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NOTAS iniciales DE la AUTORA.-(10-08-03).- ¡Hola a todos!, aquí les traigo el decimonoveno capítulo de esta secuela de Memorias Borradas, ¿notaron que esta vez no tardé tanto?... bueno, espero que así sea de ahora en adelante /hasta que se termine el fic/. Muchas gracias por seguir leyendo, estoy muy agradecida con todos los reviews que me han dejado y los mails que he recibido. Como breve recuento les diré que en el capítulo anterior los elegidos van a rescatar a Mayumi de las garras del enemigo, y en la escena final Sora y Matt entraron a la abandonada fábrica para rescatar a May Ishida… ¿Lo lograrán?; bueno, a continuación van a enterarse. Este episodio está lleno de acción y de muchos personajes, espero no se vayan a enredar, ¡ojalá les guste!, pero eso ya me lo dirán al final.
**Este capítulo está dedicado con mucho cariño a Lara, por su cumpleaños. (Lara, espero que te guste, pero sobre todo, espero que pases un feliz aniversario)**
Finalmente, los dejo con la lectura.
/P-D- me disculpo si el fic tiene errores, según yo lo revisé, pero siempre queda algo por ahí…/
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MEMORIAS borradas
Por CieloCriss
LA FE, TE GUÍA
Capítulo 19 **… te guía**
-¿Están realmente dispuestos a entregar sus emblemas y a morir en mis manos a cambio de la libertad de esta chiquilla?
¿Cómo se atrevía a decirle esos a sus padres?, ¡no tenía derecho de jugar con los sentimientos de ellos!, Mayumi percibía en su interior intensos piquetes de miedo y debilidad, ni siquiera sentía ánimos para rebelarse y tratar de zafarse de las cadenas que el maniático de Wallace le había instalado en sus delgadas muñecas. May ya no tenía fuerzas, no sabía si su fortaleza se había reducido a cero por el maltrato que había sufrido o por la misteriosa semilla que ella creía que le habían instalado en la nuca… el frío le calaba en el cuello. Las miradas de sus padres la llenaron de angustia, y pudo comprobar nuevamente cuán grande era el amor que le tenían sus papás, se sintió mal, ella también los amaba y creía que nunca lo había demostrado abiertamente por su carácter evasivo y frío. Mayumi no quería que sus progenitores dieran su vida por ella, no soportaba el pensar en que las cabezas de sus padres rodarían, como lo había asegurado el poseído de Willis. Aún así, con toda la macabra incertidumbre, muy al fondo de su alma, donde se gestan los sentimientos, ella tenía fe… y la fe le hacía tener una pequeña y remota esperanza sembrada en su ser, lista para ser regada y salir a flote. El día anterior, cuando la habían secuestrado, May había podido comunicarse con sus padres por medio de la armónica que le había dado su hermano, con dicho instrumento la rubia había tocado melodías que según ella, darían fortaleza a su papá. Quizá tenían un plan… lo único que May rogaba era que Yamato y Sora no hubieran venido solos. "Eran un equipo cuando niños… me he dado cuenta; la unión hace la fuerza".
Por su parte, los padres asintieron ante la pregunta de Wallace.
-¡Miserable, suelta a mi hija!- gritó Matt, con una ira desenfrenada - ¡Quítale esas cadenas, enfermo!
Apretaba los puños, May observó atentamente a su papá, parecía que estaba a punto de estallar, le dirigía una mirada de odio a Wallace.
-¡Mi hija!- chilló Sora, con los ojos hinchados de tanto llorar -¡Sabes que tienes nuestra vida a cambio, pero por el amor de Dios, deja de hacerla sufrir!, ¡May, no te preocupes, estarás bien!
-Mamá… - pudo decir Mayumi, se sentía tan débil que no podía hablar; algo extraño le pasaba a su organismo.
Willis sonrió ampliamente ante las reacciones paternas, y repitió su frase gastada de que 'los padres hacen todo por los hijos'. Se dio la media vuelta y pulsó un botón del computador que traía instalado en su extraño brazalete digital. Un ligero temblor sacudió a Mayumi, a sus cadenas, al aparato del que colgaba su caldazo. Una plataforma se fue elevando poco a poco, y no sólo esa plataforma se alzaba, sino otras tres. En la plataforma que estaba atrás de May, se hallaba Wallace, con el rostro eufórico, unas extrañas incubadoras estaban a su lado, también las otras plataformas tenían incubadoras.
-¿Qué demonios haces?- exclamó Matt - ¡Baja a Mayumi! ¡Teníamos un trato!, no necesitas a la niña para tus planes maniáticos, ¡si quieres mi emblema más vale que la dejes en paz!
-¿Qué son esas cosas? – indagó Sora muy alterada, al ver las extrañas máquinas.
-Mamá… Papá… váyanse… - rogó May, con la voz más quebradiza que nunca, cada vez menos consciente de lo que sucedía. Le dolía la nuca, le dolía mucho.
Wallace saltó ágilmente a la plataforma de Mayumi, que estaba ligeramente más alta que las demás; miró a los elegidos del Amor y la Amistad en ángulo de picada y volvió a sonreír.
-Veo que están dispuestos a todo con tal de salvar a la mocosa – suspiró emocionado, como si fuera un tiburón sediento de sangre. - Y estas cosas, Sora Takenouchi, son incubadoras en donde yacen mis hijos.
-Son… digihuevos – aclaró Mayumi, al ver que sus papás no comprendían qué quería decir Wallace con eso de "sus hijos".
-¡Cállate!- rugió Willis, abofeteando a la niña - ¡Si te dejé con tu bocaza abierta fue para que gimieras de dolor, no para que estuvieras interrumpiendo!
Yamato reventó del coraje al ver que lastimaban a su hija, Sora misma había dejado de llorar por el creciente enojo que se aposentaba en su vientre. Ellos no podían permitir que ese sujeto maltratara a May, pero no podían dar un paso en falso, todos sus amigos, los antiguos elegidos, se hallaban ocultos en sitios estratégicos y estaban dispuestos a ayudarlos en el rescate. Si Sora o Matt daban un paso en falso, la emboscada se arruinaría.
-¡¡LO PAGARÁS CARO, TE ADVERTÍ QUE NO PERMITIRÍA QUE LA TOCARAS!! – gritó el padre, perdiendo los estribos. Se acercó a la plataforma pero le fue imposible escalar, era de metal y no había manera de llegar a May… el hombre estaba admirado de la existencia de esas tecnologías en una fábrica tan abandonada "Debe ser su refugio desde hace tiempo, ¿cuántos meses llevará Willis en esto?".
Matt suspiró y Sora fue tras él para que se tranquilizara. Ella misma, al ver a su marido incapacitado para negociar con el demente, dio un paso al frente y habló:
-Sí, estamos dispuestos a dar la vida por nuestra hija; dinos lo que necesitamos hacer, pero da tu palabra de que estará a salvo – balbuceó de forma torpe, pero valiente. Sora siempre había sido muy valiente.
-Así me gusta, más cordura para los tratos. Así son las mujeres, a veces parecen más cuerdas que los hombres – musitó Willis, felizmente maniático, May creía que cada vez el tipo estaba más mal de la cabeza, los ojos desorbitados y rojos, las mejillas pálidas e hinchadas, todo iba intensificándose. - ¿Por qué no salen de ahí, queridos amigos?
Unas sombras comenzaron a evacuar de escondites ocultos que en su mayoría eran cajas de cartón que formaban filas altísimas de chatarra y basura.
-¿El amos nos llamaba? – dijo Arukerimon, en su forma de araña, mientras sus patas se movían ágilmente hasta estacionarse a la izquierda de donde estaban Sora y Matt.
-Sí Arukerimon, el amo nos llamó – afirmó Mummymon, con su potente pistola eléctrica. Él se aposentó en el lado derecho. Sora y Matt estaban bloqueados y no podían escapar.
Un tercer personaje salió de los cartones volando desde lo alto hasta casi tocar las cabezas de los elegidos del Amor y la Amistad, era Devidemimon.
-¡Así que nos volvemos a ver, chiquillos entrometidos!-bramó el murcielaguito, con su aspecto bobo -¿Qué tenemos aquí?, a la niña que no tiene amor en su corazón porque su emblema no brilla, y al tonto que dejó solo a su hermano y no puede regresar por él… ¡El amo los tiene en su poder ahora!
Sora miró a ese extraño ser con mucha intensidad. Sabía que los tres seres que habían aparecido eran digimons, pero el volador le inspiraba más negatividad que los otros dos.
-¡Tú! – le dijo Sora, como si recordara - ¡Tú quisiste darle unos hongos raros a Tai y a Tk para que olvidaran! ¡Tú hiciste que el Superior Joe tuviera problemas por deudas en un restaurante!, ¡tú quisiste robarle la curiosidad a Izzy! ¡Tú engañaste a Yamato!, ¡Tú heriste a Piyomon con unas jeringas!... – Sora tomó aire, le brillaban los ojos de la furia, y sentía verdaderamente los recuerdos, no era sólo el hecho de haberlos leído en los libros de TK - ¡Tú, Demidevimon, me dijiste que era una niña que no tenía amor en el corazón!
-Sora… - susurró Matt, mirando fijamente a su esposa.
Devidemimon sonrió triunfante, como orgulloso de las acusaciones, movió sus alas que hicieron que su peluda y redonda figura se dirigiera hacia Willis, se acomodó en el hombro del mismo.
-Ellos son mis amigos – dijo Willis, acariciando el casco deforme del digimon volador -. Pero hay más que quieren estar conmigo, todos ellos me pertenecen, y por ellos hago esto… por Terriermon y Lopmon, que me esperan adentro de sus cascarones… ¡pero ustedes, malditos elegidos!, cada día se unen para evitar que ellos vuelvan a mí, ¡Ustedes destruyeron al Digimundo y han olvidado sus crímenes!
-¡Nosotros no destruimos el Digimundo! ¡Nosotros también amamos a nuestros digimons y queremos recuperarlos! – dijo Sora -. Pero no por eso dejamos de ser quienes somos ni buscamos alianzas perjudiciales y llenas de maldad.
-Danos a nuestra hija – mencionó Matt, con la mirada tenebrosa.
-Se dice – dijo Wallace – que una familia debe estar unida… bien, lo primero que deberán hacer, será esposarse ustedes mismos con las cadenas que Arukerimon les proporcionará… así me aseguraré de que no escapen.
La mujer araña se acercó a los elegidos y tiró al suelo dos cadenas con sus extrañas manoplas deformes.
Matt entumeció su optimismo, la verdad era que no quería que Sora estuviera involucrada en esto; lo único que le quedaba era confiar que sus amigos cuidarían de su mujer e hijos, al rubio no le importaba perder la vida con tal de que sus tesoros estuvieran a salvo. Se puso las cadenas en ambas muñecas, de reojo notó que Sora hizo lo mismo.
-Muy bien, buenos papis, así me gusta, que sean obedientes, ¿cierto, niña?
May no respondió.
-¡Ahora, suéltala!
-¿Soltarla?, ¿Soltar a la presa? – rió Wallace – Las familias deben estar unidas, si dejo libre a esta mocosa se quedará sin sus padres, sería un lindo espectáculo que los tres murieran juntos. Así será.
Sora y Matt sabían de antemano que algo así ocurriría. Sonrieron fugazmente, con amargura.
-¡No te saldrás con la tuya! – dijo Yamato decidido, mientras alzaba ambas manos y un rayo láser de color violeta salía de la nada y destruía sus cadenas.
Sora hizo lo mismo que su esposo y fue liberada.
-¿Cómo es posible?! – gimió exasperado Wallace.
-¡MATT Y SORA NO ESTÁN SOLOS! – gritó Tai Yagami, con un arma en la mano. A su lado salió Ken, cargando con el láser que había liberado a los esposos Ishida de sus cadenas.
-¡Tampoco Mayumi! – agregó Takeru, saliendo de la nada junto con varios elegidos más.
-¡Malditos tramposos, malditos cerdos! – chilló Willis - ¡¿QUÉ ESPERAN, ATAQUEN?!
Los tres digimons malvados comenzaron a atacar. Cody y Davis hicieron frente al hilo de araña de Arukerimon con unas espadas de kendo; Yolei, Ken y Taichi contrarrestaban los ataques de la momia digimon. Kari y Joe huían de las jeringas de Demidevimon, pero al instante, y de alguna manera sorprendente, Takeru logró atraparlo, con una extraña red gigante que ordinariamente se usaba para cazar mariposas.
-Nos volvemos a ver, Demidevimon- sonrió TK, aprisionando al alado -. Pero con la diferencia de que ya no tengo ocho años, y no puedes engañarme.
Izzy trataba inútilmente de destruir las extrañas plataformas que había instalado Wallace, de antemano sabía que esas cosas eran producto de la avanzada programación de un lenguaje digital que no conocía el equipo de cómputo que en esos momentos utilizaba. En tanto, Sora y Matt trataban de llegar a May.
Wallace miró con descontento la situación. Su prematura demencia había hecho que no se diera cuenta de la tramposa jugada de su 'enemigo', pero no había porqué exaltarse, era mejor así, que todos los elegidos estuvieran reunidos en torno a él… y además, tenía su as bajo la manga.
Vislumbró a Mayumi, quien veía esperanzada la pelea, luego rió tan fuerte, que su risa logró congelar la de los elegidos.
-¿Qué le pasa a ese loco? – Renegó Daisuke, desviando su mirada de Arukerimon para dirigirla al genio norteamericano - ¡Realmente no tiene ni un pelo del muchacho que conocimos en Nueva York!
-SERÁ MEJOR QUE SE DETENGAN, ¿CREEN HABERSE SALIDO CON LA SUYA, NO ES ASÍ? – gritó con una potencia descomunal, ni juntando los pulmones de la Miyako niña con los de Kurumi se lograría tal efecto. – Les demostraré mi verdadero poder… le había dicho a esta niña que vería a sus padres descabezados, pero sería mejor que los padres y los entrometidos vieran morir a este ejemplar de la niñez, ¿no lo creen?
Todos quedaron paralizados, Willis estaba al lado de May y podía quitarle la vida.
-¡Te lo ruego, no le hagas daño! – suplicó Sora, cayendo de rodillas con lágrimas en los ojos.
-Zetaro Ichijouji no terminó su trabajo, pero lo empezó. La semilla que instalé en él hizo mucho bien, pero descubrí que no había sido suficiente. Por eso trabajé arduamente y logré hacer una nueva semilla, una semilla en la que la voluntad propia no existiera, sólo MI voluntad… la llamo la Semilla de las Tinieblas, ¿bonito nombre, no creen?, ahora mismo el ejemplar está en la nuca de esta niña, en forma de código de barras… la voluntad de Mayumi Ishida, su fresca energía juvenil, me pertenece, ¡ES MÍA, y hará resucitar a mis amigos!
Los elegidos no estuvieron seguros de qué fue lo que pasó a continuación, no vieron si Wallace pulsó un botón , o si sucedió por arte de magia, pero alrededor de Mayumi comenzó a emitirse un áurea extraña que desgastaba la voluntad de la niña; era como si su energía se fuera acabando, y eso comenzaba a dolerle.
La niña gimió horrorizada al descubrir el porqué de su sentir debilitado, y vio con horror que toda su energía iba directo a las incubadoras, para empollar a los huevos de los digimons.
-¡NOOO! ¡N-no l-l-lo pe-r-mitir-é! – musitó decidida, no quería caer en las garras de ese sujeto - ¡No te saldrás con la tuya!
E hizo hasta lo imposible por frenar el flujo de energía, realmente no podía hacer mucho… no tenía fuerzas, sólo le quedaba la fe en el fondo de su corazón.
-¡Mayumi! ¡Hija! – gritó Sora.
Matt gruñó, pero no pudo hacer nada más, sentía la mayor impotencia sufrida: estaba ahí, viendo morir a su hija ¡y no podía hacer nada!
Willis susurró.
-Más potencia… más potencia.
May dio un grito desgarrante al sentir que la energía le abandonaba cada vez más.
"Esto no me está poseyendo como la semilla de la oscuridad, debe estar mal hecha, yo puedo oponerme a lo que él pide, ¡tengo qué poder!, le daría mucho dolor a mis padres si muero… y no quiero morir, no quiero morir, tengo miedo".
-¡No vas a matarme! – gritó decidida, instantes después perdió el conocimiento.
Willis rió satisfecho al ver que la mocosa había soltando gran cantidad de energía, a lo mejor seguía con vida, pero poco merecía la pena averiguarlo.
Sora casi se había desvanecido del terror, Matt maldecía por lo bajo mientras en su pecho recordaba la melodía que solía tocarle a TK cuando era niño y estaban en el Digimundo. "No estás muerta May, eso lo sé, me lo dijiste ayer, con esa melodía".
Los demás miraban atónicos cómo la energía salida de May se había vuelto negra al tocar las incubadoras, por ende, los digihuevos. Todo el sitio se llenaba de una mala vibra.
-¡Ellos renacerán! ¡Y juntos recrearemos nuestro mundo! ¡MI MUNDO!
Las incubadoras explotaron con una rapidez asombrosa, ¿tanto poder tenía la energía de un niño?; se formaban figuras horrorosas, los once elegidos presentes (faltaba Mimi, por su reciente maternidad), sintieron un nudo en la garganta.
-Se están formando… - pudo articular Daisuke.
-Todos los digimons que una vez combatieron contra nosotros – terminó Kari, atónita de la impresión.
No estaban naciendo bebés digimon de esos huevos, estaban formándose digimons altamente digievolucionados, desde Etemon hasta Myotismon, desde Devimon hasta los Dark master, se oían sus risas satánicas, y los ecos de sus tenebrosas voces se estacionaban en los cerebros de los elegidos.
-¡No es posible! – clamó Yolei.
-Es muy extraño… que ahora tengan ese aspecto, se supone que los Digimons tienen etapas y…
-Lo que sucede Joe, es que usaron la energía de May al máximo para crecer hasta este tamaño, seguramente manipularon a Willis para hacerlo – opinó Izzy, analizando todavía en su aparato.
-Pero May está bien, ¿cierto Koushiro? – preguntó Takeru, angustiado por su sobrina.
Izumi no respondió, Matt en cambio tomó la palabra.
-Tú sabes Takeru, que May ayer tocó para mí la melodía que solía dedicarte a ti y a mis ratos en el Digimundo…
-Sí, lo comentaste
-¿Qué sentías cuando tenías ocho años y te la tocaba?
Takeru trató de encontrar una palabra adecuada, él sentía realmente muchas cosas cuando oía tocar a su hermano, sin embargo todo lo resumió en lo siguiente:
-Sentía, Esperanza.
-Entonces Takeru, ¡mi hija tiene que estar viva! – se exigió Yamato, notablemente desesperado.
Cody notó que a cada momento las sombras negras se delimitaban mejor. Se llenó de pánico, entre todas esas bestias digitales estaban los polvos que habían herido de muerte a su esposa Hiromi. Respiró hondo y profundo, trató de serenarse, tenía el objetivo de que todos saldrían vivos de ahí, no se perdonaría otra tragedia.
-Hay que… atacar – dijo solemnemente, endureciendo la espada de madera que portaba como arma.
-Si tuviéramos a los digimos, si tuviera a Hawkmon, él digievolucionaría para volar hasta donde está Mayumi – lamentó Miyako.
-Cuando apareció la sombra de Agumon fue en el momento justo. – interrumpió súbitamente Taichi -. Nuestros digimons, no nos abandonarán, ¡los tenemos dentro de nosotros!, y sé que, de alguna manera, podemos traerlos a batallar, de ser necesario.
"¿Por qué justamente están saliendo de esos digihuevos los villanos a los que nos enfrentamos?, no es posible que Wallace tenga razón" reflexionó Izzy "No puede ser que nosotros seamos los culpables de que los digimons hayan perdido su forma, no pudimos nosotros borrarlos de nuestras memorias… ¿por qué retornan los enemigos del pasado?, posiblemente la maldad se haya anexado en polvos digitales en forma de mariposas, esa negatividad se unió y le lavó el cerebro a Willis para que planeara la venganza; lo extraño es que, siendo que olvidamos a todos los digimons, no hemos detectado muchos polvos positivos adjuntos, sólo hemos tenido la oportunidad de haber sido salvados por los datos de nuestros digimons… ¿será entonces que los datos no pueden rondar solos y necesitan de un cuerpo para luego poder materializarse?, yo tengo dentro de mí los datos de Tentomon, por eso mi amigo digital me salvó cuando caí del edificio, asimismo Agumon ayudó a Tai aquella noche… entonces, Willis debe ser el cuerpo que guarda los datos negativos de los digimons… es decir, los datos están dentro de Willis y lo tienen totalmente controlado, pero ahora… ahora él los ha materializado con su astucia e inteligencia… ahora toda esa masa de datos negativos se adjunta de manera separada, con las formas de maldad que debían tener cuando existían. Me sorprende que un ser humano pueda aguatar traer dentro de sí tantos datos de digimons malignos" todo eso lo razonó el portador del conocimiento en un dos por tres, y lo hizo con los ojos cerrados, por eso no notó cuando una de las sombras salidas de un cascarón, terminaba de formarse completamente.
Era Devimon. El terrible primer enemigo, uno de los más significativos para algunos de los elegidos.
Devimon alzó triunfante su enorme figura y casi voló el techo del viejo edificio. De su piel manaba todavía más energía, que se traspasaba a los otros huevos y sombras malignas.
-No… puede ser – dijo Takeru, perdiendo el poco color que todavía tenía en su rostro. Le vino a la mente la muerte de Angemon, y sintió con mucha pena que el esfuerzo que había hecho su mejor amigo había sido vano. Le temblaron los dientes con una furia parecida a cuando se peleó con Ken, años atrás. Había ciertos temas que aún trastornaban al rubio de la esperanza, no importaba que ya tuviera más de 30 años.
Iori comprendió más a Tk al ver el rostro despiadado de Devimon e imaginó la muerte de Angemon enfrente de un Takeru pequeñito e inocente.
Wallace gritó de felicidad.
-¡HOLA! ¡Mírame, soy quien te ha traído! ¡Me perteneces, soy tu amo!
Devimon ignoró a Wallace, y musitó quedamente un extraño poder que los elegidos no habían escuchado antes.
Un viento oscuro rodeó en forma de círculo a los elegidos. El poder lanzado por el digimon no los hirió físicamente, pero los había encerrado en las tinieblas. Todos los adultos sintieron un dolor muy fuerte en el pecho, y no sólo eso, también comenzaron a tener visiones horribles, casi siempre referidas a traumas de la infancia o a torturas hechas a los hijos. No entendían, éste no debía ser el Devimon que ellos conocían, nunca antes había hecho eso.
-¡Nooooo! – chilló Yolei, Ken la abrazó.
-Tranquila, no pasó, lo que estás viendo no existe.
-Pero antes Devimon no hacía eso, ¡no podía jugar así con nuestras mentes! – agregó Sora.
-Sí podía – recordó Tai -. Incluso, si recuerdan, nos tendió una trampa en una mansión que NO existía.
Esas fueron de las pocas palabras que habían podido ser percibidas. Koushiro soñaba con la muerte de su recién nacido y de su enfermiza Osen. Takeru retrocedía el tiempo al día en que había muerto Angemon; Kari viajaba al mundo de la oscuridad; Tai se imaginaba a Hidemi rechazándolo… pero todo eso era una blasfemia inexistente, una mentira tan dolorosa que los tenía encerrados en ese círculo extraño y tenebroso que Devimon había formado.
-Róbales los emblemas – dijo el tenebroso digimon a Wallace.
-¡Por supuesto que sí! – Aseguró Willis, sin darse cuenta de que era él quien ahora estaba siguiendo órdenes –Si ya apareciste tú, mi Terriermon y Lopmon aparecerán pronto.
De nuevo, las tinieblas crecían en sus corazones, los elegidos lamentaban que el mundo digital estuviera lleno de ellas.
Las doradas cejas de Mayumi Ishida se movieron enclenques mientras sus abúlicos ojos garzos se abrían con lentitud. Aún estaba viva, por la esperanza que su padre había puesto en ella, por esa triste melodía que en los viejos tiempos tocaba un hermano para su alejado consanguíneo. Vislumbró los colores tenuemente, frente a ella, pero debajo de su plataforma, había una gran esfera de energía, sombría, de color ceniciento alrededor de sus padres y los demás. Movió la cabeza, alzó el cuello hasta toparse con la silueta tenebrosa de un digimon que ella no recordaba haber visto. Por la descripción hubiera podido inferir quien era, pero se hallaba tan zombi, con tan pocos ánimos, que apenas captaba que se encontraba en peligro. ¿Qué había pasado?, ¿realmente le habían robado la energía?, May dejó caer su cabeza porque no tuvo vigor para sostenerla, ni siquiera podía llorar… sentía como si flotara en la nada, y poco a poco desfallecía más la realidad alrededor de ella.
A sus once años nunca pensó en experimentar lo que estaba viviendo.
-No ha… terminado – pudo murmullar, en bajito, con su encanto de voz paradisíaca.
May no era profetiza, pero ciertamente, no había terminado. Los antiguos niños elegidos no podían terminar así: encerrados en las tinieblas, con visiones terribles que podían eliminarlos.
Las sombras malignas que tomaban formas materiales alentaron el proceso de "crecimiento" o "evolución", probablemente se debió a que la energía de May se había repartido de manera equívoca o sin templanza, de modo que la mayoría de la vitalidad había llegado al digihuevo de Devimon. Wallace observaba bobamente cada uno de los digihuevos ya rotos que se formaban lentamente, ninguno tenía la sombra de su amigo Terriermon, tampoco la de Lopmon, ¿en dónde estaban sus amigos? ¿Por qué no los veía?
Las risas sádicas comenzaron a marearlo, y se tapó los oídos con histeria mientras gritaba el nombre de sus amigos. No le respondían.
Devimon le repitió.
-Róbale los emblemas, date prisa.
Pero Wallace negó con la pesadumbre de un enfermo mental.
-Tengo que encontrarlos – dijo refiriéndose a sus gemelos digimons.
Devimon alzó una de sus garras y le amenazó, pero su acción se vio interrumpida por un fuerte ruido, que provenía de la entrada de la vieja bodega.
Algo se había estrellado en la puerta de entrada, destruyéndola por completo, ese 'algo' era una ruinosa camioneta 'del año del caldo' color carmín. La defensa de la misma se había hecho añicos, pero asimismo parecía haber cumplido su cometido: había destruido la puerta de entrada, que era de hierro reforzado. Era tan vieja la camioneta, que ni siquiera contaba con bolsas de aire para salvar las vidas.
-¿Todos se encuentran bien? – preguntó una voz firme y femenina.
Una invasión de niños salió de la parte trasera de la camioneta.
-Todos por acá estamos bien – respondió un muchachito con googles en la cabeza - ¿Adentro están bien, Tía Mimi?
-Por supuesto – respondió la Tía Mimi.
Mimi Tachikawa era una de los niños elegidos originales. Tenía dentro de ella una pureza viva y verde, que no se desvanecía a pesar de los años que pasaban y pasaban. Bajó de la camioneta con la mayor rapidez que pudo, apoyó su mano en su vientre, le dolía la cicatriz de su reciente cesárea, pero aún así estaba orgullosa de poder estar ahí.
-¡No permitiremos que se salgan con la suya, pase lo que pase! – entonó furiosa, mientras se dedicaba a analizar lo que estaba ocurriendo.
Ella era la mejor amiga de Sora, y ciertamente se había sentido muy mal por no poder haber ido a ayudar a su coetánea… sí, a veces detestaba la violencia y lamentaba tener que pelear, pero siendo adulta, Mimi había comprendido que a veces era necesario. Por eso había decidido unirse a la lucha junto con todos los hijos de los elegidos, ella no podía quedarse atrás por siempre.
Habían llegado en una camioneta roja que le pertenecía a la madre de Hidemi, Mimi la había conducido lo más rápido posible siguiendo las instrucciones de Yuriko Hida, quien sabía en dónde estaba la fábrica en la que estaban luchando los adultos.
-¡Ohh no! – chilló Kurumi, observando el panorama; sus papás y los demás estaban dentro de una esfera negra, y parecían no notar sus presencias - ¡Nuestros papás están en problemas!
-¡Hermana!- gritó Kotaro, distinguiendo a su May en una plataforma, encadenada y desmayada - ¡Hirieron a mi hermana! ¡MAYUMI! ¡Es mi culpa, perdóname! ¡HERMANA!
-La vamos a rescatar – aseguró Seiyuro, dando un salto para evacuar la camioneta. Sus amigos lo imitaron.
Por otra parte, Taiki, Hidemi y Yuriko salieron de la parte delantera del vehículo.
-¡Dios mío! – se asustó Hidemi, no sabía qué estaba ocurriendo, en un solo día había conocido a su hermano, descubierto a su padre y cerraba las circunstancias con algo verdaderamente paranormal.
Taiki fijó su vista en May, luego hizo un paneo con sus ojos hasta visualizar a su padre en medio de una esfera negra y amenazante.
-¡Maldición! – rugió el hombrecito de 11 años.
-¡Ese digimon debe ser Devimon! – opinó Osen Izumi - ¡Tenemos que ayudar a nuestros padres, y a May!
Devimon rió al toparse con más víctimas, Wallace salió de su trance y vio a las nuevas visitas.
-Así que se unen a la lucha, niñitos odiosos… y traen una madrina, la portadora de la Pureza.
-¡Guarda silencio pedazo de insecto! – dijo Ben - ¡Te haremos pagar todas las idioteces que les has hecho a Izzy y a los demás!
-Ah sí, ¿y cómo, mocoso? – rió Wallace, Benjamín no supo cómo responder.
-¡Eso ya lo verás! – respondió su madre Mimi, muy decidida.
Toshiro se incorporó al lado de Mimi, despistadamente le dio el Aro Mágico de Gatomon que protegían.
-¿Cómo lo haremos, tía Mimi?, nos tienen rodeados, Arukerimon y Mummymon están listos para atacarnos, lo mismo que los otros dos digimons que no sé como se llaman. Al fondo se ven sombras, May no tiene conciencia y nuestros padres están atrapados en esa extraña esfera, ¿qué podemos hacer?
-Al menos – respondió la señora Izumi, apresando el Aro mágico entre su puño izquierdo; había subido el brazo a la altura de su pecho -, no pierdas la fe, ¡tenemos que hacerlo!, ¿verdad que sí, Palmon?... salí de casa de los Motomiya y dejé encargado a mi hijito con Makoto y Jun, Tulo me espera, pero no pienso regresar sin haber hecho algo que merezca el orgullo de él hacia mí. ¡La fe nos guiará!... estuve pensando, y esa fue mi conclusión, no quedarme atrás y estar aquí, sea débil o fuerte, estar aquí, con mis amigos, como en los viejos tiempos, como me lo dice el corazón.
El cuerpo de Mimi brilló en un verde intenso que los niños admiraron; seguramente la elegida se había iluminado gracias al Aro Mágico de Tailmon.
"Mimi, ¿cómo me veo?" escuchó Mimi que le decían.
-¡Estás preciosa Lilymon! – admitió Mimi, pero los chicos no vieron a nadie.
"La fe nos guía…" pensó Toshi "Sí. Ella tiene razón".
Así como las sombras se iban perfeccionando cada vez más, una figura verde comenzó a formarse con unos datos que salieron de la esposa de Izzy. Un hada verde, algo transparente, se fue silueteando hasta tomar forma.
-¡Me da tanto gusto verte! – chilló Mimi, si dejar de protegerse vientre con su mano derecha.
-Sabía que me recordarías – sonrió el hadita.
-¡Vamos a luchar! – gritó Mimi, olvidándose de sus dolores, de su cicatriz en el vientre, de su debilidad, de sus mareos, de sus molestias. Debía liberar a sus amigos, a su Koushiro, a Mayumi.
-¡Mamá, no hagas cosas desquiciadas, ¿no ves que son muchos contra ti sola?! – gritó Ben, aterrado de dejarla en peligro. Tanto él como Osen la siguieron mientras Mimi lanzaba el aro de vuelta a las manos pálidas de Toshiro Sugiyama Yagami.
"Cañón de Flor" gritó Lilymon, y perforó el círculo negro que se había formado en torno a los elegidos. "Cañón de flor" repitió el hada, esta vez atacó a Devimon, quien desvió el ataque.
La mayoría de los adultos estaban tirados o hincados en el suelo, los niños corrieron hacia sus padres, menos…
-¡Vamos Kotty, vamos a salvar a Mayumi! – dijo Seiyuro, mientras Yuri le daba la espada de kendo que Cody momentos anteriores le había entregado, ella sabía que a Sei le serviría más que a ella. – La gran pelea que está dando tía Mimi (aunque aún no sé cómo hizo para que apareciera su digimon) está distrayendo al enemigo, nadie presta atención a la plataforma donde yace May.
-… no puedo salvar a mi hermana… - susurró el nene pelirrojo de siete años.
-¡Mayumi tiene plena fe en ti, y no le fallarás! – el hijo mayor de Takeru aferró la mano del colorino y lo arrastró con él. Taiki se dio cuenta de las intenciones de Seiyuro.
-Primo Toshi, cuida a Hidemi, llévala con papá. – rogó al hijo de Kari rápidamente, mientras seguía a Sei y Kotty, ¡él también debía de salvar a su mejor amiga!
-Así será – respondió Toshiro, volteando a ver a Hide, con una tranquila sonrisa que a la chica le pareció demasiado serena.
Los adultos se llenaron de pánico al ver a sus hijos llegar hasta ellos, pero al mismo tiempo se sentían agradecidos.
-¡Kyosuke!, ¿qué hacen aquí? – preguntó Daisuke, poniéndose de pie.
-Vinimos a salvarlos, ¿no está claro?, nosotros también somos parte de esta aventura
-¡Bien hecho!, ¡ése es mi hijo! – sonrió Davis, orgulloso de Kyo.
-¡Hidemi-chan, ¿qué haces aquí?! – se exaltó Tai, al ver a su hija - ¡Le dije a Taiki que te mantuviera a salvo!
-Pero yo le rogué a Taiki que me trajera aquí – dijo Hidemi algo apenada, todo era demasiado extraño.
Zet miró pausadamente a Willis y lo recordó, ése sujeto había estado en el Mar de la Oscuridad con él.
-¡Mimi! – habló Izzy, atónito al ver que su esposa estaba en la lucha, convaleciente, al lado de sus hijos. -¡Aguanta un poco, voy por ti!
-Maldición – gruñó Cody -, me molesta que ese sujeto nos haya puesto en su poder en esa burbuja negra llena de tinieblas, ¿por qué nos mira con esa actitud burlona?, como si fuéramos sus juguetes.
-Así como tía Mimi está luchando, así deberíamos luchar todos – dijo de repente Toshiro -. Ella me dijo que no estaba segura de qué hacer, pero que dejaría que la fe la guiara; el aro mágico que tengo aquí, hizo que ella recordara a su digimon, que habita dentro de sus profundos recuerdos… por eso apareció Lilymon, porque tía Mimi lo pidió con mucho fervor… por eso su emblema ha brillado y ha logrado materializar temporalmente a su digimon – el canelo emitía una tenue luz al mostrar el anillo del compañero digital de su madre.
-¡Por algo esos villanos quieren los emblemas! – agregó Kurumi -, los emblemas son milagrosos y pueden hacer cosas que se consideran hasta imposibles. Quizá con ellos se pueda restaurar ese mundo donde viven todos los monstruos digitales
-¡Le ayudaremos a Mimi, porque dejaremos que la fe nos guíe! – agregó Miyako, muy decidida.
Sí, probablemente era una creencia algo cursi, pero nada era suficientemente cursi para Mimi, eso seguramente debieron pensar los varones elegidos. No es que la fe se logre materializar como algo o exista. La fe es algo que nos mueve a luchar, la fe pueden ser los seres queridos, el mundo en sí, o todo aquello que se cree sin poder comprobarse.
Por eso el pecho de los once elegidos restantes fue invadido por el resplandor que causaban los emblemas y el aro, los datos digitales salieron para materializarse, temporalmente.
A Tai le dio gusto contar con la ayuda de Wargreymon sin la necesidad de estar en peligro de muerte como aconteció en el ataque pasado que había sufrido por culpa de los datos malignos.
-Las esencias de los digimons de nuestros padres son maravillosas – sinceró Yuri Hida con asombro.
-¡A luchar, papá! – agregó Kyo - ¡Acaben con ese Devimon!
-Tenlo por seguro, hijo – respondió Daisuke, que volaba montado en su XV-mon
-Me pregunto si durará lo suficiente… - replicó Doguen -, porque se nota que no durará mucho, los digimons no están totalmente materializados.
-¡No seas pesimista, Doguen-kun! – regañó Kurumi.
"Qué será lo que nos falta, para ser como nuestros padres, me pregunto yo" pensó fugazmente Zet, mientras le echaba porras a sus padres.
Por otra parte, Seiyuro, Taiki y Kotaro estaban tratando de escalar para rescatar a Mayumi. No podían trepar la plataforma de metal, por otra parte allá arriba, junto a May, estaba el demente de Wallace.
Kotty veía con extrañeza la batalla que se formaba frente a él: Su madre montada en un pájaro gigante que lanzaba fuego, su padre arriba de un lobo metálico que gritaba "Aullido explosivo". Era demasiado impresionante, pero al chico no le parecía del todo anormal, era como si una parte de él no estuviera desacostumbrada a ver monstruos en peleas.
-Maldición, así nunca vamos a rescatarla – se quejó Taiki. Caminó en círculos una y otra vez y pateó molesto la plataforma varias veces.
-Eso no servirá – sentenció Sei.
-¡Ya lo sé! – renegó Taiki – pero al menos saco enojo.
-Mhh, buena idea – corrigió el rubio de la esperanza, al ver que la parte de la plataforma que había sido golpeada se había hundido. – Sigue pateando y haciendo orificios, ¡escalaremos por ahí!
Empezaron a lanzar golpes, objetos… Seiyuro, quien había pedido prestada la espada de Yuri, siguió hundiendo el metal, luego comenzó a trepar hasta llegar a la cima de la plataforma; Kotty y Taik lo siguieron.
Wallace veía la pelea mientras se comía las uñas, Devimon estaba siendo derrotado. Desvió su vista a May, y vio que estaba viva.
-¡Estás viva! – le dijo, esperanzado - ¡Es por eso que los demás no han despertado, los has privado de nacer, maldita mocosa!... entonces, podré hacer que nuevamente funcione la Semilla de las Tinieblas, sólo así podré hacer que Terriermon y Lopmon vuelvan a mí…. ¡MUERE!
Activó nuevamente la semilla, May gimió horrorizada mientras más energía salía de ella y se encaminaba a los huevos.
-¡Déjala en paz! – dijo un niño rubio, echándose encima de Wallace inesperadamente con una espada de madera en alto.
-¿De dónde salió ese mocoso? – gritó Willis, tratando de quitarse a Seiyuro de encima - ¿Cómo subiste hasta aquí?
Seiyuro arrebató el control remoto que traía Willis y lo lanzó al aire.
-¡Ahí va!
"Cuerno mortal" gritó un insecto en forma de escarabajo rojo, era MegaKabuterimon, el digimon de Izzy. Lógicamente el control remoto se hizo añicos, la plataforma fue descendiendo.
Taiki y Kotaro llegaron a la cima, May seguía derrochando su energía, los dos corrieron hacia ella mientras Sei lidiaba con Wallace.
-¡Oh, Mayumi! – dijo Taiki, muy consternado – Tranquila, vamos a sacarte de ahí.
-Yo… NO… voy a-a-a morir… - aseguró May, muy débilmente.
-¡Claro que no! – dijo Taiki – Nunca me perdonaría si algo te llegara a pasar.
-Hermana… - musitó Kotaro – Todo es mi culpa, por mi culpa estás así…
-¡Niños, háganse a un lado! – gritó Matt, lo vieron saltar hacia la plataforma.
"Aullido explosivo" dijo el digimon lobo-azulado, y tuvo tal tino, que destruyó el mini caldazo que aprisionaba a Mayumi.
La niña se desvaneció en los brazos de Taiki.
-¡¡Aún sigue emitiendo esa energía!! – le gritó Taik a Matt, quien le asistió desesperado.
Kotaro se sentía inútil. Vio que las sombras se hacían más digimons malos: vampirezas, payasos sádicos, títeres locos, simios de metal, fantasmas, monstruos sin forma, ¡era horrible!, todos esos animalejos estaban quitándole la vida a su única hermana.
Aunque las plataformas seguían descendiendo, Kotty saltó para alcanzar otra cima, en donde estaban algunas de las sombras.
-¡Dejen de hacerle daño a Mayumi! – gritó decidido - ¡Hagan lo que quieran conmigo!
Pateó las sombras, pero las traspasaba porque todavía no se materializaban.
-Kotaro, sal de ahí – dijo Kari, acercándose con Angewomon.
"¡Flecha celestial!" dijo el ángel femenino, pero fue en vano, también traspasó las figuras.
Wallace estaba siendo amenazado por un chico de 13 años que portaba una espada de madera.
-Dense prisa no podré soportar mucho tiempo con este mañoso, ¿está bien Mayumi?
-Mayumi ya no está encadenada, pero sigue dando su energía al enemigo – dijo Taiki.
-¡Pardiez! – renegó Seiyuro, mirando al agresor humano.
La plataforma llegó al suelo, Willis intentó escapar por el otro lado, pero Kyosuke y Toshiro le bloquearon la huída.
-¿Qué te parece?, tres niños al acecho de un malhechor... es lo menos que podemos hacer mientras nuestros padres están batallando – dijo Kyo.
Toshiro preguntó.
-¿Qué estás esperando de todo esto?
Willis sonrió.
-Malditos mocosos, ¿Que si qué espero?, ¿esa es la pregunta?... creen que han ganado, ¿no es así?, pero cuando Terriermon y Lopmon estén conmigo, yo reiré al último.
-Hablas de tus camaradas, supongo – mencionó Sei, sin dejar de apuntar con el arma.
Doguen, Kurumi y Yuri también estaban cerca. Las niñas corrieron hacia Taiki para ayudarlo con May, Doguen había ido por Kotaro.
-Pues estás mal. Tus camaradas digitales no están entre esos digimons, porque tus digimons son seres llenos de alegría y bondad – dijo Toshi -. Mientras veníamos hacia esta bodega tía Mimi nos dijo que recordó que eras un sujeto amable, y que tenías unos gemelos muy lindos como digitales. ¡Pero ellos no están aquí!, los datos de digimon malignos debieron haberte engañado, ¡Date cuenta!
-¡MENTIRA! ¡BLASFEMIA! ¡FALACIA! – gritó Wallace.
-¿Acaso los ves a tu alrededor? ¿Acaso una de esas sombras tiene la forma de tus amigos?
Wallace miró atentamente las formas, como lo aconsejó Kyosuke.
-¿En dónde, en dónde están?
-Están en tus recuerdos, tus amigos digimons están en tu pasado, y no en este presente – dijo Toshiro.
-¡Deja en paz a Mayumi!, libérala, la vas a matar infructuosamente. – pidió Seiyuro, desesperado.
-NO, NO, Ellos lo prometieron, Terriermon vendrá conmigo.
-¡Este sujeto está loco! – declaró Kyosuke.
Kotaro regresó junto con Doguen, se abrió paso entre Sei y Toshi, y le gritó al tipo.
-¡Salva a mi hermana! – rogó, en un descuido de Sei le arrebató la espada de madera.
-Regrésame eso, Kotty.
-No primo Sei, no lo haré – dijo Kotaro, alzó el palo de madera y lo estrelló en el cráneo de Willis con la mayor fuerza posible, Wallace perdió el conocimiento; en ese instante la Semilla de las Tinieblas dejó de brillar en la nuca de May. La conexión estaba rota.
-¡Espero no esté muerto! – gritó Doguen, agachándose para tomarle el pulso.
Kotty se soltó llorando y se acurrucó en Sei.
-Soy muy malo Sei, soy un niño muy malo.
-No seas bobo, ¡eres un niño que acaba de salvar a su hermana! – regañó Seiyuro - ¡Ese sujeto merecía eso!
-¡Está vivo Kotty, no te preocupes! – aclaró Doguen.
-Es muy probable que el tal Wallace haya controlado a May por medio de su propia conciencia, por eso, una vez noqueado, el efecto del rapto de energía cesó.
-¿Por qué tienes que complicarte tanto al hablar? – renegó Kyo.
Toshiro encogió los hombros, miró que más atrás, Yuri, Kurumi-chan y Taiki atendían a Mayumi.
-¡Estúpidos insectos! – gritó Ben, a lo lejos. Él y Osen trataban de cuidar de Mimi - ¡Salgan de ahí, los digimons están a punto de ser materializados!
Los muchachos miraron hacia atrás y del susto sus gritos fueron ahogados. Seiyuro corrió hacia May y Taiki se la acomodó en los hombros para que huyeran. Al parecer la energía robada había sido suficiente como para materializar a todos los seres que faltaban.
-Jejeje, esto será un festín – dijo Demidevimon. Arukerimon y Mummymon llevaban rato nada más viendo, estaban confundidos.
"¿Qué somos realmente nosotros?" se cuestionó la mujer araña "No somos como ellos, ni tampoco somos humanos… somos simples creaciones que no tienen corazón".
Los niños vieron ante sus ojos a Myotismon, Ladydevimon, Puppetmon, Metaletemon… sintieron un miedo terrible.
"Terra nova" gritó desde el techo Wargreymon. Taichi corrió hacia los niños, traía en sus brazos a Hidemi.
-Rápido, salgan de ahí – exigió, y claro que fue obedecido.
-Pero no podemos dejar al tipo – dijo Kyo -, después de todo fue poseído.
-Wargreymon, tráelo.
"Rayos… todos los enemigos al mismo tiempo, si esto sigue así, ocurrirá una desgracia" pensó el primer líder de los elegidos.
Pero para sorpresa de todos, Willis comenzó a convulsionarse… de su cuerpo salió un humo azabache que enroló a todos los digimons malignos….
**Me quitaron la forma adecuada cuando la portadora de la Luz rompió mi digihuevo** dijo una voz tétrica y ronca que atemorizó a todos, especialmente a Toshiro (por sentirla muy familiar) **Pero ahora…**
Todos los digimons malignos comenzaron a formar un tornado misterioso, Osen sintió un terrible dolor en el pecho y se aferró a la mano de Ben, quien la miró atónito, a su vez el Principito estaba agarrado de la ropa de su madre.
-¿Qué está sucediendo? No entiendo nada – dijo Hidemi, abrazada a Tai.
-No te preocupes pequeña, te sacaré ilesa de aquí, tienes mi palabra.
-Gracias papá… aún así, no entiendo…
El remolino negro se fue haciendo cada vez más chico, como si todos los digimons se fusionaran en uno solo… FUSIONARAN… esa palabra vino a la mente de Toshiro Sugiyama Yagami.
-¡La Fusión prohibida! – gritó, cayendo de rodillas.
-¿Qué dices? – preguntó Kyo.
-Recuérdalo Kyosuke, todos ustedes saben qué es la fusión prohibida.
-¿La fusión de los digimons? – preguntó Seiyuro, pero nadie le respondió.
El torbellino se fue diluyendo mientras se abría una entrada dimensional.
-¡Toda esa masa de digimons está abriendo la puerta al Mar de la Oscuridad! – dijo Takeru.
-Abandonan la batalla porque si se enfrentan a nosotros en estos momentos pueden ser derrotados por no estar del todo organizados – creyó Ken.
-Pero seguramente volverán por los emblemas – aseguró Izzy.
**Nos volveremos a ver, niños elegidos… nos volveremos a ver cuando ya tenga bajo mi poder a todo este mundo, y el de ustedes, y así pueda crear un nuevo imperio digital**
Los digimons fueron absorbidos, Arukerimon y Mummymon saltaron a la brecha dimensional sin saber qué hacer…. Los elegidos y sus hijos quedaron en medio de la bodega, con poses de lucha e interrogaciones en la mente.
-¿Y ahora qué haremos? – preguntó Sora.
-¡Los derrotaremos! – rugió Davis.
Los digitales camaradas comenzaron a diluirse. Los que estaban volando descendieron.
-Davis… tengo qué irme – dijo V-mon, cada vez más transparente, había dejado de ser XV-mon segundos anteriores.
-¡No V-mon, acabamos de reunirnos! – Davis mostró su brazo enyesado a su digital - ¿Ves V-mon?, desde hace días que quería verte… ahora todo está más claro, todo está llegando a mí como verdaderos recuerdos, ¡no te vayas!
Cada uno de los elegidos rogó que los digimons camaradas no desaparecieran, pero fue inevitable que eso sucediera. Mayumi estaba ahora en los brazos de Sora, quien veía con alegría que estaba viva y en su regazo.
-Gracias, por salvarme – dijo muy quedito.
-Tienes una fortaleza increíble – admitió Matt –Estamos muy orgullosos de ti.
Le sobó la cabellera dorada, May se durmió en los brazos de su progenitora, Kotty suspiró aliviado de ver a su consanguínea a salvo.
-… después de todo – replicó Izzy con tristeza -, nuestros digimons estuvieron aquí temporalmente para ayudarnos a rescatar a May, nosotros lo sabíamos… en ningún momento nacieron del digihuevo o fueron recreados. Pero te juro Tentomon, que si fue mi culpa que desaparecieras como lo jura Wallace, ¡haré que el Digimundo vuelva a existir!
-Así lo haremos todos – dijo Mimi, llegando hasta su esposo.
-Pero ¿por qué se fueron los digimons a esa dimensión oscura? – preguntó Yuri.
-Probablemente necesitaban organizarse, prácticamente acababan de nacer y nosotros teníamos el control de la batalla – dijo el papá Hida – Lo extraño fue que se adjuntaron en un solo ser…
-En la batalla final del 1999 pasó algo un poco parecido – interrumpió Koushiro, revisando que Mimi estuviera bien – Nos enfrentamos a un digimon que era el producto de todos los digimons que nunca nacieron o que fueron rechazados… o algo así, tengo en la mente esa pelea, peleamos con todos los datos del Digimundo que estaban pasivos o habían sido desplazados… posiblemente, como ahora el Mundo Digital ha dejado de existir, todos los datos en sí son rechazados, y se han unido para vengarse de la humanidad que los borró… ehh, bueno, sólo fue una disparatada deducción; aunque después de esta aventura, estoy viendo los recuerdos con más claridad.
-Tío Izzy, estás hablando de la fusión prohibida, ¿verdad? – indagó Toshiro - ¡Yo estoy seguro de que la fusión prohibida es la causante de todo esto!... pero no puedo recordar qué significa exactamente, todo es borroso.
-Yo también, creo recordar algo – dijo Takeru.
Todos suspiraron enredados entre tantas deducciones que había por hacer.
-Tuve mucho miedo, pensé que moriríamos – sinceró Kurumi.
-No te perturbes por eso, hija – tranquilizó Ken -. No permitiría que te sucediera algo. Además, ya nos vamos de vuelta a casa…
-Mimi debe descansar; Mayumi necesita que la atiendan, perdió mucha energía. Todos estamos muy cansados – dijo Joe – y necesitamos reflexionar lo que ha pasado; realmente ya no merece la pena regañar a los niños por lo que hicieron, sin ellos no hubiéramos podido triunfar.
-Tío Tai, una duda – dijo Toshiro -. Taiki dijo que… ella…
Taichi sonrió y mostró a Hidemi a sus amigos, la niña dejó la palidez por el sonrojo.
-No es el mejor momento pero… les presento a mi hija, Hidemi.
-¡Mucho gusto! – dijo Kari, alegremente, besó la frente de su sobrina, todos comenzaron a saludar a Hidemi con júbilo y naturalidad mientras estaba en los brazos de Tai.
-¡La dama Hidemi es hermana de Taiki! – dijo Seiyuro, con una sonrisa coqueta.
-Órale, sí que se parecen – agregó Kyo.
Taiki sonrió, las cosas le habían salido bien hoy, o al menos eso creía.
-¡Abran paso! – gritó Ben. Él se había quedado atrás. Miraron hacia el hijo de Mimi. Ben y Zetaro cargaban a una desvanecida Osen.
-¡Osen! – gritó Izzy, tomándola en los brazos.
-¿Qué pasó, Benji?
-¿No te diste cuenta, madre? – renegó Ben -, supongo que no, estabas despidiéndote de tu Palmon… lo que sucedió fue que cuando esa cosa rara salió del cuerpo del sujeto loco, se escuchó una voz, ¡esa voz puso muy mal a la Cerebrito!, se comenzó a sentir muy mal, y se desmayó de la impresión… dijo que la voz estaba volviendo o algo así.
Joe, quien estaba revisando a May, se dirigió para checar a Osen.
"Esa voz… esa voz, ¿una vez fui yo?" se dijo Toshiro.
Zetaro seguía en silencio, muy acongojado, vislumbró el sitio y rápidamente apuntó a Willis.
-¡Está convulsionando! – dijo el morado hijo de Yolei y Ken.
Daisuke recordó al norteamericano cuando chico, ahora el adulto ya no estaba poseído, necesitaba atención. Corrió hacia Wallace, se inclinó ante él, pero en ese momento Wallace dejó de temblar. Davis lo revisó.
-Está muerto – dijo, con pesadumbre.
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Fin del capítulo 19
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NOTAS finales DE la AUTORA.- ¡Gracias por terminar de leer este capítulo!, espero no haya quedado tan mal… al final quizá enredé las cosas, pero es que había tantos personajes, y tantas cosas… la manera en la que Tai presentó a Hidemi estuvo fatal, pero ¿qué otra cosa podría hacer?; también apareció una misteriosa VOZ que hizo que Osen se desmayara (supongo que podrán llegar a una deducción sencilla, si recuerdan FP), además aparecieron los digimons y pudieron salvar a Mayumi pero… Emmm, decidí ser malvada y maté a Wallace ;____; créanme que eso no lo tenía planeado, sólo salió así.
¿Qué pasará ahora? ¿Adónde se fueron los digimons? ¿Qué tiene que ver la fusión prohibida con todo el rollo de las memorias borradas? ¿Fue justo que Willis muriera sin ver a Terriermon y Lopmon? ¿Se recuperará May? ¿Por qué se desmayó Osen?... ¿Qué pasará con Hidemi?... hay muchas interrogantes que poco a poco se irán respondiendo, el siguiente capítulo se llamará "La Fusión prohibida" y muy pronto (espero) lo subiré… sigan atentos.
Por favor, no se olviden del comentario. Acepto quejas, sugerencias, y felicitaciones (por supuesto!); todo es bien recibido siempre y cuando no sean flames e infamias por el estilo; todas las opiniones dan ánimo y me ayudan a mejorar.
**¡Lara!, de nuevo feliz cumpleaños. Espero que cumplas 30,003 años más y sigas escribiendo tan precioso como lo haces. Ojalá te haya gustado el capítulo**
¡Gracias y hasta luego!
CC
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