CAPÍTULO X

UNA NUEVA VIDA

Para su buena fortuna la batalla había concluido tal y como lo habían planeado. Y es que no solo habían logrado vencer a Faraon 90, también habían logrado proteger el presente y el futuro con ayuda de la deidad de la destrucción, quien se supone y debía poner fin a todo.

Quien sabe, quizás y luego de lo sucedido en el pasado, ella también deseaba una nueva vida en la Tierra.

Fue así que aquella soleada mañana, agotadas las tres mujeres en compañía de la pequeña Hotaru decidieron retirarse de la ciudad para llevar una existencia tranquila. Deseaban tanto comenzar de nuevo, que lo harían lejos de cualquier preocupación.

Así pues y luego de un no muy largo trayecto por fin arribaron a la que sería su nueva residencia.

"Hemos llegado", orgullosa de su elección, la preciosa aguamarina señalo. "¿Te gusta?"

"Por supuesto. Es un lugar hermoso", contesto Haruka ante la sorpresa que su amada había preparado para ellas.

"¿Qué opinas, Setsuna?", cuestiono a la peliverde, quien en la parte trasera del auto se ocupaba de la pelinegra.

"Es maravilloso, esta naturaleza le hará mucho bien a la pequeña"

Así pues y muy emocionadas, las tres descendieron.

"¿Qué sucede?, ¿Por qué estas tan inquieta?", la guardiana de las puertas del tiempo pregunto a la chiquilla, quien había despertado y en sus brazos se agitaba.

"¿La niña o tú?", bromeando un poco la rubia cuestiono.

"La niña", replico la joven.

"Deja que la tome", expreso Michiru y luego la acuno en sus brazos. "A partir de hoy esta será también tu casa, espero y te guste tanto como a nosotras", de forma cariñosa dijo para ella.

"Iré a abrir", tomando la llave que su amada le había entregado, Haruka se dirigió hacia la puerta.

Por su parte la peliverde tomo parte del equipaje y apenas subió la escalinata que las conduciría al interior, su maleta se golpeo lo suficientemente fuerte como para que se abriera y revelara bastante de su contenido.

"¡Maldición!", ruborizada murmuro al mismo tiempo que se inclinaba un poco para poder arreglarlo. Aunque no fue lo suficientemente rápida porque Haruka alcanzo a ver más o menos que era lo que en ella guardaba, dejando muy poco a su juguetona imaginación.

"¡Vaya, ¿Quien lo hubiera imaginado!?", pensó y acto seguido se rasco la nariz.

"No estamos tan lejos de la ciudad, nos vendrá bien pasar un tiempo en este lugar", expreso Michiru lejos de saber que era lo que Haruka estaba imaginando.

"¿Tenemos vecinos?", escapando a aquellas ideas que habían cruzado su cabeza, cuestiono la rubia una vez que abrió la puerta principal.

"Si. Y no tienes que preocuparte por ellos, es un lugar bastante tranquilo. Por eso decidí que viniéramos", fue la respuesta que la aguamarina ofreció.

Así pues las tres mujeres ingresaron junto con la pequeña Hotaru.

"Como podrán ver la casa es muy amplia y tiene varios salones. De lado izquierdo están las habitaciones, de lado derecho el estudio y demás. Al fondo la cocina y el comedor. Setsuna, siéntete libre de escoger la que más te guste"

"¿De verdad?", fue la pregunta obligada.

"Por supuesto, ahora con su permiso. Debo ir a cambiarle el pañal a esta pequeña"

Así pues la rubia y la peliverde comenzaron a explorar el que sería su nuevo hogar. Y fue luego de unos minutos que la guardiana del tiempo decidió cuales se convertirían en sus aposentos.

Por su parte Haruka observo cual era la habitación que su amada ocuparía, ante lo cual eligió aquella que estaba justo enfrente. Y es que de esa forma si deseaba visitarla durante algún momento de la madrugada, tan solo tendría que cruzar el pasillo.

Recostándose sobre el cómodo sillón que ahí había, coloco sus brazos debajo de su cabeza para meditar un poco, hasta que escuchando la encantadora risa de la violinista, se dirigió hacia ella, quien estaba sentada sobre la cama.

"¿Tienes hambre?", sonriendo le pregunto a la niña mientras se ocupaba de prepararle su alimento.

Por su parte y en silencio desde el umbral Haruka la contemplaba con especial atención. "¿La niña dormirá contigo?"

"Si, no puede quedarse sola... pero ¿Dónde están tus cosas?", extrañada cuestiono al no verlas.

"En la habitación de enfrente. Más tarde me ocupare de desempacar", señalo mientras ingresaba y se sentaba junto a ella, luego a la chiquilla le acomodo los cabellos que habían caído por su frente.

Ante esas palabras la violinista se cubrió los labios y rió un poco; "¿Vas a dormir en la habitación de enfrente?, ¿Estas hablando en serio?"

"Si, ¿Por qué?", replico la alta mujer.

"¡Vaya!. Y yo que ordene esta cama para nosotros dos. Sin duda será un gran desperdicio, ¿Verdad, bebé?"

En ese punto Tenoh se volvió para con ella; "¿De verdad quieres que compartamos habitación?"

Michiru asintió con las mejillas totalmente encendidas; "Por supuesto que si. Muchos siglos ya hemos estado separadas, así que no voy a permitir que una simple pared nos mantenga alejadas. Además en mis maletas traje las cosas que dejaste en mi departamento"

"Mi ... Mi ...", sin aliento no supo que más decir.

"En en mi closet hay mucho espacio para tu ropa", sonriendole de forma amorosa agrego.

Ante sus palabras Haruka sonrió satisfecha; "No lo sabía, pero ¿Y Setsuna?, ¿Crees que ella sabe que tú y yo tenemos una relación muy cercana?"

"Por supuesto que lo sabe, mi amor. Para ella pocas son las cosas que están ocultas. Además de esa forma no tendrás que venir a mitad de la noche para buscar mi compañía, la tendrás todo el tiempo", guiñándole un ojo de forma coqueta, expreso.

"Me agrada", dijo la rubia y luego deposito un travieso beso en su cuello.

"La pequeña dormirá en la cuna, ¿O tienes algún inconveniente con que comparta habitación con nosotros?"

"Ninguno, sin embargo no sabía que los bebés te gustaban tanto"

"Los bebes son lindos", replico la violinista.

"Tienes razón, y pensar que hace algunos días esta niña no solo para nosotros representaba una terrible amenaza"

"Para fortuna nuestra eso ya termino y tan solo es un mal recuerdo"

"Si, pero... aún así ella sigue siendo la reencarnación de la deidad de la destrucción, es cuestión de tiempo para que de nueva cuenta vuelva a despertar y...", Haruka intento decir.

Michiru negó con la cabeza y fijo su mirada en la de la pelinegra, quien con evidente vigor se aferraba a su biberón; "Tienes razón, tarde que temprano volverá a ocurrir, sin embargo creo que esta vez será diferente, y la prueba de ello es que en lugar de dar silencio a todo, nos ayudo a vencer al enemigo... sin duda hubo algo en ella que influyo para que decidiera cambiar de parecer"

"¿Crees que se debió a su amistad con Chibiusa?", pensando en lo acontecido durante los días pasados, Tenoh cuestiono.

"Muy probablemente si, aunque también puedo decir que se debió a que desde que nació la Tierra es su hogar, cosa contraria a nuestro reino en la luna, que era un lugar totalmente desconocido para ella"

Pensativa la rubia se quedo un momento; "Es cierto, creció lejos de el reino de la luna, lejos de cualquier apego hacia su origen. Quizás por eso no tuvo ningún deparo en terminar con todo"

"Haya sido como haya sido, gracias a su noble sacrificio ahora todos tenemos una nueva oportunidad", la aguamarina respondió.

"Cierto... aunque no me hace sentir menos culpable", desviando la mirada en voz muy baja murmuro.

"Lo mismo me sucede, pese a todo juramos terminar con ella. Será mejor que olvidemos lo sucedido y a partir de hoy nos centremos en cuidar de ella. Muy mala fue su suerte al quedarse sola con ese hombre que le toco por padre, ahora solo nos tiene a nosotras"

"Sin duda el profesor Tomoe era un ser despreciable al que solo le importaban sus experimentos. Los cazadores de la muerte no se equivocaron al hacerlo parte de sus terribles maquinaciones"

"Cuanto haya sufrido ya quedo en el pasado, ahora nosotros tres nos encargaremos de ser esa familia que merece"

"Tienes razón", Haruka expreso y luego rió un poco.

"¿Ocurre algo, mi amor?"

"No, no es nada. Es solo que he recordado algo muy gracioso", expreso y luego su risa se volvió abierta, más no escandalosa, atrayendo con ella la atención de la niña.

"¿Qué cosa?", pregunto la mujer.

"Los siento, es que recordé la maleta de Setsuna. Cuando se cayo se abrió y alcance a ver su ropa interior"

"¡Dioses, Haruka!, no seas tan infantil. Muchas veces has visto la mía y no te has reído así", tomando a la pelinegra en sus brazos, la acuno un poco.

"Lo sé, Michiru, pero no me imagine que la suya fuera tan... pequeña"

Ante sus palabras la violinista frunció el entrecejo, fingiendo así una mueca de molestia; "Será mejor que olvides lo que viste e imaginaste, porque conociéndote estoy casi segura de que lo hiciste. Porque de lo contrario ella podría escucharte y en castigo enviarte a cuidar las puertas del tiempo"

"¿Lo permitirías?"

"Por supuesto que no, aunque podría ceder para que aprendas la lección", con tono serio la violinista expreso.

"Y si lo hace, ¿Me visitaras?"

"No tienes que preocuparte, lo haré muy a menudo", riendo dijo la aguamarina.

Si, habían decidido marchare lejos para iniciar de nuevo y disfrutar de su cariño como en esa otra vida no pudo ser, pero ¿Cuanto tiempo vivirían en esa tranquilidad sin que un nuevo enemigo decidiera atacar?


Notas de autor;

La próxima semana daré inicio a la nueva historia, así que puede que no actualice esta.

Michelle; Es comprensible, aunque más bien lo hizo para seguir experimentando. Lo gracioso es que nunca imaginaron que ella era la reencarnación de Sailor Saturn.

Kiohmaru; Y las travesuras que Haruka muy seguramente también le ha de hacer xd.

Isavellcota; Es verdad, solo imagina la cantidad de cosas (buenas y malas) que atreves de los siglos Setsuna ha tenido que atestiguar desde las puertas del timpo.