Cero.

Lincoln se despertó con un dolor en su cabeza. Al abrir los ojos se sintió desorientado al mismo tiempo todo a su alrededor daba vueltas. Estaba mareado. Tardó un momento para poder sentarse en la… no sabía ni que era. Al bajar la mirada se dio cuenta que seguía en la misma habitación de hace… tampoco tenía noción de cuánto tiempo había estado ahí. Lo último que recordaba era cuerpos cortados. El miedo lo golpeó como el frío en una mañana de invierno, y rápidamente se sentó en la camilla; al ver mejor la habitación, su mente le colocó la palabra hospital. Y también su ropa era completamente blanca, solamente estaba descalzo. Pasó una mano por su rostro y suspiró pesadamente. ¿Por qué estaba ahí? ¿Dónde estaba su familia?

No recordaba mucho antes de llegar ahí. ¿Hace cuanto los había visto? La única imagen que tenía su mente era el cielo; azul, despejado y con nubes blancas; parecía un buen día. Después de eso, solo negrura. Ahora, simplemente un hospital. En la habitación no parecía haber nadie, su única compañía eran los objetos que usan los doctores para las operaciones: bisturí, vendas, la cosa para el corazón y otras cosas de las que no conocía el nombre, su segunda hermana pequeña se los repetía constantemente cuando se les quedaba mirando, pero realmente no tenía ganas de recordar. Por el momento lo único de lo que tenía ganas era salir de ahí. Estaba algo asustado porque no sabía qué hacía en ese lugar. Por un momento se imaginó que lo habían secuestrado y estaba en las frías y malvadas manos de alguien horrible. Lincoln siempre llamó a esas personas, aún a pesar de que supiera sus nombres, "Hombres grises".

Quizás por las historias de varios casos que leyó donde niños o adolescentes eran secuestrados, su mundo se hacía gris y cuando eran salvados por sus familias, su fe, la esperanza, todo, parecía adquirir otro color. Por ese motivo los llamaba de ese modo. Pero no creía estar secuestrado por los Hombres grises… o eso quería pensar. Esperaba con todo su corazón que no estuviera en ese caso, o si lo estaba… al menos que su familia hiciera lo imposible como él para ayudarlo.

Se colocó de pie, se dirigió a la puerta que estaba del otro lado de la habitación. El suelo no era frío, estaba tibio, al igual que la habitación. Al asomarse, notó que la temperatura seguía igual: tibia. Recordaba que los hospitales eran fríos. No eran para nada cálidos. Al salir de la habitación, observó todo un pasillo con habitaciones; en sus puertas no había número, solo algunas palabras en los pasillos, como "Sala de operaciones", "Comedor", o "Ascensores". De seguro habría más habitaciones con otros nombres, pero sinceramente no quería buscarlos, quería encontrar la salida o "una ruta de evacuación". Caminó por los pasillos intentando buscar algo que le indicara la salida, pero solo encontró habitaciones y más habitaciones; alguno que otro mueble como sillones o floreros, o máquinas de café o expendedoras, tampoco había encontrado a una persona. Era como si el lugar estuviera abandonado. Aunque no lo creía. Su quinta hermana pequeña le dijo alguna vez que los lugares abandonados están desordenados con casi nada dentro de ellos, a menos que sea porque un vagabundo este viviendo ahí. Y ese lugar realmente no parecía descuidado, no creía tampoco que estuviera en proceso de, porque en todo caso se escucharía ruido. Pero ese hospital estaba completamente en silencio. No escuchaba nada, solamente sus pasos y el sonido de su respiración.

¡Hola! —gritó entonces, de repente —¡¿Hay alguien aquí?! —su voz hizo eco, no hubo respuesta a su pregunta.

Lincoln pensó un momento y continúo caminando sin tener un rumbo fijo. Todo lo que veía eran habitaciones y más habitaciones. Algunas eran diferentes; en vez de tener las puertas blancas, eran de café oscuro o negras. También encontró unas escaleras en forma de cuadro, descendió; sin embargo, no llegó a ningún lado. Las puertas que, al parecer llevaban a un piso nuevo, no tenían nada, simplemente tenían un cuadro en blanco que los adornaban. Y al asomarse por las escaleras para ver si veía el fondo, solo encontró más, más, y muchas más escaleras. ¿Cuál era la altura y anchura de ese edificio?

Los pasillos no parecían tener fin; solo encontraba puertas o salas de espera, nada más. No encontraba algo que le ayudará a salir de ahí, o alguien. Realmente estaba comenzando a ponerse algo nervioso por estar perdido. En una situación normal no hubiera tardado en encontrar a alguien. Recordó que en alguna ocasión se perdió en un… ¿lugar?... se detuvo en seco, miró a una de las puertas. Podía tocar o abrirla, quizás había alguien adentro; al abrirla observó a un hombre completamente de blanco examinar el cuerpo desmembrado de una mujer, que estaba convulsionando por los cortes que le hacían a su cuerpo. Lincoln quedó completamente horrorizado, tanto que ni siquiera pudo decir algo o hacer algo. Aquel hombre, puede que quizás fuera un doctor por su ropa, soltó una risa que a Lincoln lo hubiera asustado con el simple hecho de escucharlo en cualquier otro lugar.

Corta. Trenza. Pica. Corta y rebana. Comida buena. Buen dios el que aquí vive. Trae más personas. Trenzar y picar. Moler carne. Sabrosa carne. Buena comida. Buen Dios —cantaba aquella persona. Lincoln tuvo ganas de taparse los oídos e irse de ahí; pero su cuerpo no reaccionaba —. Rica carne que como. Todos comemos… —aquella persona se detuvo en seco al voltear; Lincoln sintió como sus piernas comenzaron a temblar, acompañado de las típicas cosquillas de estómago cuando alguien está a una altura muy alta y baja rápidamente —. ¿Te lo dije o no, Dios da buena comida?

—Muévete. ¡Reacciona! —No supo de donde vino aquel gritó femenino, quizás de su mente o de otro lugar, pero le ayudó a moverse; rápidamente cerró la puerta y corrió lo más rápido que pudo sin voltear atrás, pero ese sujeto lo estaba siguiendo, escuchaba de cerca sus pisadas. Dios, quería que parara. ¿Por qué abrió la puerta?

Dio varias vueltas por distintos pasillos, no sabía si realmente estaba siendo perseguido todavía o lo había perdido. Seguía tan asustado que le daba miedo detenerse, porque en ese momento se daría cuenta que estaba detrás de él. Pero no pudo seguir, después de algunos minutos, se detuvo. Sus piernas parecían que se acalambrarían por ese esfuerzo a las que las sometió tan repentinamente. Y sentía, además, que no podía respirar. Su primera hermana mayor le había dicho en varias ocasiones que si no hacia ejercicio se arrepentiría, él simplemente le dijo que estaba bien, pero tuvo razón: ojalá le hubiera hecho caso.

Al sentirse un poco mejor. Sintió que en donde estaba parado se sentía más frio y parecían haber ráfagas de aire. Lincoln se extrañó, no había sentido eso en los otros pasillos a los que entró o do vueltas. Ahora que los pensaba, ¿Qué clase de hospital era? Estaba seguro de que no era un hospital. Pero al ver los pasillos y las cosas que encontraba, le hacía dudar. Aunque en los hospitales no asesinaban o desmembraban personas. Y eso le hizo sentir un escalofrío de que quizás estaba en otro tipo de hospital. Rápidamente se dirigió a donde sentía las brisas de aire, y al dar un par de vueltas, comenzó a escuchar el ulular del aire. Le hizo sacar un alivio enorme al ver que, al dar otra vuelta, como brillaba el fondo de ese pasillo. Encontró la salida. Tuvo ganas de salir corriendo, pero no le dio confianza.

Se acercó poco a poco. Y conforme más se acercó notó que no había nada. Y al llegar al final se quedó completamente sin palabras, no había nada. Era un pasillo que llevaba afuera, era verdad; pero era a un agujero, arriba podía ver el cielo. Nuevamente se preguntó dónde estaba. ¿Qué era ese lugar? Todo era realmente extraño. En donde quiera que estuviese, era completamente grande, parecía de varios pisos de altura, y quizás de varios kilómetros de largo. Un lugar así no podía existir, o nunca había escuchado algo parecido.

Volvió a caminar. Era lo único que le quedaba: tenía que salir de ahí. Volvió a dar varias vueltas por los pasillos de ese lugar. Puede que la razón por la que no encontraba a nadie era por el tamaño. Eso le hizo preguntarse en que piso se encontraba. O de quien era ese lugar. O como le hicieron para hacer un edificio de ese tamaño. Su segunda hermana menor le mencionó que hay lugares que nadie puede conocer porque solo están hecho para personas exclusivas. ¿Qué hacia él ahí entonces? Nuevamente recordó aquella ocasión donde se perdió. Era un lugar "exclusivo", y fue invitado por… y luego alguien lo ayudó…

Se detuvo al escuchar un gruñido en una de las habitaciones, que, poco después, fue abierta. No supo si asomarse era buena idea o no. Pero la sensación de querer ver que fuera alguien que lo ayudara a salir de ahí. Aunque se arrepintió; nuevamente se quedó paralizado al ver a una cosa parecida a una cucaracha, desmembrar con sus patas y hocico a una persona. La imagen le resultó un poco repulsiva y tuvo ganas de vomitar, pero intentó pensar en otra cosa, pensó una imagen en la playa con sus hermanas; viéndolas felices con sus trajes de baño, nadando en el mar y haciendo castillos de arena…

La imagen fue sustituida cuando escuchó un gruñido arriba de él. Sus dientes comenzaron a castañear, al mirar hacia arriba observó un gusano; solo que su cuerpo estaba más grande de unas que de otras, y tenía patitas pequeñas por todos lados. Retorció su cabeza y miró a Lincoln, quien rápidamente corrió, pero tropezó con una botella de agua. Aquella cosa lo agarró fuertemente de su pie y lo arrastró hacia su boca, que ya se había hecho mucho más grande, mostrándole varios dientes. Lincoln, en un intento de desesperación, le lanzó la botella de agua con la que se tropezó. El gusano pareció gemir de dolor, soltó a Lincoln, quien volvió a echar a correr. Pero esta vez sería diferente, porque aquel gusano emitió un gruñido fuerte, las puertas de aquel lugar comenzaron a abrir y cerrarse, y comenzaron a salir criaturas a las que Lincoln no pudo describir o ver fijamente para intentar saber que eran. Lo único que quería en ese momento era huir. Aunque volvió a la habitación que le mostraba la parte de afuera. Al escuchar los gruñidos se dio cuenta que estaban cada vez más cerca.

Entonces Lincoln brincó, sin importar que eso lo matara.

Lincoln se despertó de golpe. Sus ojos le pesaban todavía y aún tenía un poco de sueño. Pero se le quitó en el instante que se dio cuenta que estaba en la habitación de Clyde. Recordó que ayer lo fue a ver para saber a razón de que faltara a la escuela, y lo que vio…

—Hola, Lincoln lo saludó Clyde, dándole una palmada detrás. Lincoln no se asustó . Pensé que te asustarías sonrió , quería imitar a Lucy.

—Necesitas practicar un poco más. O quizás si tu voz fuera más profunda o grave.

—Supongo que habrá que intentar.

Lincoln sonrió, pero su rostro cambió a una línea. No sabía que decirle o como preguntarle por lo que él había mirado el día de ayer. Puede que simplemente fuera una alucinación por culpa de un químico de Lisa. Era más probable que fuera eso, además, decírselo podría hacer que se burlara de él.

—¿Tus hermanas siguen molestas contigo?

Lincoln alzó una ceja. Imaginó que, fuera lo que fuera, Clyde lo sabría porque, después de todo, era su mejor amigo.

—Si; no quería estar en casa respondió. Clyde suspiró . Sigo sin entender que pasó la verdad, quizás tu sabrías porque se molestan.

Clyde le dio un golpe amigable en el hombro.

—Sería mejor que no te dijera, amigo. Se que son malas las mentiras, pero una verdad duele, y no quiero que sufras. Quizás deberías entenderlo poco a poco dijo, haciendo que Lincoln no entendiera nada de lo que le había dicho.

Pero no respondió, porque si le insistía, le preguntaría porque tanto interés y no sabría cómo explicar que no lo sabía. Y quizás era algo malo, que tenía que ver con su entrada a la pubertad. Por sus palabras, era posible que, quizás al dormir con una de sus hermanas, tuvo una pequeña casa de campaña en la mitad de su cuerpo e hizo que Lucy, Lana o Lola se…

Agitó su cabeza. ¿Por qué pensaba eso?

—Deberíamos ir a la escuela, amigo. Ya es algo tarde comentó Clyde, agarrando su mochila.

—Creo que debería darme un baño.

—No hueles mal, y ya es algo tarde, además.

Lincoln se dio cuenta que Clyde tenía razón. No sentía su cabello grasoso o muy sudado. ¿Qué más daba? ¿Qué podrían decirle? Ambos salieron con rumbo a la calle, se encontraron a los señores McBride; parecían con la mirada cansada y sostenían un ukelele, mientras cantaban.

Vamos a esperar el día del juicio final. Vamos acércanos y cantar sobre el último día de la humanidad. Canten todos conmigo…

Salieron de la casa. Lincoln se sentía un poco confundido por esa canción rara, y la actitud indiferente de Clyde. Quizás estaba molestó con ellos, o habían tenido una discusión. No le preguntaría, porque no quería que Clyde se sintiera forzado a hablarle de algo que a Lincoln no le importaba. Clyde parecía estar tranquilo, solo un poco serio. Así que quizás habían discutido, puede que por la poca libertad que le dan cuando quiere divertirse.

La mañana era templada. Había varias personas sonriendo y todos parecían muy alegres de estar haciendo o por lo que iban hacer. Unos entraban en un callejón que se veía muy oscuro para ser de día. Conocía ese lugar; una vez fue con Lucy porque había fantasmas, eso fue cuando tenían… pero prefería no recordarlo, porque… simplemente no quería recordarlo. Al pasar unos minutos llegaron a la escuela.

—Olvide decirte que no hay maestros. Clyde lo volteó a ver con atención . No hay nadie. No hay adultos que nos digan que hacer Lincoln caminó de espaldas , ve el lado bueno: podemos hacer lo que queramos. Soltó una risa nerviosa . Hubo algunos que se lo tomaron muy enserio e hicieron cosas que uno entiende por llaves de lucha cuando entra a la habitación de sus padres.

Clyde río.

—O piensas que están en algún ritual y por eso uno está encima del otro.

Lincoln lo miró. Ambos comenzaron a reír. Aunque no le gustó mucho tener que imaginar la escena de Clyde y sus padres; quizás el entró por una pesadilla o se sentía mal, entonces sus padres, se separaron e hicieron como si nada estuviera pasando, mientras que su hijo quedó confundido y hasta que vio ciertas cosas en ciertas paginas comprendió que estaban haciendo sus padres.

—Voy al baño.

Lincoln se separó de su amigo con rumbo al baño. Estaban del otro lado de los salones de los mayores de la secundaria. El espectáculo que estaban teniendo era increíble pero peligroso; algunos se estaban prendiendo fuego con el desodorante a los pupitres o a los pizarrones, otros simplemente estaban teniendo sexo. Se preguntó en qué tipo de cosas estarían haciendo sus hermanas. Lo que vio de Lynn, esperaba que no fuera lo mismo. La verdad, sin embargo, es que muchas personas suelen tener más tendencia al sexo o a la violencia, eso lo dijo Lisa. Y al sucederle varias veces, no solo aquí, entendía que era verdad.

Al llegar al baño, le llegó un olor desagradable del baño de hombres. Al escuchar las risas no quiso entrar, tenía una idea, pero no quería saber si era correcta o era otra cosa. Decidió entrar al baño de niñas, no había alguien que pudiera llamarle la atención de todos modos. Observó a dos niñas pequeñas; una de ellas estaba orinando sobre su boca. Al mirar bien notó que eran Lana y Lola. Sacudió su cabeza intentando apartar la imagen real. Pero era tan verdad como los gritos que ahora escuchaba en el pasillo. Miró hacia tras, los hombres grises junto con varios chicos que llevaban cruces pintadas de rojo en su cara eran varios chicos del primer año. Iban con dirección al auditorio donde realizaban las obras teatro.

Giró la cabeza y ahí estaba Lynn con la misma cruz pintada en la cara y su bate.

—Lynn Loud mira la bola. Es el último minuto. El marcador está empatado. La audiencia está esperando que ella los salve.

Los ojos de Lynn reflejaban locura. Lincoln quería pensar que no sería capaz de hacerlo, pero ver su rostro tan seguro de que iba hacerlo… iba a ganar el juego. Tuvo una sensación de terror puro al imaginar lo que iban hacerle.

—Lynn… por favor…

—Se prepara. —Lincoln iba a salir corriendo, Lynn, no obstante, le dio el golpe al dar un paso, que se escuchó secamente en su cabeza e hizo que Lincoln cayera al suelo sintiéndose mareado. Las gemelas gritaron de emoción —. ¡Lynn es la mejor de todos! ¡Por ella Royal Woods ganó la final!

Lincoln las miró caminar hacia donde fueron los otros chicos pintados. Su cabeza seguía dándole vueltas. Intentó ponerse de pie, aunque cayó; sus piernas le temblaban bastante, el dolor en su cabeza estaba punzándole. No recordaba que algo le hubiera dolido tanto. Vagamente recordó que de niño… alguien colocó algo en… fue cuando entonces comenzó a ver sangre la cosa que… ese hijo de puta lo empezó a…

—¡Lincoln! —era la voz de Stella, quien estaba junto con Jordan y Clyde. Se acercaron rápidamente a él —. Oh, Dios. ¿Estas bien? ¿Qué te sucedió? ¡Lincoln!

El dolor poco a poco comenzó a pasar. Pudo gemir un poco. Sus amigos seguían mirándolo atentamente.

—¡¿Qué te paso, Lincoln?! —preguntó Jordan, mirando el hilo de sangre.

—Lynn sabe pegar muy bien —respondió y río. Eso no le causó gracia a sus amigos, quienes miraron con algo de furia la herida.

Lincoln se tocó la herida; ya estaba inflamado y tenía un pequeño corte. No era tan grave como pensó. Imaginó por un momento que el golpe realmente lo dejaría inconsciente o al menos que el corte en su piel seria muchísimo más grande que ese pequeño corte. Se levantó, sus piernas ya no le flaqueaban, pero el mareo seguía junto con las ganas de vomitar.

—Deberíamos ir a la enfermería —comentó Clyde, mirando la herida.

—No tendría caso. Sería mejor si lo llevamos a mi casa —dijo Jordan.

—¿Y la fiesta? El ruido puede hacer que el dolor en su cabeza aumente.

—Tengo el número del doctor particular de mis padres, así que creo que sería buena idea. Además, la fiesta va a empezar pasadas las cuatro de la tarde.

—Creo que está bien. La doctora López en estos momentos no se encuentra en Royal Woods

Dos contra uno. Stella no dijo otra cosa. Pero por su cara no parecía muy segura de que realmente quería que lo llevaran a su casa. Sus amigos intentaron cargarlo, pero se negó, no era un inútil. Sin embargo, se detuvo al ver al hombre del sombrero al final del pasillo. Negó con la cabeza y todo a su alrededor comenzó a volverse borroso…

Corre, Lincoln —gritó una voz que Lincoln reconoció y a su vez no.

Los pasillos comenzaron a volverse rojizos. Los rostros de sus compañeros estaban tan distorsionados que ya no parecían personas. Si Lincoln no les hubiera visto el cuerpo hubiera pensado que eran algún tipo de virus que apareció en su computadora. Dio varias vueltas por el pasillo hasta que se topó con el hombre del sombrero.

—Vete de aquí…

Gritó por el miedo que le provocó su aparición de repente.

Todo se hizo negro.

Lincoln se sentía con un pequeño dolor de cabeza. Sus músculos le estaban punzando. Y su visión estaba oscura. Levantó su cabeza, la imagen poco a poco comenzó a aclararse. Sacudió su cabeza y pasó una mano por su cabello. Recordó a la criatura que lo estaba persiguiendo, rápidamente se puso de pie y miró para todos lados sin ver nada; sin embargo, al mirar hacia arriba observó que todo era negro. Parecía un techo, pero no era así, al menos a él no le daba esa impresión por la forma, sin mencionar que llegó a ver una ventana. Puede que fuera su imaginación, realmente su cabeza le seguía dando vueltas. Parecía como si se hubiera dado un buen golpe.

Además, no podría haber sobrevivido a una caída tan alta. Lo más probable es que solo fuera una pesadilla. Su segunda hermana pequeña una vez le dijo que cuando alguien muere en un sueño, despierta en el mundo real. Pero no lo hizo, cayó de ese lugar y soñó que estaba en otro lado. Bueno, quizás no murió en su sueño. No importaba. Lo que importaba era donde estaba.

A su alrededor había una pared mal construida de madera; el papel tapiz de color amarillo solo cubría el inicio y estaba mal cortado. Por la forma, parecía que había dejado el trabajo desde hace años. De seguro el dueño estaba en algún proyecto. Comenzó a caminar por ese lugar observando que había algunas lámparas que no iluminaban del todo aquel lugar. Siguió caminando, pasando por un pasillo hasta llegar a una habitación enorme con una escalera en un pequeño agujero; en la parte de arriba tenía un letrero que decía "Ruta de evacuación".

Lincoln pensó en subirla sin saber si era o no una buena idea. No sabía dónde estaba y aún estaba un poco alterado por lo que vio en la parte de arriba. Real o no, estaba alterado. Si se quedaba ahí, puede que nadie llegara; aquel lugar no parecía tener una salida, no había una puerta donde alguien pudiera entrar, más que del lugar en donde despertó. Pero no creía que alguien pudiera llegar desde la parte de arriba. Además, ese lugar puede que fuera algún lugar en obra negra. Así estuviera abandonado, lo más probable es que tuviera una salida.

Subió las escaleras. Al llegar al pequeño agujero observó que más lejos había pasillos de color amarillo. En la parte de abajo para llegar no tenía escaleras para volver para la otra habitación. La verdad no creía que volvería. Bajó de un brincó. Se sacudió el polvo y caminó; al adentrarse observó otro anuncio "Solo personal autorizado".

Hola saludó para ver si alguien respondía. Silencio.

Siguió caminando, encontrando pasillos de color amarillo. Percibió un olor a alfombra mojada, le pareció desagradable. Los focos parpadeaban ligeramente. Y había algo de polvo cubriendo el suelo y las paredes de los pasillos. Si; realmente parecía que se detuvieron en donde despertó y luego se fueron. Pero las paredes de aquel lugar no tenían moho, y estaba en perfectas condiciones. Dio un golpe a las paredes; estaban firmes.

Caminó entre los pasillos de ese lugar. ¿Como pasó de un "hospital" a un lugar como ese? ¿Por qué había ido al hospital en primer lugar? Su segunda hermana menor normalmente le daba medicinas para lo que sea que tuviera, y con los cuidados del resto de sus hermanas, en unos momentos se sentía mejor. Pese a lo cruel que llegaban actuar contra él, sabía perfectamente que lo amaban. Algo que hacía que pensara que todavía valía la pena estar con ellas, a pesar del dolor o las cosas que le llegaban a suceder.

Vagamente recordó el carnaval: ese lugar donde conoció a una familia particular. Cuando cumplió los doce años pudo entender mejor que era ese lugar. No lo recordaba del todo aun; la razón de que lograra recordarlo es porque Clyde y él tuvieron que realizar una investigación y se toparon con "El carnaval". Lincoln entonces recordó que había estado en ese lugar cuando era pequeño. Le preguntó a su tercera hermana mayor. Pareció dudarlo y le contó que se perdió. Fue todo. No hubo más tema de conversación. Ella le dijo que esos temas debían hablarlo con papá y mamá.

Recordó a la familia que conoció en ese lugar. Repugnante, esa era la palabra que los definía. Al pasar por otro pasillo, observó que en la pared había el dibujo de una persona que intentaba arrastrarse por el suelo para llegar a una salida sin poder conseguirlo. Debajo del dibujo estaba escrito "Ellos me han hecho daño… no los busques, no los provoques". Volvió a mirar a su alrededor. Caminó por unos minutos y aun no encontraba alguna señal que le indicara la salida de ese lugar. Le estaba molestando un poco.

Le recordaba a… al pasar por otro pasillo, observó el mismo color amarillo con las lámparas parpadeando, pero tenía otro mensaje: "Atención a clientes". Eso le estaba aliviando, al menos estaba caminando, esperaba que al menos hubiera una salida de ese lugar. La soledad y el miedo no era una buena combinación, estar solo le había hecho recordar cosas que no quería. Su mente le estaba mostrando cosas que no quería volver a recordar, como lo repugnante del padre, la hermana y el hermano; Matilde, Matías y Marcos.

¡Hola! ¡¿Hay alguien aquí?! ¡Necesito ayuda! En esta ocasión escuchó un ruido del otro lado. Parecía que movieron algo con violencia. Por un momento pensó que se trataría de un vagabundo, esperaba que fuera eso. No mencionaron palabra alguna y eso era mala señal.

Caminó entre los pasillos. Se asomó por las pequeñas habitaciones, encontrando mesas para comer, algunos archivos con hojas en blanco o que llevaban escrito "Fin de turno". Ese lugar ya le estaba asustando un poco. Quizás por esa razón no lo habían arreglado. Quería irse de ahí. Nuevamente la imagen de la familia apareció enfrente suyo; Matilde le guiñó un ojo, apretó sus pechos, se dio vuelta para mostrarle su culo; Marcos y Matías solo se limitaban a sonreírle de un modo grotesco.

—Eres nuestro invitado. ¿Quieres ver al resto de los niños?

—Vamos, pequeño. Te encantara. A mi hija le encantó cuando la lleve a una habitación especial. Ahora que tienes los once, podemos repetirlo.

—Nunca fuiste así de cariñoso conmigo, papá.

—No seas maricón.

—Y tú no seas celosa, cariño.

Lincoln había olvidado todo eso gracias a… un psicólogo. ¿Por qué otra vez? Quería olvidar. Necesitaba hacerlo. Cerró los ojos, agitó su cabeza. Miró de nuevo a la familia que seguía sonriendo, bailando y tocándose. Lincoln escupió a su dirección.

Váyanse a la mierda.

La familia se burló.

Espero que resuelvas eso dijo Matías, señalando a su lado izquierdo.

Lincoln volteó para ver que señalaba; había una sombra en medio del pasillo, parecía estar buscando algo. Lincoln imaginó que se trataba del vagabundo que despertó cuando llamó a alguien para que lo ayudara. Se acercó un poco, aquella sombra comenzó a distorsionarse. Realmente no sabía cómo explicarlo, parecía volverse más grande y delgada. Cuando se acercó lo suficiente se dio cuenta que esa cosa no era un ser humano.

Aquella cosa volteó a mirarlo. Lincoln quedó helado al ver que tenía una cara completamente grotesca: sus ojos, su nariz y su boca eran tan grandes que abarcaban casi la totalidad de su cara. Emitió un gruñido y se lanzó contra Lincoln, quien rápidamente reaccionó y echo a correr. Pasó por los pasillos de aquel lugar con olor a alfombra mojada. Giró para la distancia entre ellos, lo iba alcanzar. Dio una vuelta a otro pasillo, que tenía paredes casi amontonadas, pero aun podía pasar entre ellas.

Volvió a girar la cabeza solo para encontrar a esa criatura a escasos metros de distancia. Fue cuando sintió que iba a morir. Quizás por eso sus piernas le fallaron y cayó al suelo. Enfrente de él había un maniquí, no pudo verlo bien, realmente estaba más aterrorizado por el hecho de que posiblemente iba a morir; aunque no fue así; el maniquí se movió y atacó al monstruo que lo estuvo persiguiendo.

—Es un golpe de suerte. Vete.

Lincoln volvió a escuchar la voz conocida de sus sueños. Se puso de pie y corrió sin mirar atrás; los pasillos comenzaron a cambiar volviéndose más opacos y con algo de moho. Giró hacia un pasillo y observo que los pasillos estaban en línea recta y había habitaciones. Para recuperar el aliento, comenzó a caminar. Las habitaciones llevaban a más pasillos iguales que ese, otros simplemente llevaban a oficinas que tenían máquinas de escribir. Escuchó un gruñido detrás de él. Rápidamente pensó en la criatura que lo atacó. Entro en una de las habitaciones que lo llevaba a otro pasillo, de ahí entró en una de las oficinas, no se adentró, simplemente espero en la entrada.

Esperó un par de minutos, intentó escuchar algo. Nada. Quizás ya se había ido. Se iba asomar para ver que era seguro salir, pero antes de que pudiera hacerlo el monstruo iba caminando tranquilamente mirando para todos lados. Lincoln se tapó la boca para evitar gritar. Entró de nuevo, tropezando en el acto. La criatura pareció escuchar; su enorme mano ya había entrado. Se puso de pie rápidamente y entró; la habitación era algo grande, pero tenía su final; encontró un agujero en el suelo de donde salía una brisa de aire. El monstruo gruñó nuevamente, alcanzó a ver sus dos brazos.

Rápidamente Lincoln se lanzó al agujero… todo se volvió negro nuevamente.

La música se escuchaba fuerte. Lincoln reconoció que era Jimi Hendrix. Lincoln lo conocía por Luna, su hermana era fanática de ese guitarrista. A Lincoln le parecía mejor musico que Mick Swagger, pero nunca se lo diría, si llegaba a escuchar eso, de seguro lo mataría, y a como estaban las cosas con sus hermanas, no lo dudaba. La canción cambió a una de Deep Purple. Donde sea que estuviera, estaban escuchando buena música; era parecido al Krakatoa.

Al ver la habitación, la reconoció: era de Jordan Rosato. Estaba en su casa. No había entrado nunca a su habitación, solo una vez buscando el baño. Jordan no se molestó, incluso lo invitó a pasar para que viera sus figuras de edición especial de la pizzería "Freddy's". Lincoln las miró por mera cortesía, aunque realmente no le gustaba ese lugar después de los asesinatos ocurridos hace un año. Lo recordaba muy bien, porque ese día estaba caminando sin rumbo fijo y casi entra a ese lugar. De haberlo hecho hubiera muerto. Fue la primera vez que sintió algo de odio hacia sus hermanas.

Miró las figuras. Sonrió. Salió de la habitación hacia el pasillo. La música se hizo más fuerte, había cambiado a una de Cream. Sin lugar a dudar a Jordan le gustaba el Hard rock. Fue hacia las escaleras, bajó hacia el mar de gente para buscar a sus amigos. Reconoció a varios de sus compañeros de la escuela como los bravucones o a Kai'Sa. Pero seguían teniendo sexo entre ellos, al menos los de primer año, los mayores estaban golpeando a otras personas. la bravucona lo miró y sacó su lengua.

Lincoln se apresuró para perderse entre la gente. Siguió caminando hasta que finalmente encontró a sus amigos, que estaban… ¿bebiendo? No lo podía creer. Era verdad que Jordan lo había admitido varias veces, Stella también se mostró interesada en hacerlo; pero ver a Clyde hacerlo fue algo que no imaginó. Creyó que lo haría antes él. Los saludó.

—Hey, Linc —lo saludó Stella, se acercó a él para llevarlo con ellos apresuradamente.

—¿Te sientes mejor?

—Si —respondió, tocándose la cabeza que tenía vendada —. Por cierto, gracias por traerme a tu casa. ¿Qué paso?

Lo que él llegó a imaginar es que se trató de una alucinación causada por el golpe que le dio Lynn. era extraño que no lo hubiera lastimado tanto, más teniendo en cuenta que era Lynn, así que imaginó que eso fue la causa de la pesadilla y el miedo al ver al hombre del sombrero, después de todo lo vio un par de veces y no lo asustó como hace poco. ¿Quién era ese tipo?

—Te quedaste dormido —respondió sencillamente Jordan —. Te traje a mi casa para que te viera un doctor.

—¿Y el hospital?

—Creo que fue mejor que te trajeran aquí —aseguró Clyde.

Las chicas asintieron. Si Clyde lo decía, era suficiente para Lincoln. Ya no tenía el dolor de cabeza. Aunque estaba ligeramente extrañado por las pesadillas que estaba teniendo. Parecía estar perdido en ciertos lugares. Recordó que de niño cuando lo mandaron con Albert Stimbelton, su psicólogo, le dio pastillas para… pero ya no le importaba mucho, eran pesadillas nada más. Ahora mismo estaba en cosas más importantes, como el tema de los adultos. ¿Qué le importaba de todos modos? Podían hacer lo que querían como beber alcohol.

—¿Quieres algo de tomar, Linc? —preguntó Jordan. Lincoln dudó por un momento, pero asintió —. ¿Qué quieres?

—Vodka.

Jordan y Stella se alejaron. Lo más probable es que pasaran al baño y después regresaran con ellos, a menos que encontraran a alguien que interrumpiera su camino con ellos. Era lo que Lincoln llegó a ver en películas, era la primera vez que estaba en una fiesta de ese tipo. Las otras fiestas que Jordan organizó, nunca hubo alcohol. Quizás por el hecho de ser menores y sus padres. Ahora, sin embargo, no había nadie que les dijera que hacer. ¿Por qué no hacer algo así?

Jordan y Stella llegaron. La canción cambio a una de los Rolling Stones. Comenzaron a cantar, a bailar y a tomar. Lincoln se la estaba pasando bien. Pero su felicidad siempre era el odio de sus hermanas. Lo más probable es que si llegaba borracho u oliendo ha alcohol, generaría una excusa para que lo golpearan. No entendía cuál era la razón para que sus hermanas lo despreciaran tanto. Jordan se acercó a él y comenzó a bailar, mientras se escuchaba a Black Sabbath.

Las luces se apagaron. Todos se callaron. Y entonces…

What is this that stands before me?

Lincoln sintió como todo se comenzó a mover rápidamente.
Figure in black, which points at me

Giró la cabeza para encontrar las caras de sus amigos derritiéndose.
Turn 'round quick, and start to run

La música sonó mucho más fuerte y en ese momento observó perfectamente al hombre del sombrero cruzar entre la gente lentamente. Lo miró con pesar.

Find out I'm the chosen one
Oh, no

—¿Te sientes bien?

—Si, solo me pegó fuerte. —Le sonrió. Jordan hizo lo mismo, lo tomó de la mano y siguieron cantando. Lincoln ya no estaba seguro de querer hacerlo

Big black shape with eyes of fire
Telling people their desire

¿Quién era ese hombre con sombrero? Sentía que lo había visto antes, pero no recordaba donde o cómo era posible. No sentía que fuera hacerle daño, pero su presencia le resultaba aterradora.

Satan's sitting there, he's smiling
Watches those flames get higher and higher
Oh, no, no, please, God

—Voy a la cocina. Quiero un poco más de vodka.

—Te acompañó —se ofreció Jordan, agarrándolo de la mano todavía.

—Yo también los acompaño.

Stella se juntó con ellos. Lincoln miró de reojo a Clyde, quien solo le sonrió, mostrándole que no le estaba molestando que Jordan y Stella se lo llevaran a otro lado. Ojalá pudiera regresar a su habitación. Al entrar a la cocina, Jordan sacó tres caballitos y saco otra botella de vodka, que parecía de muy buena calidad. Les sirvió a sus amigos, quienes bebieron; Stella hizo muecas, pero Lincoln y Jordan se sirvieron otro.

Is it the end, my friend?
Satan's coming 'round the bend

Lincoln miró al frente donde los hombres grises los miraron. Parecieron estudiarlos, aunque perdieron el interés.

People running 'cause they're scared

Algo no andaba bien con esos sujetos. Quizás si le preguntaba a Lynn quienes eran, debía saber algo, por algo los vio con ellos. Aunque a como estaba la situación con sus hermanas. Mejor le preguntaría a alguien más. ¿Y porque estaban aquí?

The people better go and beware!
No, no, oh, God, no!

—Regresemos con Clyde, no me gustó dejarlo solo… —volteó a verlas, pero sus amigas parecían mirarlo con ganas de comérselo.

Lincoln tembló un poco

Chupa. —La imagen de una mujer sin sostén apareció en su cabeza, mientras apretaba sus pechos y lo miraba con deseo.

—¿Se sienten bien? —preguntó, con duda. ¿Qué clase de cosas estaba recordando? Las imágenes que estaban pasando por su mente parecían tan vividas que le costaba no creer que fueran reales.

—Es solo que…

Jordan se acercó a él y comenzó a besarlo, cosa que a Lincoln lo extrañó por un momento. Se resistió al inicio, pero… poco a poco comenzó a corresponderle. Varias veces tuvo sueños con Jordan; era una chica muy hermosa. Se separó, y antes de que Lincoln pudiera reaccionar nuevamente lo besaron, esta vez fue Stella. Los labios de ambas se sentían bien; tenían un sabor dulce y sus labios eran suaves, de no ser por el sabor de alcohol los hubiera saboreado mejor.

—Vamos arriba a Lincoln —dijo Jordan. Lincoln y Stella se separaron y la miraron. Jordan solo estaba con las mejillas rojas.

Ambos asintieron. Lincoln ya sabía que iba a pasar. Era algo de lo que no estaba seguro. Tenían trece años y estaban a punto de… pero en varias ocasiones llegó a leer artículos de niños que tenían hijos a temprana edad y si llegaba a formar parte de eso. Esos pensamientos lo invadieron como una brisa de viento, que, a su vez, se dispersaban de su mente. Ya no podía pensar correctamente cuando ambas se levantaron la falda y mostraron sus bragas amarillas y anaranjadas.

Salieron de la cocina, pero no iban a bailar, iban a la habitación de Jordan. Lincoln desvió la mirada para intentar ver a Clyde, que sorpresivamente estaba con Emma. Si las cosas le salían bien, probablemente estarían… aunque no estaba muy seguro de que eso fuera a suceder, teniendo en cuenta lo tímido que era Clyde y lo sobreprotectores que eran sus padres. Lincoln imaginó la imagen de sus padres diciéndole que lo llevarían al hospital para que revisaran que no tuviera alguna enfermedad de transmisión sexual. Aunque a la chica con quien le hubiera hecho se le rompiera el himen. Y le dio más gracia cuando imaginó la escena si Clyde decía que Emma está embarazada.

Tapó su boca para ahogar la carcajada que quería salir de su boca. Jordan y Stella lo voltearon a ver. Lincoln les sonrió y les dio una nalgada a ambas. Ellas lo miraron con más lujuria y deseo. En cuanto se quitarán la ropa, se lanzarían como una manada de lobos hambrientos.

Y así fue; cuando llegaron solo se besaron y desnudaron. Fue simplemente eso: todo se limitó a besar. Tocar. Besar. Meter. Pero le estaba gustando, a los tres les estaba gustando. Lincoln sentía apretado y húmedo, acompañado de un cosquilleo en su pene; sentía que en cualquier momento iba a terminar. Aunque no creía que fuera buena idea, aguantaría lo más que pudiera. Jordan y Stella se turnaban, y se colocaban en ciertas posiciones para que él hiciera lo suyo.

Recordó vagamente al embestirlas que en alguna ocasión alguien lo… miró a su alrededor; su visión comenzó a oscurecerse y en cuanto había algo de luz, alcanzó a escuchar…

Mírame. Todo estará bien.

¡No debes de estar aquí! ¡Tienes que buscar la forma de dejar todo!

Apareció acostado en una cama, mientras el miedo se apoderaba de él. Comenzó a temblar, el sonido pesado de los pasos que venían detrás no le ayudaban. Y se acercaron. Cuando los escuchó detrás, no pasó nada. Alzó la mirada para intentar ver algo. Nada. Miró al frente y observó una mujer con un antifaz de mariposa negra que cubría un rostro en estado de putrefacción llenó de gusanos con un olor a pescado.

Chupa. —Comenzó a chupar sus pies.

Lincoln gritó fuertemente, intentando desatarse para poder escapar.

Aun te queda un regalo, lo olvidas, invitado de honor —dijo Matilde, arriba de él, se puso en cuclillas y Lincoln sintió como la orina le llenaba la boca. Lincoln tuvo ganas de vomitar. Apartó la cabeza y vio al hombre del sombrero enseñándole una boca llena de dientes afilados.

Todo se volvió negro.

NA: Me tarde mucho. Tuve un problema para escribir, no se lo imaginan, pero eso se los contare en alguna otra ocasión. De momento solo disfruten la historia.

Les diré que una de las dos historias (son dos, así es) es la pesadilla y la otra es la vida real, les toca averiguar cuál es, no se los diré hasta pasados varios capítulos. Además, de seguro se estarán preguntando porque parece que hay personajes y referencias a otras historias de Banghg. Y de igual manera les toca intentar averiguar que hay con eso. Pero creo que lo averiguaran pronto.

Gracias por llegar hasta aquí. Déjenme saber que les pareció. Les mando un saludo, hasta el siguiente capitulo.