Sus dedos se aferraron a las llaves con cierto temblor a la vez que conseguía escuchar voces desde ese lado de la puerta. Su mano se acercó al pomo decidida a abrirla pero una mano apareció de la nada para apartarla apresuradamente hacia atrás a la vez que le tapaba la boca.

La adrenalina le subió provocando cosquillas desagradables por todo su cuerpo a la vez que la respiración e incluso los latidos se pararon por un momento. En ese momento empezó a escuchar una alarma de alerta dentro de su tímpano que no hizo más que inquietarla. Su instinto salió a flote en forma de forcejeo mientras intentaba librarse sacando todas sus fuerzas, pero fuese quien fuese, la tenía bien agarrada.

"Shhht..." Le susurraron sin soltar la mano de su boca. Sherry notó como la arrastraban y la desviaban a un pasillo paralelo. "No hagas ruido."

Sus ojos se abrieron cuando reconoció a Bourbon y le mordió la mano intentando conseguir que la soltara.

"¡Oye!" Protestó ante el dolor de la mordida pero no cedió a aflojar el agarre. "Te he dicho que no hagas ruido."

"¡Suéltame!" Intentó deshacerse de él ignorando sus palabras, pero con la fuerza que tenía el rubio era imposible.

Él frunció el ceño y miró la puerta del apartamento de reojo antes de apretarla a él y esconderla entre el portal de otro apartamento antes de la la puerta se abriera.

Ella intentó volver a chillar cuando vio a un par de cuervos sacar a Gin casi a rastras, ambos liderados por Vermouth. Bourbon tapó su boca con más fuerza y se giró apretándose hacia la pared para que la rubia no se percatase de su presencia.

"Vamos a dar un paseo , ¿Qué te parece?" Le preguntó Vermouth a Gin mientras subían las escaleras en dirección a la azotea.

Bourbon se relajó cuando ellos desaparecieron al piso superior y soltó el agarre de su boca con lentitud a la vez que le pedía que no se alterara. "Tenemos que irnos, ahora."

"No me voy a ir, y menos contigo." Protestó intentando dirigirse a las escaleras antes de que él volviese a agarrarla.

"Eres demasiado tozuda." Resopló volviendo a atraerla a él a la vez que escuchaba unos pasos subir a paso ligero por la escalera. "El FBI no pierde el tiempo…" Comentó con una sonrisa burlona después de verlos seguir hacia a la azotea. "…Sin embargo, ya no tienen nada que hacer."

Ella intentó empujarle y logró deshacerse de él los segundos suficientes para llegar a la escalera y ponerse a correr. No estaba armada y no tenía la más remota idea de lo que debía hacer, pero no pretendía dejar a Gin ahí tirado.

Cuando llegó a la azotea se escuchaban disparos por todos los lados y la voz de Bourbon chillar su nombre desde su espalda.

"¡Estas loca!" La frenó agarrándola de la muñeca antes de que pudiesen verla.

Sherry tropezó y él la arrastró hacia una pared para resguardarse de los disparos de su espalda.

Eso no podía estar pasando, ni siquiera estaban en Japón. No habían dejado ningún rastro para que los cuervos los siguieran y el FBI no tenía jurisdicción aquí. ¿Por qué mierdas entonces se había formado un tiroteo en la azotea de su apartamento?

"Como te vean, estás muerta." Comentó agradeciendo estar en un punto ciego de Vermouth.

Pero a ella no le importaba, no podía dejar de buscar al rubio con la mirada. La lluvia caía con más fuerza y podía escuchar las primeras sirenas acercarse al edificio.

¿Se había acabado?

¿Este era el fin de la huída por una vida sin los cuervos?

La situación era patética, destructiva y triste. ¿De verdad había sido tan estúpidos de pensar por un solo segundo que podían tener la oportunidad de seguir viviendo sin que volviesen a aparecer esas amenazas?

"¡Joder!" Protestó golpeando el suelo con un puño. La impotencia ganaba a todos los sentimientos en ese momento. Se sentía una estúpida, una estúpida por creer. "¡Gin!" Chilló su nombre con todas su fuerzas, intentando ver a través de la niebla provocada por la humedad de la lluvia y la pólvora.

Sus miradas finalmente consiguieron encontrarse y ella suspiró sintiendo tranquilidad. Tenía la cara magullada y la respiración acelerada por la pelea, pero ella no pudo evitar sentir alivio aunque fuese por una fracción de segundo.

"¡Cuidado!" Chilló Bourbon empujándola a un lado para evitar el disparo que Vermouth había efectuado hacia su dirección.

"Vaya, vaya, ya estamos todos." Sonrió la rubia sin dejar de apuntar a la pelirroja. "Has hecho un buen trabajo, Bourbon. Pero ahora tienes que entregármela." Le felicitó a la vez que él fruncía el ceño. Sí, él había sido el encargado en capturarla, pero el destino de la pelirroja era algo distinto al que él imaginaba.

"Mi trabajo es llevarla de vuelta a Japón." Protestó levantándose del suelo a la vez que se quedaba delante de ella para cubrirla.

"No tengo tiempo para jugar." Dijo disparando a un agente antes de volver a apuntarle con una mirada amenazante. "¡Apártate, Bourbon! ¡Deja de protegerla!"

"Los celos hacen tu actuación patética." Intervino la pelirroja apartando ligeramente al rubio para poder enfrentarla. "Porque los celos son los que te han movido hasta aquí."

"¡Cállate!" Chilló Vermouth disparando muy cerca de sus pies antes de desviar la pistola para disparar mortalmente al agente del FBI que quedaba vivo y volvió a mirarla disfrutando de la situación. "Hoy quiero acabar contigo, no escuchar tus habladurías. Que pena que Akai no haya llegado todavía…" Sonrió. "De todas maneras, no hay nada que pueda salvar a un par de traidores, ni lugar en el mundo en el que os podáis esconder."

"Vamos Vermouth, ¿de verdad vas a creerte a una mocosa?" Intervino Gin acercándose a ella sin soltar la mano de las costillas que parecía haberse roto, sonriendo con la mejor sonrisa que podía poner a la vez que se acercaba a ella para enredar un mechón de su pelo entre sus dedos. "Eres la mujer más deseada de toda la organización. La mujer más poderosa, más bella y la más perspicaz…"

Shiho abrió los ojos sorprendida. Se sentía herida.

La rubia sin embargo abrió los ojos un poco sorprendida a la vez que se sentía embriagada por sus palabras y cercanía. Ese era el Gin que le gustaba. Los años de relación que habían tenido, por más que fuese una relación física y efímera, no eran muy fáciles de olvidar para Vermouth. Y el odio que tenía por la familia Miyano, solo hacía que odiase más y más a la pelirroja. Nunca admitiría los celos, pero Gin era suyo.

Y a ella, la quería muerta, y no había nada que consiguiese hacerla cambiar de opinión.

Gin apartó la mano de su pelo para pasarla por su cuello y ella se acercó más a él como autoreacción a la vez que disfrutaba observando como se fruncía con molestia el ceño de la pelirroja. La unión que ellos habían tenido, no se comparaba a la que podía haber tenido con la científica.

Era una pena que la traición ya estuviese efectuada y que no pudiesen volver a ese pasado, pero todavía podía saborear esos recuerdos una vez más. Bajó la mirada hacia los labios del rubio, pero para su sorpresa, fue él quien se acercó a ella. Su aliento chocaba contra el de ella y entreabrió la boca para poder besarle con más profundidad, pero Gin apagó la sonrisa de su cara y le mordió el labio con fuerza antes de empujarla hacia atrás, provocando que cayese de espaldas y que soltase su pistola. El rubio alcanzó su revolver y disparó a los secuaces de Vermouth antes de que ellos tuviesen la oportunidad de hacerlo, pero la rubia emitió una fuerte carcajada cuando él volvió a apuntarla.

"Solo te queda una bala, cariño." Sonrió satisfecha a la vez que sacaba otra pistola del interior de su cazadora. "¿Vas a acabar con todo solo con una bala?"

Gin amplió su sonrisa y observó a la pelirroja de reojo antes de volver a clavar su mirada en ella. "Necesito menos que una bala para acabar contigo."

Vermouth suspiró y se acercó a él sin apagar la sonrisa victoriosa de su cara. "No imaginaba que te esconderías en un lugar así, supongo que por eso la organización ha tardado más tiempo en dar con vosotros, pero el juego se ha acabado, Gin…el FBI está a punto de llegar y no os voy a dejar respirando para que tengáis la oportunidad de abrir la boca delante de ellos." Explicó sin dejar de apuntar su cráneo. "Es una lástima por ti, pero hace un tiempo que perdisteis el derecho a seguir viviendo. Hoy es vuestro último día."

"Creo que celebras la victoria demasiado rápido."

"Vamos, Gin. Has sido el mejor asesino que he conocido, pero hace demasiado tiempo que has perdido tu brillo." Explicó antes de girarse hacia su compañero para asegurarse de que la pelirroja seguía bajo su agarre. "Aún así, creo que la mataremos a ella primero." Sonrió. "¿No te apetece contémplenlo? Yo me muero de ganas."

Sherry apretó los dientes sin poder soltarse de las manos de Bourbon y Gin gastó su ultima bala para herirle el hombro derecho a Vermouth y hacer que volviese su atención en él. No podía afinar mucho su puntería aún con el hombro herido.

Ella se agarró el hombro para presionar la herida y se giró hacia él con el ceño fruncido antes de volver a sonreír y apuntarle con la otra mano. "¿Te has dado cuenta que acabas de mlgastar tu última bala?" Preguntó observando como el helicóptero negro de la organización aparecía sobre su cabeza. "Siempre has sido un trabajador ejemplar dentro de nuestra compañía y he de admitir que me he divertido mucho todos estos años trabajando contigo…pero desgraciadamente la historia de tu vida ha llegado a su fin."

"No empieces a ponerte melodramática ni aparentar afecto, no te pega."

Ella rio fuertemente mientras volvía a acercarse a él y agarró su barbilla clavando sus uñas con una mirada desafiante. "Hay tantas personas que desearían estar en mi lugar ahora mismo…" Dijo cargando su pistola y apoyándola bajo su barbilla.

Gin miró hacia la lejanía para clavar la mirada hacia lapelirroja y suspirar lentamente. El helicóptero estaba apunto de aterrizar y el aire que provocaba movía su melena de un lado a otro. "Yo no voy a ser quien va a matarla, pero tú tampoco vas a conseguirlo." Sonrió con malicia a la vez que clavaba su mirada en la rubia a la vez que le enseñaba una pequeña anilla.

"¿Qué…"

"La oscuridad acaba aquí." Ensanchó su sonrisa a la vez que agarraba su muñeca con fuerza y le mostraba la granada de mano que acababa de activar.

"¡Corre!" Chilló Bourbon a la vez que aceleraba e intentaba arrastrar a la pelirroja lo más lejos posible de ahí antes de que la fuerza del impacto les arrastrase.

La explosión retumbó sus tímpanos e hizo temblar el suelo provocándoles perder el equilibrio.

"¡Suéltame!" Chilló ella Intentando separarse mientras se apoyaba en el suelo para levantarse y mirar hacia atrás. "¡Gin!"

El helicóptero cayó destrozado al otro lado de la terraza, y el humo ennegrecido y espeso y las altas llamas, se apoderaron rápido de gran parte de la azotea.

"¡No puedes acercarte! ¡Es muy peligroso!" Alzó la voz Bourbon a la vez que se cubría para no inhalar el humo ni recibir rastros de la metralla que volaba hacia ellos. "No tienen nada que hacer, están muertos."

Ella quería buscarlo, pero no podía ver nada. Todo eran llamas y humo, olor a gasolina y pólvora.

"Tenemos que irnos." Insistió Bourbon observando como otro helicóptero del FBI empezaba a hacer su aparición.

"No voy a ir a ningún lado contigo." Protestó intentando clavar los pies al suelo. "G-Gin, él…" Apenas podía hablar, las cosas sucedían demasiado rápido y apenas le daba tiempo para poder asimilarlo.

El rubio rodeó sus hombros con su brazo y la acercó a él para protegerla e intentar que no acabase derrumbándose ahí. "No podemos quedarnos aquí."

"¡Haibara!"

Shiho se apoyó en su hombro sin ser capaz de dar un paso más, escuchando como esa voz tan conocida se acercaba cada vez más a ella.

"¡Haibara!¿Estás bien?" Kudo apareció casi de repente y la separó de Bourbon para comprobar que no tuviese ninguna herida fatal. "Al fin te encontramos."

"La zona sigue siendo peligrosa." Intervino Akai quitándose la chaqueta para ponerla sobre los hombros de la pelirroja, que seguía con la cabeza baja y la mirada perdida. "Debemos volver al helicóptero."

"Siento cambiar vuestros planes, pero ella se viene conmigo." Protestó Bourbon agarrando la otra muñeca de la pelirroja para acercarla de nuevo a él.

"Tiene que estar bajo nuestra custodia, es un civil protegido." Objetó Akai.

"Por el momento está detenida." Concluyó el rubio sacando unas esposas para retenerla. "Deberíais haber llegado antes, pero si tenéis alguna queja, ya sabéis a donde podéis recurrir. Por el momento, seguridad pública se hará cargo de ella."

Kudo siguió protestando, pero a ella no parecía importarle lo más mínimo. En ese momento era como un barco de papel dejándose arrastrar por la marea, le daba igual a donde la llevasen o lo que fuesen a hacer con ella…no podía dejar de pensar en Gin, en la última mirada que le había dirigido y en como había desaparecido segundos después sin dejar ni un cuerpo al que enterrar. ¿Porque tenía que hacer eso?

"¿Miyano?" Preguntó Bourbon devolviéndola a la tierra.

"¿Qué?"

"Te he preguntado si entiendes tus derechos." Comentó con cuidado de no apretar demasiado las esposas. "¿Quieres que te los repita?"

"Lo entiendo." Contestó casi en un susurro.

"Venga, Amuro. No te la puedes llevar." Les siguió Kudo mientras salían al exterior. " Pensaba que éramos colaboradores."

"Y en ocasiones lo somos, pero tienes que dejar a los profesionales hacer su trabajo." Le contestó antes de girar a la pelirroja a la parte trasera del deportivo negro que había alquilado.

"No vamos a dejar que la proceséis a un juicio." Comentó Akai con el ceño fruncido.

"Hablamos en otro momento." Contestó el rubio esquivando la conversación antes de entrar en el asiento piloto y dirigirse hacia la central provisional que había instalado seguridad pública.

Ella no pronunció palabra en todo el trayecto y él la fue observando por el retrovisor.

No parecía importarle el destino de su trayecto, ni siquiera sabía si era consciente de como iban a cambiar las cosas. "Todo va a estar bien." Dijo intentando aportar algo positivo.

"¿Vas a encerrarme?"

"No es lo que tu piensas." Contestó poniendo el intermitente antes de entrar en el aparcamiento subterráneo de uno de los edificios.

Shiho lo observó detenidamente todo el camino que recorrieron hasta llegar a la octava planta. La gente con la que se cruzaban le miraban y hablaban con un respeto que la hacía sorprenderse.

"¡Furuya!" Apareció un joven con gafas. "Estaba a punto de mandar a unos agentes hacia allí. Perdimos el contacto y luego nos enteramos de la explosión." Dijo con cierta preocupación a la vez que se giraba a observarla antes de volver su atención a él. Ambos parecían cansados, tenían la ropa algo rasgada y el olor a humo impregnado en ella.

"Está todo bien, Kazami." Dijo el rubio antes de que el otro continuase hablando. "Yo me ocupo de ella." Contestó alejándose de ahí sin dar más explicaciones.

Ella alzó una ceja y lo siguió hasta el último cuarto del pasillo, que en ese momento parecía ser un despacho provisional.

El rubio se removió el pelo a la vez que suspiraba y se puso a buscar dentro del botiquín cuando la risa de la pelirroja le sorprendió. Cogió las cosas para ponerlas encima de la mesa y se giró para mirarla con una ceja alzada.

"¿Qué pasa?"

"Primero apareces como Bourbon, luego te haces llamar Toru Amuro en el Poirot, y ahora…ahora parece que no eres más que otro fiel seguidor de la policía japonesa." Explicó rodando los ojos. "Entonces dime…¿Quién se supone que eres?"