Disclaimer: Los verdaderos potterianos saben todo lo que pertence a JKR, lo que vean de "raro" es mio y eso... no se presta. Lo siento pero yo no soy tan generosa como Jo.
Hola UP's y a los que sois nuevos también si es que hay alguno. FFnet sigue solo en modo lectura así que no sé si va a cargar el capítulo por que no deja enviar rr, lo se. Lo que os voy a dejar aquí son palabras que debería de haber puesto Mahe en resuesta a los rr que hay en su colateral de "Tocando la luna" pero mi hermana se nos ha ido de descanso unos días así queos diré algo por ella, ojala ella os pueda decir algo al respecto otro día, desde cualquier otro sitio.
Abel: Creo que lo que realmente es horrible es la comparación en sí. Ya veo que no sabías nada de lo courrido, si no lees los rrs a otra gente o los mensajes de antes de los capítulos no te enterarías de nada. Pero en fin lo pasado mejor dejarlo atrás. Y bueno a mi al menos no me gustaría que nadie me desprestigiara ni me comparara con nadie más así que mejor dejar las cosas así y no digas esas cosas, cada autora tiene un estilo y no es "ni mejor ni peor" solo diferente, hay mucha gente que le gusta así que supongo que tendrá su punto de interes (aunque yo no lo pienso descubrir) ¿Es mejor mirar la luna acompañado? Pues sí, aunque Mahe me mate a mí no me importaría cambiarme por ella ;)
Kata: Ya veo que te gustó es que Mahe es "única" para estas cosas. Esperemos que se pueda scribir algo más, para todo hay un tiempo ¿no? Gracias.
Sakumino: Creo que me dejarías sonriendo a Mahe ayer cuando al fin leyera tus palabras. Gracias también a tí por leer.
Bueno pues vamos con el segundo capítulo de la historia, no se siquiera que pensáis del primer capi así que igual os pareció un pestiño pero yo sigo fiel a la cita, aunque no ós deje dejar rr si permite lanzar el capi pues aquí estoy yo.
CAPITULO 2: CONFESIONES
-. ¿Y qué harás con Florence?- El nerviosismo se transmitió en su voz sin poder evitarlo. Él se volvió a mirarla y vio la sorpresa que la pregunta le provocó en sus ojos.
-¿Florence?- repitió.- ¿Qué tendría que hacer con ella?- Dijo volviendo al sofá donde ella estaba. Encogió las piernas sujetándosela con los brazos y se inclinó un poco hacia delante. Él volvió a sentarse junto a ella y la miraba intrigado, pero se había decidido, sabía que era ahora o que tal vez no fuera nunca.
-¿Te esperar�? - preguntó impaciente por saber su respuesta. El le sonrió.
-No tiene por qué hacerlo Virginia.- Ella alzó las cejas sorprendida por sus palabras.
-Pero… Pero yo pensaba que¡estabas con ella!- afirmó más exaltada de lo que hubiera querido.
-¿Y qué te hizo pensar eso? Si puede saberse.- Le instó casi divertido. Se sonrojó al ver su expresión.
-Bueno¿te parece poco la actitud tímida y nerviosa del chico de quince años que me reconoció no haberla invitado al baile por vergüenza?- Esta vez la sonrisa le iluminó la cara como pocas veces se le podía ver.- Pensé que no sería tan tonta para dejarte escapar…- Había continuado, pero bajo su mirada escrutadora se sintió enrojecer aún más. No le retiró sus ojos, se limitó a morder su labio inferior, nerviosa.- De entre todas esas víboras ella parecía la única decente- añadió finalmente, ante su silencio, algo más serena.
-¡No insultes a mí Casa Virginia!- Su exclamación la sorprendió pero a pesar de todos sus nervios encontró el modo de salir airosa de su comentario.
-Es a tus compañeras femeninas a quienes insultaba llamándolas así. Se que la mayoría de ellas solo buscaban tu sangre, tu apellido, y todo lo que conlleva.
Lo vio perder la sonrisa y se apenó por hablarle así, pero sabía que aquella era una verdad que él también conocía. Florence había sido la única lo suficientemente decente respecto a él, no como el resto. Esperó un momento para ver si le hablaba pero ante su silencio comprendió que algo habría pasado y de nuevo se animó a preguntar, ahora que se había decidido no podía quedarse en el camino.
-. Lo siento Sev.- Dijo tomándole una mano y apretándosela entre la suya, él no la retiró. -¿Qué paso?- Había mucha curiosidad en su voz. Él adoptó una expresión grave en su cara y mientras jugueteaba nervioso con su mano comenzó a contarle lo que ella esperaba.
-No tuve que esperar al próximo año en Hogwarts. Dos días antes de comenzar aquel curso los Bulstrode organizaron una fiesta… Tú no asististe pues ya estabas en Bélgica con tus abuelos, pendiente de comenzar el curso en Beauxbaston. No había que llevar pareja porque era una fiesta familiar pero… - hizo una pausa- durante uno de los bailes me decidí a invitarla.- Ahora se quedó callado y su impaciencia por saber le hizo alentarlo a seguir contándole.
-¿Y qué más?- interrogó ansiosa mientras él sonrió levemente.
-Acabó como todas las fiestas, con las parejas dispersas por todo el jardín.
-Y la besaste.- Estaba tan nerviosa que ni siquiera podía esperar a que él continuara.
-Si pero…- Ésta vez lo miró pacientemente, estaba nervioso y parecía dudoso de continuar.- Pero no resultó como esperaba- sentenció.
-. ¿Por qué?- preguntó sorprendida. Él suspiró antes de responder.
-Recuerdas la tarde que te conté sobre ella¿verdad?- ahora sí que estaba nervioso, podía sentirlo a través de sus manos. Lo miró risueña y supo que sus ojos hablaban más que ella misma.
-¿Cómo podría olvidarla Sev?- Él fijó la vista en sus ojos y vio la pregunta explícita en los suyos "¿Acaso buscaba aquello que en su día no supo llegar a ver?" El solo pensamiento la hizo sentirse nerviosa.- Estabas apenado por no saber bailar y temías quedar en ridículo con ella por eso. Bueno, por eso y por el 'temido momento del jardín'- Dijo casi divertida, adoptando un tono de rin tintín en sus últimas palabras.
-Virginia…- respondió, y al mirarlo vio el color que afloraba en su cara, igual que aquella tarde. Y no pudo evitar la sonrisa como en aquel entonces.
-Te pedí que me esperaras y al poco volví con una caja de música- En ese momento se sonrió ante su propio recuerdo- Al son de una conocida melodía muggle te enseñé a bailar.
Llegado a éste punto paró. No quería seguir hablando pero por otro lado también lo deseaba. Miró un momento hacia abajo, donde sus manos seguían unidas, donde sentía que él, más que jugar nervioso con ellas, exploraba cada recodo de su palma, llevándole los dedos desde la muñeca hasta la yema de los suyos propios. Un profundo estremecimiento la recorrió ante tal caricia y oyó su suspiro abandonar su pecho en mitad del silencio. Aún no le había dicho nada y sin embargo sus reacciones la delataban.
-. Pero no solo me enseñaste a bailar.
Esas fueron sus únicas palabras al respecto, breve, como siempre, pero claro, y tan solo el pensamiento de lo que ellas conllevaban la hizo sonrojar como nunca en su vida. "¡Ya no eres una niña!" - se espetó a sí misma por su actitud- "Afronta tus decisiones con la cabeza bien en alto". Trató de serenarse y volvió a mirarle, él ni siquiera había dejado de hacerlo en todo el rato.
-. Y no me arrepiento Sev. Pero siempre creí que había robado tu primer beso.
-¿Robado?- Su voz mostraba incredulidad.- No es robado lo que se consiente en entregar.- Ella alzó las cejas sorprendida.- Recuerdo que a mitad del baile posaste levemente tus labios sobre los míos, dejándome en ese momento asombrado.- Virginia vio la luz en sus ojos y su corazón se le aceleró, había tanta emoción en ellos…- Tardé unos segundos en reaccionar pues no esperaba esa actitud en ti.- Ella ladeó la cabeza un poco extrañada, nunca habían vuelto a hablar de aquello así que ahora que lo hacían puso toda su atención a lo que él le decía.- Pero fui yo quién 'inocentmente' preguntó si aquello era un beso, cuando bien sabía que no.
-Suele ser el comienzo- Te respondí. El sonrió y entonces continuo con la misma frase que dijera entonces. Se sentía como si estuviera reviviendo aquel lejano momento.
-¿El comienzo de qué?
-De esto…
Usó el mismo pequeño hilo de voz que usara aquella tardecuando se estrechó contra su cuerpo y lo besó de verdad, pero en este caso las palabras no dieron paso a la acción. Evocado el momento volvió el silencio entre ellos, ambos estaban perdidos en el recuerdo, sus mutuas miradas intensamente unidas y hablando casi con el corazón. No era un silencio incómodo, al contrario. Era un silencio de lo más cómplice. Pero estaba nerviosa y los nervios siempre la hacían hablar. No podía mantener ese silencio por más tiempo, mucho menos cuando sus sentimientos, alentados por la conversación, la impulsaban a lanzarse de nuevo a besarlo como aquella vez. Pero no lo haría hoy, no.
-. ¿Por qué tardamos tantos años en hablar de esto Sev?- Preguntó siendo su voz toda nostalgia.
-Siempre pensé que para ti fue solo un juego.- Dijo apenado y por segunda vez le desvió la mirada. Contuvo la respiración, quería creer que él sentía lo mismo que ella hacia él, pero a pesar de los nervios que ambos se estaban demostrando aún no se atrevía a hacerlo.
-Ninguna chica toma a juego su primer beso, Severus.- Afirmó contundente, sabiendo que le estaba diciendo algo que no esperaba escuchar. Volvió a mirarla, aún más sorprendido, y también su voz sonó así, perdiendo de pronto todo su autocontrol.
-. ¿Cómo has dicho?
-Qué también fue mi primer beso.- Dijo sonriente pero tímidamente por admitirlo.
-¡Pero tú eras mayor! Algún chico en Beaux se habría interesado ya en ti.
-Si claro, pero a ninguno lo dejé llevarme al jardín. Ninguno parecía el indicado.
-¿Y yo sí? – le oyó preguntarle extrañado.
Cerró los ojos, suspiró y afirmó con la cabeza. Sintió como él unía sus manos enlazando sus dedos, pero parecía estar esperando algo más, como ella misma. Hablaban de recuerdos, de tiempos pasados, y tal vez dudara aún si ella evocaba tan solo un recuerdo de adolescente o quedaba algo vivo en su presente.
-. El día que naciste mamá me llevó a verte. Es uno de mis primeros recuerdos Sev, aún ni cumplía dos años. Cuando me acerqué a tu cuna mamá me dijo algo que años después aún recordaba.
-¿Qué te dijo?- Ahora era él el impaciente, curioso por saber que tenía aquello que ver con esto. Le sonrió.
-"Hace años que los Guilmain y los Snape tratan de unir sus familias. Un hijo nacido de esa unión sería muy poderoso; un pura sangre de renombre, con el don de la poción y que al mismo tiempo sería un antiguo. Pero la última vez que ambas familias tuvieron una pareja de hijos que posibilitara esa unión un tonto sombrero quebró nuestra ilusión."
-¿Un sombrero?- Dijo él y Virginia rió con ganas ante su mirada extrañada.
-¡Has hecho la misma pregunta que yo con solo dos años!
-Pero… es que pensé en el sombrero seleccionador que tenemos en Hogwarts.
-¡Aja! Por lo visto todo iba bien entre ellos hasta que el orgulloso Gryffindor se negó a unirse a la chica Slytherin.
-¿Por eso te enviaron a Beauxbaston?- Preguntó tras un momento de silencio.
-Si.
-Tu Atrê fue el de los valientes, hubieras sido Gryffindor en Hogwarts.
-Supongo que ese fue el razonamiento de mis padres, pero…
-¿Pero qué? - La exhortó anhelante. Ahora sí podía percibir sus sentimientos, lo antiguo se los transmitía fuerte y claro a pesar de no estar totalmente recuperada. Volvió a morder su labio nerviosa, había llegado el momento.
-Pero ni siquiera los años y la distancia han logrado matar mis sentimientos hacia ti. No creo que el nombre de un fundador lo hubiera hecho Sev.
Sintió como todo su cuerpo se tensaba y sin embargo le transmitió una oleada de calor que confirmaba sus sentimientos hacia ella. Había dado el paso, un paso en su vida que hacía tiempo anhelaba y que él parecía no atreverse a dar. Lo miró fijamente, entre las penumbras de la habitación, esperando una respuesta de su parte, pero tras un breve silencio él la sorprendió con una pregunta.
-. ¿Hubiera sido posible?- dijo tristemente.
Ella enarcó las cejas, "¿Por qué le hablaba en pasado cuando ella se refirió al presente?. ¿Y por qué tanta tristeza?" Se exasperó. "¿Qué ni aún mostrándoselo claramente vería lo que tenía delante?"
-. La verdadera pregunta sería… ¿Es posible hoy?
Tembló ante su reacción. Inesperadamente soltó su mano y, levantándose del sofá se alejó de ella. Sensaciones contradictorias invadieron todo su ser, mente, cuerpo, alma… "¿Por qué rechazas lo que tu corazón me grita Sev?" Parado frente a la chimenea podía percibir su lucha interior. Poniéndose en pie se acercó a él y colocándole su mano en la espalda sintió todo el amor que emanaba de su corazón.
"¿Por qué viniste?. ¿Qué lograste así? Ahora los dos sufriréis" - Oyó una voz en su mente- "¿Estás loco?. ¿En qué pensabas? Claro, ese fue el problema¡que no pensaste! Ni siquiera en ella" – Un suspiro entrecortado escapó de sus labios- "Vete antes de que sea demasiado tarde" "No tiene remedio, ya lo es!" - se respondió mentalmente a sí mismo.
-. Puedes eludir mi pregunta Severus; puedes negarte a ti mismo lo que sientes aunque no comprenda el por qué lo haces pero… la poción ha hecho efecto ya y no me podrás negar lo que lo antiguo me transmite, porque sabes que ésa es la única verdad. – Intentaba mostrarse serena pero su corazón le latía tan acelerado como bajo su mano lo hacía el de él.
El silencio esta vez fue eterno y por un momento el acumulo de sentimientos la llevó a pensar si no debería evaluarlo pues había algo extraño que no lograba comprender. "Aún no tienes poder suficiente para hacerlo" – le recordó su conciencia- "Además es Sev, y ahora tienes su corazón en la mano. ¿Acaso te importa algo más?"
-. No lo puedo negar, te amo Virginia, y hace tiempo que lo sé- El corazón le dio un vuelco de alegría al escucharlo, por fin se decidía a abrirle su corazón.- Pero nunca pensé que me llegaras a corresponder.- Alentada por sus palabras se acercó aún más y lo abrazó por la espalda. El mantuvo su postura.
-Entonces, aún es posible.- Dijo poniendo en ello todo su corazón. De nuevo volvió la angustia a él y sintió como se esforzaba en luchar contra sus sentimientos. Su propia sonrisa le murió en los labios ante aquellas sensaciones.
-No Virginia, ya ¡no!- Triste, pero seria y segura fue como escuchó su voz. Se le hizo un nudo en la garganta y casi se le paró el corazón. "¿Por qué?" se gritó interiormente mientras su respiración se aceleraba de nuevo alentada por la desazón. Lentamente se separó de él.
-No comprendo- Dijo abatida, moviendo la cabeza hacia los lados, en un mudo intento de negarse a sí misma aquello.
-Ayer hubiera sido posible.- Sintió todo el dolor que el puso en sus palabras, había algo que lo hacía renunciar pero no sabía el qué. El siempre fue bueno ocultándole cosas, algunas incluso que ni lo antiguo lograba llegar a descifrar, y ahora mismo no sabía qué lo hacía pensar así.- De haber sabido de tu amor hubiera esperado por el Ministerio. Tres, cinco, diez años… no hubiera sido tiempo de poder pasarlos junto a ti.
-¡No me importa lo que tardes en lograr tu poción! No será eso lo que me separe de ti- añadió más calmada. Estaba dispuesta a esperarlo aún sin saber de su amor, cómo no lo haría ahora.
Sus palabras le hicieron estremecerse, su insistencia hacía que su fortaleza cayera cada vez más, aunque no podía evitar esa gran lucha interna entre corazón y mente. Suspiró.
-. No es una poción lo que nos aleja Virginia, sino un pacto-Aclaró finalmente. Tembló al oír aquella afirmación, él aún le daba la espalda, mirando al fuego crepitar, y no podía verle la expresión de su cara.
-¿Un pacto? Qué... ¿qué tipo de pacto?- le preguntó temerosa. Tampoco ahora se movió y al final la hizo perder la paciencia.- ¡Mírame Severus!. ¡No te me ocultes más!- Lentamente lo vio girarse pero no la miró, le agachó la mirada sin querer enfrentarla. Aún así sus ojos no brillaban emocionados como siempre que hablaba de su trabajo y sin embargo reflejaban una gran tristeza, igual que su cara.
-Todo Maestro pide un pacto antes de admitir al alumno- dijo sin mirarla- A mí me pidieron que trabaje para él. No creo que me deje volver…
"No a una vida normal y decente" -se añadió mentalmente.
"Solo es tiempo y espacio Virginia, nada que dos magos adultos no puedan superar" -pensó ella misma, por un momento temió que su pacto fuera algo insalvable entre ellos dos. Algo más tranquila se acercó de nuevo a él.
-. Entonces, acabaré la academia y te buscaré.
-. ¡NO!- Alzó los ojos, fijo la vista en ella y la tomó fuertemente de los hombros. – No dejaré que desperdicies tu vida Virginia. – Había determinación en su voz pero seguía sin comprender sus palabras. "¿Desperdiciar mi vida?" -se preguntó. Cuando él aligeró la presión de sus manos ella aún estaba algo sorprendida de esa reacción.
-Igualmente la desperdiciaré si no la puedo vivir junto a ti.
No pudo evitar que sus palabras le vencieran al fin. El amor que le estaba mostrando lo había deseado durante años, tanto o más como siempre deseó su sueño de ser Master y ahora que lo tenía debía de renunciar a él. Desesperado, falto de consuelo por tanto luchar contra sus sentimientos, se rindió. La atrajo hacia sí y la abrazó fuertemente, estrechándola contra su pecho. Ella le correspondió ansiosa, ambos estaban temblando. Acarició su pelo y agachando un poco la cabeza le susurró al oído su pena.
-. Lo siento Virginia, pero nada bueno te podré ofrecer al alba. -Ella suspiró refugiada en su cuello y su abrazo, él no quería hablar del futuro pero aún le quedaba un presente entre sus manos y no estaba dispuesta a desaprovecharlo.
-Entonces, regálame esta noche, Sev – Susurró a su vez, segura de lo que le pedía.- Podemos añorar toda nuestra vida lo que pudo haber sido o recordar lo que al menos un día permitimos que fuese.
Se separó un poco y la miró. En sus ojos vio el deseo reprimido y fue todo lo que necesitó. Se estrechó contra su cuerpo y sin aviso previo lo besó. No con el tímido y frágil beso de su adolescencia sino con un beso firme y seguro, sin ningún atisbo de duda, un beso tan apasionado que no dejaba más opción que la mutua entrega, no al menos para un corazón igualmente enamorado. Hizo un poco de presión en sus labios buscando su respuesta, lo sintió relajarse y por fin la correspondió. Se perdió en sus besos y sus caricias y cuando delicadamente la retiró su cuerpo mismo se negaba a la separación agitado como estaba.
-. No quiero dañarte Virginia- Le dijo entre respiraciones entrecortadas.
-¿Y cómo puede dañarme tu amor?- respondió en un suspiro.- Ven.-Le pidiócon una sonrisa, mientras tomaba su mano y comenzaba a guiarlo por el salón.
A ver por si alguien se ha quedado a cuadros con lo de Florence... Recordad que Berta dice en CdF en el pensadero de Dumbledore que alguien le echó una maldición por verlo con una tal Florence! Claro la idea parte de ese pensamiento del director pero bueno yo lo he amoldado a mi historia cambiando estos hechos por un año más tarde (por la edad! para que todo me cuadre!) y suponiendo que al que ella vio fue a Snape! Vamos que necesitaba el nombre de una chica Slytherin de aquella época. Pues nada ahí me basé y es uin poco liosos por que utilizo un hecho de los libros oficiales aunque realmente en mi historia correspondería a un año después.
Esto está encaminado, mañana el tercer capítulo y recordad! El cuarto aún se está escribiendo.
