Disclaimer: Las TMNT no son mías. Este fic está basado en la serie de las Tortugas del 2003 y en algunos cómics de Tales of the TMNT.

EN LA OSCURIDAD


1- LEONARDO.

Como podía imaginarme en ese momento que un simple paseo iba a resultar en semejante despelote...

El destino, supongo, porque yo no buscaba nada esto. No busco esta clase de problemas, pero no pasa mucho antes de verme envuelto en ellos, de alguna forma u otra... Es una maldición a la que estoy condenado y no sé por cuánto tiempo.

Sí puedo asegurar que el esté a estas horas afuera, dando vueltas por las azoteas de los edificios en el puerto, congelándome de frío, persiguiendo a ese tipo de la gabardina y la katana samurai, no es un acto de heroísmo. Es sólo que después de haberlo visto sacar la espada de su abrigo y cortar en dos a otro sujeto, simplemente no puedo dar media vuelta e irme a casa. Hay cosas que simplemente no dejas pasar. Así es como comienza todo, así es como me engancha...

Así que lo sigo.

El muelle está desierto a esta hora, la luz de luna ilumina tenuemente el océano y los únicos sonidos provienen del mecer de las olas y de alguna maquinaria funcionando en el puerto. El extraño es alto, imposible ver sus facciones, no sólo por el abrigo sino por el sombrero de ala ancha que lleva puesto. Un sujeto así debería llamar la atención, pienso, pero era poco probable que le preocupase eso: Caminaba lentamente, con parsimonia, cómo si sólo disfrutara de un paseo nocturno en vez de andar por ahí cortando gente...

Antes de continuar, me cercioro de que el pobre tipo esté efectivamente muerto. Me inclino sobre él y no puedo evitar admirar la precisión del corte: uno sólo, con absoluta seguridad, nada de duda, lleno determinación. Un sólo golpe.

Por cierto, el tipo estaba muerto. Por supuesto que lo estaba.

No es peligroso el hombre que es capaz de quitar una vida, sino el que lo hace sin dudarlo. Sin culpa, sin vacilación... Y no vi ninguna de esas cosas en aquel corte.

La lentitud con la que se conducía el espadachín me permitió seguir sus pasos con toda tranquilidad. A pesar de su aspecto despreocupado, parecía saber exactamente hacía donde se dirigía. Lo seguí, oculto en las sombras.

Tras unos minutos, apareció frente nosotros un galpón: puertas de metal, ventanas en la parte superior. Está iluminado. El sujeto se detiene cuando sólo está a unos cinco metros de la puerta y permanece ahí por un buen rato. Al principio no lo entendí, pero al estar a la espera junto a él, me di cuenta: Hasta mí llegaron ruidos provenientes del interior del galpón, risas, trozos de conversaciones, apenas audibles. Cierro los ojos. Cuento al menos diez personas en el interior; él hace lo mismo. Y de pronto se mueve.

Ahora está listo para atacar.

Me pongo tenso en mi sitio, sin decidir aún qué debo hacer. No es asunto mío... Pero hay cosas que simplemente no se dejan pasar.

Necesito saber quién es este sujeto y que tan peligroso puede ser...Y si va a ser un problema para mí. Empuño una de mis espadas y comienzo a desenvainarla, pero entonces el sujeto se detiene en seco. Tal vez hasta ese momento no me lo estaba tomando en serio, de ahora en adelante lo haré.

Me sintió.

Permanezco inmóvil, hago descender mi respiración al mínimo, sin miedo, sin ansiedad, no hay emoción que pueda decirle donde estoy. Las sombras me protegen, no puede verme. Por un segundo, logré ponerlo nervioso, pero sólo fue por un segundo, ahora su ritmo cardiaco vuelve a la normalidad. Sé que no lo engañé, no cree estar equivocado, sabe que sintió algo. Sabe que estoy aquí, en alguna parte, no sabe dónde, pero ya lo sabe, ya no podré sorprenderlo.

Tras unos segundos más, desiste y vuelve su cabeza nuevamente hacia la puerta del galpón. Ese es su objetivo principal, cualquier otra cosa vendrá después, lo primero es lo primero.

Lo dejo dirigirse hacia el edificio, con la pérdida del factor sorpresa en el exterior, tal vez tenga una mejor oportunidad en el interior: Con más objetivos a los que atender, le será más difícil cuidar la pelea si tengo que enfrentarlo.

Jamás aparté los ojos de él, fue sólo un parpadeo... Pero simplemente desapareció de mi vista. Ya no estaba. Imposible que entrara sin que yo pudiese verlo ¿Cómo? Pero obviamente lo hizo. Dejo de ponderar lo imponderable y me dirijo hacia las ventanas de la parte superior, hay una abierta por la que puedo entrar.

Debo haber tardado unos treinta segundos desde que dejé mi puesto de observación y llegué hasta la ventana, me introduje por ella y me deslicé por las vigas del techo. Sólo fueron treinta segundos, pero para cuando pude ver el interior, el sujeto ya se había ido. Volví los ojos hacia la puerta en el instante en que desaparecía por ella, sólo alcancé a ver la punta de su abrigo.

En el piso había diez cuerpos tirados en desorden, todos con los cuellos abiertos sobre una enorme charca roja. Por sus expresiones se podía adivinar que ellos tampoco tuvieron tiempo de reaccionar.

Maldita sea.

Ese sujeto había hecho todo eso en mis narices. Estaba a punto de tomarlo como algo personal.

Ya estaba en camino tras él, cuando el ruido de las sirenas me hizo quedarme dónde estaba. Se oían lejanas aún, pero no tardarían en estar ahí, tendría mejor suerte ocultándome en el interior que arriesgándome a que me vieran durante la huida, pensé.

Maldición. Toda la vida llegan cuando ya es demasiado tarde y esa maldita vez tenían que estar ahí demasiado pronto...

TBC