Estos personajes no me pertenecen, como todos saben, es posible que a lo largo de la historia ponga algún personaje creado por mi, pero de momento todos pertenecen a la autora de CCS


Fic de CCS

Amor entre príncipes

Capítulo 13.

¡Oh, vamos! Eso es una traición. Yo no los eché a todos.

Ya, pero de todas formas te vendrá bien un baño –afirmó Tomoyo.

Tiene razón, amigo –dijo Eriol situándose a un lado del príncipe. Entre todos pudieron sujetarlo y, justo al borde del río, Shaoran cogió a Sakura.

Tu vendrás conmigo –dijo el chico justo antes de caer.

Durante todo el día, estuvieron jugando en el río, salpicándose agua y empujándose unos a otros. Cuando el sol se ocultaba, la princesa Kinomoto comenzó a tener frío y se recostó sobre el árbol. Shaoran la acompañó y le ofreció su camisa.

Gracias Shao.

De nada. ¿Quieres que pasemos esta noche juntos?

¿Eh? –preguntó la chica sonrojada-. Si… Me gustaría mucho.

Está bien entonces.

¿Con… con cuantas chicas has dormido antes que conmigo?

Con ninguna. Antes odiaba a las chicas. Sólo con Meiling me llevaba bien.

Oh…

¿Sabes lo que me gustaría ahora? Que esos tres –señaló a Tomoyo, Eriol y Meiling que seguían en el río – no estuvieran aquí.

¿Por qué¿No puedes hacer nada si ellos están delante?

Tu eres mía, puedo hacer lo que yo quiera –dijo Shaoran besando a Sakura.

¡Eh¡Mocoso¿Qué le haces a mi hermana?

Inmediatamente, los príncipes se separaron y los otros chicos dejaron de jugar.

¿Touya? –preguntó la princesa Kinomoto sorprendida -. ¿Qué haces tú aquí?

Padre decidió que teníamos que salir hoy.

Pe… ¡Pero si nos íbamos mañana!

¡Recoge tus cosas, nos vamos!

Pero no he podido despedirme…

Lo harás por carta. Coge tus cosas. Traje a tu caballo.

¿Y que hay de Tomoyo y Eriol?

Ellos pueden hacer lo que quieran, si deciden volver serán bienvenidos, si prefieren quedarse, la madre del mocoso los atenderá.

Sakura, apenada, recogió sus prendas y dirigió una última mirada a Shaoran. Montó a Kero bajo la constante vigilancia de su hermano y, con una fría mirada hacia su hermano, ordenó al caballo que empezara a correr. Pronto perdió de vista a su hermano y, sin llegar al palacio Li para reunirse con su padre, viajó sola y sin soldados hasta su reino.

/-/-/- En el palacio Kinomoto /-/-/-

Una chica descansaba en su habitación tras un largo viaje. Sólo estaban los sirvientes, ningún miembro de la realeza había llegado todavía. Tras un sueño, que le pareció eterno, se despertó justo a tiempo para ver que una figura varonil entraba en sus aposentos. La chica, asustada, contuvo la respiración y justo cuando intentaba escapar, observó detenidamente el rostro de su prometido.

¿Shao¿Qué haces aquí?

Tu padre y tu hermano piensan que sigues en mi reino. He venido a ver como estabas y… a despedirme de ti. Creo que nadie se ha dado cuenta de que has entrado.

El pasillo del sótano… Solo lo conozco yo, mamá me lo enseñó. Quiero que pases la noche conmigo, Shao.

No he venido hasta aquí para nada.

¿Te… Te quedas?

Claro.

¡Gracias! –exclamó la chica abrazándolo

Ya ha oscurecido, será mejor que descanses.

Si… ¿Me prometes que estarás siempre conmigo?

Por supuesto, tonta.

Te amo, Shaoran.

Yo también, Saku.

/-/-/- Al día siguiente /-/-/-

La princesa despertó con los primeros rayos de sol que entraban por la ventana, tras voltear varias veces, miró a su lado, donde tendría que haber estado esperando el chico de su vida, pero no había nadie, seguramente ya estaría de regreso en su reino. Pero una nota rápida descansaba sobre la cama. La chica la cogió y empezó a leer.

Para Sakura:

Hey, Sakura, no quiero despertarte para despedirme, así que solo te dejaré una nota, te ves tan linda que me sentiría demasiado culpable preocupándote así.

Sólo será un mísero año, pero se hará extremadamente largo, lo se, espero que sepas comprenderme.

Por siempre tuyo,

Shaoran

"Tonto…" –pensó la chica dejando caer algunas lágrimas sobre el antiguo papel.

¡Sakura¡Tengo que hablar contigo¡Reúnete conmigo en la biblioteca!

Déjame, hermano, no quiero ver a nadie.

¡He dicho que quiero hablar contigo! Te espero en la biblioteca.

La chica bajó con gran pesar todas y cada una de las escaleras. Aún no había podido desayunar, pero por el comportamiento de su hermano, sería mejor no hacerlo esperar mucho así que, decidida, se dirigió directamente hasta la biblioteca donde no solo esta su hermano, el príncipe Touya, si no también su padre.

Siéntate, hija.

¿Qué ocurre esta vez? –preguntó la chica en tono frío mientras se sentaba junto a ellos para recibir la charla.

¿Cómo que qué ocurre¿Te das cuenta de lo que hiciste ayer¡Pudieron haberte hecho daño¡Nadie de la familia real puede ir de paseo a caballo sin vigilancia durante un viaje tan largo! –gritó Touya furioso.

¿Si? –preguntó la chica levantándose -. ¡Pues entonces no quiero pertenecer a esta familia¡Me casaré con Shaoran, pero no seguiré siendo princesa¡Abdicaré al trono, padre! Así que mejor prepara una prometida para el príncipe Kinomoto –Sakura salió de la biblioteca y se dirigió, a través del vestíbulo, a buscar a su caballo, que descansaba cerca de valla que rodeaba el palacio -. Ven, Kero, iremos a dar un paseo.

La princesa cogió su caballo y aprovechó el cambio de guardia para salir con discreción. No sabía a donde ir, así que puso rumbo al pueblo, tal vez allí encontrara algo para relajarse. Pensándolo bien, ella había decidido dejar la familia real… ¿Qué tal estaría no volver? Bueno… Tendría que volver seguro para su boda con Shaoran, pero mientras, podría vivir como una chica normal en el pueblo… No había mucha gente por allí que conociera su rostro. Observó su ropa. Demasiado cargada, se darían cuenta que venía de una familia noble. Su solución llegó al ver una especie de taller, donde un letrero anunciaba la venta de vestidos.. Al llegar allí, pudo ver una joven que trabajaba sin parar para confeccionar varios vestidos. No llevaba dinero encima, pero tal vez podrían cambiarle el suyo por uno más discreto. Sin pensarlo de nuevo, entró a la tienda. La chica se levantó enseguida, no tenía más de 19 años.

¿En que puedo ayudarla? –preguntó amablemente.

Bueno, pues… me preguntaba si podrían darme algo por este vestido.

La joven miró extrañada a la princesa, como si no acabara de creerse que quisiera vender aquella obra de arte artesanal. Dio varias vueltas alrededor de la chica y, finalmente, con semblante pensativo, le dirigió la palabra de nuevo.

Aún no comprendo como puede vender esta belleza, podemos darle tres de estos vestidos a cambio –la muchacha señaló un montón de vestidos apilados sobre una mesa.

Oh, gracias. ¿Puedo elegir los que yo quiera?

Los que usted quiera.

Durante un largo rato, Sakura estuvo mirando y remirando todos y cada uno de ellos y, finalmente, escogió tres de los más sencillos. La joven costurera había vuelto al trabajo.

Creo que ya se los que voy a llevarme, pero desearía otra cosa más.

Lo que guste, señorita.

Acabo de mudarme aquí y necesitaría un empleo… ¿Sabes donde puedo conseguir uno?

Pues… Creo que Madame Rousse estava buscando una nueva costurera que puediera ayudarme.

Oh, vaya, pero yo no sé mucho sobre como coser vestidos.

No se preocupe, de momento, si está interesada, podría ayudarme a colocar y organizar los vestidos. Yo podría enseñarla y poco a poco, aprendería a confeccionar muy buenos diseños.

Y… ¿Con quien tengo que hablar para conseguir el empleo?

Madame Rousse está en el piso de arriba –dijo la chica señalando unas largas escaleras.

Sakura, decidida, se dirigió hacia las largas escaleras de madera, estaba algo nerviosa, pero se le pasó enseguida cuando vio, por fin, la puerta de la habitación superior, era, al igual que toda la casa, de madera. La chica llamó a la puerta y la voz de una mujer madura sonó al otro lado. Abrió la puerta lentamente y penetró en la habitación. Era una habitación bastante lujosa, con algunos muebles de diseño y un bonito decorado. Una mujer estaba sentada sobre un sofá y acariciaba un peludo gato de color blanco.

Buenos días, Madame.

Buenos días¿en que puedo ayudarte?

La chica de abajo me dijo que podría informarme aquí sobre como conseguir el empleo de costurera.

¿Tienes experiencia?

La verdad es que no… pero puedo aprender rápido.

Bueno, puesto que no se ha ofrecido nadie más, puedes quedarte el puesto, pero deberás ganarte bien el sueldo. Ahora puedes retirarte.

Gracias… Madame.

La princesa salió de la habitación y bajó de nuevo las escaleras.

¿Cómo te ha ido?

Pues… Me ha concedido el empleo.

¿Si? –preguntó la costurera feliz.

Si… A partir de ahora creo que seremos compañeras.

Perfecto¿Cómo te llamas?

Eh… Pues… Aya… Me llamo Aya Kurimoto. "No puedo dejar que me descubra…" Y tu¿Cómo te llamas?

Yo me llamo Miyu, es un placer conocerte.

Igualmente, Miyu. ¿Cuándo crees que podré comenzar con el trabajo? –preguntó la princesa.

Mañana mismo.

Oh, una última cosa… ¿Sabes donde hay algún sitio para pasar la noche?


Comentarios de la autora:

Siento mucho haber tardado tanto! Ya se que este cap está super corto, pero no puedo hacer mas, no tengo tiempo, aun me queda una terrible semana de examenes pero prometo volver con muchisima energia para poder hacer los capitulos mas largos, bueno, almenos los que quedan.

Me disculpo sinceramente de nuevo con aquellos que leen mi fic. Espero que por esto no dejen de leer…

Bye.

Sango-chan95