Chapter ten.

Genzo.

Una vez más, creo que precipité las cosas.

Mi deseo de llevarme a Lily conmigo era tan grande que no me puse a pensar en lo que ella sentiría. Era obvio que su primera reacción al pedirle matrimonio sería salir huyendo. Ésa era una de las pocas cosas que no me gustaban de ella, su temor a las relaciones. Siempre se quejó, según me contó Rika, de que no tenía quien la amara y cuando por fin se encuentra a alguien que está dispuesto a darlo todo por hacerla feliz, sale volando cual paloma asustada. Pero se topó con su gavilán, no se me irá viva...

Regresé al hotel (por cierto, ¿ya mencioné que está a solo dos puertas del hospital en donde trabaja Lily?) un tanto frustrado. No sé por qué, pero no me sorprendió enterarme del hecho de que Misaki nos estuvo espiando desde una distancia prudente, aunque no me causó nada de gracia...

- Supongo que no aceptó tu propuesta.- me comentó, cuando entré a la habitación que compartíamos.

- ¿Tú que crees? ¿Tendría esta cara de fastidio si me hubiera dicho que sí?.- gruñí.

- Supongo que no... ¿Qué harás ahora?

- Sinceramente, no lo sé.- resoplé.- Di por hecho que Lily me amaba lo suficiente como para aceptar mi propuesta de casarse conmigo...

- No seas tan dramático.- replicó Misaki.- Tú mismo dijiste que era poco probable que ella aceptara dejarlo todo por irse a seguir la carrera de un extranjero...

- Sí, lo sé, es una locura. Pero aun así creí que ella al menos consideraría mi oferta... Y no fue así, deberías de haber visto su mirada, vi un rotundo "no" reflejado en sus ojos...

- Lo siento mucho, amigo...

Pues bien, aun tenía cinco días antes de mi partida. Quizás solo debía esperar a que Lily razonara las cosas con calma para poder tomar una decisión. ¿Qué otra cosa me quedaba por hacer?

Lily.

Al día siguiente rompí tres termómetros, tiré al piso el aparato para tomar electrocardiogramas (un estudio que se toma para valorar el corazón), rompí tres ampolletas de medicamentos y si no acabé con sala de Urgencias fue porque mis compañeros de trabajo se encargaron de evitarlo.

- ¿Qué es lo que te pasa hoy, Anya?.- me preguntó Rika, algo harta de que yo estuviera dispuesta a destruirlo todo.

- Nada, no me pasa nada.- negué enfáticamente, moviendo la cabeza de un lado a otro.

- ¡Ay, por favor! Ya deja de hacerte mensa y dime de una buena vez qué es lo que te tiene destruyendo todo lo que te encuentras a tu paso.

- Rika, no sé que voy a hacer.- musité, algo desesperada.

- ¿Qué te pasó? ¿Te puedo ayudar en algo?

- Pues la verdad es que no, no me puedes ayudar pero gracias por preguntar.

- Entonces al menos cuéntame qué es lo que te pasa...

Me esperé hasta la hora de la comida; Rika y yo ocupamos el lugar más escondido del diminuto comedor, cosa que era algo difícil en verdad ya que apenas contamos con dos mesas para todos los trabajadores. Cuchicheando y resoplando, le conté a Rika lo que había pasado.

- ¿Te pidió matrimonio?.- gritó Rika, muy emocionada, haciendo que todos, hasta los cocineros, nos voltearan a ver.

- ¡Shhhh, baja la voz!.- pedí, al tiempo que le pellizcaba un brazo, por escandalosa.

- ¡Ouch! Bueno, ya. Pero, ¿en serio te pidió que te casaras con él?

- Sí, lo hizo, ¿puedes creerlo?

- No, no me la creo. ¿Genzo Wakabayashi tiene ganas de casarse? Eso es difícil de imaginar... ¿Qué le hiciste?

- Yo no le hice nada. Y si tú que lo conoces te sorprendes imagínate cómo estoy yo...

- ¿Y qué le respondiste?.- Rika daba saltitos en la silla, muy emocionada.

- Pues... No le respondí nada... Apenas y balbuceé unas palabras antes de salir corriendo como conejo asustado...

- ¡Ay, no, contigo de veras! ¿Por qué hiciste eso? Ay no... No me digas que... Que tú no lo amas...

- No es eso, es solo que... .- agaché mi cabeza. No quería reconocerlo...

- ¿Entonces qué pasó?

- Es que... Rika, me muero me miedo...

- ¿Cómo? ¿Por qué?

- Pues... ¿Qué sentirías tú si tu novio extranjero, al que apenas tienes 3 meses de conocer, te pide matrimonio para que te vayas a vivir con él a un país al que nunca has ido dejando atrás tu carrera, tu vida y todo lo que conoces?

- Uhm... .- Rika se quedó pensativa por unos instantes.- Supongo que... Supongo que tendría mucho miedo...

- Exactamente. Gracias por comprender.

- Pero aún así... Esto es algo importante. Quizás Wakabayashi sea el amor de tu vida... ¿Lo has pensado?

- Sí, sí lo he pensado... Pero aun así, es un cambio muy drástico...

- Y tú le tienes miedo a los cambios drásticos...

- ¡Eso no es cierto!.- protesté.

- ¿Qué no?.- Rika me miró con cara de: Hello con tu hello...

- Bueno, sí, tal vez sí me den un poquito de miedo los cambios...

- ¡Oh, vamos! Helder me contó que cuando te dieron la plaza en Guanajuato casi te tiras a un pozo porque tendrías que mudarte de ciudad...

- Casi me tiro a un pozo porque era algo que no me esperaba.- corregí.- Y qué lástima que Helder esté de vacaciones, no puedo jalarle las orejas por chismoso...

- Volviendo al tema, querida prima. ¿Qué vas a hacer?

- Sinceramente, no lo sé... .- suspiré.

Y era verdad. Amaba a Genzo, eso sí, pero... ¿Lo suficiente como para pasar con él el resto de mi vida?

Genzo.

Ya debería de saber que las noticias se corren aquí como reguero de pólvora. Esa misma tarde, Rika vino a charlar conmigo acerca de mis "decisiones impulsivas", como ella las llamaba.

- ¡Ay, Wakabayashi!.- me dijo, en cuanto entró a la habitación.- ¿En qué estabas pensando?

- Supongo que ya lo sabes.- refunfuñé.- Supongo también que Misaki no se puede quedar callado ni por tres minutos...

- ¡Oye! Yo no le dije nada.- protestó Misaki.

- No, no me lo dijo él, sino la propia Lily.- me corrigió Rika, lanzándome una severa mirada por acusar a su amorcito.

- ¿En serio? ¿Qué te dijo?.- esto despertó mi interés, obviamente.

- Pues mira que la tienes muy alterada, casi acaba con la sala de Urgencias, con personal incluido. Está muy afectada, no sabe qué hacer.

- Creo que era mucho pedir que ella me dijera que sí sin ningún problema, ¿cierto?

- Trata de comprender a la pobre muchacha. Ella es de la clase de personas a quienes les gusta planear su vida con antelación y tú vienes y le pides que cambie su camino sin previo aviso.

- Lo sé, lo sé, fue algo precipitado.- resoplé.- No pensé bien las cosas.

- Algo que me sorprende mucho de ti.- me dijo Rika.- Siempre eres precavido y previsor, ¿qué te pasó esta vez?

- Perdí la cabeza.- contesté.- Siempre pierdo la cabeza cuando de Lily se trata...

- Ya me di cuenta... .- Rika suspiró.- Pues bien, es hora de que empieces a pensar las cosas con calma...

- Ya lo hice.- la interrumpí.

- ¿En serio?

- Sí.

- ¿Aun quieres casarte con ella?

- Sí.

- ¿Todavía quieres que se vaya contigo a Alemania?

- Sí.

- ¿Y eso es pensar bien las cosas?

- Sí.

- Yo no noto ningún cambio en tu manera de pensar...

- Sí lo hay.- dije.- Dejaré que sea ella quien tome la decisión. No le pido que se vaya conmigo a Japón en cuatro días, pero si le pediré que considere mi propuesta de matrimonio. Le diré que estoy dispuesto a esperar a casarnos hasta que ella termine su carrera de médico.

- Eso sería esperar como un año y medio...

- Estoy dispuesto a esperar hasta cien años, si Lily acepta ser mi esposa.- dije, con decisión.

Ahora solo me faltaba decírselo a Lily; era todo lo que podía hacer, no podía obligarla a irse conmigo si ella no lo deseaba.

Lily.

Rika me pidió que me esperara después de mi hora de salida, en el Jardín del Cantador. Desde la banca en donde estaba sentada vi como entró al hotel "Mesón del Cantador", lugar en donde estaban hospedados Genzo y Taro. No sé por qué, pero no me sorprendió... Tampoco me sorprendió ver a Genzo dirigirse hacia mí unos diez minutos después de que Rika entró al hotel.

- Hola.- lo saludé, tímidamente.

- Hola, mi amor. ¿Cómo te fue hoy?.- me contestó, al tiempo que se sentaba a un lado mío.

- Pues casi destruyo medio hospital, pero estoy bien, en general, gracias.

- He estado pensando mucho en lo que te pedí ayer.- me dijo, sin darle más vueltas al asunto.

- Ahhh...

- Y creo que no me puse a pensar en tus sentimientos. Fui egoísta, solo pensé en lo que yo deseaba pero no me puse a considerar ni por un momento lo que tú querías...

- Ah...

- Mira, aún quiero que te cases conmigo. Aun quiero que te vayas conmigo a Alemania. Pero dejaré que pienses con calma las cosas. Estoy dispuesto a esperarte, un año, dos años, toda la eternidad, hasta que tú termines tu carrera. Podemos empezar una vida juntos en Alemania, allá tendrás muchas oportunidades para desarrollarte como médico.

- Pero...

- Deja que termine.- Genzo me puso un dedo en los labios.- Sé que estoy pidiéndote demasiado, pero al menos considera esta opción de una vida diferente. Sé que fue el destino el que nos juntó, no fue una simple casualidad el que nos conociéramos. Danos al menos una oportunidad, no le digas que no a lo nuestro...

- Gen... .- agaché mi cabeza. Realmente era demasiado...

- Piénsalo bien. Después me dirás tu respuesta.

- ¿Cuándo?

- En cuatro días. Te estaré esperando en este mismo sitio, a las 7:30 de la mañana, justo antes de que tenga que marcharme de Guanajuato. Solo quiero que me digas si aceptas o no ser mi esposa. Eso es todo lo que te pido.

- De acuerdo.- sonreí.- Aquí estaré...

- Pero te pido una cosa...

- Dime

- Si no vienes a la cita, entenderé que tu respuesta es "no".

Genzo me besó con ternura en los labios. Yo en ese momento me pregunté por qué rayos estaba dudando tanto...

Y los días pasaron rápido. Justo el día anterior al momento en que yo tomaría mi decisión, tuve guardia en el hospital, lo que me facilitaría las cosas dado que no tendría que desplazarme mucho para ir al sitio de reunión. Yo aun dudaba, cuatro días no son suficientes para tomar una decisión que cambiará tu vida para siempre... Y para mi desgracia, no tenía con quien hablar del asunto, ya que desafortunadamente Rika había tenido que marcharse urgentemente a Japón el día anterior, pues su abuela paterna había tenido un accidente.

- ¿Qué te ocurre, Lily?.- me preguntó el Dr. Mancera, durante la cena.- Has estado muy distraída toda la tarde...

- Pues... No es nada doctor, simplemente tengo menos de 12 horas para tomar la decisión más importante de mi vida... .- respondí, acongojada.

- ¿Por qué? ¿Te puedo ayudar en algo? Solo dime.

- Pues es que... .- yo titubeé. Qué más daba, quizás el doctor podría ayudarme.- Mi novio se marcha mañana a Japón...

- Ajá...

- Y me ha pedido que me vaya con él. Bueno, no que me vaya con él mañana mismo pero sí que me vaya en un futuro no muy lejano. Me pidió matrimonio, además.

- Ya veo.- si al doctor le afectó esta noticia, ocultó muy bien lo que sentía.- Y no sabes que hacer...

- La verdad es que no. Me muero me miedo.- confesé.- Sería empezar de nuevo en otro lugar...

- Entiendo. Pero, ¿quieres que te de mi consejo?

- Si no lo quisiera no le habría comentado...

- Siempre dan temores los inicios, así como dan tristeza los finales. Y es normal que estés tan indecisa, después de todo te está pidiendo que te marches a otro país. Pero, si en verdad lo amas y estás segura de que él te ama, creo que deberías aceptar su propuesta.

- ¿Usted cree eso?

- Sí. El amor verdadero solo toca a nuestra puerta una vez. No lo olvides, Lily.

Me sentí mucho más tranquila después de esta charla. Y pude por fin tomar una decisión. El Dr. Mancera tenía razón: no debía dejar ir la oportunidad que se me presentaba. Por fin estaba bien segura de que Genzo era el hombre con quien yo quería pasar el resto de mis días. Me fui a descansar a la mipera, muy contenta, pues sabía que dentro de unas cuantas horas le diría que sí al hombre al que amaba. Sin embargo, y para mi desgracia, el destino se encargó de evitar nuestro encuentro...

Justo a las 6 de la mañana vinieron a buscarme porque estaban por trasladar a un paciente grave a otro hospital en la vecina ciudad de León. Se trataba de un señor que en cualquier momento podría caer en paro cardiorrespiratorio y morir, por lo que no podían mandarlo solo en la ambulancia, un médico debía irse con él hasta allá, y ese médico era precisamente yo. Rogué con toda mi alma que el señor aguantara el trayecto hasta León y, aunque afortunadamente el paciente sobrevivió, nos tardamos muchísimas horas allá y cuando por fin regresamos a Guanajuato, pasaban ya de las 9 de la mañana. Había perdido mi oportunidad. Genzo se había ido, pensando en que yo no había querido aceptar su propuesta...

Genzo.

Y ella no llegó.

No sé si pequé de ingenuo o qué, pero en verdad creí que Lily aceptaría mi propuesta... Sin embargo, me quedé esperando, como un completo idiota, hasta las 8 de la mañana a que ella apareciera. Pero no llegó nunca... Fui al hospital a preguntar por ella, quizás había tenido que entrar a una cirugía de urgencia, pero me informaron que Lily se había marchado hacía horas...

Debí habérmelo imaginado. Debí haber pensado que ella no podría contra su muy cobarde corazón...

Misaki llegó a informarme que ya todo estaba listo y que no podíamos seguir esperando por más tiempo. Yo me negaba a aceptar los hechos, no quería irme aun sin saber por qué Lily no ido a nuestro encuentro, pero desgraciadamente ya no había tiempo. Y Rika ya no se encontraba en México, quizás si ella hubiera estado las cosas habrían sido diferentes...

Mientras el taxi nos llevaba a la central de autobuses (la ciudad de Guanajuato no cuenta con aeropuerto, por lo que tendríamos que trasladarnos a la ciudad de León), juré que nunca, nunca jamás, volvería a creer en la palabra de una mujer. Estaba realmente dolido, pues en verdad que estaba enamorado como un loco. Pero todo eso quedaría atrás, sin importar cuánto me costara, conseguiría sacar a Lily de mi cabeza. A como diera lugar.

Y cuando abandonábamos la ciudad, no pude evitar pensar en las palabras que me dijo Lily una vez: "En Guanajuato todo puede pasar...".

Jazmín.

Pero esta historia no termina aquí, pues de lo contrario yo no estaría contándoles esto. Sí, es verdad que el destino se encargó de separar a mi papá y a mi mamá, pero ninguno de los dos sabía que la vida les daría otra oportunidad...