Estos personajes no me pertenecen, como todos saben, es posible que a lo largo de la historia ponga algún personaje creado por mi, pero de momento todos pertenecen a la autora de CCS


Fic de CCS

Amor entre príncipes

Capítulo 12.

-¿Qué quieres decir con eso?

-¿No te lo he dejado claro nunca? Te quiero, Sakura.

-¿Seguro?

-¡Claro! Si no estuviese seguro no te lo diría…

-Vaya… Pues… No se que decir.

-No tienes que decir nada. Sólo bésame.

Tras las cortinas de la biblioteca, dos chicas se daban empujones por ver la escena sin ser descubiertas.

-¿De qué estarán hablando? –preguntaba Meiling -. Aparta, Tomoyo, quiero ver mejor…

-Aparta tu, Mei, ocupas todo el espacio… ¡Hey! ¡Mira eso!

-¡Kyah! ¡Un beso! ¡Sakura está besando a mi primito! ¡Tomoyo! Tomoyooo…

Ambas no paraban de empujarse, perdieron el equilibrio y fueron a parar al suelo causando un enorme ruido y haciendo que la pareja se separase.

-¿Qué estáis haciendo aquí? –preguntó Shaoran acercándose a ellas -. ¿Meiling?

-Sólo… sólo…

-¡Solo estábamos limpiando! –exclamó Tomoyo levantándose del suelo.

-¡Exacto! Estas cortinas están muy sucias... –dijo Meiling rápidamente y ambas salieron corriendo.

-Vaya dos… -dijo Sakura entrando de nuevo a la biblioteca -. ¿Qué crees que estaban haciendo?

-¿No es lógico? Nos estaban espiando.

-Si… Bueno, Shao, me voy a descansar a mi habitación.

-Como quieras. ¿Nos vemos mañana?

-¡Claro!

-Bueno pues… hasta mañana.

Y sin dejar tiempo al chico para reaccionar, Sakura se lanzó a su cuello y lo besó rápida y tiernamente.

-Te amo –dijo subiendo las escaleras.

/-/-/- Al día siguiente /-/-/-

-Buenos días –saludó Sakura a todos los que se encontraban en el comedor ya desayunando. Sonrió tímidamente a Shaoran y se sentó.

-Hola, Sakura. ¿Cómo has dormido? –le preguntó su padre sentado junto a Ieran en la gran mesa.

-Muy bien. Gracias, padre.

-Ieran y yo queremos hablar contigo.

-Oh, claro. ¿Cuándo les va bien?

-Cuando termines de desayunar, en la biblioteca.

-Perfecto.

Sakura acabó de desayunar y se dirigió por el pasillo hacia la biblioteca, pero alguien la paró.

-¡Hey!

-Ah, hola, Shaoran.

-Oye, ¿sabes que es eso que van a hablar contigo?

-¿Qué? Ah, pues no. Pensaba que a ti también te lo habían dicho…

-Bueno… Te dejo, luego me cuentas.

-Claro, hasta luego.

Shaoran le dio un beso en la mejilla y se alejó del lugar. Aquella pequeña conversación había hecho que Sakura empezara a estar nerviosa. ¿Qué sería aquello que tenían que hablar con ella y que Shaoran no sabía…? Sin darse cuenta, y mientras pensaba, había llegado ante la enorme puerta de madera. Llamó dos veces a la puerta y la voz de la reina Li sonó tras ella. La princesa abrió la puerta y observó la escena. Su padre estaba sentado en una gran butaca junto a la reina. Justo delante de ellos, habían colocado una más, al parecer para que alguien recién llegado se situara allí.

-Siéntate, Sakura –dijo su padre señalando la butaca vacía. La chica avanzó con elegancia hacia el lugar indicado y, haciendo antes una reverencia, se sentó en el lugar -. Bien, no se si ya sabes para que te hemos mandado llamar.

-Pues no, padre, nadie me ha dicho nada.

-Bueno, resulta que ayer estábamos en el despacho de Ieran…

-El que da justo al porche de los jardines… -aclaró la reina. Sakura empezaba a estar algo incómoda con aquella conversación.

-Y, bueno… Díselo tú, Ieran.

-El caso es que te vimos con mi hijo, en actitud muy cariñosa.

-Demasiado –concretó el rey.

-Si, así es. ¿Qué tienes que decir a eso, joven Kinomoto?

-Pues… No creo que haya mucho que decir… Ambos ya vieron el resultado… Yo… Yo estoy enamorada del príncipe Li. Ayer ambos nos confesemos nuestro amor.

-¿Mi hijo te corresponde?

-Al parecer sí, majestad.

-Bueno, hija, recuerda que hoy ya es viernes. El domingo volveremos a nuestro reino y debes haber elegido esposo.

-Sí, padre.

-Por eso te hemos llamado. Queremos saber si Shaoran y tú os casareis el año que viene.

-¿Qué? –preguntó Sakura sonrojándose -. Pero… es demasiado pronto…

-Pero ya os avisemos cuando vuestros anteriores compromisos quedaron rotos, así que ya tendrías que tener claro con quien queréis compartir vuestra vida.

-Sí, majestad.

-Bueno, ya sabes, hija, tienes dos días para decidir. No lo olvides.

-No lo haré padre.

-Puedes irte.

-Gracias –Sakura hizo otra reverencia y salió del salón. Fuera, en la puerta que daba paso al jardín, la esperaba Shaoran.

-¿Cómo te ha ido? ¿De que querían hablarte?

-Nos vieron… -respondió la chica agachando la mirada.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Pues… que nos vieron ayer… En actitud cariñosa… Ya sabes…

-¿Qué? –preguntó el príncipe sorprendido -. Pero… ¿Cómo?

-No lo se, el caso es que el domingo nos vamos y ya tendremos que haber decidido pareja. Es muy poco tiempo.

-¿Tu lo tienes claro?

-¿El que?

-¿Tu tienes claro quien quieres que sea tu pareja?

-Pues… -la chica empezó a sonrojarse -. Pues… A mi solo me gusta una persona y… Bueno, no se, prefiero compartir mi vida con una persona que he tenido a mi lado desde los ocho años y que se ha enamorado de mi. Así que…

-¿Quieres casarte conmigo, Sakura?

-¿Eh? –preguntó la princesa mirando impresionada a Shaoran.

-Que… Si quieres casarte conmigo… -repitió el príncipe empezando a sonrojarse -. Ya se que es muy pronto y…

-Si quiero, Shao.

Shaoran levantó la cabeza rápidamente, justo a tiempo para ver como se formaba una sonrisa en el rostro de la chica.

-¿Si?

-Claro.

Ambos se besaron y abrazaron mientras dos figuras adultas observaban por la puerta de la biblioteca y otras dos desde el salón.

-Tenemos boda –susurró Ieran al rey Kinomoto.

-Creo que si…

-¿No se ven lindos? –exclamó Tomoyo en un susurro desde la puerta del salón.

-¡Perfecto! ¡Lo hemos conseguido, Tomoyo!

-Ya pueden salir todos… -dijo el príncipe Li en tono aburrido -. Hace rato que nos espían, ¿cierto?

Los cuatro espías salieron de sus respectivos lugares, a ambos lados del vestíbulo donde se encontraban los príncipes.

-Entonces… ¿Tenemos boda?

-Claro. ¿Acaso lo dudabas, madre?

-¡Me alegro, hijo! Formáis una pareja perfecta.

-Si… Bueno, yo me voy a mi habitación, tengo una tarea pendiente.

-No, no es tu habitación, a partir de ahora la princesa Sakura dormirá contigo, sólo serán dos días pero la pasaréis bien.

-Pero… Madre, es demasiado pronto.

-¡Vamos, Shaoran! Es evidente que ambos se quieren. ¡Deben dormir juntos!

-Por mi está bien… -dijo Sakura sonrojada.

-Pues entonces por mi también.

-¿No es tierno? –preguntaba Tomoyo emocionada.

-Si… Tomoyo… Pero ya cálmate o tendremos que pasar la tarde en el hospital.

-Bueno, me retiro –repitió el príncipe.

-Muy bien primito, no te aburras mucho, ¿eh?

-No, Mei tranquila.

/-/-/- Durante la cena… /-/-/-

-¿Y que, ya prepararon las maletas?

-Meiling… Diciendo eso da la impresión de que los quieras sacar de la casa ya.

-Si, bueno. Pero mañana tendremos que ir a pasear con motivo de despedida, ¿cierto? Así que no podrán hacerlas.

-¿Y a donde iremos mañana? –preguntó Tomoyo situada entre Eriol y Sakura -. ¿Qué tienes planeado, Mei?

-Pues… Sinceramente no lo se, pero seguro que se me ocurre algo…

-Me da miedo cuando esa loca se pone a pensar –susurró Shaoran a Sakura, sentada a su lado.

-¿¿¿Qué fue lo que dijiste???

-Nada especial, ¿cierto Sakura?

-No, nada, Mei, no fue nada –afirmó Sakura sonriendo.

-Se, mas le vale.

-Bueno, yo me retiro ya –anunció Tomoyo levantándose.

-Yo también –dijo la princesa Kinomoto-. Debemos descansar para mañana…

-¡No! –gritó Meiling -. ¡Debéis descansar para lo que tengo preparado para mañana!

-Está bien, Mei –Sakura siguió a Tomoyo a través del vestíbulo y por las escaleras.

-¿Estás nerviosa?

-¿Nerviosa?

-Ajá, hoy será tu primera noche con Li.

-Pues no, es la segunda.

-¿¿¿Qué???

-Así como lo oyes, no es la primera que pasaremos la noche juntos.

-¿Has dormido con Shaoran Li y no me has contado nada?

-Tranquila, además, si no me equivoco… tu has dormido con Eriol y no me has contado nada.

-Ya, Sakura, pero resulta que en nuestra habitación hay dos camas, una para Eriol y otro para mi.

-Oh, ¿y por que en la habitación de Shaoran solo hay una gran cama?

-Bueno… supongo que es para el día que tenga prometida.

-Eso ya lo se, pero me gustaría saber por que en la de Eriol hay dos.

-Ya, Saku, no le des más vueltas –dijo Tomoyo parándose ante su habitación -. Recuerda que ahora tienes que ir a la habitación de tu prometido –añadió con una sonrisa.

-No te preocupes, no se me olvida.

/-/-/- Al día siguiente /-/-/-

-¡¡¡Sakura!!! ¡Vamos, Sakura, llegaremos tarde!

-¿A dónde? –preguntó la chica con voz soñolienta.

-¡Vamos, luego te cuento! Todos estamos listos. ¡Ah! No olvides coger tu traje de baño.

-¿Mi que? –Meiling ya se había marchado, así que la princesa no obtuvo respuesta. Se levantó lentamente y observó, con asombro, que el lado de la cama donde debería haber dormido su prometido, estaba intacto. Aunque ella se había quedado dormida antes de que el joven apareciese por allí, le pareció sospechoso no haberlo escuchado cuando llegó. Se vistió lentamente y bajó a desayunar. Todos estaban ya en la mesa.

-Buenos días –saludó Sakura al entrar.

-Buenos días –respondió Tomoyo vestida con un vestido sencillo y fresco.

-¿A dónde iremos hoy?

-Al río.

-¿Otra vez?

-No hemos podido darnos un baño en condiciones en el río –se excusó Meiling -. Y como el mar queda un poco lejos… Estaremos por aquí.

-Está bien… -admitió la chica.

Tras haber desayunado, Sakura, Shaoran, Tomoyo, Eriol y Meiling, salieron con algunas mochilas donde habían guardado alguna ropa de recambio. La princesa Kinomoto se acercó a Li.

-¿Dónde has dormido?

-En la habitación de los invitados –respondió él -. No quería que pasaras una mala noche por mi presencia.

-Oh. Bueno, no te preocupes. Ya dormimos juntos una noche… ¿recuerdas?

-No lo olvidaré jamás.

-¡Hey parejita! ¡Estamos llegando! –anunció Meiling.

Al llegar al borde del río, todos dejaron sus mochilas alrededor del árbol. Bajo la ropa, llevaban puestos sus trajes de baño, así que solo tuvieron que quitarse la ropa. Meiling fue la primera en hacerlo, seguida por Eriol y Tomoyo. Sakura se sentó bajo el árbol y observó como Meiling tocaba el agua con el pie para comprobar su temperatura.

-¿Tú no te bañas? –preguntó Shaoran acercándose a ella.

-Más tarde. Ahora… No me apetece.

-Eso no puede ser, si no te bañas ahora, luego encontrarás el agua más fría.

-Pero…

-Nada. Yo te ayudo –dijo el chico. Y sin dejar tiempo para reaccionar a la chica, la cogió entre sus brazos y la lanzó al río, de profundidad considerable.

-¡Hey! ¡Está helada! ¿Por qué lo has hecho?

-Ya te lo dije, sólo quería que luego no la encontraras tan fría –dijo Shaoran sentándose bajo el árbol donde había estado Sakura.

-¡Sakura!

La chica se giró justo a tiempo para recibir el agua que Meiling le había tirado.

-¡Oye! Eres una tramposa, no estaba preparada.

-¡Oh! Es verdad, mira como vas.

La princesa observó su aspecto, no le había dado tiempo a quitarse la ropa, así que estaba completamente mojada. Se quitó la ropa y la dejó al sol para poder secarla. Sakura y Meiling no paraban de salpicar a Tomoyo, que se defendía como podía y se escondía tras Eriol. Shaoran, por alguna razón, se había quedado dormido.

-Mirad al bello durmiente –dijo Meiling señalando a su primo -. No le vendría mal un baño, ¿cierto?

-Si…, no le vendría nada mal –afirmó Tomoyo con una sonrisa malévola.

-¿Algún plan? –preguntó Eriol.

-No… simplemente necesitamos que alguien lo despierte –inmediatamente, todas las miradas se centraron en Sakura.

-¿Yo? Pero…

-Vamos, Saku, eres la única que puede hacerlo. Es incapaz de enojarse contigo.

-Bien… Pero me debéis un helado.

Sakura salió del río con mucho cuidado, seguida de cerca por los otros tres, que se ocultaron tras el grueso árbol. La princesa, al llegar junto a Shaoran, se sentó encima de él con cuidado y comenzó a besar sus labios. El chico, sorprendido, respondió al beso de la joven, sin esperar, claro, que la chica, al pasar los brazos por su espalda no lo acariciaba, sino que le ataba las manos con una cuerda.

-Bueno, Shao, ahora tú te irás al agua.

-No podrás hacerlo tu sola.

-Pero si con nuestra ayuda –dijo Meiling saliendo de su escondite.


Hola! Vuelvo a estar aquí, de nuevo, con un capitulo mas. Ya se que este fue el peor de todos, pero a mas de tener muchos examenes, me ha faltado muchisima inspiración, asi que espero no recibir demasiadas quejas… :P

Bueno, nada mas, solo espero que tengan la suficiente paciencia para seguir soportando mi fic. Y perdonen el retraso.

Besos:

Sango-chan95