A pesar de todo...
2. Mi vida sin ti
A medida que iba avanzando la noche, unos oscuros nubarrones se posaron por el cielo, tapando la brillante luna llena que coronaba el infinito. Al punto de la una de la madrugada, empezó a llover. Primero se desplomaron pequeñas gotitas, frías, como el gélido viento que azotaba las coronas de los árboles del Bosque Prohibido.
Un chico, cuyos ojos reflejaban la misma imagen que el paisaje del exterior del castillo, corría al punto más alto, el que tantas veces lo había cobijado en sus largas noches de insomnio; la Torre de Astronomía.
Acababa de despertar de un horrible sueño que reflejaba su estado, su vida, su dolor.
Recordó de nuevo su pesadilla, su infierno, su estado de depresión constante, estaba solo, no tenía ningún amigo verdadero que fuera a dar la cara por él si se encontraba en problemas...
.-¿Quién anda ahí? – preguntó una voz femenina severamente.
El chico de ojos tristes se escondió, rogando al cielo que la mujer a la cual pertenecía la voz no lo encontrara.
.-¡Sal! Te he oído...
Silencio.
.-Si no sales, el castigo será peor. – afirmó la voz.
Entonces Ron salió de entre las sombras, dando un paso adelante y colocándose bajo una antorcha que desprendía una gran luz que iluminó su placa de prefecto. Ya no recordaba que soy prefecto...
.-Ah, eres tu, Ron – dijo Hermione. Ron no se había percatado de que era ella.
Lucía una capa negra sobre el uniforme de Gryffindor. El pelo, como siempre, castaño y ondulado, le caía sobre la cara. Cubriéndole un poco un ojo de esos color café en los que tantas veces se había visto Ron reflejado. Al igual que el chico, ella también llevaba la insignia de prefecto en el lado izquierdo de la capa, con la Gran "P" plateada brillando intensamente.
.-¡Hola Hermione! – saludó alegremente Ron, quitándose un gran peso de encima al ver a su eterna amiga - ¿Cómo estás¿Cómo va la ronda?
.-¡Me asustaste! Demasiado sigiloso para no pretender serlo y demasiado ruidoso para pretender ser sigiloso... – comentó la chica con una sonrisa - ¿A dónde vas? Me parece que hoy no tenías ronda...
.-No... Pero quería ir a la Torre de Astronomía a tomar un poco el aire...
.-¿Con lo que llueve¡Te volviste loco¡Acaso quieres que un rayo te atraviese por la mitad? – dijo la chica preocupada.
.-Va, Hermione... No sé por qué hablas si sabes que lo voy a hacer igualmente... – comentó el chico.
.-Ya lo sé, pero eso no me quita el derecho de preocuparme por mi mejor amigo... Por cierto – añadió Hermione, mirando directamente a los ojos del chico frente a él - ¿Has estado llorando otra vez por Harry?
.-¿Cómo? – dijo Ron, pasándose la mano por el rostro en un intento desesperado de secarse las marcas que había dejado las lágrimas en sus mejillas.
.-Venga... A mí no me engañas... – dijo aprensiva la chica.
.-Pero si no lloraba, de veras... –mintió el chico. En su vida se le había dado bien mentir.
.-Lo que tu digas... – dijo Hermione, sonriendo ante la poca maña de su amigo. - ¿Te acompaño hasta la Torre de Astronomía o prefieres ir solo?
.-Como quieras... – respondió Ron levantando los hombros.
.-¡Que entusiasmo le pones eh! – dijo sarcásticamente la Gryffindor – Vale, te acompaño, así no tendrás que esconderte... Podemos decir que hacemos la ronda juntos...
.-Sí, sí... – dijo Ron distraído – Oye Hermione... ¿A qué hora acabas la ronda?
.-Hoy... me parece que a las cinco... ¿Por qué?
.-No, por nada – dijo el chico de ojos tristes – por saber a qué hora la acabaré mañana... Por cierto... – dijo al recordar algo que justo antes de dormirse había acechado sus pensamientos - ¿Has visto a Harry?
.-No... hoy no... – dijo la chica, mirando de reojo a Ron – oye... olvídalo de una vez... por favor... Así solo lograrás hacerte daño...
.-Gracias por tu consejo pero no es tan fácil olvidar a quien amas ¿Sabes inteligente? – contestó de mala manera el joven Weasley.
.-Solo lo decía por ti – dijo Hermione avergonzada y añadió en un inaudible susurro – ya sé que no es fácil...
.-¿Qué dijiste? – preguntó Ron que no se había enterado del comentario de su amiga.
.-Nada, Nada...
Sus pies los habían llevado a la Torre de Astronomía. Hermione se acercó a Ron y le dio un beso en la mejilla, en forma de despedida y, cogiéndole de la mano cantó, casi en un susurro:
.-Nace una ilusión, y nacen cosas que te harán brillar,
y si algún día tu voz se pierde y no la puedes encontrar,
no pienses que me iré, no pienses que te dejaré;
viviendo encontrarás, la ayuda que te hará vencer, y yo...
Yo allí estaré, allí estaré, para darte confianza,
Allí estaré, allí estaré, para gritar si te hace falta...
.-Hermione... – el joven Gryffindor abrazó a a la chica de ojos café fuertemente, como temiendo a que su amiga fuera a desaparecer en cualquier momento, los dos llorando, lagrimas juntándose con lagrimas, sellando de esa manera su amistad. Ron sabía que podía confiar en Hermione, que la chica siempre estaría allí para él y eso era suficiente como para arreglarle un poco la noche. – Gracias...
La chica volvió a besarle la mejilla y se fue, con los ojos llenos de lágrimas pero una gran sonrisa en sus finos labios color cereza.
Hacía ya cerca de media hora que se encontraba en el exterior de la Torre de Astronomía. El viento despeinaba su pelo oscuro como la noche y las lágrimas que cruzaban sus mejillas se confundían con las gotas de lluvia que le empapaban el cuerpo entero.
Estaba sentado entre dos almenas, con la espalda recargada en una de ellas y las piernas recogidas hacia su pecho. Tenía frío pero no le importaba, al igual que el agua que calaba su cuerpo y lo hacía temblar de pies a cabeza.
¿Cómo pudiste hacer pasar a Ron por todo eso Harry¿Cómo puedes seguir culpándole de todo?
.-Él tiene la culpa... Era mi amigo y si le dije que no quería que siguiera estando por mí no tenía porqué seguir yéndome detrás, ni prohibirme nada... No es mi madre... no tengo una madre que me prohíba las cosas.
No la tomes con Ron por eso también... Además, listillo ¿Quién fue el primero en declararse¿Quién le decía al chico que le quería?
.-Yo... pero yo lo quería... jamás le dije que le amara... yo quería a todos mis amigos...
¿Y a qué venía aquello de "Has hecho que dentro de mí aparecieran nuevos deseos... jamás había sentido algo tan fuerte con nadie"?
.-Creí que era la manera perfecta de conservar para siempre su amistad...
Buena la hiciste dándole esperanzas cuando no debías dárselas.
.-Yo no le di esperanzas... simplemente no quería estar solo...
Ron era tu amigo Harry, el mejor que has tenido nunca... jamás vas a encontrar a alguien como él.
.-¿Y qué tal Draco?
¿Malfoy¡Por favor Harry¿No te das cuenta de que solo sientes atracción física hacia él... y de eso no puedes culparte, como tampoco puedes culparle a él.
.-¿Por qué es tan atractivo?
Ron también lo es.
.-Ron no es atractivo, es hermoso, frágil, risueño, soñador empedernido, patoso y fue mi mejor amigo...
¿Te das cuenta de lo que perdiste y de lo que ganaste?
.-Perdí a un amigo para ganar a otro parecido pero menos crío...
¿A caso no fue eso lo que te enamoró de Ron?
.-No me enamoré de Ron... Confundí la amistad con el amor...
Si no te enamoraste de él... ¿Por qué estás pensando tanto en lo que te dijo Draco?
.-
Quien calla otorga.
.-
Deja a Draco antes de hacerle más daño... Solo estas con él por atracción... realmente, no te importa.
.-Draco me importa...
¿Y Ron?
.-Todavía me fijo en él, cada día en clase, en el comedor, en la Sala Común... y en su cama... solo con abrir los doseles me doy cuenta de que está esperando a que regrese de mi noche con Draco... Incluso lo susurra en sueños – dijo Harry, dibujando una sonrisa en sus labios.
Te lo buscaste... si ahora sufres tanto por él es porqué él pide que te preocupes por él... te ama...
.-¿Qué insinúas?
Que es tu culpa...
.-¡No es mi culpa! – acabó gritando el chico al helado aire de la noche
.-¿El qué no es tu culpa? – dijo una voz tras él.
.-¿Qué haces aquí? – preguntó Harry sin mirar al chico que le había hablado. Sabía demasiado bien quien era. Oportuna aparición.
.-Supongo que lo mismo que tu – dijo el pelirrojo que estaba en la puerta de salida a la Torre.
.-Supones mal... – dijo Harry, aún sin mirarlo.
.-¿A quien pretendes engañar? A mi me engañarás pero no a ti mismo – insistió Ron.
.-¿Quién engaña a quién? – rió fríamente Harry. – No tengo nada que esconder, ni a ti ni a nadie.
.-Entonces ¿Por qué no estas con Malfoy¿No estás tan bien en su cama cada noche? – preguntó el de ojos azules, con ceirto tono de celos en la voz.
.-No te importa...
.-Oh vaya... ¿Ya se ha dado cuenta de cómo eres?
.-¿Y como soy? Si se puede saber... tu que me conoces más que yo mismo...
Lo sabes de sobra, Harry.
.-La frialdad en persona, Harry James Potter.
Silencio.
.-No sabes nada de mí...
.-¿Olvidas que fui tu mejor amigo durante cinco años?
.-Mi mejor amigo... – dijo Harry dolido - ¿Qué es la amistad?
Ron cerró fuertemente los ojos y se puso una mano en el estomago para reprimir un grito que de un momento a otro amenazaba de hacerle perder la razón y empujar a Harry, quitándole la vida.
.-Está bien... Veo que Hermione y yo no significamos nada para ti, ni ahora ni en el pasado...
.-¡Déjame en paz¡No me hables de amistad¡No sabes nada de amistad¡Eres el que se destruyó la nuestra¡Niñato¡Porqué te tuviste que enamorar de mí¡Por qué? – gritó Harry, cogiendo a Ron por el cuello de la capa, sacudiéndolo con todas su fuerzas para, finalmente, empujarlo a la pared, que paró su caída al suelo.
Lo miró, con los ojos llenos de ira, levantando la cabeza, cogiendo aire como podía, como su acelerada respiración le permitía.
Esa era la visión más lastimosa que había tenido nunca. Su ex mejor amigo, llorando, con la lluvia cayendo sobre él, seguramente recordando una promesa que se habían hecho una tarde lluviosa en ese mismo sitio. Con el pelo rojo mojado, como si esa vida se estuviera apagando. La ropa completamente mojada. Temblando de frío, de pie, solo, completamente solo... y sus ojos, siempre tan llenos de vida, ahora muertos por su causa...
.-Está bien, si eso es lo que quieres – dijo el pelirrojo, sacando fuerzas de ninguna parte para decir esa última frase. – Adiós.
El chico se giró, a punto de irse, pero una mano lo agarró por la muñeca, evitando que saliera por la puerta.
.-Estás temblando – dijo Harry, tranquilizándose.
.-Déjame... – dijo Ron, con los ojos anegados de lágrimas.
.-No... – dijo el joven Potter, con una lágrima bajando por su rostro Porque sé como soy yo te lo pido... Perdona...
.-Déjame en paz Harry, olvídame ¿OK? Ya te reíste lo suficiente de mí, ya me has dicho todo lo que me querías decir, puedes volver con Malfoy... –dijo el de ojos azules sollozando.
.-De acuerdo – dijo Harry, dejando la muñeca del que había lastimado con sus palabras y sus actos.
El chico se giró cogió carrerilla y de un salto se subió a una almena, mirando hacia abajo, sin ver bien los terrenos que se extendían bajo sus pies con majestuosidad.
.-¡Adiós Ron! – gritó al viento.
.-�¡NOOOOOOOO! – gritó el pelirrojo halándolo de la capa y tirándolo al suelo, sobre el que también cayó.
Se hallaban en una extraña posición, Ron de lado de Harry. El primero había recibido un fuerte golpe en el hombro mientras que Harry, lo había recibido en la espalda, que le dolía como jamás le había dolido nada.
.-¿Te has hecho daño¿Harry¡Harry? – gritó Ron preocupado al que se hallaba a su lado.
El de ojos verdes rió, había conseguido su propósito. Ron aún se preocupaba por su vida, aún era lo más importante para él, aún era la parte más importante del puzzle de su existencia.
.-¿Realmente crees que me hubiera tirado por ti? – rió el de ojos verdes.
Silencio.
.-¿Has vuelto a reírte de mí? – dijo Ron, llorando como nunca - ¿Por qué Harry¡Por qué?
Harry siguió riendo, camuflando el gran dolor que sentía en la espalda y la presión de sus latidos en el pecho... El corazón se le estaba desgarrando en dos...
.-¡Te odio!
Y diciendo esto, el joven Weasley se levantó como pudo del suelo y entró corriendo al castillo, soportando más dolor del que había soportado nunca, deseando acallar los latidos de su corazón que tan molestos le resultaban ahora, cansado como estaba y con una enorme depresión en su cuerpo...
Mientras tanto, en la Torre de Astronomía, Harry seguía en el suelo, llorando, con los ojos verdes anegados de lagrimas, temblando aún y susurrando:
.-Lo siento... pero necesitaba oír esas palabras de tu boca, ese "Te Odio" para olvidarte, para convencerme de que no eres imprescindible en mi vida, de que me odias, que no me amas... porqué yo... Yo si te amo...
Como ya te dije antes, si me necesitas allí estaré, junto a ti, siempre junto a ti...
¿Recuerdas como nos conocimos en el tren, cuando ni siquiera tenía amigos?
Realmente jamás tuve uno solo hasta que tú y Harry llegasteis a mi vida... hasta ingresar en Hogwarts, hasta que me salvasteis del enorme Troll montaña que me atacó en el lavabo de las chicas, en el que yo me encontraba porqué me habías hecho llorar... Tenías razón al hacer aquel comentario... Tan solo era una listilla que se pavoneaba con aires de superioridad porqué sabía hacer algunos hechizos de los complicados.
Lo pasé bien con vosotros, nuestras aventuras juntos, que sin querer nos perseguían donde fuera que nos encontráramos; La Piedra Filosofa, la Cámara de los Secretos, Sírius, El Torneo de los Tres Magos y finalmente nuestro encuentro con Voldemort el pasado año en el Ministerio...
¿Cómo nos seguían tanto las aventuras? Pues porqué El-niño-que-vivió se encontraba siempre con nosotros, dando sabor a nuestra vida, alegrándola con duras aventuras en las que siempre se encontraba Voldemort detrás.
Tengo que decir la verdad, hecho mucho de menos a nuestro amigo Harry, el Gran Harry James Potter, que tan amigo nuestro fue en su momento... No me gusta recordar lo que te hizo, cuando pienso en ello, veo inevitable pensar en que algún motivo tuvo que tener para hacerlo, o que no se dió cuenta... Ése no era nuestro Harry... Quien jugó con nosotros a ajedrez, quien largamente abrazó a Sírius, gran muestra de cariño hacia su padrino recién fugado de Azkaban para vengar la muerte de James...
Y cuando te veo a ti, mi Ron, me doy cuenta de lo mal que estás, y, sin la necesidad de tu palabras, veo que de seguir así acabarás muriendo por él, por mucho que yo haga algo por ti, por mucho que te dé mi cariño y mi amistad. No es eso lo que tu quieres, lo que tu necesitas...
Necesitas un corazón, su corazón... Te lo daría, pero ni el más poderoso conjuro pude ayudarme a arrancárselo para ti, y sabes que no es por falta de ganas...
Te voy a decir algo... Algo que me duele mucho, la verdad, porqué son los mismos sentimientos que tengo yo y que jamás van a ser correspondidos... Bueno, allá va: Creo que Harry te ama, no digo por decirlo, ni siquiera para animarte, lo digo porqué es lo que creo, te ama...
La cuestión es¿Cómo voy a lograr que lo reconozca?
.-¿Dónde estoy? – se preguntó Ron, al encontrarse en un pasadizo nunca antes recorrido, en el cual, solo se encontraba una puerta al final. – No puedo volver atrás... ¿Cómo se va a la Torre de Gryffindor¡Dónde te has metido Ronald?
Decidió seguir adelante, caminando hacia la puerta cerrada de caoba oscuro que se hallaba a pocos metros de él.
Al llegar a ella intentó abrirla. Estaba cerrada, pero... ¿Desde cuado a él le importaba que una puerta estuviese cerrada?
.-¡Alohomora! – susurró para que nadie le oyera y la puerta se abrió, dejándole paso.
Entró en la habitación y en seguida se dio cuenta que era la Sala de Menesteres, dónde el año pasado habían estado practicando Artes Oscuras a espaldas de la Gran Inquisidora Umbridge bajo el nombre secreto de "El ejército de Dumbledore", pero esta vez, el aspecto de la Sala era distinto; ya no estaba repleta de cojines, ni libros sobre las Artes Oscuras, ni siquiera todos esos chismes que el año pasado los protegían de la profesora y de los posibles mentirosos que se hallaban en la sala...
Ahora la Sala contenía una gran cama con doseles rojos, como en Gryffindor, y las sabanas suaves de color blanco y grana. En la pared, justo delante de la cama, había una gran chimenea donde un gran fuego quemaba los troncos secos, irradiando luz y calor que le daban un aire muy acogedor a la habitación. A ambos lados de ésta, dos sofás de pana roja con una mesa delante estaban llamándole a sentarse en ellos. Sobre la mesa, se encontraba su ropa para las clases que al siguiente día le esperaban, su ropa interior, la cartera con los deberes y un juego de ajedrez mágico.
.-Vamos a entretenernos un rato – se dijo a si mismo, poniendo la ropa en el otro sofá. Después de esto, preparó el tablero de ajedrez y encantó las fichas para que se movieran solas en una partida contra él. Mientras tanto, apareció frente a él una jarra de cerveza de mantequilla, que tomó entre sus manos, dándole un gran sorbo en el que casi engulló la mitad del contenido. También aparecieron algunos dulces de Honeyduckes que el chico hizo desaparecer a los pocos segundos.
.-Me apetece un poco de música – susurró, después de que una pieza negra matara a una de sus torres.
Empezó a sonar la canción de "Evangelion" una serie anime que miraba durante su estada en casa y que desde que su padre había decidido poner televisión, como los muggles, no se perdía un solo capítulo. Esa vez, se dio cuenta, del significado de la canción, que solía tatarear en la ducha.
"No pretendas convertirte en un ángel si lo logras puede no gustarte."
Esa frase, muy bien podría ser dirigida a su amigo, aquel que tanto bien le había hecho, que tan amable se había mostrado con él, que tanto le había enseñado de la vida, que tanto daño había causado en su ser.
"Viento, golpea sin parar, las puertas de tu triste corazón,
sonreíste sin más me miraste a mí,
un escalofrío nos invadió."
Ron empezaba a recordar el día en que se conocieron, en el tren, hiendo en el mismo compartimiento... Harry le invitó a sentarse con él, a comer de sus golosinas, a ser su amigo, sonriéndole y ofreciéndole una amistad, rehusando a Draco Malfoy, que como siempre, había venido a pavonearse de ser uno de los más ricos de la escuela y de ser un Pura Sangre... En ése momento, Harry rechazó eso por él, pero ahora, le había rechazado por el chico de la mirada de plata.
"Absorto, lleno de obsesión, en eso que deseabas tanto alcanzar,
Y tu dulce mirar, tu inocencia sentir, el destino no importa ya..."
.-Así debió sentirse Harry, cuando nos hicimos aún más amigos... –pensó Ron – no quería perderme y pensó que ésa era la mejor manera de no hacerlo, diciéndome que me amaba, haciendo que me sintiera atado a él. Haciéndome suyo... Me pregunto si en algún momento me amó, o solo estaba obsesionado... realmente, su mirada me mató, yo fui mi juez y mi verdugo, me dejé enamorar.
"Pero tal vez algún día comprendas que las alas son para volar,
Para impulsarte a un lejano futuro distante de mi puro amor..."
.-Espero que así sea, que te vayas lejos de mí, porqué si te quedas aquí vas a poder jugar siempre conmigo. En el justo momento en que me digas que me amas aunque solo sea para reírte de mí ante tus nuevos amigos, me vas a tener a tus pies, comiendo de tu mano, respirando tu aire...
"Has buscado convertirte en un ángel y de nuestra ventana alejarte,
abrir las alas y al cielo abrazarte
y dejar atrás todo lo que vale
ser humano, demonio cruel o ángel si lo logras podría no gustarte."
.-Has querido alejarte de mí, de nosotros, de nuestra vida, de nuestra amistad. Has intentado probar cosa nuevas... A lo mejor te gusta la nueva vida que llevas pero tengo mis dudas porque, me pregunto... ¿Qué hacías solo con esta lluvia en la Torre de Astronomía, teniendo a Draco Malfoy a tus pies?
"Duermes, soñando quiz�, envuelto en las alas de mi corazón
Aunque ahora lo sé, te eligieron a ti para un destino tan especial."
.-Cuando duermes, lo noto, pues tu imagen pide entrada en mi mente, mostrándome tus más oscuros temores... ¿Le temes a la soledad, verdad? Yo también... De hecho, por eso fuimos los mejores amigos del mundo... – susurró Ron, abrazado a un cojín de pana blanca y dejando caer alguna lágrima silenciosa.
Harry tenía una misión que cumplir. Salvar el mundo de las manos de Voldemort, aunque eso había pasado a segundo plano, lo que más requería de su atención era el pelirrojo que ahora se hallaba llorando por él.
"Cuando vuelva a amanecer, la luz de la luna triste mostrara;
en tu espalda un fulgor, una blancura, una luz
y el tiempo no se detendrá..."
Ron recordaba en éstos momentos, las largas noches que había pasado al lado de Harry y los despertares, cada mañana, con la cama bañada por la luz del sol, haciendo que la piel de Harry tomara un aura que recordaba a la blancura que tomaban los ángeles.
"Pero tal vez algún día yo encuentre un sentido un sentido a este sufrir,
Quizá lo encuentre en esa vieja Biblia que hace tanto que no leí..."
.-Todo tiene un sentido – pensó el chico de ojos azules, intentando, en vano, hacer que sus lágrimas pararan – Seguro que lo hizo por algo, a lo mejor yo no era lo que necesitaba pero... ¿Por qué así¿Por qué con él¿Por qué con tantos otros antes...?
"Has llegado a convertirte en un ángel,
la amargura puede abrumarte con la forma de vida que abrazaste,
es el sueño que siempre anhelaste
ser humano, demonio cruel o ángel si lo logras podría no gustarte."
Harry había conseguido lo que quería; Ron estaba enamorado de él, daría la vida por él haciéndole frente al mismo Voldemort si era necesario. Harry siempre había deseado que alguien lo amara, ahora tenía a ése alguien, pero no solo era Ron... también el joven Slytherin de ojos plata...
"Mientras la vida mantiene su curso y yo sigo inmerso en él
Pues te marchaste hacia otra existencia que nunca podré alcanzar."
.-Para mí, la vida sigue sin ti, me duele pensar eso, que ya no estás a mi lado y, que si seguimos así, jamás volverás a estarlo, pues la gente con la que vas no es de mi estilo, y mucho menos, del de Hermione, nuestra eterna amiga, la que tanto me ha dado, la que tanto me ha ayudado... La vida de tus "amigos" y las nuestras son muy distintas... A ellos les importa mucho lo que van a pensar mientras que en nuestro caso... recuerdo que nos daba igual todo... Incluso a ti, mi querido niño-que-vivió...
"Has querido convertirte en un ángel y de nuestra ventana alejarte,
abrir las alas y al cielo abrazarte
y dejar atrás todo lo que vale
ser humano, demonio cruel o ángel si lo logras podría no gustarte."
.-Te amo, mi Ángel Cruel...
La canción acabó, con un último comentario por parte de Ron que, abatido, se levantó del sof�, pensando que mañana ya lo recogería todo, se tumbó en la cama, cerrando los doseles y, exhausto y abrazado al cojín, completamente tapado con las sabanas, se puso a pensar en su Ángel, aquel que tanto le había mentido y a aquel que, después de todo, tanto amaba...
Hermoso y leal amigo, Ronald Weasley
¿Cómo decirte esto a la cara, si ni siquiera me atrevo a escribirlo en una carta que nunca recibirás?
Da igual, necesito escribir de una vez por todas lo que pienso, a lo mejor así, releyendo mis propias letras, me daré cuenta de que fui un estúpido y sigo siéndolo, que no soy la clase de persona que todo el mundo espera de mí y que, aún ahora, te estoy haciendo daño.
¿Sabes? Me gustaría devolverte el cariño que me das, el amor que estoy seguro, aún sientes por mí.
Como te dije una vez, en mis sueños, tal vez, me duele la situación que fue mi pasado, el dolor de cuando tan solo era un niño, los malos tratos que recibí por parte de mis tíos... tú sabes de lo que te estoy hablando... Más de una vez te lo he contado...
Mi presente es ahora, duro e incierto y a veces ni yo mismo comprendo el porqué de las cosas que hago, no me veo tan maduro como para recriminarte nada, pero es la perfecta manera de sentirme bien, pensando que no soy el único que siempre se equivoca al tomar decisiones y llamándote niñato, porqué intentas tomarte las cosas de la mejor manera posible, viéndolo todo en positivo, nunca en negativo y, en cierto modo, eso lo hacen las personas que viven de los sueños, pero eso es lo que más me gusta de ti; a parte de tu cara, tus ojos, tus labios... es decir, todo tú eres como un imán que intenta captar mi atención... "Polos opuestos siempre se atraen".
Me duele ver mi futuro, borroso y de color negro, sin saber quien estará a mi lado apoyándome en la "Gran Guerra" que todos esperan que gane, pero la verdadera guerra es a la que me enfrento cada día, al luchar contra mis sentimientos, al reprimir mis emociones y al querer controlarme para no caer en la tentación de volver a estar contigo, haciéndote mío como en las largas noches de pasados años, dañándote sin quererlo.
Necesito tu amor, tu cariño y tu afecto, ya sé... sé que no te lo demuestro, pero... no sé como demostrar y sacar a fuera todo el dolor y el rencor que siento hacia la vida, la cruel vida que estoy viviendo, lejos de ti y de Hermione, mis leales y verdaderos amigos...
Te pido que tengas paciencia, ya sé que te gustaría que te explicara sobre mis problemas, mi vida, mis angustias y mis alegrías... pero prefiero callármelo y sacarlo cuando estoy solo, sacando lágrimas que al rato, humedecen el pañuelo de seda que me regalaste hará unos años, aquel con nuestras iniciales bordadas RW/HP/HG, los tres mejores amigos que Hogwarts ha visto en su larga historia...
A veces, Hermione y tu me veíais divirtiéndome, concentrándome en resolver quién estaba detrás de cada asunto que tratábamos, metiéndome con Snape y Malfoy... pero en realidad estaba pensando en otras cosas. Intentaba relajarme, aún lo intento, pero es inútil.
Estoy tan confundido que no se interpretar lo que siento por ti. Es como si leyera un libro, el libro de mi vida, pero no lo acabo de entender porqué, mientras lo estoy leyendo, pienso en otras cosas, en cosas que complican la misión que se supone he de llevar a cabo para salvar al mundo entero pero... mientras tanto... ¿Quién me salva a mí? Quisiera saberlo...
Puede ser que esté con muchos chicos, a lo mejor alguna chica me ha robado algún beso, como la dulce Cho, que tantas veces se me ha insinuado, incluso estando con Draco y a la que no todas las veces he negado, me gusta que estén por mí, que me besen y me abracen, me gusta sentirme querido por los demás, por mis amigos más cercanos y no me doy cuenta del daño que hago a los demás...
Te voy a confesar una cosa... Tus besos, tus abrazos y tus caricias consolándome valen más que toda una fila de personas, cercanas o no, besando y probando mis labios incluso si una de esas personas es Draco...
Ojalá supiera expresarme como tu, con esas suaves y cariñosas caricias que me dabas cada noche y, que aún ahora, puede percibirlas en mis sueños, con dulce olor a melocotón... Pero yo no sé como hacerlo, estoy tan mal y mi entorno me afecta tan poco que ya no se distinguir si estoy enamorado de ti... cada vez me duela más pensar que no... o a lo mejor sí... no lo sé... no sé qué sería mejor, pues tú ya no estás a mi lado para hacérmelo saber con un suave beso en mi piel...
Mis sentimientos son un misterio, como una de nuestras aventuras, con ganas de llegar al final, como si mi vida fuera un libro fantástico en el que el protagonista tiene que salvar a su mejor amigo de las garras de algún mago malvado...
Necesito aclarar mis sentimientos mas veo que ahora tampoco tu los tienes muy claros... ¡En tu mirada puedo ver tantas cosas...!
Juro que no te voy a lastimar nunca más, y si, con ello, tengo que damnificarte un solo instante, haciendo que te sientas mal un par de días pero después me olvides... Juro que voy a hacerlo, voy a hacer que me olvides, al menos, hasta que ambos aclaremos nuestros sentimientos.
Solo sé seguro que te hecho mucho de menos, necesito que vuelvas a estar conmigo, haciéndome la vida un poco más fácil cada día, y riéndonos juntos del peligro, como tantas veces habíamos hecho...
Te prometo que algún día te devolveré todo el amor que me diste y aún por las noches me das, en cada sueño, en cada lágrima y cada que vez que miras la luna, recordando nuestra promesa...
Espero que algún día me comprendas y me sepas perdonar.
Siempre tu amigo:
Harry James Potter.
Harry, acababa de volver de la Torre de Astronomía. No se había quedado demasiado rato más allí, solo el justo para dejar que Ron huyera lejos, para estar seguro que, al menos por aquella noche, no se volverían a encontrar.
Llegó sigilosamente a la Torre de Gryffindor y se metió en su cama, sin mirar si Ron ocupaba la suya pero sabiendo del cierto que esa noche el chico se hallaba muy lejos de allí.
Hacía varios días que no dormía en su cama ya que las largas noches las solía pasar en compañía de Draco en Slytherin, por lo tanto, su cama estaba empezando a perder el característico olor a vainilla que tanto embriagaba los sentidos de Ron. Allí dentro, acompañado por la silenciosa soledad, escribió una carta para su "ex amigo", una que jamás debería leer, pues confesaba demasiadas cosas que se debían mantener en secreto, al menos, por el momento.
Guardó el escrito bajo la almohada, se quitó las gafas, dejándolas sobre la mesilla de noche, al lado del libro que había dejado la última noche que había pasado allí, en compañía de Seamus, quién ahora dormía placidamente y se recostó bajo las sabanas, con los ojos tristes y dolidos, dejando caer silenciosas lágrimas sobre las blancas sabanas que tanto calor le proporcionaban en su abrazo, acomodándolo para que pudiera disfrutar de un hermoso sueño.
Continuará...
Bueno... Hasta aquí el segundo capítulo... Espero que de momento os vaya gustando...
¿Qué quería decir...¡Ah sí!
En este capítulo he puesto fragmentos de algunas canciones ("Allí estaré" de Álex Ubago, "Perdona" de Tiziano Ferro y "La Tésis de un Ángel Cruel" de Evangelion). Quería atreverme ´con algo así, ya que, esas canciones quedan que ni pintadas en los fragmentos...Upsss... ¿Qué tal queda?
Porfavor... ¡Dejad reviews!
¡Gracias por leer este capítulo!
Mery-Chan
23/02/2005 (fecha de escritura)
Todo lo que puede ser malinterpretado es malinterpretado siempre...
