El orgullo de un shaman.
Cáp. 10: Esto...es un adiós
-Todo estaba pasando muy rápido...en la mansión casi no se escuchaba nada, El joven Ren y la señorita Jun estaban demasiados serios aunque la señorita no perdía esa sonrisa que la caracterizaba, en cambio el joven Ren...usaba todo el tiempo posible para entrenar y casi no hablaba con nadie, ni siquiera con la señorita Jun...¿Acaso será tan malo todo esto¿Exactamente, para que entrena el joven?...son muchas cosas que aun no comprendo. Sin embargo...está es la ...la ultima noche...y después ambos se marcharan.-
- Parece que nadie cenara.-Exclamó Miyuki
- Ya veo... – Respondió algo triste Tamao.
: (vació un poco de té en una taza) Creo que están algo nerviosos.
¿Por qué¿Es por su padre?.
- (bebiendo un sorbo).
Tamao: Lo siento...es solo...
: Sé que te preocupas por ellos...pero hay algunas cosas que sería incorrecto entrometernos.
- (Asintiendo con la cabeza).
: Por cierto...
: Hm?
: Me he dado cuenta que desde hace algunos minutos traes esa pequeña bolsa...
¡Ah! Oo pues...bueno yo...- Bajando su mirada a dicha bolsa que estaba cargando.
: Entiendo... Bueno si se los quieres entregar ¿qué mejor momento que ahora?
: E-esta bien - Sonrió ruborizada.
: A propósito...
¿Hm? – Girando para poder mirarla.
¿Qué ha pasado con Conchi y Ponchi?
: Oo ¡Ah! Es cierto aun no regresan –Gritó alterada.
: Cálmate supongo que no andarán lejos n ñ
:pero...¿y sí...
: No te preocupes, ellos no se escaparan
: Pero...
: Apresúrate ve a entregar esos presentes –Exigió con cierta autoridad.
¿C-como sabe, lo que tengo aquí? –Pregunto ruborizada.
: Estas ultimas dos noches te he visto preparando algo
Tamao: es...que...yo.. –Balbuceó apenada la pelirosa
¿Qué estas esperando?
- Usted realmente cree...que Ponchi y Conchi...
: Ellos estarán bien, no te preocupes.
: Hm...talvez tenga razón, además solo fueron a ver kimonos, deben gustarles mucho para que aun no hayan regresado
: Oo... n ñU Si, claro eso debe ser –Rió por lo bajo, haciendo que nuevamente la pequeña quedara confundida.
: Bueno...entonces iré a dejar esto.
: Esta bien - Sonrió Miyuki por aquella actitud tan propia de la pelirosa, es decir gentil y amable.
Tamao salió de la cocina y subió las escaleras, caminó por el pasillo hasta quedar frente a la habitación de Jun, luego llamó a la puerta.
: Adelante – Dijo Jun desde adentro.
- (Abriendo la puerta) Buenas noches...
: Buenas noches Tamao – Sonriendo – Ya avise que no cenaría hoy.
La joven de cabellos verdes estaba sentada en un sofá de su habitación leyendo un libro.
: S-si, ya lo sé...yo solo vine a... –Ruborizada.
: a?
: T-tome –Acercándose y entregándole una pequeña bolsa con un listón rojo amarrado a ella.
¿Es para mí?
: (Asintiendo con la cabeza)
: Gracias - Sonrió con cierta sospresa.
: De nada –Sonriendo.
¿Puedo abrirlo ahora?
: Sí
Jun soltó el listón, para darse cuenta del contenido.
: Es un amuleto? – Mirando el objeto que parecía una pequeña Tablilla de color azul con algunas iniciales grabadas.
: Si, se dice que es un amuleto para... la amistad...
¿Amistad? –Repitió
- S-si
: Muchas gracias, Tamao. – Sonriendo – Tu obsequio me gusta mucho, solo espero que a mi hermano le guste también.
¿Ah?.
: Me refiero a lo que traes ahí
: Oo ejem...bueno...yo... – Se había puesto sonrojada y bastante nerviosa.
: Ve a entregárselo, si es lo que deseas
: Es que... –Dijo tímidamente.
¿pasa algo?
: Pero...y sí...
: No lo sabrás, si no se lo entregas .
La pelirosa quedó muy sorprendida, Jun siempre se le adelantaba para hablar, parecía que conocía la mente de Tamao a la perfección.
: C-como usted diga. – Dirigiéndose a la puerta y abriéndola nuevamente.
: (Volvía abrir el libro para comenzar su lectura).
: Señorita Jun –Girando un poco para verla de reojo. – Gracias, por todo, esperare con ansias su regreso - Salió de la habitación y cerró la puerta.
: Yo... –Susurro mientras sonreía y miraba el texto del libro – También espero volver.
Caminando nuevamente por el pasillo, pero ahora mucho más nerviosa.
: Solo espero que lo acepte... –Pensó mirando el otro obsequio que llevaba en brazos, la direfencia es que este no iba envuelto ya que sabia muy bien a quien se lo daría, por lo tanto debía de ir directamente ya que si no, él no lo aceptaría, por lo menos esa era lo que ella imaginaba.
Se colocó frente a la puerta de la habitación del joven.
: (Suspiro) Bueno...es hora.
Levantó una mano y lentamente la acercó a la puerta. Tocó tres veces.
¿Estará dormido- Pensó con curiosidad.
La pequeña puso su mano en la perilla y comenzó a girarla.
: No hay nadie?...-Susurro.
Aunque estaba un poco oscuro, sus ojos pudieron comprobar que nadie estaba ahí.
: (Suspiro cabizbaja).
: (Bebiendo otro sorbo de su taza)
¡Es usted! –Dijo con cierto asombro. Entrando bruscamente a la cocina.
: Creo que si - Dijo Miyuki Mirándolo como si nada. – Tamao estaba muy preocupada.
: Si lo sé, esa chiquilla nos necesita demasiado –Mostrando una sonrisa triunfadora.
: �� eres un estúpido ¡tu haz sido el responsable de que me hicieran esto!.- Señalando moretones en su cuerpo.
- Veo que se divirtieron en su búsqueda de kimonos.¿no es asi? Conchi Ponchi?
Ponchi y Conchi: (mirándola con suspicacia)
- Vamos hablen – Rió con cierta burla.
¿Dónde está Tamao?.- Pregunto al fin conchi molesto
- Como...me hubiese gustado haberle entregado esto...pero de seguro está entrenando... –Suspiró con pesar, mientras salía de la mansión y se dirigía al patio trasero.
Elevó su vista al cielo y miró el firmamento.
: Que lindas... –Dijo al contemplar las estrellas.
: Es una pena que solo se puedan apreciar en ciertos lugares.
La pequeña giro para ver de donde provenía la voz.
.: J-joven Ren –Dijo, mientras veía al chico sentado en el césped y apoyado en la pared, con una pierna estirada y la otra doblada , ambos brazos estaban cruzados.
¿Pasa algo para que te alteres así? – Exclamó malhumorado.
- N-no nada...es solo que me asuste un poco.
Ren Miró nuevamente el cielo.
: Pensé que estaría entrenando.
: No estaba de humor para hacerlo – Dijo fríamente sin despegar su vista del firmamento.
¿Puedo sentarme a su lado?
El joven dejó de mirar el cielo por un momento, giró su cabeza hacia otra dirección y cerró sus ojos.
: Haz lo que quieras.
: Gracias –Sonrió. Se sentó junto a él, doblo sus piernas las abrazó con ambos brazos y colocó el presente al lado opuesto de ella.¿Por qué dice que las estrellas solo se pueden ver en ciertos lugares?.
: (Mirando el cielo) Eso es porque en este lugar no hay mucha luz eléctrica que contamine por esa razón se pueden ver a simple vista.
- Bueno, en eso tiene razón ya que está mansión es el único lugar a lo largo del bosque n ñU
: Por cierto ¿Dónde están esos dos?
: Conchi y Ponchi no están, salieron a ver unos kimonos
¿Eso fue lo que ellos te dijeron? ��
: Si, por eso aun no regresan.
: Que ingenua eres ��U
¿Soy ingenua? . .?
Ren suspiró resignado al estudiar a fondo a la joven.
Después de un rato de silencio, Tamao volvió a hablar.
: Este lugar es muy lindo...pero creo...que por construir mas ciudades, pueden destruir este lugar
: Las personas...solo son insectos que intentan destruir todo –Dijo con cierto rencor.
: (Inclinando la cabeza) En verdad...¿Odia a todas las personas?.
Un silencio se hizo presente, Ren miraba el cielo como si nada, sin embargo Tamao pensaba una y otra vez si darle él obsequió al chico, de todas maneras él odia a los humanos...entonces ¿Por qué aceptar un regalo de parte de uno de ellos?.
: Joven Ren... –Cabizbaja
: (Mirándola de reojo).
: Esta seria...la ultima noche que pasa en este lugar...
: (Abriendo mucho los ojos por la sorpresa).
: Bueno...yo...quería –Ruborizándose y tomando el obsequio.
: Yo...yo...-Levantando la vista y mirándolo frente a frente.
¿Tu que? –Preguntó impaciente mientras aun la miraba de reojo.
¡Tome! –Estirando los brazos y entregándole el obsequio.
¿Por qué me estas dando esto? – Dijo mirándola con un semblante muy serio.
- E-es un amuleto...e-es que quiero...que regrese con bien de su viaje, por eso...por eso... – La chica tenía su cabeza aun inclinada, después de haber dicho todo eso, no era capaz de verlo a los ojos.
Por otra parte el joven de ojos dorados estaba mas que sorprendido por haber escuchado tales palabras. Pero rápidamente se puso de pie. Tamao lo notó y levanto su vista solo para ver al chico de espaldas.
: Yo no necesito de esas cosas para estar bien, además no tengo ninguna buena razón para regresar aquí –Terminando de decir esto se retiro.
: Si...comprendo –Susurro, mientras se ponía de pie y guardaba el amuleto en uno de los bolsillos de su falda.
¡Tamao! –Gritaron interrumpiéndolos pensamientos de la joven.
¿Conchi, Ponchi?
Conchi y Ponchi: Hola!
¿Dónde habían estado? Me tenía preocupada.
- Pero parece que tú pasas mucho tiempo con ese chiquillo ��
: Lo mejor será irnos a dormir –Dijo con cierta tristeza.
La chica pelirosada entró a la casa y subió a su habitación, pero antes de entrar miro por un segundo la pieza de Ren, parecía que todos ya estaban en sus respectivas alcobas. Entro a la suya, se puso detrás de su tocador para poder cambiarse de ropa.
¿Te ocurre algo Tamao?.- preguntó Ponchi al mirarla algo desanimada.
: (Sentándose en su cama y cubriéndose con la sabana)
¿Qué es lo que sucede?
: (Poniéndose de lado, dándole la espalda a los espíritus) Ahora intente darle un obsequio al joven...pero parece que no le agrado.
¿Qué!
¿Por qué lo hiciste? –Dijo Conchi molesto.
: Pensé...que tanto tiempo estando a su lado...talvez podría ser su amiga... Pero...tal parece que me odia.
: Por lo menos mañana se irá ese idiota.
: Solo espero...que no le suceda nada malo.
: Aun así ¿Piensas en ese chiquillo?.
: Es extraño...pero a veces me da la impresión que no es malo como aparenta serlo.
: No importa, no permitiremos que un tonto este molestándote. �' '�x
: (Sonriendo) Gracias... Buenas noches.
Poco a poco el sueño dominó a la chica.
: Muy bien está todo listo.- Exclamó con seriedad Jun
Todos ya estaban afuera de la mansión, el chofer estaba subiendo las maletas (mas por parte de Jun) Ren estaba junto al auto de brazos cruzados, solo esperando la señal de su hermana, mientras que Tamao y Miyuki estaban esperando las ultimas ordenes de la señorita.
- Muy bien –Acercándose a Miyuki – Espero que cuides este lugar, no sé si te darán noticias desde china.
: Como usted diga.
Miyuki estaba diciendo algo a Tamao, mientras que está solo asentía.
Jun se acercó al auto y pudo notar que Ren estaba viendo a la pelirosa de reojo.
- No te preocupes por ella –Mirando hacia el frente – No le pasara nada.
¡No digas tonterías, a mi ella no me importa! – Desviando su mirada
: No tienes porque alterarte –Rió por lo bajo.
: Ya esta señorita.
- Muy bien –Sonriendo – Cuídense, ambas.
: Usted también...y...también usted joven Ren.
- (Apartando la mirada de la chica).
Tamao mostró nuevamente su rostro muy triste. Mientras que el chico abrió la puerta del auto y subió sin decir nada más.
: (sonriendo) No te preocupes Tamao –Susurro
: Esta bien –Sonrió
La joven de ojos verdes subió también en aquel auto, luego partieron en él.
Continuara...
