El orgullo de un shaman.

Cáp.18: El primer beso.

¿Qué me puedes decir Tamao! –Exclamó Conchi molesto.

El espíritu aun seguía gritándole a Tamao por estar tan cerca de Ashura, por supuesto que este se molestó no solo por las cosas que decía aquel animal, también era por haber interrumpido la mayor de sus oportunidades.

- Lo siento joven Ashura –Dijo Tamao sonriente sin hacer caso a lo que los dos espíritus seguían hablando. – Parece que ellos nunca saben cuando detenerse.

- Solo son unos inútiles.-Dijo al fin Ashura

¿Usted lo cree? –Sonrió.

¿Ah? –Levantó una ceja.

- Ellos solo tratan de cuidarme –Sonrió.

¡Claro! –Intervino Ponchi – Solo eres una mocosa ingenua ‚

¡Quieren dejar de molestarme! –Gritó un poco molesta.

De pronto Tamao iba peleando con ambos espíritus haciendo que Ashura solo sonriera.

¡Ah! Oo. –Dejó de discutir al recordar que Ashura estaba a su lado. –Lo siento.

- Vaya, así que tienes carácter –Siguió sonriendo.

- Lo siento es solo que...

¿Carácter?.-Pregunto Conchi.

¡Esta niña es una agresiva!.-Dijo Ponchi.

¿Qué! –Preguntó algo enojada.- Ustedes siempre son los que molestan.

- ‚ ¿Té molesta que hayamos detenido el beso?.

¡No me refería a eso!.

La chica estaba sumamente apenada por la insolencia de aquel espíritu, mientras que el joven que iba a su lado solo sonreía placenteramente, parecía no afectarle en lo absoluto tal comentario.

De improvisto la chica sacó su tablilla.

¿Qué! –Gritó Ponchi.

- oo ¿Dónde traías es... –Fue interrumpido ya que ella les propició un golpe a ambos espíritus quedando atrapados en el interior de aquella tablilla.

¿Qué es eso? –Preguntó con curiosidad Ashura al mirar el objeto.

- hehe pues...ejem... la señorita Jun me lo entregó con el fin de controlarlos –Señaló la tablilla.

- Y a propósito... ¿Dónde la traías?.

- Hehe... oh, mire ya llegamos –Señalando la mansión.

- Es verdad... –Entrando al patio principal y por suerte (para Tamao) cambiando la conversación.

- Es un poco tarde –Deteniéndose a mirar el cielo. –Se ven muy pocas estrellas.

- Eso es porque a estado lloviendo demasiado y los restos de las nubes evitan la visión.

- hehe, tiene razón .

- Lastimosamente a terminado todo –Suspiró y metió una mano en el bolsillo de su pantalón caminando hacia la entrada de la mansión.

- Bueno...joven...quería agradecerle...esta cita de verdad me gustó mucho –Sonrió, haciendo que el chico la mirara nuevamente frente a frente.

- A mí también –Sonrió acercándose aun más y tomando las manos de la chica.

Tamao se ruborizó bastante.

- Espero salir en otra ocasión –Dijo tomando la barbilla de la chica y poco a poco acercándola a él.

- Joven Ashura es que yo... –Exclamó separándose de el chico –Es que yo no...

Pero de inmediato Ashura se alejó dando un ágil salto hacia atrás. Tamao quedó sorprendida, pero al darse cuenta miró el piso, de él salían varias cuchillas.

- Eso es... –Miró hacia atrás. ¡Joven Ren!

¡Ashura! Como te atreves hacer ese pleno acto frente a la casa –Gritó Jai enojada.

El joven de ojos dorados estaba junto a Jai quienes parecían haber mirado toda la escena.

- No, no es lo que piensan –Trató de justificarse y su grave sonrojo no ayudaba mucho.

Ren estaba mas serio que de costumbre, solo se acercó hacia Ashura y desplegó la Horaiken.

- Así que va enserio – sonrió con malicia –Esta bien.

¿Qué!

pero joven Ashura usted prometió que...

- No te entrometas –Intervino Jai – Ya que ambos han decidido esto.

- pero... el joven Ren aun...-Replicó Tamao.

- Lo sé- Dijo Jai mirando hacia el frente con cierta preocupación- Pero así lo ha querido él, por eso debes dejar de interrumpir.

- Señorita Jai usted quiere... –Exclamó asombrada pareciendo entender todo.

¡Ashura! –Gritó Ren ¡Aquí esta tu arma!.

- Muy puntual con esto –Sonrió triunfante – Debo decir que pelearemos sin poder espiritual ya que Bishamon no vino esta vez.

¿Bishamon? –Repitió la pelirosada.

- Ese es el espíritu acompañante de Ashura.

- Oo ‚¿él también es shaman!

- Si, y al igual que Jun, yo soy Taoísta.

La pelirosa quedó sorprendida al escuchar aquello.

Ashura tomó la empuñadura que Jai le arrojó y con un movimiento rápido desplegó el arma, esta era muy larga y en su punta tenía tres pequeñas puntas de acero que más bien daba la impresión que el arma parecí un tridente.

- Empecemos –Sonrió.

Ashura se abalanzó sobre Ren tratando de hacer un ataque directo pero este falló ya que el chico se apartó esto hizo que Ashura solo provocara un gran hoyo en la tierra. Una gran nube de polvo se levantó, haciendo difícil la visión para Tamao y Jai.

- Ren aun está enfermo... –Dijo sin despegar los ojos de la batalla.

- Entonces ... ¿por qué no quiere que detenga la pelea?

- Debes entender que él lo desea y por esa razón hay que respetar su decisión –Habló con pesadez en su tono de voz.

- Esto es...lo que él quiere... –Susurro Tamao con preocupación.

Ambos seguían tratando de derribarse, pero luego detuvieron por un momento el ataque.

- Haz mejorado mucho –Sonrió Ashura.

- Tu no estas nada mal –Respondió con cansancio.

La pelea se tornaba difícil ya que Ren estaba mas que agotado.

¿Para que pelear? –Gritó – Si yo ganare.

- No estés tan seguro – Respondió Ren tratando de atacarlo por el frente.

Ashura detuvo el ataque y pudo herir a Ren de un brazo.

- La razón es que me estoy aburriendo – Dijo mucho mas serio.

El joven de cabellos oscuros hizo un ultimo avance sobre Ren y con su arma balanceo hacia el lado derecho para emitir electricidad.

¿Qué? –Miró asombrado aquello mientras trataba de detener la sangre que salía de su brazo.

- Esta es mi técnica –Sonrió cínicamente Ashura, mientras azotó el arma en el aire provocando que aquel rayo luminoso se dirigiera a Ren. Una gran explosión se escucho y los restos de ella obstruían la visión.


¿Qué ha sido eso-Dijo Miyuki sorprendiéndose.

.- No lo sé, pero viene de afuera.-Respondió Jun.


¡Ren! –Gritó asustada mientras que la pelirosa lo buscaba mirando de un lado a otro.

Cuando la nube de polvo se dispersó, pudieron notar que Ashura estaba de pie y mirando hacia Ren, este estaba con una rodilla doblada en el piso y la otra parecía estar en posición de cuclillas mientras su respiración seguía igual de agitada pero parecía estar bien.

- Me sorprendes –Sonrió Ashura – Detuviste mi ataque con solo tu poder espiritual.

Ren trataba inútilmente de ponerse de pie.

- Pero veo que aun así te fue difícil –Acercándose a Ren.

- Esto... no ha terminado –Dijo con dificultad.

- No seas tonto –Poniendo el filo del arma en el cuello del chico – Está pela no tiene sentido si tengo la ventaja, además yo quiero pelear cuando estés completamente bien y te aseguro que no dudare en usar toda mi fuerza.

- No me subestimes –Dijo molesto.

- No te estoy subestimando – volviendo a doblar su arma – Solo te estoy cuidando –Sonrió burlonamente.

Ren sonrió con cierta ironía..

- Eres un idiota.

- Y tu un estúpido –Sonrió nuevamente – Me has hecho perder el tiempo.

De pronto Ren bajó su arma y calló al piso, estaba muy mal herido. Ashura lo levanto y lo cargó hasta el interior de la mansión, aunque en la entrada se encontraron a Miyuki y a Jun quien no dejaba de preguntar que era lo que le había sucedido ya que el chico estaba cubierto de sangre.

- Solo arreglaba cuentas –Dijo depositando al chico en su respectiva habitación.

- Eres un imbecil Ashura –Gritaba Jai enojada mientras se acercaba a Ren quien aun estaba inconsciente.

- Joven Ashura ¿Usted esta bien?

- No te preocupes por mí.

- Eso es un alivio... ya que el joven Ren... –Mirando al chico tendido sobre la cama.

- Miyuki trae vendajes –Ordenó Jun

- Yo traeré agua tibia –Exclamó Tamao saliendo de la habitación. ¿Cómo pudo luchar en ese estado?... –Pensó.

Después de algunas horas terminaron de curar al chico de cabellos violáceos y aunque Jai no dejaba de maldecir a Ashura, todos se sentían mejor.

- Él querría pelear, yo solo acepté el reto –Sonrió.

- Pero no debiste ser tan cruel.-Dijo Jai

¿Y dices confiar en él? Porque parece que estabas segura que yo ganaría.

¡claro! Tú estas en buenas condiciones.

Ambos seguían discutiendo aunque para Ashura no era una discusión, mas bien era solo una charla. Todos estaban en la sala excepto Miyuki y Tamao quienes se encontraban aun en la habitación de Ren tratando de cambiar vendajes.

- Espero que esté bien... –Dijo Tamao preocupada.

- No te preocupes, además el joven Ashura no peleó en serio –Sonrió Miyuki

- Eso fue...lo que él dijo pero...el joven Ren está de verdad mal ... ¿qué caso tenia el luchar?.

- Ambos han luchado desde que son unos niños y ahora no será la excepción – Dijo serenamente – sin olvidar que después de todo lucharan en China.

¿Lucharan¿Por qué?

- Es un poco complicado pero es... – Dejó de hablar al notar que el chico comenzaba a abrir sus ojos mientras Tamao puso toda su atención en él.

- Demonios... –Dijo Ren al sentarse con dificultad.

¿Se siente bien? –Preguntó con preocupación.

- Con permiso –Exclamó retirándose.

¿Qué haces aquí? –Preguntó fríamente mientras miraba su cuerpo, estaba sin camisa y tenía vendajes en su pecho, brazo izquierdo y en su frente.

- Es que luchó con el joven Ashura –Sonrió – y Bueno aun...no se sentía bien así que...

- Creo que necesito entrenar mas – Suspiró.

- Pero joven...

¡Ren! –Dijo con alivio interrumpiendo al entrar bruscamente a la habitación ¿Te sientes bien?.

- Si, no te preocupes Jai. –Contestó aburrido.

- Pero mira tus vendajes...están muy ensangrentados.

La chica se sentó al lado de la cama y comenzó a ver los vendajes.

¡He dicho que estoy bien! –Dijo exasperado.

- Claro que no –Tocó su frente.

Tamao miraba la escena con cierta tristeza era mas que obvio él por qué.

Ren miró de reojo a la pelirosa, así que inmediatamente quitó la mano de Jai de su frente.

- Permiso... iré a traer mas vendajes – Tímidamente se retiró cerrando la puerta detrás de sí.

¿Sucede algo Ren? –Preguntó Jai mirando al chico quien no despegó la vista de Tamao.

- No es nada –Contestó mucho mas calmado.

- Me asustaste...demasiado... –Sonrió ruborizada.

- no te preocupes... ya te lo he dicho –mirando hacia otra dirección.

- Pero...es que... Ren.

- Lo mejor es que duerma un poco.

- No señor –Sonrió –Debo cambiar los vendajes.

- ‚ y ¿dónde están?.

- Es cierto...ella dijo que los traería –Dijo mirando el techo.

- ú . ú

- Te incomoda...que este aquí –Pregunto Jai con cierta tristeza.

- No he dicho nada ‚

- Pero aun no entiendo...¿por qué quisiste pelear con tanto afán?.

- Solo quería ver el nivel de mi próximo oponente.

- Ren...

- No es nada extraño.

¡Ren¿Acaso no te pones a pensar?.

- En que? –Preguntó indiferente.

- Lo único que hago es preocuparme por ti...y parece no importarte –Habló cabizbaja con un notable sonrojó.

- Yo lo sé ... –Desviando la mirada – Es solo que... me molesta.

- Es extraño –Sonrió – eso...me lo dijiste cuando éramos niños.

- Por eso dije que nunca me ha molestado tu presencia –Exclamó seriamente, mirándola frente a frente.

- Gracias,... pero Ren...yo... –Dijo mientras se acercaba poco a poco al rostro del shaman.

Tomó su rostro con ambas manos haciendo que el chico comenzara abrir sus ojos y en ese instante unió sus labios con los de él. Fue tan repentino que Ren no actuó para nada estaba quieto con los ojos muy abiertos de la impresión mientras ella seguía unida a él.

Aunque parecía que el momento duraría algo hizo que Ren y Jai se separaran de presto, era el ruido de algo al caer.

Ambos chicos giraron y se dieron cuenta de quien se trataba.

- Lo- lo siento –Dijo Tamao mientras recogía los vendajes que yacían en el suelo. Sus cabellos de la frente cubrían sus ojos, no se demostraba ninguna expresión.

Jai quedó muy avergonzada y Ren no dejaba de mirarla, por alguna razón sentía que Tamao nunca debió haber visto aquello.

La chica tomó todos los vendajes y salió de la habitación sin decir nada más.

- (Mirando el piso) Me...retiro – Dijo Jai nerviosa

Por un momento el chico se había olvidado de aquel beso por observar a Tamao pero luego que está se marchara el ambiente se había vuelto incomodo.

- Esta bien... –Dijo Ren mirando hacia otra dirección completamente ruborizado.

- Ren yo...

- Hablemos...en otra ocasión.

Jai se retiró de la habitación muy sonrojada mientras el chico de ojos dorados estaba mas que confundido... ¿Acaso le había gustado aquel beso? Y ¿cómo no? Era su primer beso, además él mismo se sentía bien estando con aquella joven...pero ¿por qué le daba la impresión que algo estaba mal?... ¿Por qué se sentía...culpable por el beso?.

Continuara...


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