Disclaimer: Lalalalala. Se me da peor cantar que escribir en serio. Pero es que esto es repetir la misma canción todos los días así que supongo que a base de cantarla aprenderé a no desafinar¿verdad?

Hola a todos, sigo siendo Nigriv, no se si la historia está gustando o no por que hay poquitos comentarios al respecto, espero que con eso de que advertí que era romantica no os echaráis atrás en la lectura. Bien hoy tengo unos cuantos de rr que responder pero casi todos son de "El único que Regresó" que han entrado entre ayer y hoy y aún me da tiempo de deciros algo al respecto desde aquí. Espero que los leáis:

Sakumino: Tus palabras si perteneces a HdM, o sea a este fic del primer capítulo entró después de lanzar el segundo por eso te respondo aquí a los dos. Como decías en tu segundo rr el colateral empieza a tomar forma en el segundo capítulo, la pena es que este es el último que hay hecho y me queda un cuarto por hacer pero... llevo como 6 meses ya intentando sacarlo de mi mente y la musa aún se niega a escribirlo. Me paso igual cuando comencé a hacer este colateral con el capítulo que vas a leer hoy. No se por que pero me atranco en algunas escenas que aunque las veo muy claras me da pánico contarlas. Se que no te gusta demasiado Snape pero cuando lo elejí para MA y para UP no era solo por que me encantara el personaje (que lo reconozco, casi lo tengo a la altura de los merodeadores, y ahora llegan los sirusianos y me lanzan un avada sin compasión:s ) sino por que también pienso que es alguien que puede dar mucho juego incluso en los libros oficiales. Siento decir que aunque la historia acaba aquí le falta un capi pero no por ello va a quedar inconclusa, cuando al fin saque el otro capitulo vereis el por qué, al fin y al cabo este colateral era para contar el por que de la historia y procedencia de Mahe Guilmain. Espero que te siga gustando y gracias por dejarnos rr desde que te animaste no faltas ni uno. Muchas gracias.

sa: BIENVENIDA a la lectura¿Desde cuando te escondías leyendo sin dejarnos saber que te tenemos ahí y mucho más cerca de lo que pensabámos? Me alegro que lo leído en otro rr te animara a dejarnos unas palabras. En fin como decías pues te mandé un mail, espero tu respuesta ¿vale? Dices que te gustan mis historias pero no te había visto por ninguna así que ni siquiera sé cuales te has leído, a ver si hablamos algún día. Y mientras muchísimas gracias por leer. Vaya yo pensaba que Córdoba era un pañuelo pero parece que la red también lo es. No me extraña que estuvieras liada ya se yo como son los examenes en nuestra carrera ¿Vas de catas? Jajaja, espero que no leas doble cuando veas este rr. Cuidate.

Seika: Creo que a tí fue a la que más se te extraño Sirusiana, pensaba que no era normal que justo tú no fueras a leer la historia de "El único que regresó", casi no lo podía creer!. ¿Sabes a nosotras también nos da la sensación de que hayan pasado años! Y es que más de tres meses junto a vosotros es algo que engancha tanto como nuestra historia a vosotros. Te mande mail, espero tu respuesta. Y bueno ya sabes, sobre HH aún hay que esperar, Mahe y yo lo sentimos por vosotros los lectores pero casi es mejor avisaros que habrá continuación aunque tardemos en publicarla para que al menos lo tengaís en cuenta. Como ya dijimos tenemos muchas cosas que cuadrar y algo "tan grande" no es facil de empezar a publicar si no está todo controlado al máximo. Por eso UP no tenía errores por que estaba todo muy controlado y aun así... alguno que otro se puede decir que se nos coló, menos mal que sabemos como arreglarlos:) Gracias por sacar un ratito para leer en medio de tanto agobio y trabajo muggle, se agradece de todo corazón, de verdad. Besos.

BarbyBalck: Eres un encanto! Muchas gracias por tus palabras incluso para el recuerdo. Bien el colateral de Sirius lo suelo abreviar como "EUQR" aunque no hay manera de pronunciarlo ¿verdad? Oye una cosita, tu mail salió sin el servidor (las cosas que hace ffnet que no identifica en rr direcciones web ni e-mail) si quieres puedes enviarme tu dirección al mail que consta en el perfil de las guilmain (realmente es el unico que utilizo casi más que el mío propio) o decirnos en un rr si es hotmail, iespana, yahoo... En fin el servidor que sea ¿vale? Te gustó más el último capítulo... AY! es que para mí el primero y el último son los estrellas basicamente, pero no me pude resitir a contar el capítulo con Remus. Mi lobito... Y oye que yo no me saco ningún titulo de inglés y no lo domino pero al menos me da para leer a JKR así que pasa el mail que el 17 estamos ya intentando desvelar pistas y comentando cosas! Que por lo menos yo con OdF cuando la leí en ingles la pasé fatal al no poder comentar con nadie por que en comprensión voy bien pero para escribir en ingles en un foro me puedo morir, así que podemos comentar ideas y cosas cuando leamos. Que guay¿Cómo que me ves en algún otro fics? Yo espero que tarde o temprano leas este rr... ¿Ahora te vas a dejar atrás un colateral que puede tener importancia para HH? Espero que no. Cuidate mucho y espero tu respuesta.

Bueno chicas voy a subir el tercer y último capitulo delcolateral, al menos hasta que el cuarto y último realmente esté acabadoPero quiero adveritiros de que me he cargado mi mimado! (Se supone que este colateral iba a ser un mimado pero no quedó tan bien como quería) De todos antes de publicarlo Mahe lo leyó y le dio el visto bueno pero aún así no lo tengo claro, no es lo que tenía en mente. Pero es cierto que no podía ni puedo hacerlo mejor, es que cada vez que me pongo en la situación la paso fatal, tanto que ya no doy de más y por eso lo dejé así y esperé para hacer el dichoso capítulo que aún se me atranca. Así que con toda mi pena por no saber contaros el final de la historia como realmente la imaginé pues ahí va... De todos modos me encanta, espero que a vosotros también os guste.


CAPITULO 3: UN NUEVO ADIÓS

Se prodigaron palabras de amor entre besos y caricias y fue dulce y apasionado con ella, como siempre pensó que sería bajo su dura coraza. Pero más que amarse fue él quién la amó, pues cada vez que intentaba participar, volverse activa en el juego, él retenía sus manos, firme pero delicadamente, alegando que aún estaba débil, cuando ya no era verdad. Apenas si lo dejó tocarlo cuando era lo que más deseaba en el mundo. Podía contener sus gestos a base de besos, o retener sus manos y su cuerpo tiernamente, obligándola a dejarse hacer, pero había algo que por mucho que intentara no podría retener. Cuando sintió próximo el momento algo la impulsó; cerró los ojos, se concentró y dejó que la energía la invadiera, arrastrándolo así con ella. Nunca había usado de ese modo lo antiguo y sin embargo el propio poder la había alentado a concentrarlo, "el por qué" fue algo después que lo supo. Antes de caer agotados él le sonrió y acariciando su cara le dijo con una mirada iluminada.

-. No podías estarte quieta¿verdad?
-¿Acaso el amor puede hacerlo?- fue lo último que le dijo.

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Cayó rendida entre sus brazos, en el más dulce y profundo de los sueños y sin embargo, cuando despertó, supo que no debía de haber durado mucho. Aún quedaban un par de horas para el alba. Despertar entre sus brazos hizo que sintiera su corazón como embriagado por el mejor de los vinos y supo que solo ahora podía sentirse plena. Tras años de amarlo en silencio al fin había logrado que él abriera su corazón. Apoyada en su codo derecho se irguió cuidadosamente para admirarlo. La tristeza al recordar que en apenas unas horas partiría le invadió el alma y sin poder evitarlo una lágrima solitaria se deslizó por su cara.

Tiernamente le posó la mano izquierda en su pecho desnudo, firme, sin vello, y sintió latir su corazón. La noche anterior ni siquiera advirtió que él no se había despojado totalmente de esa camisa de seda blanca que desde niño gustaba de usar bajo sus ropas. Pero cómo notarlo si él la había retenido y no le había permitido explorarlo y disfrutarlo como ella quería. Deslizó cuidadosamente su mano, desde la base del cuello hacia abajo, siguiendo con sus dedos la línea media de su cuerpo, al llegar a su vientre abrió su palma y la deslizó hacia su costado, deleitándose en sus abdominales. Cuando lo sintió estremecer ella misma contuvo su respiración, no quería despertarlo, "no aún" – pensó sonriente. Quería disfrutar un poco más de la paz que se reflejaba en su rostro: de ese cuerpo que de más joven había admirado en silencio, en momentos cómo éste, tan similares y sin embargo tan distintos; cuando algunas tardes de verano se quedaban dormidos charlando sobre el césped de los jardines de casa. Entonces, cuando ella despertaba, casi siempre antes que él, lo veía así, casi como ahora, su camisa blanca abierta pero sobre el pantalón negro, siempre negro, dejándole ver el torso. Suspiró ante sus recuerdos, más de una vez lo había acariciado a escondidas, tan suave y ligeramente como las yemas de sus dedos le permitían, siempre con esa sensación, mezcla de miedo y placer, al robar aquellas caricias a un ser amado que, ignorante de los sentimientos que le producía, dormía confiado junto a ella. Sabía por experiencia que, si ponía el debido cuidado él no despertaría y podría acariciarlo a placer, como años atrás.

Recorrió su torso, su abdomen, subió y bajó repetidas veces por él, perdida en la sensación de sus propias caricias. Delineó la forma de sus hombros, ahora fuertes, y dejó deslizar su mano por la clavícula hasta llegar al cuello. Y tuvo que resistirse, sabía de su sensibilidad, y no quería despertarlo, todavía no. Con una sonrisa burlona se inclinó un poco más sobre él y, metiendo los dedos bajo la manga derecha de su camisa, acarició tiernamente la parte interna de su antebrazo, esa zona donde la piel, más delicada y sensible tiene tanta capacidad para aceptar mimos y caricias, incluso involuntariamente. Él volvió a estremecerse y pausadamente retiró su mano. No importaba ya que él despertara y la encontrara acariciándolo, hoy no eran, como antaño, caricias robadas sin saber de su consentimiento, pero aún quería disfrutar un poco más, antes de tocarle aquellos puntos que sabía le harían despertar sorprendido, seguramente apabullado por su propia reacción, sin saber verdaderamente si era un sueño o una realidad lo que la provocaba.

Retiró la mano de su brazo derecho y se dedicó al izquierdo, comenzando a delinearlo desde la muñeca hacia el codo, por la parte externa, esa que en cualquier otro estaría más curtida por el sol, pero no en él quien nunca usaba nada que dejara ni siquiera entrever un ápice de su piel más de el necesario. Tan solo con ella, en los veranos de su adolescencia parecía permitirse el lujo de abandonar esos hábitos. "¿Timidez?. ¿Inseguridad?. ¿Desagrado de su propio cuerpo?" Nunca había entendido aquella actitud en él, todos los adolescentes pasaban en algún momento por eso, ella misma lo sufrió antes y seguramente más intensamente que él, pero el siempre pareció avergonzado y aún hoy escondía con túnicas esas formas que otro se hubiera jactado en mostrar. Aún así no podía reprocharle esa actitud, no cuando le habían brindado el lujo de saber que sólo con ella se permitía bajar la guardia, derribar sus propios miedos y muros de inseguridad. Dejó deslizar su mano al interior del antebrazo, como antes, deleitándose en la fina textura de la piel, desde el codo a la…

-. ¡Pero qué…!

Una rugosidad desagradable al tacto la interrumpió a mitad de camino. Un fuerte latigazo de lo antiguo la alertó y sin embargo cerró su mente a una verdad tangible e inesperada a la vez que retiraba su mano de él urgentemente. Silencio. Silencio de alcoba pero no de mente. Su corazón se aceleró como el vuelo de una snitch y asustada se sentó en la cama, dándole la espalda. Unos minutos después volteó hacia él, su cara antes relajada ahora se le mostraba tensa, incluso aún cuando estaba dormido. El temor a confirmar su miedo la atenazó y cuando cogió su brazo entre sus manos todo su cuerpo tembló. Con sumo cuidado tomó la manga de la camisa y la retiró hacia el codo; apenas una pequeña mirada y tuvo que cerrar sus ojos ante la visión. Si alguna vez pensó que existía la felicidad en éste momento supo que nunca más llegaría a sentirla.

Lentamente se levantó de la cama, tomó su bata y cubrió su desnudez mientras se alejaba de él, perdida en una especie de inconsciencia reparadora, entre la cual, su mente debió de realizar el hechizo invocador pues, sin que sus labios hubieran pronunciado palabra, se encontró guardando su arma en el cinturón que afianzaba su delicada bata de satén. No miró atrás, salió al salón y de ahí al balcón. El tórrido aire de septiembre impactó en su cara y su cuerpo haciendo que se estremeciera de frío. Necesitaba aire que respirar, pero la helada que precede al alba no logró ensanchar sus pulmones reprimidos por la angustia, aunque sí que le arrebató la sensación de irrealidad que su mente había creado para salvaguardarla haciéndole ver que su peor miedo había tomado forma.

Se acercó al borde de la terraza y se inclinó a mirar; siete pisos de caída, un vacío negro que se abría a sus ojos, tan profundo y oscuro como el que ahora mismo sentía en todo su ser. Se mareó, sabía que no era debido a la altura, algo que nunca le asustó, pero sentía como si algo la atrajera hacia abajo y tuvo la necesidad de dejarse caer, de cerrar los ojos y olvidar este mundo. Cuando retomó conciencia sus manos se asían fuertemente a la barandilla, nudillos blancos por la fuerza de retención, dedos doloridos por el frío, todo su cuerpo temblando. Le hubiera gustado decir que era debido al clima pero no podía seguir engañándose... Él llevaba la marca.

Entre amargura, dolor y resentimiento todo lo ocurrido desde aquella tarde volvió claramente a su mente: todas esas veces que durante el ataque había pensado en él; su presencia en el portal de la casa justo al llegar; esa mirada trastornada y su lucha interna, aquella que horas antes no había llegado a comprender. Ahora todo estaba claro, demasiado. Y por mucho que aquel que aún yacía en su lecho fuera Severus, su querido Sev, la verdad no era otra sino que había un mortifago en su cama.

Sintió el llanto aflorar a sus ojos de solo recordar cuantas veces temió aquello durante sus dos últimos años en Hogwarts, y cómo se sintió aliviada cuando, al graduarse, marchó tras su sueño pensando que tal vez eso lo alejara de Malfoy y de su influencia. Siempre trató de hacerle ver que su atracción por las Artes no era recomendable, incluso aquella misma noche le había repetido sus miedos cuando esa maldita señal ya estaba marcada en él. Limpió sus lágrimas rabiosa y se abrazó a sí misma fuertemente, como si eso pudiera evitar su mayor problema. "¿Y ahora qué?"

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Cuando despertó su primera reacción, aún somnoliento, fue buscar su cuerpo junto al de él. El vacío en la cama lo desconcertó y rápidamente abrió los ojos angustiado, sabía que no lo había soñado, no esta vez. La cama y su aroma le dijeron que había sido realidad.

Se irguió un poco con la esperanza de encontrarla sentada al escritorio, observándolo dormir, y apoyó el peso de su cuerpo sobre las palmas de sus manos, situadas a ambos lados de sus caderas. La manga de su camisa, hasta entonces replegada, descendió lentamente por su brazo y, antes de mirar siquiera, el leve roce de la tela lo hizo comprender. Un chasquido resonó en su interior al tiempo que se quedaba sin respiración e inconscientemente dejó caer su cuerpo hacia el lado de la cama que ella ocupara, dejando que su cara se enterrara en la almohada.

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Lo antiguo la alertó, percibió sus movimientos desde el mismo instante en que abrió los ojos, y como si pudiera verlo, lo sintió abandonar el lecho y vestirse. Debería de haberse desaparecido en aquel momento, cuando tuvo oportunidad, pero ¡no, justo ahora parecía decidido a dar la cara. Antes de que pusiera un pie en la terraza le habló.

-. ¡Ni te me acerques!

Le espetó sin más. Por un momento supo que detenía sus pasos y sintió la duda que lo embargaba. Entonces volvió a avanzar hacia ella.

-.He dicho¡QUE NO DES UN PASO MÁS! – le gritó volteándose rápidamente y enarbolando su varita hacia él.

Quiso eludir su mirada y no pudo. No había miedo en sus ojos pero sus pupilas estaban más oscurecidas que nunca y una tristeza infinita apareció en ellas al encontrarse con las suyas, las cuales sabía demasiado bien que irradiaban su furia. Durante eternos segundos permaneció en pie, ante ella y su amenaza, perdido en su mirada sin dar muestras de reacción. Silencio… Luego su vista descendió hasta la mano que empuñaba la varita, la miró un instante y volviendo a fijarse en sus ojos habló.

-. ¿Es esto necesario?- preguntó, voz triste y profundamente abatida que sólo logró enojarla más.
-SI, cuando hay un mortifago ante mí.- gritó. El cerró los ojos e inspiró profundamente. "¿Dolido?. ¡Más lo estoy yo!" – pensó mientras cerraba su mente a toda sensación que fuera a transmitirle.- Deberías de haber desaparecido cuando te di la ocasión.
-No sin explicart…
-. ¿Explicarme?- lo interrumpió.- ¡Tus actos no tienen explicación!
-Ayer no tenía nada que perder.
-¿Nada?- preguntó casi exaltada por su propia infravaloración.- ¡Has vendido tu alma por una poción!
-Y he perdido tu amor.- Dijo resignado, como si eso le doliese más. La furia la inundó y en un par de pasos firmes se le acercó poniendo su varita bajo su barbilla y respondiéndole con toda frialdad.
-Mi amor yació anoche entre mis brazos y antes del alba murió.- Su mano firme mantenía el arma amenazante cuando internamente no se sentía más que temblar pues no tenía ni idea de cómo afrontar esa situación.- Has sentenciado a nuestras familias Snape, pues nadie de mi sangre se unirá ya nunca a la tuya, lo juro.
-Sabía que dirías eso.- Respondió con un suspiro, ajeno a su actitud y su amenaza, simplemente perdido en su mirada, con la misma confianza de siempre, como si nada hubiese cambiado entre ellos.

Para él seguían siendo dos amigos, para ella… La terraza era ahora un campo de batalla donde un mortifago y una aurora se enfrentaban, un duelo prolongación de la noche anterior cuyo fin nunca hubiera podido intuir. Tomó con más fuerza el arma y la hundió en su garganta haciéndole alzar la cabeza. Quería mostrarle su enojo y no hallaba el modo de hacerlo, no con su mirada, no con sus palabras y esa actitud confiada hacia ella. No podía enfrentarse a él si seguía así, tenía que provocarlo, hacerlo reaccionar para así poder descargar en él toda la rabia, la frustración y la impotencia que le había producido.

-. Podría entregarte…- Lo vio tragar saliva lentamente antes de responderle y el efecto al tener el cuello alzado hacia ella le resultó inaguantable.
-Lo sé- dijo simplemente. Y de nuevo volvió a sentirse exasperada ante el hecho de que ni aún así él le mostrara temor.
-Debería entregarte…- Añadió esta vez casi en un susurro.
-Hazlo. No me opondré. No alzaré mi varita ante ti Virginia, ni ahora ni…
-¡CÁLLATE! – le espetó sintiendo su varita temblar en su mano, perdiendo ante sus palabras la poca firmeza que tan duro le había resultado mantener.

Muy despacio, como a cámara lente, alzó su mano y le tomó la muñeca con la que empuñaba la varita. El contacto con él le resultó electrizante pero aún se sintió peor cuando vio aquella expresión decidida en sus ojos.

-. Ninguna marca cambiará la que tu dejaste en mi corazón.- Le dijo seguro de sí mismo, haciéndola retirar su varita de él.

Y ya no pudo resistirse más. De un leve tirón retiró su mano pero ésta vez bajó su arma. Durante unos segundos interminables se miraron a los ojos, en silencio, y al fin se decidió.

-. Vete, - le dijo apenada.- Consigue el sueño que tanto te costó- añadió desviando su mirada- Pero nunca más te cruces en mi camino pues, una vez te marches hoy, solo el mortifago quedará para mí.- Suspiró, cerró los ojos y se volvió dándole la espalda.
-Espero que algún día me perdones- le dijo mientras avanzaba hacia el salón.- Y cuídate.- También ella cerró sus ojos, intentando así ocultar su marcha. Un inaudible murmullo murió en sus labios.
-Y tú también, Sev.

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Cuando se giró supo que aquel era el adiós más doloroso de su vida y se negó a decir las palabras en voz alta. Nunca debió de venir. Su corazón quedaba atrás, igual que su anterior vida, sabía que sería así desde el momento en que aceptó, pero nunca pensó las consecuencias de ésta despedida; cuando decidió venir pensaba que lo peor que podía ocurrir esa noche es que ella descubriera su secreto, pero eso no le pareció nada comparado con lo acontecido. Sabía que le había roto el corazón y, a pesar de todo su amor, nunca debió permitirse el entregarse a ella, esto no hubiera pasado.

Ya junto a la puerta algo llamó su atención, a la derecha, sobre un mueble bajito de la entrada la distinguió. Se acercó a ella con admiración, pasó su mano por la delicada tapa y al roce una delicada lágrima contenida se deslizó por su cara. Destapó la caja y con los primeros acordes abandonó la casa. La puerta cerrada le hizo más consciente de todo lo que dejaba atrás y antes de abandonar el pasillo percibió su reacción. Los muros temblaron y una oleada de energía lo atravesó transmitiéndole la ira que le habían mostrado poco antes sus ojos. "Demasiado tarde para volver atrás"

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Cerró los ojos y abrió su mente. Durante los últimos minutos había bloqueado voluntariamente su poder en un vano intento de evitar que él le transmitiera sus sentimientos, sus emociones. Lo sintió marchar y percibió su miedo. No era miedo a lo conocido, a lo que sabía le esperaba, sino un miedo irracional a lo que podría llegar a pasar en un futuro. Y supo también de su arrepentimiento al venir, de la eterna pena que descubrir su amor les había provocado… ¡a los dos!

El llanto acudió a sus ojos y esta vez no lo retuvo, lo dejó escapar lentamente, quemando sus mejillas en cada lágrima derramada. Lo que le pareció siglos después una leve melodía resonó en el salón haciéndola abrir los ojos sorprendida, sintiendo como cada conocida nota se clavaba dolorosamente en su ya malherido corazón. En un impulso incontrolado alzó la varita. Miles de astillas del más negro ébano se esparcieron por el suelo y la música cesó. La rabia, la ira y la frustración contenida explotaron en sí misma a la vez que destruía la caja provocando que los muros de su casa temblaran al igual que lo hacía todo su cuerpo. No sólo perdía al amor de su vida, tenía la sensación de haber perdido toda ilusión. Su mente estaba nublada y todo su ser tan sensible que hasta el aire de la madrugada parecía susurrarle al oído, no palabras de consuelo sino recuerdos de momentos robados al tiempo que sólo lograban entristecerla más.

Aterida de frío pensó entrar en casa y su paso vacilante le recordó lo que allí encontraría: sensaciones de un salón donde horas antes se declararon su amor; una imagen de él en la cocina que ya nunca podría olvidar, porque ahora sabía el porque de aquella mirada y, su alcoba… La alcoba que había acogido su más cálido amor para apenas unas horas después, ser testigo silencioso de su cruel final. No quería entrar, su mente se resistía a ello y sus piernas parecían ignorar la orden de movimiento. Antes de alcanzar el escalón que daba paso al salón detuvo sus pasos sorprendida.

Una extraña pero cálida sensación comenzó a inundar su cuerpo como nunca antes sintió otra. Todo el poder de lo antiguo pareció llenarla sin haberlo invocado en aquel instante. Su mente evadió todo mal pensamiento, su pecho tomó aire y se hinchó lentamente trayéndole una verdadera sensación de paz; su corazón, momentos antes roto y dolido, adquirió un nuevo latido, más profundo y rítmico. Ante tal acumulo de sensaciones nunca experimentadas concentró el poder en sí misma, esperando encontrar una explicación lógica a ésta manifestación. La respuesta le fue casi inmediata. El calor se concentró en su bajo vientre y, atraídas por el, sus manos fueron a posarse allí haciendo que a su contacto otra fuerza se descubriese; un leve latido se propagó por ellas, tan frágil y débil que apenas si comenzaba a germinar. Otra vida… Cerró los ojos e imaginó que la acunaba entre sus manos, disfrutando de la bella sensación que le transmitía lo antiguo en aquel gesto.

Apenas fueron segundos, un minuto no más y lentamente la energía comenzó a retornar a la normalidad. Perdió la sensación sí, pero le quedó el conocimiento. Una nueva vida la acompañaba ahora, no le cabía ninguna duda. Muchos más miedos pugnaron entonces por invadir su mente pero esbozando una dulce sonrisa los desechó. Ya tendría tiempo de preocuparse de ellos, demasiado, y este momento sin embargo sería único para los dos.

-. Se bienvenido mi amor- Dijo acariciado su seno allí donde sabía esa vida recién empezaba.- Aunque no pueda ofrecerte todo cuanto quisiera para ti.

Alzó la vista al cielo y miró el horizonte. El sol ya se había levantado haciéndole llegar a su terraza pequeños rayos de luz.

-. Anoche, dos corazones morían en vida sin saber que con ello te brindaban vida a ti. Lo que más temo ahora es tu destino, pues el propio poder se confabuló aprovechando su única ocasión para traerte al mundo. Serás poderoso, lo sé, apenas anidas en mí y ya te manifestaste; lo antiguo habrá de ser muy fuerte en ti y tendrás el don de la poción, como tu padre.- De nuevo cerró los ojos y aún con la mano en el vientre un pensamiento más triste la invadió.- "Lo único que podrá ofrecerte él."

Volvió a sentir frío y tomando conciencia de su estado avanzó, esta vez firme y decidida, hacia el interior. Dejó atrás el salón, se dirigió al dormitorio y, cuando alcanzó la cama, la bordeó y fue a echarse al otro lado, allí donde él había dormido momentos atrás. Tomó la almohada entre sus brazos e inspiró el aroma que te tanto le gustaba. Todo el amor que sentía por él explotó en su mente y en su alma y supo que nunca lo olvidaría; no cuando ahora tenía mucho más que un trozo de su corazón, tenía el fruto de su amor, una parte de él mismo que aunque nunca llegaría a conocer sabía que sería para ella su vida entera. Un ser en el cual podría volcar todo su amor y a través de cual podría amar calladamente al padre.

Una mezcla de felicidad y tristeza dio paso a una lágrima callada cuando aún abrazada a la almohada comenzó a contarle emocionada y en voz baja, lo que acababa de sentir al descubrir que estaba embarazada. Imaginando su presencia, sus palabras iban dirigidas esta vez a él, deseando profundamente que aquel momento hubiera sido real, que él hubiera estado allí para compartir su felicidad… Y que fuera su cuerpo lo que sus brazos estrecharan en ese momento.


UFF, eso es todo... aunque no fue como realmente lo ideé. Como dije me falta por crear aún el último de los capítulos y os advierto que es uno de los que no os podéis perder si luego queréis seguir comprendiendo la historia.

Cuando esté escrito lo subiré. Si quereís y puesto que esto supone casi una despedida, dejadnos los mail aquellos que qeráis que os avisaemos cuando "Harry Potter y los Herederos de Hogwarts" se suba a ffnet. Podéis dejarlos en los rr aquellos que no tenéis profile o lo coultáis o bien enviadnos al mail que consta en nuestro profile de Guilmains. Así ninguno se queda sin aviso cuando lo comencemos a subir y cuando lance el ´çultimo capítulo de este colateral (que de verdad, no se cuando será por lo mismo que dije arriba)

Muchas gracias a todos por aguantarnos tanto timpo en la lectura, por vuestras palabras y vuestro apoyo y... bueno igual algun día os sorprendemos con algo más. A saber que dice la musa. Besos y cuidaros.