-Esta historia esta inspirada en el manga y anime "Inuyasha" de Rumiko Takahashi, así como en mitología griega, persa, americana e indu. Los personajes pertenecen por completo a Masashi Kishimoto, más los personajes de carácter secundario, las modificaciones a las personalidad, los hechos y la trama corren por mi cuenta y entera responsabilidad para darle sentido a la historia. Les sugiero oír "The Reason" de Hoobastank para Sasuke, "Middle Of The Night" de Elley Duhé para Sakura, "Brothers Under The Sun" de Bryan Adams para Kakashi y "Across the Stars" de John William para la escena final de la boda y que pertenece al soundtack de Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones.
Coruscant
Luego de largas horas que había tomado el viaje desde Geonosis a Coruscant, la elegante pero practica nave del Conde Madara de Serenno se aproximó al planeta con su bella estructura semejante a un velero con alas amplias en vertical y horizontal que permanecían desplegadas pero que lentamente se plegaron para disminuir su tamaño delicadamente a medida que la nave cruzaba la atmosfera y se internaba en las calles…mas no en las principales y donde discurría mayor tráfico sino que en los niveles inferiores, aquellos que muchas veces eran vistos o menospreciados más bien como cloacas, sitios oscuros, sórdidos y donde no podía llegar la luz a ojos de los Jedi. El planeta de Coruscant era una ciudadela completa, pero pese a su apariencia civilizada o superior de potencia,ni siquiera quienes vivían allí conocían sus niveles más bajos. Sin detenerse y sabiendo bien hacia donde se dirigía, la nave del conde se aproximó a un muy bien camuflado hangar con una entrada abierta que estaba esperando por él, pero que se plegó y cerró apenas su nave cruzó el umbral aislando todo lo que allí ocurriría del resto del mundo; apenas la nave aterrizó, el Conde Madara abandonó el interior de esta y descendió por la rampa que se desplegó a su paso, alzando la mirada hacia una inconfundible figura ataviada en un largo y solemne abrigo con capucha y que se encontraba aguardando por él, estratégicamente de pie entre las sombras.
—La Fuerza nos acompaña, Maestro Kinshiki— aseguró Madara inclinando la cabeza ante la oscura figura.
—Bienvenido, lord Momoshiki— correspondió el lord Sith con satisfacción. —Lo has hecho bien— celebró con voz seca pero congraciada.
—Tengo noticias, mi lord, la guerra ha comenzado— agregó el Conde sabiendo que ello era lo que su Maestro quería lograr.
—Excelente, todo marcha según los planes— sonrió ladinamente la oscura figura.
Lentamente todas las piezas comenzaban a tomar su lugar en el tablero que Kinshiki Otsutsuki tenía en mente; por un lado estaba el Senado Galáctico donde los Senadores y Delegados habían aprobado finalmente la creación de un Ejercito Armado de la República; y por otro lado en el área militar la Galaxia entera se estaba dividiendo, todos comenzaban a enemistarse unos con otros y las respectivas diferencias e idealismos solo acrecentarían todo aún más, era solo el principio y no podía encontrarse más satisfecho, aunque no solo por ello. No podía menospreciar las heridas que su futuro aprendiz había sufrido en batalla, el Conde Madara no lo había dicho explícitamente pero Kinshiki sabía que era así porque le había especificado que lo hiriera, necesitaba que Sasuke Uchiha se encontrara cada vez más y más—paulatinamente, claro—vulnerable para poder ceder bajo su influencia, para dar los lentos pero cruciales pasos hacia el Lado Oscuro y convertirse en el aprendiz que anhelaba y por quien en algún momento futuro reemplazaría al Conde Madara de Serenno quien, si bien en el plano diplomático era perfecto para esta guerra, era demasiado mayor y solo un preludio de aquello que Kinshiki tenía en mente. La sonrisa del Lord Sith se hizo más amplia bajo las profundas sombras de la capucha de su abrigo, ansioso por como todo continuaría volviéndose a su favor…
Bahía Médica, Templo Jedi
Regresar a Coruscant no había sido complicado sino más bien apremiante; si bien las heridas de Sasuke y Kakashi no eran graves, ambos estaban fuera de combate hasta nuevo aviso y necesitaban atención medica como tantos otros Jedi heridos en batalla, tanto que de hecho el Templo Jedi en si ya no se daba abasto para atenderlos a todos por lo que Kakashi tuvo que elegir, a propósito minimizo la seriedad de los cortes en su brazo y pierna para que atendieran a Sasuke primero y quien ni siquiera pensó en objetar, visiblemente afectado por sus heridas y más que eso aunque solo Sakura lo sabía. La Batalla de Geonosis había terminado o es lo que Sakura había escuchado en el viaje de regreso pero no sabía los detalles, no había preguntado por ello ni sentía tener el derecho de hacerlo al no haber participado en ello. Aun vestidos con la misma ropa que habían llevado en Geonosis, sucios, cubiertos de polvo y sangre de sus respectivas heridas, Kakashi y Sakura se pasearon fuera del Ala Medica en espera de que pudieran ser atendidos pero más que nada preocupados por Sasuke; aunque no lo demostrara—o no lo manifestara en voz alta más bien—Kakashi estaba molesto con Sasuke, sentía que debería recordarle cuando pudieran hablar que debería haber sido más prudente para no salir herido de ese modo…pero apenas tuvo este pensamiento se sintió culpable ante la expresión angustiada de Sakura.
—Estará bien, es increíble la fuerza que tiene— intentó consolar el Hatake dejando de pasearse tan nerviosamente.
—Esto es mi culpa— contrarió la Haruno incapaz de verlo de otra forma, —fui yo quien le dije que fuéramos a Geonosis a rescatarte— había sido exitoso, ¿Pero a qué precio?
—Sakura, no es tu culpa que esto sucediera— discutió el peligris, lamentándose si le había dado a entender eso, —Sasuke fue imprudente como siempre, tú no eres culpable de eso— el Uchiha siempre era el extremo imprudente. —Creo que, en cierto modo, esto le recordara hasta donde puede llevarlo su imprudencia— intentó verlo de ese modo, desviando brevemente la mirada hacia las puertas antes de volver a enfocarse en la Senadora Haruno. —¿Sakura?— preguntó viéndola ligeramente pálida.
Decirse cansada, herida o no del todo bien sería un eufemismo para Sakura quien durante todo el camino había hecho oídos sordos de las señales que le daba su propio cuerpo, se sentía muy mareada y en ocasiones se le desenfocaba la vista pero se empeñó en negarlo hasta en que definitivamente todo comenzó a darle vueltas, apenas y escuchando del todo la pregunta de Kakashi quien se apresuró en envolver uno de sus brazos alrededor de la Haruno quien se desmayó en un instante. Arrepintiéndose interiormente de esta acción, Kakashi resintió su pierna herida mientras sostenía a Sakura cerca de su pecho y se aproximaba al panel de control de la puerta, oprimiendo el botón de emergencia y comprendiendo que las heridas de la Senadora no podían esperar…Tras recibir la atención médica necesaria luego de que los doctores aseguraran que las heridas de la Senadora no eran de peligro, Kakashi llevo a Sakura de regreso a sus Apartamentos en la República 500, observando ahora como Matsuri terminaba de recostarla sobre la cama con su ayuda y cambiarla de ropa por algo más cómodo para que pudiera dormir. La doncella de la Senadora portaba un holgado y femenino vestido malva de escote redondo y falda de múltiples capas, con mangas inferiores ceñidas a las muñecas y unas superiores acampanadas; sobre el vestido una chaqueta superior color negro con reflejos purpuras y su largo cabello castaño estaba recogido en una coleta alta haciendo caer sus rizos sobre su cuello.
—Matsuri, debo regresar a la bahía médica para ver como resulta la operación de mi Padawan, pero por favor comunícame si ocurre algo, lo que sea— se excusó el Hatake intercambiando una mirada con la doncella. —Naruto se quedara conmigo si llegas a necesitarlo— agregó sabiendo que el Uzumaki ya había llegado y se encontraba junto a Sasuke en el Ala Medica del Templo Jedi.
—Sí, Maestro Hatake— asintió la pelicastaña inclinando respetuosamente la cabeza.
Sonriendo ligeramente en respuesta a la joven doncella de la Senadora a quien dirigió una inevitable mirada, Kakashi se retiró en silencio y procedió a hacer abandono del Apartamento con la mente repleta de preguntas y una sensación de ironía ya que anteriormente había tachado de imprudente a Sasuke dándose cuenta ahora que Sakura no era muy distinta, habiendo callado el malestar de sus heridas solo para que el Uchiha fuera atendido primero…mas Kakashi debía reconocer que él también había hecho lo mismo, ¿Cómo emitir un juicio al respecto entonces? Dejando libre un suspiro, Kakashi recordó los acontecimientos previos a su batalla junto a Sasuke contra el Conde Madara, no podía olvidar la vehemencia con la que el Uchiha había querido ir en ayuda de Sakura tras separarse durante la persecución, nada le había importado más que el bienestar de la Senadora y aunque este sentir era loable para Kakashi—quien de igual forma amaba a una mujer, la Duquesa de Mandalore Koyuki Kasahana, no siendo esto apropiado según el código Jedi—, no podía pasarlo por alto. Una voz en su cabeza le decía que informara de este apego por parte de su Padawan al Alto Consejo Jedi, pero la voz más humana de su corazón y que amaba a Sasuke como si fuera su hijo lo instaba a callar porque quería que fuera feliz incluso si eso iba contra el Código Jedi, y presentía que no sería la primera vez que avalaría por ello.
Porque amaba a Sasuke, y quería que fuera feliz.
De regreso en el Templo Jedi, Kakashi inclinó la cabeza en señal de respeto a sus compañeros Jedi que veía circular por los pasillos en su camino a sus respectivas habitaciones y lo sabía por las vendas o cabestrillos que ellos llevaban y que evidenciaban sus heridas. Kakashi se sorprendió al cruzar el umbral de las puertas abiertas de par en par del Ala Medica, no por ver a Sasuke despierto sino porque se encontraba examinando su nuevo brazo. Vistiendo una holgada camisa gris claro de cuello en V mientras permanecía recostado sobre la cama, Sasuke se había arremangado la manga derecha para estudiar el brazo que le habían dado tras curar sus heridas, un brazo mecánico en si a partir del codo pero que no lo parecía debido a la piel que lo cubría, se veía escalofriantemente real, como si no hubiera perdido el brazo mientras el Uchiha flexionaba y cerraba sus dedos a modo de ejercicio, pero sin olvidar lo que había perdido aunque todo pareciera estar bien. De pie junto a la cama se encontraba Naruto quien lucía mucho mejor, bañado y cambiado de ropa portando una sencilla camisa blanca de cuello alto y cerrado con mangas ceñidas, pantalones celeste grisáceo como la chaqueta superior de cuello en V con mangas en forma de pliegues hasta los codos, formando una capa superior de profundo cuello en V hasta la mitad del pecho y que se abría bajo el abdomen formando una corta cola hasta las rodillas, finalizando el atuendo con cómodas botas gris claro.
—Por lo que veo, la cirugía fue todo un éxito— mencionó Kakashi anunciando finalmente su presencia.
—No puedo quejarme, literalmente— suspiró Sasuke, bajando la manga de su camisa para volver a cubrir su brazo derecho.
—¿De qué hablas?— cuestionó Naruto sin entenderlo del todo. —Estás bien— señaló sujetando bruscamente el brazo derecho del pelinegro.
—Auch— se quejó el Uchiha sintiendo perfectamente el dolor por su acción.
—Perdón— se disculpó el Uzumaki nerviosamente y no siendo esa su intención.
—Ya no lo hagas— regaño el Hatake únicamente viendo a Sasuke negar en silencio.
—Okey, se cuándo no me quieren— aceptó el rubio con su habitual carisma. —Me retiro, vigilare que todo esté bien en los apartamentos de la Senadora Haruno— se excusó sabiendo que ello haría sentir al Uchiha. —Nos vemos, Sasuke— retrocedió hacia la salida, despidiéndose del pelinegro.
Asintiendo únicamente y agradeciendo que Naruto pudiera entender lo que él sentía y que no le diría a nadie explícitamente—salvo a Sakura pero no a Kakashi obviamente—, Sasuke sabia interiormente que Naruto también se reuniría con Sai quien se encontraba en el hangar del Templo Jedi donde los mecánicos estaban revisando la nave de Sakura antes de regresarla a la lanzadera correspondiente a la delegación nubiana hasta que ella decidiera regresar a su planeta. Por un lado y mientras veía a Naruto abandonar el Ala Médica, Sasuke deseó preguntar por Sakura a Kakashi para saber dónde y cómo estaba, deseó poder verla y abrazarla pero sentía algo de vergüenza porque no tenía idea de qué pensaría ella cuando volvieran a verse, quizás era tonto de su parte pero Sasuke sentía como si faltara una parte de sí mismo al haber perdido su brazo derecho, ¿Qué pensaría Sakura? Lo carcomía profundamente la incertidumbre y Kakashi podía ver esto sin necesidad de tratar de leer en la mente de su Padawan, era normal que sintiera inseguridad, de hecho Kakashi ni siquiera podía decir que sentiría él de estar en su lugar por lo que eligió no profundizar en ese tema por ahora sino en otras preocupaciones de su Padawan; probablemente debería reprocharle a Sasuke su anterior conducta y la vehemencia de sus sentimientos pero, convaleciente como estaba, Kakashi no se sentía capaz de hacerlo.
—Tranquilo, Sakura está bien— sosegó Kakashi viéndolo suspirar ligeramente, aliviado desde luego, —está descansando de sus heridas como tu deberías hacer, podrás verla cuando te hayas recuperado— ambos debían recuperarse por ahora.
—Dijeron que a más tardar en dos días estaré como nuevo— asintió Sasuke viendo a su Maestro acercarse y tomar asiento sobre el escaño vacío junto a la cama, —pero no lo siento así— agregó apretando su brazo derecho a través de la tela de su camisa.
—No puedo imaginar lo que estás sintiendo ahora, Sasuke— asintió el Hatake compadeciendo profundamente a su Padawan, —pero estás vivo, podrías haber muerto, todos nosotros podríamos estar muertos ahora— recordó intentando animarlo, situando una de sus manos sobre el hombro derecho de Sasuke quien permaneció apartando la mirada. —¿Qué pasa?— preguntó intentando entenderlo.
—¿Recuerdas la promesa que me hiciste? Que iríamos a Tatooine cuando terminara mi entrenamiento— mencionó el Uchiha, viendo asentir a su Maestro que lo recordó. —Ya no será necesario— contestó a sí mismo necesitando hablar de ello con él.
—¿Visitaste a tu madre?— más bien afirmó el peligris viéndolo asentir. —Por eso tu señal de rastreo estaba en Tatooine…— ahora podía entender mejor las cosas.
—Murió— interrumpió el azabache tajantemente sorprendiendo al Hatake. —No podía soportar las pesadillas y quise corroborar que estaba bien— era una pobre excusa pero tenía que decirlo. —Era prisionera de unos guerreros tusken…murió en mis brazos— debería decirle toda la verdad, pero temía ver el despreció en sus ojos.
Quizás debería callar, ocultar lo ocurrido y fingir que todo estaba bien y solo continuar con su vida, pero Sasuke sentía que debía decírselo a Kakashi aunque no del todo. Le había dicho la verdad a Sakura y solo a ella hasta ahora, quizás debería decírselo a Kakashi si no iba a admitir su crimen ante el Alto Consejo Jedi por el profundo arrepentimiento y pesar que sentía pero temía tanto que su Maestro y figura paterna lo despreciara y viera como un asesino que Sasuke simplemente eligió callar e interiormente ello lo hizo sentirse más cerca que nunca de Sakura pues solo ella parecía entenderlo, nadie más en el mundo. Fuerza…jadeó Kakashi mentalmente comprendiendo lo que ello implicaba mientras asimilaba las palabras de Sasuke; su Padawan había soñado continuamente con su madre Mikoto estando en peligro en el último tiempo pero Kakashi había descartado estos sueños como producto de una imaginación hiperactiva…mas Sasuke había descubierto que estos sueños se habían hecho realidad y en nada extraño que fuera un desastre emocional, solo ahora podía verlo. Conociendo a Sasuke como lo conocía, Kakashi sabía que su Padawan probablemente se estaba culpando a sí mismo por lo ocurrido, pensando que si hubiera creído en sus sueños todo habría sido diferente y su madre seguiría viva, pero Kakashi no quería que se culpara de esa forma porque el futuro y los destinos de todos estaban en manos de la Fuerza y no siempre se podía alterar el camino ante ellos.
—Sasuke, lo lamento mucho— se disculpó el Hatake apresuradamente y sintiéndose responsable por ello, —debí…— titubeó deseando haberle creído desde el principio.
—No, no es tu culpa— protestó el Uchiha habiendo dejado eso atrás. —Creo que tenías razón, si hubiera ignorado los sueños tal vez me habría evitado algo que nunca querría haber presenciado— y lo decía en más de un sentido por supuesto.
Sin pensarlo, Kakashi se levantó de su lugar para envolver a Sasuke en abrazó al que él no correspondió del todo, pero ello no importó al Hatake que no lo soltó mientras comprendía la profundidad de lo ocurrido; a todos los Jedi se les enseñaba desde pequeños que el futuro no era seguro y que era posible vislumbrar un futuro potencial, esto generalmente solo se lograba cuando se tenía la intención y a través de la meditación, pero estas visiones habían llegado a Sasuke mientras dormía. Kakashi sabía que Sasuke era el Jedi más poderoso de la historia de la Orden tanto por su sensibilidad con la Fuerza como por sus habilidades, llegando a superar a varios Maestros pero esta habilidad para ver el futuro era algo nuevo e inquietante, y el Hatake se comprometió a nunca volvería a descartar los sueños de su Padawan. Sasuke era consciente de que sus palabras no eran ninguna mentira o exageración, quizás fueran la expresión más sincera que podía ocupar sin contarle todo a Kakashi porque interiormente desearía poder volver el tiempo atrás y hacer que todo fuera diferente, no solo para evitar que su madre muriera sino también para no haber perdido la inocencia convirtiéndose en un asesino, porque se sabía con las manos manchadas de sangre y en su interior sentía una oscuridad que lo aterraba pero que se esforzó por sublimar. No dejaría que esa parte de si volviera a salir otra vez...
Inseguro y aun acostumbrándose a su nuevo brazo luego de varios días de descanso, Sasuke decidió visitar el Apartamento de Sakura en la República 500 para saber cómo estaba, porque anhelaba verla y curiosamente ello coincidió con un mensaje de su parte—Kakashi se lo hizo saber—en que lo convocaba a su presencia, pero nada lo preparó del todo para verla al cruzar el umbral de la estancia mientras ella contemplaba la vista desde su balcón. Sintiéndose observada, Sakura volvió la mirada hacia Sasuke, corriendo de inmediato a abrazarlo con todas sus fuerzas y siendo correspondida de inmediato, sintiendo que la vida volvía a ella. La bella Senadora portaba un elegante vestido de seda esmeralda que parecía hacer juego con sus ojos, de escote redondo con un margen inferior en V hecho de encaje y cerrado hasta la altura del vientre por seis botones de diamante, mangas ceñidas con ligeras hombreras y falda que se arremolinaba a su andar, pegada al vestido yacía una chaqueta de encaje con reflejos metálicos de igual color que enmarcaba los lados del corpiño y formaba una falda superior; y sus largos rizos rosados estaban peinados en una coleta que caía sobre su hombro derecho resaltando una diadema de plata recubierta de esmeraldas y que representaba una flor de su natal Naboo a juego con unos pendientes en forma de lagrima como los dijes de la guirnalda alrededor de su cuello…se veía más hermosa que nunca a ojos de Sasuke cuando el abrazo se rompió.
—Sasuke, estaba tan preocupada por ti— suspiró Sakura encontrando su mirada con la suya. —¿Cómo te sientes?— inquirió, ansiosa durante días por formular esa pregunta.
—Tan bien como puedo— contestó Sasuke encogiéndose de hombros y aun sin saber del todo cómo sentirse.
No era su intención ser tan directo ni amedrentar a Sakura en lo absoluto, de hecho ni siquiera lo pensó y alzó al aire su brazo derecho en el mismo gesto que realizaba ante cualquiera que le preguntara pero pronto cambio de idea y deseó hacer lo contrario, aun no se sentía del todo cómodo con su nuevo brazo pero para su sorpresa Sakura sostuvo su muñeca con curiosidad y fascinación cuando él pensó en retroceder a su acción. Sin sentirlo como algo extraño en lo absoluto, Sakura sostuvo con cuidado la mano de Sasuke entre las suyas, estudiándola largamente en silencio para preocupación e inquietud del Uchiha que temió cual pudiera ser su reacción, pues la única y verdadera opinión que contaba para él era la de ella, mas para su incredulidad Sakura inclinó delicadamente sus labios para besar con absoluta ternura cada uno de sus dedos como si fueran lo más preciado para ella, solo entonces alzando su rostro para encontrarlo con el suyo, esbozando una de esas sonrisas tan tiernas e inocentes que hacían sentir a Sasuke como si su corazón pudiera detenerse en cualquier momento. Lo único importante para Sakura era que Sasuke estaba bien, y en ese momento, entrelazando lentamente su mano contra la suya, fácilmente se hizo a la idea de que la mano que estaba sosteniendo seguía siendo la suya, estaba ante el hombre que amaba y no era tan superficial como para dejarse abatir por algo así ya que amaba cada parte de Sasuke, no sería amor si no se sintiera así.
—Fue difícil acostumbrarme al principio, pero dijeron que todo sería más fácil con algo de práctica— mencionó Sasuke sintiéndose más cómodo mientras estrechaba la mano de la bella pelirosa, —supongo que tendré que creerlo— por primera vez en días se sentía realmente a gusto gracias a la presencia de ella.
—Lo único que importa es que estás bien, solo eso— sonrió Sakura ligeramente, pudiendo sentir que su corazón volvía a latir de nuevo al saberlo a salvo.
—Matsuri dijo que querías hablar conmigo— recordó el Uchiha en voz alta y no queriendo romper la magia del momento. —Tenía que acompañar a Kakashi a hablar con el Consejo Jedi, pero primero tenía que venir a verte— agregó en caso de que ella temiera importunar y podía ver la duda desvanecerse en sus ojos por su respuesta.
—Sí, siéntate, por favor, le pedí a Matsuri que vigilara que nadie nos interrumpa— indicó la Haruno sin soltar su mano y guiándolo para que se sentaran uno junto al otro en uno de los divanes. —Debo decir que he sido injusta contigo, Sasuke, solo vi mi punto de la situación, no me detuve a pensar en lo que tú sentías. Pero la verdad es que no puedo estar lejos de ti, quienes son cercanos a mi saben que estos ocho años sin ti han sido un infierno— resumió viendo la sorpresa en los ojos de Sasuke por tocar aquel tema tan directamente. —Cuando dije que te amaba no solo te lo decía a ti sino también a mí misma, y ahora no puedo retractarme— verlo y abrazarlo ahora le dejaba claro que no podría seguir viviendo como antes sin dejarle claros sus sentimientos.
—Y no quiero que lo hagas, no puedo pedirte que vivas fingiendo no amar porque eso sería una mentira que ninguno de los dos podría vivir— asintió el azabache con vehemencia. —Yo tampoco puedo estar lejos de ti, y si tú me lo pides dejare la Orden Jedi— declaró antes de verla negar ligeramente. —No es ninguna broma, nada es más importante para mí que volver a estar a tu lado— determinó estrechando sus manos contra las suyas. —Pasaron ocho años antes de que volviéramos a vernos. Con esta guerra, ¿Cuánto crees que tendríamos que esperar para estar juntos?— a partir de ahora todo sería más complicado si uno de los dos no hacía algo al respecto.
—No lo sé, pero sí sé que no puedo pedirte que hagas algo así ni lo haré, Sasuke. Este es tu sueño, tu madre lo sabía y yo también: no te pediré que cambies tu vida por mí, quien ama no pide eso— contrarió la pelirosa queriendo verlo feliz. —Sé que lo nuestro es irreal y que lo que seguirá de ahora en adelante será una mentira pero no me importa. Amar no significa estar felices cada día, ni fingir que lo somos para que el mundo lo apruebe; amar es estar juntos, apoyarnos, tolerar lo bueno y lo malo, compartirlo todo, y amarnos aun cuando todo el mundo esté en contra, porque ya no quiero negar lo que quiere mi corazón— estableció expresando lo que sentía.
—No te niegues entonces, porque yo tampoco lo haré— sosegó Sasuke, sintiéndose el hombre más afortunado de la galaxia ante lo que estaba escuchando.
Ser correspondido a los sentimientos que llevaba teniendo por Sakura había sido absolutamente un sueño para Sasuke, durante años se había resignado a que cuando se atreviera a decirle a Sakura lo que sentía ella no le correspondería y él se resignaría a amarla en silencio y admirar todo cuanto ella pese a ser difícil...mas ser correspondido, tener delante a la mujer que amaba y que lo amaba a él no se parecía a ningún otro sentimiento que hubiera experimentado antes, se sentía pleno, libre, podía olvidarse de cualquier problema o preocupación pasada y solo quería vivir el presente, solo quería estar con ella en todo el sentido de la palabra. La opción más fácil y posible para ambos seria que fueran amantes, así nunca nadie sabría de su relación y aunque pudiera ser denigrante al provenir de la sociedad de Naboo, Sakura estaba dispuesta a ello con tal de tener algo con Sasuke y que fuera solo suyo; pero Sasuke no podía conformarse con eso, no quería corromper la inocencia de Sakura con una aventura que a la larga la haría quedar mal sin merecerlo, ella merecía ser tratada con respeto y él quería hacerla su esposa, no aceptaría que ella fuera menos en su vida, quería que tuvieran una relación verdadera y duradera, y la tendrían. Sin dejar de estrechar las manos de Sasuke entre las suyas ni desvanecer su sonrisa observando sus orbes ónix, Sakura pudo notar que el Uchiha se erguía de su lugar para extrañeza de ella que no perdió detalle de sus acciones mientras arqueaba una ceja.
—Ahora solo queda algo por hacer— decidió Sasuke en voz alta, apoyando una rodilla en el suelo y sin soltar las manos de la pelirosa. —Senadora Sakura Haruno, ¿Sería indulgente al permitirle a este simple aprendiz Padawan servirle toda la vida, pase lo que pase?— preguntó queriendo honrar su amor y hacerla su esposa.
—Sasuke…— jadeó Sakura no alcanzando a creer lo que escuchaba y sintiendo que se le cortaba la respiración.
—¿Te casarías conmigo?— preguntó el Uchiha directamente y sin perder detalle del rostro de ella. —No tengo anillo ni nada...— se disculpó con una nerviosa sonrisa.
—No necesito uno, todo lo que necesito es tu amor— protestó la Haruno, no necesitando de nada más. —Sí, una y mil veces, sí— contestó finalmente con una radiante sonrisa.
Puede que fuera una completa locura teniendo en cuenta que ya de por sí sería difícil ocultar cualquier tipo de relación que tuvieran, y pretender en la realidad que no era así y que solo eran amigos; y sin embargo a Sakura no se le paso por la cabeza en ningún momento negarse, ¿Por qué?, ¿No tenía el derecho de amar a Sasuke y él no tenía el derecho de amarla a ella? Irguiéndose de su lugar con su primera sonrisa genuina desde la muerte de su madre, Sasuke envolvió sus brazos alrededor de Sakura quien no dudo en acercar su rostro al suyo acunándolo en sus manos y encontrando sus labios, siendo este su primer beso de enamorados desde la batalla de Geonosis. Disfrutando el beso al que Sakura quien se entregó envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, Sasuke apenas y podía creerlo, todo se sentía surrealista como el mejor de los sueños solo que estaba despierto; Sakura quería casarse con él, un ex esclavo cuando debería ser indigno de su amor, literalmente era un sueño hecho realidad. Sonriendo en medio del beso, Sakura contuvo un jadeo de sorpresa mientras sentía a Sasuke elevarla del suelo, sujetándose de los hombros de él para mayor seguridad, riendo alegremente mientras el beso se rompía y Sasuke los hacia girar, olvidándose del resto del mundo y concentrándose únicamente en su amor.
Iban a casarse, iban a tener un futuro juntos.
Deseando quedarse para siempre junto a Sakura quien le resultaba la tentación más sublime que pudiera existir—más teniendo en cuenta que pronto serian esposo y esposa—pero recibiendo de su amada la promesa de que pronto partirían a Naboo bajo la excusa de que ella deseaba volver a su mundo pero siendo esta en realidad una tapadera para su boda, Sasuke regresó a regañadientes al templo Jedi para prepararse para el viaje a Naboo, no tenía muchas posesiones que pudiera llevar a su "luna de miel"—no sabía lo que implicaba ello del todo y no iba a preguntarle a Sakura por temor a quedar en ridículo—pero empacaría lo poco que tenía tratando de no parecer demasiado entusiasta o podía delatar lo que iba a ocurrir, y no quería ser descubierto. Inclinando respetuosamente la cabeza al paso de los Maestros Jedi que encontraba en su camino y dirigiendo una breve mirada a los Padawan que veía y que murmuraban entre si creyendo que no escuchaba—pero sí que lo hacía—, Sasuke recorrió los pasillos del Templo Jedi rumbó a su habitación, esforzándose por no correr ni trotar, ansioso y nervioso al mismo tiempo, contando mentalmente las puertas hasta encontrar la de su habitación cuyo interruptor oprimió para abrirlas, cruzando el umbral con una sonrisa ladina que contuvo al ver a Kakashi de pie en el interior y observando a través de las ventanas cuyas persianas había abierto.
—Kakashi— reconoció el Uchiha haciendo que su Maestro volteara a verlo. —¿Qué pasa?— preguntó intentando no delatar sus pensamientos en absoluto.
—Tú dímelo— contestó el Hatake acercando sus pasos a su Padawan y viceversa. —La Senadora Haruno hizo una petición al Consejo, dijo que quiere volver a Naboo por su propia seguridad y te solicito a ti como escolta— mencionó observando seriamente al Uchiha y esperando su reacción para estudiar lo que sentía.
Interiormente Kakashi deseaba interrogar a Sasuke, no estaba en contra de la solicitud de la Senadora Haruno ya que cuanto mayor experiencia tuviera como Padawan mas elogios recibiría y más serian reconocidas sus habilidades...pero si sabía lo que Sasuke sentía por Sakura, y aunque el Hatake fuera consciente que su Padawan aún estaba de luto por la muerte de su madre y deseara tener una conversación seria con el Uchiha al respecto, no se sentía capaz, quería que Sasuke se distrajera primero y pudiera olvidar para recuperar su buen ánimo, por lo que ya había avalado esta encomienda ante los Maestros Onoki y A. La idea de seguir protegiendo a Sakura en su regreso a Naboo—dado el estado general de alarma ante el conflicto que se estaba desatando—era de ella, en teoría una asignación de ese tipo finalizaba cuando se habían eliminado todas las amenazas pero si Sakura aún se sentía en peligro y quería tenerlo a él por escolta el Consejo Jedi que tanto la apreciaba y respetaba no podía rechazar su solicitud. Claro que inicialmente Sasuke le había propuesto a Sakura que permanecieran Naboo un mes, así tendrían tiempo de casarse, tener una luna de miel decente y luego regresar como si nada...pero aquello sería demasiado para los Jedi y Sakura se lo recordó, estableciendo finalmente dos semanas que, esperaba, fueran suficientes para ambos.
—Sí, Sakura me pidió que fuera a verla para discutir la posibilidad, pero no sabía si comentártelo hasta estar seguro— asintió Sasuke encogiéndose de hombros con fingida resignación. —¿Está mal?— inquirió dirigiendo sus pasos al armario para preparar sus pertenencias.
—No, eso significa que ejecutaste bien tu misión de protegerla, mi joven Padawan— contrarió Kakashi con orgullo, —y bien mereces una felicitación— agregó cuando Sasuke volvió la mirada hacia él.
—Yo no estaría muy de acuerdo— menospreció el Uchiha, fingiendo que aquella era una misión como cualquier otra. —No fue nada fácil, es imposible discutir con ella, solo podía seguirle la corriente— explicó mientras guardaba varios libros dentro de su morral. —¿Crees que el Consejo se oponga a su solicitud?— preguntó cayendo en cuenta que no había pensado en ello.
—No tendrían porque, siempre se valoran las misiones en solitario cuando los Padawan son jóvenes, permiten ganar experiencia y en una guerra todos saben que eso se necesita— sosegó el Hatake habiendo obtenido la aprobación y siendo consciente de las habilidades de su Padawan. —Además te haría bien estar lejos y despejar tu mente— agregó aunque sin dar a entender su preocupación sabiendo que Sasuke podría interpretar eso como lastima, y no le gustaba. —Tienes mi aprobación— declaró por fin viendo los hombros de su Padawan relajarse en el acto.
—Gracias, Kakashi— sonrió ladinamente el azabache, sintiéndose infinitamente mejor.
Quizás sonaba tonto pero habiendo crecido en un planeta tan tosco, seco, duro y brutal como lo era Tatooine, los buenos actos o muestras de habilidad muchas veces eran interpretados como caridad y en el sentido de lastima más que por bondad y por lo que Sasuke tenía a ser más bien cortante, no era demasiado afectuoso o cálido incluso con la gente que conocía expresándose emocionalmente en exceso sino lo contrario, usaba pocas palabras—excepto con Sakura con quien sabia podía ser el mismo ya que ella era sincera y transparente viniendo de un lugar como Naboo donde la bondad era pan de cada día—pero eso no quería decir que las cosas no le importaban y Kakashi lo sabía, sonriendo a su Padawan bajo su máscara mientras lo observaba reunir sus pertenencias para el viaje y ante lo que el Hatake procedió a retirarse, sonriendo con orgullo paternal aunque no lo dijo en voz alta. Tensándose en su sitio al escuchar que las puertas de la habitación se abrían y cerraban rápidamente en señal de que su Maestro había abandonado el lugar, Sasuke volvió por inercia la mirada sobre su hombro sintiéndose en parte culpable, deseando poder compartir su alegría con Kakashi y contarle todo, ¿Pero él lo entendería?, ¿Su Maestro, que seguía las reglas a raja tabla, entendería el amor que sentía por Sakura…o lo delataría ante el Consejo Jedi? Negando en silencio y volviendo a preparar su equipaje, Sasuke no se arrepintió de guardar silencio, algo le decía que Kakashi no lo entendería…
Luego de entrevistarse con los Maestros Onoki y A quienes le recordaron la importancia de su misión y protección de la Senadora Haruno como principal valedora de los Jedi—y en que prometió cumplir al pie de la letra lo que se esperaba de él, teniendo el irrefrenable impulso de sonreír para si al ser consciente de su inminente boda apenas aterrizaran en Naboo—, Sasuke acudió al apartamento de Sakura para acompañarla en su camino a la lanzadera donde los esperaba al nave Nubian 327J, traída a salvo desde Geonosis por Naruto y Sai quienes abordaron primero junto a cargando el equipaje de la Senadora, del Uchiha y el propio. Elegante en todo momento y siendo motivo de admiración para cualquiera que la viera, Sakura portaba un sencillo vestido de seda azul que pasaba inadvertido bajo el abrigo que vestía; de fino terciopelo azul claro plagado de intrincados y diminutos bordados negros que representaban el emblema de Naboo a lo largo de la tela, de cuello alto y cerrado, con mangas que se abrían desde los hombros como lienzos y falda abierta en A, con sus largos rizos rosados pasando inadvertidos bajo un tocado alto forrado en seda purpura con velo resaltando unos pequeños pendientes de amatista en forma de lagrima. De pie en la lanzadera y muy cerca de la nave se encontraba Kakashi quien siguió con la mirada el ingreso de Naruto, Sai y Matsuri, volviendo la mirada hacia la bella Senadora y su joven Padawan que—la sostenía de la mano—se aproximaban hacia él.
—Senadora Haruno— saludó Kakashi inclinando respetuosamente la cabeza ante ella.
—Maestro Hatake— correspondió Sakura deteniéndose frente al Maestro Jedi. —Espero que toda amenaza haya pasado cuando regrese— manifestó confiando en sus capacidades y que conocía ampliamente.
—Para entonces Coruscant estará bajo la mayor seguridad posible— vaticinó el Hatake tras la batalla de Geonosis, —estará a salvo, mi lady, tiene mi palabra— aseguró sonriendo bajo su máscara para tranquilizarla y por su amistad.
—Confió en ti, Kakashi— sonrió la Haruno sin siquiera dudarlo. —Intentare no mantener a tu Padawan lejos por demasiado tiempo— agregó en un susurró cómplice y acercando su rostro al del Hatake.
—Seré yo quien deba pedirle que lo distraiga lo mejor posible, necesita alejarse del estrés— difirió el peligris con idéntico tono.
—En ese caso, haré lo que pueda— se comprometió la pelirosa. —Espero volver a verte cuando regrese, Kakashi— manifestó al peligris a modo de despedida.
—Espero lo mismo, Sakura— correspondió Kakashi recibiendo un asentimiento de la pelirosa quien procedió a abordar la nave permitiendo a Maestro y Padawan despedirse. —Sasuke, cuídate mucho y que la Fuerza te acompañe— deseó a su Padawan que permaneció un instante con él para despedirse.
—Que la Fuerza te acompañe, Kakashi— secundó Sasuke con una sonrisa ladina, agradeciendo su preocupación.
Nuevamente Kakashi tuvo un arrebato de emocionalidad, quiso abrazar a Sasuke y hacerle sentir sin palabras lo orgulloso que estaba de él, el amor que le tenía semejante al de un padre por su hijo y lo preocupado que estaba por todo lo que había experimentado en el último tiempo, las perdidas emocionales, los horrores de una guerra que ya era real salvo en el nombre...pero se contuvo y en su lugar simplemente situó sus manos sobre los hombros del Uchiha con orgullo a modo de despedida. Debería decirle la verdad a Kakashi aunque no fuera del todo, si no iba a decirle de la boda que tendría lugar cuando menos debería aceptar los sentimientos que tenía por Sakura y que evidentemente el Hatake intuía al haberlo tenido bajo su tutela durante tantos años...pero Sasuke tenía miedo temía que lo hicieran separarse de Sakura que era la razón de su alegría y por lo que eligió callar, inclinando su cabeza únicamente en señal de respeto a su Maestro a modo de despedida antes de volverse hacia la nave cuya rampa subió para abordarla sintiéndola elevarse y cerrarse a su espalda; no había vuelta atrás y no iba a arrepentirse, no de esto. En el interior de la nave y esperando por él con una sonrisa se encontraba Sakura quien intento consolar cualquiera de sus preocupaciones con un abrazó al que el Uchiha no dudo en corresponder, envolviendo sus brazos alrededor de ella mientras dirigían sus pasos a la cabina.
No había que mirar atrás, no había que arrepentirse.
Región de los Lagos/Naboo
El viaje a Naboo fue mucho más corto de lo que lo había sido anteriormente en el Transporte de Refugiados y mucho más cómodo a borde del elegante transporte Nubiano, les ahorro múltiples horas que podrían haber resultado tediosas y les dio la oportunidad de entrevistarse con la reina—en el caso de Sakura—para informar de su estadía por un par de semanas y luego reunirse con la familia de Sakura por petición de ella, sosegando las preocupaciones que habían tenido tras la Batalla de Geonosis de la que aún mucho se hablaba, antes de finalmente dirigirse a la Región de los Lagos donde se quedarían. Nervioso aunque se esforzase por no estarlo y temblando como una hoja, Sasuke cruzó el umbral del baño de regreso a su habitación tras darse una ducha y acomodándose la ropa minuciosamente, vistiendo su habitual atuendo de Jedi; una camisa gris claro de cuello en V bajo una túnica de terciopelo marrón oscuro que se ceñía a su cuerpo por un fajín de la misma tela y sobre esta un cinturón de cuero negro donde reposaba su sable de luz y a juego con su chaqueta o capa superior de la túnica igualmente hecha de cuero, pantalones de cachemira marrón oscuro, botas de cuero negro y sobre sus hombros un abrigo marrón oscuro. Revolviéndose el cabello ligeramente húmedo, Sasuke concentró su atención en Naruto quien aguardaba por él para resolver sus dudas o dejarle en claro lo que debería hacer durante su noche de bodas mientras Sakura se preparaba en su propia habitación.
—Te ves bien— elogió Naruto dándole el visto bueno pese a saber que Sakura lo aprobaría sin importar como se viera.
—Me siento bien— asintió Sasuke con una fingida sonrisa ladina que trastabilló a causa de sus nervios. —Solo algo nervioso y eso es porque apenas se lo que debo hacer— sabia la teoría pero no tenía practica alguna y temía decepcionar a Sakura.
—Tranquilo, la naturaleza te llevara a eso, y la Fuerza; como a todos los seres de la galaxia— sosegó el Uzumaki golpeándole amistosamente el hombro y hablando por experiencia propia, haciendo sonreír a Sasuke. —¿Qué sientes cuando estas junto a Sakura?— preguntó solo para estar seguro de la atracción entre ambos.
—Paz, alegría, ternura— enumeró el Uchiha sin detenerse a pensarlo siquiera, —y calor, mucho calor— agregó ligeramente avergonzado.
—Pues en estás noches en Naboo ya hace algo de frio— diferenció el rubio con una sonrisa, corroborando lo que ya sabía; no faltaría atracción en este matrimonio.
Durante el viaje y mientras Sakura enseñaba a Sai a pilotar en la cabina—nunca se sabría cuando aquella habilidad habría de resultar útil—, Sasuke había hecho las preguntas fundamentales a Naruto pues tenía clara la teoría pero era mejor resolver cualquier duda; lo más fundamental que el Uchiha había descubierto era que en Naboo la gente era muy tradicionalista, es decir que el sexo o amor físico se reservaba solo para los cónyuges y no era bien visto que esto ocurriera antes ya que se consideraban que el matrimonio era sagrado. ¿Quería decir eso que esta noche también sería la primera vez de Sakura? No necesariamente y Sasuke se lo recordó ya que siendo Senadora en Coruscant la Haruno probablemente se había distanciado de aquellas tradiciones, mas eso no le importaba a Sasuke quien sonrió ladinamente en respuesta a Naruto, solo le importaba que antes del final del día Sakura y él serian marido y mujer. Acostumbrado a ser visto con malos ojos en el Templo Jedi, a no tener amigos de su edad o muy próxima siquiera desde que había dejado Tatooine a los once años y sintiendo que no encajaba allá donde fuera sin importar lo que intentara, Sasuke por primera vez valoró realmente el gran amigo que era Naruto, actuando como el hermano mayor que nunca había tenido y a su manera Naruto veía a Sasuke como el hermano menor que siempre había querido tener, y quería que fuera feliz con Sakura de la misma forma que quería ella fuera feliz con él, y lo serian.
—Gracias, Naruto— aprecio el Uchiha, mas sintiendo que no bastaban las palabras.
—Ah, de nada— menospreció el Uzumaki no creyendo merecer crédito alguno. —Por cierto, ¿Estás listo para la ceremonia de la rosa?— inquirió esperando que estuviera familiarizado con esa tradición nubiana.
—¿Qué ceremonia es esa?— preguntó Sasuke extrañado y no habiendo escuchado nunca de eso.
—Es la costumbre aquí en Naboo, así recibe un hombre a su esposa en su noche de bodas— sonrió Naruto, conteniendo una risa al imaginarse teniendo que explicarle aquel ritual nupcial. —Te lo explicare— sosegó indicándole que tomaran asiento sobre uno de los divanes ya que aquello iba para largo.
Aunque curioso y profundamente intrigado, Sasuke se sintió como un tonto ya que estaba tan deseoso por casarse por Sakura, ansiaba compartir su vida con ella…y sin embargo no se había molestado en aprender más de su mundo, de su planeta, le fascinaba Naboo pero más allá de disfrutar su estancia ahí nunca había intentado aprender sus costumbres, pero ahora que iba a casarse con Sakura y sintió que era el mejor momento para empezar; Naruto hizo acopio de todo su autocontrol para no estallar en carcajadas, casi había olvidado que Sasuke era...inocente en comparación a muchos hombres de su edad, pero haciendo a un lado su hilaridad, el Uzumaki se centró en mostrarse serio mientras explicaba el ritual a su amigo...En la habitación contigua y preparándose con idéntico esmero, Sakura contuvo un jadeó cuando Matsuri comenzó a cerrarle el vestido de novia que si bien no disponía de corsé, se cerraba intrincadamente en la espalda como si lo tuviera, hecho de encaje blanco y tul transparente con bordados de igual color representando la flora de Naboo, de femenino escote corazón ligeramente bajo, entallado a su figura con mangas inferiores de encaje que se ceñían a las muñecas y unas superiores que eran acampanadas y largas hasta los codos, y falda de múltiples capas con una ligera cola; no había comprado el vestido de último minuto ni nada sino que era una herencia familiar, había pertenecido primero a su abuela, luego a su madre y ahora era suyo.
—¿Es necesario que el vestido me apriete tanto?— suspiró Sakura intentando no quedarse sin aliento. —Apenas puedo respirar— sonrió sabiendo que valdría la pena.
—Oh, créeme, cuando Sasuke te vea hasta se olvidara en decir sí— aseguró Matsuri terminando de cerrarle el vestido y escuchándola reír. —Sakura, ¿Antes de la boda hay algo que quieras preguntar?— inquirió viéndola volver la mirada por sobre su hombro. —Ay, no sé qué estoy diciendo…— se disculpó temiendo sonar invasiva.
—No necesitas preocuparte, Matsuri, soy inocente pero he investigado desde hace años y se todo lo que hay que saber, en teoría— tranquilizó la Haruno sin desvanecer su sonrisa, —en la práctica...supongo que Sasuke y yo tendremos que aprender el uno del otro— obvió sin poder evitar sonrojarse ante la expectativa.
Quizás y de haberlo intentado podría haber compartido su primera vez con un hombre al azar desde hace ya un par de años, la Fuerza sabía que no le faltaban admiradores en lo absoluto incluso a día de hoy, pero nunca había podido tener nada con nadie fuera de Sasuke durante todos estos ocho años que llevaban siendo amigos, confidentes y la vía de escape del otro, la única persona que podía entenderlos en el mundo en que vivían, y aunque pudiera merecer cualquier reproche por seguir siendo virgen a los veintidós años—aunque ello no era mal visto en la sociedad de Naboo, no así en Coruscant mas nadie tenía porque saberlo—, Sakura esperaba que ese detalle hiciera aún más especial esta primera noche juntos. Volviéndose hacia el tocador para tomar el peine y arreglar los largos rizos rosados de la Haruno, el reflejo de Matsuri resultó visible en el cristal del espejo, ataviada en un sencillo vestido violeta oscuro con reflejos ligeramente metálicos que brillaban a la luz, de escote redondo y finos tirantes, con una cola ligeramente larga, un escote ligeramente alto color malva al igual que las mangas ceñidas a las muñecas y su largo cabello castaño miel peinado en dos trenzas, una que obraba cual cintillo sobre su coronilla y una segunda que caía tras su espalda con dos cortos rizos enmarcando su rostro y casi ocultando unos pendientes de plata en forma de rosa como el dije de la guirnalda de plata alrededor de su cuello, mas enfocada únicamente en su amiga a quien arreglaba.
—Me tranquiliza saberlo— mencionó la pelicastaña peinando y acomodando los rizos de su amiga, —pero siempre me tendrás cerca por si acaso— ya de por si era un honor estar presente en su boda y obrar como testigo.
—No sé qué sería de mí sin ti, Matsuri, gracias por estar aquí, de verdad— apreció Sakura profundamente conmovida, —pero ya no necesitas hacerlo más— diferenció habiendo decidido ello de antemano. —Has sido una gran amiga y una hermana para mí, pero no quiero arriesgarte más, no me lo perdonaría— puntualizó advirtiendo la sorprendida mirada de su amiga por el rabillo del ojo.
—Sakura…— intentó contrariar Matsuri, dispuesta a morir por ella de ser preciso.
—No discutas por favor— insistió la pelirosa negándose a ceder o cambiar de parecer.
—Bien, si es lo que quieres— suspiró ella, entendiendo sus razones y confiando en su juicio como siempre. —Pero siempre me tendrás— recordó abrazándola por la espalda y dándole un beso en la mejilla.
Tal y como ocurría con todas sus doncellas, Sakura se encariñaba con ellas como si fuesen sus hermanas y viceversa, porque compartían todo y porque arriesgaban su vida por su planeta y aquello en lo creían, y porque todas habían intentado convertirse en reina de su mundo hacia ocho años atrás con la crucial diferencia que solo una lo había logrado y las otras se sometían a ser servidoras de su mundo y morir por la misma causa. Matsuri ya había hecho suficiente a ojos de Sakura, además y consciente de su relación con el capitán Gaara todo cuanto la Haruno quería era que su amiga experimentara la misma felicidad que ella a partir de hoy, y conocía a las sustitutas perfectas con quienes ya había establecido contacto; una de ellas era una antigua candidata al puesto de reina de Naboo pero que se había retirado a la selección antes de que se anunciara el resultado de las elecciones; Hinata Hyuga, una amiga de sus años de estudios y con quien mantenía una gran amistad, y la otra era su querida Ino Yamanaka a quien tanto echaba en falta. Creyendo firmemente en la decisión de Sakura a la par que sintiéndose interiormente liberada de un rol tan peligroso, Matsuri separó el cabello de su amiga en tres mechones; dos largos para que cayeran sobre sus hombros y pecho, y otro más grueso que cayera tras su espalda, siendo una tradición en Naboo que las novias llevaran el cabello suelto como símbolo de pureza…
Templo Jedi, Coruscant
A Kakashi le costaba creer que hubiera transcurrido poco más de medio día desde que Sasuke había partido a Naboo, y sin embargo ya le había enviado un mensaje para dejarle en claro que estaba en el planeta, permitiéndole informar ahora al Alto Consejo Jedi, recorriendo los pasillos y aun sintiendo la misma atmosfera luctuosa que todos compartían, lamentando profundamente la pérdida de amigos y compañeros en la Batalla de Geonosis cuyas repercusiones por fin eran claras; la guerra entre los Separatistas y la República. El Hatake cruzó el umbral de la sala de reuniones del Consejo Jedi y que se abrieron a su paso, revelando a los Maestros Onoki y A en el interior; el pequeño Maestro Jedi sentado en su respectivo escaño como líder del Consejo y la Orden Jedi—meditando los acontecimientos que habían tenido lugar o Kakashi lo veía así—, y a su derecha el Maestro A sentada en el propio de junto, ambos alzando la mirada en su dirección, con los amplios ventanales dando una vista incomparable de Coruscant de color dorado ante la puesta de sol que lentamente comenzaba a tener lugar. Por indicación del Maestro Onoki quien le señaló el escaño vacío a su izquierda y sintiéndose humilde, Kakashi tomó asiento acomodando la larga cola de su abrigo, preguntándose interiormente si debería informar a los Grandes Maestros Jedi de lo ocurrido con Sasuke y del apegó que este tenía hacia Sakura, pero prefirió callar pues sabía que había problemas más serios o graves.
—¿Has recibido noticias de tu aprendiz?— preguntó A sintiendo curiosidad al respecto.
—Sí, llegó a Naboo hace poco más de dos horas, promete estar de regreso en dos semanas como decidió el Consejo— respondió Kakashi con voz templada. —¿Acaban de hablar con el Canciller?— curioseó viendo asentir a ambos Maestros.
—Sí, y no hay buenas noticias— suspiró el Maestro Onoki bajando la cabeza con pesar.
—¿Qué sucede?— inquirió el Hatake con preocupación ante su desconocimiento,
—La batalla de Geonosis ha intensificado el conflicto con los Separatistas, han declarado la guerra a la República y se están librando batallas en toda la galaxia— el Maestro A confirmó lo que Kakashi ya sospechaba. —La República está desplegando soldados clones a varias partes de la galaxia para luchar contra el ejército Separatista, y el Canciller ha encargado el mando de los soldados clon a los Jedi— tras siglos, los Jedi volverían a llevar el estandarte de la guerra sin ser ese su deseo.
—Esta guerra es profundamente problemática, los Jedi no somos soldados— suspiró el Gran Maestro temiendo lo que pudiera salir de todo esto.
Los ánimos de todos estaban exaltados ante los acontecimientos durante y tras la Batalla de Geonosis, especialmente los de los jóvenes en edad de combatir y que veían la posibilidad de una guerra con idealismo cuando era todo menos eso, mas incluso los Jedi experimentados no podían ocultar el hecho de estar de acuerdo con la guerra al menos en parte, puede que el conflicto no fuera propio de los Jedi y sin embargo el resentimiento y sed de venganza se había instalado en el ambiente y todos lo percibían. Sintiendo el dolor y tristeza en la voz del Maestro Onoki, Kakashi y el Maestro A compartieron una breve mirada pues de cara al futuro nada parecía promisorio; fuera del rutinario entrenamiento en el caso de los Maestros o Caballeros más experimentados, ¿Cómo iban a pelear una guerra sin estar preparados siquiera? Los Padawan eran demasiado jóvenes, entre diez y veinte años, y no tenían experiencia en combate. Fuera del caso especial que era Sasuke Uchiha y que se había probado como nunca en su enfrentamiento con el Conde Madara, claro que había sido derrotado, al igual que Kakashi, pero resistir por más tiempo y representarle un reto ya de por si era un logro teniendo en cuenta que el joven Uchiha ni siquiera tenía veinte años, ¿Qué no podría lograr a medida que pasara el tiempo? No siendo esa su intención pero no pudiendo evitarlo, Kakashi sintió un deje de orgullo por los logros de su Padawan, deseando y confiando que Sasuke obtendría aún más.
—¿Realmente es posible que Kinshiki Otsutsuki controle el Senado como dijo el Conde Madara?— preguntó Kakashi rompiendo el contemplativo silencio. —No tiene lógica— llevaba pensando largamente en ello.
—Madara se unió al lado oscuro, su tarea es crear mentiras, traición y confusión— recordó el Maestro Onoki, lamentando expresarse así de su antiguo Padawan.
—Aun así, creo que deberíamos vigilar al Senado— repuso A sin saber que esperar de la guerra ahora, como todos.
—Estoy de acuerdo— asintió de inmediato el Gran Maestro Jedi. —Ha arribado la noche del lado oscuro, inicio la guerra de los clones— predijo esperando que esto no los llevara a la ruina y la muerte de todo lo que conocían y en lo que creían.
Las palabras del maestro Onoki se difuminaron en el aire que circulaba dentro de la sala, haciéndoles sentir más de un escalofrió como si se tratara de una terrible predicción. Todo era demasiado complicado a partir de ahora, por un lado deberían adecuarse a formar parte de escuadrones de ataques, a dirigir soldados con los que aún deberían familiarizarse y por encima de todo debían continuar buscando al lord Sith que sabían estaba detrás de todo esto y más tras las advertencias de Madara, cuidándose del Senado de la República que debería ser su aliado...no, en ese plano al menos no estaban solo ya que a su regreso la Senadora Haruno los representaría y respaldarían en todo. Mientras los Jedi se preguntaban o preparaban para cualquier posible curso de acción una vez fueran paulatinamente designados al frente, en un balcón de gran tamaño del Edificio del Senado el Canciller Shimura, su esposa lady Takara, el Senador Obito Nohara y tantos otros presenciaban el primer desfile del ejército de la República por las calles bajo ellos, decenas de miles de soldados en formación cerrada, una procesión perfectamente ordenada rumbo al gran hangar de la capital donde los esperaban las naves en que abordarían y partirían al frente como la primera división. Observando todo, el Senador Obito Nohara golpeó ligeramente el borde del balcón con su puño derecho, temiendo por el futuro y por la democracia.
Había iniciado la guerra de los clones.
Región de los Lagos/Naboo
Mientras el sol comenzaba a ocultarse, un sacerdote amigo de la familia Haruno y en quien Sakura confiaba se encontraba en el balcón o terraza en espera de que la joven novia se presentara; cada vez más nervioso de ser posible, Sasuke trató de acomodar su abrigo por temor a que algo saliera mal, sintiendo la mano de alguien tranquilizarlo sobre su hombro y volviendo la mirada hacia Naruto quien sonrió ligeramente. El Uzumaki vestía de negro, un color muy usado por los testigos de bodas en Naboo por su seriedad, con una camisa de cuello alto y cerrado con mangas ceñidas a las muñecas, pantalones y botas de cuero, sobre la camisa vestía una chaqueta de terciopelo con profundo cuello en V que se cerraba a la mitad del pecho por cinco botones de oro con hebillas a los lados, cortas mangas hasta los codos y larga caída abierta en A bajo un fajín que cerraba la tela. Junto a Naruto e igualmente obrando como testigo estaba Sai quien se sentía más fuera de lugar que nunca por como vestía, acostumbrándose a su nuevo estilo de vida; vestía una camisa negra de cuello alto y mangas ceñidas, pantalones negros y botas de cuero, encima una larga chaqueta de igual color con cuello alto y cerrado por seis botones de oro decorados por hebillas a los lados hasta la altura del vientre, cinturón dorado apagado, hombreras puntiagudas y larga cola abierta bajo el vientre, con los largos del pecho, las cortas mangas hasta los codos y lados de la cola repletos de bordados plateado apagado.
Tras una larga espera y mientras observa la puesta de sol, sintiendo que el tiempo transcurría pero al mismo tiempo no lo hacía, Sasuke volvió a la realidad cuando Naruto le zarandeó ligeramente el hombro haciendo que alzara la mirada hacia el umbral de la terraza, congelándose al ver aparecer a Sakura en compañía de Matsuri quien sujetó ligeramente la cola del vestido para ayudarla a caminar. La Haruno portaba un bello y delicado vestido hecho de encaje blanco y tul transparente con bordados blancos representando la flora de Naboo, de femenino escote corazón ligeramente bajo y entallado a su figura, con mangas inferiores de encaje que se ceñían a las muñecas y unas superiores que eran acampanadas y largas hasta los codos, y falda de múltiples capas con una ligera cola. Sus largos rizos rosados estaban separados en tres mechones, dos largos que caían sobre su hombros por sobre el vestido y uno más largo y grueso bajo un velo hecho igualmente de encaje y que caía tras su espalda, decorado con perlas, flores y diminutos cristales formando elaborados bordados como una diadema. Apretando nerviosamente las manos y esbozando una ligera sonrisa al encontrar su mirada con la de Sasuke que no dejaba de observarla, Sakura aproximó sus pasos hasta detenerse exactamente frente a él, con Matsuri de pie a su lado como testigo así como amiga, y para acomodarle la cola del vestido antes de permanecer estoica a su lado al igual que Naruto y Sai junto a Sasuke.
—¿Podemos proceder?— preguntó el sacerdote intercalando su mirada entre ambos jóvenes que asintieron sin apartar la mirada del otro. —Nos encontramos reunidos aquí para unir en sagrado matrimonio a Sakura Haruno y a Sasuke Uchiha— anunció como correspondía al rito Nubiano. —Si alguno de los presentes conoce impedimento alguno para que se celebre esta boda, puede y debe hablar ahora o callar para siempre— estipuló para poder continuar con la ceremonia de unión.
De estar en otro lugar o celebrando esta ceremonia de manera menos privada—pero siendo una boda real en todo el protocolo que implicaría—, Sakura intuía que quizás entonces habría contenido la respiración temiendo que algún invitado dijera que se oponía…algo clásico y que solo pasaba en las historias de fantasía, pero esta era la realidad y por lo que no dejo de observar en silencio a Sasuke y viceversa, sabía que nadie se opondría porque su boda era privada, porque solo sus amigos estaban presentes y porque nada los iba a detener de hacer esto. No entendía porque estaba tan nervioso, hace solo unos días había luchado contra Madara y muchos androides en Geonosis, Sasuke nunca había tenido miedo o se había sentido nervioso durante cualquier batalla o misiva a lo largo de sus diecinueve años de vida; pero estar ahí en esa terraza, contemplando largamente a Sakura mientras tenía lugar su ceremonia de boda lo hacía estremecer desde lo más profundo de su corazón, llevaba ocho años amándola desde que la había visto por primera vez y ahora apenas y podía creer que estuvieran casándose. Okey, le había pedido matrimonio a los once años pero debía admitir que con el paso de los años había perdido la esperanza de que algo así se realizara, después de todo ella era una Senadora, había sido reina, y él solo era un aprendiz Padawan, ni siquiera un verdadero Jedi aun...ella podría tener a quien deseara, tenía ese privilegio, pero a pesar de todo lo había escogido a él.
—Sakura Haruno, ¿Aceptas por esposo a este hombre?— preguntó el sacerdote prosiguiendo con la ceremonia
—Sí, quiero— pronunció la Haruno con seguridad y sin apartar su mirada de Sasuke.
—Sasuke Uchiha, ¿Aceptas por esposa a esta mujer?— repitió el hombre esta vez al pelinegro.
—Sí, quiero— contestó el Uchiha de ipso facto y perdido en los pozos esmeralda de Sakura.
Soñadora desde su infancia aunque no sacara a relucir esa parte más infantil de su personalidad debido a su vida como reina en el pasado y actualmente como reina, Sakura en el fondo nunca había pensado como seria su boda a diferencia de su hermana mayor Yuna quien había tenido una lista clara de cosas que cumplir al casarse con Arsen—la había ayudado a planear la boda y aun reía al recordarlo—; no, ella nunca había hecho planes para el futuro, solo deseaba tener hijos y poder formar una familia pero eso podía esperar, había tiempo para ello y primero tenían que terminar con la guerra con los Separatistas. Pero esto era perfecto, así lo sentía ella mientras el sacerdote pedía su mano derecha y luego la de Sasuke, uniéndolas mientras ambos no dejaban de observarse, como si no pudieran creer lo que estaba pasando; Sasuke estaba fascinado por la sencillez del rito que estaba uniendo su vida a la de Sakura y por otro lado sentía y comprendía que eso era todo, el mayor sueño que había tenido en su vida—fuera del hecho de ser un Jedi, claro—se estaba haciendo realidad ante sus ojos. Sosteniendo las manos de la joven pareja y que mantuvo unidas en un gesto que presagiaba su vida juntos, el sacerdote bajo la cabeza y murmuró una plegaria proveniente de los antiguos texto matrimoniales de Naboo para que este matrimonio tuviera un futuro venturoso y pudieran permanecer siempre juntos como uno.
—Por la autoridad de la santa sede de los sabios de Naboo, los uno en santo matrimonio— declaró el sacerdote cerrando así la ceremonia. —Ahora son un corazón y un alma, son una vida. A los ojos de los dioses, son marido y mujer— explicó intercalando su mirada entre ambos jóvenes y que parecían plenos ante aquella declaración. —Que lo que los dioses han unido, no lo separe el hombre— deseó en voz alta y esperando que esto pudiera cumplirse.
Motivos para contraer matrimonio habían muchos en Naboo, quizás el más común era un acuerdo en común, una unión por política o prestigió, incluso por belleza que no eran pocos enlaces así y que acababan cuando la chispa de la pasión y el deseó se apagaba, mas, soltando las manos de los ahora esposo y esposa pero que no se soltaron por ello, procediendo a retirarse junto a la señorita Matsuri quien se ofreció a acompañarlo en su camino—con Sai y Naruto retirándose con sigilo para no hacer mal tercio o cuarteto—, el sacerdote estaba convencido de que un amor como el que había visto en las miradas de ambos jóvenes nunca podría extinguirse. Tan pronto como se encontraron a solas y entrelazando su mano izquierda contra la de Sasuke, estrechando ambas contra las suyas, Sakura esbozó una radiante sonrisa y se irguió de puntillas para encontrar sus labios con los de su ahora esposo, inclinando su rostro para acercarse más y más a él mientras lo sentía corresponder a este primer beso como esposo y esposa; sintiendo su cuerpo relajarse y sus nervios evaporarse por completo, Sasuke cerró los ojos a medida que se intensificaba el beso, soltando una de las manos de Sakura para envolver su brazo alrededor de su cintura y acercarla hacia sí. Rompiendo el beso para recuperar el aliento, con el sol ocultándose y el cielo pasando del naranja al purpura, ambos abrieron sus ojos, sonriéndose mientras pegaban sus frentes y negándose a separarse…
PD: Saludos mis amores, prometí que actualizaría esta semana y lo cumplo, agradeciendo como siempre su apoyo, deseando siempre que mi trabajo sea de su agrado:3 las próximas actualizaciones serán "Kóraka: El Desafío de Eros", luego "La Reina Olvidada" y "Dragon Ball: Guerreros Saiyajin" y entonces comenzare la adaptación de "Avatar: Guerra de Bandos" :3 esta historia esta dedicada a mi queridísima amiga Ali-chan 1966 (agradeciendo su asesoría y aprobación, dedicándole cada una de mis historias por su respeto y cariño), a mi querida amiga y lectora DULCECITO311 (a quien dedico y dedicare todas mis historias por seguirme tan devotamente y apoyarme en todo), a carlos29 (agradeciendo sus palabras y poder contar con su aprobación), a "ktdestiny" (agradeciendo su apoyo y dedicándole cada capitulo), a Guest, (agradeciendo sus palabras y aportes, como los de todos), a SASUSAKU is canon (agradeciendo su apoyo a esta historia y dedicándole la misma, esperando que todos los futuros acontecimientos sean de su agrado), LectoraSS (agradeciendo mucho sus palabras, y adelantando que Sakura no morira como en la trama original de Star Wars), a SasuSaku (agradeciendo su opinión como la de todos y prometiendo no decepcionar sus expectativas), a Eli23 (dedicándole esta historia como agradecimiento por su aprobación) y a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besitos, abrazos y hasta la próxima.
Personajes:
-Sasuke Uchiha/Indra Otsutsuki como Anakin Skywalker/Darth Vader -Sakura "Hanan" Haruno como Padme Amidala Naberrie
-Kakashi Hatake como Obi-Wan Kenobi -Naruto Uzumaki como R2D2 -Sai como C-3PO
-Hinata Hyuga como Motté/Maz Kanata -Ino Yamanaka como Rabé -Matsuri como Dormé
-A como Mace Windu -Onoki como Yoda -Madara Uchiha/Momoshiki Otsutsuki como Conde Dooku/Darth Tairanus
-Danzo Shimura/Kinshiki Otsutsuki como Sheev Palpatine/Darth Sidious -Takara Otogakure como Sly Moore -Obito Nohara como Bail Organa
Escenas Nuevas & Luna de Miel: Aunque represente las últimas escenas de "Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones", mientras redactaba la trama meses atrás comprendí que debía añadir escenas para dar continuidad a diversos momentos, sentimientos y perspectivas, de ahí que profundice como se siente Sasuke con su nuevo brazo, los verdaderos sentimientos de Sakura y las preocupaciones de Kakashi quien esta dividido entre su deber y sus sentimientos paternales, pero siento que lo hice bien, teniendo como base el material sobre Star Wars que ha continuado saliendo a lo largo de los años. Por supuesto que la escena de la propuesta de matrimonio es absolutamente mía y debo admitir que fue de mis favoritas, llevaba tiempo teniendo los diálogos en mi mente, me encanto el resultado y todo en su conjunto. "Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones" cierra con la boda de Anakin y Padme en Naboo, pero eso no significa que nuestra historia este terminada sino lo contrarió, ya que a partir del próximo capitulo comenzare a subir la luna de miel de ambos, a añadir nuevos personajes y a comenzar a relatar paulatinamente el arco de "La Guerra de los Clones".
También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3
