Chapter seventeen.

Lily.

Uhm... Pues ya no hallo ni qué decir. Mi nueva amiga, Berenice Mendoza, se había prendado de mi nuevo novio, Mamoru Izawa. En cuanto ella se enteró de que Mamoru y yo éramos pareja, se marchó apresuradamente murmurando un "adiós". Yo sentí en mi interior una gran desazón...

- No sabía que rescatabas a damas en apuros.- le comenté a Mamoru, solo por decir algo.

- No sabía que la conocías...

- Bueno, da lo mismo, fue una suerte que pasaras por allí en esos momentos...

- Ajá...

Ambos nos quedamos sin decir nada, mirando cada quien hacia un punto diferente del horizonte.

- Lily, quisiera que me disculparas por mi comportamiento de hace un rato.- me dijo, al fin.

- Ahhh, está bien...

- Pero...

- ¿Pero?

- Quisiera que comprendieras la situación en la que estoy.- continuó.- Wakabayashi-san fue mi capitán y siempre lo he respetado muchísimo, por no mencionar que le tengo mucho afecto.

- Ajá...

- Y no es fácil para mí... Tú sabes, andar con la chica que fue su novia...

- Tú lo has dicho: fui su novia, ya no lo soy...

- Eso no importa, creo que él aún...

En ese momento el timbre de la puerta volvió a sonar. Corrí a abrir y me topé con Rika.

- ¡Hola!.- me saludó.- ¿Estás ocupada?.- continuó, al ver a Mamoru.

- Eh, pues sí, algo.- respondí.

- No te preocupes, Rika.- intervino Mamoru.- Yo ya me iba... Lily, por favor, piensa en lo que te dije.

- Claro, aunque aun no sé que es lo que tengo qué pensar al respecto.

- Solo esto: trata de entender que no podré abrazarte o besarte si Wakabayashi-san está cerca de nosotros. Pero no es porque no te quiera o porque te considere menos que a él. Es solo que siento que estoy traicionándolo como amigo.- Mamoru me susurró esto al oído, al tiempo que me abrazaba.- Hasta pronto.

Miré como mi novio se marchaba sin darme siquiera un beso de despedida antes de hacerlo.

Genzo.

Ahora esto ya comienza a parecerme una burla. No es posible que ocurran tantas coincidencias juntas...

Por boca de Misaki (he notado que es una fuente fidedigna de información), me enteré de que Izawa rescató a Berenice, la muchacha que me dejó entrar a la residencia de Médicos Internacionales Unidos la noche de la fiesta de caridad. Y, según palabras de Misaki, todo parecía indicar que se estaba formando un triángulo amoroso entre Lily, Berenice e Izawa. Bien podría entrar yo a formar un cuarteto...

Misaki se enteró, por boca de Rika quien a su vez lo escuchó de la propia Lily, de que la relación entre ésta e Izawa estaba deteriorándose, no solo por el temor que tenía Izawa de abrazar a Lily enfrente de mí, sino aparentemente también por el hecho de que Lily sabía que Berenice sentía algo por Izawa y aquella tampoco se animaba a salir con su novio por no querer lastimar a su amiga. Me enteré también de que Izawa le pidió a Lily que dejara de visitarlo en los entrenamientos. Supuse que al final ya no pudo con la culpabilidad y entonces yo también me sentí mal, puesto que esa decisión evidentemente había sido tomada por influencia mía.

¿Y cómo fue que me enteré de esto último? Fue la propia Lily quien vino a decírmelo. Una tarde, mientras yo guardaba mis objetos personales, ella se acercó y se sentó muy cerca de mí. Yo no volteé a verla, solo esperé a que fuera ella quien hablara primero.

- Muchas gracias por arruinar mi noviazgo.- me dijo, un tanto molesta.

- ¿De qué hablas?.- inquirí, sorprendido.

- Mamoru me ha pedido que deje de visitarlo en los entrenamientos. Y esto es gracias a ti. No puedo creer que seas tan egoísta, no quisiste arreglar lo nuestro cuando podías y ahora no permites que yo sea feliz con alguien más.

Sus palabras me cayeron como balde de agua fría, pero antes de que siquiera pudiera pensar en qué contestarle, se levantó y se marchó a paso veloz.

Jazmín.

Izawa, por su parte, se sentía cada vez más infeliz. Quería mucho a mi mamá, pero cada día aumentaba en él la sensación de que se estaba interponiendo entre un amor muy grande. Además, estaba el hecho de que había otra persona que lo hacía sentirse un tanto perturbado cada vez que la veía...

Berenice. Izawa no entendía por qué, pero se sentía algo triste que cada vez que la saludaba y veía que ella apenas y le contestaba. Esto, aunado a la culpabilidad que sentía por haberle bajado la novia al capitán, creaban en él un gran conflicto.

Después de que le pidió a mamá que dejara de visitarlo en el campamento, Izawa se fue a pasear por las calles de Tokio. En la concurrida calle Ginza* se topó, por casualidad, con Berenice.

- ¡Ah, hola!.- lo saludó ella.

- Hola.- dijo Izawa.

- ¿Qué andas haciendo por aquí?

- Paseando solo...

- ¿Y eso? ¿En dónde está Lily?

- No tengo ni idea...

- ¿Cómo es eso? ¿Se pelearon o qué pasó?

- Pues... .- Izawa suspiró.- La verdad es que creo que debería de terminar nuestro noviazgo...

- ¿Y eso por qué?.- preguntó Berenice, sorprendida.

- Es que creo que lo nuestro no debe ser... Además.- Izawa titubeó.- Creo que no la quiero como yo creía...

- ¿A qué te refieres?

- Pues... Es que al principio me traía loco, pero después... O sea, no es que no la aprecie, pero algo en mis sentimientos hacia ella ha cambiado. Quizás sea la culpa que siento por saber que Wakabayashi-san aun la quiere... O tal vez sea otra cosa...

- ¿Cómo qué?.- quiso saber Berenice.

Izawa no contestó, pero miró de una manera muy profunda a Berenice. Ésta se ruborizó.

- Nos vemos pronto.- se despidió Izawa.- Tengo algo importante que hacer...

Él ya había tomado su decisión. Y se apegaría a ella...

Lily.

No sé por qué me sorprendió, si ya sabía que esto iba a terminar por suceder. Izawa terminó conmigo. Fue a buscarme por la noche a la residencia, y cuando vi su rostro comprendí a qué había ido...

- Lily, tenemos que hablar.- pidió.

- ¿Qué pasa?

- Es sobre nosotros... .- él titubeó unos instantes.- Yo creo que eres una muchacha muy especial, lo supe desde el primer momento en que te conocí...

- Ajá...

- Y mira que fui muy feliz cuando aceptaste ser mi novia...

- Ajá...

- Creo que, a pesar de todo, hemos tenido una muy buena relación...

- Pero...

- Pero creo que no puedo seguir así. Me he dado cuenta de que no es conmigo con quien tú debes estar.

- No empieces otra vez con eso de que... .- comencé a protestar.

- Es que es la verdad.- me interrumpió Izawa.- Wakabayashi-san aun te quiere y yo sé que tú también lo amas. Y no me digas que no.- Izawa detuvo con un gesto mi intento de querer negarlo todo.

- Entonces... .- susurré.- ¿Esto es todo? ¿Solo adiós?

- No tiene por qué ser un adiós.- me contradijo.- Dejamos de ser novios pero podemos ser amigos, si es que tú lo deseas...

Suspiré. Me sentía mal porque, en definitiva, a nadie le gusta ser botado. Pero muy en el fondo siempre supe que esta relación no funcionaría...

Genzo.

El destino. Solo encuentro esta explicación. Tuvo que ser el destino quien nos empujó a esto...

Faltaban unos cuantos días para el final de los entrenamientos. Pronto, Tsubasa, Misaki, Hyuga y yo tendríamos que volver a Europa para enfrentarnos con nuestros respectivos equipos en la Champions League.

En una tarde lluviosa tuve la grandiosa idea de salir a comprarme un par de guantes nuevos, puesto que los anteriores habían sido destrozados en los entrenamientos por la potencia de los tiros de Tsubasa y Hyuga. Justo al salir de la tienda de deportes, se soltó un aguacero bárbaro, de aquellos que no te dejan ver nada más allá de tu nariz. Pero ni con la peor de las lluvias, ni con neblina, ni siquiera en la total oscuridad, habría podido ignorar a la chica que estaba parada en una esquina, más mojada que una sopa...

Lily se apretaba los brazos con fuerza y trataba de protegerse de la lluvia con una delgadísima chamarra rompevientos. Era evidente que la lluvia la había tomado por sorpresa. Obviamente, no podía dejarla ahí, empapándose, así que detuve el automóvil justo delante de ella y abrí la ventanilla del lado del pasajero.

- Sube.- le dije.

Ella titubeó unos instantes. Estoy seguro de que me habría dicho que no sino hubiese estado lloviendo a cántaros en esos momentos. Pero su sentido práctico la hicieron razonar y se subió al coche sin chistar.

- Gracias.- me dijo, una vez que se acomodó en el asiento.- Veo que el clima aquí está tan loco como en México...

- No, allá está mucho peor.- la contradije.

- Sí, tal vez.- ella esbozó una media sonrisa.

- ¿Vas a la residencia de Médicos Internacionales Unidos?

- Sí...

Y hacia allá nos dirigimos. No sé si alguna vez comenté que la dichosa residencia se encuentra un tanto alejada del centro de Tokio, de hecho, prácticamente se encuentra ya en las afueras y el camino que conduce a ella se vuelve muy difícil en época de lluvias. Las llantas del carro amenazaban con atascarse en el lodo a cada momento, por no mencionar que cada vez llovía mucho más fuerte. Pronto, tuve una visibilidad casi nula del camino.

- Así no vamos a llegar muy lejos.- comenté, un tanto fastidiado.

- Uhm... .- dijo Lily.- ¿Qué tan lejos de la residencia estaremos? Para irme caminando desde aquí...

- No digas tonterías, no voy a dejar que te vayas con esta lluvia y mucho menos con la ropa que traes, te resfriarás.- dije, enérgicamente.

- ¿Qué hacemos entonces?.- preguntó, enfurruñada.- Ni modo que nos quedemos aquí...

- Creo que estamos cerca de la cabaña que tienen Rika y Misaki.- comenté.- Tal vez podamos refugiarnos allá en lo que se baja un poco la lluvia.

- ¿Ellos estarán ahí ahora?

- No, los dos se fueron a visitar a la madre de Misaki, pero él me dio una copia de las llaves.

- Supongo que eso es mejor que quedarnos aquí.

Y efectivamente, la cabaña no quedaba muy lejos de en donde nos encontrábamos. Estacioné el automóvil lo más cerca que pude de la casa y atravesamos corriendo el trecho que nos separaba de la puerta. No pudimos evitar quedar completamente empapados.

- Bueno, en definitiva esto es mucho mejor.- comentó Lily, observando el lugar.

Ella tiritaba, al igual que yo. No pude evitar observar que su vestido estaba completamente empapado y la delgada tela dejaba ver todo lo que había debajo... Desvié la mirada.

- Encenderé la chimenea.- comenté, tratando de pensar en otra cosa.

- Yo buscaré algo de ropa para cambiarnos.- contestó Lily.

Solo espero que la lluvia se calme pronto, porque lo que vi por debajo de su vestido encendió en mi un deseo muy conocido...

Lily.

¡Ah, rayos!

Me encontraba atrapada en una cabaña vacía en medio de una fortísima lluvia, junto con Genzo. ¿No es esto demasiada tentación? Y todo porque no tuve la previsión de llevarme un paraguas, o mínimo una ropa más protectora, antes de salir a la calle...

Me dirigí hacia las habitaciones de la cabaña, en busca de algo de ropa. Localicé el que supuse que era el vestidor de Rika y traté de escoger algo decente que ponerme, pero la señorita solo tenía negligés y camisones muy vaporosos. No me sorprende, después de todo a este lugar viene con Misaki cuando quieren estar solos...

Tomé la ropa que me pareció menos indecente, un camisón largo de seda blanca, y me la puse, para después dejar mi ropa secando en el baño. Localicé después el armario de Misaki y tomé ropa para Genzo, aunque sabía que le iba a quedar un tanto ajustada, dado que aquel es mucho más bajo de estatura y menos fornido que éste.

Cuando regresé a la sala, Genzo ya había encendido la chimenea. En cuanto me vio, tuve deseos de correr, pues sus ojos me recorrieron lentamente de los pies a la cabeza. Sentí que en cualquier momento me derretiría ante esa mirada...

- Toma.- le di la ropa, tratando de comportarme lo más normal posible.- Para que te cambies.

Genzo tomó la ropa e inmediatamente se quitó la sudadera que llevaba puesta, dejando al descubierto su pecho musculoso. No sé cómo le hice para no quedarme con la boca abierta...

- ¡Pero no es para que te cambies aquí!.- protesté, ruborizada.- Vete al baño o mínimo a otro lugar.

- Como quieras.- me contestó.

Por favor, que esta lluvia termine pronto, no sé cuánto tiempo más podré controlar mis impulsos...

Jazmín.

¡Sí! ¡Mamá y papá están juntos otra vez! Y pronto caerán en la trampa de amor que el destino ha preparado para ellos...

¡Esta historia está a punto de llegar a su fin!

Notas:

*La calle Ginza es una de las más conocidas y populares de Tokio.