Juegos Tontos
Por: Isa y Maggz
Sumario: El amor es aquel sentimiento indescriptible que te ciega y te hace hacer lo que nunca pensaste, los mas tontos caen al fondo y sin importar el ganar o perder... lo arriesgaran todo.
Nota: Sorry por todo el tiempo que los dejamos esperando por este capítulo, pero finalmente estamos aquí y seguimos vivas, y para compensar le dejamos el capítulo 4 editado y el capítulo 5 bastante larguito (más de 3.000 palabras), no se pueden quejar ;D. Bueno, primero que nada gracias por todos los comentarios y los invitamos a participar en los Premios KSU para Fanfics en Español. Los enlaces se encuentran en mi perfil. No olviden dejarnos comentarios acerca de este capítulo, nos vemos prontito.
Isa y Maggz
Capítulo 5
"¿Están listas para el mejor desayuno de su vida?" Preguntó Mia muy sonriente mientras ponía en el plato en la mesa y se sentaba junto a Sora. Anna la miró escéptica pues ella siempre se quejaba de que la comida que servían en el comedor no era la mejor de todas. Sin embargo sabía que el motivo de la felicidad de Mia se debía a que finalmente Kalos había aceptado su propuesta para la nueva obra.
Cuando todas comenzaban a masticar sus alimentos, Ken apareció por la puerta. Sora lo miro por un segundo y después continuo con su desayuno.
"Buenos días, chicas." dijo este mientras se sentaba frente a Sora.
"Hola, Ken." Respondió Sora y le sonrió, las demás lo miraron en silencio y continuaron con su desayuno.
"¿Cómo se están preparando para la reunión de más tarde? Apuesto que todas se mueren por saber que personajes les tocará a cada una." Comentó él casualmente momentos después intentando atraer la atención de éstas, pero ninguna, especialmente Marion, tenían la intención de prestarle mucha atención, a excepción de Sora.
"Es cierto, pero de todas la más entusiasmada es Mia." Dijo la pelirrosada, dándole una palmada a su amiga junto a ella. "Finalmente podrá cumplir uno de sus sueños¿cierto, Mia?"
Mia asintió y continuó masticando. Ciertamente estaba muy
contenta y esperaba que todo saliera a la perfección según sus planes,
aunque se podía imaginar la actitud de cierta personita una vez que
averiguara...
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Ken, quien habló nuevamente.
"Bueno, recuerden que yo las estaré apoyando-"
"¡Kennie!"
Todos voltearon al mismo tiempo hacia la puerta del comedor. Parada en ésta, una linda chica de ojos verdes cargaba una bolsa blanca y miraba intensamente a Ken; él solo la siguió con la mirada hasta tenerla frente él y sentarse a su lado.
"Te he traído el desayuno. Tu mamá me dijo que habías salido sin desayunar pero que no me preocupara por que aquí en el comedor hacen de comer, pero pensé que tal vez te gustaría comer un poco de tu comida favorita." Al momento de decir eso comenzaba a sacar las cosas de su bolsa y todas la miraban asombradas de la cantidad de cosas deliciosas que había preparado solo para Ken. "Claro que si alguna de ustedes gusta comer pueden, creo que hay suficiente." Completó dirigiéndose a las chicas. Anna miró con gesto de captación y alargo la mano para tomar un panecillo justo cuando recibía un fuerte golpe en la mano.
"¡Ouch, Marion, qué te sucede?" La niña la miro con sus intensos ojos color avellana y acercándose a ella susurró.
"No lo tomes, seguro que desde ahí es donde embruja a Ken. ¿No querrás que te haga lo mismo, verdad?" Anna rió ante este comentario y su respuesta no se hizo esperar.
"Por favor, Marion, Liz no es ninguna bru" pero sus palabras quedaron inconclusas al ver y oír lo que estaba sucediendo unas sillas delante de ella.
"Abre la boquita." Un sonrojado Ken recibía la comida a bocados por parte de Liz y nadie hacía más que observarlos atónitos. "Eso es, buen chico, te mereces un beso."
"¿Decías?" Marion torció la boca en desagrado antes de girar su mirada a Sora "Sora." La chica quito su vista de aquel espectáculo y miró con rapidez a la niña "¿Te encuentras bien?"
La chica de ojos chocolate esbozó una sonrisa un tanto forzada mientras miraba de reojo a Liz ahora sobre las piernas de Ken dándole pudín de chocolate.
"Sí, por qué no habría de estarlo?" Dejó salir una sonrisa algo sarcástica y poniéndose de pie agregó. "Uff, ya terminé. Nos vemos." Para después salir con rapidez del lugar.
"¿Te gustó, Kennie?" pregunto Liz mirándolo expectante, él solo sonrió y tragó finalmente el ultimo pedazo de pudín, esperando poder terminar su digestión antes del almuerzo.
"Creo que también terminé." Agrego Mia mirando a Ken de manera desaprobatoria y saliendo por el mismo lugar donde Sora había desaparecido.
"Si, yo también." Agregó Anna.
Ken las miró extrañado e intentó seguirlas, pero Liz lo tomó del brazo y lo sentó de nueva cuenta.
"Aún no hemos terminado. ¡No has probado las galletas!"
Marion se puso de pie y tomó a Jonathan. No se quedaría a observar aquel espectáculo más tiempo, simplemente era...
"No tengo palabras para describir esto, Jonathan. Vámonos."
Y después dejó en la mesa solos a Liz y Ken tomando el desayuno; el resto del elenco comenzaba a salir con rapidez, listos para iniciar sus actividades del día.
-xxx-
El lugar estaba en completo silencio, todos estaban a la expectativa mirando a Kalos mientras éste sostenía una lista que, todos sabían, contenía la asignación de papeles para la nueva obra. Mia se encontraba junto a él, su expresión serena y satisfecha.
"Bien, asumo que todos saben para qué estamos reunidos aquí, así que es mejor que comience con esto de una vez, falte o no alguien." Kalos habló de la manera más tranquila posible mientras posaba sus ojos en Layla, quien se encontraba sentada en la primera fila, muy serena y atenta a todos sus movimientos. Y volviendo su mirada al resto del elenco de Kaleido, prosiguió.
"Como todos podrán darse cuenta una nueva obra a presentarse ha sido escogida y lo que sostengo entre mis manos es la lista final de papeles asignados a cada uno de ustedes. El nombre de la obra que el elenco de Kaleido Star presentará en esta ocasión es una adaptación especial de Sueño de una Noche de Verano de William Shakespeare, y la señorita Mia Guillem estará a cargo del libreto y la dirección."
Al oír su nombre, Mia no pudo más que sonreír una vez más y mirar a sus grandes amigas sentadas en la segunda fila echándole porras por lo bajo y en silencio.
"Y ahora," continuó Kalos con tranquilidad, "la asignación final de papeles queda de la siguiente manera…"
Durante todo el trayecto de ésta, todos los presentes se mostraban nerviosos y a la expectativa. Todos menos una persona, Leon Oswald.
El joven en cuestión irradiaba confianza, mirando de manera arrogante a todas las personas que recibían personajes que para él eran insignificantes y a las vez dignos de su nivel. Y esperaba con mucha convicción y ansias el momento de oír su nombre; estaba seguro que conseguiría el papel principal, el que tanto deseaba, el que se merecía realmente. Pero antes abordó uno de los nombres que no muchos esperaban escuchar.
"Layla."
Al escuchar su nombre ella se tensó un poco aunque supo mantener la compostura. Entonces Yuri tomó su mano y la apretó con suavidad en un gesto tranquilizante, haciéndola sonrojar si tan siquiera un poco. Kalos arqueó una ceja y continuó.
"Supongo que no hay manera de hacerte cambiar de parecer. Aún así¿estás dispuesta a participar en la obra?" Le preguntó.
"Creo que me conoces, Kalos, y deberías saber de antemano mi respuesta." Le dijo ella, mientras discretamente soltaba la mano de Yuri sin siquiera voltear a mirarlo. Kalos frunció el ceño un tanto intrigado por la situación. Sea lo que fuera que estuviera sucediendo entre esos dos no le daba muy buena espina. Sin embargo, decidió mantenerse al margen del asunto y guardarse sus preocupaciones para otro momento.
"Tomaré eso como un sí. Entonces serás Titania, la reina de las Hadas." Le dijo finalmente y ella sonrió satisfecha. Entonces la mirada de Kalos se posó en Yuri. El joven rubio lo miraba desafiante y decidido; solo esperaba oír el nombre del personaje que le tocaba.
"Yuri, tú serás Oberón, el rey de las Hadas."
Mia
no podía ocultar su excitación; ya estaban anunciando los papeles
principales y no podía esperar a oír a Kalos decir el papel que le
había asignado a Sora. Se había esmerado tanto en adaptarlo
especialmente para ella que el sólo hecho de escuchar a su jefe
mencionar a quien interpretaría Sora la hacía sentir orgullosa.
Frente a ella, un molesto Leon la miraba de una manera fría y
calculadora. El papel que tanto esperaba obtener, Oberón, se lo habían
asignado a Yuri. ¿Acaso no les había quedado claro que él, Leon Oswald,
era la persona perfecta para aquel personaje? Pero claro, viniendo
inicialmente todo esto de Mia no se esperaba menos.
"Demetrio, Leon Oswald." Al oír ese nombre Leon se sintió ofendido, ese no era el papel que le correspondía. Pero ya después se encargaría de saldar cuentas con Mia; por el momento sólo esperaba que no le tocase compartir escenario con Sora.
"Helena." Al oír decir aquel nombre, Leon contuvo el aliento y escucho atentamente. Algo le decía que lo que iba a oír no iba a ser del todo de su agrado. "Sora Naegino."
Lo primero que se oyó fue un fuerte ruido gutural proveniente de una de las primeras filas. Leon Oswald estaba expresando su inconformidad.
"¡Qué significa esto!" Explotó finalmente. Kalos no le respondió nada; ni siquiera se dignó a mirarlo ante su queja y continuó con su trabajo.
"Hermia, May Wong."
"¡Kalos, exijo una respuesta a esto!"
Leon dijo esto con tanta determinación y enojo a la vez, que al ponerse de pie nadie pudo seguir ignorando su presencia y su forma de exigir una explicación. En ese momento comenzaron a escucharse murmullos por todo el salón, dejando de prestarle atención a las palabras que Kalos atentaba a continuar.
En esta ocasión Kalos miro a Leon directo a los ojos y de la manera mas serena posible respondió.
"No sé a qué te refieres. Tienes papel asignado, Leon, y es uno de los principales." Sin decir más, continuó con lo que hacía. A un lado de él, Mia mostraba estar nerviosa de una manera bastante clara. Pero tampoco decía nada.
"Robin, Anna Heart."
"¡Tú!" De nueva cuenta las quejas por parte de Leon se hicieron notables, señalando a Mia en esta oportunidad. "Estoy seguro de que tú tuviste que ver con todo esto." Y continuó sin importarle el espectáculo que se estaba montando. "Kalos, cómo puedes permitir que semejante persona sea la que organice todo? no estas viendo este deplorable resultado?"
Mia lo miró con toda la rabia que contenía desde hacia mucho para con Leon, pero decidió guardar silencio. No se iba a rebajar a responderle a una persona como él, una persona por la cual no valía la pena actuar de esa manera.
"Estoy viéndolo y parece ser que el único aquí inconforme eres tú. De todos los que son un solo inconforme es un gran resultado Leon." Respondió una vez Kalos sin inmutarse, aunque por dentro ya comenzaba a perder la paciencia. Mia arqueó una ceja y lo miró desafiante, como queriendo atravesarlo con dagas en ese instante. ¡Cómo se atrevía! Sin embargo, eso no fue suficiente para Leon.
"Pero no es el papel que quiero. Además, tengo que actuar con Sora y bien sabes que no confió en su habilidades. En lo absoluto. Te exijo que me cambien de papel o no participo en la obra." Los murmullos se hicieron más fuertes y Kalos se vio en la necesidad de acallarlos. De repente el salón se tornó silente; todos esperaban expectantes mientras Leon miraba a Kalos detenidamente esperando una respuesta.
"Haz lo que quieras, después de todo no esta en mis manos cambiarte de papel. En ese caso tendrías que hablar con la encargada de la obra." Una vez dicho esto Kalos miró a Mia y continuó con Leon. "Yo sólo me encargué de autorizarla, no está en mis posibilidades hacer más cambios ya. Lo siento."
La expresión de Leon era indescifrable, era una mezcla de orgullo, rabia y a la vez humillación. Se sentó en su lugar y miró de la manera mas dura posible a Mia.
"Bueno, ahora creo que ya son todos los papeles." Dijo Kalos como si nunca hubiese sucedido el episodio anterior con Leon. "Ahora los dejo con Mia para que responda a todas sus preguntas…"
Mia miró a todos un tanto abochornada por lo sucedido pero complacida al ver que Leon había desistido e inicio con tranquilidad su introducción a la obra.
"Bueno, la obra como todos sabrán ya trata sobre unas parejas de enamorados" Pero antes de terminar su oración se vio interrumpida por Leon. Mia dejó escapar un suspiro exasperado.
"¿Eso es todo lo que nos vas a decir? No piensas dar explicaciones del por qué le asignaste a cada cual su papel? Qué me dices de un cambio por el bien de la obra?" Mia frunció el ceño y le miró de manera decidida. ¿Acaso estaba haciendo todo esto a propósito?
"No pienso hacerlo por que los personajes ya están adaptados y si no te parece-"
"Te puedes ir." Intervino Kalos de pronto, obviamente habiendo perdido la paciencia por completo. Leon lo miró asombrado ante aquel atrevimiento. "Leon, si no quieres oír a la señorita Guillem dar la introducción a la obra te puedes ir, nosotros no tenemos inconveniente."
"Esta bien, me iré." Dijo el mirándolos de manera desafiante.
"¡Leon!" grito May, por primera vez dejándose notar en el lugar y poniéndose de pie en gesto de querer detenerlo.
"Si desea puede acompañarlo, señorita Wong." Dijo Kalos de manera determinante. Pero ella no lo hizo, sólo lo observó dejar el lugar de manera furiosa dando un portazo después de salir.
-xxx-
"¡Señorita Layla! Hay algo muy importante que usted debe saber." Le dijo la mucama en cuanto logró interceptarla en el pasillo.
"¿Sucede algo, Gill?" Preguntó ella sin detenerse.
"Sí, es sobre su padre y el-" Comenzó la mujer casi sin aliento, pero antes de que pudiera continuar se vio interrumpida cuando Layla abrió la puerta que comunicaba el gimnasio y se encontró con varios hombres que trabajaban desarmando los trapecios, trampolines y diferentes andamios que se encontraban en el lugar.
"¿Qué diablos están haciendo¡Deténganse de inmediato!" Exclamó la joven rubia indignada.
"A esto me refería…" Dijo Gill en voz baja y un tanto apenada.
"Son órdenes del Sr. Hamilton. Discúlpenos, señorita Layla pero no podemos complacerla esta vez." Dijo uno de los hombres desde lo alto para luego continuar con su labor.
"¿Mi padre? Mi padre hizo esto?" Layla volteó a mirar incrédula a Gill. Ésta sólo pudo asentir.
"Considérate la única responsable de todo esto." La voz del Sr. Hamilton atrajo la atención de todos los presentes en la habitación.
"Padre, por qué haces esto?"
"Tú estás empeñada en llevarme la contraria, Layla. Expresamente te dije que no quería que regresaras al escenario Kaleido pero me has desobedecido. Te hablé como se debe y quise hacerte entrar en razón de la mejor manera posible pero tú escogiste el camino difícil. Hiciste caso omiso de mis órdenes y te fuiste al escenario Kaleido, estuviste practicando en el gimnasio y hasta piensas participar en la nueva obra sin mi consentimiento. Y como has decidido seguir el camino difícil, ahora atente a las consecuencias."
"Pero padre-"
"El gimnasio se va. Punto." Replicó tajante el Sr. Hamilton.
"No puedes hacerme esto, padre. Tú no entiendes que éste es mi sueño, lo que quiero hacer-" Protestó Layla, pero fue interrumpida una vez más por su padre
"Éste es un capricho más, Layla, como todos los caprichos que me ha tocado consentirte. Pero se acabó. Sinceramente me has decepcionado, hija; pensé que tendrías un poco más de sentido común y de consideración para conmigo pero me equivoqué. Ahora me doy cuenta de lo insensata y egoísta que eres… Qué hubiera pensado tu madre…"
"¡No metas a mi madre en esto!" Exclamó ella con los ojos llenos de lágrimas, pero incapaz de derramar una sola. Todos los presentes se habían quedado en silencio escuchando la discusión entre padre e hija.
Layla, al percatarse de esto y para evitarse más vergüenza por armar un escándalo delante de los demás, se dio la vuelta y salió del gimnasio con un portazo. No podía creer que su padre le hubiera dicho todas esas cosas.
"Mientras estés bajo mi techo harás lo que yo diga." Escuchó decir a su padre desde el pasillo mientras se apresuraba por llegar a la relativa seguridad de su habitación. Una vez allí comenzó a desvestirse para tomar una ducha rápida y encendió su estéreo a todo volumen- en ese momento le importaba poco la opinión de su padre y la verdad tampoco quería oír sus reclamos. Ni siquiera recordaba qué CD estaba puesto hasta que la primera canción se dejó escuchar. Curiosamente la letra de esa canción de alguna manera le caía como anillo al dedo en ese instante.
And now I try hard to make it
I just want to make you proud
I'm never gonna be good enough for you
I can't pretend that I'm all right
And you can't change me
'Cuz we lost it all
Nothing lasts forever
I'm sorry I can't be perfect
Now it's just too late and
We can't go back
I'm sorry I can't be perfect
No, no se trataba de egoísmos ni mucho menos de caprichos…
Con un suspiro exasperado para bloquear las lágrimas, tomó lo primero que encontró a mano dentro de su closet; un suéter, un mono y sus zapatillas de correr. Recogió su cabello aún húmedo en una coleta suelta y salió a correr y a dar una vuelta. Necesitaba aire fresco y escapar un poco del ambiente tenso en su hogar. Seguramente su padre se había marchado a la oficina aunque después de todo no le importaba.
Al salir de su habitación se encontró una vez más con Gill, quien se encontraba desde hacía un buen rato llamándola.
"Señorita Layla, piensa salir?" Preguntó un poco desconcertada al verla vestida así.
"Sí."
Y sin más se retiró y la dejó allí parada con la palabra en la boca. Después de haberlo hecho se arrepintió; no era justo que descargara su rabia con la pobre de Gill, pero ya luego se disculparía con ella.
Finalmente, después de un par de horas se encontraba frente a una puerta conocida, en casa de la última persona que pensó podría acudir en un momento así. Había corrido por un buen rato, y sin pensarlo sus pies, por cuenta propia la habían llevado hasta aquel familiar vecindario. Y allí estaba, batallando internamente para decidir si debía tocar o no…
Letras: Simple Plan - Perfect
