Estos personajes no me pertenecen, como todos saben, es posible que a lo largo de la historia ponga algún personaje creado por mi, pero de momento todos pertenecen a la autora de CCS
Fic de CCS
Amor entre príncipes
Capítulo 4.
Todo transcurrió normal aquel día, y cuando llegó la noche decidieron acostarse temprano, ya que, los Kinomoto estaban cansados tras el largo viaje. Los Li buscaron una habitación para Yamasaki, y Meiling durmió esa noche en el cuarto que utilizaba cuando era niña para no tener que pasar la noche en su "aburrida" casa.
-¿A dónde iremos hoy? –preguntaba una acalorada Sakura mientras tomaban un refresco en el jardín.
-Pues... no lo se –respondía Meiling de igual modo.
-Podríamos ir al río a refrescarnos –dijo un chico sentado junto a ellas. Meiling quedó exageradamente impresionada.
-Shaoran... ¿que te ha pasado? Normalmente no eres así...
-Hicimos un pacto –contestó la princesa en lugar del chico.
-Exacto –siguió él-. Yo debo ser más amable con la gente y Sakura hará lo que yo quiera.
-¿Entonces vamos al río? –preguntó otra chica interviniendo en la conversación.
-¡Si! –dijeron las otras chicas levantándose animadamente.
Sakura, Meiling, Shaoran, Tomoyo y Yamasaki, que acababa de llegar, fueron juntos al establo para coger los caballos y bajar al río a refrescarse.
Tras montar durante un rato, pudieron distinguir el río entre el verdoso paisaje.
-Avancemos un poco más –dijo Meiling a su primo que iba el primero.
Los chicos siguieron avanzando por el bosque hasta llegar a un tramo del río donde el agua era transparente.
-Aquí el agua es más clara –dijo Li Shaoran bajando de su caballo.
-¡Vaya! ¿Podemos refrescarnos un poco? –preguntó una emocionada Sakura.
-Claro, a eso vinimos –respondió Tomoyo.
En ese momento, unas voces provenientes del río podían escucharse a través de los arbustos.
-Tal vez sean ninfas –dijo Kinomoto emocionada.
-Vamos, Sakura, las ninfas no existen –dijo Meiling acercandose al lugar de donde provenia la voz.
-Meiling, ten cuidado, podrías lastimarte –dijo Yamasaki preocupado.
-Iré yo –dijo la princesa atravesando los arbustos.
Antes de que nadie pudiese responder, Sakura ya había desaparecido entre la profunda vegetación del lugar donde se encontraban.
-¡Aaaahhh!
-Lo sabía –dijo Shaoran en tono aburrido-. Iré a buscarla.
El príncipe atravesó los mismos arbustos por donde había desaparecido su prometida y siguió avanzando, pero, a diferencia de la princesa, él si vio el enorme agujero que había en el suelo. El chico se asomó y pudo ver a la chica sentada en el suelo agarrándose uno de sus tobillos.
-¡Sakura! ¿Te encuentras bien? –preguntó el chico asustado.
-¿Sha... Shaoran? Si... Si... Estoy bien.
-No te preocupes, voy a sacarte, iré a buscar ayuda.
Sin nada mas que decir, el chico salió corriendo por donde había venido y encontró a sus amigos hablando animadamente.
-Sakura está atrapada, ¿podeis ayudarme?
Momentos despues todos estaban intentando ayudar a Shaoran para sacar a la princesa.
-Yo bajaré a buscarla, vosotros solo teneis que cogerla cuando la levante, ¿ok?
El resto asintió y el chino intentando no caer mal, aterrizó firme junto a Sakura.
-¿Te duele? –dijo el chico señalando el tobillo de la chica.
-Si...
Con algo de dificultad, él pudo cargarla sobre sus brazos y elevarla lo suficiente como para que Yamasaki, desde arriba, pudiera coger a la chica y ponerla a salvo. Seguidamente, tras un ágil salto, Shaoran pudo salir.
-Mejor vamos a casa, volveremos otro día –dijo Meiling viendo la herida de la princesa.
-Será lo mejor.
(Por la noche)
Alguien llamó a la puerta de una cálida habitación pintada de rosa donde descansaba una chica sentada sobre la cama.
-Adelante –dijo en tono amable.
-Hola Sakura, ¿cómo estas?
-Muy bien, Meiling, gracias –respondió Sakura
-Mi primo dijo que se pasaría por aquí –informó la joven de ojos rojizos.
-No lo sabía.
La puerta de la habitación volvió a sonar.
-Adelante –repitió la chica.
-Hola Meiling, hola Sakura –una sonriente Tomoyo entraba en la puerta-. ¿Cómo estas?
-Bien, Tomoyo, gracias por venir.
-De nada.
Estuvieron un buen rato hablando hasta que, uno de los sirvientes del palacio Li las avisó de que la cena estaba lista.
Tuvieron una agradable cena en compañía de las dos familias reunidas. Tras la cena, se quedaron a tomar un té y después, cada uno decidió hacer diferentes cosas por su parte. Mientras Fujitaka, Ieran, Touya, Yukito y Yue se quedaban en el salón, Meiling y Tomoyo fueron a la habitación de la segunda puesto que ambas querían probarse los nuevos vestidos que la chica de ojos azules acababa de hacer, Sakura, por su parte, decidió salir al jardín, mientras que Shaoran y Yamasaki iban a la biblioteca.
-¿Por qué tuvieron que ponerme esta estúpida venda? –preguntaba Sakura en voz alta mientras se sentaba en un banco junto a la fuente.
La chica seguía diciendo que no le dolía, pero de todos modos, le desinfectaron la herida y le pusieron la venda.
-Puedo hacer cosas sola, esto no es nada para mí –decía mientras se levantaba.
La joven no paraba de hacer movimientos bruscos para demostrar que aunque solo habían pasado algunas horas, ella tenía el tobillo perfectamente. Pero en uno de esos gestos, fue a caer al suelo.
Mientras, por la ventana de la biblioteca, un chico la observaba con delicadeza.
-¿Tiene una enorme fuerza de voluntad, verdad? –dijo alguien detrás del chico.
-Si..., pero no es bueno que se exija tanto a si misma, podría hacerse más daño.
-Shaoran, amigo, creo que te preocupas demasiado por Sakura.
-No digas tonterías, Yamasaki.
-Solo digo lo que veo.
-Espérame aquí, voy a buscar una cosa que tengo la habitación.
-Si, claro –susurró Yamasaki, tan bajo que ni el propio Shaoran pudo oírlo.
En el jardín, Sakura seguía cayendo al suelo sin parar, pero no se rendía fácilmente, en la última de sus caídas, la chica se quedó en el suelo.
-Ai... Creo que ahora me duele más... Bueno, es cuestión de tiempo –dijo intentando levantarse y cayendo otra vez.
-Si tuvieras cuidado esto no te pasaría –dijo una voz detrás de ella-. Vamos, te subiré a la habitación, debes descansar.
Shaoran estaba frente a ella y se agachó para cogerla. Una vez cogida, la chica empezó a sonrojarse al ver la intensa mirada del joven tan cerca.
-Puedo ir sola.
-No dejaré que acabes coja.
-A ti no te importaría.
-Claro que si, me importas más de lo que crees, Sakura, mucho más de lo que crees.
Ante la última frase del chico, la princesa se calló de golpe, y notó como sus mejillas cogían un tono cada vez más colorado.
Llegaron a la habitación de la chica, y el príncipe, amablemente la dejó sobre su cama. Afortunadamente, o al menos para Sakura, nadie los vio llegar juntos.
-Gracias por traerme –dijo aún sonrojada y con mirada baja.
-No tiene importancia, pero debes prometerme que no volverás a forzar tu tobillo, ¿entendido?
La joven asintió y se levantó de su cama para acompañar a Shaoran a la puerta, pero él le dio un pequeño empujón para indicarle que se tumbara.
-Es mejor que te acuestes ya.
El chico se inclinó sobre la joven y le dio un tierno beso en la frente.
-Buenas noches, pequeña, que descanses.
Con una sonrisa en el rostro, Shaoran desapareció por la puerta dejando a una Sakura sonrojadísima y con una sorpresa enorme.
-¿Será efecto del pacto que hicimos? No puede haber cambiado tanto –mientras susurraba todo esto para si misma, el chico que la había ayudado, llegaba a su habitación. Abrió la enorme puerta y encontró su habitación de siempre, la de paredes verdes y objetos chinos decorando. Estaba bastante cansado después de aquel día. Tras cambiarse, se tumbo en su cama, aún hecha.
-¿Por qué hice eso? –se preguntaba-. Bueno, de todas maneras solo fue un pequeño beso en su frente... Cualquier hermano haría eso, y yo soy su prometido, no debo pensar más en ello.
Tras un rato, se quedó completamente dormido, estaba muy cansado tras el largo día.
-¡Sakura! ¡¡¡Sakura!!! ¡¡¡SAKURA!!! –alguien detrás de la puerta del dormitorio de la princesa no paraba de llamarla-. Es inútil, llevo así diez minutos. ¿Qué podemos hacer para que despierte? ¿Traer una trompeta?
Meiling no paraba de quejarse, mientras Tomoyo, aburrida, pensaba alguna idea para poder despertar a Sakura.
-¿Qué pasa? –preguntó un chico tras ellas-. Parecen locas gritando tanto.
-Buenos días, Yamasaki –saludó Tomoyo.
-Buenos días.
-¿Dónde está mi primo?
-Estoy aquí, ¿por qué gritan tanto? –dijo un chico de pelo rebelde apareciendo por la puerta de al lado.
-Sakura no despierta y el desayuno está listo desde hace más de media hora.
-¿Le habrá pasado algo? –preguntó Yamasaki angustiado.
-No, Sakura siempre es así –intervino Tomoyo.
-Bien, bajen a desayunar, cuando despierte le enviaremos el desayuno a su dormitorio –ordenó el príncipe.
Todos obedecieron y bajaron al comedor donde ya esperaban el resto de la familia. Pero Shaoran, en vez de bajar junto a ellos se dirigió al dormitorio de su madre y cogió la llave del cuarto que ocupaba la princesa. Acto seguido, encaminó de nuevo el camino y entró en los aposentos de la chica.
La cama estaba hecha y no había nadie en aquella habitación, tras pensar un rato donde podría estar, el chico se asomó al balcón y pudo ver como Sakura paseaba tranquila por el jardín.
-¿No piensas desayunar?
La chica se dio la vuelta asustada.
-¡Shaoran! Me asustaste.
-Meiling y Tomoyo estuvieron casi toda la mañana llamando a tu puerta, ¿por qué no avisaste a nadie de que ibas a salir?
-Pensé que no les importaría –dijo Sakura con una sonrisa.
-¿Cómo tienes el tobillo?
-Muy bien, ya no me duele –dijo animándose-. ¿Iremos a algún lado, hoy?
-Las chicas querían volver a bajar al río, ayer no estuvieron mucho rato.
-Hoy hace incluso más calor que ayer, creo que es buena idea.
-Sakura, ¿crees de verdad que estás bien? –preguntó Shaoran angustiado.
-Perfectamente. Oye creo que el pacto que hicimos está funcionando, ¿no?
-¿Que quieres decir con eso? –preguntó el chico sospechosamente.
-Que últimamente te comportas mejor conmigo y... no se, estás más... cariñoso –ambos empezaron a sonrojarse y, el chino, al notarlo desvió la mirada rapidamente-. Bueno –dijo volviendo a la normalidad-, te debo algo por el pacto, ¿no?
-Si... Ya te lo diré cuando lo haya pensado.
-¡Hey! ¡Parejita! –los príncipes se giraron casi inmediatamente-. ¿Nos vamos al río?
-¡Claro! –dijo Sakura mirando quien los llamaba desde las ventanas del salón, Meiling, Tomoyo y Yamasaki.
-Espero que hoy no tengamos ninguna sorpresa "desagradable" –dijo Meiling en tono irónico.
-Fue un accidente –respondió la princesa desde su caballo.
-Ya, claro.
-¿Crees que me tiré a posta?
-Mmm... No se... Teniendo en cuenta que sabías que mi primo te ayudaría... Creo que querías que el joven príncipe te ayudara –explicaba la chica china.
Sakura comenzó a sonrojarse. Ante tal acto de la chica, Meiling mostró una sonrisa maligna y al mismo tiempo triunfante, la cual pudo notar Tomoyo.
-Basta, Meiling, estamos llegando –dijo el príncipe Li.
-Tienes razón, Shaoran, no es bueno que aparezcan los fantasmas ahora –dijo mientras miraba de reojo a Sakura que se estremeció.
-¿Fa... fa... fantasmas? –preguntó temblorosa.
-Si... ¿No me digas que te dan miedo los fantasmas?
-¿A mi? ¡Oh, vamos! No digas tonterías.
-Hemos llegado, podéis bajar de los caballos.
Ya habían atado los caballos cuando se dispusieron a entrar en el verde paisaje para encontrar el río de aguas claras.
-¡Cuidado Sakura! ¡Un fantasma! –gritó Meiling detrás de la princesa.
Sakura, desesperada se puso a gritar y saltó inmediatamente sobre lo que tenia más cerca, que resultó ser Shaoran, provocando que ambos cayeran al suelo.
-Jajaja. ¿No decías que no te daban miedo? –la chica Li reía como una histérica.
Mientras, ambos príncipes seguían aún tumbados en el suelo. Se levantaron sonrojados y desviaron la mirada.
-¿Vamos? –dijo Tomoyo interviniendo y haciendo que Meiling parase de reír.
-Si, será lo mejor.
Poco a poco y sin ninguna prisa se fueron adentrando en el bosque, Sakura caminaba algo nerviosa y aún muy pegada al chico de mirada castaña. Cuando estaban cerca del agujero por donde había caído la chica de ojos verdes el día anterior, escucharon las mismas voces.
-¿Otra vez? –preguntó Meiling.
-¿Es posible que sean fa... fa... fantasmas? –preguntó la princesa escondida tras el chino.
-No digáis tonterías, vamos a mirar, pero hoy iremos TODOS y con MUCHO cuidado, no quiero más accidentes –dijo Shaoran.
Se encaminaron lentamente entre los arbustos y pasaron con cuidado y ayudándose entre ellos por el agujero, y a través de un pequeño barranco que venía después. Las voces aumentaban con cada paso que daban, todos en silencio parecían atentos. Eran voces agudas, seguramente femeninas. Tras lo que pareció una eternidad, empezaron a escuchar también, el agua del río. Solo las ramas de un árbol, impedían que Meiling, que era la primera del grupo, pudieses descubrir el origen de las voces. Unas chicas se pusieron de pie del susto al ver aparecer a la china seguida por sus amigos.
-¿Quiénes sois? –preguntó la chica Li con curiosidad.
-Sólo somos ciudadanas de una pequeña aldea cerca de aquí, ¿y vosotros?
-Yo soy Meiling, éste es mi primo, el príncipe Li y su prometida –dijo señalando a ambos chicos detrás de ella, a lo que las jóvenes, asombradas, hicieron una exagerada reverencia-. Y estos son Takashi Yamasaki y Tomoyo Daidoji, amigos de la princesa Sakura.
-Un placer, señores –dijo una de ella con dos largas trenzas.
-Mmm... No me gusta que haya diferencias sociales entre nosotros, mejor nos trataremos por igual.
-Yo soy Rika Sasaki –dijo una.
-Yo me llamo Naoko Yanagisawa –dijo otra chica de pelo corto y gafas.
-Es un gran honor conocerles en persona, mi nombre es Chiharu Mihara.
Notas de la autora:
Wola!!!
Ya se que tardé mucho en publicar este capítulo, lo siento, de verdad, esque tuve muchos examenes.
De todas formas espero que les guste.
A partir de ahora intentaré escribir más deprisa.
Bye y gracias a todos por seguir el fic.
