El orgullo de un shaman.

Cáp.29: Un sentimiento odiado.

Ren miró sorprendido aquello para luego fruncir el ceño Y reír por lo bajo con prepotencia

¿Piensas atacarme?

La chica no hizo mas que abanicar la cuchilla en forma horizontal hacia Ren, pero este lo esquivo fácilmente.

Por favor – Rió con prepotencia – No puedes hacerme nada con mi propia arma.

Entonces... –La chica levantó la cuchilla hacia ella misma y comenzó a abrir una herida en el hombro.

�¿Qué estas haciendo!

Si no puedo lastimarte, lo haré en ella.

Si piensas que con eso me has vencido, te equivocas.

La pelirrosa levantó un poco la vista mientras su sonrisa se borraba.

Dices que la necesitas...es imposible que te deshagas de ella.

¡Tamao¿Qué sucede! –Interrumpió Miya corriendo a ella.

¡No te acerques-Intervino Ren.

Pero...

�¿Qué es lo que pasa ac�-Preguntó Yuko.

Tu cállate y quédate donde estas-Dijo Ren molesto.

�¿Cómo te atreves chiquillo! �' '�x

Solo déjenme terminar mi venganza y con gusto dejaré el cuerpo – Dijo Tamao seriamente.

¿A que te refieres?

Cuando este cuerpo solo era una chiquilla la utilice para librarme de aquellos que me borraron de este mundo.

¿Qué?...

Me refiero a tu pueblo. – Señalando a la mujer con la cuchilla en mano

Pero...

Ya que esta niña es la única con la capacidad de verme...aproveché la situación.

Quieres decir...-Balbuceo Miya.

Si, yo fue quien asesino aquellos sujetos hace cuatro años.

¿De cuales sujetos hablas-preguntó Ren.

Hace cuatro años...la razón por la que querían matar a Tamao... fue porque ella asesinó a sus padres –Exclamó Miya con los ojos llenos de temor y un gran asombro.

Entonces...fue... –Dijo Ren tan sorprendido como Miya.

Ellos al igual que todos esos aldeanos me condenaron a muerte...por eso –Sonriendo con malicia – Tenían que pagar.

�¿Por qué lo hiciste¿Te das cuenta que por tu culpa ella...-Gritó Miya.

No importa...-Dijo Tamao.

No se exactamente porque... pero –Ren Interrumpió a la chica acercándose rápidamente a ella y tomando su muñeca. –No permitiré que le hagas daño.

¿En serio? –Rió con ironía mientras tiraba la cuchilla hacia su otra mano y le propició una herida profunda en la pierna del chico.

Este se retiró un poco sorprendido mientras las demás presentes veían con cierto horror aquello. Tamao sonrió con mas maldad; sin embargo Ren tocó su herida y luego sonrió con ironía.

Me has rozado ¿Y por eso estas feliz, por favor, tu solo has tenido suerte y eso es... –Acercándose nuevamente a ella mientras llevaba las manos de la chica hacia atrás y le susurraba algo al oído – Es lo que cambiare...si peleo contigo, Será solo tu y yo, así que...lo siento Tamao.

Se acercó mas al cuerpo de la chica y le propició un golpe en el estomago, abriendo los ojos de para en par la joven calló desmayada mientras el chico amortiguaba su caída deteniendo su cuerpo con sus brazos.

De inmediato salió del cuerpo aquel ser que la tenía poseída.

Así que eras tu –Exclamó con furia al ver a ese espíritu con tres tipos de cola saliendo de su cabeza, un pequeño cuerno en su frente y una tela envolviendo su cuerpo mientras que su tamaño era pequeño.

El ser parecía estar bastante agitado.

El cuerpo te expulso de pronto –Sonrió Ren con malicia – Ella misma lo hizo.

�¿Qué! –Exclamó con furia el espíritu.

El chico de cabellos violáceos, levanto el cuerpo de la joven colocando una brazo en su espalda y el otro bajo las piernas de esta.

Caminó hacia las dos mujeres y se colocó frente a ellas.

Cuídenla –Exigió.

¿Qué-Dijo Yuko

¿Acaso no has escuchado?

Pero que manera tan altanera de pedir...

Es para ayudarla...por favor –Pidió con seriedad.

Tu has dicho! –Exclamó Yuko con asombro.

No escuchaste? ��

Yuko suspiró y miró a Miya.

Miya, ponla en tu regazo mientras yo me encargo de sus heridas.

De inmediato la mujer se puso de rodillas mientras él colocaba el cuerpo de la pelirrosa en el piso y su cabeza en las piernas de Miya.

Ren miró a la pelirrosa con cierta seriedad para luego fruncir el ceño, presionar con fuerza la cuchilla y dirigirse directamente hacia aquel ser.

Me las pagaras

No puedo creer las tonterías que dices – Rió con malicia ¿Acaso estas tan molesto porque tuviste que golpearla?

¿Con quien esta hablando Ren? –Preguntó Yuko confundida mientras dejaba por un momento de limpiar las heridas de la pelirrosa.

FLASBACK

Entonces...él también puede...

Si... –Susurró – Las personas que he conocido...tienen esa habilidad.

Ya veo

FIN FLASHBACK

A eso...se refería... –Susurró Miya

¿Miya?

Yo no tengo esa habilidad para poder verlos pero...si creo que esa fue la causa por la que Tamao hizo todo aquello.

Pero ¿de que...

Ahora no importa...solo trata de curarla.

Yuko asintió con la cabeza y volvió con su labor

No me importan tus razones, pero te aseguro que tengo la habilidad de destruirte.

Si...me doy cuenta de que eres un Shaman.

Entonces lárgate si sabes cual puede ser tu destino.

Los humanos son débiles y cobardes...temen lo que no pueden ver y lo que no entienden...y para encontrar la paz tratan de explicar lo inexplicable.-Dijo con rencor.

Me estas confundiendo...yo soy un shaman. –Exclamó en tono prepotente.

¡Siempre eres humano!

Acabas de describir a un humano –Dijo colocando su cuchilla en posición de combate – Yo no tengo esas características.

No intervengas, solo necesito ese cuerpo...a menos que trate de tomar el tuyo...

No seas iluso¿crees que podrás acercarte?

Me subestimas demasiado chiquillo

Puedo distinguir a un oponente insignificante –Sonrió.

Entonces... –Aquel espíritu se acercó para intentar tomar a otro ser, pero Ren lo detuvo rápidamente.

No seas estúpido, no puedes hacer nada si no tomas forma material.

Yo...el gran ohachiyo solo deseo cumplir mi venganza.

No me interesa tu identidad, si no te largas destruiré tu esencia.

No me importa yo... –Se abalanzó sobre el chico mientras este utilizó su poder espiritual y de un golpe desintegro al ser.

Te lo había advertido –Susurró.


""-Esta bruma...esta bruma...-Mirando a su alrededor –Solo...oscuridad.

¡Si, miren todos ella los asesino¡Es un ser maligno –se oyó de un lado de la habitación en penumbras.

No cabe duda esta niña fue la asesina

Yo soy...asesina? –Respondió ante la voz.

Tamao... ¿Cómo pudiste? Ellos de verdad te amaban... entonces es cierto... eres un ser maligno

No, no lo soy...no quise...""

La joven se movía lado a lado en el futón, mientras se sienta abruptamente debido al susto.

¡No!...¡yo no... –Se encontró un poco aliviada al saber que había sido un sueño.

Sentada sobre el futón, miró las sabanas, pero al moverse sintió un dolor en el cuerpo, llevó su mano derecha hacia su hombro, se detuvo y miró que esta estaba vendada.

Mirándose un poco notó que estaba con una yucata, desnudó un poco su hombro para mirarlo mejor, su semblante cambió a uno de completa admiración para luego entrecerrar sus ojos.

¿Cómo te sientes? –Preguntó la figura sentada en el marcó de la ventana.

Tamao giró con rapidez su cabeza para ver a la persona de aquella voz tan familiar.

Joven...Ren...

¿Te sientes mejor? –Mirando hacia el exterior y con un tono de voz bastante frío .

La pelirrosa inclinó su cabeza, para luego asentir con esta.

Que bien- Exclamó sin dejar de mirar la nieve que caía.

Joven...¿Qué ha sucedido?

¿Acaso no lo recuerdas?

Al escuchar aquello, la chica se estremeció haciendo que su mirada se dirigiera totalmente hacia sujeto de cabellos violáceos.

Yo...

¡Tamao¡Estas despierta! –Dijo entrando a la habitación con una bandeja.

Señorita Miya.

¿Cómo te sientes?

Bien, no se preocupe –Contestó sin ánimos.

¿Quieres comer algo? –Exclamó bajando la bandeja y colocándose de rodillas junto a la chica.

Se lo agradezco...pero...no tengo apetito.

Entiendo –Dijo sonriendo mientras se ponía de nuevo de pie – Yuko me espera, estamos haciendo el aseo.

Yo ayudare

Tienes que descansar, has estado durmiendo por casi trece horas, pero no es suficiente.

¿Trece horas? –Repitió sin creerlo aun.

Lo digo por tus heridas –Sonrió con cierta tristeza.- Además Ren ha estado aquí todo este tiempo.

El chico desvió la mirada al oír la insolencia de la mujer. Mientras la pelirrosa lo miraba con rubor en las mejillas, pero luego regresó a una mirada seria.

Se-señorita Miya...¿acaso hice algo de nuevo?

Sorprendiéndose, Miya la miró con duda para luego ser interrumpida, por el joven que se ponía de pie, cruzando sus brazos.

En verdad deseas saberlo?

Espera –Suplicó – Ella no debe...

¿No debe? –Repitió Ren en tono sarcástico – Es mejor que lo sepa de una buena vez.

Señorita Miya...podría dejarme a solas con el joven Ren...¿Por favor?

Pero...

En verdad... –Exclamó cabizbaja.

Como quieras –Dijo dulcemente saliendo de la habitación y cerrando la puerta detrás de sí, no sin antes entregarle una mirada acusadora a Ren.

Un espíritu.-Dijo el chico directamente.

Tamao levantó el rostro con una expresión de duda.

Sabes perfectamente que fue un espíritu ¿verdad?

Si

Ese era aquel ser que te poseía?

A-así es...-Respondió con nerviosismo.

Ya me deshice de él –Reclinándose en la pared con brazos cruzados.

Usted...lo... –Susurró con cierta sorpresa.

Él decidió pelear, por lo tanto solo acepté aquello.

Ese...ser era un ladrón.

¿Qué?

Él me lo dijo –Mirando el techo.- Cuando era una niña, creí que está clase de habilidades...de ver mas cosas que los demás...seria divertida...

Así que tenias una relación con ese ser.

Sí...comencé a ver a estos seres desde muy chica aunque...mis padres no lo creían, entonces callé... pero luego... –Comenzando a sollozar, el chico levantó la vista, suspiro y se colocó junto frente a ella, tomando asiento.

Desahógate si eso es lo que deseas –Exclamó relajado pero sin ninguna expresión en el rostro.

Yo...asesiné a mis padres... Miya...fue la única que creyó que no había sido...completamente la responsable...Luego...otra familia me adoptó...y cometí el mismo error...dejé que ese espíritu...me tomara...Por eso...no deseo que ninguno de esos seres...entre a mi cuerpo... –La joven presionaba las sabanas con ambos puños y con mucha fuerza mientras comentaba todo aquello, lagrimas caían por recordar aquel dolor.

Ren la miró sin expresión alguna. Mas sin embargo suspiró y quiso calmarla...simplemente detestaba ver a alguien llorar así o...¿No soportaba ver que ella llorara? Sus pensamientos fueron interrumpidos bruscamente al sentir como la chica sin previo aviso lo abrazó mientras colocaba las manos al pecho

Rápidamente colocó una mano sobre la cabeza de la chica y la otra hacia atrás para mantener el equilibrio, se molestó un poco por el tan repentino movimiento de la joven pero su expresión cambio cuando pudo oír los sollozos de esta.

Por fin había dicho todo...completamente todo...era obvio que estaría muy mal.

Lo...lo siento –Exclamó separándose un poco mientras limpiaba sus lagrimas. –Disculpe...por esto.

No importa –Exclamó desviando la mirada.

¿Le hice algo?

¿Hm?

Cuando...estuve...en aquel estado...¿Le causé algún inconveniente?

El chico parpadeó varias veces y recordó toda aquella pelea.

Nada � �

Usted...tenía esos dolores...por la presencia de aquella alma o...¿me equivoco?

No –Respondió secamente.

Lo...lamento...

Solo fue una presencia, no es tu culpa.

Pero...y si le hubiese causado algún daño a usted o a las señoritas yo...

¡Ha¿Acaso crees que me hubieses vencido? –Exclamó con ironía.

Joven...si... hubiese querido...podría haberme...eliminado... ¿No cree que hubiese sido mejor? –Dijo cabizbaja

El chico la miró con cierta sorpresa.

Es decir...cuando lo conocí ese era su objetivo...me hubiese librado de todo aquello y usted seguiría con su vida normal.

Mirándola con enojó el joven desplegó su cuchilla y se acercó a ella apuntándole al cuello.

Si lo deseas puede hacerte ese favor

Tamao abrió en par sus ojos al escuchar aquello, su cuerpo temblaba un poco al sentir como aquella arma la rozaba.

Tienes miedo? –Preguntó en tono burlón.

La chica cerró sus ojos fuertemente.

Entonces aun no quieres morir –Volviendo a doblar su cuchilla.

La pelirrosa presionaba sus manos una con la otra mientras temblaba.

No me subestimes, yo no te mataría.

Eso...eso es...un alivio... –Susurró – Porque...si quisiera morir...no quisiera que la persona mas importante para mi lo hiciera.

Sin pensar en las consecuencias de aquellas palabras se sonrojó y miró hacia el piso.

El chico quien escuchó todo también se había sonrojado y desvió su mirada. Un silencio incomodo se hizo presente.

Yo...siento haber...

Sin decir nada mas, el joven se puso de pie y decidió salir de esa habitación.

Tamao entristeció al ver aquello.

Poco a poco su rostro cambiaba a una expresión de enfado, si, estaba enrafado y era por estúpidas confusiones...


Salió de mucho mal humor, y no lo podía evitar ¿Por qué? Salió hacia el patio azotando la puerta.

Sin abrigo alguno se colocó entre la nieve, desplegó su cuchilla y comenzó a entrenar cortando algunas ramas que estaban en los árboles mas altos.

¡Demonios¡Hubiese sido mejor eliminarla! –Exclamó mas que furioso mientras que de improviso cortó un árbol completamente.

�¿por qué tanto ruido!

Giró para encontrarse a la joven de cabellos castaños.

¡Se puede saber¿Por qué estas arruinando el patio!

No te incumbe, solo estoy pensando – Dijo Ren sin expresión alguna en su rostro.

�¿Pensando-Dijo Yuko algo molesta.

Tengo que cortar algo cuando lo hago � �

(Suspiro) ¿Qué clase de chico eres?

Ren frunció el entrecejo por aquellas palabras de la chica.

¿Se puede saber en que pensabas?

¡Nada que te interese!

¿Por qué eres tan cobarde?

Dejó se azotar su arma para abrir sus ojos giró justamente para poner en practica su habilidad sarcástica pero la chica se le adelantó.

Estas furioso porque simplemente no entiendes lo que te sucede.

�¿Qué quieres decir!

Por favor, no soy tan distraída.

Mas bien demasiado entrometida �' '�

Como sea –Exclamó con una vena saltada en su frente – No deberías ser tan cobarde chiquillo.

Deja de decir tonterías.

Eres su prometido y no eres capaz de decirle aun, que la amas, que pena –Dijo negando con la cabeza.

Frunció el ceño con molestia y volteó para ya no seguirla mirando.

Tu te molestas...porque la quieres mucho... y no eres capaz de reconocerlo... –Terminando de decir aquello entró nuevamente a la casa.

¿Pero que estupideces habla? –Susurró para si, pero luego de pensarlo un poco...solo hacia que su corazón latiera muy rápido y se molestara mas.

Suspiró resignado y tomó asiento en el piso de madera a las afueras del jardín, doblo (de nuevo) su arma y comenzó a meditar.

Todo lo confundía estando cerca de ella, y aun parecía...tener celos...¿Celos?

Había peleado en aquella ocasión con Ashura y en lo único que pensaba era...en ganar para quedarse con ella, se ruborizó al recordar eso.

El pensar en protegerla siempre estaba en su mente...entrecerró los ojos y colocó su mano derecha en su frente.

Se echó hacia atrás sin quitar la mano de su frente, mirando el techo, estaba con un leve sonrojo en las mejillas.

No puede ser... –Susurró – Ella...yo estoy... ¡Demonios!

Aunque no podía formular aquella oración, perfectamente comprendió lo que lo estaba aquejando...esa chica que tanto había afirmado odiar al principio y aun le parece molesta...pueda ser tan importante para él...pero ahora que la pregunta era ¿Qué hacer con ese sentimiento?.


Entró a la casa con una sonrisa torcida en su rostro.

¿Ocurre algo Yuko-Preguntó Miya.

Nada, solo estaba divirtiéndome un poco.

¿Divirtiéndote?

Digamos que...ayude a un tonto.

ah?

Por cierto...¿a dónde llevas la bandeja?

Es un poco de comida para Tamao, pero esta hablando con Ren.

No te preocupes el chico no molestara por un rato.

¿Cómo lo sabes?

Está afuera y lo dejé pensando, es listo así que no tardará en saberlo –Rió con mas picardía.

No tienes remedio -U

Continuara...


N/A: bueno tal parece que publicaré 4 caps ahora ufff es mucho, pero de aqui en adelante solo publicare uno por uno porque...ya falta poco para que termine...aunque ni tanto heheh pero ya, ya heheh gracias por los reviews ojala el caps les guste, la cosa es que no los respondo por que acabo de venir de estudiar (y acabo de abrir a un pobre animal por experimento T.T) y bueno...solamente.