CAPITULO 7: LA TRAICIÓN DE LILY

Sé que estás planeando llevar a cabo tu tonta vendetta, Deyana- dijo Shion- y quiero que me digas que te propones...-

No es necesario que yo te lo diga- dijo la reina Deyana, riendo- vuelve a tu querido palacio de Jamir, o al mismo Santuario de Atena... ahí está la respuesta, donde aún llora la sangre dorada de mi hija Areli, la traidora-

¿De que hablas?- dijo Shion.

No necesito decírtelo- dijo la reina- pronto tu solo te darás cuenta... aunque me temo que será muy tarde para cuando lo hagas-

Shion frunció el entrecejo. Miró el asiento vacío junto al trono de la reina, donde descansaba una máscara dorada. El caballero encendió su cosmo.

Dame una razón para no acabar contigo en este momento y para siempre- dijo Shion.

La reina siguió sonriendo.

Tengo una buena razón para ti, Shion- dijo ella, apuntándolo con su vara- un pequeño hechizo que te lo impedirá...-

En tus sueños- dijo Shion, sin cambiar la expresión de su rostro- tu raza es una raza maldita, jamás podrán vencernos...-

Eso es lo que tú piensas- dijo la reina, encendiendo su cosmo y murmurando una frase en una lengua extraña. Un rayo de luz roja salió de la punta de su vara.

¡CRISTAL WALL!- exclamó el Patriarca.

Tu pared de cristal no te protegerá esta vez- dijo ella.

El Patriarca no se inmutó. Sin embargo, la pared de cristal se rompió por la fuerza del ataque y el rayo de luz roja dio en su blanco. Shion sintió que su cuerpo se quemaba. Un aro de fuego apareció alrededor de él.

¿Qué es esta brujería?- dijo Shion.

Me subestimaste, Shion, y esa fue tu perdición- dijo la reina- no somos tan débiles como creyeron cuando vinieron a robar el diamante de mi nieta. Ahora prepárate a morir-

Shion forcejeó con ese ardiente aro de fuego. No se daría por vencido sin pelear. Volvió a encender su cosmo.

¡STARLIGHT EXTINTION!-

El aro de fuego se rompió.

No es tan fácil vencer a un caballero de Atena- dijo Shion.

Veo que te niegas a morir- dijo la reina, ignorando el comentario del Patriarca- bien, la pelea será interesante...-

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Que aburrido es eso- se quejó Selene, cruzando los brazos y apoyándose en Milo.

Y tú eras la que quería venir- dijo Milo.

No te quejes, Milo- dijo Selene- además no es mi culpa. Si Marín y las otras dijeron que era divertido-

Pero tú no eres Marín y las otras- dijo Milo- gracias a los dioses- añadió mirando a Aioria, Touma y Saga cargados de las compras de sus novias. Selene le dio un codazo cariñoso, y Milo sonrió- ¿quieres un helado, preciosa?-

Mmm, me encantaría- se saboreó ella.

No tardo- dijo Milo, abriéndose paso entre la gente para llegar al puesto de helados, mientras Selene lo veía con una gran sonrisa.

Hola, preciosa, ¿porqué tan sola?- le dijo un hombre, acercándose a ella y poniéndole la mano sobre el hombro.

El tipo era notablemente vulgar, de cabellos negros rizados y mascaba ruidosamente un chicle que debía tener el tamaño de una pelota de golf. Selene se retiró y lo ignoró, buscando con la vista a Milo o a alguno de los otros.

¡Te estoy hablando!- gritó de pronto el hombre, tomándola del brazo con fuerza.

¡Suéltame!- gritó ella a su vez, forcejeando para soltarse de él. El hombre rió, y Selene le dio una tremenda bofetada, como solo ella las sabe dar. Esta vez el sujeto estaba enfurecido.

Me la vas a pagar, maldita...- comenzó mientras hacía el ademán de golpearla, pero no terminó su frase, porque en menos de un parpadeo Milo ya lo había separado de Selene, lo había tomado del cuello y lo alzó al menos a medio metro del suelo.

¿Cómo te atreves a tocarla, majadero?- dijo Milo con una mirada claramente amenazadora- vuelve a acercarte a ella, y te parto el cráneo-

El caballero lo dejó caer, y el hombre se escabulló entre la multitud.

¿Estás bien?- dijo Milo. Selene asintió y se aferró del brazo de Milo- vámonos de aquí, mi amor... este lugar no me agrada...-

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¿No estás cansado, Mu?- preguntó Lily, cuando se levantaron de la mesa al terminar de cenar. Mu la miró interrogante.

Pues... no, la verdad no- dijo Mu, un tanto confundido- ¿porqué lo preguntas?-

No, por nada- dijo ella, ruborizándose ligeramente y fingiendo un bostezo- yo sí estoy cansada, un poco...pero ya te lo había dicho, ¿no?-

Mu sonrió y asintió.

Ahora que lo mencionas- dijo Mu- sí, tengo un poco de sueño...-

De pronto, Kiki apareció frente a ellos.

Buenas tardes, señor Mu, Lily- dijo Kiki. Mu lo miró con desaprobación.

¿Ya cenaste?- preguntó Mu.

Sí, con Seiya y los otros- dijo Kiki- aprovecharon que Touma iba a salir con Melody... pero Zalika ya está dormida y todo, como Clara lo indicó-

Lily rió por lo bajo, y Mu sacudió su cabeza.

Tengo buenas noticias para ti, volveremos a Jamir hasta dentro de tres semanas...-

¿Lo dice en serio?- dijo Kiki con una enorme sonrisa, y Mu asintió- ¡eso es genial!-

Pero no creas que todos los días serán vacaciones como hoy... de todas maneras tendrás que trabajar duro- dijo Mu, bostezando- bueno, ve a asearte y a dormir, que ya es tarde...-

De inmediato- dijo Kiki, desapareciendo.

Tú también deberías descansar, Lily- dijo Mu, bostezando otra vez- yo haré lo mismo-

De acuerdo- sonrió Lily, y se levantó. Con una sonrisa, vio que Mu bostezaba de nuevo mientras recogía los trastos de la cena. Su plan había funcionado.

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¿Porqué las mujeres compran tantas cosas?- preguntó Touma algo molesto.

Son mujeres, está en su naturaleza- dijo Saga entre dientes, algo malhumorado- debe ser por culpa de su cromosoma x-

Aioria, Milo y Touma se miraron entre sí y se echaron a reír.

¿Qué?- dijo Saga.

Llevas poco tiempo saliendo con esa chica- dijo Milo- y ya hablas como médico...-

Oh, cállense los tres- dijo Saga, cruzando los brazos malhumorado.

Está bien, está bien- dijo Aioria.

Cuando vuelva a ver a ese tipo le voy a romper todos los huesos y dientes también-dijo Milo, frunciendo el entrecejo.

¿De qué hablas?- preguntó Aioria.

De un tipejo ese del centro comercial- dijo Milo- que se atrevió a acercarse a Selene y a tomarla por el brazo...-

¿Qué hay con él?- preguntó Saga- ¿porqué no le diste su merecido?-

No lo masacré solo porque estaba Selene, y ella detesta que golpee gente- dijo Milo de mal humor- pero si me lo encuentro en la calle, lo mato...-

Cálmate, Milo- dijo Aioria, dándole una palmada en la espalda- no creo que volvamos a ver a ese sujeto...-

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Mientras tanto, en el palacio de Salem, Shion estaba sangrando abundantemente. Acababa de recibir una herida de espada en el abdomen.

Ríndete, Shion- dijo la reina Deyana, empuñando la espada ensangrentada con una sonrisa- si lo haces, te prometo que tu muerte será muy rápida y sin dolor-

En tus sueños, Deyana- dijo Shion, apretando su herida en su abdomen- no moriré aquí, y menos sin pelear-

Veo que te gusta sufrir- dijo la reina- pues puedo complacerte en ese aspecto- y le apuntó con su vara- mientras me deshago de ti ahora, mi nieta también está tomando su venganza por su propia mano...-

Shion volvió a mirar hacia el trono vacío y la máscara dorada que ahí reposaba.

Yo no lo creo- dijo Shion, y decidió que era hora de retirarse, pues ya se imaginaba que era lo que la reina tenía entre manos- sabes que fue un placer saludarte, pero tengo que irme a frustrar los planes que tienes en Jamir y el Santuario...-

Shion desapareció, y la reina Deyana pateó el suelo, molesta.

Bueno, al menos parte de mi venganza se llevará a cabo...- dijo, volviendo a sonreír.

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Saori ya estaba dormida cuando escuchó un sonido en las habitaciones del Patriarca, que la despertó. La diosa se levantó y corrió hacia ese sitio. Se sorprendió al ver a Shion.

¡Shion!- exclamó Saori al verlo llegar- ¡has vuelto!-

Así es- dijo Shion.

Estás herido- dijo Saori, notando la roja mancha en la túnica del Patriarca- y muy pálido-

Estaré bien- dijo el Patriarca- mi visita no fue en vano. Hay algo que pude averiguar en Salem... dos cosas-

¿Cuáles?- preguntó Saori.

La primera es que Deyana ha tendido una trampa en Jamir y en este sitio- dijo Shion- dijo 'donde aún llora la sangre dorada de mi hija Areli, la traidora'-

En Jamir- dijo Saori- donde ella misma la asesinó-

Así es- dijo Shion- pero aún no lo entiendo... ¿qué tiene que ver el Santuario con todo esto?-

Yo tampoco lo entiendo- dijo Saori, tras pensarlo unos segundos-¿y cuál es la segunda cosa que averiguaste?-

La princesa no se encuentra en el palacio en este momento- dijo Shion.

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Lily se había retirado a su habitación después de cenar. No se metió a la cama, ni se cambió de ropa. Esperó en silencio a que los caballeros dorados volvieran a sus casas. Ella misma había visto salir a cuatro de ellos, y comprobó que los cuatro volvieran.

Es media noche- dijo Lily para sí misma- ya es hora-

Tomó su daga y su vara de oro, y abrió la puerta de su habitación, y sintió sobre sus tobillos el pelaje de Rory.

No, Rory, no puedes acompañarme esta vez- dijo ella- tengo que llevar a cabo esta tarea yo sola. Quédate aquí, y volveré por ti cuando todo termine-

Lily salió de su habitación y cerró la puerta. Caminó sigilosamente por la casa de Aries, apoyándose en la pared. La herida de su pie aún dolía, pero no podía arriesgarse a levitar, pues haría que los demás caballeros notaran su cosmo y su presencia.

Esta debe ser- dijo Lily para sí misma, abriendo una puerta. Miró hacia dentro y sonrió. No se equivocó. Era la habitación de Mu. El caballero, al parecer, dormía profundamente.

Lily cerró la puerta de la habitación y se acercó al caballero lentamente. Encendió una vela y se detuvo justo junto a la cama. Con su mano izquierda, corrió unos cuantos mechones violetas para descubrir el rostro y el cuello de Mu. Tenía una mirada que llegó hasta el corazón de la chica.

No, no, no- dijo para sí misma, sacudiendo la cabeza- cabeza fría, o la abuela me asesinará-

Cerró los ojos y desenvainó la daga. La tomó con su mano derecha.

Perdóname, Mu, por traicionar tu confianza- dijo Lily en voz baja- pero ésta es la única manera... debiste dejarme morir cuando tuviste la oportunidad...-

Mu seguía profundamente dormido, sin dar muestras de haber escuchado nada de la disculpa de la chica. Lily acercó la daga a su cuello.

Fuiste muy bueno conmigo- continuó ella- lo siento tanto, pero ese error tuyo de salvarme te costará la vida...-

Pasaron unos segundos, y Lily no se movía.

¿Qué me sucede?- dijo ella, sacudiendo la cabeza de nuevo- ¿porqué no me atrevo?-

Tal vez era la gratitud que le tenía por haberla salvado, o por todas las atenciones que había tenido con ella, o simplemente su rostro sereno durmiendo. La chica guardó su vara dorada en el bolsillo de su vestido, y tomó la daga con las dos manos.

Tengo que hacerlo pronto- dijo Lily - su sangre es lo único que puede sanar mis heridas... las heridas que él mismo me provocaste... por favor perdóname, Mu...-

Pero no se movió. No se atrevía a atravesar la garganta del caballero. Tomó la daga con la mano izquierda y pasó su dedo índice derecho sobre la mejilla de Mu, y una nueva cicatriz dorada apareció en él.

Perdóname, Mu...- dijo una vez más, mientras sentía que sus ojos se llenaban de lágrimas. Dejó caer la daga de sus manos al suelo, y cayó de rodillas junto a la cama- perdóname, yo no quería...-

¿Porqué lo hacías?- preguntó Mu, abriendo los ojos de pronto. Sorprendida por ello, Lily se levantó de inmediato y trató de salir corriendo de ahí, pero su pie herido le falló, y Mu saltó sobre ella, haciéndola caer al suelo boca abajo y cayendo él sobre ella.

¡Suéltame!- gritó ella, esta vez aterrorizada.

No, hasta que me digas porqué intentabas matarme- dijo Mu con serenidad, mientras sentía a la chica moverse debajo de él, y luchando desesperadamente por librarse.

¡Suéltame, que me lastimas!- gritó Lily, forcejeando bajo los brazos de Mu.

No, hasta que me digas porqué intentabas matarme- repitió Mu con calma. Lily resopló enfadada.

Debí hacerlo cuando tuve la oportunidad- dijo ella.

Debiste- dijo Mu con la misma calma- pero me temo que nunca no tuviste la oportunidad. Me di cuenta a tiempo que echaste algo a mi vaso de vino, y no lo bebí. ¿Era una sustancia para hacerme dormir?-

Lily no respondió, sino siguió luchando para que Mu la soltara. Sus esfuerzos iban acompañados ahora de gemidos de dolor.

Sí lo era- dijo Mu- y ya deja de moverte, solo conseguirás lastimarte más...-

Pues suéltame...- dijo Lily.

Ya te dije en que condición te soltaré- dijo Mu- así que comienza a hablar-

No puedo...- dijo Lily, casi en un susurro.

¿Qué?-

Que no puedo decirlo- dijo Lily.

Dijiste algo sobre mi sangre- dijo Mu- dijiste que mi sangre podía curarte... ¿qué significa eso?-

Lily hizo una mueca. Así que el caballero había estado despierto desde que entró a la habitación y había escuchando todo.

Ya te dije que no puedo decirlo- dijo Lily- aunque me sorprendes que no lo sepas ya...-

¿Qué no sepa que?- preguntó Mu.

¡Quítate de encima de mí!- gritó ella. Mu sonrió.

Deja de gritar, o vendrán los otros caballeros, y tendrás más problemas de los que ya tienes- dijo Mu. Lily frunció el entrecejo. Decididamente, esta vez estaba atrapada, nadie iba a llegar a ayudarla.

Está bien- dijo Lily- te diré solo lo que pueda decir-

Mu lo meditó, y luego asintió. Se levantó y ayudó a Lily a levantarse. Una vez de pie, la chica hizo un gesto de dolor. La herida de su pie había vuelto a abrirse y su roja sangre manchaba las vendas.

Lo siento mucho- dijo Mu, mirando eso- me encargaré de...-

¡No!- dijo Lily, con los ojos llenos de lágrimas- ¡ya no!¡Ya no te ocupes de cuidarme!¡Ya no quiero estar en deuda contigo!-

¿De qué hablas?- dijo Mu.

¿Porqué crees que no me atreví a hacerlo?- dijo Lily, sus lágrimas aún fluyendo por sus mejillas- ¿porqué? Desde un principio, yo iba a Jamir a asesinarte, y tú me salvaste, me sanaste, te ocupaste de mí desde entonces, y ni siquiera me conocías ¿porqué?-

Cálmate, Lily- dijo Mu, cubriéndola con las sábanas de su cama y tomándola por los hombros. Ella ocultó su rostro entre sus manos. Mu esperó a que se calmara un poco-¿ya estás mejor?- ella asintió- ¿puedes decirme porqué querías mi sangre?-

Yo pertenezco a una raza maldita- dijo Lily en voz baja, limpiándose las lágrimas con la sábana- como ya te diste cuenta, no puedo tocar a un traditore sin que mi piel reciba una grave herida y se convierta en una cicatriz como las que tengo-

¿Traditore?- preguntó Mu.

Así es como nosotros llamamos a los lemurianos- dijo Lily. Tomó aire y continuó- lo único que puede curar nuestras heridas provocadas por ello es la sangre de uno de ustedes... fui enviada a Jamir tras tu sangre, para limpiar mis heridas con ella...-

Mu la miró sorprendido.

¿Quién te envió?- preguntó él. Lily sacudió la cabeza.

No puedo decirlo- dijo ella, agachando la cabeza- perdóname, sé que he hecho algo terrible...-

En absoluto- dijo Mu.

¿Qué quieres decir con eso?- preguntó Lily.

Mírame a los ojos- dijo Mu. Lily alzó los ojos, aún llenos de lágrimas- no hiciste nada malo. ¿Te arrepientes de lo que estuviste a punto de hacer?-

Oh, me gustaría que nada de esto hubiera sucedido- dijo Lily- no merezco vivir después de haber intentado algo tan horrible contra ti, que fuiste tan bueno conmigo...ni siquiera merezco tu perdón-

Mu sintió que su corazón se partía al ver a esa criatura llorando de esa manera. La abrazó con ternura, haciendo que ella se sorprendiera.

Te perdono, Lily- dijo Mu- sé que no querías hacerlo, y al final no lo hiciste, no hay nada que tenga que perdonarte...-

Lily sonrió y se limpió las lágrimas que le quedaban con el dorso de su mano.

Ahora déjame ocuparme de tu pie- dijo el caballero- haré que mañana Clara vea esa herida, porque parece que los puntos se abrieron...-

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CONTINUARÁ...

¡Hola!

Adelanté este capítulo porque mañana comienzan los días santos. El domingo o el lunes pondré el siguiente. Espero que les esté gustando hasta ahora. Muchísimas gracias a todos los que me han mandado reviews.

Abby L. / Nona