CAPITULO 2: DOS VISITAS A JAMIR
Sin pensar más en esa extraña sensación que había tenido unos minutos antes, Mu siguió entrenando a Kiki hasta que la noche cayó y su pequeño aprendiz también.
¡Ya no puedo más, señor Mu!- reclamó Kiki casi sin aliento.
Descansa, Kiki- dijo Mu benévolamente- mañana continuaremos-
Pasado mañana es viernes- dijo Kiki- ¿podemos...?-
Si trabajas tan duro como hoy estos siguientes dos días, no veo porqué no puedas ira al Santuario el fin de semana...- dijo Mu.
¡Genial!- exclamó Kiki con una enorme sonrisa.
Ahora vete a asear y a descansar, porque mañana será un día muy largo- dijo Mu- la cena estará lista en un rato-
Kiki obedeció y se retiró a su habitación, mientras Mu volvió a la cocina del palacio, a preparar algo de cenar para él y su aprendiz. No sabía que sí, el día siguiente sería muy largo para él.
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Lily estaba de pie. Un horrible rayo de luz color blanco que había salido de la vara dorada de su abuela la había golpeado y le había provocado un horrible dolor, pero éste solo había durado un par de segundos. Su abuela le había ordenado levantarse.
Que eso te enseñe a no volver a ocultarme cosas importantes, Lilia Alessandra- le había dicho la mujer con severidad.
Lily no había respondido. Aún temblaba por el horrible dolor que acababa de sentir por unos segundos, y por la impresión de que su abuela jamás la había atacado de esa manera. Mientras se recuperaba, la abuela le indicó como llegar a Jamir y lo que tenía que hacer una vez ahí. Una vez que terminó de darle instrucciones, la abuela la mandó a dormir.
Retírate y descansa, pues mañana partirás a Jamir- dijo la abuela- lo necesitarás...-
Sí, señora-
Lily volvió en silencio a su habitación. Se dejó caer sobre la cama, boca abajo. No pudo evitar que unas lágrimas se le escaparan de los ojos. Faltaba menos de una semana para que cumpliera diecisiete años, la edad a la que sería considerada mayor. Y no quería que ese día llegara.
Rory maulló tiernamente y frotó su cabeza contra el rostro de Lily.
Gracias, Rory- dijo Lily, poniéndose de pie. Se cambió el vestido negro por su bata de dormir, y se acomodó bajo las sábanas.
Lily no podía dormir. Había presenciado la iniciación de su tía cuando ella apenas era una niña pequeña. Todo era muy hermoso al principio. Un gran banquete y un baile. Y luego comenzaba todo. Oscuridad y confusión. Se quedó dormida después de un rato, más por cansancio que por tranquilidad.
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A la mañana siguiente, la intranquilidad de Shion era mucho mayor. La paz de su cosmo se había alterado desde hacía dos noches, desde que había visto la extraña estrella, y Shion recordaba muy bien su significado.
Si son ellas de nuevo, será mejor que Mu, Saga y Aioros estén prevenidos- pensó el Patriarca para sí mismo- y necesitaré el libro que dejé en Jamir...-
Pensando en ello, fue con Saori.
Buenos días, Atena- dijo el Patriarca, inclinándose.
Buenos días, Shion- dijo Saori- ¿sucede algo malo?-
Vengo a pedir permiso para ausentarme esta mañana- dijo Shion- debo ir por un libro muy importante a Jamir...-
Claro que puedes ausentarte- dijo Saori- aunque creo que Mu vendrá dentro de dos días, podrías pedírselo...-
Me temo que eso es imposible- dijo Shion- porque Mu desconoce su existencia, así como el lugar donde está guardado-
Está bien- dijo Saori.
No tardaré- dijo Shion, inclinándose y saliendo de la habitación de Saori.
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Lily, ya deberías...-
Ya estoy lista, tía- dijo Lily. De nuevo, tenía un corto vestido negro de largas mangas, sus botas negras y guantes del mismo color. Una larga banda negra cubría su frente.
Tu abuela te llama- añadió la tía.
Ya voy- dijo Lily. Entró a la sala y se inclinó.
¿Ya estás lista?- preguntó la mujer.
Sí, señora- dijo Lily.
Bien- dijo la abuela, entregándole un anillo negro- llevarás este anillo, te será útil. ¿Qué armas planeas llevar?-
Una espada larga y una daga, señora- dijo Lily.
Tienes hasta el día de tu cumpleaños- dijo la abuela- conoces las consecuencias si fallas en tu misión. Buena suerte, Lily-
Gracias, abuela-
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Mu y Kiki habían comenzado temprano a entrenar. Esta vez, Mu había recogido algunos trozos de armadura vieja del cementerio de la armadura, para que Kiki practique con ellos. Pasaron algunos minutos, cuando ambos sintieron un cosmo acercándose a ellos.
Ese cosmo...- dijo Mu.
Es de...- comenzó Kiki
En ese momento, el Patriarca se materializó frente a ellos.
¡Señor Shion!- exclamaron Mu y Kiki al mismo tiempo.
Buenos días, también yo me alegro de verlos- dijo Shion benévolamente.
¿Y qué lo trae por acá?- preguntó Mu.
Tuve que volver por algo que dejé aquí hace varios años- dijo Shion- un libro-
Mu sintió un ligero escalofrío, pero fingió serenidad.
¿Un libro, maestro?- dijo Mu.
Así es- dijo Shion- acompáñame al palacio, Mu, mientras Kiki continúa-
Dejando a Kiki haciendo sus ejercicios, Mu siguió al Patriarca.
¿Recuerdas el cuarto prohibido, Mu?- preguntó Shion, y Mu asintió- es ahí donde dejé el libro que necesito...-
¿Y... qué libro es ese?- preguntó Mu.- ¿y para qué lo necesita?-
Shion vaciló un poco antes de comenzar a hablar.
Hace unos días noté algo extraño en los cielos, y quiero confirmar su significado- dijo Shion simplemente- para eso lo necesito-
Mu lo comprendió. Sea cual fuere el libro, Shion no parecía dispuesto a revelar sus intenciones para con él. Shion abrió la puerta de la habitación, y se introdujo en ella, mirando alrededor.
Vaya, esto no ha cambiado para nada- comentó Shion, mirando todo el polvo de esa habitación.
Mu entró también tras el Patriarca, pero éste no le prestó atención. Parecía ensimismado. Se dirigió hacia otra de las manchas color dorado que cubría varios libros que estaban en el suelo y una de las paredes.
Oh, sí, recuerdo perfectamente ese día...- dijo en un tono triste, tocando la mancha seca en la pared con las yemas de sus dedos.
¿Maestro?- dijo Mu- ¿qué...?-
Hace tiempo que no entraba a este sitio- interrumpió Shion, como volviendo a la realidad, pero con la vista aún en el suelo- pero bueno, buscaré el libro...-
¿Necesita ayuda para encontrarlo?- preguntó Mu.
No, Mu, gracias- dijo Shion, alzando la vista- pero sé exactamente donde lo dejé-
El Patriarca se dirigió a la mesa de madera y tomó el volumen que Mu había hojeado el día anterior: el libro de cubierta dorada y símbolos extraños.
Es éste- dijo Shion, sacudiendo el polvoriento libro y saliendo de la habitación seguido por Mu- luego te explicaré de que se trata todo esto. Pero nuevamente te pediré que no vuelvas a entrar a esta habitación, pues hay cosas que no puedes entender de ella...-
Sí, maestro- dijo Mu, mientras el Patriarca cerraba de nuevo con llave la puerta de la habitación prohibida.
Por cierto- dijo Shion- si notas, o sucede algo extraño, avísame de inmediato. Como te dije, noté algo muy extraño en el cielo hace dos noches. Quiero que estés alerta-
Mu recordó en ese momento lo que había sentido la tarde anterior durante el entrenamiento de Kiki, pero no dijo nada, y solo asintió.
Le avisaré, maestro- dijo el caballero de Aries.
Bien, y recuerda... quiero saber todo lo extraño que suceda- dijo Shion, desapareciendo.
Mu sintió un poco de pesar, pues ahora nunca sabría de que se trataba ese libro, o no lo sabría hasta que Shion se decidiera a contarle porqué estaba tan interesado en él. En fin, de todas maneras tendría que esperar.
Mu salió a vigilar a Kiki, y notó que seguía trabajando. En ese momento, sintió un cosmo aproximándose, pero esta vez desde las montañas.
¡Señor Mu!- dijo Kiki, dejando su trabajo y levantándose de pronto- alguien se acerca-
Lo sé, Kiki- dijo Mu- también sentí su cosmo. Aunque la verdad yo no esperaba a nadie más-
¿Quién será?-preguntó Kiki- ¿y a qué vendrá?-
Tal vez nunca lo sepamos, Kiki- dijo Mu- porque recuerda que, sea quien sea, primero tiene que pasar por el cementerio de la armadura...-
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Lily decidió tomar un descanso en su viaje. Se sentó sobre una roca y se quitó las botas, pues los pies la estaban matando. Su gata negra se echó sobre su regazo.
Ya falta poco, Rory- dijo Lily, recuperando el aliento- se siente más pesado porque el aire está muy cerrado aquí arriba...-
Revisó su bolsa. Tenía suficiente pan y agua para un día más de camino, así como una pequeña botella con vino. Llevaba también dentro un delgado vestido blanco bien empaquetado, una vara dorada como la de su abuela y dos paños blancos.
Todo bien- dijo Lily, cerrando su bolsa- vamos, Rory, ya casi estamos ahí-
Lily volvió a ponerse las botas y siguió caminando. Legó a un sitio muy extraño para ella, donde había restos de armaduras y huesos humanos. Sintió escalofríos.
¿Porqué me da tanto miedo este sitio?- dijo Lily para sí misma- ¿será este el lugar del que mi abuela me habló? ¿El Cementerio de la Armadura?-
En ese momento el viento comenzó a soplar con fuerza.
Estás entrando a Jamir, que es territorio del caballero Mu de Aries- dijo una voz- no puedes pasar...-
¿Quién es?- dijo Lily.
Como respuesta, los huesos humanos y las armaduras comenzaron a armarse, revelando frente a la chica un gran ejército de esqueletos armados.
Eramos caballeros que perecimos aquí, tratando como tú de llegar a Jamir- dijo uno de los esqueletos- pero nadie puede pasar-
Yo pasaré- dijo Lily.
No te lo permitiremos- dijo el líder- así que prepárate a morir, preciosa, y a unirte a nosotros...-
En tus sueños- dijo Lily, desenvainando su espada.
Sé razonable- dijo uno de los esqueletos- si te rindes ahora, tu muerte será rápida y sin dolor... verás como te gustará estar con nosotros-
Lily hizo un gesto de asco.
Vaya, esto sí que es nuevo para mí, Rory- dijo Lily, dirigiéndose a su gata- los hombres muertos siguen siendo igual de insolentes que cuando estaban vivos...-
No tuvo más tiempo para pensar en ello, pues todo el ejército de esqueletos armados se lanzó contra ella.
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Kiki se moría de curiosidad por saber quien sería el extraño visitante, aunque Mu se lo había prohibido. En un momento de distracción del caballero de Aries, quien seguía pensando en ese misterioso libro, Kiki desapareció y alcanzó a ver a Lily peleando contra los espíritus del cementerio de la armadura. Volvió a toda prisa al palacio de Jamir, donde Mu estaba ocupado preparando algo en la cocina.
¡Señor Mu!¡Es una chica!- exclamó Kiki-¡es una chica!
¿De qué hablas?- dijo Mu.
El cosmo que sentimos hace rato- dijo Kiki, jadeante- es una chica...-
¿Y?- dijo Mu, sin darle importancia.
Es una chica- repitió Kiki- no podemos permitir que...-
Conoces muy bien las reglas, Kiki- lo interrumpió Mu- solo alguien que pueda vencer a los espíritus del cementerio de la armadura es digno de llegar a este castillo, y nosotros no podemos intervenir en esa batalla-
¡Pero es una chica!- reclamó Kiki otra vez.
Kiki, ya no insistas- dijo Mu- y sigue entrenando...-
Pero...-
Kiki...- lo reprendió Mu.
¡Maestro!- reclamó Kiki.
Oh, está bien- dijo Mu, quien a estas alturas solo quería un momento de paz- puedes ir a ver la pelea, pero te prohíbo que intervengas en ella, ¿de acuerdo?-
Con un rápido 'de acuerdo', Kiki se teletransportó hacia el valle de la armadura. Mu lo vio desaparecer con los brazos cruzados y sacudiendo la cabeza en desaprobación. También notó que el cielo se oscurecía rápidamente, como antesala de una tormenta.
¿Una chica?- dijo Mu para sí mismo, una vez que se quedó solo- eso sí que es extraño...-
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CONTINUARÁ...
¡Hola! Como lo prometí, el capítulo dos. Mañana empieza mi racha de trasnochadas, así que les ruego que si cometo alguna burrada no sean tan crueles, la falta de sueño me afecta mucho...
Muchísimas gracias por sus reviews, espero que les esté gustando. Saludos a todos.
Abby L. / Nona
