DBZ: PREDESTINADOS

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Hola a todos, estoy muy contento y agradecido por haberme dejado reviews. Espero que se diviertan con este capitulo, y ojalá pueda ofrecerles algo como los lectores se lo merecen. Al menos las intenciones están, ¡jajaja!. Hasta la próxima y como siempre cualquier sugerencia contáctense a mi correo.

Runliney: Me pone muy contento que te haya parecido interesante la historia, ese es el objetivo que tengo , atrapar a los lectores con la trama. Sigue leyendo y descubrirás muchas mas cosas.

Shadir: Me parece genial que te haya gustado la parte de Sakura, es la primera vez que ponía algo de "humor", y tenía miedo de que no gustara. Este capitulo tendrá bastante mas de eso, espero con ansias sus opiniones. Hasta la próxima y gracias por dejar reviews, he notado que dejas review a casi todos los lectores. Te mereces sinceramente mis felicitaciones.

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REVISION DEL CAPITULO ANTERIOR:

Vegeta a mitad de camino en busca de ayuda, se encuentra con un chico siendo maltratado por unos matones. Todo un caos comienza para Vegeta abandonando al joven, que luego resultará ser A-17. Por otra parte Goku y Gohan deciden comprar flores en una ciudad cercana con la intención de aliviar la furia de Milk, pero sorpresivamente se encuentran con un episodio parecido al de Vegeta. Los guerreros intervienen y acaban rescatado a la muchacha que eventualmente es la hermana de A-17 o sea la conocida A-18, pero antes de ser construida en androide. La nueva compañera decide unirse al grupo temporalmente hasta recobrar su memoria, ignorando todo su pasado. Bulma por su parte es acechada por un intenso dolor, que ocurre de repente dejándola desmayada sola en su enorme casa, probablemente una enfermedad o algo peor la aqueje, y la ayuda debe ser inmediata.

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VEGETA Y SU DESTINO:

(Se podría decir que este capitulo esta dedicado a Vegeta, no quiere decir que sea el personaje principal, pero su historia es la mas interesante. NO pierdan de vista las demás historias que traté en el primer y segundo capitulo, por favor).

"La fuerza fluye en mi interior, siento como mi poder regresa, vuelvo a ser un humano otra vez, y sé que debo tomar venganza contra los Saiyajins porque fueron ellos quienes hicieron de mi lo que ahora soy. Esa raza inmunda no se merece vivir, es una plaga para el universo, pero una de esas plagas que tienden a desaparecer con el correr del tiempo, jajaja. A pesar de esto siento que todavía existen, han podido sobrevivir a través del tiempo sin perder fuerza. Milagrosamente he aprendido a detectar el Ki de las personas, no se que pudo haber pasado, cuando reencarne en este nuevo cuerpo, pero gracias a esto puedo ver que me rodean unos cuantos descendientes de esta estirpe, el error cometido por Enma-sama les costara muy caro. Tan caro que no bastara que tome la vida de los Saiyan de este mundo sino que también estarán en peligro aquellos Saiyajins en otras dimensiones. Presiento que alguien se acerca, es una presencia familiar pero debo simular estar jugando, como cualquier niño de mi edad lo hace. No deben descubrir mi verdadero propósito hasta que sea capaz de recordar un poco mas, o Enma podría descubrir donde reencarnó mi alma y castigar mi nuevo cuerpo. Ese inútil que se hace llamar el guardián de la frontera entre la vida y la muerte, no pudo haber cometido un peor error que el de haberme dado un nuevo cuerpo, jajajajaja". ¿?

El aire se sentía pesado, parecía que el viento no soplaba desde hacia un rato. Vegeta, mientras volaba en busca de la mujer que lo ayudaría en su plan por llevarse la cápsula de entrenamiento, no podía olvidar lo ocurrido con el joven minutos atrás. Sus ojos estaban desorbitados y el sudor en su frente corría mas veloz que nunca, era notorio que la adrenalina estaba en su punto máximo. Pero sin querer reconocer su debilidad ante tal problema existencial, el que abarca la problemática de las buenas, malas acciones y sobretodo el arrepentimiento que esto trae consigo, continuaba serio en su camino a la ciudad.

Al fin y al cabo unos cuantos puntos se comenzaron a divisar a lo lejos, sin duda alguna era la capital el oeste, hemos llegado a destino. Ya adaptado al nuevo comportamiento de las personas vegeta decidió descender en las afueras de la ciudad, para no alarmar a los habitantes. Varias veces había sido tratado de fenómeno o de mutante por bajar volando de la nada, en lugares poblados. Esta vez prefería hacerlo al estilo terrestre, a pie, lento y sereno, caminando como si nada le ocurriera como todo el resto lo hacia.

Posándose en la copa de un árbol, apenas tocándolo, fue descendiendo por él hasta llegar al suelo donde habían centenares de arbustos, verdes y floridos, los cuales el príncipe pisoteo y destrozó sin importarle absolutamente nada dejando un rastro verde, de flores reventadas por todo el piso que lo persiguió por todo su trayecto. Caminó por un largo sendero que lo dirigía a la calle principal de la ciudad donde abundaban personas y vehículos como guerreros en su planeta. Grandes edificios se elevaban ante su mirada que no alcanzaba a ver el final de ellos.

A pesar de no frecuentar muy seguido la ciudad, había cosas que aun le sorprendían, y una de ellas era, la prisa que llevaban las personas al recorrer las calles. Era como si cada uno vivera en su mundo, aislado y apartado de todos los demás, no era algo nuevo lo que había notado pero por alguna razón en especial esta vez le había parecido significativo. Tratar de cruzar calles, detenerse a mirar vidrieras, todo estaba sincronizado para esta gente, todos ellos sabían que debían hacer en que momento, y Vegeta por su parte, sabia lo que no debía hacer, y eso era llamar la atención.

Y así respirando hondo y pensando en lo que podría decirle a la madre de Bulma cuando se encontrara con ella, continuo su camino adentrándose en la capital. En una esquina, donde mucha gente se encontraba lista para cruzar, vegeta esperaba la señal indicada por ese aparato que irradiaba lucecitas de colores para proseguir; pero lo que no recordó fue que luego de la luz roja, seguía la amarilla que indicaba, atención, y no "puede continuar", como Vegeta creyó que era. Sin ni siquiera mirar, a una velocidad considerable, cruzo a través del asfalto, concentrándose en la presencia de la madre de Bulma. Autos volteados, vehículos partidos por la mitad, y marcas de frenadas en el pavimento fue todo lo que quedo detrás de la figura de Vegeta que seguía su camino hacia un callejón muy angosto.

"Sabia que debía haberle hecho caso al horóscopo esta mañana, rayos". Decía un hombre que escapaba de su automóvil dividido en dos al pasar por Vegeta.

"Demonios, esa mujer, me enloquece, siempre de aquí para allá, nunca se sabe exactamente donde se la puede encontrar. Hace dos minutos, estaba en un lugar y luego de repente, ya esta en otro". Decía el Saiyan que caminaba por la calle angosta que desembocaba en un lugar minado de humanos.

Sin prestarles atención alguna Vegeta comenzó a acercarse a su objetivo sin perder de vista la dirección en la cual se encontraba a quien buscaba.

Muy concentrado en su actividad Vegeta no fue capaz de darse cuenta de las burlas a sus espaldas que la gente hacia al verlo pasar, turistas y lugareños volteaban al ver a tan ridículo personaje con una malla azul y los pelos como electrocutado como pasado de moda. Era obvio que su apariencia llamaría la atención, eso era lo que siempre le decía Bulma, pero no, el principito nunca escuchaba, siempre hacia lo que se le antojaba, a su manera y siempre bien; por supuesto, no fuera a ser que él se fuera a equivocar. Las burlas lentamente se iban transformando en insultos, de los cuales solo algunos reconocía, al escucharlos de la lengua enfurecida de Bulma.

Aunque no prestaba atención a nada de esto, Vegeta volteaba con la incesante duda y remordimiento, de estar haciendo lo correcto. Al pasar por una esquina donde la gente se encontraba reunida discutiendo, una niña pequeña de no mas de cinco años, muy bajita, de cabello castaño y largo hasta la cintura, apenas con unos pocos dientes, no reaccionaba a la mirada congelante de Vegeta. No entendía porque no provocaba el miedo en la chiquilla como lo hacia en todos los demás, como lo hacia con sus victimas en sus tiempos de asesino. Frunciendo el ceño y abriendo de par en par sus ojos, giro su cabeza hacia la niña, y poniéndose a su altura (acción que no requirió de mucho esfuerzo), sonrió levemente y dijo.

"Hola enana, ¿qué es ese horroroso muñeco que traes en tus brazos?". Intento persuadir el guerrero.

"¿Eto, eto es mi muñeco, ze llama snorlaxante, ¿poque pregunta señor?". Contesto con una voz chillona, y rechinante, mientras degustaba una paleta multicolor, de dimensiones enormes.

"Y dime una cosa mas mocosa, ¿te gusta la magia, no, a todos los niños les gusta".

"No, no me guta la magia, señor. Mi mami me dice que todoz loz magoz zon unoz farsantes y que también dicen mentiraz".

"Imagino entonces que te gusta jugar al escondite, ¿no es cierto?". Refunfuñaba ya Vegeta que trataba de dejara en ridículo a la pequeña.

"No, no me guta juegar. JEJEJE"

"¿Entonces que diablos te gusta hacer, responde debe haber algo que te guste".

"Señor, zeñoooooor, (murmuraba la pequeña)".

"¿Mmmmmh, que sucede niña que pasa?." Dijo Vegeta acercándose mas a la niña con un poco de curiosidad.

"CUIDADO ZEÑOR, DETRÁZ DE UZTED." Grito horrorizada soltando la paleta que se hizo trizas al tocar el suelo.

"¿Qué, que pasó, ¿qué sucede pequeña?". Decía vegeta mientras giraba en todas direcciones, buscando la razón del grito alarmante de la niña. Pero al voltear para ver como se encontraba la infanta, vio como se reía inocentemente y apretando su muñeco se tambaleaba repitiendo.

"Lo engañe zeñor, jajajaja, ha caído en mi trampa, jajaja". Reía a la vez que alzaba su muñeco en señal de victoria.

Los planes de Vegeta evidentemente no habían marchado bien, no había tomado en cuenta que los niños cada día nacen mas astutos. La intención desde el principio era hacer desaparecer el peluche para sorprenderla y demostrarle que era superior, y así alejarla de su lado.

La pedagogía del príncipe era pésima, nunca había tratado con niños, y nunca lo haría. Los odiaba y no soportaba sus estúpidas preguntas. Anhelaba esos días en su planeta donde todos y cada uno nacía con una misión delegada de antemano. En Vegetasei no existía la familia y mucho menos niños molestos como los de nuestro planeta, pensaba el Saiyan.

"¡Mocosa insolente, ¡no te burles de mi, soy un Saiyan que he venido de otro planeta, y debes respetarme por ser un príncipe."

"¿Y poque?".

"Porque un ser malvado llamado Frezzer lo destruyo, para acabar con nosotros".

"¿Y poque?".

"Porque nos tenia miedo, y creía que algún día seriamos tan fuertes, que lo derrotaríamos".

"¿Y poque?".

"¡Maldita enanaaaaaaaaaaa!. Deja de tomarme el pelo de una buena vez o sino…, o sino…".

"¿O sino que?".

"¡O sino esto!".

Y explotando de furia y con la cara mas roja que un tomate, arrebato el apretujado muñeco de los brazos de la niña y lo lanzo al aire hacia arriba, tan alto que nadie seria capaz de encontrarlo jamás.

Lagrimas, chillidos aturdidores y un berrinche fue lo que causo en la pequeña la acción bestial de Vegeta. Intentando calmarla, para que nadie se alarmara, el Saiyan corrió a su lado para tomarla y apretarla fuerte, con la intención de opacar el llanto, para que nadie cercano escuchara.

Entonces fuertes pasos comenzaron a oírse a lo lejos, pasos que se hacían mas fuertes y potentes a medida que los segundos pasaban. Sin duda alguien se acerca, y no precisamente para buscar a Vegeta, esa persona, seguramente quería encontrar a la niña, al oír sus sollozos.

"¡Mami!". Dijo la niña mientras se balanceaba, del cuello de una mujer de cabello corto y castaño, atado con unos broches rojos.

"Mi amor, ¿qué te ha pasado, ¿por qué llorabas así?". Preguntaba la madre, alejándola de Vegeta, hasta quedar del otro lado del callejón.

"Eze Señor malo, hizo volar el muñeco que papa te regalo aquella vez, eze Señor ez malo".

"¿El muñeco, ¿te refieres al que me regalo Shaoran, tu padre, cuando éramos niños?".

"Zi, exactamente, lo agarro y luego lo lanzo al aire, tan, tan alto que no lo pude ver maz".

"Viejo insolente, ¿que se cree, mejor deje de molestar a los niños y vaya a jugar con sus pañales desechables".

Y Sakura de nuevo en acción, apareció siendo la madre de la pequeña que se llamaba Tomoyo. El padre de ella era Shaoran, el joven que todos conocíamos y al cual creíamos estúpido e impotente. Es notorio que el niño ha crecido, y ya no anda detrás de cartas con poderes mágicos y esas cosas. Ahora se dedica junto con su esposa Sakura a cuidar de su hija y trabajar en ese nuevo país.

Tomoyo, reflejaba una sonrisa maliciosa, al mismo tiempo que su madre, lanzaba cualquier cantidad de insultos al despistado de Vegeta, que en ese día no le había salido nada bien. Primero lo del muchacho extraño, en las afueras de la ciudad y ahora una madre enloquecida retándolo por molestar a su hija. Definitivamente el planeta tierra era demasiado para un Saiyan como él.

"¡Basta ya mujer , ya entendí lo que quería decirme, no volveré a molestar a su insoportable hija nunca mas, ¿entendido?".

"Muy bien abuelo, esa es la actitud de un sextoagenario, con entradas en el cabello como usted, pero lamento decirle que no son suficientes sus disculpas, el osito que mandó a volar era un regalo muy preciado para mi y para mi hija. Me lo obsequió mi actual marido cuando termine con una misión que no tengo porque contarle. Así que lo que quiero que haga es que me consiga ese muñeco de inmediato y se lo devuelva a mi hija, ¿alguna duda?".

"Grrrrrrrr, insecto inútil, ¿porque será que tengo que estar haciendo esto, ¿tan grave es el error que he cometido para recibir un castigo tan grande como este?. Solo si pudiera matarla y disfrutar viendo correr su sangre…, pero no puedo algo me lo impide. Esa mujer Bulma me ha metido demasiadas cosas en la cabeza, todo esto es por su culpa, me las pagará cuando llegue a su casa". Pensaba el Saiyan, intentando no descontrolarse.

"Estoy esperando señor, apresúrese y tráigame lo que le pedí. No importa lo que tenga que hacer para conseguirlo, tengo todo el día libre para esperar, porque tuve que cerrar el negocio, por razones que tampoco le interesan".

"Pero, mami, mami, el muñeco dezaparezio, y no lo vi maz, ¿cómo lo va encontrar el señor?".

"No te preocupes hija, se las tendrá que arreglar solo, eso a mi no importa".

Entonces elevándose en el aire una vez mas, Vegeta, despego sus pies del suelo, para encontrar ese horrible peluche, para callar a la mujer y que se largaran lo mas rápido posible de allí. Moviéndose a una velocidad extremadamente veloz, y utilizando los sentidos desarrollados que poseen los Saiyajins, pudo ver que algo se erguía en el aire, en la mitad de la nada. A primera vista parecía un castillo, pero luego de observarlo mejor recordó, que no era un simple castillo, era el templo de: ¿Kami-Seta, pensó Vegeta…, perdón, digo Kami-sama repitió, al recordar decenas de historias que le habían contado los guerreros, historias a las que nunca prestaba atención.

"Así que el bicharraco ese se metió en el templo del gran dios de la tierra, jajaja. Creo que aprovecharé unos segundos, para investigar, este lugar un poco mas detalladamente".

Y subiendo al ras del edificio, por la columna que lo sostenía, para que nadie lo viera, siguió su camino emocionado por lo que podría encontrar allí, muchos artefactos extraños, como las Dragon ball , supuestamente habían sido creadas en ese lugar. La sonrisa de Vegeta era cada vez mayor, su imaginación viajaba por mundos, que alguna vez soñó, al pensar en la anhelada vida eterna.

Mientras tanto, unos cuantos metros mas abajo en el piso, Tomoyo, esperaba ansiosa a Vegeta, y abofeteaba su madre que había entrado en estado de shock. Sakura estaba tan pálida como un papel, sus pupilas estaban dilatadas y grandes cantidades de baba caían de su boca. Las aventuras sufridas en su juventud le habían traído graves consecuencias, en el presente.

"Hay madre, ¿cuando maduraras?. Zi no son fantasmaz inventados zon personas que vuelan. Creo que nunca debí haber jugado con esas bonitas cartas rosa, dibujadas, que tenias en la mesa de luz del cuarto. Desde ese momento has estado muuuuuuuuuuuy exaltada. Jejeje".

¿Quien iba a pensar que esta niña resultaría ser todo lo que Sakura no había sido cuando pequeña?; astuta, traviesa y muchas veces malvada. Pero por fuera emanaba dulzura e inocencia que engañaría hasta…, hasta…, hasta a Vegeta.

Llegando al limite de la plataforma cubierta de las típicas baldosas grises, perfectamente colocadas, Vegeta se encontró con que nadie, estaba cerca del templo. Husmeó en cada planta en cada esquina, en todos los rincones del patio del palacio sin encontrar ni una pista del muñeco o de algo con mas importancia. Exhausto de intentar localizarlo en el exterior decidió adentrarse a las miles de habitaciones, que poseía el interior del templo. Muchos comentarios vinieron a su cabeza, de extrañas dimensiones y monstruos que albergaban el lugar. Pero nada que el príncipe de los Saiyajins no pudiera enfrentar.

Un largo pasillo, con puertas a los costados, se veía adelante. Vegeta cerró la puerta tras él para que nadie sospechara de su inesperada visita y prosiguió hacia el interior. Infinidad de puertas de madera, exactamente igual construidas, se levantaban a los costados. Puertas que Vegeta no dudo en abrir. La primera que abrió, no le sorprendió en lo absoluto. Pilas de comida amontonada en una habitación enorme, fue lo que alcanzó a ver. Comida en buen estado y muy apetitosa. Se la hubiera comida toda de no ser por tener planes mas importantes. Por esa razón cerro dicha puerta y prosiguió con la siguiente.

Dentro de la segunda habitación, no pudo verse mas sorprendido. El cuarto estaba tapizado en fotos de mujeres play-boy, en poses sexys, mordiendo manzanas, jugando con mangueras y algunas de las muchachas estaban vestidas en trajes de baño, el resto……sin trajes de baño.

Vegeta sonrojado salió de la habitación, sin palabras que emitir. Nunca en su vida había visto algo semejante, y no se refería a los pechos de las modelos, sino a lo atrevidas poses que realizaban. En seguida sospechó que él único viejo "verde" (literalmente hablando) que era capaz de hacer eso era Kami-sama. Aunque sabemos que es un dios, no hay duda que el también es un ser vivo y como sabemos bien los seres vivos tienden a reproducirse y para reproducirse ya sabemos que se debe hacer.

Pensando mejor, sus conjeturas no eran del todo correctas, cuando estuvo en Namek, algo que aprendió además de sentir la muerte en persona fue que los Namekianos no se reproducen como los Saiyajins o los humanos. Ellos nacen de un solo padre, y no existen diversidad sexual. Por lo tanto alguien era el responsable de su momento de excitación…, digo de exaltación.

¡Y el concursante Vegeta ha elegido como tercera opción la tercer puerta! (voz de anunciante de programa de entretenimientos). Al abrirla una de esas gotas tan particulares de muchos animes cayo de su frente. No podía creer lo que estaba presenciando, eran imágenes aun peores que las del cuarto anterior. Pero estos posters que también tapizaban la habitación, no eran morbosos. Las imágenes mostraban imágenes de Pitufos en poses iguales que las anteriores, junto con fotos de extraterrestres sacados de los Archivos X. Todo el cuarto era un mar de colores, entre azul y por supuesto verde.

La carcajada de Vegeta no demoró un minuto más en salir. Las ilustraciones eran sumamente graciosas, tanto que el Saiyan no pudo contenerse y comenzó a reír como hacia tiempo no lo hacia. Ver todos esos macacos horrendos haciendo posturas extrañas era demasiado, hasta para alguien frió como él.

"Jajajajajaja, parece que juzgué, antes de saber, esos tontos Namekianos, si que tienen gustos extraños. ¿quién se iba a imaginar que los Pitufos serian la diversión de estos seres, ni Goku lo hubiera creído si se lo hubieran contado. Jajaja".

Cerrando la puerta de un golpe, Vegeta intentó calmarse para seguir investigando, pero su risa fue interrumpida por la cara de Kami-sama, que lo esperaba tras la puerta de la habitación "secreta". Con cara de pocos, pero de muy pocos amigos lo miro de arriba abajo y le dijo.

"¿Qué diablos estas haciendo tu aquí, no te mereces ni siquiera pisar el castillo de Kami-sama luego de haberme matado como lo hiciste aquella vez. ¡Fuera de aquí!. ¡Vete de inmediato!".

"Viejo Verde ¿quién te crees para hablarme así, sabes que puedo matarte cuando lo desee. No te atrevas a gritarme así de nuevo".

"Me amenazas en mi propia casa, con la excusa de venir a buscar un peluche, que te importa tan poco como la vida de los seres de este planeta. Eres un altanero que no se merece estar aquí conmigo. ¡Vete te he dicho!. Veo que te olvidas que soy Kami-sama y que lo veo todo desde aquí".

"¿Entonces porque no me detuviste apenas entré en aquí, si eres tan poderoso como dices?".

"Bueno… esteee, lo que pasa es que… estaba tomando un descanso. Hasta los dioses como yo descansamos, ¿sabes?".

"Bueno como ya me he aburrido de estúpida charla voy a darte el gusto aunque sea solo por esta vez, de marcharme, tengo cosas importantes por hacer".

"Si, lo sé; pero espera Vegeta, no olvides lo que viniste a buscar". Dijo Kami retrasando la partida del Saiyan.

"Toma el osito y entrégaselo a la pequeña, todavía te esta esperando ahí abajo."

"Gra…Gracias Kami-sama y perdona por haber entrado a tu casa. Pero recuerda y ten siempre presente que ya conozco uno de tus mayores secretos".

"Jejeje, esta bien. Adiós".

Saliendo rápidamente del lugar, Vegeta se encamino a su próximo objetivo para poder continuar de una vez con lo que debía y realmente le importaba hacer. Pero antes que nada estaba la niña que le había traído todos esos problemas, era su deber cumplir con ella y con Kami-sama.

Desde el templo, Dios y Mr. Popo miraban como Vegeta se alejaba rápidamente concentrado en su propósito.

"Señor Kami-samas, señor, ¿qué ha pasados con Vegetas?. Preguntaba el típico ayudante del dios de la tierra.

"Nada Mr. Popo, solo que noto algo diferente en este Saiyan. Su actitud no es la misma, desde que ha llegado aquí, se podría decir que ya queda muy poco del Vegeta que antes conocíamos. Parece ser que el amor golpeo fuerte en su corazón".

"Pero señor Kami-samas, ¿no ser eso un poco peligrosos?".

"Es posible Popo, pero ¿que puedo hacer para evitarlo?. Su personalidad esta en un estado frágil, cualquier golpe podría derrumbarlo o peor, podría enfurecerlo. Lo único que puedo hacer por él siendo el dios de este planeta es rezar por su integridad".

"A propósitos, señor, ¿qué hacia en el palacios?".

"Ohhhh, no, solo estaba husmeando un poco, nada alarmante, aunque no pude descifrar sus verdaderas intenciones…".

"¡No me diga que Vegetas entro en el cuartos, secretos!".

"Si lo hizo, y le causo mucha risa, pero no te preocupes, no le dije que todas esas cosas eran tuyas".

Pasado un rato, Vegeta ya era capaz de ver la silueta de las mujeres que lo esperaban. La niña parecía estar muy tranquila, pero Sakura definitivamente no se encontraba bien.

"Zeñor, por fin llega, ya estaba canzada de esperarlo". Replico Tomoyo, sentada en un banco tomándose un refresco mientras su madre seguía desmayada por ahí.

"Toma pequeña mocosa, aquí tienes el maldito peluche". Y lanzándoselo por la cabeza, dio media vuelta y escapo, a paso acelerado del callejón, intentando por vigésimo cuarta vez encontrar a la madre de Bulma.

Que extraño era todo lo que últimamente le estaba ocurriendo a Vegeta, en ese año completo que había estado allí, no había pasado nada importante y ahora de repente, millones de problemas le caían encima.

Gracias a dios la presencia de la madre de Bulma estaba cerca, unos cuantos pasos mas y estaría con ella, para conseguir la cápsula de entrenamiento. Sin ese aparato su entrenamiento seria mucho mas arduo, y no podía permitirse ni un minuto de distracción con Kakarotto y otro Saiyan mas pisándole los talones. Debía convertirse en súper Saiyajin a como diera lugar. Pero no conocía el secreto para hacerlo. Y probablemente aunque se lo preguntara a Kakarotto, no le sabría responder. Solo quedaba una opción, entrenar y entrenar hasta alcanzar un nivel superior al de los súper Saiyajin.

Deteniéndose en un gran local que titulaba, "peluquería y cosméticos Misty", miro hacia dentro del recinto para intentar localizarla. Pelucas, vestidos, cosméticos, y otras cosas fue lo único que pudo ver, además de unas cuantas mujeres alborotadas, gritando y riéndose como si estuvieran en una reunión. Poniendo sus manos sobre su frente, para disminuir la intensidad del sol en sus ojos, arrimo su cabeza, al vidrio empapelado en stickers. Era sumamente difícil precisar el ki de la madre de Bulma entre tanta gente. Todos tenían casi la misma cantidad de energía y se podía confundir fácilmente.

Lo único que quedaba por hacer era lo mismo que había hecho hasta ahora. Dejar de lado sus habilidades especiales y actuar como un humano común, entrar al lugar caminando y utilizar su "gran" amabilidad preguntando por la persona que buscaba. No era de las mejores ideas que se le habían ocurrido, mas no queriendo ser visto por nadie, pero la cuestión era urgente, y ya no podía demorarse mas. Bulma podría hablar con su madre, y así ganarle la pulseada, por el aparato, que poco le importaba a la terrícola.

Si su misión era convertirse en súper Saiyajin, la cápsula era esencial para completar su objetivo, pero su pregunta era una en especial: ¿el fin justifica los medios?. ¿Era necesario enfrentarse con Bulma solo por un capricho?. Esta mujer lo atraía mucho, no podía dejar de pensar en ella y en los momentos que habían pasado. Seguramente le enojaría que él le jugase por la espalda, y solo con el propósito de ganar y demostrar que todo lo podía.

Pero en fin, ya estaba ahí parado en frente a la solución, solo restaba entrar y hablar con la madre de Bulma, y convencerla de regalarle la cápsula, cosa que no seria muy difícil de lograr….

Una puerta se sintió en el salón de belleza y la esbelta figura de un hombre de estatura baja atravesaba el pasillo. Muchas de las mujeres que estaban alrededor miraron asombradas, a vegeta que caminaba indiferente a las miradas femeninas.

El Saiyan se acerco a un mostrador, que se encontraba en medio de una masa de personas. Apoyo sus brazos en el escritorio y pregunto con su mayor esfuerzo de amabilidad posible.

"¡Mujer, dime ahora mismo donde esta la madre de Bulma!. ¡Vamos rápido!". Dijo Vegeta fracasando nuevamente en un intento de cordialidad

"Por favor señor, respete el letrero y ubíquese al final de la cola. ¡El siguiente por favor!…". Señalando un letrero colgado del techo, la secretaria que usaba unos lentes amarillos, le advirtió de las reglas del local.

"Malditos insectos, hubiera sido mejor no haberme levantado el día de hoy. Estos humanos se creen que son la gran cosa, y no se dan cuenta que tiene a un miembro de la nobleza frente a sus narices". Refunfuñó, corriéndose a un lado, para ver nada mas ni nada menos que una fila interminable de gente esperando por el turno correspondiente.

Quince minutos mas tarde, y con la pero cara de perro que tenia, fue capaz de llegar al principio de la hilera, para encontrarse con una sorpresa.

Justo en el momento que estaba por establecer una nueva comunicación con la recepcionista, otro nuevo letrero apareció frente a sus narices. El nuevo cartel decía: "Hora del almuerzo, espere hasta las 2 p.m. por favor". Instantáneamente su mirada enloqueció, buscando un reloj. La cólera aumentaba a cada segundo, de su frente caía agua potable a chorros, y mas aun cuando en un reloj sostenido en una pared pudo ver que marcaba las 12 p.m.

"¡ESTO ES INCONCEBIBLE, QUIERO SABER DONDE ESTA LA MADRE DE BULMA YA!". Gritaba enfurecido Vegeta en medio del salón, aumentando su Ki, en medidas inconmensurables, haciendo temblar el edificio completo.

"Llamando al señor bailarín de ballet. Repito, llamando al señor bailarín de ballet". Una voz se podía escuchar a través de un megáfono llamando la atención del Saiyan.

"Pedimos encarecidamente al señor de la malla azul que se tranquilice un minuto y que espere como buen ciudadano en la cola hasta que terminemos el almuerzo. Muchas gracias.¡CLONCK!. El mensaje humillante había terminado, pero no la furia de Vegeta, la cual aumentaba mas y mas.

"¡Sabandijaaaaaaaas, me las pagaran!. ¡Nunca entenderé sus estúpidas reglas!". Y cargando un potente Final Flash, sus manos iluminaron toda la habitación. El ataque estaba ya casi completo, y sus ojos en blanco, cegados por la furia.

"¡FINAL FL…!……".

"¡No Vegeta, no lo hagas!". Exclamó una voz de entre la multitud.

Reconociendo su nombre y esa voz tan particular, su energía comenzó a disminuir. Su ira se hacia mas y mas insignificante. Respiraba con dificultad, por el esfuerzo y la tensión que había puesto en dicho movimiento, pero la satisfacción era inmensa, al ver al fin y al cabo, a la persona que le había costado mas de dos capítulos encontrar.

"Vegeta, pe…, pero ¿qué sucede?". Preguntaba la mujer acercándose y abrazando al Saiyan.

"Ho…hola mujer por fin te encuentro, estos inútiles de los terrícolas me han tenido dando vueltas desde hoy temprano".

"Esta bien no te alteres, recuerda, debes tener paciencia con ellos. Los humanos no saben de tu existencia y no deben saberlo, piensa el caos que causaría, si supieran que existe gente que puede volar, utilizar energía y las Dragon ball.

"Gracias, tu siempre preocupándote por mi……". Vegeta quedo mudo al terminar dicha frase, y mirando hacia el otro lado quedo así durante unos segundos.

"A propósito Vegeta, ¿qué te trae por aquí, ¿acaso me extrañabas?. Déjame decirte que yo estaba loca por verte".

"¡Aquí no, podrían vernos, ya suéltame!". Forcejeaba el Saiyajin, con la mujer que lo rodeaba con sus brazos.

"Bueno, entonces si no quieres aquí…… ¡ven!".

Y tomándolo de donde pudo, la mujer arremetió con el Saiyajin a cuestas, al primer vestidor libre que encontró. Primero ingreso a los empujones a Vegeta a la vez que lo abrazaba y lo besaba, mientras que él solo se limitaba a moverse un poco por el escaso espacio.

"Vamos ya, déjame no estoy de humor para esto hoy". Exclamaba el príncipe Saiyajin entre dientes, tratando de escapar de los besos de la excitada mujer.

"Alguien podría vernos…… suéltame".

Y alejándose unos centímetros de los labios de Vegeta la mujer lo miro y dejo muy tranquila.

"No te preocupes, el único que nos conoce aquí es mi marido". Y dicho esto continuo con su actividad.

"¿QUEEEEEEE, ¿tu marido aquí?. ¿Estas loca, quieres que muera joven?".

"No te preocupes por él, ya lo conoces… no se dará cuenta de nada".

"No importa, no quiero seguir con esto. Vine aquí para otra cosa. Es acerca de la cápsula de entrenamiento, la necesito y rápido".

"¿Para que la necesitas si la tienes en casa?". Dijo la madre de Bulma sonriendo y con una voz muy melosa.

"Ohhh, si tu no lo sabes……". Prosiguió Vegeta.

"Esta misma noche me mudo a la casa de Kakarotto. Tu hija me ha echado esta mañana, cuando tuvimos una discusión (NDA: capitulo 1)".

"¿Bulma, no puede ser verdad, Bulma no haría algo así". Dijo la madre rascándose la cabeza e intentando pensar.

"¿Crees que se haya dado cuenta de lo nuestro y ahora esta celosa?". Dijo la veterana.

"¿Celosa, ¿Bulma?. ¿Porque debería estar celosa Bulma de nosotros, si lo supiera?". Se preguntaba Vegeta muy inocentemente.

"¿Tengo cara de idiota o que, ¿crees que no me he dado cuenta como te mira?. Todo el tiempo pendiente de ti. Que Vegeta esto, y que Vegeta aquello".

"¿Bulma, ¿Pendiente de mi?……". Una sonrisa ilumino su cara. Aunque todavía no aceptaba que algo intenso le pasaba con Bulma, se daba cuenta que su interés por ella era otro.

"¡Si Vegeta, es increíble que no te hayas dado cuenta antes!". Dijo la madre de Bulma. Pero al mirar mas detenidamente pudo ver que vegeta estaba viajando por un mundo de fantasías

"¿Por qué sonríes de esa manera?". Una cara de espanto inundo la expresión de felicidad en el rostro de la mujer.

"NO, no me digas que, que tu y mi hija. Dime que me equivoco, por favor. Exclamo la veterana, alejando sus brazos del Saiyan.

"¿Eh?. ¿Qué tonterías dices mujer?. Que gracioso, yo y tu insoportable hija juntos. No se te podía haber ocurrido un mejor chiste". Intento esquivar Vegeta, que no dejaba de sudar, mientras se rechinaba los dedos en sinónimo de nerviosismo.

"¡Ja, eso espero. Últimamente he notado que tu y ella actúan de manera diferente, y sin tomar en cuenta tus reacciones frente a mi cuando Bulma esta cerca. Ten cuidado hay un dicho muy antiguo que dice: "los que se pelean se aman"".

Algo debía hacer para frenar a la madre de Bulma, no le gustaba hablar de ese tema, y menos con ella. Tenia miedo que todo terminara, mal. ¿Qué pasaría si Bulma se enterara que su madre estaba saliendo con él?. Seguramente nada bueno y las oportunidades con ella se le escaparían para siempre. Pero la peor parte seria quitarse a la made de Bulma de encima. Necesitaba que todo se acabe bien, sin peleas ni discusiones, cosa que no seria una tarea demasiado fácil.

"¿En que piensas ahora mi amor?". Susurro la mujer.

"En nada…". Y entonces un beso fue lo único que se le ocurrió hacer.

"¡MI AMOR!. ¿Dónde estas?". Una voz se oía desde el exterior del vestidor. Era el marido de la Sra. Brief.

"¡NO puede ser es tu marido, me dijiste que no se daría cuenta!".

"Bueno, ¿qué quieres que haga?".

"No lo sé, dile algo…".

"¿Pero que le digo?". Preguntaba ansiosamente la mujer, buscando algo en el bolso.

El revuelo que se armo en el vestidor fue tan grande y el espacio era tan poco, que terminaron destrozando todo lo que había dentro. La madre Bulma cayo al suelo, en el intento por esconder a Vegeta en un armario minúsculo.

"¿Qué fue ese ruido?. ¿te encuentras bien?".

"Si mi amor, estoy bien". Decía la mujer mientras empujaba el musculoso cuerpo del Saiyajin dentro del cajón.

"Tengo graves noticias, para darte, mi amor. Parece que Bulma tuvo un accidente en la casa. El localizador no da señales pero dice que ella esta ahí, podría estar herida".

"¡¿BULMA!". Grito vegeta al oír que se encontraba en problemas. Acto seguido coloco sus manos en su boca, tratando de detener lo que ya había dicho.

"¿Quién esta ahí contigo, voy a entrar". Dijo el Dr. Brief.

"Estúpido, porque tuviste que gritar así". Susurraba la mujer.

"¿Qué haremos ahora?". Dijo Vegeta que ya se veía despojado de su cápsula, mientras pensaba en lo que le podría haber pasado a su princesa.

FIN DEL CAPITULO 3…… PRÓXIMAMENTE EL 4.

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Bueno, he terminado el tercer capitulo, espero que les haya gustado y se hayan reído bastante. Y no se olviden como ya les dije de las demás historias, me refiero a lo de A-18 y A-17. Tampoco se olviden lo de Trunks.

Espero sus reviews y muchas gracias por leerme.

Gowan Keriyuy.