeza renacida - ¡Es lo justo!

            -Sí, Tío Joe, por favor.

            -De acuerdo, vengan conmigo... van a portarse bien ¿ne?

            -yo SIEMPRE me porto bien – insistió el Principito, dando círculos alrededor de Kido - ¿Por qué la gente duda de mi gran comportamiento?

Osen mostró su rostro preocupado a Koushiro, le dijo:

            -Papá.... la abuela, ella no...

            -Hablamos después – ordenó Izumi, mientras alejaba por breves instantes, su sonrisa.

            -Pero es que...

            -Osen, sé que ella no fue, fueron esos polvos...

            -¡Es que ella desapareció! – exclamó, jalando el saco de su progenitor, quien tembló al oír esas palabras.

            -N-o me dig-a-s eso...

            -¿Qué hago entonces?, ¿dejar el asunto abandonado?, tenía qué decirte... Estoy muy contenta con el nacimiento de Kosuke, pero me preocupa la abuelita.

Koushiro Izumi se inclinó a la altura de la niña de 10 años, le besó la frente.

            -Perdóname hija, aún sigo exaltado por todo lo que ha pasado... digamos que no tengo las plantas de los pies en tierra firme. Hiciste bien en decirme, yo me haré cargo... vas a ver que todo saldrá bien con ella, tu abuelita es tan dulce que no merece nada malo, sea lo que le pase, la traeré de vuelta para que vea a su nieto.

--

Toshiro respiró violentamente y trató de fijar su vista en algo... era curioso, pero sentía que no estaba viendo absolutamente nada. Las formas a su alrededor eran difusas, sin delineado, parecían masas imperfectas de colores que vomitaban surrealismo, y Toshi no veía nada, ése era el problema.

Estuvo unos minutos consciente de su situación actual: había discutido con su primo, estaba angustiado por su madre, y, desde la madrugada, permanecía en casa ajena. Pero ese estado alerta fue disminuyendo a tal grado, que ya no recordaba ni siquiera al anillo mágico.

No pensaba en nada, sentía que levitaba y los constantes gimoteos de Kurumi, quien estaba en la misma habitación que él, eran imperceptibles. Sentía paz, mucha paz, como si fuera la nada que se mezclaba con el viento, como si, con sólo respirar, fuera suficiente para permanecer satisfecho consigo mismo. Ésa fue la segunda vez en que Toshiro dudó realmente en su existencia. La mayoría de las veces reflexionaba mucho sobre esos temas, y siempre concluía que sólo estaba seguro de existir al pensar, pero no podía saber si los demás eran reales o nada más creaciones de su mente. Ahora no pensaba, pero su inconsciente maquinaba deseos y le hacía dudar de él mismo.

La angustia por Kari no estaba presente, ni la de su amigo Seiyuro desaparecido, todo eso eran vagos soplidos de remolinos otoñales, y a Toshi le gustaba precisamente sentirse aliviado.

Poco a poco su respiración se hizo más intensa y visible, Kurumi Ichijouji comenzó a preocuparse porque cada vez que le hablaba a Toshiro, era ignorada. Sin embargo el  hijo de Hikari estaba concentrado en algo y por eso no se asombraba mucho de su actitud, después  de todo, como decía ella, luego de haber visto a su hermano, papás y conocidos desaparecer, la ausencia autista de Toshiro era totalmente justificada por su carácter reflexivo y autogestivo.

Toshiro comenzó a temblar, sus dientes chasqueaban, se rozaban y tronaban; Kurumi esta vez sí caminó hasta su amigo, se le vía muy preocupada, pues Toshi cada vez respiraba más aprisa y en forma de vendaval.

            -¿Toshi-kun? ¿Estás bien?

Toshiro, obviamente, no respondió. La chica le tomó la temperatura con su mano, rápidamente quitó su palma, muy angustiada.

            -¡Estás helado! ¡Y mírate!, has palidecido de forma... ¿increíble?

Del armario sacó una cobija y la acomodó en los hombros de Toshiro, el muchacho no se movió, ni protestó, siguió actuando como muerto, pero en vida, porque aunque cada vez sus respiros eran más violentos y cortados, seguía con vida.

            -¿Qué hago? ¡Dios! ¿Qué hago contigo? ¿Acaso quieres volverme loca?... primero lo de ése imbécil que trastornó a Zet, luego se van mis padres, mi hermano desaparece,  ahora tú te me congelas después de pelear con tu primo ... definitivamente alguien se empeña en hacerme sufrir.

Trató de meter a su amigo dentro de la cama, llamaría a un médico, a lo mejor podía comunicarse con Joe Kido. Toshiro no permitió que lo acostaran, se entercaba en seguir sentado, con la boca seca, sin una gota de saliva, al contrario de esa sequedad, la nariz estaba húmeda y cuando respiraba absorbía esa humedad que recorría las fosas nasales a cada momento, a lo mejor hasta se tragaba la sustancia verde.

            -Toshi... háblame...

            -A-g-u-a....

            -¿Agua? – había captado la Ichijouji - ¿Tienes sed?

Sin esperar respuesta salió de la alcoba a toda prisa, así le llamaría a Taiki y le llevaría un vaso con agua a su amigo.

Toshiro sonrió y repitió su frase: "a-g-u-a", parecía como si cada letra tuviera vida propia, era como si pronunciara algo vivo y factible.

Desde hacía unos segundos, los pensamientos habían aflorado en su conciencia. Aún estaba ido, pero había, de alguna manera, recuperado el poder de maquinar reflexiones y armar pensamientos, ahora podía trascender un poco de su mirada... iba más allá, el problema era que su dirección no era clara, y no había orden lógico en la telaraña de sus pensares.

Primeramente debía aclarar "¿En qué estoy pensando y por qué lo pienso?", pero por el contrario, volvió a repetir 'a-g-u-a' como un nene que recién hablaba... ¡un momento!, Toshi estaba teniendo una visión... y sí, estaba él de bebé, no podría tener en ese recuerdo más de 2 años, el niño suponía que eso debía ser: un recuerdo.

--****--

"Baaaabaaaa"

"No, así no: a-g-u-a"

"Abbbbbuaaaa"

"Te falta poco, inténtalo de nuevo hijo: a-g-u-a"

"Aaa-g-uuu-a"

"¡Eso es Toshi!, papá está muy orgulloso!"

--****--

¿Papá?, sí... el bebé, que era él, no estaba solo, sino que un adulto fornido y con rostro algo serio le hacía compañía en ese pequeño charco. El hombre tenía el cabello ligeramente más rojizo que Toshi-bebé, sus ojos, cubiertos por lentes oscuros, no podían verse, pero el Toshiro actual sabía que eran oscuros, más que los de él... frente a él estaba su padre, nunca antes había sentido a ese ser vivo, su presencia era siempre la de una fotografía arrugada y colgada en su cuarto, ni él, ni su madre, hablaban de él, y de repente cayó en cuenta de eso,  se entristeció... por quinta vez repitió A-g-u-a, y sintió con horror que ese recuerdo desparecía... pero ¿Por qué Toshiro estaba desenterrando esos recuerdos tan ocultos? ¿Cómo salió a flote una imagen así, de cuando ni siquiera tenía la conciencia de existir?, porque está claro que un niño de esa edad vive, es feliz y llora, pero no sabe lo que pasa con él ni con el mundo, ¿o sí?, Toshiro pensaba que sí, le gustaba creer en eso.

Para aquél entonces, Kurumi y Taiki habían entrado a la habitación de nueva cuenta. El hijo de Tai estaba sumamente preocupado y arrepentido por la riña anterior, intentó reanimar a su primo y darle de beber, pero el afectado no los peló, nada más calmó su respiración.

            -Mi papá, no está muerto.

            -¿Eh?

            -¿Primo?

            -Vive conmigo y no lo sabía – fue lo que dijo Toshi, esbozando una sonrisa muy tierna, propia de alguien que ha visto una película de amor.

El canelo se abrazó a sí mismo, esta vez cerró los ojos y ocultó su cabeza entre sus piernas, se despojó de la cobija, Kurumi se percató de que seguía igual o más frío.

            -¡Está alucinando! – aseguró, mientras berreaba por no saber qué hacer - ¡Está ido!

            -Tenemos qué hacer algo, lo que pasa no me da buena espina.

            -¡JA!, claro que no da buena espina, Taik, no digas cosas absurdas.

            -Me siento incomunicado, si al menos pudiera llamarle a un adulto... quizás si nos comunicamos con Doguen nos pase a su papá.

Para desgracia del niño de la luz, la cerrada de ojos no fue benéfica, cada vez sus recuerdos fueron más lúcidos y sintió cómo su organismo se inundaba de una sustancia fría que le congelaba las venas, pudo haber supuesto que alguien estaba absorbiendo su vida, pero no cayó en cuenta de esa posibilidad, también sentía que brillaba, y mucho, era como si ese brillo se derritiera y formara gotitas heladas que paraban la circulación de su sangre... esa luz la enviaba Gatomon por órdenes de Kari, pero Toshiro no había interceptado de forma correcta el llamado de auxilio.

Kurumi lo zangoloteó bruscamente al no encontrar respuesta, luego se marchó decepcionada. Toshiro sufrió un espasmo horrible al remembrar algo siniestro.

En la escena que germinó en su mente, estaba él, pero no era él...

--****--

"Qué asco de vista" dijo de pronto el Toshiro de la visión, conversaba con una niña que el Toshi-real reconoció como Osen.

"Ahora odias todo, ¿no es así?, todo lo bueno que tenías se ha escondido".

"Así es, ahora soy 'Malo', ¿comprendes?, soy un demonio salvaje".

"Pero tu voz, suena igual que siempre, por eso, aunque digas cosas malas, se te disculpa" le decía O-chan, su O-chan, ¿de qué demonios estaba hablando él con Osen en esa ilusión?, la piel de Toshiro comenzó a temblar de nueva cuenta y sus dientes volvieron a estrellarse para provocar sonido.

"No intentes pasarte de lista con esos comentarios, otra cosa que he perdido es la paciencia".

"No la has perdido, todo lo bueno se eclipsó por la oscuridad, pero sigue ahí"

"Y según tú, hay que desaparecer la luna, para que el sol reluzca, ¿verdad?"  interrumpió el Toshi que parecía malvado, sarcástico.

"Sin duda alguna; los Eclipses no son eternos".

"¡Ya cállate, me irritas!"

Osen, que parecía una rehén del mismo Toshiro Sugiyama/Yagami, se calló por unos instantes, pero luego siguió hablando, seguro con un valor rescatado de la nada.

"Y cuando nos hayas matado, ¿qué harás? ¿Conquistar el Mundo Digital o la Tierra?, ¿eso llenará tus ambiciones?... Te seguro que NO, quedarás tan vacío y solo, que perderás. ¡Sí!, porque seres como tú, nunca ganan… aunque acaben con los buenos, pierden siempre, porque se quedan sin nada, sin amor, sin vida… ¡Ellos mismos se autodestruyen!".

"¡Estúpida!" rugió Toshiro, tirando a Osen de una patada "¡Que te calles!, todavía no puedo eliminarte".

--****--

            -¡Noooooo! – gritó el niño al recordar - ¡Yo no le pegué! ¡No era yo! ¡O-chan!

            -¡¿De qué diantres hablas, primo?! – indagó Taik, ahora él intentó hacerlo entrar en razón.

            -No le pegué... no le pegué... eso es mentira, pero duele.

--****--

"Toshi-kun… sé que me escuchas desde el fondo, sí, desde esa profundidad me oyes, por favor, lucha, ¡no te rindas!"

Osen apagó su voz porque comenzó a retorcerse del dolor, el Toshiro actual, aún siendo simple espectador, podía sentir en sus venas un sufrimiento metálico, y ese líquido que lo helaba en la realidad, era el causante o creador del dolor de su O-chan. Una culpabilidad tremenda lo invadió, quería salir de ese pensamiento, añoraba volver a no pensar y a ser feliz en la ignorancia. En esos momentos odiaba la empatía.

"Resultaste ser una bocona enfadosa"...

--****--

            -La señora Kido, o sea, tía Jun, dice que Doguencito se fue con tío Joe al Hospital, cuando llamo al hospital me dicen que no pueden comunicarme, que el Dr. Kido es el jefe de cirugías, que está ocupado, y no sé, pero me da la impresión de que las cosas en la clínica no andan bien, se oye mucho relajo.

            -¡Shhhhh!, Toshiro está muy mal, habla y dice cosas raras... – dijo Taiki Yagami, horrorizado.

            -¡Cielos! ¿Está llorando?

            -Cállate Kurumi, esto es serio...

Toshiro negó y levantó la cabeza.

            -O-chan no es una bocona enfadosa – mencionó con seguridad, intentó ponerse de pie pero se tambaleó, entonces, desesperado por algo extraño, lanzó su cabeza hacia la cabecera de la cama. El golpe fue intenso, hasta sonó de forma anormal.

            -¡Qué haces, Toshi! – chilló Kurumi.

Taiki intentó detener el siguiente golpe, parecía que su primo mayor quería lastimarse adrede por una razón. La fuerza del de 13 venció a la del de 11, Toshiro estrelló de nueva cuenta su cabeza y satisfecho sonrió cuando sintió que perdía el conocimiento, mientras se le abría una herida al lado derecho de la frente.

            -In...in...increíble... – murmuró Taiki, Kurumi seguía atónita por lo ocurrido.

--

En el hospital de Odaiba las cosas se había relajado notablemente, el nacimiento del bebé Izumi había hecho que todos mostraran una sonrisa de satisfacción muy sincera. Jyou ya respiraba con más tranquilidad, Sora ya no se culpaba. Por un instante quizás todos habían olvidado el gran misterio que se gestaba alrededor. Izzy Izumi, junto con sus niños, estaban visitando a la Mimi convaleciente; Cody estaba de nuevo en el cuarto de su esposa en coma; Taichi revisaba unos análisis mientras platicaba con Daisuke, Sora y Matt. Los niños, en tanto, conversaban con murmullos y gritos según ellos muy discretos.

            -¡Ay no! Pobrecitos de mi tíos... pero mi tío Tk es muy fuerte, primo Sei.

            -Sí Kotty, ya sé, pero aún así papá y los demás necesitan ayuda.

            -Yo creo que en estos libros puede que digan algo sobre el lugar adonde fueron, ¿qué sitio es? ¿O cómo dices que se llama?

            -"Mar de la Oscuridad", Kyo... búscalo bien... el señor Ichijouji y mamá-Kari parecían saber mucho del tema, me dio la impresión de que los cuatro comprendían... creo que pueden comunicarse con miradas, asentimientos y cosas así.

Mayumi comenzó a ojear el libro, lo sentía cada vez más pesado pero no le dio importancia a ese hecho.

            -Aquí...

            -¿Qué dice, May? – indagó con impaciencia Doguen.

            -Habla sobre el Mar Oscuro... sobre Kari.... mmmm, no entiendo.

            -Lee.

            -Qué curioso, no le entiendo. Las letras desparecen por trozos, como si nada más fueran temporales.

            -A fe mía que a Pardaillan no le pasaban estas cosas – renegó Sei, mencionando a su héroe de novela de caballería mientras arrebataba con cortesía el libro a su prima menor.

Intentó leer, era verdad que las letras parecían lucecitas de arbolito de navidad, a veces desaparecían los primeros renglones, luego los medianos e iban repitiendo esa rutina de aparecer y desparecer.

            -**Hikari desapareció, Daisuke y los demás creían que había ido al Digimundo, pero yo sabía que no era así, estaba arrepentido de haber discutido con ella, no debí ser tan brusco, después de todo, a mí me costó trabajo deslindarme de Yamato**(...) **Estaba frente al mar, y grité su nombre varias veces: Kari, ¡Kari! Me sentía sólo y desesperado, quería sentir su presencia, Patamon y Gatomon también gritaban*¨* (...)

            -Maldita sea, ya no se ve nada, tengo la impresión de que este libro está jugando con nosotros.

            -¡Bah!, no bromees Kyo, los libros no son mágicos – opinó Doguen.

            -¿Y cómo lo sabes, Llorón? – le dijo Sei, un tanto molesto.

            -Miren, allá vienen los adultos – informó Kotty, corriendo hacia su papá.

            -Antes de que lleguen, chicos... díganme ¿Me han ocultado alguna otra cosa?

            -No, claro que no Yuri.

            -Más les vale – dijo seriamente, los chicos se quedaron con la boca abierta del asombro por el tono usado en la chica Hida.

Daisuke y Yamato se pararon frente a los niños y al mismo tiempo cruzaron los brazos, ambos tenían la expresión algo extraña, como "lista" para enfrentarse a aventuras, esos rostros no mentían, pero eran difíciles de definir.

            -Tai nos contó la historia completa, Seiyuro- dijo Matt.

            -Sí... y juro que nada es mentira... Desgraciadamente mi papá y los demás desparecieron, ¡miren!, aquí viene, en este libro,  todo esto escribió papá... con el aro mágico de Gatomon aparecieron los impresos.

            -Espera, espera, vayamos por partes.

            -¡Es que no hay tiempo!

            -Hemos acordado ir al departamento de Ichijouji – avisó Daisuke – pero ni Matt, ni Tai, ni yo, queremos ir mal informados, Sei.

            -Bueno, resulta qué...

--

            -¿Señor Yagami? ¿Es usted?

            -Sí Hidemi, ¿puedo pasar?

La pequeña se sonrojó, rápidamente se aseguró de cubrir  perfectamente su pierna lastimada para no causar lástima ni nada de eso.

Vio que Tai, su posible padre, se acercaba con una débil sonrisa, parecía aliviado de algo, quizás de que ella estuviera bien, y eso entusiasmó a la niña, pero no tardó en reprocharse ese sentir.

            -Cla-claro, pase, por favor.

            -Gracia linda... da gusto verte mejor, me habías asustado con esa pierna tan maltratada, pero ¿Sabes?, las radiografías muestran un buen diagnóstico, te pondrás bien.

            -Usted sigue preocupándose demasiado por mí.

            -No, para nada... lo hago por dos razones. Una: siento gusto. Dos: eres especial, ¿razones suficientes, no?

            -Está usted muy triste, señor Yagami. Oí que una señora tenía problemas y que iba a tener un bebé, ¿está bien?

            -Mimi acaba de tener un varoncito, si a eso te refieres. Ella se recuperará – entonces volvió a sacar otra foto de su cartera, en la cual había muchos niños, como 12 –. Es ella ¿la ves?, lleva el cabello rosado.

            -Es bonita... la he visto en la tele.

            -Tenía un programa de cocina medio loco donde hacían pescado con miel y cosas así, lo peor era que le salía bueno.

Hidemi sonrió y miró a Tai con intensidad.

            -Pero como te digo, Mimi está bien, ¿ves a este chico?

            -¿El del computador viejo?

            -Sí, ése. Pues es su esposo, él la está cuidando. Se llama Izzy y es otro de mis mejores amigos... y esta ¿la ves?

            -Sí, es muy hermosa...

            -Es Kari, mi hermana – Tai hizo una mueca triste - . Por ella estoy triste, se encuentra en apuros.

            -Lo siento mucho.

            -Tengo que ir a ayudarla, Hidemi, pero no quiero dejarte sola.

            -Por mí... no hay pro-problema, señor Yagami.

            -Hablé con tu mamá y me dio permiso.

            -¿De qué?

            -De que te cuide Sora.

            -¿Eh?

            -Sora estará aquí un rato más por lo de Mimi, y se ofreció a cuidarte, le conté sobre ti y tiene deseos de conocerte.

            -¿Habla en serio?

            -Oh sí, muy en serio, preciosa. Yo regresaré pronto,mientras estarás a su cuidado, además, le pedí a mi secretaria que realizara tus pendientes ¿No hay problema?

La chica negó incrédula, Taichi sonrió y le acarició la mejilla.

            -Debo irme, preciosa... y ¿Puedo darte un beso de amigos?

Ahora la niña de edad desconocida no sabía qué contestar. Optó por mover la cabeza. Tai suspiró agradecido, le besó la frente a Hidemi con una ternura algo rara en él, parecía como si Taichi creyera que si la besaba de forma ruda la niña podría romperse como si se tratara de una estatua de cristal.

            -¡Gracias, Hidemi! ¡Nos vemos pronto!

Tai salió con torpeza de la habitación alquilada, ahora que lo pensaba Hidemi, ¿quién estaba pagando los gastos del hospital?

No tuvo tiempo siquiera de analizar el beso, todo el sentimentalismo trasmitido se impregnó en su corazón con taquicardias. Inmediatamente después, entró un chico, Sora venía detrás de él, pero decidió dejar solos a los niños.

            -¡Hola damisela! – dijo Sei, con aspecto gracioso, casi lucía como siempre.

            -¿Damisela?

            -Olvídalo, cosas mías... mira – entonces de su espalda sacó un clavel, que ofreció como todo un caballero a su dama – . Espero te recuperes...

Hidemi pareció calidoscopio en esos instantes, el rostro lucía como un arco iris resplandeciente de la vergüenza agradecida, se sonrojó después de eso, nunca en su vida le habían ofrecido una flor.

            -Gra-gra-gra...

            -...cias – complementó el rubio, con mucha naturalidad - . Y a eso te contesto que fue un placer, señorita Hidemi Fujiyama... ahora el caballero  Seiyuro Takaishi se retira, pues debe ir a una de sus misiones, ¡nos vemos!, sí, porque nos volveremos a ver, tío Tai te conoce, eres su amiga... él es el hermano de mi madre ¿Cómo la ves?

Y sin decir más, salió a velocidad considerable del aula, por ahí se oyó que un guardia lo frenó y lo reprendió, pero como las pisadas siguieron igual de locas, de acuerdo al oído de Hidemi, la niña supuso que no había aprendido la lección. Era curioso, pero ese niño le parecía un ángel y el hecho recordarlo como su bienhechor la enrojecía.

Otra vez no pudo seguir pensando, tantas impresiones la enloquecerían.

            -¿Puedo pasar?

            -Sí... pase.

Y entonces, Hidemi vio ante sus ojos, a la creadora de los diseños más bonitos en kimonos modernos de Japón: Sora Takenouchi.

--

Sonó el teléfono de la casa de los Ichijouji, instantes anteriores Kurumi y Taiki estaban cuidando de un desmayado Toshiro, pero el 'ring' del teléfono alumbró sus expectativas y ambos corrieron como antílopes para ganar el auricular. Ganó Taiki, era más hábil, Kurumi, sin embargo, permaneció cerca de él.

            -¿Hola? ¿Seiyuro?, ¿eres tú?

            -Taiki, hijo.

            -¡PAPÁ! – gritó eufórico el moreno - ¡Papá! ¡Qué gusto! ¿Dónde estabas?, ¿dónde estás?... ¡diablos!, te eché de menos, me hiciste falta... y no sólo a mí. Papá, mi tía Kari está en peligro... yo quiero a mi tía Kari mucho, es mi mamita, y lo sabes... pero no sólo ella, ¡Es que hay tanto que debes saber!

            -Hijo, cálmate – rogó Taichi.

            -¡No!, llevan diciéndome toda la noche que me calme, y después de todo, puedo estar desesperado porque la situación es desesperada... Escucha papá, ve a la casa, Sei puede correr peligro, debió haber vuelto hace un tiempal.

            -Sei está bien, está conmigo.

            -¿Y dónde estás tú?

            -Estoy en el hospital, Taik. – explicó Tai, oyendo con melancolía a su hijo "Si supieras, Taik... si tan sólo supieras" – Hubo atentados, tía Mimi acaba de dar a luz a su bebé.

            -¿Qué?

            -Ella está bien...

            -Pero ¿Cómo?

            -Escucha Taiki, esta será una llamada corta, vamos para allá ¿Ok?, no te desesperes, Seiyuro tiene el Anillo mágico, han pasado muchas cosas, y ten por seguro que iré por mi hermana.

            -No te tardes... la verdad es que estoy muy asustado... es que Toshi...

            -¿Toshi? ¿Qué sucede con tu primo?

            -Discutimos, y luego, luego se puso raro, está inconsciente y no sé cómo ayudarlo...

            -Matt, Davis, algunos chicos y yo, vamos para allá, no te preocupes.

Yagami colgó.

--

Koushiro abrió la puerta, se quedó estático al mirar el débil y lívido cuerpo de Mimi. Su esposa había perdido el carisma de las embarazadas sonrojadas, parecía un mujer sin luz interna, sin alma, pero no, ¡estaba viva!, esta vez no tendría que ver el cadáver de ninguna mujer, ni tampoco a un bebé dentro de una incubadora. Kosuke y Mimi estaban sanos, Izzy agradecía eso de manera interna, había olvidado sufrimientos pasados que de no ser por este suceso, lo atormentarían. Minutos atrás su hija Osen le había informado de la extraña desaparición de la abuela, él se había  preocupado, pero afortunadamente, al hablar al asilo, le habían informado que la señora Izumi estaba bien, pero que no quería ver a nadie. "Lastimosamente seguro y recuerda algo..." pensó el dueño del Conocimiento "Iré a verla cuanto antes... ver a mi bebé la reanimará".

Por fin agarró fuerzas del amor que daba frutos en su familia, avanzó hasta jalar un banquito para sentarse cerca de Mimi, le agarró la mano y la acarició con dulzura. Él no esperaba que su esposa abriera los ojos en ese momento.

            -Mi Izzy...

            -Mimi... estás despierta...

            -Mi hijo, Izzy ¿Dónde está?

            -Todo está bien, mi amor...

            -¿Estás seguro? ¿Quiero verlo?... Izzy, bésame.

La voz sonaba imperativa, aunque algo forzada, quizás estaba haciendo esfuerzos por hablar, Koushiro intentó besarla, pero se abstuvo, pues pensó que a lo mejor lastimaría a su convaleciente compañera.

            -No puedo, Mimi, estás débil... has sufrido mucho hoy.

            -¡Malo!, no me lastimarás con un beso, aliviarás ese dolor que valió tanto la pena... ya me siento mejor... es sólo que, esa inyección... no sé... estoy confundida.

            -Ya sabrás luego la historia completa – Kou por fin se acercó a su mujer, le besó dulcemente los labios, ¡era tan hermoso rozar su lengua con la de Mimi!, recordó entonces que, en tiempos pasados, Mimi lo había besado a él una vez que había estado interno y ronco en un hospital.

            -¡Ey! ¿Ya podemos pasar? – preguntó un impaciente Ben, espiando con enojo la escena "Izzy es un aprovechado, qué cínico, pero que ni se le ocurra privarme de darle un beso a mi bella madre".

            -¿Está mi Benji ahí?

            -Sí, y también la Cerebrito ¿Podemos pasar?

            -Hijo, claro que sí.

            -Menos mal, a uno lo hacen esperar horas.

La pelirroja y castaño saludaron con alegría a Mimi, Ben intentó abrazar a su madre, pero como lo supuso, el "intruso" de Izzy le sugirió que después lo hiciera porque su madre estaba débil. Osen avisó entonces que ya traían al bebé.

            -Ay no, ¡yo quería grabarlo en video! - chilló Mimi – Voy a conocer a mi bebé y no hay video.

            -Después robaré las cintas de las cámaras de seguridad, mamá-Mimi, y sacaré el video de contrabando.

            -¡Osen!

            -Upss, perdón papá.

Un enfermero bastante guapo entró al cuarto, traía en sus brazos a un nene enrollado en cobijas. El susodicho llegó, y no sin antes checar que todo estuviera en orden, entregó el niño a su progenitora, a quien le volvieron a brillar los ojos con la pureza de siempre. Hubo silencio, al menos hasta que el enfermero desapareció, luego todos se miraron, no sabían qué decir.

            -Se parece a mí...

            -¿Tú crees Benji?

            -Ben, los recién nacidos nunca se parecen mucho a alguien – dijo Osen - ¡Pero es precioso!... parece un... bueno... no sé, pero es lindo.

A Koushiro no le salían las palabras, Mimi y él se intercambiaban miradas dulces y orgullosas. Lo que sí es que ninguno de los dos olvidaría ese momento, ahora Izumi, creía en la eternidad de los recuerdos, y estaba seguro que una parte de su cerebro guardaría ese suceso como uno de los más especiales... ahora sentía ganas de cargar a su hijo.

            -¡Quiero cargar a mi sucesor! – exigió Benjamín con cierto recelo, la verdad era que no le gustaba mucho la forma en que Mimi miraba a su hermanito, a lo mejor se sentía "desplazado".

            -Mejor que lo cargué papá – sugirió Osen.

Izzy acomodó al bebé en sus brazos, y entonces, sintió una satisfacción única al tocarlo, al sentirlo,  y por supuesto, al amarlo.

            -Ronny es adorable, como su mamá – dijo Koushiro, su voz estaba quebrada por la emoción.

            -¿¡Ronny!? – cuestionó la familia entera, mirando al padre... era cosa de siglo: Izzy Izumi usando uno de los nombres propuestos por Mimi.

            -Prefiero Ronny, que Tonny.

            -Querrás decir: Kosuke – corrigió Mimi.

            -Mimi, tú lo diste a luz, tú lo llevaste 8 meses en tu vientre, yo...

            -¡Pero tú lo sembraste!

            -¡Ejem!, cuidadito con explicar detalles de creaciones, que la Cerebrito es menor de edad aquí – sonrió Benji, sarcástico, pero feliz.

            -Como si un año fuera la diferencia. – renegó la pelirrojita.

            -El caso es que tú debes elegir el nombre...

            -¿Yo? ¿Por qué yo?, ¡no sé como llamarlo!

            -Billy, Tonny, Jonny, Anthony, Jimmy, Tommy, Ronny, Jacky, ¡o qué se yo!

            -Ahora resulta que no saben como llamar al niño, **genial**.

            -Ben, este sí es un problema, no intervengas... la verdad es que yo pensé que mi hermanito se llamaría Kosuke.

Siguieron discutiendo sobre cómo llamar al nene, quien dormía en los brazos de su papá, Osen pensó que era la primera vez en la que se sentía muy feliz con su nueva familia, eso sí, el nombre no fluía y no se decidían, hasta que...

            -¿Por qué no le ponen Tulo? – propuso Ben.

            -¿TULO?

            -Me parece que le va bien... Tulo es el nombre del personaje principal de mi libro favorito... en el libro, Tulo era un niño genio y entabla amistad con una Estrella... digo, si la Cerebrito es así de inteligente como su papá, seguro que el bebé también, y...

            -¿Tú lees, Ben?

            -Claro que sí, Osen.

            -¿Cómo se llama el libro?

            -"El don de la estrella"... claro, el nombre fue una sugerencia...

            -¡Ah, qué encantador eres Benjamín! – chilló Mimi, sobando el rostro de su hijo.

            -A mí me gusta – dijo Izzy, mirando a Tulo – Le queda...

            -Pues no se diga más... – dijo Mimi, tomando en sus brazos a su hijito: -Bienvenido al mundo, Tulo.

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Fin del capítulo 14

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NOTAS finales DE la AUTORA.-¿Les gustó?, espero al menos que no se hayan confundido. La segunda visión de Toshiro es un fragmento de Fusión Prohibida, el niño, al recibir el rayo de luz que Gatomon le dio por órdenes de Kari (quien se encontraba en el mar de la oscuridad y deseaba ser ayudada por su hijo) fue mal interceptado, e hizo que Toshi se fuera por otro camino (de paso comenzó a recordar cosas que tenía arrumbadas). También traté de avanzarle al conflicto de Hidemi-Tai, pero luego me concentraré especialmente en eso. ¿Qué opinan del nombre del bebé Izumi?, es muy probable que no les haya gustado, pero no me decidía... en verdad sí leí el libro que menciona Ben, me gustó mucho y el nombre de Tulo me recordaba a este bebé, ¡no lo pude evitar!, espero les guste al menos un poquito (algunas personas me han dicho que parece nombre de gato, pero a mí me gusta n__n). Ojalá no se hayan aburrido, si se fija estoy tratando de tranquilizar la situación, así que ténganme paciencia, recuerden que son muchos personajes.

¡MUCHAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR LEYENDO!, es un honor, en serio, me animan mucho... por favor déjenme comentario, sólo así podré mejorar y tener más ánimos.

Por cierto, ¿Te gustó, Pili?, ojalá que sí, sé que no está muy bueno este cap, pero prometo esforzarme.

Bueno, ya me retiro, me han quedado unas notas larguísimas ¿Verdad?... ¡Gracias nuevamente!

¡Hasta pronto!

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