Soundtrack: It can't rain all the time/Jane Siberry
Promise of a Lifetime/Kutless
17.- NO PUEDE LLOVER TODO EL TIEMPO.
Abrió los ojos lentamente, una luz blanca se había estado colando por ellos hasta que la obligó a abrirlos. Parpadeó un par de veces esperando aclarar la visión.
Estaba recostada y se sentía cálida y adormecida. A la derecha, podía ver la fuente de la luz, tal vez una ventana, velada por una cortina blanca que mantenía el lugar en penumbra. Junto a la ventana, podía ver una mancha aún más grande, oscura, apoyada o quizás sentada en el marco de la ventana.
Volvió los ojos al frente.
Parpadeó un par de veces más, su visión comenzaba a mejorar. Podía sentir el acompasado bip de una máquina, muy cerca. Movió un poco sus manos y descubrió sendos tubos adheridos a ambas manos y muñecas. Intentó moverse un poco más, pero le resultó algo doloroso, a pesar de que todos sus sentidos parecían estar algo adormecidos, sumergidos en una somnolencia. Volvió a recostarse contra la almohada y suspiró.
Así que estaba en un hospital. Estaba viva y bien, salvo por esa leve sensación de dolor que recorría su cuerpo.
.- ¿Hace cuanto que estás ahí?- Preguntó en voz alta, descubriendo que apenas si tenía fuerzas suficientes para hablar.
.- Casi desde que te estabilizaron.- Respondió suavemente una voz desde la ventana.
.- ¿No tienes miedo de que te descubran?
.- No. Acaban de terminar la guardia, la enfermera se fue hace diez minutos y no volverá hasta dentro de otra media hora.
Alíne sonrió.
.- Bien.
La sombra se separó de la ventana y avanzó hasta ella. Alíne no se sentía capaz de girar la cabeza, pero podía adivinar sus movimientos por el rabillo del ojo. Tomó una silla cercana y se sentó junto a su cama.
.- ¿Cómo te sientes?- Le preguntó.
.- Como una mierda.
.- Así te ves.
.- Gracias…
.- Descuida, estarás como nueva en poco tiempo.
.- ¿Cómo lo sabes?
Leo sólo sonrío. Ambos guardaron silencio por unos instantes, luego la mujer volvió sus ojos al techo.
.- Ya no llueve.- Comentó distraídamente. Acababa de darse cuenta, ya no oía el ruido del agua al caer. Llevaba escuchando ese mismo sonido desde hacía tanto tiempo ya, casi se había acostumbrado a él y ahora le parecía extraño no escucharlo.
.- No.- Contestó su visitante.- Ha dejado de llover.
.- Leonardo...- Pronunció su nombre lentamente, él se volvió a mirarla.- ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué pasó... que pasó con...?
.- Está muerto.- Respondió secamente Leo.
Los ojos de la mujer se clavaron muy abiertos en el espacio vacío, inmóviles. Permanecieron así por varios segundos, hasta que su mirada bajó lentamente hasta los pies de su cama.
.- Ya veo.- Dijo simplemente.- ¿Tú...?.- Comenzó, pero Leo negó con la cabeza.
.- No. No fui yo.
Meza se quedó pensando un segundo, sin volverse a mirarlo.
.- ¿Él?- Preguntó. Esta vez Leo asintió. Meza se quedó callada, tratando de asimilar esa información.
.- ¿Estás bien?- Preguntó él; ella intentó sonreír un poco.
.- No...- Contestó. Cerró los ojos con fuerza, haciendo esfuerzos sobrehumanos para no llorar. Leo aguardó en silencio a su lado.- Daniel lo habría perdonado ¿Sabes?- Dijo al fin, después de un rato.- Él nunca lo quiso muerto... Pero él no era de este planeta.- Alíne sonrió levemente, lo más que le permitían las magulladuras en su cara.
Ambos guardaron silencio nuevamente, por varios minutos más. Finalmente, ella volvió a hablar.
.- ¿Tú me trajiste aquí? - Preguntó.
.- Llamé a una ambulancia, esperé a que llegasen, luego tuve que desaparecer. Vine a ver como seguías.
La mirada de la mujer volvió a perderse en el techo.
.- Gracias.- Murmuró.- Tal vez puedas ayudarme a escapar cuando me sienta mejor.- Leo la miró confundido.
.- ¿Escapar?
.- Todavía me han de estar culpando por todo, la droga, corrupción y por estar ligada con Aliaga y quizás que otras cosas más hayan inventado de mí. Me asombra que no me hayan esposado a la cama.
.- No creo que tengas que preocuparte por eso.- Dijo Leo simplemente, la mujer volvió sólo los ojos hacia él, incrédula.- Mis hermanos y yo le entregamos a tú jefe un par de cintas de video, muy informativas que grabamos de la oficina de Aliaga. Puse los equipos la primera vez que estuve ahí, aparece en vivo y a todo color como Aliaga le pagó a Ferrari para rescatar su mercancía, no servirá para atrapar a ninguno de los dos, pero es suficiente para limpiar tu nombre.
.- Y encima salvaste mi honor. Vaya un chico eficiente.- Murmuró ella débilmente.- Lástima que no vaya a servir de nada en contra de Ferrari. El pobre infeliz terminó cortado en tiritas...
.- Tu compasión me conmueve.- Dijo Leo, alzando una ceja. Alíne ignoró el comentario y siguió adelante.
.- Pero ese video servirá para incriminar a Aliaga, podríamos atraparlo, enviarlo a juicio, tal como tú querías...- Iba a seguir, pero la expresión de Leo la hizo detenerse.
Él negó con la cabeza lentamente.
.- No creo que vaya a ser necesario. Está muerto.- Dijo y antes de que Alíne pudiera preguntar nada, continuó.- Encontraron su cuerpo clavado en la puerta de su club nocturno, con el sello del Pie grabado en la cara. Prefiero no contarte el resto. Tal vez no los conozcas tan bien como yo, pero el Pie es famoso por sus castigos.
Alíne guardó silencio, sorprendida. Jamás pensó que todo terminaría así…
.- Así que todo ha acabado.- Dijo con tristeza.- La sangre ha lavado la sangre y al final no ha quedado nadie.
.- Excepto tú.- Dijo Leo. Alíne quedó boquiabierta.
.- Excepto yo.- Repitió lentamente.
Excepto ella… Jamás pensó que terminaría así. Jamás pensó que sobreviviría a esa pesadilla… Casi daba por hecho que no lo lograría y aún así, no era ni alivio ni felicidad lo que sentía. Todo lo contrario. Era el horrible descubrimiento de que todavía seguía ahí, de que todavía tendría que seguir arrastrando su penosa humanidad a través de ese espantoso mundo… Sin él…
Leo la miró y cerró los ojos, suspirando, adivinando sus pensamientos.
.- Olvídalo.- Le dijo.- Ni siquiera lo pienses. Estás aquí, sigues aquí… Y no hay nada que puedas hacer al respecto.
Ella no respondió de inmediato, se quedó escuchando el bip de la máquina que monitoreaba sus signos vitales.
.- ¿No? ¿En verdad no hay nada?... - Habló al fin, en una voz que era apenas un susurro.- Siempre he estado lista para darme por vencido, desde hace tiempo... Estoy cansada... Dani también lo estaba, pero de alguna forma lograba seguir, de alguna parte sacaba fuerzas, para él y para mí. Pero ahora ya no está…
De pronto Alíne se interrumpió, presionando su boca con la mano, cerrando firmemente los ojos, haciendo el último esfuerzo por retener las lágrimas, un último esfuerzo completamente inútil… Al final no pudo hacer nada, el llanto le ganó y salió sin ningún control.
Leo no dijo nada, la dejó sollozar en paz. Siguiendo un impulso, puso su mano sobre la de ella.
.- ¿Por qué? ¿Era demasiado bueno para este mundo? ¿Fue eso? - Meza no podía dejar de llorar, sentía que jamás iba a detenerse. Era la primera vez que lloraba sin tratar de impedirlo y la pena jamás se había sentido tan real.- Nada me importaba, sólo él, sólo lo quería a él y jamás lo supo, nunca se lo dije, nunca pude...- La mujer se volvió un poco a un lado y hundió la cara en la almohada, tratando de ahogar los sollozos.- Lo quiero de vuelta... lo quiero aquí otra vez, lo extraño tanto…
Leo se volvió a mirarla con tristeza. Se preguntó por cuánto tiempo habría estado tratando de guardarse todo eso, tratando de aguantar... Deseó poder hacer algo, deseó que hubiese algo más que pudiera hacer además de estar ahí y apretar su mano… Deseó que hubiese una forma de absorber el dolor y hacerlo desaparecer, de hacer que de pronto todo estuviera bien…
Sonrió, bajando la mirada. Como si él siempre supiera qué hacer, como si sus propios problemas no lo superaran, como si él mismo no cayera en la desesperación cada cierto tiempo… Aún así, si hubiera algo más que pudiera hacer lo haría, si hubiera algo más en el mundo que él pudiera hacer para que de pronto todo estuviera bien, todo en absoluto…
.- Todo estará bien.- Le dijo, pero sonaba realmente estúpido al lado de toda esa pena. Era estúpido siquiera pensarlo, no sabía si las cosas iban a estar bien, no tenía idea, no tenía como saberlo… A lo más podía desearlo y lo deseó. Lo deseó con fuerza y cuando lo hizo, pensaba en ella, en sus hermanos, en él.
La mujer siguió llorando por un buen rato más, hasta que lentamente se fue calmando, lentamente volvió a quedar en silencio, volvió a clavar la vista en el techo, tratando de tranquilizar su respiración. Leo jamás soltó su mano, hasta que fue ella quien la deslizó sobre la de él y la apretó suavemente.
Él se quedó muy quieto. Se volvió a verla extrañado, no pensó que fuera a devolverle el gesto… Se dio cuenta de lo poco acostumbrado que estaba a ese tipo de cosas, un simple apretón de manos lo confundía. Por un instante sintió comprensión… Complicidad… Compañía. Fue agradable. Pero tras unos minutos, ella lo soltó y la sensación fue desvaneciéndose poco a poco. Leo la miró un segundo más y luego se puso de pie nuevamente, abandonando su lado y yendo a pararse junto a la ventana. La tarde iba cayendo de a poco, la luz se iba lentamente, de a poco la habitación comenzaba a quedar a oscuras.
.- ¿En verdad ha dejado de llover?- Preguntó ella con la voz entrecortada.
Leo se volvió a ver hacia el exterior.
.- Sí… No puede llover todo el tiempo.- Respondió y luego se quedó un instante pensando antes de volver a hablar.- ¿Aline?
.- ¿Si?
.- No te rindas.
Ella se volvió a verlo de golpe, con una expresión de perplejidad, Leo continuaba mirando por la ventana.
"La vida es una mierda. Siempre lo ha sido, siempre lo será. No hay esperanza. No importa lo que hagamos, no importa cuánto lo intentemos, de nada sirve. En este mundo sólo hay maldad y eso es todo lo que hay. No hay más que monstruos allá afuera…" Había dicho ella y había noches en las que sentía exactamente lo mismo. Había noches en las que no lo podía evitar y aún así… Aún así, no quería darse por vencido. No aún, no todavía…
.- Por favor… No te rindas.- Repitió.- No todavía.
Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas. Comenzó a negar con la cabeza.
.- No soy tan fuerte…
Leo se volvió al fin a verla.
.- Sí, sí lo eres. Sólo tienes que intentarlo.
Ella se le quedó mirando, mientras las lágrimas seguían cayendo.
.- ¿Por qué…? ¿Por qué te importa? Qué más te da…
Él sonrió suavemente y bajó la cabeza.
.- Si yo intento no rendirme, me tendrás siempre de tu lado. Si tú lo intentas, entonces tal vez yo pueda tenerte a ti del mío… No estaremos solos y las cosas se hacen un poco más fáciles si no tienes que estar solo.
Meza lo miró sorprendida. Quién era realmente esa extraña criatura, por qué siquiera se molestaba un segundo en ella. No sabían nada el uno del otro, a pesar de todo lo que había pasado, eran todavía un par de extraños y sin embargo… Sin embargo, estaba ahí, ofreciéndole una mano, tratando de darle esperanza… Lo más sorprendente era que, por un segundo, casi funcionaba…
.- Trataré...- Dijo al fin, casi sin darse cuenta.
Leonardo sonrió.
.- Es un comienzo.
Alíne se le quedó mirando, sintiendo de pronto que nada podía ser tan al azar, que nada podía ser tan sólo porque sí… De pronto veía tras ese chico una mano grande y misteriosa venida directo desde arriba, lista a sostenerla justo cuando creía que estaba por caer… "No estaremos solos" Había dicho y la frase había parecido de pronto como un destello en su oscuridad…
No estaremos solos…
.- ¿Leo?
.- ¿Si?
.- ¿Te quedarías conmigo? Un rato más al menos…
Leo la miró sorprendido un instante, pero luego volvió a sonreír. Fue a sentarse nuevamente en la silla junto a ella.
.- No estaba planeando ir a ninguna parte por ahora.
La mujer sonrió y volvió a recostarse en la cama, cerrando los ojos. Después de un rato, Leo pensó que se había quedado dormida, pero entonces volvió a hablar.
.- Nunca te pregunté...
.- ¿Qué cosa?
.- Sobre ti. Es decir… No puedo seguir obviando el hecho de que eres bastante… fuera de lo usual…
Leo soltó una risa cansada.
.- Esa es una manera muy elegante de decirlo, sólo por eso te contaré la historia… Pero es bastante larga ¿Seguro que quieres oírla ahora?
.- No parece que tenga nada más que hacer de momento...
.- Ok.
Leo tomó aire y comenzó con la historia sin ser interrumpido en ningún momento, pero para cuando terminó, se extrañó que la mujer no hubiese hecho ningún comentario. Cuando se volvió a verla, estaba profundamente dormida.
.- Es la peor audiencia que he tenido hasta ahora.- Dijo en un susurro, subiendo las mantas de la cama hasta cubrir los hombros de la mujer. Ésta murmuró algo en sueños y continuó durmiendo. No le importaba de todas formas, se sentía bien encontrar a alguien a quien no le importaran demasiado las explicaciones.
Se volvió hacia la ventana, desde ahí volvió a mirar hacia la cama, al cuerpo durmiente de la mujer.
.- Todo estará bien.- Murmuró pensativo y esa vez realmente se lo creyó.- Todo es mejor cuando no tienes que estar solo.
Abrió la ventana y recibió de golpe la brisa fría. Afuera, el cielo ya se había vuelto azul oscuro y las primeras estrellas brillaban sin nubes.
TBC
