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-Otoño-

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Seiya aun no daba crédito a que Serena desapareciera sin dar explicaciones, se giró sobre sus talones para buscarla, haciendo que su larga coleta ondeara como una larga S. Tenían un mundo de cosas que discutir, sanar, incluso reprochar, pero también decidió que ya se había acabo su periodo de actuar como idiota.

"Bombón otra vez me dejas".

Suspiro resignado, pero decidido que sus sentimientos por ella no menguarían, ella no decidiría como se sentiría, él sí, y por el momento si solo tendría un interés unilateral, estaría bien con ello, sin embargo, que ella luchara por hacerlo aún lado, le decía mucho, por fin lo entendía, aunque al mismo tiempo era como un sinsentido, pues él era una sailor, una guerrera, su deber, su propósito de existir era pelear, ¿Por qué ella parecía querer alejarlo de la batalla? Seguramente habría una poderosa razón, y eso lo atormento un poco. Pero no podría ser que su vida peligrará, ¿verdad? Serena no intentaba apartar a nadie más de la pelea, Rei, Lita, Ami, Mina, las outers, sus hermanos, los reyes…, en una palabra, todos peligraban igual, ¿Qué era diferente esta vez? Aun así, debía reconocer que existían muchas otras cosas en las que pensar.

Lo cierto también era que le dolían los recuerdos, las personas que quiso y ya no vería más, buenos momentos irrepetibles, pero los dolorosos, llegando como relámpagos, golpeando su mente y drenando las fuerzas de su alma.

"Tengo ganas de ver a mi familia, creo que me daré una vuelta por Kinmoku, Taiki seguramente no la está pasando bien, y Yaten, bueno, no se veía tan mal, pero seguro estaba solo mostrando su cara dura, debemos reunirnos los tres, juntos somos más fuertes"

Y el cielo recibió la visita de una hermosa estrella fugaz.

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-Seiya está sufriendo, debería regresar, regresemos.

-No- contesto secamente Yue- ya casi libero esta semilla del capullo, podrá ser usada entonces.

Ambos se encontraban en una especie de salón con paredes de estrellas, era una habitación especial creada por Yue tiempo atrás, Serena tenía una protección alrededor de su cuerpo, una delgada y luminosa capa la envolvía, solo así resistía ese ambiente sin oxígeno.

-Pero, ¿y si pasa algo malo?

-Entonces no merecen ser sailors.

-Que malo eres.

-Estoy tratando de salvar a tu hombre- replico molesto.

-Lo siento, pero, ¿estás seguro que esa vieja semilla servirá?

-Acaso ¿ya olvidaste los asuntos elementales, hermana? Las semillas no tienen edad.

-Cierto, cierto, debería irme, no te ayudo en nada, hasta siento que te estorbo.

-Eso no es del todo exacto, eres Cosmos, tu mera presencia le ayuda a la semilla, créeme.

Por primera vez Yue mentía, sin los cristales, Serena ahora era lo más cercano a una humana simple, pero ahora que tenía un lado más humano, el chico simplemente quería hacerla sentir bien.

-Te creo hermanito- Serena lo abrazo por la espalda, haciendo que Yue se ruborizara, era una espontánea y genuina muestra de afecto, no estaba acostumbrado.

-Este…sigamos.

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El atardecer estaba llegando a Kinmoku cuando Fighter aterrizo.

"debería intentar dar el salto sin la transformación", sonrió para sí, emocionado de que su poder hubiera crecido, gracias al duro entrenamiento que recibió de Yue.

La enorme mansión que era su hogar se veía casi roja por el sol crepuscular, algunos trabajadores lo saludaron al notar su presencia, era como un príncipe llegando al castillo.

- ¡Joven Seiya!- dijo su amigo Kelvin casi tropezándose frente a él, llevaba un cepillo enorme.

-Sabes que no me gusta eso de joven Seiya.

-Ah, cierto, perdón.

-Veo que RedHope ya recibió una buena acicalada hoy, gracias por cuidarla.

-Seguro le encantara verlo- Seiya frunció el ceño- verte.

-Yo también la extraño, pero la cabalgata tendrá que esperar un poco, aunque cuento contigo para que la saques a pasear.

-¡Hermanito!

Mariko, su pequeña hermana corrió a recibirlo.

-¡Malo, malo!

Seiya la alzo con entusiasmo, la nana de la niña se quedó en la puerta, mirando que la pequeña estaba en buenas manos.

-Sus padres salieron a una reunión al palacio, pero seguro llegaran para la cena- notifico la nana.

-Gracias Yuuko.

-Por cierto, su abuela llegará por la mañana.

-Parece que tendremos casa llena.

Seiya le dio un beso en la mejilla a su hermana.

-Hermanito, lindo.

-Ah, vaya, ahora soy lindo.

-Sabes- dijo Kelvin acercándose- creo que desean hacerte una fiesta de cumpleaños, cumplir veintiuno no siempre se repite.

Esa fue más o menos la edad en la que conoció a Selene, que agridulce sensación.

-Claro…

Seiya lucho porque su semblante no se descompusiera por los malos recuerdos, y por las recientes malas experiencias, como que en su fecha justa de cumpleaños murió, y a pesar de que fue la misma Serena quien lo mato, extrañaba su presencia, no estaría para celebrar su cumpleaños, en fin, no tenía ánimos, pero tampoco haría un desaire a su familia.

"Estoy loco por ella, es inevitable no desear su presencia".

- ¿Cómo sabían que vendría?

-Sepa- respondió Kelvin rascándose la cabeza-, supongo que son esas cosas raras de las madres, mi mamá me huele a kilómetros cuando la visito.

-Supongo que fue así, bueno, Mariko y yo tenemos muchos dulces que comer, debemos aprovechar que nuestros padres no están.

-¡Si! ¡dulces! - grito la niña emocionada.

Camino hacia su casa con su hermanita en brazos, pero antes de entrar se giró hacia Kelvin.

-Un favor, podrías ir a la casa de mis primos y ver como esta Taiki, quiero también que le anuncies que estoy aquí en casa.

-Claro, pero ¿Sucedió algo malo?

-No, solo es precaución.

-Lo hare, joven…digo Seiya.

El pelinegro le dio un breve mensaje para Taiki, luego Kelvin se alejó para ir por RedHope, así aprovecharía para que ella hiciera ejercicio.

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El castaño estaba devastado, afortunada o desafortunadamente, pues aún no decidía eso, sus padres estaban cuando sucedió la recuperación de sus memorias.

-Hijo- dijo su madre con suavidad, ambos estaban en su habitación- debes comer algo, este té ayudara a tus nervios.

-Gracias- contesto sentándose en la cama y aceptando la taza.

-Puedes decirme lo que quieras, tu padre también está preocupado.

-Solo fue un dolor de cabeza.

-¿Estas seguro?- pregunto nada convencida.

Es que, como podría contarle a su madre que recordaba con claridad, como si recién hubiera ocurrido su violación, incluso, ya se había dado un baño intentando con desesperación borrar las horribles sensaciones en su piel, y tratando de mitigar el dolor, dejo su apariencia de Taisha por Taiki, en un desesperado intento por dejar de sentir esas manos que la mancillaron.

-Pero lloraste en la inconciencia.

Taiki se reprochó asimismo por eso, ver el rostro preocupado de su madre le disgustaba, el nunca daba problemas, Yaten por su terrible temperamento era tendencia en ser el dolor de cabeza de sus padres, pero él no, bien podía jactarse de ser el hijo perfecto, y además estaba lo otro, ¿acaso no estuvo ya en situaciones de muerte varias veces siendo una sailor? ¿Por qué ahora se ponía de esa manera? Era cierto que ese horrible hombre la maltrato, pero no como para matarla.

"Pero si aguijoneo mi alma".

El castaño tenía que reponerse, pero su cuerpo simplemente no respondía, deseaba tirarse a la miseria.

-También me preocupa tu hermana, ¿le sucedería los mismo?

-Madre, ella y su cabeza dura son demasiado fuertes para dejarse llevar.

-Yo pensaba eso de ti- Taiki se sorprendió por las palabras, pero ella corrigió- pero seguro tengo la culpa, creo que inconscientemente siempre he pedido perfección en silencio de tu parte, y eso ha estado mal, puedes mostrarme todas tus facetas, soy tu madre, siempre estaré aquí a tu lado, y además esta esa chica dulce.

Taiki se tensó ante el recordatorio, sintiéndose más miserable por olvidarla.

"Ami, Ami, ¿Cómo estarás? Tengo que verte, pero me siento como si fuera de plomo, no tengo fuerzas, no soy de gran ayuda en este momento, deseo con el alma que no estes como yo."

-Permiso señora. Disculpen- dijo una sirvienta acercándose a la madre de Taiki, luego se retiró.

-Creo que esto te animara, Seiya está en su casa, te invita a una fiesta mañana.

"Seiya debe saber perfecto que no estoy para eso, seguro solo quiere sacarme de aquí, sí que me conoce…como, fui su esposa", Taiki se sonrojo furiosamente por el recuerdo.

¿Cómo lo vería a la cara y a Terius? Después de rechazar el apoyo de este último.

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Terius ignoraba los documentos sobre su escritorio fino y enorme, su ministro le hablaba del montón de cosas pendientes, aburridas pero necesarias que necesitaban ser revisadas, pero a pesar de estar trabajando se sentía inútil, no pudo ver a Taiki, y dejo a Setsuna sola, ambos declarando de alguna forma que estaban bien sin su brillante presencia, así que, se sentía como las joyas en sus dedos, hermosas y resplandecientes, pero decoración sin utilidad, de pronto llego un mensajero, le entrego una nota, haciendo que el rostro del pelirrojo se iluminara.

"Fiesta en casa de los Kou".

-Bien- se levantó de su asiento- asuntos importantes requieren de mi atención, debo ir a prepararme, dejo todo en tus manos.

Sin darle tiempo al pobre hombre de lentes de replicar, salió rápidamente del enorme estudio.

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Yaten se deleitaba ver a su hija dormir, era un placer verla respirar con tranquilidad, le acaricio el cabello castaño.

"Como te pareces a Taiki, sino fuera porque se perfecto como llegaste, dudaría de Michiru, espero que el frontudo este bien"

Fighter, quiero vivir contigo.

Su propia voz del pasado resonó con fuerza, le había propuesto ser familia a la pelinegra, claro por su amor por Seiya, eran la misma persona, pero igual todo le parecía patético, ya que sabía que nunca la aceptaría como pareja, serian familiares, solución patética para su corazón solitario.

"Fueron años tranquilos", suspiro rascándose la cabeza, "No tengo nada de qué avergonzarme", se trató de convencer, pero el rubor en sus mejillas se volvió escarlata, recordó que muchas veces cuando se masturbo espiándola bañándose, ya que no ayudo mucho al transformarse en Yaten, aunque ahora recordaba que fueron contadas las veces que ocurrió eso, pues como Healer, no estuvo contenta por esa apariencia varonil, eso le hizo entender muchas otras cosas.

"Supongo que esperare tranquilo a que regrese Seiya, sentí cuando dejo la Tierra, ¿Qué estarán haciendo las otras? Y…Diamante…¿Por qué su tonto rostro me vino a la mente?, ese tipo no importa, estas memorias de mi primera vida me están atontando, y los demás…seguro Mina está bien, todos estaremos bien".

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Ami tecleaba sin parar, el brillo de los lentes en la oscura habitación, le daba cierto aire siniestro, sus dedos estaban ya bastante hinchados.

-No, aun con este poder no podre ir a Kinmoku, debo de empezar a hacer otro plan para ver a Taiki.

Iba a tomar un vaso de agua que tenia en el escritorio, estaba tan agotada que no tuvo cuidado, al tomarlo lo reventó en su mano, provocando que sangre brotara.

-¡No, no, no otra vez!

Se toco la cabeza manchándose el pelo.

-¡¿Qué estoy haciendo?! ¿Dónde estan las chicas?

Miro su reflejo en la pantalla, intentaba calcular algún tipo de salto estelar con su poder, pero no era suficiente, ella solo quería llegar con la persona que amaba.

Y los mensajes en su teléfono no dejaban de llegar, esta vez eran de Rei, vio solo el contacto, pero no puso atención a lo demás.

-Yo solo quiero ser diferente esta vez, no quiero volver a perder mis seres queridos.

Se soltó a llorar por enésima vez, bien podría intentar comunicarse a Kinmoku, pero como si fuera una especie de auto castigo no lo hacía, aun sentía en su ser lo miserable de sus actos, su falta de conocimiento en el pasado le dolía.

Quería ver a las chicas, pero sus piernas no le ayudaban, no la dejaban acercarse a la salida del laboratorio, que se encontraba lejos de la mansión donde estaban los demás.

-Taiki, Serena, chicas, no puedo, perdónenme, no merezco esta nueva oportunidad, siempre fui la más débil.

Apretó con fuerza su mano y la sangre salió a raudales.

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Mina se encontraba en el pasillo del hospital, viendo como entraban y salían las enfermeras del cuarto de Rei, fue el único lugar al que atino ir cuando se enteró que ella se puso delicada, su corazón latia como loco, no sabía porque, era cierto que le quiso mucho, que se enamoró en el pasado de su versión varonil, pero fue tan fugaz, no entendía porque estaba ahí sin hacer nada más que espiar, como si tuviera que avergonzarse de algo.

Endimion no se había apartado de la habitación, Luna y Artemis se habian quedado en el palacio muy preocupados, o esa era la idea que tenía la rubia.

-Deberías entrar.

Mina salto con los ojos bien abiertos al escuchar a Artemis.

-Me hice chicharrón sola- termino diciendo llena de nervios.

Si, ella tenia bien presente su fatídico final.

-¿Te sientes bien?

-Si.

Oh, pero Artemis la conocía perfecto, supo que mintió, así que mejor la llevo a una terraza para que tomara un poco de aire.

-¿Tan malo fue ese pasado? – pregunto Artemis- la reina estuvo delirando un rato hasta que lograron tranquilizarla, luego susurro algo como bella alada, supongo que se refería a nuestra princesa de la Luna.

Por supuesto Rei se refirió a Uranus, pero eso nadie lo sabría, ella era buena guardando secretos.

-Seguramente- dijo no muy convencida Mina, Rei nunca le decía de cariños a Serena, más bien ella lo denominada como un amor apache entre ellas.

-Pero no tenías que venir, su majestad se encuentra bien, Luna intento contactar a las demás, Lita y Ami no han respondido.

-No me llamo a mi- murmuro Mina.

Artemis se rasco el cabeza apenado, Luna sentía cierto resquemor aun por Mina.

-Tal vez supuso que vendrías.

-Si como no.

-Me gustaría que no tuvieras problemas con Luna.

-Ya somos dos, quisiera poder regresar en el tiempo y darle de patadas a mi yo del pasado, he cometido muchos errores…desde siempre he sido una tonta- murmuro lo último recordando las malas decisiones de su primera vida.

-Mina.

Endimión se apareció en la terraza.

-Majestad- le hizo una reverencia la rubia.

-Rei quiere verte.

-Ah, yo, perdón su majestad, pero ¿no será mejor que la deje descansar? La reina está embarazada y no sería bueno…- dijo acobardada.

-Ni tú te crees ser tan formal con ellos- se burló Artemis- además por eso viniste.

-De acuerdo, está bien.

Se despidió formalmente de Artemis y Endimión, y con pasos inseguros camino al cuarto de hospital, al entrar vio muchas flores, todas del rey para su reina, Luna le quitaba la bandeja con un poco de alimentos, al ver a Mina hizo una fina línea con los labios.

-Permiso- comento Luna saliendo.

-Ja, ya ni finge que le caigo mal- murmuro Mina.

-¿Cómo estas, Enus?

Mina casi sale corriendo, al escuchar ese nombre falso que se inventó en su primera vida.

-Perfectamente.

-Pues acércate, no muerdo.

Mina miro alrededor de la habitación, buscando el lugar más alejado de Rei, la morocha sonrió, en cierta forma le alegraba descolocar en ese momento a la rubia.

-Es gracioso, sabes- comento Rei mirando sus manos- siempre he sido como un bicho raro, alguien que no encaja en su entorno, tu no has tenido ese problema, ¿verdad?

-No, claro que no, solo soy malísima en cosas del corazón, y en verdad, en verdad- poco a poco Mina se fue acercando a Rei hasta tomarle las manos- siento haberte lastimado en ese entonces.

-Pero eso ya paso, además luego tuve un poco de alegría gracias a Uranus.

-¡¿Eh?! ¡CUENTAMELO TODO!

-Eres una pervertida.

-Ah, entonces hay detalles pervertidos, ahora estoy realmente interesada.

-No fue así, tu moriste, yo quede destrozada, ella también lo estaba sin Neptune, solo, bueno, ¡que te importa!

Rei la miro seria, luego ambas se carcajearon.

-Ya enserio Mina, tenemos que reunirnos.

-Estoy de acuerdo, buscare a Ami porque sé que Lita está en muy buenas manos, te llamo después.

Mina camino a la puerta, antes de abrirla volteo.

-Rei, gracias por ser mi amiga, a pesar de todo.

-Agradécelo con un buen regalo para mi bebé.

-¡Cuenta con ello!

Y salió.

Aun así, ambas aún les dolía un poco el corazón, tendría que pasar un poco más de tiempo para que todas sus heridas se sanaran completamente.

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Los gemidos ahogados en la habitación cada vez eran menos fuertes, pues ya estaba bastante agotada.

-Zafi…Zafirooo…

El nombrado estaba encima de Lita, era su forma de sacar de los pensamientos de su esposa las memorias de su anterior esposo, era raro estar celoso por alguien que ya ni existía, pero así eran las cosas, además le sirvió para lograr animar a la castaña, pues lloró mucho por aquel pasado sin descendencia.

-Seguro ahora tendremos un hijo- susurro con voz ronca cerca de Lita.

Ella estaba tan satisfecha, pero el hueco de haber muerto teniendo en su vientre vida, le partía el corazón.

Zafiro la beso dulcemente.

-No te hablo de reemplazos, sería un idiota solo pensarlo, pero…en verdad deseo una familia contigo, yo he prometido estar a tu lado en las buenas y en las malas, sé que esta es una de las malas.

-Perdón- balbuceo Lita- soy una tonta, no debería pensar en eso.

Ella se tapo el rostro con el brazo, Zafiro bajo de ella y se acostó a su lado, acariciando la otra mano.

-No debes disculparte, es lógico como te sientes, más bien perdóname por estar celoso de algo que no me corresponde.

-Zafiro, te amo, te amo tanto, no te merezco.

-Este trago amargo pasara, juntos afrontaremos todo.

-Creo que fuiste más apasionado que en nuestra noche de bodas- dijo sonrojada, el igual se sonrojo- ¿Cómo estarán las demás?

Lita intento ponerse de pie, pero casi se cae.

-¿Te lastime?- dijo Zafiro preocupado mas no arrepentido.

-No, solo que, bueno, no estoy acostumbrada a esta intensidad.

-Bueno, cuando todo esto acabe, hare que te acostumbres- dijo besándole los labios- puedes contarme lo que te entristece, lo que te alegra de ese tiempo, prometo solo escuchar.

-Si, supongo que eso me ayudaría mucho, siento que si lo saco todo, podre reiniciarme o algo parecido.

Lita relato su vida, empezando con su niñez, su educación para ser una dama, luego su rebeldía, su fase de guerrera, de esposa, Zafiro escucho lo más tranquilo posible, ella era quien necesitaba apoyo, y recuperarse lo más pronto posible, la batalla no se detendría como sus corazones, tenían que seguir adelante; al final de la historia, Lita sintió que su pasado no fue tan malo, claro que hubo sinsabores, pero realmente estaba satisfecha con muchas cosas, eso sí, deseaba disculparse con Haruka, o tal vez no, pensando que mejor era dejar eso atrás, como sea ya lo había hecho, si intentaban no tocar el pasado de las demás, seguro eso ayudaría a que cada una lograra matar a sus demonios internos.

Ella sonrió, estaba aún consternada por el pasado, pero intentaría sobrellevarlo. Luego ambos se apresuraron a vestirse.

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Setsuna al no encontrar respuesta afuera de la casa, salto la barda y se apresuró a buscar una ventana, afortunadamente encontró la puerta trasera abierta, estaba a punto de seguir su loca carrera, pero escucho el llanto de Hotaru, y sintió su energía, no tuvo miedo de una desgracia, pues su poder destructivo lo había purificado Serena, sin embargo era suficiente energía para lastimarse y lastimar a sus actuales padres, los pasos de la peliverde se volvieron por primera vez en su existencia inseguros, ella que cruzo tiempos y lugares lejanos, no era capaz de llegar al segundo piso de una casa ordinaria.

-Todo estará bien mi pequeña- la voz suave de la actual mamá de Hotaru, era cariñosa y llena de fe.

Y funciono, poco a poco con las palabras cariñosas de ambos padres la energía se fue disipando.

"¿Qué hago aquí? ¿Por qué llueve adentro?"

Pero no era lluvia, era su rostro empapado de lágrimas.

"Hotaru ya no me pertenece, tal vez nunca…"

Se dio la media vuelta, tapándose la boca para no gritar de dolor, salió de la casa despacio, sin saber que Hotaru había sentido su presencia, pero por razones distintas, tampoco hizo el esfuerzo por llegar a Setsuna.

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El padre de Seiya alzo la copa para brindar por su hijo, eran muy pocos invitados, y aunque Alanis también fue invitada no asistió, aun sentía vergüenza por convertirse en villana.

-Terminando esto regresamos al sistema solar- declaro Seiya a Terius y Taiki.

-Ahora eres el que manda, soy irrelevante- se quejó Terius bromeando.

-Quiero ver a Ami.

-No te preocupes- le palmeo el hombro Seiya- ella esta con sus amigas, aunque aún deben estar dolidas por sus memorias, supongo que unidas lo sobrellevaran.

-Si, ellas siempre han sido unidas.

Comentaron sin saber el lío que ellas se traían.

-Son unas chicas admirables, muy devotas de su deber, en cambio ustedes- se quejó Terius-Nunca imagine que Yaten sería el primero en ser padre, estaba seguro que Sei..

Pero no termino la frase, eso dolería.

-No se preocupe majestad.

-Solo dime Terius.

-No lo malcríe majestad.

-Ustedes son muy desobedientes- reclamo Terius.

-Es la hora de los regalos- anuncio la madre de Seiya, mostrando una caja forrada como el arcoíris- este es de mi linda pequeña, para mi guapo pequeño, estoy tan feliz, todo es perfecto, sin personas indeseables.

Seiya se tensó un poco, su madre no olvidaba que Serena lo asesino, aunque ella misma lo trajo a la vida, aun no la perdonaba.

-Ya se le pasara- comento el padre de Seiya bajito.

-Bueno, ¿dónde está Mariko?

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Yue le entrego la semilla a Serena.

-Esta hecho.

-Ahora si podre redimir todos mis errores con Seiya, lo he tratado muy mal.

De pronto el caldero primordial hizo un tintineo curioso, aunque muchos morían en la galaxia por diversas causas, Yue puso un hechizo hace tiempo de todas las personas cercanas a su hermana. Y aunque Yue voló lo más rápido posible, la semilla logro entrar al caldero primordial, Serena miro con desesperación la escena, su hermano alado logro con dificultad sacar el alma, era una muy tenue luz sin forma.

-Su semilla se ha disuelto, no podre sostener su vitalidad por mucho.

-¿Quién es?- pregunto con ojos llorosos Serena.

-Alguien que tu conociste.

- ¡No hables en pasado de alguien aún tiene una oportunidad!

-Solo que le demos la oportunidad que hemos creado para Seiya.

-Pero…

-Es tu decisión.

Serena sintió como su mundo nuevamente era destruido bajo sus pies, con sus puños cerrados y lágrimas cayendo tan abundantes, tal parecía que el universo confabulaba en su contra.

Comentario.

El universo no confabula, es su servidora (soy mala, requeté mala) pero prometo que arreglare el zafarrancho que arme, quería hacer un capitulo mas largo, pero ya me resigne que ire avanzando poco a poco. Multiples cosas me han pasado, pero aqui sigo sin soltar la toalla.

Mil gracias por leer, sus comentarios, valen mucho.

Besos de tinta.