El orgullo de un shaman.
Cáp.20¿Quién estará a cargo?
¿Cuarenta días! –Gritó Jai con asombro.
- Si, pero cálmate –Sonrió Jun – Después de esto todo volverá hacer como antes.
- Como...antes –Susurró Tamao inclinando un poco su cabeza.
Todos estaban sentados el sofá excepto Tamao que estaba junto a Ren que se encontraba de pie al lado del sofá donde yacía su hermana.
El chico no decía absolutamente nada, solamente escuchaba atentamente.
- Bueno tal parece que lo correcto es dejar está cosas en la habitación de Ren. – Jun Señalando las bolsas.
- Yo las llevaré.-Comentó de presto Tamao.
- Yo también –Agregó Miyuki entrando a la sala.
- Esta bien, Miyuki –Sonrió Jun
¿Quién es él? – Miyuki Señalando al pequeño.
- Aquí vamos otra vez –Dijo Jun resignada ya que volvería a contar todo de nuevo.
Luego de esa pequeña interrupción Tamao y Miyuki se dispusieron a llevar las cosas.
- Yo voy... –Dijo Ren sin mirar a Jun.
- Claro hermanito –Sonrió.
- Si, pero ten cuidado Ren –Dijo Ashura haciendo un gesto de burla.
A Ren le sobraban razones para golpear al chico pero por otro lado no podía hacer eso por las personas presentes.
- Ren... –Dijo Jai mientras intentó ponerse de pie.
- Espera, el no recuerda mucho, es mejor dejarlo ir, talvez quiera descansar.
- Esta bien –Exclamó preocupada.
Miyuki Abrió la puerta de la habitación.
Ambas Entraron seguidas del pequeño que iba con una expresión de seriedad.
- Bueno coloquemos esto aquí –Señalando la cama – Y comencemos a ordenar.
- Esta bien.-Respondió Tamao.
La pelirosa comenzó a doblar toda aquella ropa mientras el chico no dejaba de mirarla, ella se dio cuenta y correspondió su mirada.
- Hola –Saludo sonriente. El chico no respondió solo desvió su mirada.
Tamao se acerco y se puso de rodillas al suelo justo frente a él.
- No quieres hablar
Ren se sorprendió un poco ya que Tamao por fin le dirigió la palabra pero por lógica solo fue porque Jun había dicho que el no recordaba nada, además de todo, en esos momentos se sentía un completo tonto tratando de aparentar no reconocer a nadie.
- Bueno... mi nombre es Tamao, mucho gusto –Sonrió nerviosa extendiendo la mano.
El chico la miró tratando de analizarla y luego miró la mano que tenia extendida.
- Entiendo –Dijo un poco triste mientras bajaba poco a poco su mano.
Al ver la expresión en su rostro, Ren no tuvo mas opción que tomar la mano de la joven y corresponder el saludo, sin embargo este no la miraba frente a frente, se sentía como un idiota.
- En verdad...no recuerda nada? –Preguntó con seriedad soltando la mano del pequeño.
- No sé que hablas –Contestó secamente evitando a toda costa mirar a la chica.
- Según la señorita Jun, solo estará así por algún tiempo, no te preocupes.-Intervino Miyuki.
- Lo sé –Mirando al pequeño – Pero y sino...
- Tamao...
- Lo siento... creo que el que debe sentirse mal es el joven Ren el único alivio es que el no recuerda nada. –Sonrió con mucha dulzura y esa sonrisa solo iba dirigida a él.
Ren se sonrojó mucho al verla, su expresión mostraba entre una gran sonrisa y una tristeza, en ese momento se maldijo, por alguna razón odiaba que por su culpa ella tuviera una expresión de tristeza. Además...
- Te ves mejor sonriendo... –Susurró el chico.
- Gra-gracias
¿Pero que demonios dije! –Se pregunto confundido y al mismo tiempo avergonzado por haber pensado en voz alta, mientras miraba a otra dirección.
Tamao acercó su mano a una de las mejillas del chico y la acaricio. El pequeño de cabellos violetas se estremeció al contacto.
- Me hubiese gustado mucho, que cuando me recordaba me hubiese dicho algo así –Sonrió y se puso de pie a seguir arreglando.
El pequeño quedó un poco estupefacto al escuchar cada palabra de aquella persona, sintió como sus mejillas o más bien su cara comenzaban a enrojecer.
¿Le-le pasa algo? –Preguntó preocupada.
¡No es nada! –Mirando a otro lado.
- Esta bien
Tamao sonrió dulcemente, mientras que Ren la miraba de reojo con cierto sonrojo.
- Es la primera ves que hablas tan abiertamente con el joven –Sonrió Miyuki.
- Creo que si, ya que él no recuerda nada –Devolvió la sonrisa.
Ese comentario pareció poner de muy mal humor a Ren, ya que sin nada mas que decir salió de la habitación azotando la puerta.
¿Qué sucedió?.-Preguntó Miyuki.
- No lo sé... mejor lo sigo.
- Date prisa y regresa
- Sí –Sonrió.
El chico iba de muy mal humor por los pasillos y entró en una habitación que Tamao parecía conocer muy bien, era la biblioteca.
- Espere...
¿Qué quieres? –Preguntó Ren fríamente.
¿Por qué está de mal humor¿Dije algo indebido?
- Solo quise caminar ¿Tiene algo de raro?.
- Aun siendo un niño tiene ese pésimo carácter –Sonrió.
El chico se asombro por la franca que podía ser Tamao, bueno ahora sabiendo que él no recordaba nada pues aprovechaba en ser sincera.
- Sí té molesta tanto ¿Por qué no té largas de aquí?.
- No quiero dejarlo solo – Sonrió.
- Eres insoportable.
- Y usted un niño temperamental –Siguió sonriendo.
El pequeño tomo un libro y se dispuso a leerlo.
¿Desea que traiga algo?
¡No¡Solo quiero estar solo!.
- Lo sé... –Sonrió.
¿Hm? –Mirándola con cierta suspicacia.
- Está confundido y es lógico que pueda sentir un poco de temor ...
¡Bah¿Temor yo? –Pensó con cierta burla.
El chico tenía sus ojos cerrados aun pensativo por todo, pero algo hizo que abriera los ojos de presto y estos se dilataran.
Su cuerpo no respondía cuando unos brazos lo rodearon y lo atrajeron al pecho de la joven que estaba frente a él.
Él no hacia movimiento alguno mas bien solo se mostraba el notable sonrojo mientras ella lo abrazaba con mucho cariño como una madre a su hijo, mas sin embargo ella estaba totalmente consiente que a quien tenia en brazos era la persona más importante para ella.
- No se preocupes – Lo acercó a un mas a ella – Pronto recordara... y regresara a ser el mismo.
Él pequeño no respondía, solo estaba completamente inmóvil, por alguna razón no quería separarse por la paz y el calor que ese abrazo le brindaba; aparte de su hermana, era la primera vez que se le abrazaba con tanta dulzura, pero lo que hacia diferente este gesto era ella..., solo era una persona común y corriente la que lo hacia sentir extraño Desde que son unos niños y a pesar que siempre guardó odio en su corazón se maldijo al nunca poder odiarla...¿Por qué?
Tamao seguía abrazándolo mientras acariciaba con mucha ternura la cabeza del chico.
Este estaba sintiendo como de pronto su corazón empezó a palpitar muy rápido... se estaba volviendo incomodo todo aquello.
Sintió como su sangre se acumulaba en su cabeza así que rápidamente apartó las manos de la chica para así volver a sentarse normalmente mirando hacia el frente pero ahora su mirada era confusa y su sonrojo era muy notable.
La pelirosa sonrió al verlo no podía evitar sentirse bien al lado del joven que siempre se mostraba frió, pero al mismo tiempo guardaba una gran calidez.
¿Tiene hambre-Preguntó Tamao mientras sonreía ruborizada.
- No -Respondió indiferente pero igual de apenado.
- Bueno, entonces cuando termine –Poniéndose de pie y colocándose frente a él – Le haré unas galletas.
¿Galletas? –La miró extrañado.
- Si¿Acaso no le gustan?.
- No
- Hm.. Bueno...Creí que le gustarían puesto que es un niño pero... Le parece mejor ¿Duraznos?
¿Ah?.
- Es su fruta favorita -Sonrió ruborizada –Aparte de la leche es casi lo único que come.
- (Suspiro) Esta bien –Mirando a otra dirección.
¡Que bien! –Sonrió.
¿Por qué te alegras? ¢ '¿
- Porque... me gusta pasar tiempo con el pequeño Ren.
¿Pequeño Ren? ¢ ' – Repitió la frase un poco indignado.
- Sí - Sonrió con dulzura.
- Espera un minuto yo no he permitido que me llames así –Exclamó algo molesto.
Pero era muy tarde la chica se había marchado sin escuchar la ultima frase.
¿Por qué nunca me escucha! –Murmuró con molestia
¡Tamao! –Llamó Jun al notar a la chica en los pasillos. ¿Has visto a Ren?.
- Sí –Sonrió – Está en la biblioteca.
- Estas muy feliz, dime ¿Sucedió algo?
- Ah, no, no es nada –Contestó enrojeciendo.
- Esta bien, pero por tu expresión pareciera que te ha pasado algo muy bueno.
- nñ .
- Bueno entonces iré a ver a Ren –Sonrió y siguió su camino.
- (Suspiro) ¿Por qué simplemente no puedo esconder mis emociones- . - Se preguntó a la pelirosada a si misma
La joven volvió a la habitación de Ren, encontrando aun a la señora Miyuki.
- Ya era hora
- Lo siento... es que... me distraje un poco.
- Debe haber sido algo importante, lo puedo decir por el sonrojo de tu rostro.
- No, no ha pasado nada –Dijo Tamao nerviosa y muy apenada.
- No importa, mejor ayúdame –Tomando otras camisas y doblándolas.
- Sí
Ambas siguieron con la labor arreglando cada cosa en algunos cajones, Tamao por su parte intentó buscar otro lugar para colocar algunos objetos, se acercó aun armario muy viejo y grande.
- Hm...
¿Sucede algo?.
-Es que... he pasado mucho tiempo en este lugar y... no me había percatado de este gran armario.
- Creo que es obvio, casi no has entrado aquí y desde que el joven Ren se marchó a China, está habitación quedó totalmente sola.
-Tiene razón –Sonrió Tamao ¿Cree que puedo poner algunas cosas ahí?.
- No veo porque no.
Tamao se acercó al mueble de color marrón, este tenia dos puertas corredizas pero cuando la pelirosa intentó correr una, parecía estar atorada.
- Que extraño... – Susurro.
¿Ah?
- No es nada –Sonrió para luego nuevamente intentar abrir el armario, pero al hacer un esfuerzo mayor solo provoco que se abriera bruscamente, haciendo caer algo desde arriba del mueble.
¡Ahh!
- Tamao¿Estas bien?.
- Sí -U
- La próxima vez ten mas cuidado.
Las presentes miraron lo que había caído, era una valija mediana pero contenía algo pesado, o por lo menos esa fue la impresión que se llevaron al oírlo caer.
¿Qué es...esto? –Acercándose a la valija.
- Hm... Parecía estar muy bien escondida –Mirando hacia el armario.
Tamao se inclino y comenzó abrir el objeto en el piso.
- Son... ¿estatuillas? . .U
- Mira bien – Sonrió – Son estatuillas ancestrales.
- Tiene razón –Levantado una y mirando su extraña forma de buda.
- El joven Ren debió haberlos puesto aquí.
¿Por qué está tiene forma de buda?.
- Solo son artesanías propias de China -Sonrió Miyuki, respondiendo la pregunta.
- Entiendo –Aun sin despegar su vista de la estatuilla ¿Hm...?
¿Qué sucede?.
- Hay algo al final –Exclamó metiendo sus manos por completo y sacando el objeto.
- Eso..es
¡Que lindo! Es un animal de felpa .
La pelirosa miró con dulzura aquel juguete.
- Es un tigre y está muy lindo ¿Por qué el joven tendrá un tigre de felpa?.
Miyuki: (Riendo por lo bajo).
¿Ah? . .?
- No, es que recordé algo –Siguió riendo.
- Parece estar en buen estado –Examinándolo.
- Entonces –Colocando las ultimas cosas en el armario y cerrándolo –Terminamos.
- Que bien –Dijo caminando hacia la puerta.
¿Qué harás con el muñeco?
¿Esto? –Mirando el tigre en sus brazos – Ya lo verá
- Pero Ren, debes comprender porque tienes que seguir con esto.
- Ya me estoy cansando de este juego –Exclamó con seriedad.
- Vamos, no es para tanto –Sonrió.
- (Mirándola de reojo) No comprendes lo que sucede es...
¡Pequeño Ren- Se escuchó una voz a la lejanía.
¿Pequeño...Ren? –Repitió Jun Mirando al chico a su lado.
- no preguntes – Desvió la mirada ruborizado.
La chica pelirosa ya había entrado a la habitación y a su lado estaba Miyuki.
- Oh, lo siento señorita Jun no sabia que aun se encontraba aquí.
- esta bien-Sonrió Jun
- Pequeño Ren ¿Esto es suyo? –Mostrándole el muñeco de felpa que traía abrazado.
¿Qué¿Dónde lo encontraste? –Preguntó exaltado.
¡ah! Entonces si es suyo
- Eso es... –Sonrió – Pensé que se había perdido.
¿Perdido?.
- Si, ese era el juguete favorito de Ren cuando era niño.
¿En serio, Pero ahora que volvió hacer un niño, parece que lo extraña ya que lo reconoció –Sonrió mirando al pequeño.
¡Claro que no!
- Es cierto, el pequeño Ren debe extrañarlo –Dijo Jun riendo por lo bajo.
El chico la miró con sus penetrantes ojos dorados, en algunas ocasiones Jun lo molestaba demasiado.
- Es mejor que usted tome esto, pequeño Ren .
¡No me llames... –Dijo molesto pero antes de terminar la frase ya tenía el animal en brazos.
¿Verdad que es un juguete muy lindo? –Sonrió.
- Me siento un idiota –Pensó mientras se ruborizaba y su enojo parecía querer estallar, sin duda alguna él mas que nadie deseaba que todo aquello terminara, pero su hermana había dicho que esperara un poco mas y como es obvio tuvo que acceder a las peticiones de ella.
- Tamao lo encontró mientras arreglábamos –Intervino Miyuki
- Entiendo, Tamao cuida mucho al Pequeño Ren –Rió de nuevo Jun
¡No me llamen así!.
- Pues entonces Tamao será la niñera del pequeño Ren.
¿Qué!
¿En, en serio-Preguntó Tamao.
¿Hay algún inconveniente?
- No –Sonrió ruborizándose.
- Entonces está decidido.
¡Ustedes no están escuchando¡No necesito una niñera! – Gritó molesto.
- Pero, mira tu edad, además mi querido hermanito debe obedecerme.
La peliverde usaba una táctica muy buena para manipular al chico, este solo suspiro y miró hacia otra dirección al saber que no podía negarse.
- Estarás a cargo de él.
- Esta bien
¡Demonios! - Pensó Ren ahora...¿cómo saldría de esta?
Continuara...
gracias por los reviews de anita-yho-asakura heheh pues pondré un cap o dos cada día para terminarlo T.T shkiku shiku.
y a Hiukaru hamiya, la verdad si me disculpo porque tengas que releer toda pero como me la borraron pues...ni modo heheh
