Chapter twelve.
Lily.
Me cae que tengo suerte de perro, pero aun no decido si eso es bueno o es malo...
Debí de habérmelo imaginado, debí de haber pensado un poquito. Izawa es miembro de la Selección Japonesa. Genzo es miembro de la Selección Japonesa. Era bastante obvio que, de seguro, ellos se conocían...
Al principio, cuando Izawa me sugirió que conociera a sus amigos, me negué. Realmente no tenía ganas de tratar con gente nueva, pero insistió tanto que no pude seguir rehusándome.
- Vamos, te caerán bien.- me decía.- Y te hace falta hacer más amigos aquí.
- Uhm, o sea que ya te hartaste de salir conmigo todo el tiempo y quieres que salga con alguien más... .- bromeé.
- ¡Por supuesto que no es verdad!.- reclamó Izawa, indignado.- Todo lo contrario. Además, ellos quieren conocerte, les he hablado mucho de ti.
- ¿Les has hablado de mí a tus amigos?.- esto sí que me sorprendió. Caramba, al rato me va a querer presentar a sus padres...
- Este... Un poco... .- tartamudeó él.
- ¿Y qué les has dicho sobre mí?
- Pues... .- Izawa, de repente, se puso muy colorado.- Solo les he dicho que... Que eres una buena amiga...
Sí, soy muy despistada. Pero esta vez reconocí esa mirada en los ojos de Izawa... Porque ya la había visto antes en los ojos de Genzo... Demonios, ¿por qué no puedo dejar de compararlos a cada instante?
- Muy bien.- acepté, quizás impulsada por la culpa.- ¿Cuándo quieres que vayamos a conocerlos?
- Hoy mismo, nos esperan en una cancha pública de Tokio.
No es de sorprender que un grupo de seleccionados de fútbol nos estén esperando en una cancha pública de sóccer... Aunque yo no entiendo esa obsesión, el último lugar en donde yo citaría a alguien sería en un hospital...
Como sea, la verdad era que estaba un poco nerviosa, pero Izawa me aseguraba que no tenía por qué estarlo. Antes de llegar, él me ofreció el brazo y fue entonces cuando supe que quizás él le había comentado a sus amigos que yo era su novia. Había ya unos diez jóvenes esperándonos en el lugar, pero mi mirada solo captó a uno de ellos... Alto, apuesto y orgulloso, como siempre, con una gorra roja en la cabeza, como siempre... Me lleva...
Genzo. Él era uno de los amigos de Izawa...
- Hola, muchachos.- saludó Izawa a sus amigos.- Perdón por la tardanza pero me costó trabajo convencer a Lily...
- Ya preséntanos a tu novia.- gritó un muchacho con cara de simio.
- Cállate, Ishizaki.- murmuró Izawa, más colorado que un tomate.- Les quiero presentar a Lily Del Valle, ella es la doctora que ha venido desde México al programa de Médicos Internacionales Unidos.
- Es un placer, señorita.- me contestaron todos a coro. Todos, menos Genzo...
- Lily.- continuó Izawa.- Ellos son Hanji Urabe, Ryo Ishizaki, Teppei Kisugi, Singo Takasugi, Hajime Taki, Aoi Singo, Tsubasa Ozhora y su esposa Sanae y Genzo Wakabayashi.
No me aprendí tanto nombre extraño. Si ni siquiera en un estado normal habría podido hacerlo, menos estando en shock... Les extendí la mano a todos y a cada uno de ellos. Genzo fue el último. ¿Cómo reaccionaría él? ¿Debía comportarme como una vieja conocida o fingir que nunca en mi vida lo había visto?
Genzo.
Afortunadamente, todos estaban tan ocupados con la llegada de Izawa que nadie notó mi reacción. Y lo mejor de todo era que Misaki no estaba presente, pues había ido a recoger a Rika, quien regresaba a Tokio. Si él hubiera estado habría sido un caos...
- Capitán.- dijo Izawa.- Ella es Lily, la doctora de quien les he estado hablando todos estos días.
Me dolió ver una mirada de ilusión en los ojos de Izawa. Y me dolió porque me di cuenta de que eso significaba que sentía algo más por Lily... Si no hubiera notado esto, quizás me habría comportado de una manera diferente. Quizás habría tomado a Lily entre mis brazos y la habría cubierto de besos, siguiendo el impulso que sentí en esos momentos. Pero al notar la atracción que Izawa sentía por ella, no pude hacerlo...
- Mucho gusto, señorita.- dije, extendiendo mi mano hacia ella.- Bienvenida a Japón.
Ella se mordió el labio inferior en un gesto de duda que bien le conocía. Noté también una mirada de reconocimiento y una pregunta no formulada: ¿Debo fingir que no te conozco?
- Muchas gracias.- respondió ella, al fin, tomando mi mano y estrechándola.
- Él es uno de mis grandes amigos.- continuó Izawa.- Fue mi capitán durante la primaria y aun lo sigue siendo...
- No digas eso, Izawa.- murmuré, entre dientes.
- Ya veo... .- musitó Lily.
- Bueno, muchachos.- dijo Tsubasa, en ese instante.- Sería muy descortés de nuestra parte ponernos a jugar fútbol mientras dejamos sola a la señorita. Será mejor que vayamos a otro sitio en donde ella pueda pasar un buen rato.
- ¿Desde cuando eres tan cortés y amable, Tsuby?.- dijo Ishizaki.- ¿Tanto te cambió Sanae?
- ¡Cállate, Ishizaki!.- gritó ésta, algo molesta.
- Jajaja, y por lo que veo Izawa va a seguir tus pasos.- continuó Urabe.- Vean lo bien arregladito que viene, se nota que quiere impresionar a su doctora...
- Ya cállense.- Izawa se puso muy colorado.
Los muchachos se lo agarraron para embromarlo y Lily y yo nos quedamos frente a frente, sin decirnos palabra. Quería preguntarle tantas cosas, empezando por cuestionarle el por qué me había dejado esperándola como un idiota en el Jardín del Cantador... Ella se miraba las uñas, sin mirarme a la cara. Se notaba que se encontraba en el mismo predicamento en el que me encontraba yo...
Lily.
No sabía ni qué hacer, ni qué decir, ni nada. Simplemente me dediqué a contemplarme las uñas, como hacía cada vez que no se me ocurría algo mejor qué hacer...
En cuanto vi a Genzo, mi primer impulso fue lanzarme a sus brazos y besarlo en los labios. Pero eso no habría sido lo correcto, y además, era muy probable que él me hubiera rechazado...
Nota de la pequeña Jazmín.
¡Qué tontos pueden ser los adultos! Mamá y papá se mueren de ganas de estar juntos pero ninguno se atreve a dar el primer paso...
Continúa la narración de Lily.
Genzo fingió no conocerme. Me extendió la mano muy cortésmente, aunque fríamente y fingió no saber quién era yo. No me esperaba menos de él...
Muy pronto, los amigos de Izawa comenzaron a hacerle burla conmigo. ¡Qué situación más incómoda! Genzo y yo nos quedamos parados uno enfrente del otro sin saber ni qué decirnos... Esto me estaba matando, así que decidí decir algo, lo que fuera. Dicen que calladito se ve uno más bonito pero yo ya no iba a soportarlo por más tiempo... Levanté mi mirada y me topé con sus ojos y ambos abrimos la boca para decir algo pero entonces Izawa nos interrumpió.
- Lily.- nos dijo.- Capitán. Los muchachos quieren ir a la casa de la abuela de Kumi a pasar el rato...
- Está bien.- musitó Genzo.
- Como gusten.- respondí yo.
Izawa volvió a ofrecerme el brazo y yo dudé en aceptarlo, aunque como se suponía que yo no conocía a Genzo desde antes, terminé por agarrarme de Izawa, para continuar con el juego...
Y llegamos a la casa de la abuela de Kumi, quienquiera que fuera ésta. Era una residencia típica japonesa, y estaba llena de objetos místicos y de adivinación.
- La abuela de Kumi es adivina.- me susurró Izawa, al ver mi mirada.
- Ahhh...
Nos recibió una señora anciana, de estatura baja y que llevaba puesta una capa larga con capucha. Iba acompañada de una chica de cabello muy corto, casi de mi misma edad. Kumi y su abuela, supuse yo. Después de las correspondientes presentaciones, nos hicieron pasar a una sala de té, en donde teníamos que estar hincados sobre unos cojines. Me vale que los cojines sean cómodos, para alguien que no está acostumbrado estar en esa posición, el estar hincado por mucho tiempo puede ser muy incómodo...
La reunión se animó, pero ni Genzo ni yo participábamos en ella. Estoy segura de que él se sentía tan cohibido como yo, ninguno se esperaba esta situación... Pensé que las cosas no podían ponerse peor, pero me equivoqué...
Al poco rato llegó Misaki acompañado por Rika... Se imaginarán lo que pasó...
Genzo.
Es cierto que estoy preparado para los embates del destino, pero todo tiene sus límites...
No sé quién le avisó a Misaki en dónde estábamos, pero la cosa fue que él llegó a la casa de la abuela de Kumi, acompañado por Rika. Ellos eran las últimas personas a quienes quería ver en esos instantes...
- Hola, muchachos.- saludó Rika, cuando entró.- Gusto en verlos.
- Hola, muchachos. ¿Qué hay?.- saludó Misaki.
- ¿Cómo sigue tu abuela, Rika?.- preguntó Sanae.
- Mucho mejor, muchas gra... ¡Ahhh! ¡Lily!.- exclamó Rika, y todos voltearon a ver a la mencionada.
- ¿La conoces?.- inquirió Izawa.
Les lanzé una mirada a Misaki y a Rika, para que se callaran, pero desgraciadamente Rika no lo notó.
- ¿Qué haces aquí? ¿Viniste a buscar a Wakabayashi? ¡Ya sabía yo que todo era un malentendido!.- gritó Rika.
- ¿De qué hablas?.- Izawa estaba tan confundido como todos.
- Rika... .- dijo Misaki, con voz de alarma, pero ella no le hizo caso.
- ¿Y tú, Wakabayashi? ¿Qué haces con esa cara de seriedad? ¡No me digas que sigues enojado! ¡Lily ha venido desde México solo por ti!.- Rika continuaba con su perorata sin hacer caso de mis miradas de advertencia.
- Rika, no es lo que crees.- musitó Lily, cabizbaja.
- ¿Cómo que no es lo que yo creo? ¿Qué haces en Japón entonces?
- ¿Alguien puede explicarnos qué es lo que pasa aquí?.- inquirió Kisugi.
- ¿Qué nadie sabe o se hacen pentontos? Lily y Wakabayashi son novios, o bueno, al menos lo eran allá en México.
Se hizo un silencio absoluto. Pude ver la cara de sorpresa e incredulidad de Izawa...
Lily.
Nunca en mi vida me he sentido peor. Mi prima acababa de aparecerse y confesó, delante de todos, que Genzo y yo habíamos sido novios... Se hizo un incomodísimo silencio, el cual fue roto por la voz trémula de Izawa...
- ¿Qué cosa?.- musitó.- Capitán, ¿eso es cierto?
Genzo momentáneamente no supo qué responder. Lo supe por su mirada...
- Algo así.- murmuró Genzo, al fin.
- ¿Qué no lo sabían?.- inquirió Rika.- ¿En verdad?
- Ninguno de nosotros teníamos idea de que Wakabayashi y Lily ya se conocieran desde antes. Ninguno de los dos dijo nada.- aclaró Kisugi.
- ¡Ahhh! ¿Entonces qué haces aquí en Japón sino es por Wakabayashi, Lily?
- Vine como miembro de Médicos Internacionales Unidos.- musité.- Y la jefa de la organización es la tía de Izawa...
- Ahhh...
Izawa nos miraba alternativamente a Genzo y a mí. Supongo que él tampoco se esperaba esto... Genzo y yo intercambiamos miradas. No quería que las cosas pasaran así, me dijo.
Créeme, yo tampoco...
Jazmín.
Pues como dije antes, los adultos pueden ser muy tontos cuando quieren. Por andar de mentirosos, papá y mamá se habían metido en un embrollo. Ahora la cosa será saber qué hará Izawa ante esta situación.
Y si mis papás creen que las cosas no pueden empeorar más, pronto se darán cuenta de que aun no han visto nada...
