El reencuentro

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El teléfono sonaba con cierta insistencia aquella tarde soleada, June terminó de guardar los comestibles en la alacena antes de atender la llamada acercándose al aparato con calma.

—¡Hola Shun! —no se esperaba aquella llamada sonriendo ampliamente tomando asiento en el sofá— No creí que me devolverías la llamada tan pronto.

—June, me da mucho gusto escucharte luego de tantos años —la voz de Shun era la misma de siempre, la misma que transmitía calidez y confianza—. Me alegra saber que estás bien, Shaina me dijo acerca de tu llamada del otro día.

—Si, no sé si hice bien en llamar, pero quería correr el riesgo.

—Hiciste bien —comentó Shun con calma—, de hecho. Respecto a Milo, imagino que lo encontrarás tarde o temprano y hay algo que debes saber. Es muy importante.

—¿De qué se trata? —respondió extrañada y, casi, asustada.

Shun le narró el proceso de Audiencias que la diosa Atena llevó a cabo con todos los caballeros dorados, en dicho proceso, la diosa selló sus cosmos reconstruyendo sus memorias sin excepción previniendo que ellos pudieran tomar parte en futuras batallas así como les daba la oportunidad de vivir como cualquier persona.

—Ahora veo por qué él no tiene memorias de sus años en el Santuario —se dijo June pensativa.

—Si lo llegas a ver, si te llegases a encontrar con él —indicó Shun muy serio—, no debes revelar la verdad June. Nunca. El no podrá recordar nada, es cierto. Sin embargo, sí podría hacer investigaciones y eso es lo que la diosa no desea.

—Confía en mi Shun, jamás diré palabra alguna ni haré alusión a algún evento ocurrido alrededor del Santuario y los dioses. Y, debo ser honesta, ya me encontré con él, puedo confirmar que no tiene ninguna memoria del pasado y, te aseguro, que no he mencionado nada al respecto. No hasta haber hablado con alguno de ustedes ya que me resultó muy extraña esa situación hasta hoy que me has aclarado todo.

—Gracias por eso, por favor jamás lo olvides no importa qué clase de relación tengas con él —dijo con aprehensión—. Ahora háblame un poco de lo que has hecho desde que dejaste Grecia.

—Claro.

El resto de la tarde la emplearon en ponerse al corriente de sus días y actividades realizadas durante todos esos años, cómo era mucho lo que había que decir la llamada se prolongó demasiado.

—Me alegra saber que podemos seguir siendo amigos —dijo Shun honesto—, luego de lo que ocurrió entre nosotros, me hacía falta tu amistad, June.

—También me hacía falta tu presencia en mi vida. Te deseo mucha suerte Shun y, espero, esta no sea la última vez que hablemos aunque sea por este medio.

—Me mantendré en contacto, ¿de acuerdo? Y tú también, no dejes de llamarme.

Haber hablado con él luego de tanto tiempo la hizo sentir más tranquila ya que, por muchos años, le había guardado cierto rencor por lo ocurrido entre ambos llegando a la feliz conclusión de que fueron cosas de niños. Ahora eran adultos y debía ser más sencillo dejar ese evento en el pasado y mantener la amistad.

Tras lanzar un suspiro de tranquilidad, supo que debía darse prisa ya que había quedado con Milo en salir a pasear y ya iba con tiempo contado.

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June terminó con su "aún novio" en los siguientes días sin ningún drama de por medio dándose cuenta de que solo había sido tiempo perdido. La ruptura se llevó a cabo en una cafetería a la cual llegaron la chica y su, ahora, ex pareja. Charlaron un poco acerca de lo que estaba por ocurrir entre ambos concluyendo que separarse era lo mejor.

—No quisiera mentirte por más tiempo —comenzó a decir el hombre delante de ella, un sujeto muy mayor que la había tratado como le vino en gana el tiempo que salieron juntos—: conocí a otra persona, es una chica estupenda y, estoy seguro, que es el amor de mi vida. Se qué te mereces algo mejor, por eso pienso que el romper es lo ideal para ti.

La joven se mantuvo en silencio evitando cruzar palabra con él. El que la hubiera engañado no hacía más que confirmarse que, esos años a su lado, no fueron más que una trágica pérdida de tiempo. Y pensar que, ella deseaba dejar toda su vida de lado, por estar con aquel sujeto al que dedicó dos o tres miradas perforantes sin añadir palabra.

—¿Eso es todo lo que tienes que decir? —inquirió la rubia sin emoción en el rostro o la voz.

—Sí June, lo lamento de verdad. Debí decírtelo antes —añadió atropellando las palabras—, no sabía cómo abordar el tema hasta que me dejaste plantado la otra noche.

—¿Y de no haber olvidado nuestra cita, no me habrías dicho nada? —la joven no recibió respuesta.

June ya había escuchado lo suficiente como para buscar su bolso y salir de ahí ya que tenía una cita con otra persona mucho más importante, no sin antes aclararle algo al hombre por el que lloró largas noches y canceló salidas con amigos con tal de estar a su lado una que otra incipiente tarde.

—Escucha —dijo ella antes de ponerse de pie—, yo también debo decirte algo: encontré a otra persona —indicó contundente observándolo fijamente—. Así como tu, también creo que merezco algo mejor. Adios y gracias por hacerme ver la realidad.

No dijo más saliendo del restaurante a toda prisa sintiendo una presión momentánea en el pecho. La dura verdad le cayó como balde de agua fría a pesar de que ya sabía la respuesta desde antes de llegar. Aunque ella misma salía con Milo desde antes de esa ruptura, no sintió culpa alguna.

Lanzó un largo suspiro antes de reunirse con Milo esa tarde buscando la estación del subterráneo más cercana entrando al transporte poco antes de la hora pico. Sacó su teléfono móvil para enviar un mensaje indicando que ya estaba en camino recibiendo un mensaje de respuesta casi enseguida que la hizo sonreír. Charlaba con él casi a diario y cada mensaje y llamada le dejaban un gran sabor de boca.

Milo se había establecido en un apartamento no mucho después de haberse encontrado con June luego de tanto tiempo, no había ido hasta Francia solo de paseo acompañado por Camus sino para buscar una residencia temporal hasta que sus trabajos en la galería de Orly llegaran a su final. La joven se cuestionó que sería de su relación con él luego de que ese proyecto terminara, aunque prefería no cuestionarse tal cosa y solo enfocarse en lo bueno que tenían. Así, su camino la llevó no muy lejos de Saint Germain, a una de las tantas calles silenciosas lejos de la avenida principal, yendo con paso rápido sorteando el mundo de gente que le pasaba por un lado hasta llegar al edificio de diseño clásico buscando el timbre correcto.

June estaba nerviosa, su corazón latía con rapidez ya que el estar en el apartamento del chico que le gustaba le hacía pensar cosas raras sonriendo con culpa.

—¡June, bienvenida! —Milo la recibió con efusividad estrechándola con fuerza dejándola entrar en su hogar.

La chica observó todo interesada notando como su anfitrión ya tenía todo listo para una cena "romántica" para dos personas. La mesita estaba dispuesta, la luz era tenue ubicada solo en esa área mientras que lo demás estaba a oscuras. Ella dejó su bolso y chaqueta en el sofá más cercano curioseando un poco en su entorno. El apartamento era igual de pequeño que el suyo, en una de las paredes blancas estaban colgadas varias fotos en blanco y negro, los muebles eran compactos y oscuros y, en palabras generales, el ambiente era hogareño.

—Es acogedor —comentó observando al elegante joven delante de ella—, además me gusta como luces con traje y camisa formales —dijo sonriente aproximándose a él dedicándole una mirada pícara.

—Gracias, no suelo vestir así con frecuencia, pero hago excepciones por personas especiales e importantes —June sonrió tímidamente mientras Milo la conducía a la mesita acercando una silla para ella—. Debo disculparme por haber comprado la cena, no sé cocinar muy bien y todo lo que preparo es digno del basurero así que, busqué un buen restaurante y compré lo que cenaremos. Espero no te moleste.

—No te preocupes por eso.

Además de la cena, Milo sirvió un vino claro y espumoso para ambos mientras sonaba una música suave de fondo aderezando el ambiente mientras cenaban y charlaban olvidándose de lo demás: de las parejas infieles, del proyecto temporal de la galería en Orly y del resto del mundo. Esa noche era de ambos y nada más.

—Pasta para cenar, vino espumoso, un delicioso postre y café —recopiló la rubia sonriente—. No podía pedir más.

—Me alegro que te haya gustado.

—¿Sabes bailar? —dijo ella de pronto haciendo que Milo diera un respingo algo avergonzado.

—Muy poco realmente.

June se puso de pie aprovechando que la canción que sonaba en el aparato de sonido la invitaba a buscar un compañero para bailar. Tomo a Milo de las manos dirigiendolo hacia ella. El joven la tomó de la cintura dejándose llevar por la canción "Indian summer" que los acompañaba sintiendo como ella lo rodeaba con sus brazos recargando la cabeza en su pecho, así la estrechó aún más fuerte contra él.

—Si supiera la letra… —comenzó a decir al oído de June— te la dedicaría.

—¿De verdad? —ella lo observó con intensidad siendo su mirada correspondida por Milo quien veía sus ojos claramente a pesar de la leve oscuridad que los rodeaba.

Milo subió lentamente sus manos desde la cintura de June hasta sus hombros que recorrió con calma llegando a su rostro el cual tomó con ambas manos, sin pensarlo dos veces unió sus labios con los de ella en un prolongado beso que ambos alargaron lo más que pudieron.

—Esta noche es muy especial —susurró la joven al oído de su compañero— ¿no crees?

—Entonces —respondió él en voz baja sin separarse de ella ni un segundo— ¿te quedarías conmigo esta noche?

—Por supuesto, no tienes que repetir la pregunta —respondió dedicándole una sonrisa pícara.

Volvieron a unirse en otro beso al ritmo de la melodía de fondo antes de hacer otra entrega más apasionada el resto de la noche.

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Milo había hablado de la inauguración de su exposición en la galeria de Orly con mucho entusiasmo esperando que June pudiera estar a su lado en ese momento tan importante. La joven más o menos tenía idea de que clase de trabajos de fotografía hacía Milo. En las paredes de su apartamento se podían ver algunas muestras que hacían sonreír a June cada vez que las miraba.

Las fotos de sus doce amigos, los doce que conoció en Atenas mientras "estudió" ahí. Era una lástima que él no supiera las auténticas condiciones en las que los conoció, así como que su mente fuera ajena a tantas otras proezas realizadas en las constantes batallas del pasado. No obstante, la oportunidad de hacer una vida normal a su lado se le antojaba maravilloso, idea que le daba vueltas en la cabeza ya que debía hablar con él respecto a lo que sucederá después de la noche de inauguración.

—Milo —le dijo una tarde en que ambos daban un paseo por una galería de tiendas departamentales —, ¿en qué momento podremos hablar de nuestra relación?

—¿Qué es lo que te inquieta? —la observó con interés ya que no esperaba esa pregunta tan pronto.

—El futuro… —respondió ella deteniéndose por un momento observándolo con aprehensión—, ¿qué sucederá con nosotros una vez que termines tus asuntos aquí?

—No había pensado en eso por ahora ya que pretendo quedarme una larga temporada en Francia —indicó con calma tomando asiento en una banca de madera.

—¿De verdad?

—Si y, en caso de que tuviera que marcharme, pensaba llevarte conmigo si es que no tienes inconveniente.

La joven lo observó sin saber qué decir.

—Asi que ya habías pensado en todo esto, ¿por qué no lo habías compartido conmigo?

—Porque he tenido la cabeza en el trabajo estos días, inauguramos este fin de semana y pensaba esperar a que la fecha pasara para pedirte que habláramos de esto con más tranquilidad.

—Lo siento… —dijo ella con suavidad— Creo que me precipité.

—No es nada, había que hablar en algun momento de esto —respondió Milo sonriente tomando la mano de June entre las suyas—. Realmente, me gustaría quedarme en esta ciudad.

No dijeron más entrelazando sus manos mientras ella se recargaba a su lado. Esperaría luego de su fecha importante para poder aterrizar bien las ideas aunque, ya tenía el panorama más claro.

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Esa noche era la inauguración y había muchos invitados así como gente importante del medio. June los veía ir de aquí para allá mientras bebía una copa de champagne y recorría la exposición buscando el significado de lo que Milo había querido plasmar en su trabajo. Le gustaba fotografiar personas, no parecían montajes sino capturas hechas espontáneamente, captadas en el momento justo y, por lo visto, era fanático de la fotografía en blanco y negro lo cual le plasmaba cierto aire de nostalgia a sus tomas.

—Me alegra que hayas podido acompañarme —le susurró al oído mientras se acercaba a ella posando la mano sobre su hombro—, sé que estás ocupada con tu trabajo.

—Ni lo menciones, gracias por invitarme aunque creí que tu amigo Camus te acompañaría.

—Él no estará en la ciudad en estos días, fue a Dijon a ver una casa que quiere comprar.

—Ya veo, que emoción. Es una ciudad muy linda —Milo la tomo de la cintura mientras ella se recargaba en su hombro—. Por lo visto la inauguración está siendo un gran éxito.

—Así es y me alegro porque eso garantiza mi estadía en Francia por más tiempo del que pensé —la beso en la frente abrazándola—. Mañana hablaremos con calma del panorama de nuestra relación, ¿te parece bien?.

—Por supuesto, pero no te martirices con eso —respondió ella condescendiente—. Esta noche disfruta del evento, es tu momento.

—Sí, creo que me quedaré en esta ciudad, hay muchas cosas buenas aquí como para pensar en marcharme y te tengo a ti encabezando esa lista. Si no en París, que me parece sumamente costoso, quizás en alguna ciudad vecina.

—Te ayudaré a buscar una ciudad menos cara que esta, hay muchos lugares muy bellos en Francia.

—Me agrada la idea —Milo la observó pícaramente acercándose a ella—. Por cierto, ¿te quedarías conmigo todo el fin de semana?

—Pensé que no me lo pedirías —June se mordió el labio inferior sin dejar de sonreír—. Quedémonos en casa todo el fin de semana, no me apetece salir. Además, espero que tengas energía porque no te daré tregua.

—Tendré que prepararme —tomo su rostro con ambas manos dejando un beso en la boca de la joven.

Si, June pensó que era la broma más bella que le había jugado la vida y ahora que estaba a su lado no lo dejaría nunca empezando porque estaba segura de que solo era el comienzo de una gran etapa juntos.

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FIN

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*Notas: Mil gracias por leer, ya tenía mucho que no escribía sobre este crackship que me gusta mucho. Incluso, pensé que tendrían algún momento juntos en KoTZ pero no ha sucedido. En fin, ya veremos si me viene a la mente otra historia sobre ellos.