Los primeros días habían resultado un verdadero infierno, la convivencia era muy complicada y parecía que no habría ninguna clase de tregua, aunque cabe destacar que Ben al ser mayor se comportó como tal y no como el chiquillo aborrecible que había mostrado las primeras semanas.
No cruzaba ni una palabra con Rey a menos que no tuviera opción; Han había sido muy claro y firme en que debían mantener la fiesta en paz y hablarse con cordialidad en lugar de gritarse o ser sarcástico a cada momento. El capitán de la nave normalmente no dejaba que ambos se quedaran solos por miedo a que comenzaran una nueva rencilla sin sentido así que se turnaba un día con Rey y otro con Ben.
Era octubre cuando Han y Ben estaban en la cabina de mando, ahí el hombre empezó una plática poco común.
–Rey es de esas chicas lindas que no notarias a primera vista por que no enseñan mucha piel y porque uno es demasiado tonto para darse cuenta –Han miraba al frente – aunque ella se comporte de esa manera ruda y sin vergüenza, en el fondo es una mujer buena, fuerte y graciosa; se las sabe arreglar sola cuando lo amerita la situación, pero el que yo lo diga no servirá para cambiar tu opinión sobre ella, eso solo lo deberás ver tú mismo.
El joven Solo siguió en silencio y su padre prosiguió.
–Ella perdió a sus padres cuando era solo una niña, además estuvo en el orfanato del terror por un tiempo así que no la juzgues, no vuelvas a ofender la memoria de sus padres o jamás te perdonara.
Ben sintió remordimiento al recordar lo que había dicho sobre los padres de Rey, actuó como un gran idiota, ¿Dónde había quedado el Ben comprensivo y amable?, si su madre supiera sobre aquel comportamiento realmente lo reprendería y haría que se disculpara.
En ese momento entro Rey a la cabina con un humeante vaso de fideos recién salidos del microondas, Ben se encogió de hombros lo que fue muy visible dada su complexión, la observo lo más discretamente que pudo, vestía un pijama afelpado de color café, sus pies estaban envueltos en unos simpáticos calcetines con orejitas.
–Es hora de la comida
– ¿No es suficiente con los fideos? – Han mantenía una ceja levantada
Ella puso los ojos en blanco –no Han, esto es solo un aperitivo…
Con una ligera sonrisa volteo a ver a su hijo.
–Bien, el día de hoy te toca cocinar
Sin rechistar se levantó del asiento del copiloto dejando a un lado los auriculares y su figura desapareció en el pasillo.
…
Al principio nadie hablo hasta después de que Rey comenzó a comer. Algo había estado maquinándose en su interior y era en ese momento que sintió necesario sacar lo que sus pensamientos le dictaban.
–Entonces ¿qué era lo que comías estando con tu aburrido tío? – Rey preguntó eso con la boca llena de comida.
–Comida saludable Rey– Ben tenía una ceja levantada mientras observaba como ella tomaba jugo procesado directo del envase.
–Lo siento por ti, aquí raramente tenemos comida saludable – ella tenía un trozo de tocino entre sus dedos –será una verdadera decepción que por culpa de eso ya no pueda admirar tu cuerpo– tras expresar eso ultimo llevo el tocino a su boca.
– ¡Por favor Rey! – Han miraba negativamente a la chica.
– ¡¿Qué?! ¡Solo dije la verdad, debes admitir que tu hijo tiene una complexión física estupenda, será de gran ayuda!, además, de seguir con nuestro ritmo alimenticio eso se estropeara.
Ben notó que a pesar del tono chillón de su voz Rey mantenía un aire despreocupado y sin poder evitarlo dejó escapar una pequeña sonrisa. –al menos tendremos huevos y tocino a la mano por un par de días más.
– ¡No tan rápido grandote!, cuando lleguemos a nuestro siguiente destino debemos reabastecernos, no me gustaría encontrar la nevera sin mi bebida favorita además te toca comprarla Ben, es algo así como una especie de bienvenida.
–Bien, pero deberás ir conmigo, holgazanear tanto tiempo no es bueno para los mocosos.
Rey empezó a reír por cómo se había referido a ella.
Han miraba a uno y luego al otro, era raro que de pronto ambos se llevaran bien tras semanas de pleitos constantes.
…
Aterrizaron en el planeta más cercano a su actual ubicación, era seco y caluroso; a Rey le recordaba sus días en Jakku. No odiaba aquel clima pero no era agradable permanecer tanto tiempo sudando y con una creciente sed a cada instante.
Ben vestía aquella chaqueta oscura de piel, unos pantalones ajustados y una playera del mismo color. Por culpa del viento su cabello negro se había llenado con partículas de arena al bajar de la rampa del halcón.
–Deberías ponerte esto– Rey le tendió una de sus pashminas. Se había dado cuenta a tiempo y antes de salir de la nave tomo dos, una para él y otra para ella.
–Gracias Rey– la tomó y envolvió su cabeza.
Al ver lo mal que lo había hecho Rey comenzó a reírse –así no es, terminaras quemándote la piel, recuerda que eres el hijo de una princesa– decía ella entre risas y en tono de burla.
Sin poder evitarlo él ya estaba compartiendo risas con ella, Rey le indicó que se agachara un poco para que pudiera alcanzarlo, con habilidad envolvió su cabeza y cuello – ¡así está mejor!, ahora cuando veas que viene una ventisca de arena cubrirás su boca y nariz – de su pequeño bolso saco unos lentes muy parecidos a los goggles deportivos.
–Estos son para ti– depósito el objeto en su enorme mano y ella hizo lo propio con sus pashmina y sus goggles.
Ambos caminaban uno al lado del otro, el viento de vez en cuando llenaba de polvo los lentes que cubrían sus ojos. A lo lejos vieron el pequeño mercadillo rodeado de casas y edificaciones no mayores a dos pisos.
Los dos intercambiaron miradas y apresuraron el paso.
Una vez en el lugar Ben y Rey retiraron las telas y los lentes; anduvieron recorriendo el mercadillo tranquilamente hasta que él rompió el silencio entre los dos.
– ¿Cómo conociste a Han?
Habitualmente él no era muy conversador pero sentía que era el momento de una reconciliación con Rey, claro siempre que ella lo permitiera.
–Viajamos en el mismo carguero cuando Bala-Tik empezó a buscar a Han y comenzó hacer un desastre por toda la nave, estaba en eso cuando el idiota dejo escapar unos Rathtars y como vi que tu padre y su amigo peludo eran buenos me les uní y escapamos juntos.
Aquello había sido más sencillo de lo que imaginó, ella había contestado rápidamente y de forma natural.
Algo hizo clic en su cabeza – ¿Qué hacías ahí?
– ¡Huir de la justicia como todos!, robe un par de cosillas que al final vendí a muy buen precio estando en el Eravana…– Rey lo miro con cierta picardía y hablo con una voz muy suave y susurrante – ¿te gustan las emociones fuertes?
Sorprendido la miro y un aire tímido se asomó en su cara. Ben Solo se sentía a merced de una chica de tan solo 17 años cuya personalidad era extrovertida.
Al ver esa expresión Rey no aguanto la risa, sus labios dejaron ver los dientes perfectamente alineados y grandes – ¡Solo bromeo Ben! – Le dio un suave golpe con el codo – ¿Qué edad tienes?
– ¿Eso importa? – para esos momentos Ben estaba tan sonrojado como un tomate.
–Por la forma en como me miraste y te sonrojaste pareces tan virgen e inocente… bueno eso ultimo no porque sacaste conclusiones nada propias de un Jedi – ella sacó de su bolso una lata que Ben ya conocía muy bien.
En su defensa respondió con un tono un tanto fanfarrón –dudo que tú conozcas algo sobre el código Jedi.
–Y doy gracias a mi ignorancia, tu pareces tan amargado que ni siquiera tengo interés en saberlo– Rey tomo su lata de cerveza y le dio un gran trago, parecía que el discutir con él le divertía mucho.
Tras unas horas volvieron a la nave, Ben cargaba sin mucho esfuerzo las provisiones mientras que Rey cargaba una bolsa más pequeña. Para Han era un imagen muy particular que ver, Ben era tan alto y Rey apenas le llegaba a los hombros lo que le hacía verse pequeña a lado de su hijo. Y ni mencionar la complexión atlética de él contra lo delgada que era ella.
– ¿Todo salió bien? – el mayor de los tres estaba en la entrada del halcón con las manos sobre las caderas.
Rey fue la primera en quitarse la tela y los lentes.
–Así es, pero tú hijo compro cosas que difícilmente yo podría cocinar sin un libro de recetas– ella le echo una mirada acusatoria a Ben.
Al quitarse la prenda él mostraba una sonrisa de genuina diversión –Descuida, los fideos, el tocino y los huevos no faltaran en tu dieta.
Han observaba a los dos, Rey mantenía un puchero adorable y Ben sonreía como nunca antes lo había visto.
…
Por primera vez estaban solos en la cabina de mando, Ben y Rey platicaban mientras miraban el espacio a través de las ventanas.
La química que existía entre ambos era difícil de explicar, era como si aquella conexión hubiera estado siempre ahí, escondida debajo de la hostilidad y frialdad que ambos se empeñaron en demostrar en un principio.
Era como si no pudieran parar de hablar y reír entre ellos.
–Unkar solo quería mano de obra gratuita, era un maldito desgraciado– Rey le ofreció papas fritas –por eso tenía ese orfanato, ahí tenías que rascarte con tus propias uñas y defenderte de los grandulones abusivos– hizo un breve pausa –imagino que tu tenías todo a tus pies.
Ben asintió un poco avergonzado –podría decirse que sí, aunque desperdicie ciertas oportunidades y al final me decidí por ir con Luke.
–Y ¿eso tampoco te llenó?
–algo así…
Al ver que no proseguía con la charla ella insistió – ¡hay por favor deja de ser tan ambiguo!
En la cara de él había una amplia sonrisa
–No encontré una satisfacción plena en el entrenamiento ni en la filosofía Jedi, no como Luke lo hizo.
–Entonces ¿no obtuviste tu sable de luz?
–Lo construí con mis propias manos y lo deje en un lugar seguro.
Ella lo observo con aire incrédulo –bueno ver para creer.
Después de unos minutos en silencio ella volvió a hablar – ¿Tienes hambre?
Ben medito unos segundos –No realmente
– ¿Estás seguro?, no quiero llegar con mis burritos y que tú los manosees
Él lo reconsidero –Bueno tal vez tengo solo un poco.
Rey se levantó del asiento del copiloto, Ben aun miraba con incredulidad esas botas afelpadas color rosa chicle que se había empeñado en robar y que finalmente el terminó comprándolas para alejarla de aquel mal hábito y también porque en el fondo quería hacerlo.
Un sentimiento poco familiar que le ponía de cabeza cada que estaba cerca de Rey.
Había visto lo hábil que era con las armas y la maquinaria en general, parecía un piloto experimentado a pesar de su corta edad, aunque a veces las misiones no resultaban del todo bien por algún detalle que se pasaba por alto.
Finalmente comprendió el discurso de Han sobre Rey, ella era fantástica y eso lo había descubierto por el mismo, y estaba seguro de que aún le faltaba más por conocer.
Una disculpa por la demora, no había tenido tiempo de pulir el capítulo, estuve haciendo calaveritas de chocolate el mes pasado y eso absorbió todo mi tiempo. Agradezco infinitamente que lean esta pequeña historia.
