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NOTAS iniciales DE la AUTORA.- Hoy,  13 de mayo de 2003 acabo de finalizar esta nueva parte de mi escrito, por lo visto llevo más de un año escribiendo este fic, considero que me he visto muy lenta, por eso prometo que trataré de apresurarme más (tarde menos con FP!, y si sigo de tardona como mínimo arruino la secuela). Al final de este capítulo la trama quedará estacionada en donde la necesito para que entre lo que en un principio quise hacer con el fic, espero me salga decente. En este episodio hay muchos cambios de escenas, hay retrospecciones /como de cuando Sora habló con Hidemi en el hospital, ¿recuerdan que iban a hablar?/. También pasan muchas cosas!, eso sí, está un tanto extenso, espero no les aburra.

En el capítulo anterior: los elegidos tuvieron una reunión para hablar sobre los digimons, llegaron a varias conclusiones, buscarían a Willis, tratarían de recordar, no hubo ataques porque los digimons malignos se materializaron en los dibujos de Zet y son huevos, y quizá aún no han nacido. También hubo enfoques directos de Ken y Zet, éste último ya mejoró… por otra parte parece que Osen y Toshi (además de haber grabado la conversación privada de los adultos) planean algo más.

¿Qué pasará?

¡Bueno, los dejo con la lectura!

(Ahh, por cierto Iori_Jestez, no hay error en el capítulo pasado, efectivamente Kurumi tiene catorce años, ella es la mayor de los vástagos de los elegidos, en FP tenía trece, y en MB se explica (en el cap. 2, a mero abajo) que tiene catorce. De ella sigue Kyo Motomiya, quien es sólo unos meses menor. De cualquier modo, gracias por hacer la observación y por tus críticas) (n___n  Y por supuesto que le estoy agradecida a todas las personas que me han escrito y me han dejado review, sus comentarios me animan a continuar mis proyectos), ¡muchas gracias por seguir leyendo!

Dedicaciones: Este capítulo está dedicado a dos de mis amigas.

*A mi amiga Hikari Takaishi Y por su pasado aniversario de natalicio (|¬_¬|), bueno, su cumpleaños n__n. ¡Espero te guste!

*Y a mi amiga Lara, de hecho, este capítulo ha sido redactado gracias a ella, porque hace mucho, mucho tiempo, en una plática vía Chat, me ayudó dándome unos datos acerca del inconsciente que más o menos plasmé aquí (al menos eso pretendí, pero no sé si lo haya hecho bien, mi intención era poner algo sencillo y entendible pero con un poquito de base… claro que ya me dirán más adelante)… en serio Lara, muchas gracias por tu ayuda, todavía recuerdo nuestra conversación, estuvo muy interesante.

Ahora sí, por fin los dejo con el fic.

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MEMORIAS borradas

Por CieloCriss

Capítulo 16 **Iceberg**

La mente del ser humano no es un océano, es un iceberg flotante en el mar. La puntita del iceberg, que sale a flote y no está bajo el océano, es lo consciente. Una pequeña parte de nosotros mismos, pero ¿Y todo lo demás?

Osen Izumi y Toshiro Sugiyama/Yagami habían logrado uno de sus objetivos, ése era el haber resurgido el ánimo de Zetaro. Ahora el mediano Ichijouji se veía liberado de las pesadillas, y en vez de ser un esclavo de la amargura, había prometido ayudarlos en el nuevo plan.

--Retrospección--

-¿Quieres decir que logro dibujar a los Digimons sin saberlo? – indagó Zet cuando salió de su alcoba y comenzó a platicar con su hermana y sus amigos -. A lo mejor por eso no les han gustado mis dibujos a los profesores de arte. Me dicen que son extraños.

-¡Tienes un gran don del que los demás carecemos!, es una lástima que no me haya dado cuenta antes, hermano – sinceró Kurumi -, aunque la verdad es que siempre me gustaron tus creaciones.

-De cualquier manera Kurumi, no creo que pueda dibujar a todos los digimons, el simple hecho de tocar un lápiz me pone… tembloroso – admitió Zetaro, agachando la cabeza.

-Bueno Zet, para eso está lo que se llama tiempo, ni tu hermana, ni Toshiro, ni ninguno de nosotros va a obligarte a dibujar a los digimons – dijo Doguen - . Al menos yo nunca haría eso, porque generalmente cuando me obligan a hacer algo, me sale mal. Por eso pienso un rato o dejo pasar el tiempo.

-Doguen tiene razón, Zet, ¡por eso no te preocupes! – siguió diciendo Ben – A los artistas como yo, sí que los comprendo.

-Bueno, nos da mucho gusto verte bien. ¿Nos vamos O-chan?

-Claro Toshi.

-¡Un momento!, ¿a dónde creen que van ustedes dos? – rugió el Principito hacia Toshiro - . Cerebrito, no te vuelvas rebelde.

-¡Hasta pronto!, nos veremos luego Zet, cuando nos juntemos para resolver los enigmas – se despidió Osen, sin hacer caso de su furioso e insensato hermanastro.

"Tengo la ligera impresión de que esta pelirroja se está pasando de lista con esa actitud ignoradora… mmh, creo que no existe esa palabra, pero de cualquier manera, ¿qué se traen esos dos?, ¡a saber!" pensó Ben, mientras retornaba su atención al juego de video.

--Fin de la Retrospección--

-Bien O-chan, finalmente estamos en nuestro segundo destino de la tarde. La cita de Taiki con la psicóloga termina dentro de una hora, pienso que es tiempo suficiente como para infiltrarnos al cuarto de la mamá de Yuri en el Hospital. – dijo Toshiro, viendo calmadamente el edificio -. Oye O-chan, ¿te sientes mal?, te has puesto pálida y encalmada.

-Ha…hacía mucho q-u-e nnno ha-hacía ejercicio-o-o… -admitió Izumi, con una leve tos que para nada le gustó a Toshi -.Per-o así… está mejor, por-porque las enfermeras se tomarán más… en serio el plan ¿No l-o crees?

-Posiblemente. Eso sí, debes estar consciente de que tu salud es primero; no quiero saber que no te estés tomando la medicina.

-Olvida eso – pidió la niña, rezongando.

-Espero Yuri pueda perdonarme por no haber venido antes a verla, no he sido del todo amable con este asunto de su mamá enferma, pero a como estuvieron las cosas los últimos días, casi no tuve tiempo… además está el asunto de que no me dejan entrar al área, porque es restringida, ¡qué fastidio!

-El Superior Doguen entró a verla el día en que nació mi hermano, me comentó que se sintió muy triste de ver a la tía Hiromi tan mal… así que si puedes ver a Yuriko es seguro que ella se alegrará, ¡Ya lo verás Toshi-kun! – animó Osen -, yo me encargaré de que entres a verla.

Estacionaron las bicicletas en las que se transportaban y entraron al hospital con paso cauteloso. Osen odiaba ir a esos sitios, pero sabía que su amigo Toshiro contaba con su ayuda, ella no podía fallarle. Además, su plan era bueno, no habría consecuencias por esa travesura. Caminaron por los pasillos, Toshiro traía consigo un mapa y lo revisaba constantemente. Era un mapa del hospital.

-Es aquí – avisó -. Por esa puerta a diez metros más o menos. ¿Estás lista O-chan?

-Sí… pero no me gusta la actuación… - mencionó con un dejo de remordimientos - ¡Pero bueno, todo sea por alegrar un rato a Yuri-san!

-Se  te están pegando las frases de Ben, él siempre menciona "Pero bueno, todo sea por mi bella madre", ¿no te has dado cuenta?

-Tienes razón, jeje – sonrió Osen -. ¡Toshiro, estoy lista!

O-chan cerró los ojos, los apretó, luego lanzó un grito al aire y se dejó caer al suelo para llamar la atención de todas las enfermeras y curiosos de alrededor. Toshiro suspiró y sigilosamente se introdujo en el área restringida. "No le gusta la actuación, pero en realidad es muy buena actuando; espero que Osen no crea que su actuación es un acto de maldad, en todo caso hay mentiras piadosas. ¡Muchas gracias O-chan!, le daré tus saludos a Yuri".

Toshi S. Yagami se sentía muy mal con él mismo. Habían pasado tres días desde que se había librado del momento complicado y hasta ahora se "dignaba" a visitar a Yuriko Hida para acompañarla en el hospital. Sentía como si hubiera decepcionado a la niña; después de todo él había sido quien había estado con la chica de mirada esmeralda el día en que su mamá salió herida de la posesión de polvos digitales, había visto lo trastornada que se había puesto Yuri, ¡incluso se había desmayado!

¿Por qué no había ido a visitarla si quería tanto a Yuri?, esa pregunta se la hacía una y otra vez, él mismo sabía la respuesta pero trataba de hallar una nueva. Nunca lo lograba, pues la misma hipótesis lo atosigaba.

"Perdóname Yuri… no fui porque soy un cobarde que siempre se queda callado. ¿Sabes?, el día en que recibí la luz de Gatomon para sacar a mamá del Mar Oscuro, tuve visiones que había olvidado. Apareció la figura de mi padre muerto y me diste mucha envidia Yuri, porque aunque tu mamá está enferma, al menos la tienes contigo… yo vi a Kiúgoro Sugiyama en un espejismo lleno de arenas movedizas… solo hasta ese día me di cuenta de lo mucho que amo a mi papá… me dio felicidad saber de él, pero esa felicidad se esfumó cuando apareció ante mí una visión horrible, que más tarde me hizo recordar a la fusión prohibida… no sé exactamente qué es esa fusión o qué importancia tiene en mi vida, sólo sé que me dejó marcado, me hizo malvado. Es muy perturbador pensar día y noche en  esto  y no poder decirlo… a nadie podría decirle, al menos no a alguien que me conozca. Sin embargo esas visiones, más lo que escuché de la reunión, me han llevado a pensar en…" dejó de reflexionar al hallar la habitación designada. Sabía que Cody Hida no estaba, se hallaba en la reunión; entreabrió la puerta con mucho cuidado, a lo mejor Yuri estaba dormida, o llorando; Toshi no quería interrumpir.

Yuriko Hida centraba su atención en la nada. Su nuevo corte de cabello estremeció a Toshi, su mirada clorofílica estaba perdida.

-¿Yuri?

La nombrada revolvió la cabeza inmediatamente, como para asustar las telarañas que se formaban en su mente. Rápidamente bajó la vista y vislumbró a su amigo de cabellera canela.

 -¿Toshiro, qué haces aquí?, es decir, ¿cómo es que te dejaron entrar?

-Me ayudó una amiga que te manda muchos saludos, ya te imaginarás quien. Aunque pienso que si tú puedes entrar, deberían dejarme a mí también – dijo Toshi -. No me gusta saber que estás tan sola aquí dentro, con el ambiente frío de un hospital.

-No, los hospitales no son fríos Toshi, estoy en desacuerdo con la mayoría de las personas. Los hospitales son una bendición para los seres humanos, ¿qué fuera de los enfermos sin ellos?, definitivamente habría muchos muertos…

-¿Estás sola?

-Mi padre salió a su reunión, como tú sabes… y papá no ha querido informar a mi abuela de lo ocurrido. – mencionó Yuriko, acercándose a Toshi para luego hacer un reverencia -. Toshiro, muchas gracias por venir a visitarme.

-Al contrario Yuri, no debes darme las gracias, yo quería disculparme por no haber venido antes.

-Realmente las visitas no sirven de mucho estando el enfermo tan mal como mamá, pero siempre se agradece. Yo sé que las cosas no han estado sencillas, y aunque estoy algo aislada de los acontecimientos, al menos papá me ha mantenido al margen. Seguramente todos ustedes han estado muy ocupados… no sé a quien le oí esto, pero se dice "A cada loco con su tema" y "Cada cabeza es un mundo"… muy ciertas esas frases.

La forma mecánica en la que hablaba Yuriko estremeció los sentidos de Toshiro. Si los hospitales no eran fríos, la dulce voz de Yuri sí, esa dulzura parecía reseca, llena de resentimientos. Toshiro hubiera querido abrazarla, incluso se hubiera conformado con darle la mano, pero no pudo, no sentía fuerzas y el comportamiento de piedra de Yuri lo tenía atemorizado. La niña tenía la apariencia de una roca, Toshi hubiera preferido hallarse a una persona débil en busca de apoyo… al parecer a Yuriko se le habían acabado las lágrimas y él no había estado a tiempo para consolarla.

-No me parece correcto que estés tanto tiempo encerrada en este lugar, sea cálido o frío, Yuri… no es sano.

-Ciertamente en el hospital casi todos estamos enfermos – Yuri cerró los ojos con una serenidad increíble – Comprende Toshi, que quien está al borde de morir es mi mamá… no quiero ponerte en mi situación, pero piensa que si tu madre estuviera así, tú no querrías abandonarla, aunque ya ni siquiera te escuchara…

-Ni siquiera puedo imaginarme la situación – admitió el canelo -. Sin embargo he estado pensando en que talvez si logramos regresar a los digimons, tu madre vuelva a la normalidad… todo lo relacionado con los monstruos digitales es mágico, supongo que tu papá ya te lo debe de haber comentado.

-¡No menciones a los seres esos! ¡Por culpa de esos animalejos mi madre está a punto de morir!, yo jamás haría algo para regresarlos, y de tenerlos enfrente los eliminaría – exclamó con histeria la hija de Cody -, mi madre nunca le ha hecho mal a nadie, ¿por qué la poseyeron?, ¡ella no tenía nada que ver!, por eso yo nunca perdonaré a esos seres.

-Pero Yuri, es posible que tú misma tengas un digimon, ¡y tu papá, Yuri!, el quiere mucho a su Armadillomon. Los que le hicieron mal a tu madre adueñándose de su cuerpo fueron los datos digitales de digimons malignos, y a menos que encontremos la manera de volver a los buenos las cosas no se arreglarán, ¡puede haber miles de heridos y de ataques si no hacemos algo!

Entonces Toshiro visualizó de nuevo otro derrumbe de Yuri, ella perdió fuerzas y se sentó en la silla más cercana para llorar con más libertad.

-Si hay digimons buenos ¿Por qué no ayudaron a mi mamá?, ¿por qué el amigo digital de mi papá no vino a salvarla?… mi mamá se va a morir y no puedo hacer nada para salvarla… quizá tiene daño cerebral, a lo mejor nunca saldrá de ese coma – lloró angustiada mientras se revolvía sus lacios cabellos marrones.

-Yuri… hay que creer en la magia – susurró Toshiro -, es nuestra obligación siendo niños, por eso te ruego que no pierdas la fe – se sentó junto a ella, pero su timidez le impidió abrazarla, se sentía incapaz de consolarla, si su madre Kari estuviera así, no habría nada en el mundo capaz de mejorar su pena. Alzó su mirada color caoba y estacionó su vista en el cristal que mostraba a la señora Hiromi de Hida conectada a la máquina que la mantenía con  vida; se le entumieron las palabras.

-Es que si tengo fe y pierdo a mi mamá, nunca más creeré  en lo mágico. – susurró, ahogando el llanto con su fuerza de voluntad.

-Pienso que a tu madre le gustaría verte luchando por ella y no de otra manera. – sinceró tartamudeando el hijo de Hikari -. Ayúdanos Yuri, todos los chicos estamos tratando de cumplir una misión, pero nos haces falta tú, porque también eres hija de un niño elegido… y tu papá Yuri, a pesar de que es el más joven de la camada, ¡es uno de los más fuertes!, él está peleando por recuperar a su Armadillomon y a tu madre, él cree en la magia… hay tanto que los niños debemos aprender de nuestros padres.

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A Takeru Takaishi lo había acompañado una sonrisa burlona toda esa tarde. Saliendo de la urgente reunión de antiguos elegidos había comenzado a reír extrañamente y con presteza se había dirigido a la casa de su madre para recoger a sus hijos. Hikari, su esposa, lo reprendió por esa actitud irónica '¡Vamos Kari, no seas tan regañona! Es justo que quiera divertirme, porque estoy seguro de que será divertido; y no te preocupes por los niños, a Minagawa la dejaré en casa de mi mamá y le pediré a Matt que la traiga contigo cuando vaya por May y Kotty; a Sei, pues lo llevaré conmigo, ¡pero juro que no correrá peligro!'  había dicho con esa  voz tan encantadora.

La sonrisa y todas sus actitudes estaban alteradas por una cita a la que debía acudir, no podía negar que ése asunto le entusiasmaba. Llegó a casa de Natsuko Takaishi, apenas saludó  a su soñolienta madre (que acababa de tomar una siesta) porque inmediatamente le dijo a Seiyuro que era tiempo de irse.

Se dirigían al periódico Odaiba, en ése lugar el escritor Takaishi había estado trabajando, pero en su juventud.

-Casi no puedo creer que Toshiro haya investigado todo esto por su cuenta, debió ser una hazaña encontrar el sitio y buscar a Sasuke Toriyama – admitió el rubio mayor mientras conducía su auto-nave hacia el Periódico Odaiba.

El copiloto sonrió y apagó la radio que llevaban encendida.

-Toshi puede parecer un angelito, pero es más curioso que yo y hay que tener cuidado con él, ¿no lo crees, papá?

-¡Ah, mi Seiyuro, claro que lo creo!

-Te ves muy feliz, que yo sepa el tal Toriyama es un patán, Toshiro dice que era parte de un clan llamado Neodiginazi o algo así y que por eso dejó de ser el Director del periódico por un tiempo.

-En efecto, Toriyama es un cerdo – dijo tranquilamente Tk , para asombro de su vástago -, y nunca lo voy a perdonar por lo que hizo, pero eso no quita que me parezca divertido aparecer frente a él, va a estar muriéndose de miedo, te lo aseguro.

-¿Por qué?, ¿no tienes miedo de que nos haga algo?

-Nah, no le conviene, le iría peor a él, Toriyama sabe con quien se mete, puedo sacarle sus ´trapitos al sol' o cosas peores. Si el desgraciado nos atacó aquella noche, fue por el espíritu del digimon maligno que llevaba adentro.

-Ya veo.

-Estaba acordándome de los tiempos en los que yo trabajaba en este Periódico, me hastiaba porque prefería ser escritor que reportero…. Estudiaba y trabajaba, no me quedaba tiempo para nada, por eso mi amigo Patamon me visitaba a escondidas y yo hacía rabiar al jefe Toriyama.

-¡Vaya! ¿Acabas de recordarlo?

-Sí. Es muy raro que los recuerdos lleguen de repente, seguro que a ti te pasa lo mismo, ¿qué has recordado tú, hijo?

-Mh. Recuerdo haber entrado a un castillo con mis amigos, pero en realidad no es agradable, había mucho sufrimiento en ese lugar, y… había espadas amenazadoras. Aunque a lo mejor sólo fue un sueño, porque no había digimons.

-Ponle atención a los sueños, siempre nos dicen algo que nos puede ayudar. – Takeru estacionó el coche en un estacionamiento público que estaba enfrente del edificio del periódico; frenó abruptamente, le dio las llaves al valet -. Oye Seiyuro, ¿y no le vas a preguntar a tu padre cómo le fue en la reunión de 'niños elegidos'?

-No, de todas maneras no me dirás nada relevante – respondió tranquilamente Sei, mientras bajaba de la auto-nave.

-Bueno, todo es por tu seguridad… ¡en fin!, vayamos a ver al ex – jefe.

Seiyuro suspiró por lo incomprensible que resultaba su padre a veces. Parecía que a Takeru lo formaban múltiples personalidades. A veces era serio y pacífico, otras ocasiones  dulce y sentimental, y confundía más a todos cuando sonreía y enloquecía como triunfador artista que era. Hoy era uno de esos días. Seiyuro quería ser como Tk, pero se sentía incapaz de imitar tan confusa personalidad.

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Toshiro y Yuriko salieron del hospital. El hijo de Kari se sentía complacido porque aunque quizá no había logrado hacer feliz a Yuri, al menos la había convencido de luchar y de salir del encierro. El aire vespertino se aspiraba más puro que en mediodía, el calor no era tan cruel, pues el sol ya estaba descendiendo del centro y la media tarde solía ser agradable; las nubes invadían el azulado firmamento.

-Es un día bonito, me gusta que esté nublado – mencionó Yuri.

-A mí también me gustan los días grises… algo raro, ya que la mayoría de las personas prefieren que el sol brille a toda potencia – replicó Toshi, mientras miraba a todas partes para ver si veía a su pelirroja amiga -. Me pregunto en dónde se habrá metido O-chan.

-¡PTSSS!, Toshi-kun y Yuri-san, por aquí – escucharon los chicos. Yuriko miró hacia unos arbustos y vislumbró a Osen Izumi escondida.

-¿Osen?

-¿No hay enfermeras cerca? – preguntó angustiada la de cabellos color ladrillo.

-No temas O-chan, todas están adentro, con los enfermos – dijo Toshiro.

-¡Menos mal! – dijo la pequeña, como aliviada -. Pensé que me encontrarían, son audaces todas ellas, me costó mucho librarme de ese acoso, ¡ya querían hacerme análisis!

-Los asustaste con tu perfecta actuación, te lo aseguro – rió el único muchacho presente.

-Yuri-san, me da mucho gusto verte, espero Toshi te haya dado mis saludos – mencionó Osen, sin tocar el tema "lamento que tu mamá esté en coma", sabía que era difícil afrontar eso, a ella no le gustaba que le recordaran su enfermedad; mejor no se metía en temas dolorosos.

-Claro que lo hizo, gracias por ayudarlo a entrar.

-Entonces les sugiero irnos, ya que Taiki saldrá de su cita con la psicóloga en diez minutos. Necesitamos llegar a tiempo.

-Vayan ustedes, a mí me gustaría dar un paseo sola –pidió Yuri, con amabilidad.

-Pero has estado mucho tiempo sola, Yuri-san – agregó Osen.

-Sí, aunque encerrada. Creo que debo darme un tiempo para pensar… ojalá mi papá no se moleste por mi salida.

-No te preocupes, ellos mencionaron que no era peligroso salir de nuestras casas mientras los digihuevos no se desarrollaran. Además, nuestros papás son los que corren peligro, no nosotros – informó Osen.

-De cualquier modo, estate precavida Yuri, y no te tardes mucho en volver con el tío Cody.

-Despreocúpate, sólo quiero caminar un rato – dijo la niña de cabello oscuro -. Nos veremos después niños, gracias por visitarme, me levantaron el ánimo.

-De nada – se despidió Toshi, con la mirada perdida en los ojos verdes de Yuri.

Cuando esta desapareció, Osen dijo.

-Este…  Toshi-kun, ¿no deberíamos irnos?

-¡Pero si yo te estaba esperando, O-chan!

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La mayoría de los elegidos habían abandonado la casa de los Izumi, Yolei y Ken se habían ido prematuramente por una llamada de Kurumi, luego habían partido Cody, Tk, Davis y Joe. Mimi había recibido una fugaz visita de sus padres, quienes vinieron a entregar a Tulo, ya que lo habían cuidado esas dos horas en las que Mimi había asistido a la reunión. La señora Tachikawa había enfatizado que el nene era todo un angelito, que no había dado problemas; Mimi lloriqueaba porque había sido la primera salida del bebé desde que había llegado a casa. Sin embargo los abuelos anunciaron su retirada porque tenían que ir a una reunión sofisticada de un club al cual pertenecían.

-Espero que nos visiten pronto– dijo Izzy, con una gran gota de sudor en el cráneo, aún no se acostumbraba a la extravagante presencia de los señores, se sentía muy simple al lado de ellos.

-Claro que sí, comentamos con Mimi sobre que sería bueno hacer una comida como bienvenida para nuestro nuevo nieto, ¡deberías ver el menú que preparamos! – dijo muy animada la hermosa madre de Mimi. -¿Verdad querido?

-Ehh, sí, claro querida.

-¡Querido, ¿no le encomendarás a Izzy que cuide de Mimi y nuestros nietos?!

-Ehhh, sí, claro querida. Por favor muchacho, cuida de nuestra hija y de los pequeños.

-No se preocupe – respondió con rapidez Koushiro.

-No cabe duda que Mimi escogió a un hombre responsable de su familia, así como tú querido. Bueno, es hora de irnos, ¡chao chao!

-Hasta pronto – despidió el pelirrojo y cerró la puerta con una actitud extraña.

"Fiuuuu, es difícil tener suegros… cuando me casé por primera vez Yue ya era huérfana…pero bueno, la verdad es que los Tachikawa son muy buenas personas, criaron a una hija maravillosa y…" de pronto desvió su vista al pequeño bebé, que dormía plácidamente en sus brazos "Espero que tú no tengas un paladar extravagante hijito, a tu hermana Osen y a mí nos cuesta trabajo comer los 'manjares' de Mimi y su madre".

Caminó hasta la sala con el bebé en brazos, ahí lo esperaban algunos de sus amigos para seguir conversando.

-Ay Izzy, te queda muy bien eso de la paternidad – opinó Kari, con una enorme sonrisa - ¿Podría cargarlo para llevárselo a Mimi?

-Claro que sí, querida Kari – dijo Izzy, entregándole a su tesoro -. ¿Mimi está dormida?

-No, sólo reposa – contestó Sora -, aunque nos ha pedido de favor que le ayudemos a bañar a Tulo mientras ustedes conversan.

-Bueno, pero no duden en acudir a mí si algo necesitan, o si  a Tulo le pasa algo.

-¡Vamos hombre, calmado! – dijo Matt– Ellas son niñeras experimentadas, Kari acaba de tener a Min, y sabe de estas cosas.

-Es verdad, Mimi y yo estamos empolvados, mi hija ya tiene 10 años.

-Ni que lo digas, el tiempo pasa muy rápido, ¿verdad hermano?

-Sí, tienes razón Kari – dijo Tai con un dejo de tristeza, él tenía muchos ánimos de hablar con Matt e Izzy sobre un problema que tenía.

Las dos mujeres se alejaron cargando con el bebé, Koushiro se sentó en la sala y miró que de repente el semblante de Taichi se ensombrecía aún más.

-Ahora sí Tai, dinos qué es lo que te pasa – ordenó Yamato Ishida, cruzando los brazos. Izzy asintió, como si concordara con Matt.

-Me hubiera gustado decirles antes… a veces es necesario pedir la ayuda de mis amigos, pero me temo que estaba encerrado en un laberinto,  nada más acudí a Kari y a Sora porque… porque mi hermana es un pan en dulzura y Sora es uno de mis pilares. ¿Saben?,  hasta hace poco creí que solo ellas y mi mamá eran las damas de mi vida: mi querida hermana y mi mejor amiga.

-Tai, no quiero parecer grosero, pero para que podamos entenderte necesitamos que hables con claridad – pidió Izzy con cortesía.

-… En pocas palabras, el día en que nos conectamos a nuestros digimons por medio de ese sueño, salí de casa porque quería despejar las tinieblas que sentía…

-No es para menos – opinó Matt -, el sueño fue estremecedor y confuso.

-Caminé por horas hasta que llegué al cabaret en el que conocía a la madre de Taiki. – nadie lo interrumpió, pero Taichi verificó que sus amigos le atendían con gran interés – No creí que sucedería, pero me reencontré con la madre de mi hijo. Posiblemente yo quería eso ya que por inercia llegué a ese sitio y me senté a beber. Sentía nostalgia. Estaba ebrio, pero eso no impidió que la reconociera.

-No lo puedo creer – murmuró Koushiro, pensativamente.

-Lógicamente fui a encontrarme con ella, discutimos, me largué hecho una fiera… ¡fue ahí cuando sucedió lo impredecible!, al parecer los datos malignos la poseyeron, me siguió y me atacó, pude haber muerto pero mi amigo Agumon siempre estuvo conmigo, protegiéndome.

-¿Qué sucedió entonces?

-Pensé que Taiki no me perdonaría si dejaba a su madre desamparada, la llevé al  hospital – replicó Tai, encogiendo los hombros -. Cuando volví a hablar con Akane Fujiyama, porque ese es su nombre, me suplicó que fuera a su departamento a recoger  a 'ella', ¿Saben quien es ELLA?

Koushiro negó, aunque por dentro comenzó a imaginar, Matt hizo un ademán para que continuara y tragó saliva ruidosamente.

-Ella es Hidemi Fujiyama, una niña preciosa que es idéntica a Taiki. Ella es hija de esa mujer ¿SE DAN CUENTA?

-… y dices que es idéntica a Taiki quiere decir que tal vez son gemelos – analizó Izzy -, por tanto, como Taik es idéntico a ti, ella es…

-¡Tu hija! – se exaltó Matt, Tai agachó la cabeza.

-Ojalá pudiera saberlo con certeza. La mujer no quiere decirme si la niña es mi hija o no… pero cuando estoy con la niña, creo que…

-¡Tai, hay que averiguar si es tu hija o no!

-¡¿Pero se dan cuenta?!, si Hidemi fuera mi hija, si fuera mi pequeñita… - hubo una corta pausa - ¡Esa mujer me la ha quitado todo este tiempo!, y la ha separado de su hermano. Claro que he tomado cartas en el asunto Koushiro, Hidemi estuvo hospitalizada, ella está enferma de una pierna… y mientras estuvo internada, me aseguré de tomar muestras de su ADN para que hagan la prueba de paternidad… ahora, es cuestión de tiempo la respuesta, aunque tengo fe en que sea mi hija, es mi deseo. Juro que si esa mujer me la arrebató, lo pagará caro, se la quitaré, tiene a MI hija abandonada en la miseria, en completa soledad… y luego pienso en Taiki, siempre ha querido tener hermanos, y ahora no puedo ni mirarlo a la cara.

-Nunca le ocultes la verdad a Taiki, Tai. Es lo peor que pueden hacer los padres – se apresuró a decir Koushiro Izumi -. Piensa en que tu hijo  es muy listo y averiguará por su cuenta, incluso un error tuyo puede hacer que lo descubra de una manera muy desagradable. En verdad te lo digo por experiencia.

-Izzy tiene razón. A Tk y a mí nos tomó por sorpresa el divorcio de nuestros padres, fue imprevisto y dejaron en nosotros secuelas que tardaron mucho tiempo en cicatrizar. Debes hablar con Taiki, pero con tiempo, tienes qué prepararlo poco a poco, no le sueltes todo de una y no lo obligues a saber si no está preparado.

-El problema es que carezco de tiempo. No puedo permitir que Hidemi siga en esa situación, aunque no sea mi hija quiero protegerla.

-Eres un gran hombre, Tai. Y sea tu hija o no, serás para la niña como un padre – admitió Yamato -. Gracias por confiar en nosotros.

Inesperadamente sonó el celular de Tai, el hombre de antigua cabellera loca contestó con presteza y nerviosismo.

-Sabía que ibas a ser tú, Akane – dijo secamente -. Habla de una buena vez. ¿Qué quieres de mí?

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Tk Takaishi se internó en las oficinas del Periódico Odaiba como si las conociera de toda la vida, husmeó por unos segundos y volvió a sonreír desconcertando a Seiyuro, quien lo seguía con algo de torpeza. Llegaron hasta la recepción, había varias recepcionistas pero Takeru se dirigió solamente a una.

-¡Hola señorita Seki! – le dijo a la más anciana de las secretarias.

La nombrada alzó la mirada reconociendo el tono de voz de su interlocutor, casi se infarta al ver a Tk, uno de los más grandes reporteros de su época de juventud (según ella, pero la verdad ya estaba vieja cuando Takeru joven trabajaba ahí).

-¡Pero si es Takeru Takaishi! – gritó eufórica mientras sus ojos se transformaban en corazones rojos y enamorados.

-Ha pasado el tiempo, pero usted siempre tan agradable, señorita Seki – sonrió Tk -. Sé que mi hijito Toshiro me aparto una cita para ver al jefe hace unos días, y como no pude presentarme, solicito otra audiencia. ¿Sería posible?

-¡Desde luego! – exclamó -, usted sabe que tengo influencias con el jefe, y aparte él quiere verlo… Ah, ha crecido tanto usted Takaishi,  y aún es tan encantador ¡Es decir! – se corrigió – debe seguir escribiendo tan encantadoramente.

Seiyuro miró divertido la escena, su padre podía ser todavía un caza novas si se lo proponía "Creo que esta señora está enamorada de un imposible" pensó con una sonrisa.

-Se lo agradecería, sería bueno ver a Toriyama.

-¿Y no ha traído usted a ese hijo suyo tan elocuente?

-Toshiro no quiso venir, ¿le pareció que es elocuente?, debería saber que es un niño muy listo y maduro, un orgullo de su padre – dijo muy contento, le agradaba decir que Toshi era su hijo, aunque sabía que ésa no era la verdad, Kiúgoro Sugiyama, el verdadero padre, vivía en Toshiro y él no quería meterse en líos con Toshi.

-Pues se parecen horrores – dijo la mujer solterona.

-A cambio he traído a mi hijo mayor, saluda, Seiyuro – pidió Tk, mientras que Sei salía de la nada.

-Un placer conocerla, Miss Seki – se presentó con una reverencia exagerada. –Ya me ha hablado mi hermanito Toshi de usted, me comentó que fue muy amable con él y su amiga.

-¡Cielos santos!, este jovencito debe ser doble suyo, Takaishi, otro encanto de muchacho, será un rompecorazones.

-Claro, misión de todo Takaishi – dijo solemnemente Seiyuro, con una risita loca que Takeru no desaprobó.

-No le haga caso al niño, Seki, y páseme con Toriyama, luego le prometo que platicaremos sobre su vida y la mía – pidió Tk, con una mirada coqueta para que la mujer Seki se apresurara.

En  menos de lo que canta un gallo la cita estuvo resuelta.

-El señor Toriyama los espera, les deseo suerte.

-¡Bah!, no ponga esa cara, señorita Seki, el jefe no puede hacerme daño si no laboro aquí… usted dice que ha cambiado ¿Verdad?, entonces no tema resultados. Vamos Seiyuro.

-Sí padre, y con permiso, Miss Seki.

"Me dice Miss Seki, pero qué bombón de nene" pensó sonrosada la señorita Seki.

Takeru le sonrió a Seiyuro.

-Debo admitir papá, que eso fue divertido.

-Sí, echaba de menos platicar con esa mujer, aunque te ruego que no le digas a Kari, luego se pone celosa.

-No creo que mamá-Kari sienta celos de esa señora – creyó Sei.

-Ah Seiyuro, tú no conoces los celos de las mujeres, mejor no provocarlas – sinceró Takaishi, tocándose la ceja para despeinarla -.Escucha, hablaremos con Toriyama, pero si necesito estar a solas con él, me esperarás con Seki ¿Queda claro?

-Sí.

-Quizá no resulte divertido, pero al menos será interesante. – murmuró Tk, antes de entrar a la oficina de su antiguo director.

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La hija mayor de Izzy leyó el letrero. Los kanjis japoneses podían traducirse en un nombre Takashima Kaoru, quien era la psicóloga de su amigo Taiki. Ella suspiró y le llamó a Toshiro.

-Parece que es aquí, Toshi-kun – dijo Osen.

-Tienes razón, somos un poco despistados con esto de las direcciones, pero finalmente dimos con el sitio.

En cuanto entraron al lugar, vieron la flamante y castaña melena de Taiki, el chico salía del consultorio seleccionado al lado de una señora de piel pálida y ojos color plata. El primo de Taik Yagami la reconoció como la psicóloga que había conocido en su pasado partido de fútbol.

Taiki se veía más serio que de costumbre, cuando miró hacia la salida y vio a sus amigos, los saludó con la mano sin mucho ánimo.

-Hola Taik – dijo Osen, asombrada por la cara de su "hermano".

-Parece que no te da gusto vernos, primo – dijo Toshiro, tocándose el cabello -. Lo que pasa es que le pedimos a tu papá que nos permitiera pasar por ti, ya sabes que él está ocupado con su junta.

-Es verdad. – respondió Taiki, trataba de mostrarse más animado – Y primo, sí que me da gusto verlos, aunque no me lo esperaba – se volvió hacia Kaoru, quien presenciaba todo en silencio -. Kaoru-san, le presento, ¡digo!, te presento a… mis amigos. Creo que a mi primo Toshiro ya lo conocías.

-Ya tenía el gusto – dijo Toshi, sonriendo.

-Ella es Osen Izumi.

Osen hizo una reverencia educada como saludo, Kaoru  asintió, agradeciendo el gesto.

-Pequeña Osen, a ti te hubiera reconocido aunque Taiki hubiera olvidado presentarte – sinceró la mujer con amabilidad -. Eres igual a como te describió tu amigo.

-Grrraciasss – susurró con el rostro colorado, igual que su cabellera.

-No te apenes Osen, después de todo eres la hermana que nunca tuve – dijo el ingenuo de Taiki.

-Disculpe doctora Takashima – habló Toshiro, como si solicitara una audiencia -, no sé si se encuentre muy ocupada… sucede que me gustaría arreglar una cita para hoy con usted, ¿tendría tiempo?, no importa el costo, me gustaría hablarle de algunas cosas.

La forma en la que se expresó Toshiro hizo que Kaoru se conmoviera, el chico se veía desesperado y su semblante educado había sido opacado por la súplica que estaba oculta en sus palabras.

-Justamente le decía a Taiki que era mi último paciente del día – comentó Kaoru.

-Ya veo…

-Pero a los amigos de Taiki no puedo negarles nada, sería un placer platicar contigo – siguió diciendo, Toshiro sonrió ampliamente, pero Taiki frunció el entrecejo. – Pasa por aquí, Toshiro.

-No hace falta que hables de mí con ella, primo – murmuró molesto.

-Te esperaremos enfrente, en los Vídeo Juegos– dijo Osen tranquilamente, mientras sujetaba a Taiki de la ropa.

-¡Osen!, no me detengas, me parece horrible que Toshi sepa lo que hablo con Kaoru.

-Pero Taik, Toshi-kun sería incapaz de invadir tu privacidad. Él te estima mucho, sin embargo está aquí por otra misión.

-¿Misión?

-Te diré todo – prometió Osen -. Mientras, vamos a divertirnos, hay un videojuego muy viejo que solíamos jugar cuando éramos chicos, a ti te encantaba.

-¡Ya sé cual dices!, aunque de nada servía que me gustara, siempre nos ganabas a mí y a Toshiro. Oye Osen, ¿y cómo está tu hermanito?

-Muy bien, a pesar de que es prematuro es muy sano, eso nos pone contentos a todos. – dijo Izumi.

-Ahora tienes un hermano de verdad…

-No me digas eso Taik, tú eres un hermano muy especial para mí, por nada del mundo cambiaría mis primeros años, recuerdo que tú y Toshi cuidaban de mí como nadie más lo hará.

-¿Y qué me dices de Ben?

-Bueno, él es otro asunto, otro hermano. Ningún hermano que tengo es igual, con Ben peleo mucho.

-Algo natural entre hermanos de verdad. – dijo Taik.

-Te noto muy deprimido, no me gusta verte así.

-Bueno, es que tengo qué cambiar. No puedo seguir siendo como soy para siempre, durante mucho tiempo aluciné demasiado, es hora de que ponga los pies en la tierra. No sé, pero supongo que ayudó el hecho de que tú y Toshi se separaran de mí, ahora los dos tienen una familia de verdad, no una postiza, como la mía. Pero ahora no anhelo hermanos o mamá de verdad, estoy consciente de que sólo somos papá y yo. En pocas palabras, ya no quiero desear imposibles.

-¿Eso platicas con la psicóloga?

-No. Mi papá me trajo  porque  cree que estoy traumatizado con lo de  mi madre, aunque yo     no quiero demostrarle eso, hay otras cosas que hablo con mi amiga Kaoru.

Para ese entonces los hermanos postizos habían llegado al sitio seleccionado. Osen le mostró el juego con el que antes se divertían. Ambos dejaron atrás la plática y se dedicaron a competir.

-Esta vez, Osen, no te será sencillo vencerme ¡jeje!

-¡Ya veremos, Taik!, en cuanto te gane, te platicaré lo que planeó Toshi-kun.

"Vaya, qué seguridad, lo peor es que tiene razón, me va a ganar" pensó Taiki, sonriendo.

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Toshiro estaba aturdido, sumamente nervioso, no tenía idea de lo difícil que podía resultar su "misión", ni siquiera su O-chan lo sabía, la pelirroja sólo era cómplice objetiva de los planes que tenía el canelo. Trató de controlarse, pero suponía que Kaoru Takashima, como era una experta en niños,  iba a detectar que no estaba bien consigo mismo. Suspiró y tomó asiento al visualizar un gesto de la especialista.

-Le agradezco, Dra. Takashima, su amabilidad al recibirme, pero como le comentaba, esto será una consulta oficial, así que no dude en cobrarme. – dijo el hijo de Kari muy seguro, pensó que su papá, que en paz descanse, hubiera dicho lo mismo.

-Eres un joven muy formal – sonrió Kaoru -, pero me sentiré mal si no te calmas un poco, si quieres que te cobre esta consulta, deberás mostrarte un poco menos nervioso,  ¿te parece bien el trato?, para platicar necesito que estés a gusto, no tenso y preocupado.

-De, de acuerdo… y perdón por la turbación.

-No me pidas disculpas, todos nos ponemos nerviosos. ¿Me creerás si te digo que me da pánico ir al dentista?, me pongo a temblar como pequeña, así que no hay porqué avergonzarse.

Toshiro se sintió muy aliviado ahora, Takashima le había ofrecido la mano, lo iba a escuchar y no a criticar.

-¿Estás preocupado por tu primo Taiki? – preguntó Kaoru, ya anteriormente su paciente Yagami le había dicho que el famoso primo Toshiro siempre veía por él y se sentía responsable de orientarlo (a Taik) por el camino de la prudencia.

-Creo que Taik es un chico muy fuerte que está pasando por una etapa complicada… cierto, me preocupa, aunque honestamente me preocuparía más ser tan chismoso como para preguntar sobre él, ¡Taik se enojará si me meto en sus asuntos!... si necesita de mí, acudirá a mí. – Toshiro echó una ojeada al sitio, le gustó -. Estoy aquí para otro asunto, por eso sería como otra consulta, u otro paciente, creo…

-Entonces tendría que abrir un expediente, ¿no crees? – dijo Kaoru mientras encendía la computadora.

-No creo que haga falta, doctora Takashima. La verdad es que no solamente deseo hablar de mí, quisiera tocar varios temas, más bien serían dudas sobre términos psicológicos y cosas así. – se apresuró a decir, como si temiera que le abrieran un expediente sobre su vida.

-Adelante – curioseó la mujer, mientras lo miraba atentamente, si eran términos generales lo que buscaba el chico, ¿por qué Toshi lucía tan alterado?

-Es que… la manera en la que las personas tienen sus pensamientos, no la entiendo – murmuró -, hay pensamientos que tenemos, y luego parece como si se escondieran… como si se hubieran olvidado y de pronto salieran a flote.

-¿Algo así como cuando se hunde un barco y un día un maremoto lo hace flotar de nuevo? – indagó Kaoru, dando un ejempli. Toshiro asintió -. Es decir, que aunque el barco estaba en el mar, como se perdió en el fondo parece que no lo recuerdas, ¿verdad?

-Sí, pero no exactamente me refiero a eso, no sé cómo expresarme. Es como si hubiera una parte de mí que se hubiera borrado de mi memoria. Doctora Takashima, ¿podría explicarme qué es el inconsciente? – interrogó Toshi, recordando que en la reunión de elegidos habían tocado ése término.

A Kaoru le parecía muy extraño que un niño de la edad de Toshiro (que a lo sumo tendría doce o trece años), hiciera ese tipo de indagaciones. El lenguaje del canelo, su manera de expresarse… todo eso la tenía sorprendida.

-La mente del ser humano es muy compleja, Toshiro – comenzó la doctora en psicología -. Los estudios realizados nos permiten clasificar tres etapas que nos ayudan a comprender mejor. También sirve realizar una comparación de la mente humana con un iceberg.

-Un iceberg…

-Un iceberg, como seguro sabes, es una isla de hielo enorme que se encuentra en los océanos fríos. Y sólo una porción de esa gran isla se ve, ¿recuerdas lo que pasó con el Titanic?

-Sí. Creyeron que podrían con el iceberg, pero el iceberg era mucho más grande de lo que parecía, por eso destruyó al barco – complementó Toshiro, tremendamente interesado. - ¡Creo que lo comprendo!, en la comparación, si el iceberg es la mente, lo que hay bajo el agua son cosas que están… ocultas.

-La puntita del iceberg (o la mente) es lo consciente, o sea, lo que hacemos teniendo conciencia, aquí caben pocas cosas. Más abajo, a nivel del mar, está el preconsciente… ahí habitan todas aquellas cosas que tienes dentro de ti y que con un esfuerzo recuerdas, como tu color favorito, o el nombre de tu caricatura predilecta…

-¡Vaya!

-Todo lo demás es el inconsciente.

-¡Entonces el inconsciente es gigantesco! – opinó Toshiro - ¿Son cosas que están en nosotros pero no sabemos, verdad?, y ¿cómo le hago para recordar a mi inconsciente?

-Hay una serie de factores y técnicas, pero no se asegura nada. A veces en el inconsciente hay cosas que no quieren ser recordadas. –dijo Kaoru muy seriamente, Toshiro cerró los ojos con pesadumbre.

"Todos los recuerdos que tuve… sobre mi padre; sobre cuando era malo y maltrataba a Osen, todo eso debió estar en el preconsciente, no son cosas que se puedan olvidar… entonces, de alguna manera, me cambiaron de sitio los recuerdos, o algo así" reflexionó Toshi.

-¿Toshiro? – habló Kaoru, algo desconcertada.

-Perdón, me distraje… pensaba.

-¿Por qué me hiciste esas preguntas sobre la mente humana?, te veo muy preocupado.

-Lo que pasa es que… estuve recordando, no hoy, sino otro día, cosas en verdad desconocidas. Fue como si un pasado me atormentara, y no sé como sucedió… era otro niño pero era YO, maltrataba, ofendía, golpeaba. No quisiera saber que fui yo, pero sé que así es. No me explico porqué no lo recordaba si es reciente, supuestamente ya estoy recuperado. – suspiró Toshi, con dificultad -, pero no sólo a mí me pasa eso, a familiares y amigos míos les vienen recuerdos de su pasado, sueñan en clave,  describen sin saberlo sus recuerdos en cuentos o dibujos… es algo que tenemos en común.

-Te voy a ser sincera, Toshiro. Últimamente he atendido varios casos como los que me comentas, vienen pacientes con problemas en su pasado, no lo recuerdan, o no recuerdan a alguien especial para ellos.

"Seguramente se trata de los compañeros digimons de más niños elegidos" pensó el canelo hijo de Kari.

-Es confuso. Sólo quería que usted me lo aclarara, y me comentara sobre las técnicas que se conocen para recordar.

Kaoru asintió mientras siguió platicando, hubiera querido saber más de los recuerdos torturantes de Toshiro, pero no quiso forzarlo a hablar, todo el asunto que el chico trataba le parecía muy interesante, ella lo había detectado en sus pacientes y con ella misma. Algo le hacía falta a los seres humanos. Había muchas preguntas, pocas respuestas.

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Seiyuro Takaishi miró la obesa, desproporcionada y vieja figura de Sasuke Toriyama. Vio con náuseas los ojos de topo del sujeto, las gruesas cejas, la nariz achatada y enorme. Las náuseas no eran por la fealdad del sujeto, ni por el odio que le inspiraba, su momentáneo terror eran remordimientos. Sei recordaba cuando a Toriyama lo habían poseído, se veía a él mismo en el pasado, robando un láser, apuntándole al viejo por la furia de ver a su padre desprotegido. A Seiyuro le daban náuseas porque él había estado a punto de matar a ese sujeto "Iba a convertirme en asesino" se dijo, mientras miraba el sereno y burlesco semblante de Takeru, su padre.

-¡Takaishi, como siempre, has llegado tarde a nuestra cita!

-Disculpe usted, Toriyama, ya sabe que soy despistado – habló con ironía Tk -. Pero siempre he dicho que más vale tarde que nunca.

-Creí que había sido una broma de Seki – gruñó el viejo.

-Ya ve que no. – respondió Takeru, sin sentarse.

-Entonces, ¿qué quieres? – preguntó el viejo, temblando.

-Puedo querer muchas cosas, venganza, por ejemplo. La última vez que lo vi no estaba precisamente feliz con sus acciones.

-Un joven es fácilmente traicionado por la ira. Y se ve, Takaishi, que sigues igual. ¿Vale la pena que te exaltes tanto enfrente de este niño?

-A mi hijo no me a pena contarle verdades, ni me avergüenza que me vea molesto, ¿habría de estar de otra manera, después de que casi mata a uno de mis amigos a sangre fría?

-Estamos a mano. Tus amigos destruyeron mi organización, tu ex-mujer me quemó las manos con un láser… y ese hijo tuyo, casi me mata el otro día.

Seiyuro tragó saliva, sintió miedo. ¿Y si le hacían algo a él y a su papá?, al parecer el sujeto recordaba todo el ataque de los datos digitales.

-Nunca estaremos a mano. – cortó Takeru -. Hable de una buena vez sobre lo que lo controló el otro día, cuando nos atacó a mis hijos y a mí.

-Mira Takaishi, las cosas van a mi ritmo y eso lo sabes, me disgusta tanto atrevimiento. No creas que pienso hablar delante de este muchachito que sigue los pasos rebeldes de sus padres. No niego que hayas sido de los mejores escritores del Diario, no niego tu eficiencia, pero eso nunca te ha dado derecho de sentirte superior.

-¿Le da vergüenza hablar delante del hijo de Yoshisaki Yínbee?, ¿será que le recuerda a su madre, o le recuerda a mí? – burló Tk -. Que sepas Sei, que este sujeto capturó a tu madre y la hizo trabajar para él con amenazas, al final tu mamá decidió ayudarnos y creo que Toriyama se enojó. También entérate que el "limpio" Director del Periódico Odaiba era un Neonazi que estuvo a punto de matar a Taichi Yagami al dispararle a sangre fría, aunque en realidad le apuntó a tu tía Sora, que estaba indefensa. Me parece que no estamos a mano, hable, "Sr. Toriyama".

-El hijo de Yoshisaki Yínbee – cortó Toriyama, analizando a Seiyuro -. Debe ser muy astuto.

-¡Y valiente! – defendió Takeru – Pero no venimos a hablar de él, sino del ataque. No sé si sepa Toriyama, pero tengo un contacto muy bueno en la policía, tengo la prueba del atentado, y otras cosillas por ahí. Sin embargo realmente me tiene sin cuidado su vida y sus movidas, no creo que haya vuelto a las andadas… ¿O sí?

-¡Takaishi, tu padre, nunca fue tan impertinente!

-No lo conoce usted muy bien – cortó Takeru – hable.

-Ciertamente yo no decidí atacarte… - murmuró el viejo, vencido por Tk – Fue una fuerza externa la que me dominó, esa fuerza quería acabarte, y ojalá lo hubiera hecho, así ya no estarías molestándome.

-Usted no está siendo muy explícito, mi papá quiere saber lo que sintió y cómo sucedieron las cosas – habló por primera vez Seiyuro, un poco más seguro que al principio.

-Aspiré unos polvos – dijo el anciano, temiendo que no le creyeran -, después no tuve control sobre mí, cuando volvía  a ser yo mismo este niño quería matarme y se detuvo por otro chiquillo… luego se fueron, me dejaron desamparado.

-Pobrecillo – rió Tk -, casi pido disculpas. En realidad vine porque el niño que pretendió salvarle la vida  investigó quien era, que sepa usted que digo "pretendió" porque mi hijo Sei jamás hubiera matado a sangre fría, él nunca será un asesino, como "otros". En fin, creo que no tiene sentido postergar la plática.  Vámonos, Sei.

Seiyuro no se inmutó al ver que el gordo sacaba una pistola y les apuntaba.

-¡Insolentes! – gritó Toriyama - ¡Takaishi, me colmas la paciencia! ¿Así cómo vas a creerme que he cambiado?

-No necesita hacérmelo creer, me conformo con que no se meta en mi vida. – dijo Takeru -. Sé que usted no me atacó, fueron esos polvos en forma de mariposas ¿Verdad?, ahora sí habrá que ver de dónde salieron, espero lo averigüe por su parte, no sería bueno que lo poseyeran de nueva cuenta.

El hombre bajó el arma.

-Eres un hombre muy noble, Takaishi, lástima que no puedas simpatizarme.

-Hasta pronto - Tk salió de la habitación con paso lento.

-¡Hey niño! – gritó Toriyama, mientras le lanzaba a Seiyuro uno videocasete VHS -. Películas inéditas de la cineasta.

-¿Eh?

-Niño, no vuelvas a apuntarme con un arma.

Seiyuro atrapó el videocasete, salió presuroso para alcanzar a su padre, no le contestó a Toriyama.

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Mayumi revisó las compras que llevarían. Realmente se trataba de alimento chatarra, pero al fin y al cabo, como decía Kotty, era comida. Se encontraban en un pequeño supermercado que se hallaba  abajo del departamento en donde vivía la abuela Natsuko. Ésta les había sugerido ir a comprar chocolates para la merienda, y los niños rápidamente habían aceptado el mandado porque se encontraban muy aburridos, su primo Seiyuro se había marchado con el tío Takeru y la abuela estaba durmiendo siesta tras siesta con la pequeña Minagawa Takaishi.

-¿Crees que nos alcance para comprar esto? – preguntó Kotaro, alzando una enorme bolsa de papas fritas.

-No, ¿para qué quieres tanta comida Kotty?, esa bolsa apenas está bien para el glotón de Taiki. No seas inconsciente, recuerda que es el dinero de la abuela.

-Ya veo, pero no me regañes hermana – murmuró el pequeño, dejando las papas "anti-nutritivas" en el estante correspondiente.

Caminaron hacia la caja y dejaron los alimentos.

-Oye May – dijo Kotty, como secreteando.

-¿Em? – obtuvo como respuesta de la rubia Ishida.

-¿No es este el supermercado de los abuelitos de Kurumi, Zetaro y Satoru?

-Emm, sí – respondió May.

Kotaro sonrió ampliamente y se apresuró a darle la comida a la cajera para que les cobrara; mientras la dependienta marcaba los precios por medio del código de barras, Kotty la analizó, traía anteojos y se parecía mucho a la señora Ichijouji.

-¿Es usted pariente de la Señora Yolei? – preguntó impaciente, mientras la hermana mayor miraba a la cajera con indiferencia.

-¿Conoces a Yolei? – dijo la mujer, que ya estaba entrada en años, por lo menos era mayor que tía Miyako.

-¡Claro que sí! – gritó Kotaro, con entusiasmo – Es amiga de mis papás y de mis tíos, y Zetaro y Kurumi son mis amigos.

-¿En verdad pequeño?, ¿y qué te trae por aquí? – agregó la cajera, parecía divertirse.

-Mi hermana mayor – dijo, apuntando a May – y yo estamos de vista con mi abuela, que es su vecina, se llama Natsuko Takaishi. Mi tío Takeru me ha hablado mucho de esta bonita tienda, hay de todo, ¿cierto hermana?

-Emmm

-¡Vaya!, ¿Con que eres nieto de la Sra. Takaishi? – sonrió la cajera – Por supuesto que recordamos a tu tío Takeru, es un excelente amigo de mi hermana Yolei.

-¡Con razón!, son muy parecidas.

-Bueno pequeño, me da mucho gusto conocerlos, ¿les parece si les aplico un descuento por cortesía?

-¡Sí! – gritó Kotty, Mayumi se sintió apenada - ¡Muchas gracias!

-Por nada, y salúdame a mi hermana Yolei si la ves pronto.

Después de los "negocios" de Kotaro, él y su hermana salieron del supermercado. Cuando iban a regresar al departamento de la abuela, vislumbraron una silueta que les pareció muy familiar.

-Hermana, ¿no es Yuri la que está cruzando la calle?

-Creo que sí – respondió Mayumi, quien era la que cargaba las compras.

-¡¡HOLA YURI!! – exclamó Kotty, alzando las manos para llamar la atención -¡¡Ven aquí!!

-Kotaro, no tienes qué gritar, Yuriko ya nos vio – reprendió May.

-Eres mala hermana, por todo reniegas – contestó Kotaro, haciéndose el ofendido.

Yuriko Hida les sonrió tenuemente, ¿qué hacía ella por esos rumbos?... May pensaba que la hija de Cody se hallaba en el hospital. ¿Acaso le pasaría algo a la señora Hida?; la rubia zangoloteó la cabeza para olvidarse de esas ideas y trató de portarse normalmente.

-Hola chicos – saludó dulcemente Yuri -, no esperaba verlos aquí.

-Nosotros tampoco – analizó el pequeño Kotaro -, pensamos que estarías con tu mamita…

-Hace un rato estuve con ella, pero un amigo me convenció de tomar aire libre… así que, vine a ver a mi abuelita. Seguramente va a alegrarse con una visita mía.

-Es verdad, tu abuela también vive en este edificio – recordó May -. Eso porque cuando mi tío Tk, tía Yolei y tío Cody eran niños, eran vecinos.

-¡Qué gusto que nos encontráramos!, podríamos invitarte a cenar con nosotros – se adelantó Kotty.

-¡Kotaro, date cuenta, ella viene a visitar a su abuela! – regañó nuevamente Mayumi.

-Agradezco la invitación Kotty, pero creo que Mayumi tiene razón… me gustaría charlar con mi abuela sobre el asunto de mi mamá – sinceró Yuri, con el rostro compungido -. Después de todo mi abuela tiene derecho a saber la verdad que mi padre le ha ocultado…

-Lamento todo eso Yuri, ojalá pudiéramos ayudarte – dijo May, desviando la mirada a la otra parte de la acera.

Yuri Hida no respondió, pero por otra parte May no necesitaba respuesta. La rubia se dedicó a ver a las personas pasar por el sitio; una de ellas le llamó la atención. Vestía de rojo y la acompañaba un sujeto con pinta de momia envuelta en un abrigo. "Esas personas concuerdan perfectamente con las descripciones que da tío Tk en sus libros sobre Arukerimon y Mummymon" reflexionó la hija de Sora y Matt, que era fan de los libros de Takeru "Pero… ¿qué hacen aquí?, quizá me esté confundiendo. ¡OH NO!, vienen hacia acá".

-Kotaro, Yuriko – llamó, jalando la mano de su hermano - ¡tenemos qué ocultarnos!

-¿Por qué?

-¡Silencio!, síganme.

Tanto Yuri como Kotty formaron signos de interrogación en su mente pero siguieron a May, los tres se ocultaron  tras unos botes de basura. Kotaro se quejó del hedor, pero May lo pellizcó para que guardara silencio.

-¿Sabes si aquí vendan incubadoras, Arukerimon?

-¡Por supuesto que no Mummymon, ya hemos comprado suficientes! – renegó la mujer con lentes oscuros y cabello blanco -, es sólo un abarrote pequeño, ¿no te das cuenta de que vinimos aquí para otra cosa?

-Vaya… este lugar, me parece conocido.

-Claro sonso, aquí vivían tres de los niños elegidos. Venimos a buscar pistas, a ver si damos con sus nuevos paraderos.

Kotaro engrandeció los ojos con mucho susto. Los digimons creados en base a las "agujas de control" se introdujeron a la tienda.

-¿Qué es lo que sucede? – preguntó Yuriko.

-Tú no lo sabes, pero esos sujetos fueron enemigos de nuestros padres. Se pueden convertir en digimons. SON DIGIMONS – informó May, con sangre fría.

-¡Es horrible hermana!, esa mujer, ¡yo he hablado antes con ella! – admitió Kotaro, comiéndose las uñas.

-¿De qué hablas, Kotty?

-Les contaré.

--Retrospección--

-Kotty...

-Es que ya te vas a ir al peligro y sin mí – chilló Kotty Ishida, un pelirrojito de apenas 7 años de edad.

En esos momentos hablaban en la cafetería del hospital, Matt Ishida, padre del angelito, estaba tratando de explicarle a su hijo lo que debía hacer en esos momentos.

-Comprende que no puedes ir, a ningún papá le gusta que su hijo esté en peligro.

-¿Y qué dices de mi hermana?, ella está chica también, pero irá contigo... yo, yo quiero ir... siempre me quedo solito o alejado de cosas de valientes.

-Estás equivocado Kotty, no necesitas buscar peligros para tener coraje. Una persona valiente lo es si hay felicidad o tristeza, no busca el peligro, pero si se le presenta, trata de resolverlo – optó por decir Yamato, impresionado por la terquedad del niño -. Si va May conmigo a la casa de tu tía Yolei, es porque la necesitamos, tu hermana sabe muchas cosas sobre los libros de tu tío Tk, y como sabes que Osen está con su nuevo hermanito, no puede ir y Mayumi tendrá que ser su suplente.

-Yo sé muchas cosas sobre Wizarddddmon

-De eso estoy seguro hijo, por eso debes quedarte con mamá, la cuidarás por mí ¿Ok?

-Los adultos siempre nos dicen eso a los niños. – renegó Kotaro, arrugando el ceño.

Matt le acarició a su hijo la melena rebelde de pelo color fuego, de su bolsillo sacó una armónica que el niño miró extrañado, entonces el padre abrió el puño de la mano de su hijo y le dio el instrumento.

-Te regalo mi armónica, quiero que aprendas a tocarla.

-Pe..pero ¡Papá!

-¿Qué?

-Yo no sé de música, mejor dásela a mi hermana.

-Mayumi tiene sus propios instrumentos, este tipo de cosas sé que las aprecias mucho tú. Cuando aprendas a tocarla me sentaré a escucharla, y el día en que eso ocurra habrás perfeccionado no sólo tu habilidad musical, sino tu valentía. Porque una cosa es cierta: nada nace de la nada, tienes qué desarrollar tus capacidades, ¿queda entendido?

-Papá ¿Entonces es una orden?

-Así es Kotty. Ahora debo irme, estate pendiente de las cosas que pasen aquí, si surge algo nuevo, márcame al celular.

El pelirrojo asintió, se aferró a la armónica mientras veía que su papa, junto con más adultos y niños salían del agitado hospital para salvar a los que estaban dentro del Mar de la Oscuridad.

(POV KOTARO)

Después de charlar con papá estuve sentado en unos sillones bien incómodos, mami había ido a visitar a una niña que es amiga de tío Tai y se estaba tardando mucho tiempo, estuve aburrido; por ratos intenté tocar la armónica pero una señora me regañó, dijo que esa mañana había habido demasiada revuelta en el hospital y que yo remataba el día. Así que estuve sin hacer nada, porque todos tenían algo qué hacer y yo no. Yuri había estado conmigo, pero se había ido a cuidar a su mamita junto con su papá.

Al frente estaba una pared de cristal en donde ponían a los bebés que acaban de nacer de las pancitas de las mamás (¿cómo sucederá eso? u_u), vi que acaban de poner en la cuna  al hermano de Osen y Ben. Me acerqué a verlo, la verdad es que los bebés recién nacidos se me hacen raros, yo los imaginaba diferentes, pero cuando nació Min me impuse a decir que eran bonitos y ahora sí lo creo. De seguro lo habían devuelto al cunero para "tenerlo en observación", tío Joe dijo que iba a ser necesario tomar medidas de esas.

Y entonces, mientras lo veía, una señora igual a la que acaba de entrar a la tienda se acercó a mí y me preguntó sobre a quien veía, yo la saludé pero no le respondí porque mamá me prohíbe hablar con extraños tan extraños. No sé, pero desde que la miré, me pareció muy rara.

-¿Entonces no has venido a ver a tu hermanito?

-No señora, yo no tengo hermanos más pequeños – le dije, porque insistía mucho - ¿Usted a quién vino a ver?

-Al niño más bonito de todos los que nacieron – respondió, pero yo me sentí molesto porque para mí, el niño más bonito de todos los que estaban en el cunero para bebés delicados, era el hermanito de Osen y Ben.

-No, el mejor bebé es mi amigo – le dije y apunté a Tulo.

-Tienes razón… Perfecto.

Recuerdo que se rió de manera rara, me descuidé unos segundos, luego desapareció.

--Fin de la retrospección y (POV KOTARO)--

-Ya veo – dijo Yuri al escuchar el relato de Kotaro -. ¿Pero para qué querrían saber sobre el pequeño Tulo?

-Quizá quieran raptarlo para usarlo de carnada – respondió Mayumi, sin dejar de observar la tienda de los Inoue, que era en donde habían entrado los "malhechores" -. Lo que esos malvados digimons quieren es perjudicar a nuestros padres porque son los niños elegidos, si raptan a un bebé, pueden usarlo de carnada.

-¡Ay no! ¡¡¡BUAAAAA!! – lloró Kotaro - ¡Yo no quiero que secuestren a Tulo!, ¡sería mi culpa porque yo le dije a la mujer quién era el bebé de los Izumi! ¡¡BUAAAA!!

-¡Kotaro, guarda silencio o nos van a descubrir! – May le tapó la boca al niño, Yuriko comenzó a comprender todas las cosas que anteriormente había hablado con Toshiro "Los que le hicieron mal a tu madre adueñándose de su cuerpo fueron los datos digitales de digimons malignos, y a menos que encontremos la manera de volver a los buenos las cosas no se arreglarán, ¡puede haber miles de heridos y de ataques si no hacemos algo!"

-No Kotty-kun, no ha sido culpa tuya, de cualquier modo esos monstruos habrían hallado la manera de localizar quién era Tulo. – dijo la de cabello castaño.

-Van a salir los digimons… creo que lo más adecuado sería seguirlos – propuso Mayumi.

-Estoy de acuerdo. – comentó Yuri – Pero habrá qué hacerlo con sigilo.

-¿Yo también podré ir, hermana? – preguntó Kotaro Ishida, entusiasmado.

-No queda más remedio – admitió May, con una sonrisa de aventurera – Cuando inició la aventura en el Digimundo Tk Takaishi tenía ocho años, mi padre tenía 11 y siempre lo protegía… ahora casi estamos en la misma situación, sin embargo Kotty, yo sé que tú puedes ser capaz de cuidarte, tendrás qué ser precavido y seguir mis órdenes.

-¡Claro!

-¡SHHH! – callaron las niñas, mientras comenzaban a seguir a los digimons, que por suerte parecían andar a pie.

"Supongo que la visita a mi abuela tendrá que esperar" pensó Yuri, sintiendo cada una de las palpitaciones de su pecho "Toshi tiene razón… mi madre habría querido verme buscando soluciones y no llorando, ¡tengo qué ser fuerte!, y lo más importante, tengo qué ser parte de esta aventura, que transformó la vida de mi padre cuando era niño".

"Yo… siento que hay muchas cosas que puedo hacer para que papá y mamá se sientan muy orgullosos de mí. Además, si mi hermana nos guía seguramente lograremos capturar a esos monstruos, y seremos héroes, héroes tan grandiosos como papá cuando iba al espacio, o como mis padres cuando tenían digimons… yo quisiera tener un digimon" se dijo Kotty.

"Sería de gran ayuda saber cuál es la guarida de Arukerimon y Mummymon, por otra parte estoy segura de que Osen y Toshiro averiguaron lo que hablaron los adultos en esa reunión secreta. No deberían aislar a los niños, pero es comprensible, a mí tampoco me gusta exponer a mi hermano" reflexionó May, parecía que la aventura que estaba a punto de comenzar la animaba "En el libro de mi tío Tk, se habla de que a mi papá le costó trabajo dejar la dependencia que le tenía a su hermano… quizá yo tenga la misma dependencia; debo dejar que Kotaro crezca y madure sin meter mis narices en el asunto… creo que, el mundo de los digimons es tan vasto, que nunca deja de enseñarnos cosas, aún cuando parezca que no existan".

Y por suerte, Arukerimon (la mujer araña) y Mummymon (la momia demente) no se dieron cuenta de que guiaban a los hermanos Ishida y a la vástaga Hida, a la guarida del solitario Wallace.

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Toshiro Sugiyama/Yagami salió del consultorio de la Dra. Takashima con un nudo en la garganta. Parecía que ese nudo interno estaba lleno de problemas y respuestas mezclados. Le dolía el pecho, a cada instante recordaba más sobre la Fusión Prohibida, pero esas remembranzas salían de él sin un orden lógico. Estar confundido era estresante. Su plática con Kaoru había sido muy benéfica, comenzaba a comprender un poco mejor, nada más necesitaba asimilar con calma.

Bajó del edificio y cruzó la avenida con la intención de encontrarse con sus hermanos postizos: Taiki Yagami y Osen Izumi. A ambos los vio sentados en una banca, Taiki estaba comiendo papas fritas, Osen parecía estarle hablando de cosas interesantes. El canelo hijo de Kari se unió a ellos, quienes al visualizarlo esperaron con ansias que Toshi les comentara lo que había averiguado.

-¿Qué pasó?, vamos primo, tienes qué decírmelo, Osen ya me ha contado a lo que venías.

-Por favor Toshi-kun, dinos qué averiguaste.

-Sólo diré… que si es posible, debemos reunirnos mañana.

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Yamato e Izzy se lanzaban miradas de preocupación constantemente. Tai aún no había vuelto. El celular le había sonado, al contestar el mayor Yagami había oído la voz de la mujer que le dio vida al pequeño Taiki: Akane Fujiyama. Entonces Taichi se había levantado para dirigirse a un lugar solitario del departamento. Así podría hablar con más privacidad.

-Ya se tardó mucho… - susurró Koushiro, pensando en Dios sabe qué cosas -, debe ser un momento muy duro para Tai.

-Seguramente sí. Pero piensa Izzy que quizás es una de las cosas que Tai necesitaba para ser finalmente feliz.

-Tienes razón – respondió Izzy.

-Lo único que espero es que la irracionalidad no le gane a Tai – sinceró Yamato.

Sora salió de la alcoba de Mimi cargando con el pequeño Tulo, caminó hasta Izzy y le acomodó al nene en sus varoniles brazos.

-Se ha quedado dormidito después del baño y de haber comido, parece un angelito, Mimi no paró de tomarle fotografías de su primer baño – dijo Sora, sonriendo.

Koushiro acomodó a su hijo e inconscientemente lo comenzó a mecer. Matt hizo un esfuerzo supremo para fingir que no se había dado cuenta de aquello, pues en realidad su amigo se veía ¿Extraño? ¿Tierno?; olvidó el acto "gracioso" cuando su esposa preguntó:

-¿Ya les contó Tai, no es así?

-Sí… lo que nos preocupa es que esa mujer le acaba de hablar, tememos que Taichi haga una locura.

-Tai tiende a apresurarse, a veces eso no es lo más adecuado – creyó Izzy, hablando en voz baja para no perturbar a Tulo.

-Pero Taichi necesita resolver ese enigma en su vida para poder salir adelante – defendió Sora -. Y no sólo a Tai le urge una respuesta, yo tuve el privilegio de conocer a la pequeña Hidemi, charlé con ella… no tienen idea del encanto de niña que es, ¿sabían que le gusta el diseño de modas?... me dio la impresión de que sufre mucho, Tai no soporta verla sufrir, por eso quiere respuestas y soluciones.

-¿Cómo es ella? – preguntó Matt.

-¿Por qué la conoces? – indagó con curiosidad Koushiro Izumi.

-Tai me pidió que la visitara para que no se quedara sola el día en que fueron a rescatar a los que estaban encerrados en el Mar de la Oscuridad…

--Retrospección--

Lo primero que hizo Sora al entrar al cuarto de hospital, fue sonreírle a Hidemi y acercarse a ella de forma lenta, amigable. El ambiente de esa habitación se volvió nuevo, mágico y sutil para Hidemi, quien apenas y tuvo tiempo para agradecer en  silencio el conocer a la gran diseñadora Sora Takenouchi. Para la niña era una oportunidad única. Su abuela materna –desgraciadamente fallecida-  le había contagiado el amor por la costura y las modas, y así había sido como Hide, entre sus heroínas, había tomado a Sora como una revolucionaria en el arte del vestir. Los niños siempre toman figuras, siguen estereotipos, y se inspiran con la ayuda de otros para que la imaginación fluya, ¿acaso Sora no era una imagen ideal a seguir?

A la pequeña Hidemi todo le parecía mentira, no un sueño, sino una falacia. No era sencillo asimilar la aparición de un posible padre olvidado y de un ídolo en vivo… quizás era demasiado para ella, su hermetismo, de tanto forzarse, se haría endeble, débil, abierto.

-Buenos días, ¿tengo el gusto de hallarme frente a Hidemi?

-Hidemi Fujiyama, mu-mu-mucho gussto – saludó la niña, tartamudeando por los nervios.

Sora se sentó en una silla cercaba, miró a la chica sin dejar de mostrar amabilidad. Muy extraño, pero ella también, a pesar de ser una adulta, tenía algo de miedo al presentarse ante Hidemi. La observó con sus rojizos ojos, comprobó el inmenso parecido que tenía la niña con Taiki, con Tai. La melena castaña, única, rebelde, descuidada, bella, caía sin rumbo del cráneo a los hombros, al pecho, a la sábana blanca del hospital. La piel morena destellaba. Hidemi parecía una mancha de grandeza, la base de una pintura de arte abstracto. Era de sonrisa atrayente para Sora, porque al verla percibía un vínculo nuevo que la relacionaba con Taichi Yagami. "Por Dios Tai, esta pequeña es una gota de miel al lado de tu hijo… Hidemi tiene tu aire en ella, la noto triste, pero sé que en el fondo es alegre".

-Me alegra mucho conocerte Hidemi, Taichi me ha hablado mucho de ti… de, tu gusto por el diseño de modas.

Hidemi se sonrojó, sus ojos adquirieron vida propia por la emoción.

-Usted hace los vestidos más bonitos de todo Japón – sinceró - ¡El placer de conocerla es mío!; le agradezco al señor Yagami pues ha sido muy bueno conmigo…

Sí, esa niña tenía que ser hija de Taichi; Sora deseó eso enormemente, sería un complemento para Tai… la señora Ishida, desde su más remota infancia, anhelaba ver feliz a su mejor amigo, pero ¿verdaderamente era completamente feliz su Tai?, no, Taichi no conocía la felicidad plena. Las alegrías de Tai eran las de Taiki, el hombre las veía de lejos y se ponía una máscara para simular una sonrisa.

-Tai siempre es bueno, nunca dudes de su bondad… mi relación con él es muy vieja, pero mi mejor amigo suele ser valiente desde chico – dijo Sora con mucha seguridad.

-Sí, es muy bondadoso; ha ido a mi casa sólo para que pudiera ver a mi madre herida… - susurró Hide, cercana al llanto, porque dentro de su pecho ocultaba que sabía la gran verdad (había espiado a su madre y a Tai).

Sora captó que tenía  que cambiar de plática.

-Es un honor para mí saber que niñas como tú sientan gusto por mi trabajo – admitió la primera portadora del Amor -. No es muy común.

-¿Cómo, no es muy común, señora Takenouchi?, ¡vaya!, pues yo no tengo muchas amigas, pero no creo que haya niñas a las que no les gusten sus vestidos, son especiales, seguramente debió esforzarse mucho cuando era pequeña.

-¡Oh no!, en realidad no era muy afín a los vestidos cuando tenía tu edad, era fanática del fútbol, ¿cómo la ves?

-¿En serio?

-Claro que sí, era muy poco 'femenina'; y no porque me gustara el fútbol, sino porque lo traía en la sangre. Más tarde utilicé mis energías deportistas en crear, y ya ves el resultado. Por eso te estoy profundamente agradecida. A mi hija Mayumi le sucede lo mismo que a mí de niña: no siente gusto por el rosado y los vestidos.

-Si… si yo tuviera una mamá como usted me sentiría muy orgullosa.

-Bueno, mi hija tiene su manera de estar orgullosa, eso te lo aseguro.

-Ya veo.

-¿Y ese hermoso clavel que cargas? ¿Te lo dio Seiyuro Takaishi?

-Él, me salvó.

-Sí, Tai y yo lo comentamos. Mi sobrino Seiyuro ha ganado a una buena amiga, qué suerte la de él, pero eso sí, su amistad vale mucho, esa flor que te dio lo demuestra.

-¿Es su sobrino?

-Así es, tengo esa suerte. Y como Seiyuro te trajo un  hermoso clavel, ¿no sería bueno complementar el obsequio?

-¿Eh?

-Hidemi, ¿te gustan los chocolates? – preguntó Sora, sacando una gran caja repleta de ellos.

--Fin de la Retrospección---

Sora terminó de narrar los hechos, su esposo y su amigo Izzy, empezaron a analizar la situación.

-Recuerdo cuando conocí a Taiki – mencionó Izzy -. Llegué a casa de Tai y lo encontré con un bebé… Taik sin duda alguna alteró la vida de Tai, pero al mismo tiempo la engrandeció. Me parece de lo más vil que esa tipa esté jugando así con mi amigo y sus hijos; por mi parte apoyaré a Taichi en lo que me pida.

-Lo único malo es la manera en la que llegan los acontecimientos, será muy doloroso para Taiki, para la misma niña y para Tai – opinó Sora.

Matt Ishida iba a dar su opinión pero se abstuvo cuando vio que Taichi salía del baño (lugar donde se había dirigido para platicar por celular) con la cara blanquizca y aturdida.

-¿Qué sucedió, Tai? – preguntó Koushiro con el mayor tacto que pudo.

-¡Esa odiosa mujer! – gruñó Tai, con furia en los ojos, claro estaba que se refería a Akane Fujiyama - ¿Saben lo que ha hecho?, ¡le ha contado a Hidemi toda SU verdad!... en pocas palabras, no sé qué demonios le dijo. ¡Incluso pudo haberle echado un montón de mentiras acerca de mí y de Taiki!

-Tai…

-Pero ya quedé con ella de que mañana mismo mi hijo y yo iremos a ver Hidemi, le hablaré a Joe para que se apresure con esas pruebas de paternidad, ¡si ella es mi hija no permitiré que siga con esa loca!... ni siquiera sé qué pretende esa mujer ¿Querrá dinero? ¿Peleará a la niña?, ¡Diablos!, si tan sólo hablara claro… ¡haré lo que sea necesario!

-¡Tai guarda la calma! – exigió Matt.

Taichi miró a Yamato, como advirtiéndole que no se metiera en sus asuntos, Matt le lanzó un puñetazo haciendo caso omiso de las amenazas "visuales" de Tai.

-¿Ya te calmaste? – indagó el rubio, con aparente sangre fría. A Tai le goteaba sangre de la nariz.

-Supongo – respondió Taichi, quitándose el líquido escarlata de los poros nasales -, gracias.

-Haz lo que tengas qué hacer– siguió diciendo Yamato -, pero trata de serenarte. Si te presentas con Taiki o con Hidemi así ¿Crees que sería conveniente?... Sé que estos momentos de tu vida son complejos, aún así considero que es ahora cuando más debes mostrar tu fortaleza.

-Es algo que debes hacer solo – agregó Izzy, levantándose para apoyar su mano en el hombro de Tai -, aunque de cualquier manera ya sabes que tus amigos siempre estaremos aquí, apoyándote.

-Yo sé que cuento con ustedes – sonrió Tai, con amargura. –Ahora debo irme para planear todo, necesito enterarme de lo que la madre de mi hijo quiere, también me urge hablar con Joe para que me tenga los resultados hoy mismo.

Yagami evacuó el departamento Izumi.

-Mucha suerte Tai – dijo Sora, tenía lágrimas en los ojos.

-Tai, y también Taiki, superarán esta prueba, ¡ya lo verás Sora! – animó Izzy, algo angustiado en el fondo por la aparición de múltiples sorpresas.

-Sora, ¿de casualidad tienes la dirección de la casa de la pequeña Hidemi?

Sora revisó entre sus cosas, sacó una tarjeta y se la dio a su esposo.

-Me la dio Tai, para que la guardara; ahí viene la dirección –entonces la señora Ishida comprendió - ¡Por Dios Matt!, ¿piensas en ir a verla?

-Haré lo que Tai hubiera hecho por mi querida Mayumi.

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Fin del capítulo 15

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NOTAS finales DE la AUTORA.- ¡Gracias por leer este largoooo capítulo!, espero no los haya decepcionado, yo me siento conforme, aunque siempre estoy consciente de que las cosas me pueden salir mejor. ¿Qué les pareció la aparición de Sasuke Toriyama? (villano de En Fuga…), creo que me encantó hacer esa escena con Tk y su ex – jefe, aunque al lindo Sei le pareció muy extraña la faceta de su padre... ¿Lograrán descubrir los Ishida y Yuri en donde se ocultan Arukerimon y Mummymon?, ¿Qué provecho le sacarán Toshi y los demás a la plática con Kaoru? (Lara, espero esa parte no me haya quedado muy incoherente, no soy experta en el tema y no sé cómo actúa un psicólogo con un chico al estilo Toshiro /complejo, pensante y maduro/). ¿Qué hará Matt para ayudar a Tai con lo de Hidemi?... y aquí la pregunta del siglo: ¿Es Hidemi gemela de Taiki e hija de Taichi?, ¡no se pierdan el próximo episodio si quieren saberlo!, ya que el siguiente capítulo de MB se titula: Taiki y Hidemi, y es un especial exclusivo de ese conflicto.

¡Hasta pronto!,

Agradezco a todos por sus ánimos. Espero, Hikari Takaishi Y, que te haya gustado el capítulo, ¡espero hayas disfrutado tu pasado cumple!

Atte. CC

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