Estos personajes no me pertenecen, como todos saben, es posible que a lo largo de la historia ponga algún personaje creado por mi, pero de momento todos pertenecen a la autora de CCS


Fic de CCS

Amor entre príncipes

Capítulo 3.

Tomoyo y su acompañante estaban fuera de la pista, en los jardines, habían decidido salir, ya que, a la chica no le gustaba mucho bailar.

-¿Me dirá su nombre, noble señor? –preguntó Tomoyo mirándolo a través de su máscara.

-No lo se..., lo pensaré.

-¿Desea dejarme con la curiosidad?

-Por favor, trátame de igual a igual, ¿si? No es que quiera dejarte con la curiosidad, es que no se si debo decírtelo.

-¿Te conozco?

-Si, es posible, pero seguramente no me recuerdes.

En ese momento, el chico de ojos oscuros se fija en la cadena de oro que la chica lleva puesta sobre su cuello.

-¿De donde hassacado esa cadena?

-Es un regalo -respondió Tomoyo-. Es algo muy especial para mi, lo llevo puesto desde que tenía once años.

-Te queda muy bien.

Ante el comentario del chico, Tomoyo se sonrojó. Eran cerca de las doce de la noche, a esa hora, todos los del baile deberían quitarse las máscaras, justo después de que las campanas sonaran.


-Gracias –respondió ella tímidamente.

-¡Hey! ¡Las campanas! ¡Vamos quítate la máscara! –exclamó Meiling al escuchar sonar las campanas que indicaban el final del baile.

-Lo haré si tú lo haces.

-Muy bien... -dijo la chica resignada-. Los dos a la vez... 1... 2... i... ¡3!

Ambos se quitaron las máscaras dejando ver sus rostros al descubierto.

-¡Hey! Eres muy guapa –dijo Yamasaki.

-Gracias –respondió Meiling con aires de superioridad.


-Es la hora, debemos quitarnos las máscaras –dijo Sakura en tono firme.

-Muy bien –respondió su acompañante.

Sakura se quitó su máscara dejando ver su bello rostro y sus preciosos ojos verdes.

-Es tu turno.

El chico dejó escapar un suspiro segundos antes de deshacerse de la máscara para dejar su cara al descubierto.

-¿Shaoran? –preguntó Sakura confusa.

-Si, soy yo, espero no haberte decepcionado –dijo Shaoran en tono serio.

-Para nada. ¿Te apetece bailar la última pieza? –preguntó la princesa.

Ante la afirmación del chico, ambos empezaron a bailar la que seria la última canción de esa noche.


-¿Nos quitamos las máscaras? Ya pasaron las doce –dijo Tomoyo aún en el jardín.

-Si..., aunque antes quisiera hacer una cosa que no me atrevería a hacer si no tuviese esta máscara.

Ante la respuesta del chico, Tomoyo quedó algo sorprendida. No sabía que podía ser aquello de lo que le hablaba. Inesperadamente, y sin poder hacer nada, él acercó su rostro a la chica y le dio un rápido pero tierno beso en los labios. Tomoyo, aún sorprendida y sin saber porqué, correspondió el beso, ciertamente se sentía muy segura entre los brazos de aquel joven que apenas conocía.

-¿Qué hice? –gritó Tomoyo sorprendida tras separarse del chico-. Esto no me lo perdonaré nunca, se supone que yo solo pensaba en una persona.

-¿Y se puede saber quien es la persona especial en la que piensas? –preguntó el chico intrigado.

-La que me dio este medallón –dijo cogiendo entre sus manos el corazón que colgaba de la cadena-. Creo que nunca más volveré a verla.

-Pues yo creo que si –dijo el chico haciendo que Tomoyo volviese la mirada hacia él. Se quitó la máscara y sus ojos oscuros pudieron ser contemplados por la asombrada joven.

-E... E... ¡Eriol! –exclamó Tomoyo sonrojándose muchísimo.

-Hola querida Tomoyo –dijo el joven con una sonrisa especial dedicada a la chica.

La chica aún no podía creerse lo que contemplaban sus ojos, tanto tiempo soñando con su reencuentro con el chico, tantas cosas que debía contarle, pero ahora no sabía que decir, que hacer, estaba totalmente paralizada por la sorpresa y... lo peor era que... ¡se habían besado!

-Lo siento –dijo el chico apenado.

-¿Qué es lo que sientes? –preguntó la chica saliendo de su trance.

-Pues... Haberte besado... Fue un impulso, de verdad, lo lamento.

-No importa.

-¿Podrás perdonarme?

-Claro –dijo Tomoyo con una sincera sonrisa en su rostro.

-Debo irme.

-¿Tan pronto?

-Si –respondió Eriol algo triste.

-¿Nos veremos pronto? –preguntó la joven.

-Cuenta con ello –dijo él como única respuesta antes de salir de palacio pasando por los enormes jardines.

-En verdad espero que sea pronto –suspiró antes de volver al baile con su amiga Sakura.


-¿Y bien, quien resultó ser tu pareja de baile? –preguntó la princesa intrigada.

-Pues no lo conocia, se llama Takashi Yamasaki. ¿Y tu joven pretendiente? –Meiling hablaba con Sakura mientras tomaban un té en la compañía de Tomoyo que permanecía callada.

-No lo adivinarás –dijo Sakura con una sonrisa.

-¿Alguien de la corte? –la princesa negó con la cabeza-. ¿Un desconocido? –la otra chica siguió negando-. No se... ¿tal vez tu hermano o alguien de la familia?

-Oh, no, claro que no.

-¿Entonces con quien estuviste anoche en el baile? –preguntó la morena aún mas intrigada que antes y casi dandole una orden a la castaña.

-Con Shaoran Li –dijo con aires de superioridad la joven.

-¿Con mi primo? ¿En serio? ¡¡¡Pero si odia bailar!!! –dijo Meiling emocionada.

-Pues no lo hace tan mal –dijo sonriendo.

-Debió haber aprendido hace poco –dijo Meiling pensando.

Habían estado hablando tanto rato que no se dieron cuenta de que Tomoyo seguía sin hablar.

-¿Y tu acompañante? –dijo la china mirando a Tomoyo.

-¿Me hablabas? –preguntó distraída Tomoyo como respuesta.

-Pues si, Tomoyo, llevas un día muy raro, pasas el tiempo en la cuarta dimensión.

-Lo siento –se disculpó ella en tono apenado.

-Bueno, te pregunté que quien era tu acompañante de ayer.

Ante la última frase de Meiling, la chica se sonrojó, no podía evitarlo, todos los temas de conversación la hacían pensar en Eriol, y al pensar en él, un ligero sonrojo hacia acto de presencia en su rostro.

-¿Qué te hizo sonrojar, Tomoyo? –preguntó una divertida Sakura.

-Oh, vamos, ¿con quien estuviste en el baile?

-Con... con... -decía la de ojos azules sonrojandose aún mas-. Con Eriol.

Sakura y Meiling quedaron asombradas mirandose ambas y luego dirigiendo una sorprendida mirada a Tomoyo.

-¿Con el chico que te ayudó cuando tenías once años? –se sobresaltó la princesa.

-Ajá, ese mismo.

-Entonces... ¿fue él quien te dio el medallón que siempre llevas contigo? – siguió la china empezando a comprender.

Tomoyo simplemente asintió. Sabía que algo de ese tranquilo chico la atraía, llevaba ahora cuatro años pensando en él, nunca pudo olvidarlo, ni a él, ni a sus hermosos ojos oscuros y su misteriosa sonrisa.


-¿Falta mucho?

-Sakura, llevamos bastantes años viniendo aquí, creo que ya deberías saberte el camino de memoria –respondió su hermano en su siempre tono de burla-, espero que un monstruo no se pierda fácilmente.

-¡¿A quien llamaste monstruo?! –gritó Sakura levantándose del cómodo carruaje que esta vez llevaban.

-Sakura, Touya, estamos a punto de llegar, por favor, no empiecen de nuevo –dijo el rey con calma.

-Encima de que no me dejaron ir a caballo con Tomoyo, Touya no para de molestarme –murmuraba enojada una joven de 16 de cabello castaño, hasta la cintura, ojos verdes y deslumbrante figura.

Llegaron frente a una enorme reja que guardaba un hermoso jardín y más adentro, tras las grandes fuentes que decoraban la entrada, un enorme palacio blanco deslumbraba riqueza por todas sus ventanas y balcones.

Una chica de unos 16 años, con dos colas largas y ojos de un tono rojizo corría a recibir a la joven Sakura y a su acompañante Tomoyo.

-¡Sakura! ¡Tomoyo! –gritó lanzándose sobre ambas al mismo tiempo haciendo que las acabaran en el suelo. Las tres empezaron a reír felices al encontrarse de nuevo.

-¿Nadie quiere recibirme a mi? –dijo un chico bajando de un caballo junto al carruaje del reino Kinomoto.

-¡Yamasaki! –gritó Meiling levantándose para recibirlo.

Mientras todo esto ocurría, desde una de las ventanas, un chico de mirada castaña y pelo del mismo color, observaba la escena, sin poder evitarlo, una sonrisa apareció en su rostro, llevaba años sin poder sonreír como lo hacia ahora.

-Sin duda se ha vuelto muy hermosa –dijo el chico observando a la princesa que ayudaba a Tomoyo a levantarse.

El chico se levantó del sillón donde estaba sentado y se dirigió hacia el balcón que tenía más cerca, el de su propia habitación, abrió la puerta con cuidado y una vez allí, se apoyó sobre la baranda. Fue entonces cuando la joven se dio cuenta de la presencia del chico, y sin vergüenza alguna, lo saludó sacudiendo su brazo. Ante este gesto, el chico se sonrojó "levemente". Todos se le quedaron mirando tras la escena de la princesa, así que el chico entró de nuevo en su habitación. Segundos más tarde, alguien llamaba a la puerta de sus aposentos.

-Adelante –dijo el chico volviendo a su normal tono de voz.

-Joven Li, los Kinomoto ya llegaron, su madre, la reina, deseaba saber si bajará a comer –dijo una criada entrando en el dormitorio.

-Si, claro, dígale que bajaré enseguida –respondió el chino.

-Muy bien, alteza, como usted desee –finalizó ella retirándose a la cocina.

El chico se tumbó en su cama unos momentos antes de que volvieran a llamar.

-¿Quién es ahora? –preguntó molesto.

-Soy Sakura, ¿puedo entrar? –se oyó detrás de la puerta.

-Pasa –dijo el chico levantándose y poniéndose en pie ante la puerta.

-Hola... -dijo la chica tímidamente abriendo la puerta.

-Hola –respondió él.

-¿Cómo estás, Shaoran?

-Bien, gracias, ¿tu como te encuentras? –dijo Shaoran empezando a bajar su molesto tono de voz.

-Bien, también –dijo sonriendo-. Me alegro de volver a verte.

-Yo también me alegro de verte.

-¡Hey! ¿Has oído lo que acabas de decir? ¡Eso no es propio de Shaoran Li, me lo han cambiado! –dijo Sakura divertida.

-No es nada, simplemente, creo que es mejor que trate a la gente de mejor modo.

-En eso tienes toda la razón –dijo la princesa Kinomoto asintiendo infantilmente. A pesar de tener 16 años, seguía teniendo el carácter de la niña que conoció.

-Gracias –dijo Li dejando ver una sonrisa.

Sakura se sonrojó al ver al chico sonriendo. Tenía una sonrisa maravillosa, no comprendía porque nunca la mostraba. Se quedó paralizada durante unos momentos hasta que una voz interrumpió sus pensamientos.

-¿Bajamos a comer? –preguntó el chino.

-¡Claro! El viaje me hizo abrir el apetito –respondió Sakura saliendo de su trance.


Notas de la autora:

Wolaaa!!! Esta vez hice el capitulo más corto, ya lo se, pero estuve castigada varios días y no pude escribir, pensaba publicarlo el fin de semana y ya voy con tres días de retraso. En verdad lo siento. Bueno, me gustaría agradecer a:

Karlawatery: gracias por tu review. En verdad yo tengo 13 años, pero soy de España, así que no somos paisanas . Gracias por preocuparte, y espero que los fines de semana puedas leer nuevos capis.

chouri: muchas gracias por tu review, en verdad, queria empezar a escribir que shaoran de enamora de sakura a partir de esta edad, de todas formas espero que se vaya notando, muchas gracias y sigue leyendo.

AGUILA FANEL: Muchas gracias, intentaré actualizar más pronto, pero ya se sabe... No tengo tanto tiempo como desearia tener. Gracias de nuevo.

yorokobi: Gracias por tu review, este también me gustó. En verdad me gustan todos. Gracias tambien por decir que no se nota que es el primero que hago, me aliviaste. Espero que tu tambien sigas bien.

Bueno, creo que no me olvidé a nadie, gracias a todos ellos y a las personas que no me enviaron reviews pero leen la historia, gracias de nuevo. Nos vemos en el proximo cap.

Sango-chan95