DISCLAIMER: Ahora si! A partir de este capítulo soy dueña y señora de mis propios personajes originales que me sacarán de pobre (léase la pintoresca familia de Draco), pero mientras tanto sobra decir que todo lo restante en el universo de Harry Potter pertenece a J.K Rowling y sus numerosos socios y solo me los presta en un gesto de altruismo para mis locas historias.
Capítulo 8.
POR FIN LA MANSION
-Me pueden repetir otra vez porque estamos en la sala común a las tres de la mañana, Y EN SABADO? – preguntó Ron enfundado en su pijama y con la brillante melena roja totalmente revuelta mientras se tumbaba en la alfombra frente a la chimenea rodeado de libros, pergaminos y plumas.
-Estoy terminando mis deberes para poder tomar libre el fin de semana y acompañar a Draco a Londres, y ustedes están aquí porque si no me aprovechan ahora, no habrá quien revise que sus deberes estén bien hechos, verdad Harry? – dijo Hermione levantando la nariz de un grueso libro de transformaciones y tratando de buscar apoyo en el moreno.
-Mjmh...- fue la única respuesta de Harry que se encontraba también sentado sobre la alfombra y recargado en el sofá, pero a medio camino del mundo de los sueños y con la cabeza balanceándose peligrosamente de un lado a otro.
-Harry! – gritó Hermione mientras lanzaba a ambos chicos dos bolas de pergamino arrugado - si no entregan su tarea a tiempo los van a castigar a los dos y no voy a mover un dedo para ayudarlos.
-Y la siguiente semana comienzan los juegos de quidditch! – Dijo una voz desde la entrada de la casa de Griffindor – Harry se talló los ojos y se acomodó los anteojos.
-Se roba a Hermione, se come nuestra comida, sabe nuestras contraseñas, que es lo siguiente? Va a ser prefecto de Griffindor?!! – dijo Ron desperezándose al ver entrar a Draco por el cuadro de la señora gorda por primera vez sin pelear con ella.
-Sólo le dí la contraseña de esta semana para que no organizara una guerra mundial contra la señora gorda "otra vez" – dijo Hermione enfatizando la última parte.
A lo que el rubio contestó sólo encogiendo los hombros y acomodando sus propios pergaminos junto a los de la chica. El amanecer los sorprendió enrollando los últimos pergaminos con los deberes de los cuatro terminados.
-Auuummh! – Bostezó Ron estirándose lo más que pudo – ahora a recuperar mi sueño de belleza – dijo levantándose de la alfombra.
-A que hora toman el tren? – preguntó Harry mientras levantaba los libros regados por el suelo.
-En dos horas, tiempo justo para arreglarme, te veo en unos minutos – dijo al rubio parándose de puntitas para darle un pequeño beso en los labios y se dirigió a su habitación mientras los tres chicos la veían partir.
-Como lograste que vaya contigo? – preguntó Harry intrigado.
Draco abrió la boca para alabar su don de convencimiento cuando Ron le robó las palabras.
-Estuvo siguiéndola toda la semana con cara de perrito perdido por toda la escuela – dijo el pelirrojo mientras entraba en su habitación.
-Bueno, técnicamente...si, algo así...- afirmó el rubio sonriente.
-Excelente técnica! – dijo Harry – va a estar bien, verdad? – preguntó mientras Draco le ayudaba a apilar los útiles en el escritorio del rincón.
-Mi familia sabe que cualquier acto contra Hermione recaería en la mesada que reciben de los negocios de la familia – dijo el chico rubio sonriendo maliciosamente.
-Una infalible táctica de persuasión – concluyó Harry dirigiéndose a su habitación.
El esplendoroso verdor de la campiña inglesa pasaba rápidamente por la ventana de la cabina del expresso de Hogwarts, los brazos de Draco rodeaban a Hermione apretándola contra su pecho mientras descansaban en el sillón y admiraban el paisaje.
Hermione sentía a sus espaldas la acompasada respiración del rubio mientras entrelazaba sus dedos en las manos de Draco, había sido una noche muy cansada, pero el largo viaje hasta Londres les había dado buen tiempo de descanso.
-Quieres repasar nuevamente la agenda? – dijo Draco al ver que Hermione volvía a morder insistentemente su labio inferior, señal inconfundible de que se estaba muriendo de nervios, sabía que ocupar su mente podría tranquilizarla.
-Vamos a la Mansión a conocer a tu familia, tú tienes tu bendita junta, cena en la noche y mañana ver los detalles de la fiesta de presentación – dijo la chica soltando un suspiro al terminar.
-Y exactamente que parte es la que te tiene así?
-Como? Estoy tranquila! Mira...tranquila – dijo mostrando una mano temblorosa y completamente bañada en sudor.
Draco sonrió tomando la sudada mano entre las suyas.
-No tienes de que preocuparte, después de todo lidiaste con el peor de los Malfoy por siete años, no?.
-Eso es un gran consuelo...pero realmente conocer a tu familia no me preocupa – contestó Hermione muy segura – conocer el lugar donde te criaron es lo que me causa conflicto, es intimidante conocer el lugar que formó al heredero malvado.
-Hey! No es tan malo, no creas todo lo que se cuenta de la Mansión Malfoy, además lo más intimidante de esa casa era mi padre y por ahora es el último lugar a donde regresaría.
Hermione no pudo evitar sentir un boquete en el estómago al escuchar a Draco hablar de su padre, pero aún no podía decirle que sabía donde se encontraba Lucius, por lo menos no hasta que sus lesiones sanaran y pudiera dar su versión sobre la muerte de Narcissa Malfoy.
-No has sabido nada de él? – preguntó tratando de parecer lo más tranquila posible.
-No, parece que se lo tragó la tierra... – una sombra de tristeza cruzó por el rostro del chico rubio al pensar en el paradero de su padre - ...pero yo me encargo de que aparezca y pague lo que hizo.
Hermione abrió la boca para tratar de saber más de los planes de Draco pero un silbato anunciando su llegada a la estación de King Cross le interrumpió.
Abandonaron la caseta y descendieron al andén 9 ¾, en el que se encontraba ya un caballero alto totalmente vestido de negro quien al verlos se les aproximó inmediatamente, su oscuro cabello escrupulosamente peinado y un pequeño bigote le daban un toque de elegancia aunado a la extremada rigidez de su postura.
-Hermione, quiero que conozcas a William Strickland, mayordomo, chofer, y el mejor instructor de vuelo en escoba de este mundo – dijo Draco mientras el mayordomo tomaba la mano de Hermione con una mirada de simpatía que contrastaba con su estricta apariencia.
-Señorita Granger, el señorito Draco ha hablado maravillas de usted.
-Estoy segura que el "señorito" Draco ha exagerado un poco – contestó Hermione luchando por controlar el ataque de risa inminente.
-Te esperamos en el carruaje – dijo Draco mientras arrastraba por la cintura a Hermione y William se dirigía hacia el vagón de equipaje por las maletas.
-Señorito?
-Silencio Granger, a partir de este momento vas a entrar a un mundo de tradiciones y reglas ancestrales bastante absurdas – dijo arqueando una ceja.
-Es como entrar en la dimensión desconocida...
-La que?...
-En serio, un curso de cultura pop muggle hubiera sido una buena elección... – decía Hermione cuando el carruaje que tenían enfrente le quitó el aliento.
Era un enorme carruaje negro, del tipo que había visto únicamente en las viejas películas de las monarquías antiguas, diseños intrincados en hierro plateado sobre madera negra le daban un toque lúgubre e imponente, sobre la pequeña puerta lateral el diseño del escudo de armas de la familia resaltaba brillante y majestuoso. No había ni caballos ni nada que pareciera estar jalándolo, así que Hermione prefirió no preguntar, Draco abrió la portezuela y le tomó la mano para ayudarla a subir así que se concentro en el interior, dos sillones con forros de piel color gris estaban dispuestos uno frente al otro, las paredes y el techo estaban forrados de satín negro con pequeños grabados de dragones antiguos en ellos, las ventanas tenía finas cortinas de gasa blanca que inundaba de luz el interior.
-Hablas en serio cuando dices que es otro mundo, verdad? – dijo Hermione acomodándose en su asiento.
-Y es sólo el comienzo – contestó Draco, hacía este viaje cada semana, pero tener ahora a Hermione junto a él hacía más evidente la diferencia entre el mundo del colegio y la vida fuera de él, sobre todo estando tan cerca de las cosas que para él eran una costumbre y para ella una novedad extraña, adoraba la manera en que sus ojos brillaban ante la curiosidad que le producían los nuevos descubrimientos, si bien era una experta en todo lo referente a la historia de Hogwarts y el mundo de la magia en general, la historia de la familia Malfoy y sus tradiciones estaba muy lejos de poder aprenderse en los libros y Hermione pronto se daría cuenta de esto.
-Todo listo, vamos en camino – se escuchó la voz de William quien después de acomodar las maletas en la parte trasera subió al asiento del conductor y puso en marcha el carruaje.
-No es demasiado llamativo? – preguntó Hermione mirando por la ventanilla.
-Es invisible a ojos muggles.
-Porque no usar la red Flu? – preguntó Hermione observando cada detalle del interior del carruaje.
-No me gusta llenarme de hollín.
-Se puede viajar con equipaje con la red Flu? Nunca lo he hecho...porque debería hacerse...las vías de comunicación pueden congestionarse y lo muggles...
-HERMIONE! – el grito de Draco hizo que la chica parara el tropel de preguntas que estaba soltando contra el rubio – Por favor tranquilízate o vas a colapsarte.
Draco enroscó sus brazos alrededor de la nerviosa chica tratando de fundir ese tembloroso cuerpecito con el suyo.
-Yo estoy aquí, siempre junto a ti, no tienes de que preocuparte...
Repentinamente los labios del rubio fueron sellados por la boca desesperada de Hermione, no era común que la castaña se comportara de esa manera ya que normalmente era él quien propiciaba los acercamientos, la mano de la chica se aferró a su nuca acercándolo hacia ella aún más, Draco pasó de la asombro inicial a la entrega total hacia la chica que demandaba toda su atención en ese momento.
Esta ocasión era Hermione quien mandaba, lentamente se recostó sobre su espalda arrastrando al rubio sobre ella, sus labios se separaron sólo para aspirar profundamente el perfume del otro y se volvieron a sellar mientras la respiración de ambos se hacía más agitada.
Mientras seguía tomándolo por la nuca Hermione recorría la espalda del chico por debajo de su capa, una oleada de escalofrío recorrió al rubio al roce de la temblorosa mano de la castaña que repentinamente encontró el contacto con la blanca piel del chico debajo del fino suéter que vestía, Draco trató de controlar infructuosamente un largo gemido de placer ante el contacto de los dedos de Hermione.
Abandonando la boca de Draco, Hermione marcó un camino de pequeños besos hasta el lóbulo de la oreja del rubio del que se apoderó dando pequeñas mordidas en la sensible piel del chico, el gemido se repitió pero esta vez fue mas profundo.
-Hermione... – susurró entrecortadamente en el oído de la chica - ...no es que me queje...pero...si sigues haciendo eso no voy a poder controlarme.
-Lo siento...- dijo Hermione tímidamente aún con la cara sonrojada y la respiración entrecortada.
-No lo sientas...sólo que no quiero que la primera vez que esté contigo sea en un carruaje en movimiento...aunque tal vez despues... – dijo mientras apoyado en sus codos y aún sobre Hermione mantenía su cara a pocos centímetros del rostro radiante de la chica.
Depositó un beso tierno en los labios de Hermione y se incorporó ayudándola a hacer lo mismo, pasó las manos por su desordenada cabellera tratando de recobrar su porte habitual mientras Hermione arreglaba su ropa, la Griffindor lucía mucho más calmada y segura de si misma, ahora si estaba lista para encarar cualquier situación que se le presentara.
El carruaje hizo un alto y Hermione corrió una de las cortinas para poder ver hacia donde se dirigían, estaban frente a una enorme propiedad rodeada de una reja de hierro forjado, en la entrada una versión aumentada del escudo de armas del carruaje se dividía a la mitad para darles paso hacia el interior.
La castaña estaba sorprendida de las dimensiones de la Mansión Malfoy, a partir de la entrada se abría un extenso jardín en donde cientos de arbustos floridos matizaban el brillante césped mientras diferentes tipos de fuentes proveían una atmósfera de tranquilidad y frescura al paisaje.
Unos momentos después pudo ver la imponente mansión, contrario a lo que se decía de ella era un lugar muy luminoso, Hermione pensaba encontrar una versión magnificada de la casa de los gritos de Hogsmeade pero se llevó una agradable sorpresa al ver una sólida construcción de granito blanco con grandes ventanales en varios niveles y regias columnas que flanqueaban la entrada principal.
El carruaje dio la vuelta a una pequeña glorieta y se detuvo frente a la ostentosa puerta de entrada, Draco y Hermione bajaron del carruaje ayudados por William quien se adelantó a abrir la puerta para que pudieran entrar. Draco tomó en su mano la pequeña mano de Hermione tratando de infundirle confianza mientras cruzaban juntos las dos hojas de metal dorado que constituían la puerta.
En el interior se abría un hermoso salón revestido en brillante mármol blanco en cuyas paredes se veían antiguas obras de arte, hermosas pinturas y escultura daban la bienvenida a los visitantes.
Dos elfos domésticos se acercaron solícitos a tomar las capas de ambos chicos, mientras dos sirvientes dirigidos por William se hacían cargo de las maletas.
-Ya están todos aquí? – preguntó Draco a uno de los elfos.
-Si amo, los esperan en la biblioteca – contestó haciendo repetidas reverencias al rubio.
-Han tenido noticias de Twiggy? – preguntó Draco a William sin notar el pequeño sobresalto que esto causaba a Hermione.
-No señorito, desde la desaparición de los amos Twiggy no ha aparecido en la mansión – contestó William tomando una postura aún más erguida aunque esto parecería imposible, Hermione tuvo la sensación que por un segundo el mayordomo le había dirigido una mirada de complicidad pero sacudió la cabeza, eso no podía ser posible, o si?.
-Si hay noticias avísenme de inmediato, lleva las maletas a las habitaciones y manda algunos refrigerios a la biblioteca y a la sala de juntas – Hermione observaba la transformación de Draco del chico despreocupado del colegio al responsable heredero de la Mansión, y le gustó.
-Inmediatamente señor – respondió William con una reverencia y se retiró silenciosamente.
-Vamos – murmuró Draco tomando nuevamente a Hermione de la mano conduciéndola por el pasillo, pudo ver una serie de salones y habitaciones situadas a todo lo largo, el final del pasillo era dominado por unas anchas escaleras blancas que dirigían hacia el nivel superior.
Detrás de las escaleras el rubio descorrió unas pesadas puertas talladas de nogal negro para dar paso a una amplia habitación circular cuyas paredes estaban llenas de libros desde el piso al techo cubriendo dos niveles que estaban rodeados por unas pequeñas escaleras de madera, del alto techo pendía un antiquísimo candelabro que reflejaba pequeños destellos de arcoiris sobre los estantes al pasar los rayos del sol por él.
Cuando Draco y Hermione entraron en el salón se hizo un silencio sepulcral, alrededor de la chimenea estaban distribuidos confortables sillones de gamuza marrón en los que estaban acomodados los desafiantes miembros de la Familia Malfoy.
-Me alegra ver a la familia reunida – Dijo Draco acercándose mientras siete caballeros se ponían de pié y cuatro damas los miraban con curiosidad.
-Llegas justo a tiempo para la reunión – Dijo el que parecía ser el mayor de ellos, un alto rubio de engominado cabello corto y fría mirada azul.
-Antes que nada quiero que conozcan a Hermione Granger, nos va a acompañar el fin de semana y va a ayudarme con la organización de la presentación – dijo mientras soltaba la mano de la chica y la sujetaba por la cintura junto a él.
-Mi tío Rupert, hermano de mi padre y siguiente en la sucesión de la herencia Malfoy y su hijo Jared – dijo dirigiéndose al caballero que les dio la bienvenida y a un jóven algo mayor que Draco quien les dirigió una mirada altanera – junto a él mi tío Andrew con su esposa Tina y su hijo Oliver, mi tío Nicholas con su esposa Claire y su hijo Antón, y por aquí mi tío Neil, quien es el hermano menor de mi padre con su esposa Melisandra y mi adorable prima Alana – al momento de ser nombrados cada uno hizo una pequeña reverencia a Hermione con gesto adusto, todos menos la última familia que destacaba por ser los únicos que no lucían una cabellera rubia y la contemplaban con una sonrisa en el rostro y el pequeño Antón, un copia en miniatura de Draco de aproximadamente ocho años que le sonreía fascinado.
-Encantada – dijo Hermione sintiendo todas las miradas sobre ella.
-Podemos comenzar la reunión?- dijo Rupert impaciente.
-Por favor pasen – dijo Draco asintiendo – no tardo mucho – murmuró a Hermione y dándole un beso en la frente siguió a los demás caballeros hacia una puerta anexa que la castaña supuso era la sala de juntas.
En la biblioteca quedaron únicamente las tres elegantes damas, la sonriente Alana y el pequeño Antón.
-Un té querida? – preguntó Melisandra acercándose a la mesita del centro en la que acababa de aparecer un servicio de té completo – Hermione asintió mientras tomaba asiento en un sillón junto a Alana que le había hecho un lugar.
Observó a Melisandra mientras preparaba el té, era una guapa mujer alta y delgada como las otras dos, pero a diferencia de ellas despedía un aura de calidez de la que carecían las dos rubias y que compartía con la pequeña Alana, ambas tenían largos rizos oscuros peinados en escrupuloso órden sobre sus espaldas.
-Draco nos ha hablado mucho de ti – dijo Melisandra sonriente entregándole la pequeña taza – nos dá mucho gusto conocerte por fín.
-Gracias, a mí también me da gusto conocerlos, realmente no sabía mucho sobre la familia de Draco.
-Yo voy a entrar Hogwarts el año que viene! – dijo sonriente Alana – Draco dice que eres la bruja más inteligente del colegio a pesar de estar en Griffindor.
-Bueno, Draco es también bastante brillante – dijo Hermione divertida ante la sinceridad de la pequeña – supongo que quieres entrar en la casa de Slytherin, verdad?
-No creo tener elección, todos los Malfoy llegamos ahí...
-Cuando crezca yo también voy a entrar a Slytherin! – interrumpió el pequeño Antón parándose delante de Hermione – y voy a ser buscador como Draco! Y voy a tener una novia tan bonita como tú.
-Antón! – la voz de una de las damas rubias hizo eco en la biblioteca – esa no es manera de hablar de un caballero – dijo reprendiendo al pequeño rubio.
-Vamos Claire, sólo está diciendo la verdad, no te parece que Hermione es muy bonita? – Dijo Melisandra a la madre del pequeño que se limitó a arquear una ceja con displicencia.
-Yo creo que sí – contestó Alana – puedo tocar tu cabello? – preguntó.
-Claro... – contestó Hermione algo apenada por el halago, la pequeña Alana pasó su mano por la cabellera castaña de Hermione con una sonrisa en el rostro - ...pero tu cabello es todavía más bello.
-Yo también tengo bonito cabello – dijo Antón acercando su pequeña cabeza a Hermione para que lo tocara, esta se sentía abrumada ante la adoración que mostraban los chiquillos hacia ella.
-Chicos! No atosiguen a Hermione, tuvo un viaje largo y debe descansar un rato – dijo Melisandra – estas juntas normalmente se llevan un buen rato, porque no vas a instalarte en tu habitación y te alistas para la cena?.
Hermione asintió levantándose y dejando la taza sobre la mesa, el estrés del viaje y la emoción de llegar a la Mansión la habían agotado y un buen baño de burbujas le caería de perlas.
-Nosotros te llevamos! – dijeron los pequeños tomándola cada uno de una mano – podemos?.
-Por mi está bien – dijo Melisandra – Claire?
La rubia se limitó a hacer una seña con la mano sin levantar la vista de su taza de té, haciendo que el pequeño Antón soltara una risilla de complacencia.
El singular trío salió de la biblioteca entre las risas de los chiquillos, quienes arrastraron a Hermione escaleras arriba pasando frente a más de una docena de elegantes puertas de madera hasta que se detuvieron en una, Alana la abrió y jaló a Hermione hacia el interior.
-Draco escogió esta habitación para ti, dijo que te gustaría que esté bien iluminada - dijo señalando los amplios ventanales a ambos costados de la habitación, a la izquierda podían verse los últimos rayos del sol inundando la habitación, hacían que en la enorme cama adoselada resaltaran los colores rojo y dorado del edredón y las cortinas – también escogió los colores de Griffindor para que te sintieras más cómoda – dijo la pequeña señalando la decoración.
-Es muy hermosa – dijo Hermione sentándose en la cama – y ustedes son muy amables.
-Si necesitas algo llámanos – djio Alana dirigiéndose a la salida – o puedes buscar a Draco, su habitación esta cruzando el pasillo – Hermione creyó ver un destello de traviesa malicia en los ojos de la niña.
El pequeño Antón se acercó a ella y la miró fijamente con unos ojos que eran tan parecidos a los de Draco – puedo darte un abrazo? – dijo con una seguridad en su voz que parecía que ya sabía la respuesta.
Hermione no contestó, sólo rodeo al pequeño sintiendo como este correspondía al gesto.
-Draco tiene razón, hueles muy bien – dijo el rubio y salió corriendo de la habitación seguido por Alana.
Hermione se tendió sobre la mullida cama con los brazos extendidos, finalmente estaba en la Mansión Malfoy. Y se durmió.
N/A: En vista que nuevamente el capìtulo anterior rompiò mi propio record de rws les entrego este nuevo capìtulo que es el màs largo que he escrito en esta historia, espero que tambièn les guste, por favor no me maldigan por tardar tanto, pero por el momento y hasta que el mundo se de cuenta de mi genio tengo que seguir trabajando para vivir y eso me lleva algo de tiempo.
Les agradezco infinitamente el tiempo que se toman para leer esta historia, asì que en retribuciòn aquì estàn las contestaciones a todos ya cada uno de sus comentario.
Gracias a todas y besos.
Lakesys: Me alegra que te guste el tipo de relaciòn que llevan, tratè de hacerla algo màs madura dado que ya son algo mayores, gracias por declararte seguidora fiel y espero leerte seguido por aquì, por cierto, nadie me habìa felicitado por mis disclairmer, gracias mil!! jeje, me esfuerzo.
Yasel: No te preocupes por no haber escrito antes, lo importante es que ya lo hiciste y me encantò, gracias por elevarme el ego (ando flotando por el techo), y sobre Lucius no te preocupes poco a poco se va a ir viendo que es lo que pasa, no comas ansias. Besos.
Black Mermaid: Gracias por lo de genial, y lo de Zabini, pues la verdad se lo merecìa, no?, gracias por escribir y espero que este tambièn te haya gustado.
Karon: Mis dos neuronas te agradecen el cumplido de verdad son dos sòlo que las hago trabajar a marchas forzadas, sobre Lucius...te vas acercàndo ya veràs todo lo que la pobre Hermione ha tenido que hacer. Ojalà te siga gustado, besos.
Paula Malfoy: Claro que me emociona recibir nuevas lectoras, primero te agradezco por darte el tiempo de leer mis alucines y oye! por fìn saquè una buena nota en algo! ya era tiempo!, jeje me alegra que te guste la historia me esfuerzo porque sea lo màs original posible asì que dime que te va pareciendo, gracias por escribir y cuìdate.
Lira Garbo: Que tal mi niña!, como puedes ver algo tardado pero aquì està la actualizaciòn que espero tambièn te guste...veamos ....un Draco para navidad...creo que vamos a ser muchas las que lo vamos a pedir, van a tener que hacer muchas copias, jeje, gracias por escribir y cuìdate mucho.
Sayakaf1: Hola!! estoy escribiendo con la cara toda roja roja de pena, me halaga que te guste tanto mi fic, sobre Lucius creo que vas bastante cerca pero vas a tener que esperar a ver que sucediò con ellos. Sobre traducirlo al Francès CLARO QUE SI!!! voy a ponerme en contacto contigo via mail pero me encantarìa que pudieras traducirlo y sobre todo al francès que es mi idioma favorito. Abrazos y besos.
Aleja M: huy! aunque me siento algo culpable porque te hayan regañado, la verdad estoy muy contenta de que te estè gustando tanto, Lucius es un gran enigma en esta historia pero vas a tener que esperar a que Hermione nos cuente lo que sucediò con el y con Narcissa, jejeje sobre el humor...no lo puedo evitar...asì soy yo. :)..cuìdate tù tambièn porque sino còmo vas a seguir leyendo, espero que este nuevo capi tambièn te guste, besos.
Asil Black: Preciosa! a tì que te digo, me encantò encontrarte en el msn, despuès de años y años de buscarte por fìn dì contigo, me alegra que todo esto te guste y espero que este capìtulo tambien sea de tu completo agrado (acepto reclamos tambièn) cuìdate mucho y gracias por el dibujo. besos.
Nora: Ya me estoy aprendiendo todos tus nicks! me encantò conocerte en el msn, veamos...siendo realistas pues la verdad pienso lo mismo que tù yo creo que por eso nos gusta leer los fanfics porque la realidad va a ser muy diferente, y sobre Zabini...pues la relaciòn de Draco y Hermione aquì ya es màs madura y algo como un enrredo por un chico tonto no podrìa dañarla mucho asì que imagìnate lo que estoy planeando para estos dos...jejeje soy muuuy mala, como puedes darte cuenta aquì hay varios personajes nuevos con muchas historias que espero que tambièn te gusten, espero encontrarte nuevamente en el msn, besos.
Ross Malfoy: Hola! que gusto que me dejes un mensaje, me alegra que te estè gustando la historia porque justamente esta es la que quiero subir a tu pàgina, la estoy arreglando para que quede muy bonita y en cuanto la tenga lista te la envìo ok?, mientras tanto cuìdate mucho y dime sinceramente que te pareciò este ùltimo. besos.
YRE: Gracias por escribir! que bueno que te guste, espero que este capìtulo nuevo tambièn te agrade, cuìdate mucho.
Mil gracias, besos y abrazos a todas. Cuìdense mucho y pòrtense mal.
Icy
Miembro de Orden Draconiana
Icee Queen in Draconis Mortus
