CAPITULO 5: AL SANTUARIO
Esa mañana, Lily despertó con el fuerte sonido de martillazos. Ya se sentía mucho mejor: su cabeza ya no le daba vueltas, y el dolor de sus heridas había disminuido considerablemente gracias a los cuidados de Mu.
El ruido de martillos la intrigaba, así que se levantó y, tras asegurarse de que nadie la estuviera observando, cerró los ojos y se concentró, para que su cuerpo flotara y levitara suavemente hacia la ventana.
Mu había recogido varias piezas de armaduras viejas del cementerio de la armadura, para que Kiki practicara con ellas.
Ahora, Kiki- dijo Mu, entregándole un martillo- ya has visto varias veces como se reparan las armaduras. Después de la sangre y el polvo de estrellas, tienes que volver a darle forma...-
Kiki asintió y comenzó a martillar el viejo metal. Lily, quien los observaba desde la ventana, se cubrió la cara con las manos, horrorizada.
Traditori- dijo en voz baja para sí misma- la abuela tenía razón... todos ellos son asesinos...-
Se quitó las manos de los ojos, y vio que Mu había vuelto a tomar el martillo.
Así no se hace, Kiki- dijo Mu con paciencia- te mostraré como se hace. Observa bien-
El caballero hizo una pequeña incisión en su propio dedo índice, y dejó caer unas cuantas gotas de su sangre sobre la vieja armadura.
¡Sangre!- dijo Lily. Sus ojos color violeta amatista se abrieron desmesuradamente. Extendió su mano, como queriendo alcanzar el rojo líquido desde donde estaba. Después reaccionó y se dio una ligera bofetada ella misma.
¿Qué demonios me está sucediendo?- dijo Lily para sí misma- soy bruja, no vampiro...-
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Camus entró al templo de Atena, y clavó una rodilla en el suelo.
¿Qué sucede, Camus?- preguntó Saori al verlo.
Atena- dijo Camus- Hyoga acaba de recibir una carta del zar Aleksandro de Rusia... su hija menor se casará en tres semanas... exactamente el 18 de julio-
¿En serio?- dijo Saori- me alegro por ellos, pero no entiendo a que vienes...-
Camus hizo una mueca.
Como sabe, Hyoga es pariente lejano de la familia del zar por parte de su madre- dijo Camus- y tiene que... asistir a la boda... y yo también-
Está bien- dijo Saori- si es el 18 de julio...-
No, Atena- dijo Camus. No sabía como decir lo que tenía que hacer- Hyoga y yo tenemos que...-
¿Tiene que...?- dijo Saori.
Escoltar a la hija del zar desde San Petersburgo hasta Moscú, el lugar de la boda- dijo Camus- en tren-
¿Qué?- exclamó Saori.
Y necesitamos licencia por dos semanas, comenzando por la próxima- añadió el caballero de Acuario. Saori dejó escapar un suspiro.
Está bien- dijo Saori- hablaré con Mu para que se quede en el Santuario las próximas semanas...-
Créame, ni Hyoga ni yo rogamos por esto- dijo Camus en cierto tono amargo.
Lo sé- dijo Saori- está bien-
Camus se inclinó y salió.
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Veo que ya te sientes mejor- sonrió Mu, apareciendo de pronto en la habitación de Lily. Esto la tomó completamente por sorpresa.
¡Kyaaaa!- gritó ella, sorprendida, y cayó hacia atrás sobre la cama.
No tienes que ser tan nerviosa- sonrió Mu, ofreciéndole su mano para ayudarla a levantarse. Lily solo lo miró sin moverse- vamos, no voy a comerte...-
Lily tragó saliva.
No puedo tocarte- dijo Lily seriamente, aún mirando celosamente la mano extendida del caballero, e incorporándose ella sola- eres un tra... un lemuriano...-
Como quieras- dijo Mu en un tono ligeramente triste.
No te ofendas- dijo Lily- he... notado que si alguien de tu raza me toca, me sale una cicatriz como esta...-
Mu la miró, y Lily bajó la mirada. No podía soportar los ojos... la mirada del caballero sobre la suya, como si quisiera leer su misma alma. Tal vez había hablado de más.
Entiendo, Lily- dijo Mu- ¿sabes porqué te ocurre eso?-
La chica se apresuró a sacudir la cabeza, sin mirar a Mu a los ojos.
¿Y otro lemuriano te...?- comenzó a preguntar Mu.
No lo se- dijo Lily- digo, pues sí, si tengo una cicatriz, es decir...-
Mu sonrió, y le puso la mano en el hombro.
Oye, no tienes que tenerme miedo- dijo Mu con voz tranquilizadora- confía en mí. Prometo nunca hacerte daño...-
Lily asomó una sonrisa.
Está bien- dijo Lily- pero no me hagas preguntas, no me gusta... recordar esas cosas-
Está bien- dijo Mu a su vez- pero hagamos un trato. Yo ya no te preguntaré más, y tú no te asustarás de mí, ¿trato hecho?-
Trato hecho- dijo Lily.
Por cierto- dijo Mu, como recordando- Kiki y yo iremos al Santuario de Atena en un rato, pero no podemos dejarte sola, porque aún no te has recuperado del todo...-
Yo no...-comenzó Lily.
¿Quieres venir con nosotros?- preguntó Mu- sería bueno que vinieras. La novia de uno de los caballeros es médico, y puede echarle un vistazo a tu herida...-
Lily lo miró, sorprendida al principio, y luego sonrió.
Por supuesto- dijo ella- pero, ¿cómo iré yo? Ustedes se pueden teletransportar, pero yo no-
Como respuesta, Mu abrió un cajón y sacó un hermoso par de finos guantes blancos, y se los entregó a Lily.
Fácil, nosotros te llevaremos- dijo Mu- y con estos guantes no tendrás que tocarnos. No sé a quien pertenecieron estos guantes, pero ahora son tuyos...-
Mu...yo no puedo aceptar esto- dijo Lily, mirando sorprendida el hermoso regalo.
No veo porque no- dijo Mu- además, es la única manera de que pueda tomar tu mano para ir al Santuario...-
Lily se puso los guantes. Le venían perfectos, como si los hubieran hecho para ella.
Gracias, Mu- dijo Lily- nunca terminaré de agradecer todo lo que has hecho por mí-
Mu sonrió otra vez. Su corazón se llenó de alegría al ver la sonrisa de Lily. Ella sintió pesada su mirada y bajó la suya, haciendo que Mu se diera cuenta de lo que hacía y dejara de observarla tan fijamente.
Bueno, Kiki y yo te estaremos esperando- dijo Mu- toma el tiempo que necesites...- y desapareció.
Lily se quedó como petrificada unos momentos. No podía creer que ese chico fuera tan generoso con ella, menos aun que fuera a llevarla con él al Santuario de Atena. Luego sacudió la cabeza.
¿Qué demonios te está sucediendo, Lilia Alessandra?- dijo para sí misma- cabeza fría, o tu abuela la separará del resto de tu cuerpo...-
Tomó su vestido blanco y entró al baño a cambiarse.
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En el Templo de Atena, Saori escuchó sorprendida lo que Shion fue a decirle.
¿También tú te ausentarás?- dijo Saori en tono molesto.
Así es- dijo Shion- aunque solo será por un par de noches. Tengo que ir a Salem... aunque espero estar equivocado...-
Está bien- dijo Saori.
Estaré ausente un par de días- dijo Shion, inclinándose.
Ten mucho cuidado, Shion- dijo Saori- sabes bien que Deyana quiso asesinarte hace dieciséis años... y puede que esta vez no falle-
Shion sonrió levemente.
Deyana y yo tenemos un asunto pendiente que tenemos que arreglar...-dijo Shion- y no tengo planes de dejarla vencerme...-
Está bien- dijo Saori- pero ten cuidado-
Lo tendré, Atena- dijo Shion, inclinándose y teletransportándose de ahí.
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Mujeres- dijo Kiki, sosteniendo a Rory en sus brazos- Aioria y Touma tienen razón... tardan siglos en arreglarse...-
Ya, Kiki- dijo Mu- no deberías...-
En ese momento Lily abrió la puerta, y lo dejó sin palabras. El sencillo vestido blanco le quedaba a la perfección, resaltando su figura delgada. Tenía un cinturón de tela color violeta, que resaltaba el tono amatista de sus ojos. Mu y Kiki la miraron como si nunca antes hubieran visto a una mujer. El pelirrojo casi dejó caer a Rory al suelo.
¿Qué tanto ven los dos?- dijo Lily, alzando una ceja, y agachándose para acomodarse bien la falda del vestido- ¿acaso tengo algo o...?-
No, no- dijeron los dos al mismo tiempo. Lily los miró confundida.
Te ves muy linda en ese vestido- dijo Mu, un tanto apenado.
Vaya, gracias- sonrió Lily, sonrojándose ligeramente- ¿nos vamos?-
Claro- sonrió Mu, ofreciéndole su mano. Protegida por los guantes blancos, Lily aceptó la mano del caballero de Aries, y junto con Kiki desaparecieron hacia el Santuario.
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¿Ya va a llegar?- preguntó Seiya por enésima vez, seguido de un grito de dolor. La pequeña Zalika se había quedado con los caballeros de bronce mientras Clara estaba con Saga, pero la niña no se estaba quieta y estaba a punto de arrancarle gran parte de los cabellos al Pegaso.
Ya te dije que sí, Seiya- dijo Hyoga, a punto de perder la paciencia. Los caballeros de bronce habían notado que Hyoga había estado muy malhumorado desde que recibió esa misteriosa carta.
Cierto...- dijo Seiya, sentando a Zalika en su regazo para alejarla de su cabello- ¿entonces nos dirás quien te mandó esa carta?-
¡Seiya!- lo reprendió Shun- ya déjalo en paz-
Shun tiene razón- dijo Shiryu- si Hyoga dijo que no puede decirlo, no puede decirlo y se acabó-
Seiya hizo una mueca y cruzó los brazos de mal humor.
Está bien, está bien- dijo Seiya- pero Mu... ¿tardarán mucho en llegar?-
Shiryu, Shun y Hyoga estuvieron a punto de asesinar a Seiya cuando Kiki apareció frente a ellos.
Hola, chicos, ¿qué hacían?- dijo el pequeño lemuriano.
Nada interesante- dijo Seiya- solo cuidar a Zalika-
¡Kiki!- gritó Zalika llena de alegría y corriendo hacia Kiki.
¿Y tu maestro?- preguntó Seiya, aliviado de librarse de la pequeña por unos momentos.
En su templo- dijo Kiki- tuvo que dejar a... es decir, va a ir a reportarse con Saori-
Menos mal- dijo Shiryu- tal vez podemos ir a visitarlo...-
¡No!- exclamó Kiki, y los cuatro caballeros de bronce se le quedaron viendo sospechosamente- digo, porque creo que está cansado...-
Bueno, lo dejaremos descansar y luego iremos a verlo- dijo Shun.
Shiryu miró sospechosamente a Kiki, pues su explicación no lo había satisfecho. Sin embargo, no siguió investigando. Ya se daría cuenta.
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¿Esto es el Santuario de Atena?- dijo Lily, sorprendida.
Si- dijo Mu- y puedo asegurarte que todos los que vienen se asombran de él...-
Vaya, es más del doble de grande de lo que yo me imaginaba...- dijo Lily.
Este es el templo de Aries, del que estoy a cargo de defender- le dijo Mu- ven, te lo mostraré...-
Apoyada en Mu, Lily entró junto con él al primer Templo.
Es hermoso, Mu- dijo Lily, con una sonrisa, admirando los blancos pilares del templo, la estructura perfecta y las hermosas habitaciones- podría vivir aquí para siempre...-
Mu sonrió.
Dudo mucho que te agrade si hay una batalla, como la de Hades- dijo Mu- este templo se convierte en un lugar muy peligroso durante una guerra...-
Lily iba a decir algo, cuando se escucharon unos fuertes pasos. Alguien se estaba aproximando. Mu al parecer no se inmutó, pero Lily se refugió detrás de él.
¿Qué es eso?- preguntó ella en voz baja.
Antes de que Mu pudiera responder, apareció un hombre, el hombre más grande que Lily haya visto en toda su vida, portando su armadura dorada.
Buenos días, Mu- dijo Aldebarán- me da gusto verte-
Lo mismo digo, Aldebarán- dijo Mu, y se dio la vuelta- Lily, no temas, él es Aldebarán, caballero de Tauro. Alde, ella es Lily-
Un gusto, señorita- dijo Aldebarán, inclinándose ligeramente, y haciendo sonreír a Lily.
Igualmente- sonrió ella.
Mu, yo le avisaré a Atena que ya llegaste- dijo Aldebarán- no te molestes-
Muchas gracias, amigo- dijo Mu- y...-
No te preocupes por Milo y los otros- dijo Aldebarán- por mí no diré nada-
Mu sonrió mientras Aldebarán salió del templo de Aries rumbo al de Tauro. Lily lo miró interrogante.
¿Milo y los otros?- preguntó Lily. Mu sintió un escalofrío.
Sí- dijo el caballero de Aries- si alguno de ellos se... bueno, digamos que si saben que traje a una chica tan linda al Santuario, no me dejarán vivir después de eso...-
¿En serio?- dijo Lily, un tanto sonrojada. Mu se sonrojó también. Se quedaron por unos segundos mirando el suelo. Tras un incómodo silencio, el caballero se aclaró la garganta.
Ejem... te mostraré tu habitación- dijo Mu.
Sí, gracias- dijo Lily. Mu la llevó a una bella habitación dentro de su propia casa, que era sencilla pero con una vista hermosa.
Oh, no- dijo Mu de pronto.
¿Qué sucede?- preguntó ella.
Tendré que dejarte un par de minutos- dijo Mu, sintiendo el cosmo de Saori- Atena necesita hablar conmigo, pues me llama-
Está bien- dijo Lily, sentándose sobre su cama- esperaré aquí-
No vayas a salir- dijo Mu- porque los caballeros no te conocen, y no quiero que te lastimen...-
De acuerdo- dijo Lily. Mu desapareció rumbo al Templo de Atena.
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CONTINUARÁ...
