DISCLAIMER: Ya todos los saben pero se los vuelvo a repetir, todo esto es de J.K. Rowling, yo sólo tomo prestados a sus personajes para disfrute de mis amados lectores.

CAPITULO 1.

En el lago.

El lago estaba muy tranquilo, parecía una lámina de plata a la luz de la luna, Draco estaba sentado cerca de la orilla, su capa se movía suavemente con el viento.

Escucho unos pasos entre la maleza pero no se movió.

-Pensé que no ibas a venir- Dijo casi en un susurro.

-Se alargó mi ronda en la torre del tercer piso - dijo la figura que iba saliendo de la oscuridad - Finch casi me vé - al decir esto bajó su capucha dejando caer sus rizos castaños por sus hombros, tomó asiento recargando su espalda en la espalda de Draco y suspiró.

-Que hay de nuevo? - pregunt

-Que mi vida apeste no es nada nuevo -contestó el rubio sacando un cigarro de su bolsillo.

-Tu vida no apesta, y no te atrevas a encender ese cigarro!- contestó calmadamente Hermione.

-Diablos Granger, necesito un poco de nicotina - dijo Draco en algo parecido a un gruñido.

-No necesitas un tumor pulmonar y yo no necesito que mi cabello huela a humo, yo sé que necesitas - dijo recorriéndose hacia adelante y volteando tomó los hombros de Draco- Ven - Draco confiadamente se dejó dirigir hasta descansar su cabeza sobre las piernas de la chica, quien con suaves movimientos circulares comenzó a masajear las sienes del rubio.

Inmediatamente la tensión en su cuello y espalda comenzó a desaparecer.

Hermione era la primer persona que él permitía que lo tocara con tanta confianza, desde pequeño el único contacto que tenía con su padre era cuando  lo castigaba por no conducirse como un Malfoy debía hacerlo, su madre acostumbraba abrazarlo cariñosamente, pero al hacerse mayor a su padre no le pareció una conducta adecuada así que prohibió a Narcissa Malfoy expresar su cariño a su hijo.

El año anterior había cambiado completamente su vida, primero se había distanciado de sus padres y refugiado en el colegio cuando se negó a recibir la marca oscura que lo convertiría en mortífago, después accedió a una tregua con sus eternos enemigos de Griffindor para poder defender el colegio de los ataques de Voldemort, batalla que con el esfuerzo de todos habían ganado, y finalmente había notado que "la sangre sucia sabelotodo" era realmente una persona con quien podía hablar, ella había logrado ( después de fuertes peleas ) entender que la manera despectiva con la que Draco se dirigía a la gente era la única manera que él conocía para hablar con los demás, aunque su intención no fuera realmente la de lastimar a alguien (bueno, no la mayor parte del tiempo).

Pero lo más importante es que pudo darse cuenta de la falta de cariño y contacto humano con la que creció Draco, así que poco a poco había comenzado a acercarse a él, primero sólo eran algunos roces en su brazo cuando hablaban, después comenzó a recargar sus manos en los hombros del rubio y a recargarse en él cuando estaban sentados juntos.

Al principio Draco se sentía totalmente incómodo con la cercanía de Hermione, pero después ya era familiar para él el contacto constante con la castaña, se acostumbró a tenerla siempre cerca y sin darse cuenta, comenzó a necesitar que lo tocara, incluso llegó él mismo a buscar el contacto con ella, distraídamente recargaba el brazo  en el hombro de Hermione o ponía la mano en su espalda  cuado caminaban juntos.

Harry y Ron lo habían notado y trataron de intervenir, pero una muy enérgica Hermione les sugirió no meterse en ese asunto, así que no armaron alboroto, pero seguían vigilando.

Después vino la gran pelea, los alumnos de Hogwarts defendieron su colegio y a su director, y estuvieron ahí para ver a Harry derrotar al señor oscuro en su última batalla.

La tregua terminó y el  nuevo año escolar comenzó, Draco y Hermione regresaron a la vieja rutina de pelea entre las casas pero siempre con un sentimiento de pérdida, al ser ambos prefectos de 7o año tenían que hacer rondas nocturnas antes de ir a sus respectivos dormitorios, así que inevitablemente se encontraban por los pasillos. En una ocasión Draco la seguía de lejos vigilando que nada le pasara cuando vió que ella salía con rumbo hacia el lago, la siguió y la encontró sentada donde ahora era su punto de reunión, simplemente se sentó junto a ella apoyando su palma en la espalda de ella en silencio, se convirtió en una costumbre terminar el día contemplando el lago a veces en silencio, a veces conversando, pero siempre juntos.

-Ahora si cuéntame que te pasa - dijo Hermione susurrando.

-Mis padres siguen huyendo, el cuervo de mi padre regresó ayer con mi carta sin abrir- contestó el chico cerrando los ojos.

-Tal vez no los encontró- dijo Hermione no muy convencida.

-O no quieren saber de mí - dijo Draco en un suspiro.

Hermione no supo que decir, así que se limitó a observar el rostro inmutable de Draco descansando en sus piernas cuando vió algo que le sorprendió, una cristalina lágrima resbalaba por la pálida piel hacia su sien, Malfoy llorando?- se preguntó  Hermione.

-Estas bien?- preguntó la chica algo sorprendida.

Draco se levantó de golpe restregando su rostro con sus manos y echando a andar hacia el castillo.

-Ya es tarde y tengo deberes pendientes...que esperas?- dijo deteniéndose sin voltear- no pienso dejarte ahí sola.

-Por?- preguntó sonriendo Hermione.

-Demonios Granger, ante todo soy un caballero inglés, no te dejaría sola aquí a esta hora.

-Hace algún tiempo me hubieras matado tú mismo- murmuró Hermione.

-Vienes o no?- contestó Draco extendiendo la mano y mirándola con una sonrisa tan conocida por Hermione como desconocida por los demás.

La chica tomó el brazo que el chico le ofrecía y caminaron juntos hacia el castillo, Draco la acompañó hasta el retrato de la señora gorda a pesar de las protestas de Hermione de que podía cuidarse sola.

-Cuidarse sola, si como no, sigue viva porque tiene buenos guaruras- pensaba el chico de regreso a las mazmorras sonriendo al darse cuenta que él también se había convertido en guardián de la espigada castaña.

Iba tan entretenido en sus pensamientos que no se dió cuenta que escondido detrás de una vieja armadura un delgado moreno de brillantes ojos azules lo vigilaba.

-Vaya Malfoy conque también notaste que la sabelotodo ya se desarrolló, me imaginé que no sería el único, pero no pensé que fueras tú quien lo notara y menos que te me adelantaras, que tal estuvo?- dijo saliendo de su escondite.

-De que demonios hablas?- Contestó Draco reponiéndose del susto de escucharlo de golpe.

-De lo que supongo estuviste haciendo con la sangre sucia desde que desapareciste de las mazmorras- contestó Blaise.

-No le digas Sangre Sucia,  y lo que hice o no con ella no te incumbe- fue la respuesta del rubio.

-Está bien, pero no creo que a Pansy le agrade que desaparezcas por las noches con la sabelotodo Granger- dijo Blaise con una sonrisa forzada en su cara.

-Lo que Pansy o tú piensen me tiene sin cuidado y tienes 20 segundos para llegar a las mazmorras antes de que te castigue- dijo Draco fríamente.

-Como digas, tú eres el jefe- masculló Zabini dando media vuelta y echando a correr hacia los dormitorios de la casa de Slytherin.

Draco siguió caminando sólo hacia su dormitorio, pensaba en lo que había dicho Zabini, ciertamente se había dado cuenta del desarrollo de Hermione, como era de esperarse creció como todos sus compañeros y él mismo, próximos a cumplir los 18 años, pero el gusto por estar con ella no era por lo bien que se había puesto... o si?

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N/A: Vaya finalmente lo prometido es deuda y aquí está mi fic de Draco y Hermione, perdón por la tardanza pero he estado un poco seca de inspiración últimamente. Espero que les guste y déjenme saber que le gustaría que pasara entre estos dos, ok?. Besos a todos. ICY.