8.- LA SOMBRA EN MI VENTANA.
Estoy temblando. No sé bien si es por el frío que se cuela por la ventana, o si es...
Tal vez sí. Estoy asustada. Mi mano está temblando... Mierda... Cómo voy a disparar así... Trato de pensar rápido. No son los hombres de Aliaga, ellos simplemente habrían puesto una bomba o habrían entrado disparando... No es Cable, pues el mide casi dos metros y la sombra parada en mi ventana debe medir algo así como un metro setenta. Además es mucho más fornida que Cable... Pero sólo puedo ver sus ojos... sus pupilas ¿Blancas?
Retrocedo unos cuantos centímetros, sin hacer nada brusco, sin dejar de apuntar el arma. La sombra acaba de hablarme, es una voz masculina, sin duda, y joven... Pero sólo está ahí, inmóvil. Me observa. Y yo lo observó a él. No sé si es él, soy yo, o es la habitación la que se mueve. Mierda... No debí haber tomado tanto, todo me da vueltas...
La sombra hace un par de movimientos más y ahora está definitivamente dentro del apartamento, dejando pozas de agua a su alrededor. Permanezco inmóvil, con el brazo recto hacia él. He dejado de temblar un poco.
.- No te sigas acercando.- Advierto. La sombra obedece.
La oscuridad no es tan intensa como para no poder ver su silueta, La luna arroja una débil luz que me permite adivinar sus formas, pero no mucho más. Es aún más ancho de lo que pensé, puedo ver algo de su brazo, se ve fuerte... Dios ¿Por qué no puedo enfocar la vista? Distingo algo en su espalda, es como si llevase una gran mochila o... No, no sé lo que es. No sé que rayos es en realidad. Oh, Dios esto es muy extraño... Tal vez sea la oscuridad o... No lo sé, pero el color de su piel... El color de su piel... ¿De qué color es su piel? No, no puede ser...
Creo que es verde.
La sombra continua inmóvil observándome. Comienzo a pensar que tal vez sólo esté alucinando. Bajo un centímetro el arma y la sombra vuelve a adelantar otro paso. Vuelvo el arma a la posición anterior. Es una alucinación muy inquieta. Al menos ahora que está más cerca, puedo distinguirla mejor... Sí. Estoy segura. En la espalda trae un par de espadas, veo sus empuñaduras. Desde que conozco a Cable, prácticamente me he hecho experta en espadas y es imposible que esté equivocada.
Abro los ojos de par en par...
Mi brazo vuelve a bajar, ahora casi dormido. La sombra se adelanta, ésta vez deja de vacilar. Rápidamente estira su brazo hacia mí, atrapando el arma cuando intento volver a alzarla contra él. Con su mano aprisiona el cañón, haciéndome apuntar en otra dirección. Intentó liberar el arma, pero él es demasiado fuerte. Bajo la vista hasta el cañón. Su mano tiene sólo tres dedos.
Aprovecha mi estupefacción y me arranca el arma de las manos, arrojándola lejos. La siento rebotar en algún lugar de la habitación, en la oscuridad.
Estoy temblando nuevamente. Ahora sólo está a menos de un metro de mí. Con la mano derecha le lancé un puño al rostro, pero lo detiene antes de que pueda llegar a tocarlo. Encierra mi puño dentro de su mano y lo mantiene ahí, con fuerza, pero sin hacerme daño.
.- Por favor, no te asustes.- Me dice con voz suave.
Trato de no hacerlo, pero es difícil. Abre su mano y deja ir la mía. Retrocedo sin control, hasta que mis pies chocan contra el sofá en el que momentos antes estaba sentada y caigo sobre él nuevamente. Sigo observándolo, con los ojos desorbitados, él se vuelve y se queda justo frente mí.
Afuera llovía todavía, pero tal vez había comenzado a despejarse un poco por que un rayo de luna comenzó lentamente a iluminar toda la sala, entrando a borbotones por la ventana, cayendo sobre el extraño de pie frente a mí. Pronto pude verlo claramente. Hubiese gritado si la impresión no me hubiese dejado sin aire. Sé que dije que ya nada podía sorprenderme, pero no tenía en mente algo como esto.
La sombra… No era humana.
Me miró fijamente. Una mirada seria, grave... Yo estaba apunto de perder la cordura, pero en cuanto a él, podría haberse desplomado el edificio y no se habría alterado un milímetro. No aparté la vista de sus ojos y de a poco sentí que la calma volvía a mí. Luché por eso, tenía que pensar...
.- No voy a hacerte daño.- Dijo con voz firme.
De alguna forma, le creo... Pero mejor no creerle demasiado. Traté de pasear mi vista por el suelo, buscando el arma perdida, pero era difícil porque no podía apartar la vista de él... Era lo más extraño que hubiese visto jamás. Su espalda, eso que en un momento confundí con una mochila, parece ser una especie de coraza, o una capa de piel extremadamente dura, podría ser una armadura o... O un caparazón. Sus brazos y piernas se veían en extremo fuertes, no dudo que sepa usar esas espadas que trae en la espalda. Su rostro estaba cruzado por una especie de máscara, una bandana que cubría sus ojos... Y sí. Su piel sí era verde.
.- Tú estuviste en la azotea de Aliaga anoche.- Le hablo. No es una pregunta.
.- Si.- Responde, sin agregar nada más.
.- Tú mataste a sus hombres...
.- No.
Por los siguientes segundos, ninguno de los dos abre la boca. Me observa y deja que le observe. Quiere que vea que dice la verdad. De pronto tengo una corazonada.
.- ¿Tú dejaste esa nota en mi escritorio?
.- Si.
Se produce un nuevo silencio. Él espera a que sea yo quien hable.
.- ¿Quién mató a los hombres de Aliaga anoche en el Club?
.- Cable.
.- Mientes.
.- No.
.- Cable trabaja para Aliaga.
.- Ya no.
Por primera vez en toda esa conversación, logro desviar mi mirada hacia otra parte. Cable ya no está con Aliaga ¿Qué diablos podía significar eso? ¿Pero porqué habría de creerle a este extraño? De pronto me entran ganas de reír ¿Cómo es posible que esté frente a una criatura que jamás había visto en mi vida, un ser que no es humano, que hasta podía ser un extraterrestre, y que ni siquiera piense en formular las preguntas más obvias? ¿Quién diablos era él? ¿De dónde venía?
Él pareció leer mis pensamientos, su cara se relajó.
.- Soy Leonardo.- Dijo. Asentí y él inclinó la cabeza.
.- Meza...- Dije yo, todavía confusa.- Alíne... – Él asintió.
.- Lo sé.
Por supuesto que sí, pensé.
.- ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Qué sabes de todo esto?- Pregunto de una vez.
.- A Cable. Eso es lo que quiero.
Por supuesto que sí, pensé. Eso es lo que todos quieren.
TBC
