Estos personajes no me pertenecen, como todos saben, es posible que a lo largo de la historia ponga algún personaje creado por mi, pero de momento todos pertenecen a la autora de CCS
Fic de CCS
Amor entre príncipes
Capítulo 2.
-Vamos, esto no es nada, en la vida te pasarán otras cosas peores –dijo Shaoran separándose de la chica-. ¿Sabes? Estás más linda cuando sonríes.
Una vez dicho esto, el chico se alejó de los jardines subiendo a la que seria su habitación en el reino Kinomoto.
-Shaoran tiene razón, no debo dejar que este sentimiento se apodere de mi, no pienso enamorarme jamás, así no sufriré por ningún hombre.
Al día siguiente
Todos se encontraban reunidos en el comedor disfrutando de un excelente desayuno. Los más jóvenes habían decidido salir esa mañana a montar a caballo, y así lo hicieron, después de acabar el desayuno, Sakura, Tomoyo, Meiling y Shaoran se dirigieron a los establos.
-Yo montaré a Kero –dijo la princesa señalando su caballo preferido de pelo dorado.
-Pues yo montaré a Spinel –añadió Tomoyo decidida y agarrando una silla de montar que colocó sobre un caballo de tono oscuro.
-Ustedes pueden decidir entre esos de ahí –Sakura señaló un grupo de caballos y los dos chinos se dirigieron hacia ellos.
Un rato más tarde los cuatro jóvenes, a caballo, salieron a pasear por un bosque que había cerca, a Sakura le encantaba y muchas veces hacía que Tomoyo la acompañara. Se sabía el camino de memoria, y nunca se perdía.
En el interior del bosque todos observaban las diferentes flores y todos los animales. En ese momento, un pequeño ratón apareció delante de Spinel, que se asustó y empezó a ponerse nervioso, Tomoyo perdió el control del caballo, que, asustado comenzó a correr. Sakura se asustó, inmediatamente los otros tres siguieron a Spinel por el bosque, ya llevaban un rato corriendo cuando vieron a Spinel solo comiendo hierba tranquilamente. La princesa se desesperó y apretó aún más el ritmo de su caballo. Cuando estuvieron junto al oscuro caballo, bajaron de los suyos y a los amarraron al mismo tronco que Spinel. Empezaron a buscar a Tomoyo por todos lados hasta que Meiling vio dos figuras al pie de un árbol.
-Allí hay alguien –avisó la chica llamando la atención de los otros dos.
Sakura se acercó corriendo y pudo ver a Tomoyo inconsciente tumbada sobre un chico de gafas, ojos azules y sonrisa misteriosa que se encontraba apoyado en el árbol.
-Hola –saludó el joven chico-. ¿Es amiga tuya?
-Si..., algo le pasó a su caballo.
-No te preocupes, ella está bien, solo se dio un golpe al caer –añadió sonriendo-. Eriol Hiragizawa –dijo tendiéndole una mano a Sakura.
-Sakura Kinomoto –respondió ella estrechando la mano del chico con una sonrisa.
-¿Sakura Kinomoto? ¿La princesa? –preguntó Eriol sorprendido.
-Así es.
-Mis disculpas, alteza, no debí tratarla así.
-Oh, no tienes porque disculparte, me gusta que me traten normal, sin todas esas formalidades.
-Gracias, señorita Sakura, así lo haré.
-Simplemente Sakura, nada más –finalizó ella feliz.
-¿Y a nosotros nadie nos presenta? –intervino Meiling en tono molesto.
-Oh, lo siento –se disculpó Sakura-. Ellos són Shaoran Li y Meiling Li, mi prometido y su prima.
-Un placer, Eriol Hiragizawa –contestó el chico estrechando la mano de ambos primos.
En esos momentos, Tomoyo se empezó a despertar y quedó algo sonrojada al verse tumbada sobre un chico tan apuesto como era Eriol.
-Siento haberle causado molestias señor... -empezó a decir Tomoyo.
-Eriol, solo Eriol –añadió el chico-. ¿Y tu eres...?
-Tomoyo, solo Tomoyo –dijo la joven con una gran sonrisa al imitar a Eriol.
-Debo decir que estoy encantado de conocer a una joven señorita tan hermosa como tu –dijo el chico.
-Oh, vamos, solo tengo once años.
-Tienes razón, la verdadera belleza se mostrará más adelante –añadió-. Debo irme.
-¿Volveremos a vernos? –preguntó Tomoyo esperanzada.
Como única respuesta Eriol le lanzó algo a la chica de mirada azulada, algo que solo ella pudo ver, antes de montar sobre su caballo y partir en dirección contraria a los otros cuatro.
-¡¡¡Sakura!!! ¡¡¡Tomoyo!!! –gritaba Meiling alegre corriendo hacia ellas.
-¡¡¡Meiling!!! –exclamaron las otras dos.
-Oh, Meiling, que alegria volver a verte –dijo Sakura abrazando a su amiga.
-¿Lista para otro verano juntas? –preguntó Meiling con una amplia sonrisa.
-¡Claro! –respondió Tomoyo alegre.
-Lo pasaremos bien –añadió Sakura agarrando a Meiling y empezando a caminar hacia palacio seguida por Tomoyo.
Cruzaron pasillos y subieron escaleras hasta llegar al dormitorio de Meiling.
-¡Hey, chicas! ¿Qué os parece una tarde de compras? –preguntó la china sentadose sobre su cama.
-Lo siento, yo no puedo, debo acabar los vestidos para el baile –respondió Tomoyo algo triste.
-¿De verdad no puedes venir? –preguntó Sakura.
-No... El baile es mañana por la noche, debo acabar los tres vestidos. Pero ustedes pueden ir, así podrán comprar algunos complementos.
-¿No te importa? –interrumpió Meiling.
-¡Claro que no!
-Bueno, pues nos vamos –finalizó Sakura.
-Hasta pronto, y pásenlo bien –se despidió la chica de melena larga y oscura.
Llevaba cerca de dos horas encerrada en sus aposentos de palacio, por fin había acabado el vestido de Sakura, pero aún le quedaban el de Meiling y el suyo propio.
-Si no salgo a tomar el aire moriré ahogada –dijo Tomoyo en voz baja.
Y así lo hizo, estiró el hermoso vestido de Sakura sobre su cama y dejó sus herramientas para coser sobre la silla donde había estado sentada.
-Oh, no puedo salir así –pensó observando el cómodo camisón que se había puesto para coser. Sacó un vestido de su armario y se lo puso, era normal y de color azul oscuro, no tenía mucho decorado y podía pasar perfectamente como una chica cualquiera del reino- Así mejor, de todas formas, solo voy a los jardines.
Bajó las escaleras y atravesó los numerosos pasillos del palacio. Por fin, y tras un largo recorrido llegó a los jardines, eran sobre las cuatro de la tarde y el sol iluminaba todo el césped. Se tumbó durante unos diez minutos, pero de golpe, sintió algo que hizo que se levantara y se llevara una mano a su cuello tocando una medalla de oro, donde un medallón en forma de corazón descansaba en su pecho. Era el medallón que Eriol le dio cuando tenía once años, ahora, cuatro años después, seguía acordandose del joven educado que una vez la ayudó, no lo había vuelto a ver desde entonces, pero recordaba su rostro como el mismo día en que lo conoció.
-Creo que ya he descansado bastante, subiré a terminar el vestido de Meiling –suspiró Tomoyo.
-¡¡¡Tomoyo!!! ¡Ya volvimos! –gritó una enérgica Meiling que entraba en los aposentos de la chica de mirada azulada seguida de la princesa Sakura.
¡Hey! Se quedó dormida –dijo Sakura entrando en la habitación y viendo a Tomoyo sentada en el suelo y con la cabeza acostada en la cama sobre el vestido que llevaría Meiling al baile de la noche siguiente.
-¿Meiling? ¿Sakura? ¿Ya regresaron? –preguntó Tomoyo-. Oh, no. ¡Me quedé dormida! Lo siento –se disculpó.
-No debes disculparte, seguro que esta noche no dormiste mucho y te quedaste levantada hasta bien tarde –dijo una comprensiva princesa como respuesta.
-Bueno, eso no importa ahora –dijo Meiling con una amplia sonrisa- ¡Ya compremos las máscaras!
-¿De verdad? –preguntó Tomoyo sorprendida.
-Ajá –contésto la china sacando tres mascaras blancas con decoradas por los bordes con distintos colores-. Son estas.
-¡Genial! ¡Harán juego con los vestidos! Veamos... -dijo pensando mientras miraba las máscaras-. Esta será para Sakura –señaló una de las máscaras de color rosa-. Esta para ti, Meiling –señaló una decorada en tonos rojos-. Y esta me la quedaré yo –finalmente, señaló la última de las máscaras en tonos azulados.
-Quedarán perfectas con los vestidos –dijo la princesa emocionada.
-Quizás deberíamos dejar sola a Tomoyo para que se acueste un rato antes de la cena, debe estar cansada –intervino Meiling.
-¡Buena idea! Nos vemos en la cena, Tomoyo, hasta luego –finalizó la chica de pelo largo y ojos verdes.
Sin dejar responder a Tomoyo, Sakura y Meiling salieron de sus aposentos y se dirijeron al dormitorio de la princesa para dejar las bolsas de compras que llevaban.
-¡Acabé! –dijo una chica aliviada.
-¿Nos los podemos probar? –preguntaron Sakura y Meiling a Tomoyo.
Tras varios días de trabajo, Tomoyo había conseguido hacer los tres vestidos para el baile de máscaras que tendría lugar ese mismo día por la noche. Los tres eran muy parecidos, con varios capas de tela en diferentes tonos de color y algunos bordados con diamantes y otras piedras preciosas, eran muy sencillos, precisamente como a ellas les gustaba, el más cargado era el de la princesa, ya que su puesto era superior, pero Sakura no había querido en ningún momento cargar todos esos diamantes.
-¡Claro! –exclamó Tomoyo emocionada.
Las tres chicas se cambiaron, y minutos más tardes todas tenían puestos sus vestidos de baile, sin duda, la chica morena había hecho un gran trabajo, se ajustaban perfectamente a sus pechos y cinturas.
-¡Se ven soñadas! –decía Tomoyo con estrellas en los ojos mientras observaba a las otras dos chicas.
-¡Son muy hermosos! ¡Gracias Tomoyo! –exclamaba Sakura.
-¡Seguro que esta noche lo pasaremos bien! –gritaba Meiling.
-¡Vamos, Sakura! ¿Por qué siempre eres la última? –preguntaba Meiling desesperada junto a la puerta del dormitorio de la princesa.
-¡Ya voy! –gritaba ella desde dentro.
-No tiene remedio –suspiraba Tomoyo junto a Meiling.
-¡Estoy lista! –dijo la princesa saliendo por la puerta.
-Creo que el esfuerzo valió la pena –dijo la china en tono sarcástico.
-¡Sakura te ves muy hermosa! –exclamó su amiga
Sakura comenzó a sonrojarse ante lo dicho por Tomoyo.
-Gracias –dijo con una amable sonrisa.
-Bueno, va, bajemos a cenar, con un poquito de suerte aún no habrán empezado.
Durante la cena, las tres chicas hablaron y rieron tanto como quisieron, a petición de la princesa, el rey había dejado que se sentaran en una de las mesas normales, como el resto de los invitados, Sakura no quería estar en la mesa real, allí no podría estar con sus dos amigas y se aburriría.
-¿Entonces crees que Shaoran no se ha enamorado nunca? –preguntó Sakura interesada.
-Juraría que no –respondió Meiling-. Siempre a sido frío con todo el mundo. ¿Por qué tanto interés "princesa"?
-No me llames así. No tengo nada de interés, simplemente era curiosidad. Tomoyo -dijo la ojiverde examinando a su amiga-, ¿que es eso que siempre llevas colgado al cuello?
Tomoyo se llevó una mano a la parte de su cuerpo indicada por Sakura y pudo notar la cadena de oro.
-Pues..., un regalo –respondió ella.
-¿Quién te la regaló? –intervino Meiling examinando la cadena y sacando el medallón del interior de su vestido.
-Eriol Hiragizawa –dijo Tomoyo, en ese momento, y sin poder evitarlo, una sonrisa asomó en su rostro, las otras dos no pudieron evitar soltar una pequeña risita al observar la reacción de su amiga.
-Es muy apuesto, ¿verdad? ¿Lo has vuelto a ver? –preguntó Sakura.
-No he podido, sólo lo vi aquella vez en el bosque.
Las chicas siguieron conversando animadamente mientras tomaban una taza de té, sin saber que, en unas mesas más atrás, dos chicos las observaban.
-¿Es hermosa, verdad? –dijo un chico de pelo rebelde y color marrón haciendo despertar al otro que miraba embobado hacia la mesa de la princesa y sus amigas.
-Si... -respondió él.
-¿Es la primera vez que la ves después de cuatro años?
-No..., muchas veces la vigilo de lejos, cuando va montada a caballo hacia el lugar donde nos conocimos, le gusta dibujar allí, creo que nadie lo sabe, se pasa horas observando el cielo...
-Y tú observándola a ella, ¿verdad, Eriol?
-Oh, vamos. Dejemos el tema, pronto empezará el baile.
-¡Eriol! –dijo otro chico caminando hacia ellos.
-Ah, hola. Shaoran, te presento a Yamazaki, Yamazaki este es Shaoran Li, el prometido de la princesa Sakura.
-Un gusto conocerte –dijo Yamazaki animadamente.
-Lo mismo digo –dijo alargando su mano para que el recién llegado la estrechara.
-En estos momentos dará comienzo el baile que se celebrará en la segunda sala de baile –se abrió una puerta grande en una extremo del salón-. Por aquí por favor –finalizó uno de los soldados que vigilaban y señalando la gran puerta que acababa de abrirse.
Las chicas entraron a la sala de baile y se quedaron quietas en un rincón, no tenían pareja de baile.
-Si mi primo estuviese aquí... -suspiraba Meiling.
-¿Para que quieres a tu primo? –preguntó Sakura.
-Para no aburrirme tanto.
Tras la sonrisa de las tres, vieron como unos chicos se acercaban, todos llevaban las máscaras puestas y sólo ellos sabían la verdadera identidad de las chicas.
-¿Me concede este baile, señorita? –preguntó uno de ellos a Tomoyo.
Tomoyo duró unos momentos y miró a sus dos amigas, pero tras ver que ellas la animaban a salir a bailar, ella aceptó la invitación del chico y se dirigieron a la pista de baile.
-¿Te gustaría bailar conmigo? –preguntó otro a Meiling.
-¡Claro! Lo siento, Sakura, volveré pronto –dijo Meiling retirándose también con el chico.
-Nos quedemos solos –suspiró el otro chico.
Aquella voz le resultaba muy familiar, la conocía, pero no sabía de que.
-Si..., ¿no te gusta bailar? –preguntó Sakura.
-No mucho.
-Lástima.
-¿Por qué, a ti si?
-Pues si –respondió Sakura algo cortada.
-Pues vamos a bailar, si te parece bien.
-¿En serio? –el chico asintió-. ¡Genial!
Ambos se dirigieron hacia la pista de baile, donde pudieron ver a Meiling con su pareja.
-¿Me puedes decir tu nombre? –preguntaba Sakura intrigada.
-No, si no, no tendría gracia llevar las máscaras puestas.
-Tienes razón..., pero me incomoda un poco no saber con quien estoy bailando.
-Lo entiendo –dijo el chico agarrando a Sakura por la cintura para empezar a bailar.
-¿Bueno, que, piensas decirme tu nombre algún dia? –preguntó Meiling empezando a enfadarse.
-Si te pones así... Mi nombre es Takashi Yamasaki.
-No lo había sentido nunca. Meiling Li, un placer.
-¿Tu eres la prima de Li? –preguntó Yamasaki
-Si, ¿de que lo conoces?
-¿Eh? Ah, no, de nada.
-Bien... -dijo Meiling sospechosamente y dando por acabada la charla.
Notas de la autora:
Bien, listo el segundo capitulo, espero que les vaya gustando.
Ya se, ya se, olvidé la escena de Tomoyo y su acompañante, lo siento, pero tenía que cortar aquí. Pronto el próximo capítulo.
Bueno, Ann-Qu, aquí tienes alguna escena de 15 o 16 años, recuerda que las chicas ahora tienen 15 y los chicos 17.
En el próximo capítulo agradeceré uno por uno a los que me envian reviews, ya saben, una pequeña dedicatoria.
Sango-chan95
