El orgullo de un shaman.

Cap30: Nuevamente en casa.

Mirando completamente distraída hacia la ventana, solo pudo suspirar.

¿Por qué¿Por qué siempre lo digo?... –Cabizbaja – Si se perfectamente...cual es su respuesta.

Algo interrumpió los pensamientos de la joven, escuchó unos ruidos provenientes de la puerta.

Adelante.

Entró con bandeja en mano mientras sonreía.

Tragué algo para que comas

: Se- se lo agradezco señorita...pero yo...

Nada de peros, debes comer algo.-Dijo Miya sonriendo.

Yo...

¡Vamos! – Colocando la bandeja en las piernas de la joven.

Comenzó despacio a comer aunque hacia gestos de molestia al tragar. Después de algunos minutos había acabado.

Y decías que no tenias apetito –Rió divertida.

Ante el comentario la joven se ruborizó.

Gra-gracias –Repitió apenada. – Pero...puedo ponerme de pie.

Pienso que deberías...

No se preocupe –Interfirió sonriendo – Puedo estar de pie.

Entonces lo mejor es que cambies de ropa, está muy frío.

Esta bien – Sonrió.


: Vaya –Mirando el reloj en la pared mientras comía una galleta sentada en unos almohadones en el piso – Ya son las 3:30 de la tarde y aun no vuelve.

¿Quién no vuelve? –Miya estaba Entrando a la sala.

Miya – Dijo Yuko para luego mirar a la persona al lado – Tamao¿qué haces de pie?

Me siento mejor no se preocupe –Exclamó la pelirosa quien estaba con un una camisa de mangas largas y cuello mao, color blanco y una falda color celeste claro, un poco holgada que llegaba hasta las rodillas.

¿A quien esperas? –Preguntó Miya.

Mirando a todos los rincones de la habitación mientras colocaba las manos en su pecho, la pelirosa estaba bastante distraída, aunque Yuko notó eso.

¿Buscas a Ren?

Al escuchar aquello se sonrojó, inclinó su cabeza y asintió con esta.

Bueno –Riendo por lo bajo – Se fue desde la mañana y no ha vuelto.

¿Qué? –Susurró con sorpresa y preocupación.

Ahora que lo dices, en realidad no lo he visto desde hace bastante.-Agregó Miya.

Pero no se preocupen ya regresara

Tamao Suspiró

Terminando el quehacer de la casa, ya habían transcurrido algunas horas mas, miró el reloj que marcaban las 6 de la tarde, pero no podía hacer nada.

Tomó un balde y unos paños y salió hacia el pasillo que conectaba a la salida de la casa, se puso de rodillas y comenzó a limpiar los pisos con los paños mientras se movía de un lado a otro.

: Por lo menos ha dejado de nevar –Sonrió Miya, mirando a la joven.

Esta se detuvo y quedó de rodillas, colocó el paño en sus rodillas y miró el exterior.

Tiene razón ... –Respondió nostálgica.

Unos pasos se escucharon que se aproximaban, ambas giraron y se encontraron al chico de cabellos violáceos quien venía con las manos en el bolsillo, al darse cuenta de la presencia de las jóvenes solamente levantó la vista.

Ya era hora –Sonrió Miya.

El chico no respondió sin embargo miró fijamente a la pelirosa y esta también a él.

Se extrañaron mucho ¿no?

Ambos la miraron con cierta confusión.

No importa –Rió divertida – Por cierto, la próxima vez que salgas deberías avisarnos primero.

Si – Interfirió Yuko saliendo con los demás – A menos que quieras a Tamao siempre preocupada.

Bueno lo mejor es que entremos.-Exclamó Miya.

Yo...terminaré de hacer esto –Exclamó Tamao tímida y sonrojada.

Esta bien –Exclamó Yuko entrando a la casa seguida por Miya.

Aun quedando de rodillas tomó el paño y lo humedeció en el balde, pero se dio cuenta que el chico la observaba mucho.

¿Sucede algo? –Preguntó nerviosa y ruborizada.

¡nada-Respondió desviando la mirada con cierto rubor en sus mejillas.

¿Es-esta de mal humor?

¿Por qué estas fuera de la cama? –Preguntó cambiando la conversación.

Estoy bien –Sonrió.- Y...¿usted?

¿A que te refieres? –Preguntó con serenidad pero sin expresión alguna en su rostro.

¿Esta molesto conmigo?...

¿Por qué lo preguntas?

Salió y bueno... desde que volvió me a mirado...con cierta...duda... ¿Le cause alguna molestia?

No sabes cuanta �' '�

¿Dijo algo?

No es nada, solo salí a pensar eso es todo.

Pero puede enfermarse estando tanto tiempo bajo el frío.

Eso no importa

Pero...

Hemos estado aquí por casi una semana, mañana partiremos.

¿Mañana?

No tengo derecho a tomar esa decisión por ti así que...

Yo...ya tomé una decisión – Exclamó sonrojada.

¡has lo que quieras- el joven solamente miró hacia otra dirección mientras se ruborizaba, comprendía a la perfección cual era la respuesta de la joven.

Joven...¿Podría pedirle un favor?

¿Favor? –Exclamó volviendo su vista nuevamente a la chica.


De seguro se lo dice - Susurraba Yuko.

¿De que estas hablando?

No te preocupes.

Ambas estaban sentadas cada una al extremo de la mesa.

¿No crees que ya se tardaron?

¿Ah?

Han estado mucho tiempo aya afuera.

Hm... tienes razón –Exclamó Yuko poniendo su mano en la barbilla – Iré a ver.

Miya tomó un sorbe de té.

Vaya... –Exclamó con cierto cansancio, desde el corredor.

Al escucharla, Miya se puso de pie y decidió salir. Asomó un poco su cabeza para mirar hacia el pasillo.

Pero...

¿a dónde habrán ido? –Exclamó Yuko mirando completamente vació el sitio


Caminando a través de la nieve la joven de ojos rosas llevaba sus manos tomadas una con la otra, mientras iba mas adelante que el chico que la acompañaba.

En varias ocasionas la joven giraba su mirada por encima del hombro para ver hacia atrás mas sin embargo volvía a su posición normal cuando se percataba que el chico la miraría.

¿Por qué deseas venir ac�? –Dijo Ren seriamente mirando a la chica de espaldas.

Si partiremos mañana...deseo despedirme... –Sonrió mirando por encima del hombro.

¿Despedirte? � �

si

Ren Suspiró con resignación.

Abriendo paso entre la nieve, ambos jóvenes llegaron a un sitio con grandes muros alrededor y una entrada en forma de arco.

Esto es... –Susurró.

Si –Sonrió Tamao con dulzura – Es un cementerio.

Adelantándose, la chica de cabellos rosas caminó por algunos minutos hasta acercarse a un sitio en especial.

Colocándose justo frente a dos lapidas, miró al chico quien se acercaba.

Me quería despedir de ellos. –Sonrió.

Entiendo –Exclamó con seriedad.

Aun con sonrisa en su rostro se colocó de rodillas y juntó sus manos, parecía hacer una plegaria. Ren no le quitaba la vista de encima solo para después cruzarse de brazos y cerrar sus ojos.

Joven Ren... –Susurro haciendo que el joven abriera sus ojos sin dejar de tener los brazos cruzados – Yo...puedo ver...espíritus...pero...nunca pude ver las almas de mis padres...

Si ese es el caso significa que sus almas descansan en paz.

¿En paz? –Repitió dolida – Pero... yo... Usted cree que ellos...

No pienses tonterías, seguro ellos te querían – ruborizado, decir esta clase de cosas no era común - Pero si una alma descansa en paz, es porque realmente no tiene nada que hacer en este mundo.

Estas...son las tumbas de mis segundos padres –Sonrió con melancolía.- La verdad...no se donde están...mis verdaderos padres.

Eso no tiene importancia –Exclamó con frialdad haciendo que la chica se girara y lo mirase – Lo que realmente importa es que no debes olvidar sus memorias.

La pelirrosa sonrió con dulzura hacia el chico mientras que la mirada neutra de este cambió a una de sonrojo, aunque rápidamente desvió su mirada.

Entonces... –Acercándose a la tumba sacó de su cuello su pendiente y lo colocó encima de la lapida – Les dejaré esto...

¿Tu pendiente?

Si – Sonrió – Sirve para que aquel ser querido no te olvide.

Ren solamente la miró de reojo.

Vaya, vaya

Ambos giraron al escuchar esa voz ronca y arrogante.

¿Aun no han abandonado el pueblo?

Tamao se intimidó con la presencia del sujeto mientras que Ren lo miraba sin importancia.

¡Ya le había dicho que...

¿Qué es lo que quieres? –Interrumpió Ren con seriedad.

Lárguense –Repitió Shogo con mas calma.

Sabes perfectamente que ya no ha habido sucesos extraños ¿Aun así deseas desafiarme? –Dijo Ren con arrogancia mientras Tamao lo miraba con cierta duda sobre lo dicho anteriormente.

¡Eso no importa, solo váyanse!

¿Tanto es el temor?

El hombre lo miró con despreció pero justo cuando Ren diría algo mas Tamao tomó el brazo del chico desde atrás, este giró y vio que ella solo negaba con la cabeza tratando de suplicar algo.

(suspiro) Vamonos –Giró Ren mientras se separaba de la chica, esta por su parte sonrió ante la actitud del joven.

El hombre miró las siluetas desaparecer a la distancia, si, definitivamente debían irse y no volver acercarse a ese sitio.

Joven Ren... –Habló mirando la espalda del chico.

Partiremos ahora –Interrumpió mientras se detenía.

Pero...

Esta es la ultima vez... Toma una decisión de estar aquí o...

Ya he dicho... –Susurró mientras sonreía – Que ya había tomado mi decisión.

Sin decir nada mas el chico siguió avanzando, pero sentía una rara sensación de alivio... además después de entender lo que sentía por la joven, no se extrañaba tener esa sensación, mas sin embargo a pesar de aquellos estorbosos sentimientos no muy explorados por él, sabía que debía negárselos ¿Por qué? Simplemente porque su deber

solo era convertirse en un guerrero fuerte, esa clase de sensaciones solo provocan debilidad en las personas, así que si lo mejor era reprimirlos tarde o temprano debían desaparecer...si, eso debía suceder.

Sin darse cuenta ya habían llegado nuevamente a la casa, ambas mujeres que residían en su interior, salieron para recibirlos.

¿Dónde han estado?.-Preguntó Miya.

¡Por lo menos deben avisarnos! –Agregó Yuko.

Lo siento es que... n ñU

Nos vamos –Intervino Ren.

Miya, Yuko¿Qué!

Ya escucharon, he perdido mucho tiempo aquí así que partiremos ahora mismo –Terminando de pronunciar la ultima silaba entró a la casa y se dirigió a la habitación por sus cosas.

Tamao... pero que...

(Inclinándose) agradezco la hospitalidad de ambas...pero el joven volverá...

. Y tu...

Yo...tomé una decisión de estar a su lado aunque lo que sienta no sea correspondido –Sonrió. Y entró a la casa.

Pero...

Déjala –Sonrió Miya con nostalgia – Esa ha sido su elección...

Tienes razón ...

Después de varios minutos tomando las cosas, estaban listo para irse, Pero ambas mujeres los esperaban fuera de la casa.

Cuídate mucho

También te lo pido –Sonrió Miya.

Me dio gusto...ver que estaba a salvo... – Sonrió Tamao con tristeza.

Toda elección tiene sus consecuencias... espero que aceptes lo que venga –Susurró Miya al oído de la pelirosa.

S-si –Respondió con rubor en las mejillas.

Y a ti chiquillo! –Gritó Yuko al joven que estaba de espaldas, esperando a Tamao. – mas vale que la cuides.

En verdad...espero que la cuides mucho –Sonrió Miya.

El chico no dijo palabra alguna, solamente se adelantó hacia la completa salida del lugar.

Pero que altanería, se supone que me estaba despidiendo –bufó molesta.

Esa también es la forma en la que él se despide – Rió por lo bajo Tamao.

No se si...volveremos a vernos así que...-Mita balbuceó.

No es bueno hablar cuando no se sabe lo que exactamente sucederá –Sonrió.

Tienes razón –Sonriendo de la misma manera.

Entonces...Adios –Sonrió con nostalgia mientras giraba y se marchaba del lugar.

Si...Adios–Dijo Yuko con cierta tristeza.

solo es una frase –Miya rió por lo bajo.

Habían salido de aquel lugar, cruzando el pueblo cruzando su mirada con las de algunas personas curiosas.

Parece que ese idiota habló de nosotros –Susurró Ren

Si...eso es lo que parece.

Cundo por fin salían de los territorios de Ogi, se detuvieron al ver algo frente a ellos o mas bien alguien.

Shogo: Ya era hora –Dijo triunfante.

Ambos chicos pasaron de largo junto a él pero este seguía con varios sarcasmos haciendo que la paciencia de Ren se perdiera poco a poco, Tamao se percataba de aquello, pero justo cuando se suponía que habían pasado lo peor Ren estalló sacando su cuchilla y apuntando al sujeto.

Estúpido –Dijo con resentimiento.

Tamao solo lo miró con cierto temor pero aun así se colocó frente a él tratando de calmarlo, aunque no le agradaba la idea, simplemente...no podía decirle no a la joven.

Contra su voluntad, bajó el arma, y con cierto fastidio miró al sujeto.

No estoy de humor para pelear con basura –Exclamó Ren

con soberbia girándose

Tamao lo siguió mientras aquel sujeto mantenía aquélla expresión en el rostro.

Estas bien? –Preguntó un hombre acercándose a shogo.

Ese niño...no es una persona común .


Caminaban en silencio sin embargo Tamao tenía una expresión de felicidad en el rostro por todo aquello.

Habían pasado casi tres horas al caminar cuando por fin, estaban a unos cuantos metros de la mansión.

Que alivio –Suspiró Tamao xon cansancio.

Te cansas demasiado rápido � �

Si, es verdad –Sonrió la pelirosada.

Llegando hacia la primera entrada del lugar, pasaron por el jardín principal hasta la entrada.

El joven abrió la puerta solo para...

�¿Dónde han estado!

¡Ah! –Parpadeó varias veces Tamao.

¿Qué? �' �

¡Muy bien hermano, me debes una gran explicación!

Jun? Pero que...

¡Ren! –Exclamó con felicidad una persona tras su hermana.

Señorita Jai...-Exclamó Tamao.

La pelirroja al darse cuenta de la presencia de Tamao, mostró indiferencia y al mismo tiempo molestia.

n ñU T.T

¡Tamao¿Por qué tienes ese vendaje en la frente? –Exclamó Jun viendo a la joven.

¿Vendaje? –Inconscientemente llevó su mano a la frente y se dio cuenta que aun no se lo había quitado, es mas aun andaba el vendaje en le brazo pero por sus ropas no se notaba.

¿Qué es lo que pasa aquí?.-Preguntó Jun.

Continuara...