El orgullo de un shaman

Cáp.42: Viejas amistades.( II parte)

Las horas pasaban y la convivencia de aquellas cinco personas no era desagradable, mas bien la situación era difícil para Tamao y Ren quien trataban de ocultar ciertas cosas, pero los constantes comentarios por parte de Anna parecían estar bastante acertados.

Aunque a Ren no le gustaba para nada admitirlo, le agradaba la estancia en la pensión gracias a su amigo, y no pudo negar la invitación que le hizo este al decirle que pasara la noche en ese sitio. Por supuesto que Ren trató de aceptar aquello de una manera tosca y fría , dando señal que aquello lo tomaba como un "no tengo otra elección". Tamao por su parte sonrió al ver aquella actitud ya que sabía bien que el joven estaba feliz.

Por otra parte, fijaba su vista en Anna, esta siempre estaba con un semblante bastante serio y en algunas momentos, parecía perder la poca paciencia que tenía con yoh , aun así parecíanfelices de esa manera.

Analizando un poco a Ren, este le había aclarado sus sentimientos de la forma mas extraña, al mirar la expresión que yoh tenía en el rostro por uno de los regaños por parte de Anna, no podía dejar de pensar que a él también le había sucedido lo mismo; Tanto Ren como Anna tenían un carácter muy similar, la única diferencia era que para Ren, es bastante fácil que ese semblante de joven malvado se desmorone, si se le pone en una situación donde sus sentimientos son lo primordial.

Rió por lo bajo al hacer tales comparaciones. El día pasó sin problemas, Tamao se encargaba mucho de Hanna mientras Ren casi siempre – Sin que ella lo notase – la observaba, claro que esos pequeños detalles no escapaban de yoh, Anna por su parte hablaba de mas haciendo sonrojar al chico.

Y con todo eso, ya había anochecido...

Dormirás aquí – Dijo Anna con una expresión seria y mostrándole la habitación abriendo la puerta de esta.

Tamao llevaba en sus manos una yukata de color blanco. Parpadeó varias veces y miró hacia los extremos de la habitación.

¿Acaso deseas dormir con...

No, no, solo miraba...ejem...que no hay nadie mas en la pensión- Interrumpió la pelirosada bastante nerviosa.

Anna no dijo nada mas, solo alzó una ceja para luego marcharse no sin antes sonreír para si misma.

Tamao entró a la habitación, se cambió de ropa colocándose aquella yukata, definitivamente se sentía mejor con ella por aquel clima.

Se acercó a la ventana, la brisa nocturna la hizo sonreír, se acercó al marco de esta y tomó asiento.


¿Dónde está Tamao? – Preguntó Yoh al ver a Anna entrar a la sala, esta comenzó a levantar a Hanna del piso (este se había dormido ahí).

Está en la habitación que le asigne – Respondió con seriedad.

Ren solamente los miraba de reojo, mientras aun estaba sentado en el piso.

Por cierto – Habló nuevamente la joven de cabellos rubios, dirigiéndose a Ren – Tu habitación está frente a la de ella, es en el segundo piso, tres cuartos hacia la derecha.

Ren no respondió, solamente colocó su codo en la mesa y sostenía su rostro con la palma de la mano.

Por lo menos estarás cerca de ella – Aclaró Anna con cierto sarcasmo haciendo ruborizar al chico y sacando algunas risas por parte de Yoh.

Y tu... – Exclamó nuevamente Anna mirando a Yoh y haciendo que este se paralizara de inmediato – Debemos hablar – Sin mas, salió de la habitación con Hanna en brazos.

Veo que tienes muchos problemas – Exclamó Ren con seriedad al mirarlo.

Es por lo de Hanna... – Dijo mientras cerraba sus ojos y sonreía – Aunque tomé una siesta porque creí que estaría bien, pero veo que es muy inquieto.

Ren no dijo mas y se puso de pie

¿a dónde te diriges?-

Iré a dormir, se supone que debo regresar temprano.-

me has dicho que solo estabas aquí por negocios – Sonrió.

Así es – Ren sonrió levemente.

Pues entonces es mejor que también vaya a dormir – Se levantó y comenzó a salir de la sala – Espero duermas bien – rió Yoh al final haciendo suspirar a Ren.

Subió las escaleras con una mano en su bolsillo, caminó hacia su respectiva habitación hasta que pudo ver a lo lejos como alguien salía de una de ellas.

¿Ocurre algo? – Preguntó con seriedad al acercarse lo suficiente a la joven.

No... – Susurró esta mientras sonreía – es solo que no puedo dormir.

De pronto se escuchó un ruido de al pesado al caer, captando toda la atención de los jóvenes.

¿Qué ha sido eso? – Preguntó Tamao mirando hacia el frente y detectando que aquel ruido provenía de una de las primeras habitaciones del pasillo.

Ren miró hacia atrás por la altura de su hombro.

Anna está hablando con Yoh - Dijo como si nada, haciendo que la pelirosada sonriera con nerviosismo al imaginarse que clase de "conversación" tendrían.

El joven se giró y se dirigió a la habitación.

¿Puedo pasar un momento contigo? – Preguntó Tamao mientras colocaba las manos en su pecho.

Ren giró un poco hacia atrás, sorprendiéndose un poco al oír aquella pregunta.

Al mirar el rostro de la joven, suspiró y volvió a mirar hacia el frente.

Eres mi esposa...creo que no es necesario que pidas algún permiso para estar a mi lado.-

Estaba ruborizado por decir aquello, pero era la verdad. Abrió la puerta lentamente, apartándose un poco para dejar que Tamao pasara, esta solamente sonrió con ternura al escuchar aquello.

Entró a la habitación ruborizándose un poco, si lo pensaba mejor, Ren era alguien bastante difícil de tratar, pero mostraba una cierta ternura con ella, aunque era un poco tosca, pero lo que realmente hizo que la pelirosada se alegrara fue saber que aquel comportamiento nuevo en él solo iba dirigido a ella.

Ren cerró la puerta detrás de sí mientras se acercaba al futon extendido y se sentó en él.

Tamao se acercó a la ventana, ella aun quedó de pie.

No crees que con tanto ruido ¿el pequeño Hanna se despierte? – Pregunto la pelirosada con preocupación.

Se supone que está en otra habitación, además, si no ha llorado, es porque no ha despertado aun- Respondió Ren mientras cruzaba sus brazos.

Eso espero...- Susurró la joven que no borraba de su rostro una expresión de descontento por todo aquello.

Ren la observó de reojo, suspiró con cierto cansancio al recordar una conversación que había pasado hacia unas horas.

Flash back

Supongo que si- Respondió Yoh mientras sonreía.

Ren guardó silencio para tratar de escuchar lo que Yoh diría continuación, pero pequeños murmullos hicieron que el joven girara.

Deben estar en la cocina – Se apresuró a decir Yoh mientras miraba la expresión de Ren.

Parece que te agradan muchos los niños – Se escuchó la voz de Anna.

Ambos chicos estaban en silencio, gran parte se debía a Yoh quien deseaba escuchar todo y Ren no deseaba hablar aunque comprendió las intenciones del joven a su lado, espiar.

Ren movió su cabeza negativamente, al ver aquel gesto Yoh sonrió.

Si...- se escuchó a Tamao responder – Me gustan mucho.

¿Debo suponer que querrás muchos hijos?

S-si –se pudo oír el nerviosismo de la pelirosada.

Al escuchar eso, Ren no pudo evitar sorprenderse mientras se ruborizaba levemente.

Parece que tendrás mucho trabajo – Rió por lo bajo Yoh al mirar aquella expresión en el rostro de su amigo.

No se a que te refieres – Exclamó Ren fríamente mientras desviaba su mirada.

Fin flash back

Había tenido un largo día, se puso de pie y se dirigió al baño que estaba situado en aquella habitación.

Tamao solamente siguió observándolo hasta perderlo de vista cuando este entró, tomó asiento cerca del futon postrado en el piso.

Cuando Ren salió del baño, traía puesta una yukata mientras colocaba la demás ropa sobre un mueble de ese mismo sitio.

Mientras hacía eso, escuchó la voz de Tamao.

Deseo...dormir contigo...-

El joven dejó de moverse por un momento, para luego recuperarse , comenzando de nuevo con lo que hacía sin responder aun el comentario de la pelirosada, Ren estaba de espaldas a ella.

A-además... no me gusta estar sola... - Dijo bastante apenada.

El joven de los cabellos que en ese momento se notaban oscuros, solamente depositó la ropa ordenadamente una encima de otra.

¡Ren! – Llamó al no escuchar respuesta por parte de él.

Has lo que quieras – Dijo seriamente y cerrando los ojos se acercó al futon, se acostó en él y se cubrió la sabana mientras se colocaba de costado dando así la espalda a Tamao.

Esta sonrió con cierto alivio, no solo por el hecho que realmente no le gustaba estar sola en aquella habitación con tantas presencias rondando en aquella casa, también era el hecho de querer estar junto a él.

Se recostó también, se cubrió con la sabana, y se colocó decostado fijando su mirada en la espalda del joven a su lado.

Se sonrojó levemente al estar pensando en lo que haría, pero...

Se acercó a él aferrándose a su espalda, ella se acercó aun mas para apoyar su rostro en él y luego comenzó a cerrar sus ojos.

Ren por su parte se sonrojó al sentir como la chica se apegaba a él, suspiró para sí, sintiendo un poco de vergüenza consigo mismo para luego dejar que el sueño lo venciera.


Sintió el calor de la mañana, comenzó a abrir sus ojos lentamente para ver iluminada la habitación gracias al sol. Aunque desde hacia varios minutos se percató de un peso sobre él.

Abrió los ojos completamente para sentir como la joven estaba sobre él colocando su mejilla en el pecho de este.

Ren se levantó un poco colocando los codos hacia atrás para tratar de no caer hacia atrás nuevamente, y no ser tan brusco al despertarla.

Aunque, analizando bien la posición en la que habían dormido, no se percató en que momento había dejado de estar dormido de costado para ponerse normalmente y sentir que ella se colocaba sobre él.

Definitivamente...esto es cansado – Susurró para sí, al no encontrar otra explicación.

Se escuchó de pronto el ruido de alguien tocando la habitación, Ren se sobresalto bastante al ver como poco a poco la puerta comenzaba a abrirse.

Ren¿estas... – Quedó bastante impresionado con lo que veía, para luego comportarse de la manera mas normal – Lo siento, no creí que estuvieses ocupado – Rascó su cabeza con su dedo índice, comenzando a sonreír.

Espera, esto no es... – Molesto, Ren trató de explicar las cosas, cuando de pronto sintió como Tamao se aferraba mas a él y susurraba su nombre mientras sonreía, esto hizo que en verdad se sonrojara y provocó que Yoh sacara sus propias conclusiones.

Te dejo por un momento – Rió.

Esper...- No terminó la palabra, al ver como Yoh ya había salido de la habitación.

Suspiró, tocó su cabeza con su mano izquierda mientras que con la otra se sostenía aun. Tenía que retirarse aunque tendría que quitar a la joven de encima.

La observó por un segundo, parecía estar muy cómoda por su expresión tan serena y hasta inocente, que mostraba en ese instante.

Sin que él se diese cuenta, comenzó a ablandar su mirada, colocó su mano en la espalda de la joven y giró un poco quedando sobre ella, aunque se levantó rápidamente, además su única intención solo era colocarla en el futón.

Se puso de pie, y comenzó a cambiarse de ropa. Estaba colocando su camisa cuando optó por observar a la joven de reojo, luego volvió su vista al frente y salió de la habitación.

Después de unos veinte minutos la pelirosada comenzó a despertar, el hecho de no encontrar a Ren en la habitación no la sorprendió en lo absoluto, aunque luego de pensarlo un poco sonrió.

Se vistió, y bajó encontrándose a todos cerca de la sala, se escuchaban varios comentarios que la hicieron ruborizarse. Transcurrieron las horas y por fin decidieron dejar aquella pensión.

Espero, vuelvan a visitarnos – Sonrió Yoh estando todos a la afueras del lugar.

Ren solamente asintió mientras sonreía levemente.

Si, agradezco su hospitalidad – Dijo Tamao inclinándose.

Ren giró y solamente levantó su mano como despedida, Tamao se inclinó nuevamente ante ellos y siguió a Ren.

Debo suponer – Susurró Anna – que le es difícil esconder su matrimonio.

¿qué has dicho?– Exclamó Yoh sin comprender.

Anna lo miró detenidamente mientras alzaba una ceja para luego suspirar.

Ellos están casados.-

Parpadeó varias veces sorprendido para luego cerrar sus ojos y sonreír.

Eso no me lo esperaba.-

Sin hablar mas, entraron nuevamente a la pensión.


Caminaban sin charlar, solamente iban uno al lado del otro, sin embargo Tamao era la que siempre se detenía a ver algo cuando este llamaba su atención mientras que Ren no se inmutaba por aquello.

Cuando por fin llegaron a los pies de el edificio sunshine, Tamao suspiró un poco.

¿Qué es lo que ocurre? – Preguntó Ren.

Nada, solo pensaba en...

¡Ren! – Dijo o mas bien gritó una joven que se acercaba a ellos.

La señorita Xiumei – Concluyó Tamao sonriendo con cierto temor.

"" Tuvimos muchos problemas al explicarle a la señorita lo que había ocurrido, a pesar de todo parecía que Ren se estaba acostumbrando, y creo que yo también.

Cuando se presentó frente a los ejecutivos, se les tenía que esconder el tan mencionado matrimonio, aunque Ren decidió decirles que estábamos comprometido, por supuesto que aquella decisión me sorprendió bastante y sentía como mi mejillas ardían en ese momento, claro que eso no agradó mucho a la señorita Xiuemi.

Todo el tiempo que estuvimos en aquel sitió, pasaron ciertas cosas que las tomé como divertidas, excepto para Ren ya que la razón de sus molestia era la señorita Xiumei.

A veces solía mirar como Ren y la señorita peleaban me causaba un poco de gracia, haciendo que riese por lo bajo, aunque ambos me miraban con desagrado cuando hacía eso. En realidad...aunque peleasen mucho, a Ren le agradaba la compañía de la señorita y no podía evitar sentir un poco de celos por aquello, aun así las responsabilidades lo llamaban a menudo y por lo tanto tenía mucho trabajo...pero en las ocasiones en las que solo estábamos solo los dos... parecía que él era mas amable conmigo pero todo aquello desaparecía rápidamente ya que la señorita Xiumei aparecía siempre en el momento preciso, eso me sorprendía mucho... y así...transcurrió el tiempo"

Continuara...